Pasada la media noche en la ciudad de Kuoh, todo era silencio con un poco de tranquilidad, aunque, tal cual hoja de papel, esta ultima podría ser rota fácilmente... Pero así no eran las cosas en otro sitio.

Mientras tanto, al otro extremo de Kuoh, en el sur, algo SI estaba pasando:

Una bestia de al menos 5 metros de altura, tenía la apariencia de alguna clase de gorila, pelaje en la gran parte del cuerpo de un color negro que podría absorber la luz de la luna si no fuera por la escases que había en aquel momento.
Aunque la mayor parte de su cuerpo era el de un primate, algunas partes como el rostro o el brazo derecho eran completamente humanos, algo que desentonaba por completo a su apariencia.

El panorama era uno boscoso, los arboles eran tan frondosos como la niebla que los acompañaba.

Actualmente al monstruo se le veía cansado, aunque sería un eufemismo para decir que estaba increíblemente dañado y a unos pocos pasos de la muerte.
Apoyándose con uno de sus brazos mientras veía el suelo con impotencia.

—Oye "unga unga", ¿No ibas a quitarme los brazos?

Una voz se había comenzado a hacer presente en el panorama haciendo que el demonio callejero comenzara a mover su cabeza frenéticamente con un claro nerviosismo.

De alguna parte de la niebla, una silueta se había comenzado a hacer presente mientras era visto con ira por el callejero.
Sin esperar algo en particular, había abierto su boca mientras una esfera de energía se materializaba. Era de un rojo oscuro, se podía sentir todo el poder acumulado en dicho ataque con solo verlo.

Sin esperar otro segundo; El demonio lanzo su ataque hacía la silueta impactando de lleno.
La primera reacción del demonio fue poner una sonrisa fanfarrona en su rostro de primate, sonrisa que le duro más bien poco cuando noto como la niebla se disipaba un poco dejando ver como realmente no había nada ahí para su temor.

Lo último que logro sentir fue como un objeto chocaba con la parte posterior de su cráneo, estaba algo tibio, aunque a juzgar por lo fuerte que fue el golpe el objeto era un arma de fuego.
Y después... Nada

El cadáver de la enorme bestia caía inerte con un nuevo agujero en su frente provocado por una bala. La sangre había comenzado a crear un charco en el piso mientras una figura desconocida ponía su pie en la cabeza del demonio callejero.

Era una persona, era algo alto y tenía un cabello rubio apagado.
Su vestimenta consistía en una gabardina oscura, de no ser por la pobre iluminación del sitio se podría notar como la gabardina era de un color amarillento.
Debajo llevaba una sudadera de cierre con capucha de color negro que parecía tener manchas de sangre así como rasguños.

Mantenía la boca del arma debajo mientras pisaba la cabeza de la bestia.
Bajo del cadáver inerte de la bestia de un salto mientras se retiraba de la escena, dejando caer alguna clase de pergamino antes de irse...

—¿Por qué hago esto aún?... Desahogar mi ira en esta escoria...

Pensaba el sujeto mientras caminaba por en frondoso bosque.
La parte sur de Kuoh, zona caracterizada por ser un espacio más bien rural. A diferencia del Kuoh Norte, que era la parte metropolitana del lugar.

Era el área con más demonios callejeros de todo Kuoh, al ser una parte poco supervisada por los demonios dueños de la zona.

Era el área ideal prácticamente, el único problema sería la población, al ser mayoritariamente pueblos pequeños y así.

Matar a un humano se complicaba significativamente , llamando más la atención de los otros humanos y poniéndolos en alerta.

O está sería la mentalidad de cualquier callejero que llegue los primeros días, hasta que llega el Slayer.

Prácticamente la zona Sur de Kuoh era un ghetto de caza personal, dado a la nula ausencia de los clanes Gremory y Sitri.

Actualmente, el escenario es una oficina ligeramente desordenada,
Bueno, esto es un eufemismo.
Había montones de armas de fuego humanas amontonadas en distintas pilas.

Algunas estaban acomodadas en soportes de las paredes, otras estaban apoyadas en la pared, o sólo se encontraban dispersadas por el suelo en distintas pilas.

La puerta de dicha oficina se abrió mostrando al mismo sujeto de gabardina que mató a la bestia.

Esta vez, la iluminación era más óptima, dejando ver su rostro en mayor detalle.

Un tipo joven de probablemente 19 años, tenía rasgos americanos muy marcados, denotando por completo que era un extranjero.
Tenía un pelo rubio ligeramente largo, pero nada exagerado, un flequillo algo desalborotado, y una pequeña trenza colgando delante de la oreja izquierda, acompañado con unos ojos azules verdosos.

Sin más, el sujeto entró a la oficina mientras se bajaba el cierre de la chamarra que tenía.

Se quito la chaqueta mientras caminaba y tomó asiento en la silla del escritorio, sacando su revolver Wiss Smith 500 jugando con el.

Había comenzado a ver el techo reflexivo mientras hacía girar el tambor del arma, o jalaba ligeramente el martillo.

—Llevó 5 años haciendo esto y aún nada

Pensaba el sujeto mientras acomodaba sus pies sobre el escritorio.

—Dejó de ser satisfactorio cazar a callejeros en algún punto, aunque supongo que era predecible

Decía soltando un suspiro de resignación.
Dejando el revolver en el escritorio, se quito la chamarra dejándose puesto únicamente una chaqueta amarilla con una camisa de botones blanca debajo.

Salió de la oficina sin tomarse la molesta de apagar las luces.


