04
El "Tornado" volaba a velocidad agradable, Tails sentía la brisa en su rostro, estaba atardeciendo y se le hacía tarde, estaba haciendo unos recados para su hermana Elizabeth, pero decidió hacer una parada, la puesta de sol era hermosa. Aterrizó y se quedó de pie mirando al cielo, notó una mano amiga en su hombro, se giró y era Knuckles que sonreía dulcemente. Estuvieron paseando un rato por el borde del lago donde habían luchado contra Alfred hacía ya mes y medio.
-Qué casualidad que nos hayamos encontrado...- Decía sin emoción alguna Tails.
-Ya, desde que pasó "aquello"...- Y Knux calló un momento -¿Cómo está Amy?
-Mejor, parece que sale adelante, al menos está viva, al romper la joya se rompió el hechizo, aunque pienso que nunca se recuperará del todo...
Ambos callaron de nuevo, Knuckles preguntó algo más, algo como si él estaba mejor también, pero Tails no le escuchaba, había dejado de mirarle, tenía la cara girada en dirección a una figura que brillaba con el sol, estaba inmóvil con una rara expresión, Knuckles le volvió a preguntar si estaba bien, pero el zorro siguió sin responder.
-Sonic...- Susurró Tails abriendo mucho los ojos.
Y allí, brillando por el sol, estaba la silueta de Sonic, todo empapado, grandes goterones de agua caían al suelo, chorreones se deslizaban por su cara seria, parpadeó varias veces intentando aclarar su visión borrosa, parecía cansado, muy cansado.
-¡Sonic!- Gritó Knuckles llegando a su altura.
Sonic se giró vagamente mientras recobraba el aliento, sonreía cortamente al ver a sus amigos, y al llegar a su altura repitió sus nombres, le temblaron las piernas y se desplomó en el suelo, entonces todo se tornó oscuridad. Tails evitó que cayese cogiéndole del brazo, sus ojos mostraban un par de lágrimas de alegría, estaba vivo, débil pero vivo, así, Knuckles se lo cargó a la espalda y le llevó al taller de Tails.
Era de madrugada cuando Sonic abrió los ojos, ya no había aquella oscuridad tan absoluta, la pequeña luz de una lámpara venía desde la mesa de estudio que estaba al lado de la cama, y en la mesa estaba Tails, apoyando sus cabeza sobre sus brazos, durmiendo plácidamente. Sonic se reincorporó un poco.
-¿Ya te has despertado?- Dijo Knuckles entrando por la puerta.
Sonic asintió con la cabeza, la sonrisa de Knuckles le inspiraba confianza, pero ni así supo responderle a sus preguntas, lo último que recordaba era a Alfred antes de ser arrastrados agujero dentro, los gritos de Amy, y el dolor que sintió en aquel momento, pero ahora estaba ahí, algo había ocurrido, estaba chorreando cuando le encontraron, tan mojado como cuando se lo tragó el vacío, ese mes y medio para él había sido tan sólo unos segundos. Knuckles miró un momento a Tails y dijo:
-Ha llorado de felicidad...
-Knux... ¿qué ha pasado? ¿dices que he estado desaparecido un mes y medio?- Sonic aún no se hacía a la idea. -vaya... me he perdido la final de la supercopa...
Knuckles rió y luego hizo una gran aspiración, le tocaba el papel de narrador y eso no le iba en absoluto.
-A ver... ¿por dónde podría empezar?- Miró al techo un momento y empezó. -Alfred y tú en teoría moristeis en el vacío, desintegrados o algo así, pues Chaos cerró el agujero y volvió al interior de la Master Emerald, luego a Amy le dio un ataque de histeria tan fuerte que ni Tails ni yo podíamos moverla del sitio, esta chica tiene potencial... si no llega a ser por Elizabeth aún estaría ahí, es la hermana de Tails, tiene la edad de Amy y también es maga, pero ella es una bruja buena, ha estado a nuestro lado todo el rato, ya ves, Tails debe ser la oveja negra de la familia, todos magos y él científico, ya sabes, tú le conoces mejor que nadie... pero ahora hay algo... quería decirte...
-¿El qué? Di, te escucho.- Le cortó Sonic intentando asimilar todo lo que le contaba.
Knuckles suspiró desviando la mirada, y con la vista aún fuera del alcance de Sonic dijo:
-Lo siento, es culpa mía...
Pero Sonic no entendía el qué era culpa de Knuckles, éste, al ver la cara de duda de Sonic decidió contárselo, tragando difícilmente todo su miedo y su dolor.
