Enigmático disfraz
—¿Así está bien?— dijo Ranma mientras acomodaba el esqueleto por tercera vez.
—Si, ahí se ve más espeluznante — respondió su compañera desde abajo.
Ranma dio un salto desde la escalera y cayó perfectamente justo al lado de ella, quien acostumbrada a las demostraciones de fuerza y equilibrio del chico, al igual que todos sus demás compañeros, ni se inmutó.
Él miró la decoración de halloween y pensó que definitivamente tenía que ser alguien muy tonto para que le asustaran este tipo de cosas.
El auditorio del instituto Furinkan estaba siendo utilizado este año por los estudiantes del último curso para una "espeluznante fiesta" con el fin de recaudar fondos para la próxima excursión a Okinawa. Se habían dispuesto miles de falsas telarañas por todo el lugar además de todo tipo de monstruos, esqueletos, brujas y tumbas hechas por los mismos estudiantes que tomaban clases de teatro, del techo colgaban con hilo invisible varios fantasmas, espectros y cuerpos llenos de sangre. En cada salida daba la bienvenida un personaje de películas de terror que iba a ser activado cada que entrara alguien para al menos hacerlo gritar. Ranma mismo había arrastrado árboles viejos y secos para ponerlo en distintas partes y dar un aspecto más tenebroso, solo faltaba encender la máquina de humo-niebla y el audio de lamentos, gritos y risas macabras y todo estaría listo para una noche de terror.
— Ranma, puedes poner esto, es lo único que falta— dijo Sayuri entregando una caja de manos sangrientas, ratones y calabazas.
—¿Dónde lo quieres?
Sayuri miró a su alrededor pensativa — pon algunos en los baños… ya sabes como si salieran de algún rincón y los demás escondidos entre los asientos— afiló la mirada imaginando a todos saltando de un buen susto.
Ranma rodó los ojos, la fijación de su compañera por las cosas de terror le parecía algo extraña, pero igual cumplió con la tarea.
Entró primero al baño de los hombres dando un manotón a la puerta de golpe. Abrió los ojos exageradamente y retrocedió, miró a todos lados para no verse descubierto en su pequeño susto. Una estatua de un ser humanoide de piel escamosa con cara de sapo y pico de tortuga le devolvió la mirada, por alguna razón ese kappa le dio un escalofrío de pies a cabeza. Se dio unas palmaditas en la cara.
—Tonto—se dijo a sí mismo.
En ese instante ingresó Daisuke, Ranma de inmediato fingió estar acomodando la pesada estatua.
—¿Nos quedó genial verdad Ranma?— dijo su compañero señalando la estatua.
—pfff, a quién podría asustar este kappa— se burló.
Daisuke se acercó al oído de Ranma— ¿Crees que deberíamos ponerlo en el baño de las chicas?— susurró — así se asustarían y vendrían corriendo a nuestros brazos.
Ranma tuvo la imagen de Akane gritando y corriendo a sus brazos pero inmediatamente sacudió la cabeza, daba igual, de todas formas Akane no estaría allí para verlo.
—qué tonterías dices Daisuke, déjalo ahí, o quieres que Yuka entre corriendo y te vea orinando.
Daisuke palideció — ¡Por supuesto qué no!— grito con la cara roja.
Ranma se rio de verlo y le lanzó la caja que por poco no atrapa.
—termina de poner estos— le ordenó mientras salía.
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En la sala de los Tendo, Kasumi daba vueltas alrededor de Ranma quien se dejaba hacer como un muñeco.
—Yo creo que así está bien— dijo el chico fastidiado de tanta atención.
— Es una lástima que Akane no pueda ir a la fiesta, ya tenía la idea de cómo iba a ser su disfraz — se lamentó Kasumi.
Akane había partido en la mañana hacia Kioto para presentar el último examen del curso de inglés al que se había inscrito.
Ranma se miró al espejo, Kasumi le había dicho que se había inspirado en un libro de relatos aterradores de Yokais. Al chico realmente no le importaba mucho, el único requisito para el disfraz era que fuera aterrador.
El traje negro ajustado llevaba algunas vendas negras alrededor de los brazos y las piernas, cadenas plateadas gruesas atravesaban por el pecho. De la espalda salían un par de alas negras que se podían retraer al halar una de las cadenas que colgaban por los hombros. Todo esto se complementaba con el maquillaje pálido del rostro y negro alrededor de los ojos.
