Este fanfic está basado en Sonic y cía. todos sus personajes son propiedad de:
Sonic, Tails, Knuckles, Amy= Sonic Team
Es un fanfic sin ánimo de lucro, las situaciones son simples invenciones y cualquier situación que coincida con algún otro fanfic es mera casualidad.
Un saludo de Tete-chin Spacestone, la viajera de dimensiones.
http://Tete-chinXSonic.iespana.es
01
-Confío en tí, Knuckles...- Dijo Amy a media voz.
Aquella frase llevaba varios días en la cabeza de Knuckles, los pensamientos se habían vuelto confusos y toda su seguridad se había desvanecido, debía tomar una decisión, la más difícil en lo que llevaba de vida, ¿se lo decía a Sonic o seguía las indicaciones de Amy? aquello parecía más un juego, un cruel juego incomprensible para el equidna rojo de 15 años.
No era temprano, pero tampoco medio día como estaba acostumbrado a levantarse Sonic, siempre durmiendo mucho, a la espera de alguna aventura contra algún villano que al final se une a ellos por un bien común, como su mejor amigo, Knuckles...
-Aún es temprano... Mm... ¿y si me vuelvo a la cama?- Murmuraba Sonic sentado en la cama de aquel hotel.
"Ding, Dong"
Sonó la puerta, esto hizo decidir a Sonic que no merecía la pena dormir, que si seguía durmiendo se iba a perder muchas cosas, mas al abrir la puerta perezosamente y ver la visita al otro lado, deseó por un momento estar durmiendo. Era Amy, a simple vista le parecía la misma chica alocada de siempre, pero algo en ella era diferente, y nada tenía que ver que llevase un vestido nuevo, de color azul, un poco escotado por delante, pero la falda era más larga que el vestido rojo que solía llevar, también sus ojos, había algo distinto, algo que a Sonic no le pareció bueno, porque a pesar de que siempre fingía que pasaba de ella, en verdad le importaba mucho su joven amiga.
-Buenos días, Sonikku.- Dijo Amy sonriendo.
-Hola, ¿qué haces tan temprano aquí?
-No es tan temprano, venía a proponerte algo...
-No, no vamos a la iglesia a casarnos.- Dijo de forma graciosa Sonic.
Amy rió más animada.
-No, hombre, no es eso,- Continuó la muchacha -hoy se estrena cierta película que dijiste que querías ver, y que casualidad que yo tengo las dos últimas entradas.
El erizo azul dudó un momento, de verdad deseaba ver esa película, hoy era su día libre y había pensado ir, pero las entradas estaban agotadas, esa iba a ser su única oportunidad de ver el film en pantalla grande, luego tendría que volver al trabajo. Hacía un par de semanas que Sonic se había puesto a trabajar, no le había dicho nada a nadie y prefería mantenerlo en secreto.
-¿Vamos? ¿Sí?- Dijo Amy de forma graciosa ladeando la cabeza.
-Vaaale, dame 5 minutos para desperezarme y desayunar, dame mi entrada y nos vemos allí- Sonic alargó la mano hasta ella.
-¡Ni hablar! esta vez no caeré, la última vez que te di tu entrada te fuiste sin mí.- Cerró sus verdes ojos un momento, como recordando, luego miró a Sonic -No puedes desaprovechar esta ocasión única, pasar el día conmigo- Amy rió y le dejó para esperarle en la salida del hotel.
Sonic la siguió con la mirada mientras ésta caminaba por el corto pasillo, y continuó la persecución con sus ojos esmeraldas cuando bajó la escalera.
-Esta chica... cada día la entiendo menos- Pensó en voz alta Sonic.
Se metió de nuevo en la habitación, se arregló y desayunó, todo muy velozmente, todo mientras intentaba deshacer sus pensamientos, de nuevo iba a ir por ahí con Amy, la muchacha siempre lograba lo que quería, le confundía, sí, eso debía ser, Amy hablaba tanto y tan rápido que conseguía que Sonic aceptase, sin querer, cualquier cosa.
