¡Hola! ¡Aquí Carscard otra vez! Esta vez me he tomado unas vacaciones un tanto largas. Espero que todavía quieran leerme... Por cierto, les advierto que haré cambios de puntos de vista en este capítulo con una ^O^.
Digimon pertenece a Toei; Magic Knight Rayearth y Sakura Card Captors a la Clamp. El Rin es mío.
No puedo creer lo rápido que todo ha pasado. Estoy combatiendo contra una de esas creaturas obscuras y enormes. Su mirada está llena de odio. Lo puedo sentir. Me da mucho miedo pero no tengo derecho a retroceder.
Se me acerca. Salto hacia atrás y saco la carta de la Espada. Creo que es la que necesito. Sin embargo, pese a que el buen señor Guru Clef nos hizo el favor de enseñarnos a invocar más rápido, necesito más distancia, una que mi oponente no me deja.
¡¿Qué es eso?! Escuché el sonido de una espada trás de mí. Volteo y veo a Lantis, quien me ha protegido de un ataque sorpresivo.
-¿Estás bien?- Me pregunta haciendo retroceder a la bestia. Yo asiento con la cabeza. -Lo detendré.
Dirigió su potente mirada hacia el enemigo que tengo en frente y salta con su espada en alto y cargando un potente rayo en ella. Me está dando tiempo.
No debo dudar. Domino mi miedo y utilizo el arma representativa para invocar.
-¡¡¡ESPADA!!!
Por fin puedo defenderme. No quisiera herir a estas creaturas pero no tengo opción. Sólo estamos evitando su avance. No queremos que dominen por completo a Farem.
Es extraño como empezó todo esto. Recuerdo que, después de la batalla contra Gen, Izzy fue llamado ante los representates de los planetas en cuestión. Se tomó la decisión de venir primero a Farem. Nuestra falta de entrenamiento es la razón de dicha selección. Es el menos invadido de los tres y tenemos más posibilidades de hacerlos retroceder a donde sea que pertenezcan.
Antes de partir hacia acá, Lira nos llevó ante Guru Clef, el máximo guru de Céfiro. Se buscó hacer todo lo más rápido posible, por lo que sólo nos enseñó a disminuir el tiempo de invocación. Por supuesto que Gen no lo necesitaba debido a que no tiene que invocar, pero de todas formas prestó atención. Dice Izzy que es normal dicha actitud en la gente del pueblo de nuestra amiga.
Cuando acababamos de subir a la nave de Autozam, la más rápida de las tres, Lira, quien protege a la gente transportada a su planeta, llevó a tres grandes guerreros de dicho lugar para que se nos unieran: Lantis, un espadachín mágico muy serio y gentil; Askot, un joven hechicero de cabellera castaña; y Paris, un guerrero de cabello verde con una enorme espada (aún me pregunto cómo puede cargarla...).
-¡¡¡SAKURA, CUIDADO!!!
¡¿Qué no pueden callarse?! No puedo entender como es que no dejan de pelear esos dos. ¡Matt y yo solemos pelearnos con frecuencia aún ahora que somos amigos pero jamás fuimos tan constantes y pedantes como esos dos!
Debo agradecer que el tal Lee Shaoran apareció y nos salvó usando uno de esos misteriosos poderes que tanto hace mención el peluche volador pero, desde su encuentro, no han parado de discutir. ¡Ya todos tenemos los nervios de punta!
-¡¡¡¡¡¡¡CÁLLENSE!!!!!!!
Ambos me voltean a ver parpadeando como tontos. Mi ceño fruncido no es señal de simpatía y tampoco es algo bello a la vista. Veo que Lee levanta su mano derecha como para decirme algo pero le lanzo una mirada que lo hace temblar y titubear. Decide mejor bajar el brazo.
-¡Vamos con los mayores!- Les dije caminando de regreso a las barricadas. Estaban tan temerosos los dos que, sin pronunciar palabra, me siguieron.
No es que tenga algo en su contra. Al contrario, les tengo simpatía Me pregunto si Sora tuvo que sufrir tanto con nosotros como yo con ellos.
No tengo idea porqué los adultos me mandaron en su busca. Sin embargo, aquí vienen tranquilos, dentro de lo que cabe. Puedo ver que se lanzan periódicamente miradas asesinas pero una de las mías los hace regresar a la normalidad.
Ahora que lo pienso, ¡¿por qué rayos me temen?! ¡No es comprensible! ¡Se supone que el chico de Hong Kong sabe artes marciales, manejo de la espada y magia! ¡¿Cómo se supone que los lastimaría?! ¡¿A balonazos?! ¡¿Golpeándolos con mis googles?! ¡¿Asfixiándolos con mis cabellos?! ¡¡Por supuesto que no!! ¡¡Eso es estúpido!!
Al fin divizamos las barricadas, construidas para la defensa de la entrada a El Rin. Los adultos se disponen al ataque en caso de ser necesario. El resto de la gente, básicamente compuesta por niños y ancianos, están apertrechados en dicha ciudad subterránea.
Arriba, en la superficie, se puede escuchar el clamor del enemigo destruyéndolo todo. Si queremos rescatar más personas, no tenemos más opción que arriesgarnos otra vez.