En Grigori, más en específico; En los aposentos de cierto cadre amante de la guerra.

Un cuarteto de ángeles caídos habían sido mandados a llamar.
Actualmente: La única presente era una chica de presumiblemente 20 años, pelo negro azabache y ojos violetas oscuro.

Si a lo que llevaba puesto se le pudiera llamar ropa.
Eran varias correas de cuero negro que recorrían su cuerpo "cubriendo" las partes más importantes.
Era del estilo "BDSM" a falta de un mejor nombre, ejercía la suficiente presión a ciertas zonas para que no dejara mucho a la imaginación, inclusive dejaba ver ligeramente sus pezones.

La chica esperaba estaba apoyada en un arbol mientras esperaba algo.
A la chica se le veía "reflexiva", tenía los brazos cruzados resaltando aún más su busto.

—¿Por qué habrá sido que Kokabiel nos llamó?, no es que lo cuestione ni parecido, pero es "raro" que nos cite aquí y no en su oficina

Pensaba la chica mientras escuchaba como alguien más llegaba.
Un mujer de apariencia madura había aterrizado delante de la chica mientras abría un ojo para ver a la mujer.
Iba vestida con un traje de secretaria que resaltaba una vez más su buen cuerpo.

—¿Llevas mucho tiempo esperando Raynare?

Preguntaba la mujer mientras que la chica se reincorporaba.

—Al menos 5 minutos

Dijo con algo de sarcasmo mientras que la otra suspiraba con molestia.

—¿Cuánto más demorarán?

Decía con exasperación mientras que Raynare soltaba una risita.

—¿Acabas de llegar y ya estas desesperada?, que débil

Continuaba riendo mientras que la mujer volteaba molesta a verla.

—¡Callate!

Grito pero solo obtuvo colo resultado carcajadas más fuertes de la caída frente a ella.
La discusión terminó pronto cuando 2 personas más habían llegado.

Un hombre alto que tenía puesta una gabardina acompañada por un sombrero.
Y una niña rubia que tenía puesto un atuendo más bien gótico.

Una vez los 4 estuvieron reunidos intercambiaban miradas sin saber específicamente para qué los habían llamado.

—Si bien, ¿Qué tal el clima?

Decía con desinterés Raynare para que al menos la situación no fuera monótona.

Cómo si esto hubiera sido un detonador, del cielo había comenzado a bajar alguien, los 4 caídos habían sentido una presencia dominante y abrumadora.

Inicialmente se asustaron por lo repentino de la presencia.
Pero después de darse cuenta de quien se trataba se relajaron.

Kokabiel bajaba cuál ángel del cielo con los rayos de cubriendolo.
Sus imponentes 12 alas eran suficiente razón para arrodillarse ante él.

Cuando quedó a unos Centímetros sobre el suelo, en vez de terminar de aterrizar se quedó flotando.

Los 4 caídos cuando el cadre se puso al frente se arrodillaron lo más que pudieron, provocando una sonrisa de satisfacción por parte del señor de la guerra.

—Como saben, ustedes 4 fueron llamados aquí para una misión muy importante

Comenzaba a hablar el cadre mientras flotaba alrededor de los 4 caídos, quienes seguían arrodillados ante el cadre.

—Ustedes 4 van a ir a Kuoh, territorio de los asquerosos demonios Gremory y Sitri, y van a matar a todo aquel que tenga un Sacred Gear

Ante lo dicho por en cadre, el cuarteto procesaba la información.

—Pero señor... Con el debido respeto, ¿las tensiones no están peor que nunca?, si los demonios se enteraran del lo que estamos haciendo posiblemente comencemos una guerra

Dijo Raynare mientras levantaba su cabeza para ver al cadre quien se le había acercado.

Kokabiel tenía una sonrisa bien marcada en el rostro mientras flotaba específicamente hacia Raynare.
Una vez estuvo al frente, piso con una increíble fuerza la espalda de Raynare obligándola a pegar su cuerpo al suelo.

—Si los demonios los descubren, es problema suyo, ustedes solo deben seguir mis ordenes

Decía mientras ponía más presión en la pisada y Raynare se retorcía del dolor, soltando algunos quejidos.

—Tu vas a ser la líder de la operación, no me falles

Terminó de decir quitándole el pie de encima a Raynare, quien continuaba quejándose por el dolor.

El cadre había comenzado a elevarse en el cielo mientras que los caídos se reincorporaban menos Raynare quien seguía en el suelo.

—Una última cosa: Alguien más los va ayudar en su misión

Decía mientras sacaba un folder.
Lo había dejado caer mientras aún se elevaba, cayendo convenientemente frente a Raynare quien apenas se estaba recuperando.

Con algo de dificultad agarro el folder y lo abrió.
Como si nunca hubiera estado lastimada, se reincorporo revisando el contenido del folder con los ojos bien abiertos.

—Si nuestro amigo no quiere cooperar, solo avísame y hablaré personalmente con él

Terminaba finalmente desapareciendo de la vista del cuarteto de caídos.

Los demás habían comenzado a rodear a Raynare mientras esperaban más información sobre su ayudante.

Nombre: Ethan Fuyu.
Edad: 19 años (última registrada 12 años)
Estado: Desconocido (presuntamente con vida)
Rango: 2 pares de Alas
Paradero: Desconocido (Presuntamente zona Sur de Kuoh, territorio de los demonios)

Raynare leía la información atenta mientras veía una foto adjuntada de un chico de posiblemente 12 años de pelo rubio...

(... ... ...)