-Ya me ha liado otra vez....- Admitió Sonic.
Llegó a la entrada del hotel y allí estaba ella, tenía los brazos cruzados por detrás y miraba al horizonte, una pequeña brisa matutina le acariciaba la piel y movía suave su cabello, era una visión agradable que nadie podía resistir, ni siquiera Sonic, que se fijó en ella un momento.
-(Es una niña... todavía es una niña)- Pensaba para sus adentros.
Amy estaba distraída, pero aún así sintió intimidante la mirada de Sonic clavada en su cogote, le miró disimuladamente de reojo y se ruborizó, esto la hizo sonreír, se dio la vuelta y se acercó a él. Luego, agarrada de su brazo, llegaron al cine en un Sonic-segundo, una vez allí miraron la cartelera, no tendrían que hacer demasiada cola porque a parte de la película que quería ver Sonic, las demás eran bastante malillas, además de que el horario matutino estaba bastante desierto. Antes de entrar, Amy tiró del brazo de Sonic.
-¡Vamos a comprar palomitas! ¡vamos, vamos!- Repitió Amy una y otra vez hablando muy rápido.
-¡Ey, ey! Vale, pero suelta mi brazo, que me lo vas a arrancar...- Bromeó Sonic.
Sonic compró una bolsa enorme de palomitas, un par de refrescos y unas golosinas, era lo mínimo que podía hacer para agradecerle a Amy la entrada, sabía que las sesiones matutinas eran más caras que las otras, y encontró que fue un bonito gesto, aunque no lo reconoció ante ella. Se sentaron juntos a pesar de las evasivas de Sonic, al rato de estar viendo la película, Amy dejó de prestarle atención a aquella escena explicativa que daban y se centró en Sonic, le miraba fijamente, dudando, Sonic lo notó y la empezó a vigilar por el rabillo del ojo, no quería ni imaginar lo que él suponía que estaba pensando ella, así que cuando ella se le acercó lentamente y empezó a abrir la boca, Sonic le metió una golosina en la boca.
-Con la boca llena no se habla...- Dijo Sonic por lo bajo cuando Amy intentó decir "pero, Sonic".
Amy se volvió a colocar en su asiento, con la cara apoyada en la mano, mirando vagamente la película.
Salieron del cine y Sonic hizo notar lo mucho que había disfrutado con el film, repitiendo las escenas de acción de forma visual, la gente de su alrededor le miraban extrañados, incluso Amy, pero ella sonrió un momento, una de las pocas sonrisas que había puesto ese día, día que poco a poco se estaba oscureciendo por el tiempo, la brisa iba en aumento y hacía ondear la falda de Amy como si fuese una bandera.
-¡Uah, tengo hambre!- Soltó Sonic -Vamos a tomar algo.
Amy asintió con la cabeza, pero antes de ponerse en marcha, le cogió del brazo y le dijo:
-Sonic, tengo que hablar contigo...
-Ahora no, ¡vamos, estoy hambriento!- Contestó fríamente él.
Sonic agarró a Amy de la cintura y corrió velozmente hacia una cafetería que conocía bien, cliente habitual como era, pidió el mismo plato de siempre, perritos picantes, Amy por su parte dijo que no tenía hambre y simplemente se tomó un batido, así, mientras Sonic comía, Amy le daba breves sorbos al batido, intentando hablar con un Sonic que estaba cegado por la comida y no era capaz de escuchar, lo intentó, una y otra vez, pero Sonic perdía el hilo de lo que le contaba, hasta que Amy, ya desesperada, le gritó dando un golpe en la mesa:
-¡¿Quieres escucharme por una vez en tu vida?!
Sonic paró un momento de comer, luego siguió de nuevo a lo suyo, pensaba que tampoco debía ser demasiado importante, seguro que le quería enredar de nuevo para que hiciese algo que en el fondo no quería, llevarla de compras o hacer de guardaespaldas, algo así.
-Habla,- Dijo Sonic mientras seguía engullendo -te escucho.