-Alfred venía a por mí, quería mi poder, mi conexión con la Master Emerald, yo de verdad que no me di cuenta de que Amy estaba allí, de saberlo habría llevado la batalla en otra dirección...
Sonic le tapó la boca con la mano rápidamente, no necesitaba oír más, ahora lo entendía, ya sabía por qué Knuckles se había convertido en el guardián de Amy, ella le había protegido y Alfred había descubierto el poder oculto de la muchacha.
-No pasa nada, lo importante es que de alguna manera hemos ganado, no sé cómo pero los buenos estamos aquí...
Knuckles se le quedó mirando con unas ganas tremendas de llorar, pero los guardianes no lloran, igualmente apoyó su cabeza en el hombro de Sonic, del que siempre iba a ser su mejor amigo.
Llegó la mañana y Sonic no aguantaba más en la cama, era un alma inquieta que a pesar de la debilidad y la falta de sueño quería levantarse ya, y así lo hizo, se quedó sentado solo un momento en la cama y luego fue al comedor dando tumbos.
-Buenos días- Saludó Tails desde la cocina. -¿Un café?
Sonic asintió con la cabeza mientras se sentaba en una silla, poco a poco empezaba a respirar mejor, miró a Tails y no lo vio muy diferente, quizás un par de centímetros más alto, pero como siempre, risueño y con cierto aire de intelectual.
-¿Me estás escuchando? Desde luego tienes problemas para seguir una conversación...- Dijo Tails.
-¿Eh? Ah, sí, sigue.
-Te decía que se ha armado un follón que no veas, te han hecho una lápida con estatua y todo, y ¿a qué no adivinas quién ha estado todo el rato diciendo que no estabas muerto?
Sonic le miró por encima del hombro, como si nada hubiese cambiado, en seguida le vino a la mente el nombre de la que siempre habían relacionado como su novia.
-¿Amy?
-¡Ñeeeek! Equivocado.- Rió Tails ante un Sonic muy sorprendido, y más al oír la respuesta -Eggman, ya sé que suena extraño, pero ha estado usando sus máquinas para buscarte, no le debió sentar muy bien el que no fuese él el que te destruyese... ¡Ah, Amy! Aún no la he llamado, no se lo va a creer cuando se lo diga...
-No sé... yo no la llamaría, no veo justo entrar así de nuevo en su camino, ya debe haber recompuesto su vida, sería egoísta por mi parte el...
-Amy no está bien.- Le cortó Tails muy serio.
Sonic se le quedó mirando, escuchando ahora más atentamente lo que Tails le contaba, que Amy había estado muy mal, el que ahora estuviese mejor no quitaba que siguiese estando mal, que había necesitado mucha ayuda para salir adelante. Sonic tomó el último trago de café y se puso en pie diciendo que tenía que ir a verla, Tails le puso una mano en el hombro e intentó obligarle a sentarse de nuevo, le decía que aún estaba débil, que podía llamarla por teléfono y ella vendría.
-Pero ella no lo va a creer, además, es algo que tengo que hacer solo...- Sonic se puso de espaldas a Tails y comenzó a caminar, pero se detuvo ante la puerta. -Cuando estaba ahí dentro, en el vacío, entonces no tenía miedo porque había conseguido lo que quería, la había salvado, me convertí en el antídoto que necesitaba, pero por otro lado estaba triste, triste porque deseaba más que nada estar a su lado, un deseo tan fuerte que cuando abrí los ojos me vi de nuevo en aquella colina... creo que ha sido ella la que me ha traído de vuelta- Y girándose rápidamente hacia él -¡se lo debo! tengo que ir a verla...
Tails sonrió dulcemente y asintió con la cabeza.
A los pies del piso nuevo de Amy habían instalado una pequeña floristería en la que había empezado a trabajar a media jornada, en el grupo de ayuda psicológica donde la habían obligado a meterse le dijeron que sería bueno para ella el mantenerse ocupada, que eso la aliviaría, incluso Elizabeth le decía que no debía vivir en el pasado, pero a pesar de todo ella seguía pensando en Sonic, intentando mantener sólo lo bueno, sin querer estropear sus recuerdos con las veces que la alejó de su lado, todas esas veces que estuvo cansada de esperarle, pidiéndole que regresase o se quedase, queriendo gritar que sin él no podía vivir, ni soñar, mientras él simplemente le juraba que sería la última vez. Ahora estaba más tranquila, había dejado de llorar por las noches y, aunque no había recobrado del todo su sonrisa, volvía a ir de compras, así, con un ramo de rosas en sus manos, colocándolo de forma que quedase hermoso y llamar la atención de los clientes, Amy sintió una presencia a su espalda y suspiró intentando sonreír como arma de venta.