-¡Miren, ya viene!- Puedo escuchar la voz de T. K. mientras distingo su, desde mi distancia, diminuta mano apuntando hacia mí.
Los demás están con él. Los adultos que dirigen esta operación son nuestros padres junto con otras gentes, desconocidas para nosotros, que mostraron claras muestras de liderazgo y/o experiencia en situaciones extremas.
-¿Todo está listo?- Pregunto.
-Sí...- El padre de Izzy me responde moviendo el tronco que tiene en sus manos y que piensa usar como arma. Entonces volteo hacia mis compañeros.
-¿Todos tienen sus cristales?
-Sí.- Responde Sora con decisión mientras los demás asienten con la cabeza.
-¡Estamos listos para la batalla!- Dice Matt sacudiendo su puño enguantado para darnos más ánimos. Él sabe que no es el momento de deprimirse otra vez.
-Bien.- Asiento y vuelvo mi mirada hacia los dos peleoneros que, por el descuido, ya estaban en otra guerra de miradas. Eso me hierve la sangre. -¡Hey, ustedes dos! ¡Dejen eso!- Con ello logro que me vean. -¡Debemos irnos AHORA!
Al fin emprendemos nuestro viaje hacia la superficie de la ciudad en nuestra búsqueda. Los 'amigos' vienen con nosotros. Requeriremos de toda la ayuda que podamos, sobre todo porque T. K. y Kari se quedaron en las barricadas para ayudar a los adultos. Además Tomoyo se encuentra en el interior de El Rin, justo en la entrada, con el cristal que posee el poder de la carta de El Escudo. Por su parte, Ton se encuentra junto a la Sra. Izumi frente a la computadora, atentos a cualquier nueva señal de nuestros amigos en la otra dimensión.
Ya podemos ver la salida de este subterráneo. Suspiro antes de abrirla...
-¡¿Qué es eso?!- No puedo evitar exclamar al ver aquello frente a mis ojos. Un enorme y deforme ninja azul ha espantado a los monstruos que nos rodeaban.
Volteo de nueva cuenta buscando a Yu. Podría jurar haber escuchado su voz. Mi intento es fallido. Sigo sin dar con él. Sin embargo, de no haberle hecho caso, jamás habría podido defenderme de esa creatura que me atacó por la retaguardia.
-¡¿Qué sucede?!- Digo de pronto cuando la tierra comenzó a temblar. Entonces me doy cuenta que el gigantesco ninja se apróxima.
-Es la magia de Farem.- Comenta mi usualmente callado compañero.
-¿La magia de Farem?
El ninja se para frente a nosotros y se agacha acercando su mano izquierda. En ella se encuentra parado mi amigo de cabellera negra.
-¡Yu!- Lo nombro corriendo hacia él.
-¡Sakura!- Responde descendiendo de la mano. Cuando mi amigo se encuentra en el suelo, el gigante desaparece. El principe de Farem nota mi confusión. -No te preocupes por él. Es sólo un dibujo.- Me muestra entonces un papiro donde está dibujado.
-¡¿Un dibujo?!
-Sí.- Asiente. -Simplemente le doy vida.
-¡Oh! ¿Cómo?
-Es la magia que la familia imperial de Farem posee. Sería difícil que lo comprendieras al 100 %.
-¡Ya veo!
-No piensas seguir con nosotros, ¿verdad?- Lantis rompe nuevemente su silencio. No había notado pero ha estado viéndolo con una mirada analítica desde que descendió.
-Tienes razón. Deseo buscar a Gen.- Contesta con una sinceridad clara en su voz.
-¿Entonces nos dejarás?- Pregunto y él asiente nuevamente.
-Me tengo que ir.- Dice mientras hace unos movimientos extraños con las manos. Otra vez aparece el ninja. Se sube. -¡Nos vemos!- Se despide mientras se aleja...
Debo dar gracias a Izzy que nos recomendó grabar en disco duro de la laptop que trae Joe la ubicación de la gente en peligro, junto con otros mapas que pudieran sernos de utilidad. Probablemente no pudieramos encontrarlos en medio de este desastre: literalmente los monstruos han estado royendo la ciudad.
Nuestros combates se hacen cada vez más frecuentes y complicados. Ciertamente el tener que cuidar el suministro de energía de los cristales no nos facilita las cosas. Es verdad que los recargamos cuando nos comunicamos por última vez con nuestros amigos, que ya estaban viajando en una nave hacia Farem, mas no sabemos cuándo podremos volverlo a hacer.
Tampoco puedo decir que siempre tendremos los poderes de Lee a nuestra disposición. Ellos tienen una estrecha relación con él y pueden llegar a agotarlo.
Pese a todos estos puntos tan malos y poco positivos, aún conservamos el ánimo y la visión necesaria para seguir. Tal vez nuestro espíritu de guerreros despierte pronto. Lo único que puedo afirmar es que lucharemos hasta la muerte si es necesario.
Entramos rápidamente por unas ventanas en el suelo que conducen al sótano de un edifico y las cerramos. Guardamos silencio. No queremos ser detectados.