-...No, no me escuchas, y... diablos, era importante- Continuó ella intentando calmarse.
-Venga, di, pero deprisa, quiero irme a descansar un rato...
Amy le miró un momento, seguía sin escucharla, eso la entristeció, pero también hizo que se enfadase mucho, se puso en pie, cogió lo que quedaba de su batido y se lo echó encima a Sonic, éste se levantó de golpe con mirada indignada, pero cuando estaba a punto de gritar a Amy, la miró a los ojos, y se fijó en que ella temblaba y estaba a punto de echarse a llorar, entonces Amy se dio la vuelta y salió del local con la mirada fija en el suelo, intentando contener las lágrimas. Sonic dio un resoplido y se limpió, luego pagó la cuenta y salió detrás de ella, miró a un lado y miró a otro, a lo lejos vio la silueta de la muchacha apoyada en la parada del autobus, a medida que se acercaba iba escuchando el gimoteo de la muchacha, una lágrima ya había recorrido la mejilla de Amy, pero se había deshecho de ella y había contenido el resto.
-A ver, ¿qué es eso tan importante?- Dijo Sonic intentando prestarle toda su atención.
Amy le miró por encima del hombro, luego se giró hacia él con expresión triste.
-Antes que nada...- Comenzó la muchacha.
-¿Sí?- Dijo Sonic perdiendo la paciencia.
-¿Me quieres?- La voz de Amy sonó dudosa pero nítida.
Sonic se quedó en blanco un momento, aquello le había pillado por sorpresa, nunca Amy se había puesto así.
-¿Qué esperas que te diga?- Dijo al fin -eres muy joven todavía.
-Eso no responde a mi pregunta- Se impacientó Amy.
-Somos amigos, ¿no te basta con eso? entiende que hay un abismo entre nosotros.
Amy giró la cara y se produjo un silencio que cortaba el aire, que de nuevo golpeó a los dos erizos con más fuerza y frío, tanto Sonic como Amy sintieron un escalofrío al sentir el enfriamiento de la tarde.
-Sonic... aún así, me gustaría... ¿te quedas conmigo? ¿hasta que amanezca?
Aquello era algo incomprensible para el erizo azul.
-¿Qué? ¡ni hablar! a veces pareces tonta...
Se volvió a quedar todo vacío de palabras, esta vez un rato más largo que el anterior, Sonic esperaba oir una explicación, o algo así, Amy estaba rara, había pasado de su seguridad alocada de casi exigirle que se casase con ella a aquella súplica.
-Si eso es todo,- Comenzó Sonic rompiendo le silencio -me voy, ¿quieres que te lleve?
Amy negó con la cabeza, se le había hecho un nudo tan fuerte en la garganta que apenas la dejaba respirar, ahogando sus lágrimas en el viento, Sonic partió, sin mirar atrás, pensando que no se arrepentía, que no había hecho nada malo.
-«Ya se le pasará»- Murmuraba para sí mismo.
Y siguió adelante, alejándose velozmente de la parada, todo estaba bien, pero entonces, ¿por qué se sentía tan mal? él era el heroe, era el bueno, pero todo aquello le estaba recomiendo por dentro, estaba seguro que eso no era lo único que Amy quería decirle, esto le hizo recordar que antes Knuckles le había preguntado algo parecido:
-Sonic, ¿tú quieres a Amy?
Pero él le había respuesto exactamente lo mismo, que sólo la consideraba una amiga. Por su lado, Amy dejó pasar el autobus que la llevaría a su casa, ni siquiera lo miró, seguía surmergida en sus pensamientos, se tragó todo el orgullo y todo el dolor y se alejó de la parada, comenzó a andar sin dirección, deambulando hasta llegar a un parque pequeño que debía estar repleto de niños pequeños, pero como el tiempo iba de mal en peor, nadie paseaba por ahí. Y lentamente llegó la tarde, Amy seguía en el parque, había bebido agua de la fuente y se había sentado en un banco, había sentido un fuerte dolor por todo el cuerpo y necesitaba descansar, y aunque le fallasen las fuerzas, seguía sin querer comer, no tenía estómago para eso, aún así, se levantó y dio otra vuelta por el parque, intentando pensar algo que la animase, pero en todas partes estaba el recuerdo de Sonic, por todo veía al erizo azul, hasta que agotada tuvo que sentarse de nuevo. Ya oscurecía y Amy contempló el encendido automático de las farolas, ahora había un viento más violento que el de la tarde, Amy se abrazó a sí misma temblando, helada de frío.