-Es bello ver una rosa como tú entre tantas rosas...- Dijo la voz a su espalda.
Amy aún no se había dado la vuelta, pero la voz era demasiado fácil de reconocer, le pareció una mala pasada de su oido, una broma cruel, y apretó fuerte el ramo de rosas envueltas en el suave papel contra su pecho, como si quisiese evitar que su propio corazón saliese despedido, y empezó a darse la vuelta lentamente con los ojos muy abiertos, efectivamente, ante ella estaba Sonic, sonriendo con su pícara sonrisa de siempre, apoyando una mano en un estante, con una pierna cruzada, y como si de una visión se tratase, Amy se frotó los ojos y volvió a mirar, tragó saliva y dio un paso atrás mientras apretaba más fuerte las rosas en su pecho, acerando su cara a ellas y negando vagamente con la cabeza, un par de lágrimas asomaron a sus ojos y se deslizaron por sus mejillas, pensaba que ya se había vuelto loca del todo, hasta que la visión habló de nuevo.
-¡Pero bueno! vengo a verte y en vez de darme un abrazo te pones a llorar, no hay quién te entienda- Bromeaba Sonic como siempre había hecho.
Amy dejó caer el ramo de rosas al suelo y le saltó al cuello, riendo histéricamente mientras sus lágrimas seguían deslizándose cara abajo, y Sonic, que no estaba en su mejor forma, soportó cuanto pudo la embestida a duras penas y terminó cayendo de culo, se quedó sentado apoyando sus manos en el suelo con Amy aferrada fuertemente a él, escondiendo su cara en el pecho de Sonic.
-¡Ey, ey! me vas a ahogar...- Continuaba bromeando Sonic.
En casa de Amy, Sonic se sentó en el sofá con aire de agotado, Amy lo notó y aunque él insistía que estaba bien se quedó medio recostado con el mando en la mano.
-¿Sí, diga?- Hablaba Amy por teléfono -No, hoy no iré, es más, ya no necesito más apoyo psicológico... no, no me refiero a eso.
Se escuchaba a Amy discutir, Sonic la miraba de reojo un momento, giró la cara y empezó a mirarla fijamente, veía que ella le preguntaba algo, pero no le prestaba atención, era que la psicóloga no creía a Amy, y tenían que ir los dos a la cita de aquella tarde porque pensaba que Amy había desarrollado doble personalidad y reinventado a su novio por la ausencia de éste, Sonic seguía cansado y asintió con la cabeza sin saber muy bien de qué se trataba. Amy colgó el teléfono y le preguntó a Sonic si quería que le preparase algo de comer, Sonic volvió a asentir ahora con su mirada fija en el televisor, sentado ahí comió y cuando Amy volvió de dejar los platos en la cocina se lo encontró dormido, le miró dulcemente y se sentó a su lado apagando el televisor y apoyando su cabeza en el hombro de él, pero de nuevo sonó el teléfono, esta vez era Tails, que corroboró la historia, contento de que todo no fuese un sueño.
-Amy, es que no tengo palabras para expresar lo bien que me siento ahora...- Decía Tails.
-Lo sé, aún no termino de creerlo, y el que haya venido en persona a decírmelo significa mucho para mí, no entiendo qué ha pasado, pero me alegro.- Amy se quedó pensativa -Estaba pensando... ¿y Alfred? ¿y si vuelve?
-Pues le volveremos a vencer, juntos somos invencibles.
-Ya...- Amy sonrió -y al final todos hemos vencido nuestro mayor miedo...
-¿Lo dices por Knuckles? sí, Alfred tenía razón, Knuckles no temía a los fantasmas, temía perder a Sonic.
-¡Es que Sonic se hace de querer!
Siguieron hablando un rato, hasta que Sonic se despertó, más animado y fuerte, y volvió a bromear, algo respecto al vestido de Amy que en aquel momento ella no entendió, pero que luego la hizo ruborizar, de manera que todo fue volviendo poco a poco a la normalidad. Sonic volió a viajar, sabiendo en el fondo al ver la sonrisa de Amy que había sido el antídoto de su propio veneno.