—Deberías dedicarte a esto Kasumi, seguro te pagarían muy bien.
La joven sonrió aceptando el cumplido, pero luego se quedó mirando a su cuñado fijamente.
—¿Qué pasa?
Kasumi se ubicó detrás del chico y le desató la trenza — listo perfecto.
Aunque no le agradaba mucho llevar el cabello suelto pensó que por esta vez lo podía dejar pasar.
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Ranma pisó el tapete que parecía tener huellas ensangrentadas y dio una mirada a la entrada, de noche se veía mucho mejor, además parecía que habían añadido todavía más cosas desde que él se fue esa tarde, Sayuri se había tomado muy en serio la tarea de organizadora de la fiesta.
—¡Wow! Ranma— dijo uno de sus compañeros acercándose — ¿Dónde conseguiste ese traje?
—Ah, bueno… lo hizo mi cu…digo la hermana de Akane, Kasumi, si, Kasumi lo hizo— dijo atropelladamente.
—El próximo año le encargaré uno ¿Crees que cobre mucho? Está genial.
— Ah, pues… no lo sé, podrías hablar con ella .
— A mi también me gustaría que me hiciera un traje.
— y a mí.
Varios de sus amigos se habían reunido para admirar el disfraz y preguntarle cosas.
—¡Ranma! ¡Qué bueno que llegaste! — gritó Sayuri tomándolo del brazo y arrastrándolo hacia la entrada. Ignoraron el muñeco de Freddy Krueger que les gruñó al pasar por la puerta continuando hasta que la joven frenó en seco.
— Frankestein se cayó y solo tú puedes cargarlo— dijo apuntando al techo.
Ranma buscó una de las escaleras y trepó con el muñeco en una mano. Desde ahí pudo ver la fiesta, parecía que todo el instituto se había volcado a celebrar halloween, aunque no podía reconocer casi a nadie con esos disfraces de terror. El joven empezó a anudar la cuerda en una de las vigas del techo pero esta se resbaló de sus manos y el muñeco cayó.
Alcanzó a ver una silueta que pasaba justo por debajo y se lanzó desde la escalera tomando a la persona en sus brazos para que no fuera golpeada por el enorme Frankestein.
—¿Estás bien? — dijo poniendo a lo que supuso era una estudiante del instituto en el suelo.
— Si, gracias— dijo la chica acomodándose el disfraz.
Ranma frunció el ceño y detalló a la joven, llevaba una bata blanca larga que le cubría los pies, su cabello negro le llegaba hasta la mitad de las piernas y en rostro el una máscara kitsune de porcelana blanca con orejas pequeñas y ojos negros alargados que cubría hasta un poco más de la nariz, dándole un aspecto misterioso.
—Ey…¿De qué es tú disfraz? — preguntó.
—Ah… son solo cosas que tenía en la casa, supongo que soy un espanto o algo así.
—¿Y cómo haces para que la voz te salga así? — Ranma ladeo la cabeza pensando que no veía de dónde provenía el efecto de voz.
— Ah, tiene un micrófono dentro de la máscara— dijo la chica tocando el pómulo de cerámica.
—¡Wow genial!
—¡Ranma todavía no pones a Franki!— regañó Sayuri hecha una furia.
El joven se giró para ubicar a su furiosa compañera, la vio en la entrada con un micrófono en la mano viéndolo con cara de pocos amigos.
—Lo siento de nuevo, voy a poner el…¿Eh?
La chica con la que hablaba había desaparecido de su vista.
Subió a prisa por la escalera para amarrar el pesado monstruo ahora si en su lugar, le dio la vuelta a la cuerda y aplicó la mayor fuerza posible para evitar otro accidente.
El lugar se fue llenando todavía más, la fiesta era todo un éxito, de seguro lograrían buenos fondos para su viaje.
Ranma se sentó en las graderías viendo que algunos se animaban a bailar en grupos o parejas.
—No había visto las alas, son geniales— dijo una voz detrás suyo.
Ranma giró encontrándose con la chica de antes, ella tomó la cadena del hombro y accionó el mecanismo, las alas se desplegaron de inmediato.
El joven se rascó la cabeza — Ah, si, aunque, mejor las guardo para no golpear a alguien— dijo volviéndolas a su lugar.