-¿No piensas irte a casa?- Dijo Knuckles apoyado en un árbol.
Amy le miró un momento con una mueca que pretendía parecer una sonrisa, Knuckles no sonrió, se acercó cargado con una mochila y llevando su abrigo verde en la mano, se lo puso sobre los hombros a Amy y continuó:
-¿Se lo has contado a Sonic?
-Él no quería escucharme, igualmente no es cosa suya- Dijo Amy aún enfadada por la falta de atención del erizo -Sonic no me quiere, seguiré sin él...
-Pero no estarás sola.- La cortó Knuckles -Te lo dije, pero no quisiste escucharme.
-¡Oh, vamos! no me sermoneés, yo ya sabía la respuesta, la percibí enseguida, pero quería oírselo decir a él, que saliese de sus lábios.
Y Amy empezó a sollozar, ya no aguantaba más, entonces Knuckles le pasó una mano por la mejilla y le dedicó una sonrisa.
-Desahógate, llora si es lo que necesitas.
En ese momento, Amy miró a Knuckles algo confundida, pero le hizo caso, necesitaba oirle decir eso, se abrazó fuerte a él y comenzó a llorar desconsoladamente, más de rabia que por lo que le había dicho Sonic, intentando articular algo como "estoy asustada", el equidna la abrazó también, meciéndola tiernamente, intentando consolarla. Luego, al ver que Amy dejaba de llorar, le propuso ir a cenar juntos.
-Gracias, eres un buen chico...- Dijo a media voz Amy.
Continuará...
Sonic, Tails, Knuckles, Amy= Sonic Team
Es un fanfic sin ánimo de lucro, las situaciones son simples invenciones y cualquier situación que coincida con algún otro fanfic es mera casualidad.
Un saludo de Tete-chin Spacestone, la viajera de dimensiones.
http://Tete-chinXSonic.iespana.es
01
-Confío en tí, Knuckles...- Dijo Amy a media voz.
Aquella frase llevaba varios días en la cabeza de Knuckles, los pensamientos se habían vuelto confusos y toda su seguridad se había desvanecido, debía tomar una decisión, la más difícil en lo que llevaba de vida, ¿se lo decía a Sonic o seguía las indicaciones de Amy? aquello parecía más un juego, un cruel juego incomprensible para el equidna rojo de 15 años.
No era temprano, pero tampoco medio día como estaba acostumbrado a levantarse Sonic, siempre durmiendo mucho, a la espera de alguna aventura contra algún villano que al final se une a ellos por un bien común, como su mejor amigo, Knuckles...
-Aún es temprano... Mm... ¿y si me vuelvo a la cama?- Murmuraba Sonic sentado en la cama de aquel hotel.
"Ding, Dong"
Sonó la puerta, esto hizo decidir a Sonic que no merecía la pena dormir, que si seguía durmiendo se iba a perder muchas cosas, mas al abrir la puerta perezosamente y ver la visita al otro lado, deseó por un momento estar durmiendo. Era Amy, a simple vista le parecía la misma chica alocada de siempre, pero algo en ella era diferente, y nada tenía que ver que llevase un vestido nuevo, de color azul, un poco escotado por delante, pero la falda era más larga que el vestido rojo que solía llevar, también sus ojos, había algo distinto, algo que a Sonic no le pareció bueno, porque a pesar de que siempre fingía que pasaba de ella, en verdad le importaba mucho su joven amiga.
-Buenos días, Sonikku.- Dijo Amy sonriendo.
