02

Sonic estaba tumbado en el sofá de casa de Tails, había pasado la tarde ahí, hablando con Tails, jugando con él, y ahora mirando la televisión, hacía zapping sin parar, no encontraba nada de su agrado, dejó caer el mando sobre la mesa auxiliar y se estiricó un poco, poniendo su cabeza entre sus manos, pensativo.
-...¡Bah! no sé por qué le doy tantas vueltas... ¿cómo es que no me la puedo quitar de la cabeza?- Pensaba en voz alta.
-¿Hablas de Amy?- Dijo Tails saliendo de detrás del sofá.
Esto medio asustó a Sonic, haciéndole caer del sofá.
-¿Estabas escuchando?- Dijo Sonic levantándose.
-¿Cuál es el problema? se supone que el experto en chicas eres tú, desde luego yo no quiero salir con chicas, no hacen más que confundir a los chicos...- Tails puso un gesto de fastidio.
-¡Ja! eso lo dices ahora porque eres joven, ya verás dentro de unos años cómo pierdes la cabeza por ellas.
-Ah, es eso, ¿pierdes la cabeza por Amy?- Dijo en modo de respuesta Tails, con un gesto nada inocente.
Sonic giró la cara poniendo morros y repitiendo el discursito de siempre de que Amy es muy joven para él.
-Tiene 13 años, yo no veo que sea tan joven...- Dijo Tails.
-Es una cría.
-Venga, los dos sois adolescentes... pero vamos a dejarlo ya, ¿quieres que vayamos a cenar fuera?
Sonic asintió con la cabeza, sabiendo que la conversación no iba a acabar ahí, Tails se iba a seguir metiendo con él en lo que quedaba de día.

Knuckles llegó a la puerta del bar-restaurante con Amy agarrada de su brazo, ella aún estaba triste, con la mirada perdida, y Knuckles quería animarla, pero era un chico muy serio, tímido, no bromeaba, era Sonic el gracioso del grupo, el especialista en hacer sonreír a cualquiera, de todas formas quería intentarlo.
-Amy, ¿sabes cuántos robots de Eggman se necesitan para enroscar una bombilla?
Ella le miró confusa un momento y negó con la cabeza.
-3, uno que se suba a la escalera y aguante la bombilla y los otros dos que le den vueltas a la escalera.
Amy empezó a reirse, más por lo malo que era el chiste que por el mismo chiste, pero la intención había sido buena, y Knuckles parecía muy satisfecho.
-¿Y sabes...?- Comenzó a decir Knuckles de nuevo.
-Vale, vale, ya no estoy triste, deja los chistes tranquilos.
Ahora era Knuckles el que estaba confundido, pero mientras Amy estuviese más animada ya le valía. Así Amy se volvió a cojer del brazo de Knuckles y entraron al restaurante, escogieron una mesa bastante apartada, y empezaron a cenar, de manera más fina que Sonic, al menos la comida no se dispersaba por la mesa.
-Esta semana la he pasado muy bien.- Dijo Amy mientras cenaban -Me he divertido mucho contigo.
-Yo también.- Knuckles sonrió tímidamente.
-Ey, ey, ¿a qué viene esa miradita?- Rió Amy.
-No me martirices, sabes que me cuesta hablar con chicas...- Dijo Knuckles de forma graciosa. -Aunque a ti no puedo considerarte como a las otras chicas, al fin y al cabo eres la novia de mi mejor amigo.
Amy no dijo nada, se limitó a seguir comiendo y a mirar por la ventana, Knuckles la observó fijamente un momento.
-Lo siento, no quería meter el dedo en la llaga.- Knuckles se encojió de hombros.
-No pasa nada, es sólo que... mañana, cuando amanezca...- Amy seguía con la mirada perdida.
-No pienses en eso ahora, ¡disfruta de la comida!- Intentó animarla Knuckles.
Pronto la atención de Knuckles dejó de centrarse en su rosada amiga y se dirigió a la puerta, mirando por encima del hombro a Amy y sonriendo. Acababa de entrar por la puerta Sonic, acompañado de Tails, miraban en todas direcciones en busca de una mesa vacía, un camarero, viejo conocido de Sonic, se le acercó.
-Buenas noches.- Dijo educadamente el camarero.
-¡Hola! ¿hay alguna mesa libre?- Preguntó Sonic sin reconocer al camarero.
-Ahora te busco una, por cierto, escuché que discutiste con tu novia, ¿habéis hecho ya las paces?
-¿Novia?- Sonic se hizo el despistado.
-Se refiere a Amy, así que es por eso que estabas tan raro hoy...- Tails empezó a picar a Sonic.
