Pareja (s): AlfredxArthur, USX UK, Estados UnidosxInglaterra y todas las que se le parezcan~
Disclaimer: En veces pienso que Arthur y Alfred deberían independizarse de Himaruya—Sama XDD
Advertencia: Yo siendo cursi hasta el cansancio ¡Hey, eso es una advertencia muy válida!
Notas de inicio:
¿No les avise que sería un long-fic? Mil disculpas, la costumbre~
PD: Esto va con dedicatoria especial para mi amada florista por su cumpleaños, plz pasa a dejar tu felicitación aquí o me voy a enojar ~
Alma:
"Hay tantas cosas que siento por ti que podría darte una flor cada día del año y no sería suficiente, por hoy, recibe este ramo de palabras, las escribí desde el fondo de mi corazón, ahí en donde florecen mis sentimientos más sinceros
¡Feliz Cumpleaños, mi amada florista!"
One, Two, Three, Go!
~*~ Crisantemo ~*~
Martes, 27 de abril.
Francis le había dado un libro de floriografía tres días atrás, ni siquiera sabía que aquello existía hasta que lo tuvo en sus manos, había usado sus dos últimas noches en leer cuidadosamente los significados de cada flor y por ello estaba en medio de un bostezo cuando alguien paso a su lado casi chocando con él.
—¡Alfred! ¿Te enteraste? — Dijo Feliciano con su alegría habitual del día a día en lugar de saludarlo.
—¿De qué? — Preguntó el americano un poco extrañado, tenía rato en la escuela y no había visto algo inusual.
—Alguien le está enviando flores a Arthur— Alfred sintió frío todo el cuerpo con aquella declaración.
—¿Y-y eso que tiene de especial? — Soltó una risa demasiado forzada que sería demasiado sospechosa para cualquiera. Sí, para cualquiera menos para Feliciano.
—¿Te das cuenta? El tipo debe tener la fortaleza de un guerrero como para ir a dejarle flores a alguien que no solo no estaría feliz con ello, sino que si supiera quien las manda se las estrellaría en la cara—
Alfred lo consideró después de escucharlo, por supuesto que lo sabía, pero Arthur tampoco era un tirano, bueno sí, sí lo era. Pero Alfred era el hero de su propia historia y los héroes tienen valor ¿no? ¿NO?
—Dicen que va a matar al pobre chico que este haciendo esa broma...—
Alfred ahí sí que se detuvo ¿Broma?
—¿Por qué creen que es una broma? — Preguntó escuchando el timbre sonar a lo lejos, anunciando el inicio de clases.
—Porque si no lo fuera, el chico estaría loco al pretender a otro chico que ha dejado muy claro su homofobia—
Ahhh, eso.
Feliciano se despidió tan acelerado como había llegado y Alfred camino a su propia clase sumergido en un dilema mental. ¿Debería de parar?
Francis le había dicho el día anterior que Arthur se había sonrojado con el girasol y con eso había sido suficiente para llegar a casa a buscar de nuevo en el libro una flor para ese día. El primer día fue un impulso, ese segundo había sido una improvisación debido a la emoción del momento, pero...
¿Qué esperaba ganar realmente? No es como que Arthur se fuera a enamorar de él solo por recibir dos flores bonitas en su casillero.
Y de ser el caso ¿Cuántas flores se necesitaban para enamorar a alguien?
Alfred trato de imaginar a Arthur sonrojado, recibiendo un girasol de su mano. Era una idea que no pudo concretar y eso le hizo darse cuenta, quizás…
—¡Ya te dije que no era cempasúchil! Es un crisantemo, jodido idiota, hay mucha diferencia entre uno y otro…— Mencionó Arthur lo suficientemente alto para que Alfred escuchara mientras iba pasando cerca de los otros dos. Su corazón se detuvo y sus ojos viajaron al rostro de Arthur para descubrir ¿Estaba… sonrojado?
Oh.