-Hola, ¿qué haces tan temprano aquí?
-No es tan temprano, venía a proponerte algo...
-No, no vamos a la iglesia a casarnos.- Dijo de forma graciosa Sonic.
Amy rió más animada.
-No, hombre, no es eso,- Continuó la muchacha -hoy se estrena cierta película que dijiste que querías ver, y que casualidad que yo tengo las dos últimas entradas.
El erizo azul dudó un momento, de verdad deseaba ver esa película, hoy era su día libre y había pensado ir, pero las entradas estaban agotadas, esa iba a ser su única oportunidad de ver el film en pantalla grande, luego tendría que volver al trabajo. Hacía un par de semanas que Sonic se había puesto a trabajar, no le había dicho nada a nadie y prefería mantenerlo en secreto.
-¿Vamos? ¿Sí?- Dijo Amy de forma graciosa ladeando la cabeza.
-Vaaale, dame 5 minutos para desperezarme y desayunar, dame mi entrada y nos vemos allí- Sonic alargó la mano hasta ella.
-¡Ni hablar! esta vez no caeré, la última vez que te di tu entrada te fuiste sin mí.- Cerró sus verdes ojos un momento, como recordando, luego miró a Sonic -No puedes desaprovechar esta ocasión única, pasar el día conmigo- Amy rió y le dejó para esperarle en la salida del hotel.
Sonic la siguió con la mirada mientras ésta caminaba por el corto pasillo, y continuó la persecución con sus ojos esmeraldas cuando bajó la escalera.
-Esta chica... cada día la entiendo menos- Pensó en voz alta Sonic.
Se metió de nuevo en la habitación, se arregló y desayunó, todo muy velozmente, todo mientras intentaba deshacer sus pensamientos, de nuevo iba a ir por ahí con Amy, la muchacha siempre lograba lo que quería, le confundía, sí, eso debía ser, Amy hablaba tanto y tan rápido que conseguía que Sonic aceptase, sin querer, cualquier cosa.
-Ya me ha liado otra vez....- Admitió Sonic.
Llegó a la entrada del hotel y allí estaba ella, tenía los brazos cruzados por detrás y miraba al horizonte, una pequeña brisa matutina le acariciaba la piel y movía suave su cabello, era una visión agradable que nadie podía resistir, ni siquiera Sonic, que se fijó en ella un momento.
-(Es una niña... todavía es una niña)- Pensaba para sus adentros.
Amy estaba distraída, pero aún así sintió intimidante la mirada de Sonic clavada en su cogote, le miró disimuladamente de reojo y se ruborizó, esto la hizo sonreír, se dio la vuelta y se acercó a él. Luego, agarrada de su brazo, llegaron al cine en un Sonic-segundo, una vez allí miraron la cartelera, no tendrían que hacer demasiada cola porque a parte de la película que quería ver Sonic, las demás eran bastante malillas, además de que el horario matutino estaba bastante desierto. Antes de entrar, Amy tiró del brazo de Sonic.
-¡Vamos a comprar palomitas! ¡vamos, vamos!- Repitió Amy una y otra vez hablando muy rápido.
-¡Ey, ey! Vale, pero suelta mi brazo, que me lo vas a arrancar...- Bromeó Sonic.
Sonic compró una bolsa enorme de palomitas, un par de refrescos y unas golosinas, era lo mínimo que podía hacer para agradecerle a Amy la entrada, sabía que las sesiones matutinas eran más caras que las otras, y encontró que fue un bonito gesto, aunque no lo reconoció ante ella. Se sentaron juntos a pesar de las evasivas de Sonic, al rato de estar viendo la película, Amy dejó de prestarle atención a aquella escena explicativa que daban y se centró en Sonic, le miraba fijamente, dudando, Sonic lo notó y la empezó a vigilar por el rabillo del ojo, no quería ni imaginar lo que él suponía que estaba pensando ella, así que cuando ella se le acercó lentamente y empezó a abrir la boca, Sonic le metió una golosina en la boca.