-Es una pena que discutais justo ahora... debe ser duro eso de que se vaya mañana, ¿cómo es que no vas con ella?
A Sonic esto le sonó a chino, pero el camarero continuó como si Sonic supiese de qué estaba hablando.
-Al menos ha tenido el detalle de despedirse de todos antes. Todo ha sido tan precipitado, puso su pisito en venta.
Sonic dejó de escuchar al camarero y se puso a hablar con Tails.
-¿Tú sabías algo?
-Claro, Amy me lo dijo hace una semana, más o menos...- Tails desvió la mirada, en sus ojos había un misterio que Sonic no supo descifrar.
Entonces Sonic divisó a lo lejos a Knuckles que le hacía señales con la mano.
-¿Qué haces?- Le preguntó Amy.
-Ahora lo verás.- Contestó Knuckles sonriendo.
Sonic se le acercó seguido de Tails, sin ver a la acompañante del equidna rojo, iba dispuesto a picar a su amigo por tener junto a él una presencia femenina, pero Amy, al darse la vuelta y ver a Sonic, se puso de pie con gran impresión, casi cae, y por una parte, deseaba tanto verle, encontrárselo en cualquier rincón de la ciudad, simplemente por verle, pero por otro lado, ya había tenido suficiente discusión con él como para estar deprimida el resto de su vida. Por su lado, Sonic también se impresionó, que él recordase, Amy y Knuckles no eran tan amigos como para ir a cenar juntos, aunque tampoco había estado muy pendiente de ellos últimamente. Tails les miraba, como en un partido de tenis, esperando a que dijesen algo.
-¿Nos sentamos?- Rompió el hielo Tails.
Y lo hicieron, en aquella pequeña mesa se añadieron dos sillas más que cubrieron los lados vacíos del cuadrado.
-Vaya, parece que ya has encontrado un sustituto para esta noche...- Susurró por lo bajo Sonic a Amy.
Sonic y Knuckles hablaron largo y tendido, Tails también hacía sus piquitos en la conversación, por su lado, Amy no era capaz de articular palabra, sólo seguía las palabras ajenas, dejando de vez en cuando descansar su mirada sobre Sonic, y él se sintió intimidado por su mirada, era la primera vez que sentía esa mirada tan intensa sobre él, Amy ya le había mirado así otras veces, quizás fuese por saber que ella se iría mañana que le importaban más aquellos pequeños detalles, y le hacía sentir mal el que justamente aquel día discutiesen, Sonic no es de los que piden perdón, y tampoco encontraba la ocasión para decírselo, pensaba que tampoco se iría tan lejos que no pudiesen volver a verse, pero igualmente sentía que la despedida sería difícil. Otros pensamientos recorrían veloces la cabeza de Sonic, ¿qué hacían cenando juntos Knuckles y Amy? ¿por qué Knuckles parecía interesado en su relación con Amy? ¿a qué venía aquella proposición de la muchacha? esta vez Sonic no quería pasar de las preguntas, esta vez no, quería preocuparse por lo que pasaba, era una partida muy repentina, la venta del piso, la despedida de los demás, incluso Tails parecía saber más de lo que decía, Sonic se sintió como el último mono, y encima era así por su culpa, por no escucharla cuando ella se quiso sincerar con él.
-Knuckles,- Comenzó la muchacha cortando la conversación. -¿nos vamos ya?
Knuckles asintió con la cabeza, pidió la cuenta, tras pagar se levantó y se dirigió con Amy del brazo a la calle.
-¡Ey! ¿no te vas a despedir de mí?- Preguntó Tails con su sonrisa dulce.
Amy también sonrió y le dio un tierno abrazo a Tails, su joven amigo, el único que por su madurez podía hablar abiertamente, al que le contaba sus penas, la mayoría causadas por Sonic.
-Adiós, Amy.- La voz de Tails parecía ahora más triste.
Sonic les miró en silencio, luego, Knuckles y Amy llegaron a la entrada, antes de que se fuesen, Sonic dijo por lo bajo a Tails:
-Hoy... discutí con ella, le dije que era tonta, se irá y no podré disculparme.
-Ve y díselo.- Dijo sinceramente Tails.
Sonic se levantó de su silla y se plantó detrás de Amy, le dijo a Knuckles si podía esperarla fuera, Knuckles asintió, entonces, en la entrada, Sonic dudó un poco antes de decir:
-Así que te vas.
Amy asintió con la cabeza, y Sonic continuó:
-Oye, mira, que siento lo que te dije, no creo que seas tonta...