Fin
El "Tornado" volaba a velocidad agradable, Tails sentía la brisa en su rostro, estaba atardeciendo y se le hacía tarde, estaba haciendo unos recados para su hermana Elizabeth, pero decidió hacer una parada, la puesta de sol era hermosa. Aterrizó y se quedó de pie mirando al cielo, notó una mano amiga en su hombro, se giró y era Knuckles que sonreía dulcemente. Estuvieron paseando un rato por el borde del lago donde habían luchado contra Alfred hacía ya mes y medio.
-Qué casualidad que nos hayamos encontrado...- Decía sin emoción alguna Tails.
-Ya, desde que pasó "aquello"...- Y Knux calló un momento -¿Cómo está Amy?
-Mejor, parece que sale adelante, al menos está viva, al romper la joya se rompió el hechizo, aunque pienso que nunca se recuperará del todo...
Ambos callaron de nuevo, Knuckles preguntó algo más, algo como si él estaba mejor también, pero Tails no le escuchaba, había dejado de mirarle, tenía la cara girada en dirección a una figura que brillaba con el sol, estaba inmóvil con una rara expresión, Knuckles le volvió a preguntar si estaba bien, pero el zorro siguió sin responder.
-Sonic...- Susurró Tails abriendo mucho los ojos.
Y allí, brillando por el sol, estaba la silueta de Sonic, todo empapado, grandes goterones de agua caían al suelo, chorreones se deslizaban por su cara seria, parpadeó varias veces intentando aclarar su visión borrosa, parecía cansado, muy cansado.
-¡Sonic!- Gritó Knuckles llegando a su altura.
Sonic se giró vagamente mientras recobraba el aliento, sonreía cortamente al ver a sus amigos, y al llegar a su altura repitió sus nombres, le temblaron las piernas y se desplomó en el suelo, entonces todo se tornó oscuridad. Tails evitó que cayese cogiéndole del brazo, sus ojos mostraban un par de lágrimas de alegría, estaba vivo, débil pero vivo, así, Knuckles se lo cargó a la espalda y le llevó al taller de Tails.
Era de madrugada cuando Sonic abrió los ojos, ya no había aquella oscuridad tan absoluta, la pequeña luz de una lámpara venía desde la mesa de estudio que estaba al lado de la cama, y en la mesa estaba Tails, apoyando sus cabeza sobre sus brazos, durmiendo plácidamente. Sonic se reincorporó un poco.
-¿Ya te has despertado?- Dijo Knuckles entrando por la puerta.
Sonic asintió con la cabeza, la sonrisa de Knuckles le inspiraba confianza, pero ni así supo responderle a sus preguntas, lo último que recordaba era a Alfred antes de ser arrastrados agujero dentro, los gritos de Amy, y el dolor que sintió en aquel momento, pero ahora estaba ahí, algo había ocurrido, estaba chorreando cuando le encontraron, tan mojado como cuando se lo tragó el vacío, ese mes y medio para él había sido tan sólo unos segundos. Knuckles miró un momento a Tails y dijo:
-Ha llorado de felicidad...
-Knux... ¿qué ha pasado? ¿dices que he estado desaparecido un mes y medio?- Sonic aún no se hacía a la idea. -vaya... me he perdido la final de la supercopa...
Knuckles rió y luego hizo una gran aspiración, le tocaba el papel de narrador y eso no le iba en absoluto.
-A ver... ¿por dónde podría empezar?- Miró al techo un momento y empezó. -Alfred y tú en teoría moristeis en el vacío, desintegrados o algo así, pues Chaos cerró el agujero y volvió al interior de la Master Emerald, luego a Amy le dio un ataque de histeria tan fuerte que ni Tails ni yo podíamos moverla del sitio, esta chica tiene potencial... si no llega a ser por Elizabeth aún estaría ahí, es la hermana de Tails, tiene la edad de Amy y también es maga, pero ella es una bruja buena, ha estado a nuestro lado todo el rato, ya ves, Tails debe ser la oveja negra de la familia, todos magos y él científico, ya sabes, tú le conoces mejor que nadie... pero ahora hay algo... quería decirte...
-¿El qué? Di, te escucho.- Le cortó Sonic intentando asimilar todo lo que le contaba.
Knuckles suspiró desviando la mirada, y con la vista aún fuera del alcance de Sonic dijo:
-Lo siento, es culpa mía...
Pero Sonic no entendía el qué era culpa de Knuckles, éste, al ver la cara de duda de Sonic decidió contárselo, tragando difícilmente todo su miedo y su dolor.