Ethan Fuyu, joven universitario de 19 años.
Hijo de Yumiko Fuyu y Mark Torres, nacido en Estados Unidos Texas, actualmente viviendo en el área Rural del pueblo natal de su madre, Kuoh.

El escenario actual era una habitación común y corriente, estaba algo desordenada, si "algo desordenada" fuera un sinónimo de cuchitril.

Había bultos de ropa por toda la habitación, así como platos vacíos con sobras, o comida a medio masticar.

El escritorio era una zona que se salvaba un poco, ya que había solamente un vaso de agua a medio tomar y algunos libros regados.

De la nada, una serie de pequeños golpes se escucharon, golpes huevos de la madera siendo presionada.

—¡Haruko!, ¿Estas despierta?

Una voz masculina se había escuchado al otro lado de la puerta mientras no recibía una respuesta.

Ante el ruido, un bulto en la cama se había comenzado a mover y gimiendo en molestia ante el ruido.

El bulto se había comenzado a reincorporar correctamente mientras se estiraba un poco.
La sabana que cubría a la figura se había caído con estos estiramientos dejando ver a una chica.

Aparentaba unos 16 años, pelo castaño oscuro corto y ojos verdes ligeramente azulados.
Lo único que tenia puesto eran unas bragas negras de encaje, y el resto de su cuerpo estaba desnudo.

De repente la puerta se había abierto mientras alguien más entraba.

Un sujeto de aparentes 19 años, rubio, con un pelo ligeramente largo, una pequeña trenza al frente de la oreja izquierda y ojos verdes azulados.

—¡Haruko!, te digo que ya es tarde y debemos apurat-...

El sujeto no terminó cuando se dio cuenta de la escena.

En vez de lo que cualquiera pudiera esperar de un Anime echii genérico. El tipo no se alteró por la escena.

Suspiro con exasperación mientras caminaba por el basurero que había en la habitación.

—¿No te han dicho que es de mala educación pasar sin permiso Ethan?

Decía con un tono burlesco la chica mientras se levantaba de la cama y caminaba al armario.

Ethan estaba a punto de abrir las cortinas hasta que se volteo y se dio cuenta como la chica se iba a comenzar a cambiar, por lo que lo dejó para luego.

La chica se había inclinado para agarrar un sostén que iba a juego con las bragas que estaba usando, dándole a Ethan una buena vista de su trasero que tenía forma de melocotón.

Y sorprendentemente para cualquier otro, Ethan mantenía la calma como si eso fuera de todos los días.

—¿Y Oka san y mi Otou san?

Preguntaba la chica mientras se abotonaba una camisa blanca.

—Mamá tuvo que irse temprano, por lo que yo tuve que hacerte el desayuno. Y tu padre se fue a trabajar— Explicaba el rubio mientras que la castaña se terminaba de poner el uniforme de su academia.

Consistía en un saco negro junto a una camisa de botones blanca debajo con una corbata que los acompaña.

—¿Y tu por qué aun no te vas?

Preguntaba curiosa mientras recibía una sonrisa sarcástica por parte de Ethan.

—Tienes 10 minutos para desayunar

Terminó diciendo antes de abrir las cortinas al completo y salir del cuarto.

Ante lo dicho por su medio hermano, la cara de Haruko palideció mientras se apresura a a bajar las escaleras.

Pasaron esos 10 Minutos.

Ahora se podían ver al duo corriendo por un pueblo rural.
Llegando finalmente a una estación de metro.

Ambos lugraron subir al tren correspondiente mientras que las puertas se cerraban un segundo después de que subieran.

Ellos al vivir en una parte rural, la mayoría de Academias que habían no pasaban de la educación secundaria, por lo que se veían obligados a tomar un tren y hacer un viaje de máximo 20 minutos.

Por lo general esto no representaba un problema, ya que salían 25 minutos antes y podían llegar a tiempo.

Pero tener de hermana a Haruko Shinya implicaba tener que hacer un recorrido de 5 minutos se convirtiera en uno de 60 segundos.

Realmente a ambos no les costaba demasiado: Ethan estaba extrañamente en una buena forma a pesar de su apariencia larguirucha.
Y Haruko era una Tomboy default, fan del deporte y los videojuegos.

Pero si le preguntaban a Ethan era muy tedioso tener que hacer esa rutina. Pero realmente como no afectaba más haya, tampoco había hecho un esfuerzo por corregirlo.

Ambos habían logrado subir al metro justo a tiempo, apenas se les veía cansados mientras un ligero movimiento del metro los sacudió.

—Bueno... Lo logramos ¿No?

La castaña miraba a su medio hermano con una sonrisa en nerviosismo mientras levantaba sus manos.

Ante esto Ethan solo suspiro en resignación mientras miraba fuera como el metro comenzaba a tomar velocidad.

Habían pasado alrededor de unos 15 minutos mientras finalmente llegaban a su parada, ahora de resto solo era caminar hacía la Academia.
Se podría decir que ambos siguen estando en la área rural de Kuoh, solo se habían acercado ligeramente hacía la ciudad donde quedaban más cerca.

Caminaron más tranquilamente por las calles poco concurridas mientras llegaban al portón de la puerta. Las charlas en su mayoría consistieron reproches de Ethan hacía Haruko quien solo inclinaba su cabeza en disculpa.
Después solo fueron charlas cotidianas sobre asuntos triviales.

Finalmente ambos llegaron al portón.
Despidiéndose mutuamente, lo último que vio Ethan era como su media hermana saludaba su grupo de amigas para acto siguiente entrar a la Academia.