Arthur lo miró de reojo y frunció el ceño de inmediato, aun con las mejillas carmesí.
—¿Necesitas algo, Jones? — Alfred negó un tanto pasmado y siguió a su asiento con la elegancia de un caballo en un avispero, Francis soltó una risa mal disimulada.
—Te estas tomando muy en serio estas cosas, Arthur…— Observó sin quitar la sonrisa fascinada que le causaba toda aquella situación.
—Fuiste tú el que sugirió tal abominación…— Expresó Arthur con veneno suficiente como para dejar en claro su disgusto.
—Sí, lo sugerí porque ni siquiera me dejaste ver la flor más allá de tres segundo, te recuerdo que cerraste tu casillero tan rápido que no tuve oportunidad de diferenciar una flor de otra— Se defendió el francés con un suspiro irónico.
—Ya no importa… debe ser un error—
—Eso mismo dijiste ayer— Observó el francés siendo la voz de la razón.
—Bueno, la persona que envió la flor de ayer debe tener mal el número de casillero desde el inicio, era lógico que hoy se confundiera también, y…—
—¿Y mañana? — Preguntó Francis elevando una ceja en un arco perfecto, Arthur bufó.
Justo en ese momento entro la maestra de su primera clase y lo salvó de responder.
Sí, mañana.
.
.
A la hora del almuerzo, Francis estaba en detención, porque… bueno, sí. Alfred no estaba en detención, sin embargo entró al salón para llevarle el almuerzo y tener un poco de privacidad para hablar.
—¡Ah, ahí está mi amigo favorito! El que si es romántico~— Expresó Francis claramente feliz de salir de su aburrimiento con la llegada de Alfred.
—Y también el que te trae el almuerzo— Alfred le lanzó un sándwich al otro y dejo una botella de sumo de frutas frente al otro antes de sentarse junto al francés.
—Eres un ángel caído del cielo, debería cambiar de amistades, Arthur esta especialmente irritable estos días—
—¿Crees que debería parar? — Preguntó Alfred sin rodeos porque se había estado conteniendo aquellas horas y ya no soportaba el dilema mental.
—¿Parar el qué? ¿Las flores? No… creo que deberías enviarle esa nota, esta confundido y eso le irrita— Ambos iniciaron su almuerzo en un silencio meditativo.
—Feliciano me dijo que ya es un chisme escolar ¿Sabes algo de eso? — El francés soltó unas risas ligeras.
—Si bueno, Arthur no es muy sutil, ayer lo vieron con el girasol y hoy hizo un escándalo con su cempasúchil…—
—Crisantemo— Corrigió Alfred con cierta timidez al recordar el rostro ligeramente sonrojado de Arthur esa misma mañana al defender el tipo de flor.
Era lógico que Arthur supiera de flores, Alfred tenía suerte de poder ir a la florería y pedir conforme al libro, básicamente no tenía idea de como se vería la flor hasta que la tuviera en sus manos.
—¿Así que realmente estas usando el libro que te conseguí? — Alfred se rasco la nuca en un gesto avergonzado y asintió.
—Tenías razón, no podía enviarle flores al azar, no cuando él lo sabría— El francés sonrió, con cierta sinceridad y quizás orgullo.
—¿Y entonces? ¿Qué significa el crisantemo? — Preguntó Francis viendo a Alfred sonreír bonito con la pregunta.
—Es un secreto~
.
.
Arthur terminó de almorzar y caminó hasta la biblioteca, no era la primera vez que lo hacía, en muchos de sus almuerzos se había quedado ahí hasta la siguiente clase, le gustaba la paz y el silencio. Sin embargo, en esa ocasión se acercó a las computadoras, tecleo el nombre y busco en las paginas que se le desplegaron.
Sus mejillas se sonrojaron cuando descubrió lo que significaba, bufó ligeramente y decidió que sí, todo aquello definitivamente debía ser un error.
En el lenguaje de las flores, el Crisantemo naranja significaba "mi amor por ti es sincero y delicado".