-Alfred venía a por mí, quería mi poder, mi conexión con la Master Emerald, yo de verdad que no me di cuenta de que Amy estaba allí, de saberlo habría llevado la batalla en otra dirección...
Sonic le tapó la boca con la mano rápidamente, no necesitaba oír más, ahora lo entendía, ya sabía por qué Knuckles se había convertido en el guardián de Amy, ella le había protegido y Alfred había descubierto el poder oculto de la muchacha.
-No pasa nada, lo importante es que de alguna manera hemos ganado, no sé cómo pero los buenos estamos aquí...
Knuckles se le quedó mirando con unas ganas tremendas de llorar, pero los guardianes no lloran, igualmente apoyó su cabeza en el hombro de Sonic, del que siempre iba a ser su mejor amigo.
Llegó la mañana y Sonic no aguantaba más en la cama, era un alma inquieta que a pesar de la debilidad y la falta de sueño quería levantarse ya, y así lo hizo, se quedó sentado solo un momento en la cama y luego fue al comedor dando tumbos.
-Buenos días- Saludó Tails desde la cocina. -¿Un café?
Sonic asintió con la cabeza mientras se sentaba en una silla, poco a poco empezaba a respirar mejor, miró a Tails y no lo vio muy diferente, quizás un par de centímetros más alto, pero como siempre, risueño y con cierto aire de intelectual.
-¿Me estás escuchando? Desde luego tienes problemas para seguir una conversación...- Dijo Tails.
-¿Eh? Ah, sí, sigue.
-Te decía que se ha armado un follón que no veas, te han hecho una lápida con estatua y todo, y ¿a qué no adivinas quién ha estado todo el rato diciendo que no estabas muerto?
Sonic le miró por encima del hombro, como si nada hubiese cambiado, en seguida le vino a la mente el nombre de la que siempre habían relacionado como su novia.
-¿Amy?
-¡Ñeeeek! Equivocado.- Rió Tails ante un Sonic muy sorprendido, y más al oír la respuesta -Eggman, ya sé que suena extraño, pero ha estado usando sus máquinas para buscarte, no le debió sentar muy bien el que no fuese él el que te destruyese... ¡Ah, Amy! Aún no la he llamado, no se lo va a creer cuando se lo diga...
-No sé... yo no la llamaría, no veo justo entrar así de nuevo en su camino, ya debe haber recompuesto su vida, sería egoísta por mi parte el...
-Amy no está bien.- Le cortó Tails muy serio.
Sonic se le quedó mirando, escuchando ahora más atentamente lo que Tails le contaba, que Amy había estado muy mal, el que ahora estuviese mejor no quitaba que siguiese estando mal, que había necesitado mucha ayuda para salir adelante. Sonic tomó el último trago de café y se puso en pie diciendo que tenía que ir a verla, Tails le puso una mano en el hombro e intentó obligarle a sentarse de nuevo, le decía que aún estaba débil, que podía llamarla por teléfono y ella vendría.
-Pero ella no lo va a creer, además, es algo que tengo que hacer solo...- Sonic se puso de espaldas a Tails y comenzó a caminar, pero se detuvo ante la puerta. -Cuando estaba ahí dentro, en el vacío, entonces no tenía miedo porque había conseguido lo que quería, la había salvado, me convertí en el antídoto que necesitaba, pero por otro lado estaba triste, triste porque deseaba más que nada estar a su lado, un deseo tan fuerte que cuando abrí los ojos me vi de nuevo en aquella colina... creo que ha sido ella la que me ha traído de vuelta- Y girándose rápidamente hacia él -¡se lo debo! tengo que ir a verla...
Tails sonrió dulcemente y asintió con la cabeza.
A los pies del piso nuevo de Amy habían instalado una pequeña floristería en la que había empezado a trabajar a media jornada, en el grupo de ayuda psicológica donde la habían obligado a meterse le dijeron que sería bueno para ella el mantenerse ocupada, que eso la aliviaría, incluso Elizabeth le decía que no debía vivir en el pasado, pero a pesar de todo ella seguía pensando en Sonic, intentando mantener sólo lo bueno, sin querer estropear sus recuerdos con las veces que la alejó de su lado, todas esas veces que estuvo cansada de esperarle, pidiéndole que regresase o se quedase, queriendo gritar que sin él no podía vivir, ni soñar, mientras él simplemente le juraba que sería la última vez. Ahora estaba más tranquila, había dejado de llorar por las noches y, aunque no había recobrado del todo su sonrisa, volvía a ir de compras, así, con un ramo de rosas en sus manos, colocándolo de forma que quedase hermoso y llamar la atención de los clientes, Amy sintió una presencia a su espalda y suspiró intentando sonreír como arma de venta.