A diferencia de lo que muchos piensan, esta Academia estaba a las afueras de la zona metropolitana, no era tan extravagante como la Academia del Norte donde hasta hace algunos meses era una escuela exclusiva de mujeres, esta era una opción casi igual de buena, claro, si no contamos de que los porcentajes de alumnos estaba más equilibrado.

Sin más que hacer ahí, Ethan soltó un suspiro mientras comenzaba a irse a un lado contrario a la Academia.
Camino por algunas cuadras mientras revisaba superficialmente algunos mensajes de texto.

Presiono algunos botones antes de guardarlo y continuar su camino.
Devolvio su mirada un segundo al sentirse observado, mirando la completa nada el semblante de Ethan paso de ser uno neutro a uno con un ceño fruncido.

—¿De verdad crees que solo con una barrera de visibilidad no te detectaría?, seas quien seas claro

Decía mientras se daba la vuelta por completo con los brazos cruzados.

Pasaron un par de segundos mientras que una pantalla de humo negro espeso había salido de la completa nada, de la cortina había salido cierta caída de pelo negro y ojos violetas.
La primera reacción que Ethan pudo identificar fue una de sorpresa y... ¿alegría?, aunque fue solo por una milésima de segundo y cambio a una sonrisa arrogante.

—¿Aun con el toque Eddie?

Decía en voz alta la recién llegada mientras que el rubio guardaba sus manos en la chaqueta.
Pero le fue imposible ocultar una expresión de impresión y alegría al darse cuenta de quien se trataba.

Al momento en el que Raynare había salido por completo del humo negro Ethan rápidamente se acerco inspeccionando su rostro con cuidado dándose cuenta de que efectivamente, era Raynare.

—Se que han sido como 7 años Eddie, pero si continuas con eso te romperé la nariz

Decía mientras que el rubio se alejo un par de pasos levantando sus manos en signo de rendición.
Con una risa nerviosa, Ethan comenzó a intentar hablar.

—Ehhhh si, Raynare, cuanto tiempo, simplemente estoy feliz de verte. El último ángel caído con el que me encontré trato de matarme, y eso fue hace algunos años. Por lo que entenderás que es reconfortante volver a ver a un caído...

—A no ser que vengas a matarme, en ese caso créeme que no me temblara la mano en jalar el gatillo.

Raynare sabía que esa palabras eran enserio, pero solo se reía sarcásticamente mientras se acercaba a Ethan, quien pareció no darle mayor importancia al acto de Raynare.
De quien sabe donde, Raynare había sacado una carta que emanaba magia bastante densa, fue tomada por Ethan mientras la inspeccionaba superficialmente.

—Una vez abra esta carta, Kokabiel sabrá que la recibí, lo que implica que sabrá donde estoy, aunque bueno.

—Si me encontraste es por que ni me tomó la molestia de intentar ocultarme

Decía Ethan mientras que Raynare levantaba una ceja viéndolo fijamente, así como a la carta dándose cuenta de lo que Ethan decía, ¿Cómo era que no se dio cuenta?.

El último registro que Grigori tuvo sobre Mark Torres y su hijo Ethan Fuyu fue un reporte de la muerte de Mark, y su hijo se encontraba en un paradero desconocido.
Se dio por hecho de que Ethan había sido secuestrado o asesinado, sea cual sea la razón, los caídos no se tomaron la molestia de comprobarlo.

Con el tiempo, el Estado de Ethan cambio de "Muerto" a "Presuntamente vivo", pues según algunos reportes, en algún lugar de Japón había una magia muy especifica, no se pudo rastrear con exactitud, solo se sabía que venía de Kuoh, territorio de los demonios.
Y donde curiosamente estaba la hija del cadre Baraqiel.
Sea como sea, hasta ese momento daban por muerto a Ethan.

—No abriré la carta

Proclamo con autoridad Ethan mientras la aventaba a otro lado.
Raynare vio esto con una impresión que no se molesto en ocultar mientras veía como convenientemente la carta terminaba en sus píes, levanto una vez su vista para recibir una explicación por parte de Ethan.

Este al comprender la mirada de la caída procedió.

—No se cuales sean las intenciones de Kokabiel para que te mandara a buscarme, pero realmente no creo que sean buenas si fue tan precavido como para asegurarse de estar enterado cuando la abriera.

—Sumado a que realmente nunca me inspiro confianza

Decía mientras que Raynare levantaba la carta inspeccionándola detenidamente.
Ella no se había tomado la molestia de revisar más haya de darse cuenta de la firma mágica de Kokabiel, pero por debajo podía darse cuenta de lo que decía Ethan.

—Entonces... Kokabiel me indico que serías de ayuda para nuestra misión, ¿Qué se supone que le diga?

Preguntaba Raynare mientras guardaba de nuevo la carta aceptando la respuesta negativa por parte del rubio.
Ethan reflexiono unos segundos mientras miraba a otro lado.

—Si te pregunta; Dile que la entregaste con éxito, que no sabes que fue de esta cuanto me la diste.

La peli negra suspiraba con resignación mientras volvía a recuperar la compostura.

—Bueno, ahora: ¿De que trata esta "misión"?, tiene que ser algo que tenga que ver con los demonios de este territorio me imagino

Raynare al escuchar esto se tensó un poco, mientras miraba a otro lado, cosa que hizo que Ethan se pusiera en guardia.
La caída reflexiono un poco mientras cruzaba sus brazos haciendo que su busto resaltara.