—¡Oh lo siento! Yo solo quería— la chica se inclinó para disculparse.
—No, no te preocupes… yo — Ranma miró a la pista y luego a la chica — ¿Quieres? Es decir soy terrible pero ¿Quieres bailar?
Él agradeció que tuviera un maquillaje blanco cadavérico que no permitía ver su sonrojo.
—Si, está bien.
No se sabía bien si la voz revelaba alguna emoción al ser distorsionada.
Ranma intentó de alguna forma llevar el ritmo, al ser música electrónica no tuvo que hacer mucho esfuerzo.
Así continuaron un poco más, aunque afuera empezaba a hacer bastante frío, adentro los estudiantes ya empezaban a acalorarse con el baile y los elaborados trajes.
Ranma se acercó a la mesa de bebidas, de nuevo se dio cuenta que Sayuri se había puesto creativa, todas las poncheras echaban humo y tenían colores rojos, morados, naranja, además de llevar hielos en forma de ojos, gusanos y demás cosas propias de la ocasión. Se sirvió un poco del ponche de ojos y uno que incluía un líquido rojo en una jeringa, le daba igual porque sabía que eran bebidas sin licor.
Había varios chicos tomándose fotos que lo llamaron para que se acercara, Ranma entregó una bebida a la chica de la máscara y la invitó para una foto rápida como recuerdo de su disfraz.
—¡Vamos al túnel del terror!— sugirió uno y el grupo se fue entre risas y algunas quejas de los más miedosos hacia el lugar.
Pasaron en parejas, de los primeros solo se escuchaban gritos y a veces algunas risas.
Ranma se puso las manos detrás de la nuca, la chica de la máscara se puso a su lado con la mirada clavada en el piso.
Pasaron por una cortina negra y empezaron a escuchar cadenas, gritos y lamentos, un fantasma se descolgó desde el techo cayendo justo delante de ellos. Ranma lo apartó con una mano y continuaron. Se escuchó un ruido de una motosierra, alguien disfrazado de Jason amenazó con atacarlos.
—Supongo que tenemos que correr — dijo Ranma tomándola de la mano para emprender la huida. A mitad de camino cuando ya no los perseguía apareció el profesor Kuno con una máquina de afeitar.
—¡Ese cabello no está permitido Saotome!
Ranma le dio una patada que lo lanzó por fuera del túnel del terror.
—Eso ni siquiera asusta, solo es una molestia.
La chica asintió y siguió caminando enérgicamente. Tras pasar por las manos que los halaban de todos lados llegaron a la Yuki Onna , mujer pálida y muy alta de cabello largo y negro que los llamaba por medio de lamentos.
—Mira ahí está la salida— señaló Ranma
La chica caminó con rapidez hasta encontrarse nuevamente en la pista de baile.
Ranma la siguió riéndose , qué tontería, pensó mientras se acercaba a ella.
De pronto sonó una melodía lenta.
—¿Bailamos?— dijo Ranma más seguro que la última vez.
Ella asintió y lo acompañó a la pista. Las luces se hicieron más tenues para darle intimidad a las parejas. Ranma le pasó una mano por la cintura y con la otra apresó la de ella.
El corazón comenzó a llevar un ritmo taquicárdico. Él intentó aflojar un poco el traje de cuero alrededor del cuello sin conseguirlo. Ella se acercó a su oído para hacerse escuchar por encima del ruido.
—¿Un poco de aire?
—Si, definitivamente.
Los jóvenes salieron del auditorio hacia el área de las canchas. Ranma recibió de lleno el viento helado y aspiró.
—¡Ahh! Mucho mejor, tú al menos vas muy fresca con el disfraz.
La chica se miró la bata blanca y sintió el frío colarse por debajo, pensó que había sido una pésima idea no ponerse unas medias abajo.
—¿Tienes frío? — dijo Ranma frotando los brazos de ella por encima de su disfraz.
— ¿Eh? , Solo un poco.
— ¿Al menos podrías quitarte un momento máscara?— Ranma trató de mirar entre las ranuras de los ojos que estaban cubiertas por una malla oscura.
Ella negó con la cabeza.
—Está bien…— dijo Ranma dejando escapar el aire.
Se acercó a ella otro poco más y la sintió temblar, se inclinó sobre ella y esperó para ver si ella retrocedía, en cambio la vio levantar la cabeza. Cerró los ojos, la besó e inconscientemente la apretó contra su cuerpo sintiendo un vacío apoderarse de la boca de su estómago.