-Es bello ver una rosa como tú entre tantas rosas...- Dijo la voz a su espalda.
Amy aún no se había dado la vuelta, pero la voz era demasiado fácil de reconocer, le pareció una mala pasada de su oido, una broma cruel, y apretó fuerte el ramo de rosas envueltas en el suave papel contra su pecho, como si quisiese evitar que su propio corazón saliese despedido, y empezó a darse la vuelta lentamente con los ojos muy abiertos, efectivamente, ante ella estaba Sonic, sonriendo con su pícara sonrisa de siempre, apoyando una mano en un estante, con una pierna cruzada, y como si de una visión se tratase, Amy se frotó los ojos y volvió a mirar, tragó saliva y dio un paso atrás mientras apretaba más fuerte las rosas en su pecho, acerando su cara a ellas y negando vagamente con la cabeza, un par de lágrimas asomaron a sus ojos y se deslizaron por sus mejillas, pensaba que ya se había vuelto loca del todo, hasta que la visión habló de nuevo.
-¡Pero bueno! vengo a verte y en vez de darme un abrazo te pones a llorar, no hay quién te entienda- Bromeaba Sonic como siempre había hecho.
Amy dejó caer el ramo de rosas al suelo y le saltó al cuello, riendo histéricamente mientras sus lágrimas seguían deslizándose cara abajo, y Sonic, que no estaba en su mejor forma, soportó cuanto pudo la embestida a duras penas y terminó cayendo de culo, se quedó sentado apoyando sus manos en el suelo con Amy aferrada fuertemente a él, escondiendo su cara en el pecho de Sonic.
-¡Ey, ey! me vas a ahogar...- Continuaba bromeando Sonic.
En casa de Amy, Sonic se sentó en el sofá con aire de agotado, Amy lo notó y aunque él insistía que estaba bien se quedó medio recostado con el mando en la mano.
-¿Sí, diga?- Hablaba Amy por teléfono -No, hoy no iré, es más, ya no necesito más apoyo psicológico... no, no me refiero a eso.
Se escuchaba a Amy discutir, Sonic la miraba de reojo un momento, giró la cara y empezó a mirarla fijamente, veía que ella le preguntaba algo, pero no le prestaba atención, era que la psicóloga no creía a Amy, y tenían que ir los dos a la cita de aquella tarde porque pensaba que Amy había desarrollado doble personalidad y reinventado a su novio por la ausencia de éste, Sonic seguía cansado y asintió con la cabeza sin saber muy bien de qué se trataba. Amy colgó el teléfono y le preguntó a Sonic si quería que le preparase algo de comer, Sonic volvió a asentir ahora con su mirada fija en el televisor, sentado ahí comió y cuando Amy volvió de dejar los platos en la cocina se lo encontró dormido, le miró dulcemente y se sentó a su lado apagando el televisor y apoyando su cabeza en el hombro de él, pero de nuevo sonó el teléfono, esta vez era Tails, que corroboró la historia, contento de que todo no fuese un sueño.
-Amy, es que no tengo palabras para expresar lo bien que me siento ahora...- Decía Tails.
-Lo sé, aún no termino de creerlo, y el que haya venido en persona a decírmelo significa mucho para mí, no entiendo qué ha pasado, pero me alegro.- Amy se quedó pensativa -Estaba pensando... ¿y Alfred? ¿y si vuelve?
-Pues le volveremos a vencer, juntos somos invencibles.
-Ya...- Amy sonrió -y al final todos hemos vencido nuestro mayor miedo...
-¿Lo dices por Knuckles? sí, Alfred tenía razón, Knuckles no temía a los fantasmas, temía perder a Sonic.
-¡Es que Sonic se hace de querer!
Siguieron hablando un rato, hasta que Sonic se despertó, más animado y fuerte, y volvió a bromear, algo respecto al vestido de Amy que en aquel momento ella no entendió, pero que luego la hizo ruborizar, de manera que todo fue volviendo poco a poco a la normalidad. Sonic volió a viajar, sabiendo en el fondo al ver la sonrisa de Amy que había sido el antídoto de su propio veneno.
Fin