-Con la boca llena no se habla...- Dijo Sonic por lo bajo cuando Amy intentó decir "pero, Sonic".
Amy se volvió a colocar en su asiento, con la cara apoyada en la mano, mirando vagamente la película.
Salieron del cine y Sonic hizo notar lo mucho que había disfrutado con el film, repitiendo las escenas de acción de forma visual, la gente de su alrededor le miraban extrañados, incluso Amy, pero ella sonrió un momento, una de las pocas sonrisas que había puesto ese día, día que poco a poco se estaba oscureciendo por el tiempo, la brisa iba en aumento y hacía ondear la falda de Amy como si fuese una bandera.
-¡Uah, tengo hambre!- Soltó Sonic -Vamos a tomar algo.
Amy asintió con la cabeza, pero antes de ponerse en marcha, le cogió del brazo y le dijo:
-Sonic, tengo que hablar contigo...
-Ahora no, ¡vamos, estoy hambriento!- Contestó fríamente él.
Sonic agarró a Amy de la cintura y corrió velozmente hacia una cafetería que conocía bien, cliente habitual como era, pidió el mismo plato de siempre, perritos picantes, Amy por su parte dijo que no tenía hambre y simplemente se tomó un batido, así, mientras Sonic comía, Amy le daba breves sorbos al batido, intentando hablar con un Sonic que estaba cegado por la comida y no era capaz de escuchar, lo intentó, una y otra vez, pero Sonic perdía el hilo de lo que le contaba, hasta que Amy, ya desesperada, le gritó dando un golpe en la mesa:
-¡¿Quieres escucharme por una vez en tu vida?!
Sonic paró un momento de comer, luego siguió de nuevo a lo suyo, pensaba que tampoco debía ser demasiado importante, seguro que le quería enredar de nuevo para que hiciese algo que en el fondo no quería, llevarla de compras o hacer de guardaespaldas, algo así.
-Habla,- Dijo Sonic mientras seguía engullendo -te escucho.
-...No, no me escuchas, y... diablos, era importante- Continuó ella intentando calmarse.
-Venga, di, pero deprisa, quiero irme a descansar un rato...
Amy le miró un momento, seguía sin escucharla, eso la entristeció, pero también hizo que se enfadase mucho, se puso en pie, cogió lo que quedaba de su batido y se lo echó encima a Sonic, éste se levantó de golpe con mirada indignada, pero cuando estaba a punto de gritar a Amy, la miró a los ojos, y se fijó en que ella temblaba y estaba a punto de echarse a llorar, entonces Amy se dio la vuelta y salió del local con la mirada fija en el suelo, intentando contener las lágrimas. Sonic dio un resoplido y se limpió, luego pagó la cuenta y salió detrás de ella, miró a un lado y miró a otro, a lo lejos vio la silueta de la muchacha apoyada en la parada del autobus, a medida que se acercaba iba escuchando el gimoteo de la muchacha, una lágrima ya había recorrido la mejilla de Amy, pero se había deshecho de ella y había contenido el resto.
-A ver, ¿qué es eso tan importante?- Dijo Sonic intentando prestarle toda su atención.
Amy le miró por encima del hombro, luego se giró hacia él con expresión triste.
-Antes que nada...- Comenzó la muchacha.
-¿Sí?- Dijo Sonic perdiendo la paciencia.
-¿Me quieres?- La voz de Amy sonó dudosa pero nítida.
Sonic se quedó en blanco un momento, aquello le había pillado por sorpresa, nunca Amy se había puesto así.
-¿Qué esperas que te diga?- Dijo al fin -eres muy joven todavía.
-Eso no responde a mi pregunta- Se impacientó Amy.
-Somos amigos, ¿no te basta con eso? entiende que hay un abismo entre nosotros.
Amy giró la cara y se produjo un silencio que cortaba el aire, que de nuevo golpeó a los dos erizos con más fuerza y frío, tanto Sonic como Amy sintieron un escalofrío al sentir el enfriamiento de la tarde.