—No puedo decirte.

Dijo con sencillez mientras que Ethan solo pareció desconcertarse levemente.

—No puedo decirte por que no participas, no quiero decir que sea una misión ultra secreta, pero comprenderás que no puedo soltar información así como así a cualquiera.

Decía segura mientras se recargaba en la pared de un edificio.
Mientras que Ethan procesaba dichas palabras y solo asentía en comprensión, Raynare tenía razón después de todo, no es como que lo más normal del mundo fuera contar planes al primero con el que se tope.

—Bueno, ¿y cuando vamos a dejar toda esta mierda y nos vamos a abrazar?

Decía Raynare mientras se reincorporaba acercándose al rubio con los brazos abiertos mientras que Ethan correspondía al gesto abrazando con cariño a la caída.

—Realmente todo fue más difícil sin ti, te extrañe mucho bastardo

Decía Raynare mientras se separaban del abrazo a regañadientes y golpeaba el hombro de Ethan con camaderia quien solo reía mientras se frotaba el área afectada.

Ethan y Raynare se conocieron principalmente por que el padre de Ethan había sido el instructor de Raynare.

Una pobre niña huérfana que no tenía posibilidades, había sido acogida por una escuela militar de Grigori.
En aquella escuela militar de los caídos se dedicaban a recoger niños marginados de la calles y desamparados para entrenarlos.

Los instructores generalmente eran crueles con los reclutas, después de todo eran vulnerables y no había alguien con quien se pudieran quejar, no iban a ir a acusarlos con sus padres.

Raynare había tenido la fortuna de quedar con el instructor Torres, un caído de al menos 4 pares de alas por aquel momento.
De entre todos los instructores, Torres era el más "blando" que había, aun era severo, y no tenía miedo de reprender a sus alumnos como era debido en el caso que se diera.

Pero a diferencia de los otros, él no maltrataba solo por que sí a los niños.
Con el tiempo: Raynare fue acogida como una hija adoptiva de Mark, hubo algo que había despertado su interés sobre ella, y ella no podía estar más agradecida con él por eso.

Conoció a Ethan, un joven mitad humano un año menor que ella, inicialmente su relación fue más bien una de rivalidad, quien podía acertar más lanzas de luz en el objetivo, o quien le ganaba al otro en un combate sin magia, forjando una fuerte amistad entre el dúo de jovenes caídos.

Cuando Raynare fue informada de la muerte de Mark eh Ethan, su primera reacción fue devastarse por la noticia, ya no tenía a nadie, solo a ella misma.
Le tomó algunos años superarlo, pero cuando se entero de que Ethan presuntamente estaba vivo, se conmociono.

Actualmente: Cuando se encontró con Ethan su primer sentimiento fue el de lanzarse sobre él, abrazarlo y no dejarlo ir, no de nuevo.

Pero se mantuvo al margen todo lo que pudo, pretendiendo arrogancia.
Cuando finalmente habían terminado de tratar el tema por el que ella estaba ahí, no pudo soportarlo más y se lanzo a abrazarlo con toda la fuerza que tenía.

Incluso había dejado soltar unas pocas lagrimas en el hombro de Ethan, pero se las limpio antes de que él se pudiera dar cuenta, no quería mostrar debilidad ante nadie.

—Y bueno, supongo que si no me vas a contar nada tendrás mucho que hacer

Decía el rubio mientras miraba hacía ambos lados sin ninguna razón en especifico.
Mientras que ante esto Raynare solo se desconcertaba un poco ¿acaso el quería que ella se fuera?.

—No quiero sonar grosero, pero ya es tarde y aun tengo cosas que hacer hoy... ¿Qué tal si algún día de estos nos ponemos al corriente?

Decía mientras pasaba al lado de Raynare quien asentía algo animada y desconcertada por dicha idea.

Alguien que ella consideraba casi como su hermano, que no vio hace 7 larguísimos años, ¿tan solo le decía que no podía en aquel momento?.

¿No debería dejar todas las cosas mundanas a un lado por ella?, ¿Que no la extraño?.
No es por que Raynare fuera posesiva ni nada parecido, pero esperaba más que un "otro día nos vemos".

Antes de que siquiera se diera cuenta, Ethan ya no estaba ahí, tampoco podía sentir su firma mágica, como originalmente lo había logrado encontrar.
Bueno, eso sería para más tarde, debía ir a hacer algunos preparativos a una iglesia abandonada para infiltrarse en Kuoh.

Pensando que estaba sola, dejó mostrar una expresión de tristeza por la frialdad de Ethan.
Sin más, sacó su par de alas y despegó retirándose de la escena.

De la nada, detrás de un poste de luz que tenía el diámetro indicado para esconder a Ethan a la perfección. Había salido el rubio con un ceño levemente fruncido.

—Mierda

Dijo antes de salir corriendo a una dirección contraria a la que Raynare se había ido.
Esto era malo, caídos en Kuoh, eso implicaría 2 cosas.

Están por alguna misión suicida por parte de Kokabiel, lo sabía por que no era como que Raynare fuera una soldado de elite, con solo verla se notaba que no había seguido del par de alas, sus compañeros serian iguales.

O la otra opción: Su cabeza una vez más tenía precio, esto era malo, muy malo, esta poniendo en peligro a su familia con su mera presencia.
Aunque la reacción de Raynare no demostraba estar ahí para matarlo, ni siquiera se había sentido una actuación, Raynare era pésima para eso. Cosa que lo relajo un poco.