La puerta por la que habían salido se abrió de golpe y los chicos se separaron. Yuka y Hiroshi salieron riendo y buscando un lugar a solas.
—Vaya, al fin, esos dos…— Ranma giró la cabeza y se encontró hablando solo.
En el suelo se encontraba la máscara kitsune.
Ranma regresó al auditorio, todavía quedaban unas horas más y él era uno de los encargados de dejar todo en orden nuevamente, maldijo por lo bajo su mala suerte.
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A la mañana siguiente Ranma bostezaba con la cabeza recostada en una banca, se limpió con el dorso los ojos llorosos de tanto bostezar.
—No pensé que vendrías — dijo Akane de pie junto a él.
Ranma se paró despacio — te prometí que lo haría.
Akane lucía una falda corta con medias gruesas abajo y una blusa blanca que se le ceñía a la cintura, llevaba un maletín grande colgado de un solo brazo que Ranma le quitó para llevarlo él.
—Vamos a casa— pidió Ranma con otro bostezo.
Akane sintió que no podía dar ni un solo paso, se dejó caer en el lugar del que él se había levantado.
—¿Pasa algo?— preguntó él sentándose a su lado.
Akane miró al suelo y suspiró —Ranma— dijo casi como un lamento — te libero del compromiso.
El sueño que sentía él se evaporó en un instante y sintió como un frío lo recorría hasta los pies.
—Akane…
—está bien… tú tienes derecho de enamorarte de quien quieras— dijo Akane sin poder contener las lágrimas.
—Akane… tú ¿te diste cuenta con lo que pasó ayer que no me amas?
—¡Pero de qué hablas! Si fuiste tú el que…
— ¿De verdad, tan mal beso?— preguntó Ranma enrojeciendo hasta las orejas.
—¿Qué? — Akane dejó caer la mandíbula incrédula.
—¿Qué? ¿De verdad me crees tan bobo? Sé perfectamente cómo se siente tú cuerpo cuando lo cargo, también sé perfectamente a qué huele tú jabón y … a qué hueles tú — Ranma tomó aire profundo — ¿Crees que no reconozco este lunar? — señaló un puntito en el cuello de Akane
Ella se llevó la mano al lugar que él señalaba.
—¿Crees que no se como se siente tú cintura y tú mano entre la mía?
Akane perdió el habla .
—Lo único que no sé es ¿Porqué rayos no presentaste el examen de inglés?
—Lo… lo aplazaron — respondió casi inaudible.
—¿Y qué hacemos aquí si tú no estabas en Kioto?
— Vengo de la casa de Yuka— Akane señaló al otro lado de la estación.
Ranma se pasó la mano por la cara, por qué las mujeres tenían que ser tan complicadas.
— Fue idea de ella, solo queríamos hacerte una broma y luego tú y bueno…
Akane ya no sabía que hacer con el torbellino de emociones en su pecho, Al llegar a casa de su amiga había tirado la larga peluca por el piso para después dormirse llorando y maldiciendo a Ranma Saotome por besar a "otra chica" que no era más que ella misma en un estúpido disfraz y ahora, él salía con que la había besado a ella y no a la otra chica.
—Tonta— dijo Ranma estirando la mano para pasarle la máscara.
Akane la tomó y se rio primero suave y luego a carcajadas.
—¿Por qué no me dijiste que sabías?
Ranma se encogió de hombros — tú estabas tan callada y tranquila que pensé que así sería más fácil.
—¿Más fácil? ¿Más fácil qué?
Ranma le pasó los dedos con ternura para borrar las lágrimas y la sostuvo por el rostro acercándose para volverla a besar.
—Te amo chica del disfraz enigmático.
FIN
Notas
El disfraz de Ranma está inspirado en el Shinigami de Death Note.
lo hice a la carrera, me disculpan alguna falla por favor.
Cuéntenme, se van a disfrazar? O ya les da pena jajaj. Yo la vergüenza la perdí hace rato, siempre me disfrazo en familia y este año me tocó mommy long legs (de poppy playtime)
por aquí hay un personaje de mi fic ALGO VALIOSO PARA MI ¿lo recuerdan?
Saludos a todos, gracias por leer.
quedo atenta a sus comentarios
con amor Diluanma