-Sonic... aún así, me gustaría... ¿te quedas conmigo? ¿hasta que amanezca?
Aquello era algo incomprensible para el erizo azul.
-¿Qué? ¡ni hablar! a veces pareces tonta...
Se volvió a quedar todo vacío de palabras, esta vez un rato más largo que el anterior, Sonic esperaba oir una explicación, o algo así, Amy estaba rara, había pasado de su seguridad alocada de casi exigirle que se casase con ella a aquella súplica.
-Si eso es todo,- Comenzó Sonic rompiendo le silencio -me voy, ¿quieres que te lleve?
Amy negó con la cabeza, se le había hecho un nudo tan fuerte en la garganta que apenas la dejaba respirar, ahogando sus lágrimas en el viento, Sonic partió, sin mirar atrás, pensando que no se arrepentía, que no había hecho nada malo.
-«Ya se le pasará»- Murmuraba para sí mismo.
Y siguió adelante, alejándose velozmente de la parada, todo estaba bien, pero entonces, ¿por qué se sentía tan mal? él era el heroe, era el bueno, pero todo aquello le estaba recomiendo por dentro, estaba seguro que eso no era lo único que Amy quería decirle, esto le hizo recordar que antes Knuckles le había preguntado algo parecido:
-Sonic, ¿tú quieres a Amy?
Pero él le había respuesto exactamente lo mismo, que sólo la consideraba una amiga. Por su lado, Amy dejó pasar el autobus que la llevaría a su casa, ni siquiera lo miró, seguía surmergida en sus pensamientos, se tragó todo el orgullo y todo el dolor y se alejó de la parada, comenzó a andar sin dirección, deambulando hasta llegar a un parque pequeño que debía estar repleto de niños pequeños, pero como el tiempo iba de mal en peor, nadie paseaba por ahí. Y lentamente llegó la tarde, Amy seguía en el parque, había bebido agua de la fuente y se había sentado en un banco, había sentido un fuerte dolor por todo el cuerpo y necesitaba descansar, y aunque le fallasen las fuerzas, seguía sin querer comer, no tenía estómago para eso, aún así, se levantó y dio otra vuelta por el parque, intentando pensar algo que la animase, pero en todas partes estaba el recuerdo de Sonic, por todo veía al erizo azul, hasta que agotada tuvo que sentarse de nuevo. Ya oscurecía y Amy contempló el encendido automático de las farolas, ahora había un viento más violento que el de la tarde, Amy se abrazó a sí misma temblando, helada de frío.
-¿No piensas irte a casa?- Dijo Knuckles apoyado en un árbol.
Amy le miró un momento con una mueca que pretendía parecer una sonrisa, Knuckles no sonrió, se acercó cargado con una mochila y llevando su abrigo verde en la mano, se lo puso sobre los hombros a Amy y continuó:
-¿Se lo has contado a Sonic?
-Él no quería escucharme, igualmente no es cosa suya- Dijo Amy aún enfadada por la falta de atención del erizo -Sonic no me quiere, seguiré sin él...
-Pero no estarás sola.- La cortó Knuckles -Te lo dije, pero no quisiste escucharme.
-¡Oh, vamos! no me sermoneés, yo ya sabía la respuesta, la percibí enseguida, pero quería oírselo decir a él, que saliese de sus lábios.
Y Amy empezó a sollozar, ya no aguantaba más, entonces Knuckles le pasó una mano por la mejilla y le dedicó una sonrisa.
-Desahógate, llora si es lo que necesitas.
En ese momento, Amy miró a Knuckles algo confundida, pero le hizo caso, necesitaba oirle decir eso, se abrazó fuerte a él y comenzó a llorar desconsoladamente, más de rabia que por lo que le había dicho Sonic, intentando articular algo como "estoy asustada", el equidna la abrazó también, meciéndola tiernamente, intentando consolarla. Luego, al ver que Amy dejaba de llorar, le propuso ir a cenar juntos.
-Gracias, eres un buen chico...- Dijo a media voz Amy.
Continuará...