Aunque otro dilema era que lo habían encontrado, era cierto que nunca se molesto en ocultarse mejor, después de todo solo dejaba que un equipo de mercenarios random limpiaran el desorden cuando terminaba con sus presas.

Se detuvo al frente de una fabrica vieja, era "pequeña" para los estándares de una fabrica común, quizás solo una estructura hecha para un trabajo insignificante, pensaría cualquier persona común.
Una persona común no entraría a aquel lugar, pero Ethan no era una persona.

Entro a una oficina repleta de armas de fuego humanas, la luz estaba encendida aun cuando la luz solar entraba perfectamente al lugar.
Esto fue tomado como algo insignificante por Ethan quien se apresuro a acercarse al escritorio principal, abriendo uno de los cajones había sacado algunas cuantas cosas.

Algunos papeles con distintos tipos de círculos mágicos, barreras simples de negación de rastreo de magia, alertas, y algunos rastreadores.
Sumado a todo lo anterior, tomó una Glock de 19 Milímetros. La inspecciono por algunos cuantos segundos, jalando la corredera dejando entrar la bala que había en el cartucho a la recamara.
Como mejor pudo, la guardo escondiéndola con ayuda de su chaqueta.

Estaba a punto de salir de la oficina cuando un segundo antes de cruzar el portón su cara parecía como si un foco se hubiese iluminado.

—Debo estar seguro.

Dijo sacando un papel con un circulo de restricción mágica y pegándolo en la pared justo al lado del interruptor de la luz, a tan solo centímetros de haber presionado en switch.
Sin más salió de la oficina, dejando la luz encendida.


Raynare finalmente había llegado a la iglesia abandonada, en la que se supone que iban a pasar desapercibidos, y realmente era un buen escondite, los demonios de Kuoh no buscarían ahí para evitar conflictos con los ángeles.

Aterrizo unos metros antes de la entrada principal caminando lo que quedo de trayecto.
Abriendo el par de puertas de considerable tamaño, lo primero que vio fue como varios sacerdotes renegados estaban relajados.
Usaban gabardinas negras con capucha que les hacia imposible ver el rostro, simple carne de cañón pensó Raynare al inspeccionarlos.

Ignoro las vistas de los sacerdotes mientras caminaba hacía unas escaleras que llevaban a los pisos superiores de la iglesia.
Subió al menos 2 pisos antes de llegar al ático, donde se encontraban sus compañeros, quienes se encontraban haciendo nada mientras esperaban.

Cuando se dieron cuenta de la presencia de Raynare, se convirtió en el centro de atención mientras esperaban una respuesta sobre el elefante en la habitación.

—Y... ¿Bien?, ¿ese tipo nos va a ayudar o no?

Preguntaba exasperada Kalawarner mientras notaba como Raynare pensó la respuesta, cosa que tensó a los otros caídos en la habitación.

—¿No habrá dicho que no cierto?, si lo hizo que estúpido que es

Ahora hablaba Dohnaseek quien se encontraba recargado en una de las paredes con los brazos cruzados, mientras veía a otro lado, se le sentía extrañamente... Dudativo.

—¿Y eso por que?

Pregunto Raynare con un un tonó de disgusto bien camuflado con fanfarronería.

—¿De verdad crees que Kokabiel dejaría con vida alguien que lo rechazo?, déjame recordarte el escuadrón anterior a nosotros.

Decía despectivamente el caído mientras escupía a otro lado y los demás asentían, esto siendo visto con cierto horror bien camuflado por Raynare.
Tocio falsamente mientras pretendía aclararse la garganta.

—Le entregue la carta exitosamente, dijo que se mantendría en la zona sur para cubrir aun más terreno.

Explicaba Raynare con un tonó serio mientras que Kalawarner se le acercaba con una ceja levantada, tratando de detectar una mentira por parte de su compañera.
Al ver la seguridad con la que estaba, no dudo más y simplemente se alejo caminando por la habitación.

Raynare suspiro internamente mientras iba al escritorio.
Estaba lleno de polvo, y era viejo, aunque esto no fue visto con importancia por Raynare cuando se sentó en la silla alzando sus pies sobre el escritorio.

Ahora solo necesitaban que llegara aquel exorcista renegado que les había dicho Kokabiel que era indispensable para sus planes.

No pasaron más de 5 minutos cuando alguien entro sin avisar al cuarto convirtiéndose en el centro de atención de los caídos.

Un hombre de cabello plateado y cara de maniaco entro al cuarto sin previo aviso con movimientos muy raros.

—¡Yyyyyyyyyy LLEGUE PERRAS!

Gritaba mientras sostenía una espada con sangre seca como si fuera un trofeo presumiéndolo y levantándolo para que todos lo vean.
Eso era sangre de algún demonio, simplemente con verla los caídos fueron capaces de llegar a esa conclusión.

Ignoraron este hecho mientras veían al recién llegado con curiosidad, será el exorcista del que les había hablado Kokabiel pensaron al unisonó.

Esperaron una explicación parte del sujeto, cosa que no recibieron pues lo primero que hizo fue sentarse en un sillón viejo cubierto por una sabana y subir sus pies a la mesa solo para esperar a que pase el tiempo.

—Y supondré que tu debes ser Freed

Pregunto Raynare mientras recibía un asentimiento por parte del cazador de demonios.

—El mismo eh inigualable, yo solo estoy aquí por que me dijeron que podría matar a demonios interesantes

Proclamo mientras miraba el filo de su espada con la sangre seca que tenía, pareciéndole algo curioso a los caídos.
No era como si les diera asco algo así, ya habían matado antes, perturbarse por algo así era inútil y hasta débil.