Al parecer estamos seguros aquí. Me acerco a Joe y le hablo lo más bajo que puedo.
-Enciéndela.
Entiende perfectamente a lo que me refiero y abre la laptop. Pronto despliega el mapa. Todos se apróximan para ver también. Con señas nos comunicamos. Comprobamos la ruta y mi amigo la apaga de nuevo. Puede que parezca exagerado dicha acción siendo que tiene una bateria pero hay que estar prevenidos por si algo pasa.
El peleonero de trapo se acerca a las ventanas y comprueba que no haya moros en la costa. Salimos entonces nuevamente.
Como en una ocasión anterior, los refugiados están en lo alto de un edificio rodeado de esas creaturas. No tenemos más remedio que trepar a lo alto de otro. Esta vez no contamos con la ayuda de Gomamon por la desconexión.
Nos miramos mutuamente. Es hora de tomar otra decisión.
-¿Alguna idea de como podemos llegar a ese tejado?
-Podríamos usar los poderes de Palmon.- Propone Mimi. -Con su poder de hiedra venenosa podemos agarrarnos de algo del otro extremo y llegar uno por uno.
-No. Estamos evitando desperdiciar el suministro de energía de los cristales. Además creo que sería impráctico y demasiado lento. Piensa como regresaríamos a la gente por esa vía.
-Entiendo.
-¿Alguien tiene una cuerda?- Cuestiona Lee en plan pensante.
-Yo traigo una en mi bolsa. ¿Por qué la pregunta?
-Préstamela.
Mimi le entrega la cuerda. Ésta última es lanzada por Lee hacia un poste en lo alto del tejado próximo. Se columpia hacia allá y corta con su espada el enorme letrero que está en lo alto, cayendo y formando un puente.
No perdemos el tiempo y llegamos al otro extremo. Lee corta el poste de cuajo formando otro puente hasta nuestro destino. Apenas llegamos, con dificultad por el miedo a caer de tal altura, y vemos que aquel trozo de metal se fragmenta en dos y cae sobre las bestias de abajo.
-¡El puente se cayó!- Como siempre, Matt remarca lo obvio.
-¡Rayos! ¡¿Ahora cómo regresaremos?!- Exclamo.
-Según los planos que ví del edificio,- Comenta Joe. -hay un camino hacia un subterráneo en el sótano. Recuerdo que se comunica a unas cuadras de aquí.
-¡Bien! ¡Vamos por la gente entonces!
-¡¡SALTO!!- Invoco otra carta, esta vez con mi báculo, para no perder la espada.
Salto sobre los tejados de las casas. Las encuentro muy lindas. Parecen una mezcla del estilo clásico chino con el japonés. Pero ahora no es el momento para ponerse a apreciar esas cosas; nos están siguiendo muy de cerca aquellas creaturas.
Fue idea de Lantis venir por aquí. Claro que debíamos alejarnos un poco y la opción era muy obvia. Se detiene repentinamente y voltea hacia el enemigo, con la espada presta para el ataque.
-Aquí debemos pelear.- Me comunica. Comprendo. Me detengo y giro también.
No espera mucho y se lanza contra aquellos seres. Tiene una agilidad impresionante y parece estar habituado al combate. Según me dijo anteriormente tuvo que pelear otra batalla de gran proporción, sin embargo ya no me dijo más.
¡Aquí voy! Me lanzo con la espada-bastón en lo alto. Por fortuna, entre las características y beneficios de la carta de La Espada, se me viene dada la habilidad en el combate y en el manejo de dicha arma.
-¡Esto es fantástico!- Escucho una voz que dice arriba de mí.
-¡Tienes razón! ¡Se ve muy linda con ese vestido!
¡Ese comentario! Volteo y confirmo mis sospechas: son Nea y Tetra que están en la misma nave que antes usaran en el entrenamiento. Me están grabando, cumpliendo los deseos de Tomoyo, aunque me parece que no les desagrada del todo...
Aquel vehiculo se acerca ligeramente a uno de los tejados, donde veo...
-¡¡¡CUIDADO!!!- Grito desesperada. Tetra voltea y grita de terror...
Bajamos por las escaleras lo más velozmente que podemos. La gente viene con nosotros y le vamos explicando la situación. Repentinamente se escucha un estruendo en los pisos inferiores.
-¡E-ellos están entrando!- Exclama asombrado y espantado Joe.
-¡¿Qué haremos ahora?!- Interroga Mimi.
-¡Era nuestro única salida!- Añade Sora. -¡Ahora ya no tenemos escape por el techo!
No hay otra opción... Doy unos pasos al frente y levanto mi puño a la altura de mi rostro.
-¡Entonces pelearemos!
Este capítulo me salió más largo de lo que esperaba. Les gustará saber que ya tengo planeados con detalles otros dos capítulos así que es probable que pronto los escriba.
Por cierto, debo aclarar que me estoy basando en la serie de Magic Knight Rayearth y no en el manga. Así que descarten la idea de ver a Águila con vida.
El siguiente capítulo será:
Engaño
Si quieren enviarme un mail, mi dirección es carscard@yahoo.com.mx
¡Sonrían!^O^