Amy le puso un dedo en los labios a Sonic.
-No importa, me tengo que ir.- Dijo Amy muy segura de sí misma.
En ese momento Amy le pareció más madura de lo normal, puede que Tails tuviese razón, Amy no era una cría, había crecido desde la primera vez que se vieron, y en ese momento más que en ningún otro, Amy le pareció más una mujer que una niña, quería decírselo, expresarle que ya no le parecía una niña, quizás así no se fuese, quizás así si había algo entre ella y Knuckles pudiese deshacerlo, estaba muy confuso, siempre había pensado que no quería a Amy nada más que como amiga, sin embargo ahora notaba que la iba a echar mucho de menos, su ausencia no se limitaría a buscar una sustituta para presidenta de su club de fans, ella siempre había sido su protegida, la inocente que debía apartar del mal, él había sido su heroe durante años, pero igualmente, Amy se giró y abrió la puerta, estaba dispuesta a dejar todo aquello y ni siquiera le había dicho a Sonic el motivo, él no le había dejado y ahora era tarde para explicarle nada.
-Espera,- Sonic no sabía cómo retenerla. -¿te vas muy lejos? ¿a dónde? ¿te vas con Knuckles?
-Ya lo sabrás,- Respondió ella sin girarse. -igualmente no nos volveremos a ver.
Y salió por la puerta, dejando tras de sí una brisa helada, Sonic sintió el frío que causaba la lluvia que había empezado a caer disimuladamente, pensando que Amy debía estar aún enfadada, que le odiaba y por eso no quería darle las respuestas, él mismo frunció el entrecejo, parte de celosía, parte de impotencia, se volvió a sentar junto a Tails y se metió un bocado de comida en la boca, excusa perfecta para no hablar.
-Con la boca llena no se habla.- Dijo Sonic con la mirada fija en su plato. -Come, Tails, está todo pagado por el equidna.
Tails le miró un momento, sin hacer comentarios, Sonic no estaba para nada, ni bromas ni consejos, incluso cuando salieron a la calle y comenzaron a caminar bajo la humedad dejada por la lluvia, Tails no parecía tener la intención de decirle a Sonic lo que sabía, hasta que sus intentos por contener las lágrimas empezaron a flaquear, y girando la cara para esconderla de Sonic, empezó a gimotear. Sonic se giró de golpe, no se había dado cuenta hasta ahora de que Tails estaba muy afectado.
-¡Tails! ¿qué pasa?
Tails se secó en vano las lágrimas, tenía que ser fuerte, él era el maduro del grupo, debía aguantar, pero casi no era capaz de mantenerse firme.
-Amy... ella se va, ¿sabes lo que significa?- Intentó aclarar Tails. -No la volveremos a ver...
-Pues no, no sé de qué va esto, no entiendo por qué se tiene que ir tan de repente, ni si entre ella y Knuckles hay algo, y parece que me estás ocultando la verdad.
Los celos que estaba demostrando Sonic era algo que en otra situación habrían sido el punto de mira para las burlas de Tails, pero en ese momento, el zorro de dos colas sólo deseaba que se aclarase todo.
-Es que... no puedo decírtelo, ¡se lo prometí!- Gritó Tails dejando que las gotas de lluvia le bañasen el rostro.
-¡El qué! si pasa algo, dímelo, yo lo arreglaré todo.
-Ese es el problema, no puedes hacer nada, Amy no es lo suficiente fuerte, y necesitaba la ayuda de Knuckles porque yo no he podido hacer nada, me pidió ayuda y yo le fallé, y el mago ese, era demasiado poderoso...- Tails empezó a decir frases sin sentido.
-¡Espera, espera! Empieza por el principio, no entiendo nada.
-No hay tiempo, Sonic, Amy se nos va,- Y el zorro agarró por los brazos a Sonic. -se va de verdad, date cuenta, esta vez ni siquiera tú la podrás traer de vuelta, ya es tarde, si la quieres, si de verdad la quieres, ¡díselo, por Dios! ¡no dejes que se rinda!
Sonic se liberó de los brazos de Tails, dio dos pasos atrás respirando muy deprisa, asustado de aquellas palabras que nunca pensó oir de la boca de un niño, lo pensó mejor y Tails tampoco era un crío, era más un adulto atrapado en el cuerpo de un niño, había muchas cosas que se le habían pasado por alto, los años pasaban para todos igual, el tiempo avanzaba.
-Es que esto...- Comenzó a articular Sonic, intentando por una vez sincerarse. -esto me asusta, ella no puede irse de verdad, no de la manera que me estás diciendo.

Continuará...