Con un suspiro de resignación, Raynare se acomodo mientras ponía una pila de papeles sobre la el escritorio, mientras los demás caídos excepto Freed se habían acercado teniendo una idea de quien se trataba.

—Kokabiel me dio todos estos registros sobre posibles portadores de Sacred Gears, nuestra misión es detectar si tienen rastros del mismo, y si fuera el caso asesinarlo

Explicaba mientras ojeaba superficialmente algunas de las hojas, pero se detuvo en una en especifico.

—Con que... Hyoudo Issei eh?

Decía mientras leía a fondo el documento mientras dejaba salir una sonrisa de malicia mientras reía levemente.

—¿Y no solo podemos matarlos y ya?, quiero decir, son solo humanos, ¿por que nos tomamos tanta molestia?

Decía una pequeña chica vestida de Lolita gótica mientras se le veía fastidiada y soltaba un suspiro de molestía.

—Ustedes hagan lo que quieran, yo me voy a divertir un poco con esta escoría

Decía con soberbia Raynare mientras revisaba aun más hojas con más sospechosos de portar una Sacred gear.
Aunque todos fueron sacados de sus asuntos cuando cierto exorcista tocio sonoramente para precisamente llamar la atención.

—Ah si, tu trabajo es que en caso de que alguno se vuelva un demonio, te encargues de él

Explicaba la caída peli negra mientras notaba como la expresión de Freed cambiaba a una de molestia.

—Y yo que pensé que me necesitarían para encargarme de la perra Gremory o Sitri

Refunfuñaba para si mismo mientras volteaba a otro lado, esto fue escuchado claramente por los otros caídos pero no fue tomado como algo importante, ya que seguían inspeccionando la pila de sospechosos como si un juego de cartas se tratara.
Tanto que no notaron como Dohnaseek se había retirado antes.


Ethan había vuelto a su casa lo antes que pudo, tuvo que usar sus alas para llegar antes.
El detestaba usarlas, llamaban demasiado la atención y francamente no estaba en ánimos para usar alguna barrera que lo hiciera invisible, así que se elevo lo más que pudo y trato de ir por las zonas menos concurridas que se le ocurrían, seguían en el área rural de Kuoh después de todo.

Lo primero que hizo una vez llego fue inspeccionar el área en un radio de 50 metros, se aseguro de que no hubiera ninguna clase de rastreador, o localizador en ese radio.
Una vez se aseguro de aquello, se paro frente al portón de la puerta de su casa.

Todo era tranquilo, quizás demasiado tranquilo, como siempre lo era.
Trato de sentir alguna firma mágica desde fuera pero no logro sentir nada, desenfundo la Glock que tenía y entro a la casa.

La entrada, sala de estar, cocina, y el baño estaban despejados, aun no había nada en su casa, lo que era normal, pero extrañamente demasiado normal, ¿siempre fue así?.

Cuando fue al segundo piso esa extraña sensación de la que nunca se había percatado volvió, ¿esos cuadros siempre estuvieron así?, ¿esas flores siempre fueron rojas?, eran los pensamientos de Ethan mientras caminaba hacía su cuarto.

Abrió la puerta con cautela con el arma preparada, ¿el cuarto siempre fue tan oscuro?... Espera; había algo mal, pero no podía darse cuenta de que era.

Camino a las cortinas, las inspecciono minuciosamente por unos cuantos segundos antes de que abriera los ojos.

—Yo las abrí...

Dijo antes de devolver su vista a la puerta lo antes posible.
Aunque era difícil verlo gracias a la luz, era más que obvio que ahora en la entrada había una silueta. Aunque era difícil ver, era una figura con gabardina y sombrero, la luz de afuera del cuarto ayudaba a que fuera visible.

—¿Ahora tengo al inspector Gadget en mi cuarto?, me encanta la parte cuando... No se, realmente nunca me vi esa cosa

Decía con un tonó sarcástico sin bajar el arma, por su parte, la silueta ni se inmuto por la referencia del rubio. Aunque su rostro era imposible de ver se podía sentir cierta molestia.

—Sabía que Raynare traicionaría a Kokabiel, cuando te mate le informare a Kokabiel de esto y quizás me suba de rango, quizás incluso mate a esa perra

2 Lanzas de luz se materializaron a cada lado de la figura mientras que Ethan mantenía su pistola alzada, pero con una expresión algo acomplejada.

No podían pelear ahí, el no tenía ninguna forma de reconstruir su casa si se diera el caso de que la destruyeran.

Sin esperar más, las lanzas fueron lanzadas, alcanzaron una velocidad regular, simplemente con hacerse un lado lograría esquivarlas. Pero en vez de hacer eso Ethan jalo el gatillo momentos antes de que las lanzas impactaran en él.

Era extraño, al momento en el que la bala hizo contacto con la lanza esta se desintegro, como si la hubieran anulado.
Este momento de confusión fue aprovechado por Ethan para acortar distancia entre la silueta y él, tocándole su pecho mientras activaba uno de los círculos que tenía.

Al instante, una luz cegadora absorbió a ambos desapareciendo completamente de la escena.

En algún bosque en medio de la nada, una luz había estallado como si de una explosión se hubiera tratado, pero no hubo ningún sonido.

Una vez Ethan se materializo por completo puso el Glock en el pecho de esa figura jalando el gatillo. Escuchándose un claro grito de dolor por parte de la ahora mejor iluminada silueta, por reacción la silueta pateo a Ethan mandándolo unos cuantos metros lejos.

—Vaya que eres patético, un arma humana y de bajo calibre te hizo gritar como una perra

Reía Ethan mientras se recomponía limpiándose el labio que sangraba levemente.
El hombre paso su mano por donde estaba la herida de bala notando la sangre que había comenzado a escurrir.

Él sabía que se necesitaría más para que lo mataran, pero el hecho de que una bala humana común y corriente lograra atravesarlo como si nada lo consternaba.
Con una furia palpable, el sujeto creo 4 lanzas, 2 a cada lado, y las lanzó con aun más fuerza y más velocidad.

Ante esto el rubio solo se movió un poco para no recibir la primera lanza y las 3 que quedaron fueron disueltas usando el arma de fuego centímetros antes de impactar en Ethan.

Harto de esta mierda, el hombre materializo una lanza en su mano mientras la sujetaba para cargar contra Ethan con una gran velocidad gracias a sus alas de caídos.

Ethan se sobre salto y trato de esquivar la carga haciendo que solo rozara un poco con su hombro el ataque inicial.

Aprovecho el tiempo que le tomó al sujeto reincorporarse para golpearlo con la empuñadora con un contundente golpe en la espalda, logrando que el sujeto de gabardina soltara un quejido audible de dolor.

Volteo tan rápido como pudo comenzando a tratar de atacar a Ethan con su lanza, solo logrando hacer rasguños en el rubio.

Ya habían sido como 3 veces en las que el sujeto de gabardina había logrado hacer una herida significativa en Ethan, haciendo que perdiera algo de sangre y ralentizara sus movimientos.
Ethan comenzaba a sentirse mareado.

Aprovecho un punto ciego para disparar a la rodilla del sujeto pero solo logro hacer que rozara, aunque eso no quería decir que no hubiera hecho que sus movimientos fueran más torpes y lentos.

En algún punto dejo de esquivar y regresar los golpes, sin la lanza de luz claro, a puño limpio.

Ethan golpeo las costillas del hombre mientras volvía a apuntar su pistola al pecho. Aunque el hombre trato de sujetar la manó de Ethan para detener el arma, no logro detenerlo a tiempo y solo escucho como la bala salía del arma, sintiendo un increíble dolor en el pecho, y este espacio fue aprovechado para darle un potente golpe en el rostro al sujeto.

Esta vez no pudo darle una patada a Ethan para tomar distancia, y como represalia Ethan disparo una vez más ahora en el lugar donde debería encontrarse el pulmón izquierdo, haciendo que saliera un quejido de dolor por parte del sujeto de gabardina.

Ahora fue Ethan quien soltó una potente patada en su pecho mandándolo a rodar un par de metros si que se pudiera recomponer.

Ethan respiraba pesadamente y tenía las manos algo entumecidas. Dejo caer el cargador vacío de la Glock reemplazándolo por uno nuevo mientras se acercaba al hombre quien sujetaba sus heridas con fuerza para evitar una mayor perdida de sangre mientras se encontraba boca abajo.

Ethan lo pateo volteándolo y que estuviera boca arriba mientras escupía algo de sangre por la boca. Esto fue visto con indiferencia por el rubio mientras apuntaba la glock a la cara del sujeto.

—Escucha Inspector Gadget, no se por que aun no sacas los brazos mecánicos de tu sombrero, pero sería buen momento para que comenzaras a hablar

Decía Ethan mientras que la expresión del tipo se volvía una de frustración y dolor.
Se quedo en silencio unos cuantos segundos cuando un disparo en el hombro derecho lo obligo a soltar un grito de agonía.

Con un bufido de resignación, miro a Ethan a los ojos.

—Cuando esa perra fue a buscarte, yo la seguí, sabía que había algo raro. Pensaba decirle a Kokabiel que Raynare nos traiciono para que me subiera de rango y ser el líder de la operación

Decía el hombre entre quejidos de dolor mientras que Ethan se rascaba la cabeza usando el cañón del Glock.

—¿Ósea que esto no fue plan de Raynare?

El sujeto de gabardina asintió mientras Ethan le ponía el pie encima de su pecho y hacía una presión considerable mientras que parecía como si no pudiera respirar.

—¿Y que hacen ustedes aquí?, territorio de los demonios

Pregunto mientras reducía ligeramente la fuerza ejercida en la pisada para que el sujeto pudiera hablar correctamente.

—Si me vas a matar igual... ¿Cuál sería el punto de decirtelo?

Decía mientras Ethan había aumentando más la fuerza de la pisada casi destruyendo el tórax del tipo, pasaron un par de segundos de silencio cuando Ethan hablo.

—Bien

Dijo antes de jalar el gatillo matando finalmente al sujeto de gabardina mientras quitaba su pie del ahora cadáver.

Ethan estaba cansado, mareado, y a punto de caer inconsciente, y teniendo en cuenta que el circulo de transporte que uso era uno para una emergencia y se le habían olvidado los que lo llevaban a casa, tuvo que caminar el resto del día para llegar al pueblo donde vivía.

Luchando consigo mismo para no caer inconsciente.


Raynare, Mittelt, y Kalawarner estaban a punto de salir, finalmente habían terminado los preparativos para ir a matar a los poseedores de Sacred Gears cuando se dieron cuenta de algo.

—¿Dónde esta Donahnseek?

Pregunto en voz alta Raynare mientras inspeccionaba superficialmente el entorno, recibiendo una negativa por el par de caídas.


FIN DEL CAPÍTULO.