El Regreso de Shura: Kaoru, es tu turno para pelear.

Hola a todos, en el capítulo anterior ... Kaoru se supera cada día mas con su entrenamiento, Kenshin está a punto de perder la paciencia, (n/a: lo comprendo al pobrecito, Shura es muy odiosa), pero cada vez, el tiempo de espera es menos, aunque el rurouni lo sepa. Por otro lado, Aoshi sigue intranquilo con sus pesadillas, así que logra abrirse un poco con Misao, luego de entrenar a Kaoru, con quien la confianza va en aumento, Aoshi y Misao se ven en una situación un poco embarazosa, pero a la vez, placentera para ambos, me refiero al incidente del agua, y luego a la parte donde Misao logra ver en casi todo su esplendor, el perfecto cuerpo del ninja... Bueno, bueno, no los aburro más, y los dejo con la historia.

Capítulo 9: El entrenamiento sigue.

Misao preparaba la comida, Aoshi había terminado de vestirse y se dirigía al dojo para seguir supervisando a la joven Kamiya.

Sala de entrenamiento.................................

Después de aquel paréntesis con el incidente del agua, Kaoru se dispuso a continuar con su entrenamiento.

Aoshi llegó al dojo, pero antes de entrar completamente, se quedo mirando a Kaoru un poco confundido.

Aoshi (pensando): ¿Qué extraño movimiento?

Efectivamente, Kaoru estaba practicando un ejercicio bastante raro, el cual, consistía en cruzar los brazos por encima de su frente, posteriormente, soltarlos con fuerza y rapidez, lo más extraño de todo, era que la chica Kamiya, realizaba este tipo de ejercicio con mucha determinación, se veía bastante concentrada para hacer un ejercicio tan simple y poco útil, o al menos eso era lo que Aoshi creía.

Aoshi: Ejem...

Kaoru (volteando): ¿Sí?... pa... pa..... ¿papá?

Aoshi (confundido): ¿Di...disculpe?

Kaoru: ...

Aoshi: Señorita Kamiya...

Kaoru (reaccionando): Oh, yo... yo... lo... lo siento Aoshi-san, pero es que por un momento, creí ver a mi padre en usted, verá, la ropa que trae puesta, era de mi papá, es la ropa con la que él solía practicar conmigo cuando me enseñaba el estilo Kamiya Kashin, al verlo a usted Aoshi-san, no pude evitar que mi imaginación me hiciera ver cosas que no son, pero es que se parecen tanto, Aoshi-san, perdone mi atrevimiento, pero, su figura, es idéntica a la de mi padre, su mismo porte, la misma presencia seria, los mismos ojos. La única diferencia es que usted es mas alto, al verlo así, el recuerdo de mi difunto y adorado padre, viene a mi mente.

Aoshi vestía un hakama azul marino, y tenía un gi color gris claro de manga corta, más o menos como el que Kaoru usa cuando practica. Tal vez, fue por eso que la joven Kamiya, lo confundió con su padre.

Aoshi: Yo, no sé que decir, si le molesta, (con una cara de resignación) tal vez, pueda usar algo de ropa de Himura.

Kaoru: Por supuesto que no Aoshi-san, disculpe, yo no quise decir eso, por favor, úsela, además, se le ve muy bien (pensando): pero ¿qué estoy diciendo?, va a pensar que estoy coqueteando con él o algo así, tonta Kaoru, tonta, tonta!!

Aoshi: Pues, gracias por el cumplido (pensando): ¿Gracias por el cumplido?

Kaoru: Aoshi-san, ¿podría usted ser mi oponente de práctica?, le daré una shinai.

Aoshi: No tengo inconveniente, pero, ¿cree usted que practicar con la shinai será suficiente?

Kaoru: No hay problema, he estado practicando mi Kendo todos los días antes de ir al río.

Aoshi: Valla, no estaba al tanto de esa situación.

Kaoru: Oh, disculpe Aoshi-san, debí informarle, lo siento.

Aoshi: No, esta bien, es bueno que tome sus propias iniciativas, usted no tiene por que informarme a cerca de lo que hace, disculpe mi intromisión.

Kaoru: ¿Qué le parece si comenzamos?

Aoshi: Me parece bien.

Así, comenzaron el combate, Kaoru en verdad había mejorado, el entrenamiento al que Aoshi la sometió, estaba dando abundantes frutos, sus movimientos habían aumentado increíblemente en velocidad, ya no se dejaba dominar por sentimientos como la ira o la desesperación, ahora, los utilizaba en su beneficio, su fuerza y agilidad tanto mental como física se habían incrementado mucho, todas esa mejorías, se notaban a simple vista. Aoshi era realmente un gran maestro, para haber logrado en tan poco tiempo un resultado increíble en la chica, pero también el mérito era de Kaoru, ya que, aunque al principio le costó tener que adaptarse a ser alumna, pues ya estaba acostumbrada a ser maestra, siempre tomo con mucha humildad y respeto las correcciones que Aoshi le hacía, tal y como cuando entrenaba con su padre, además de superarse físicamente, Kaoru se dio cuenta de que el ser orgullosa no te lleva a nada, aprendió a tomar las cosas con objetividad, también, dejo de ser gruñona, en resumen, todo lo que había sucedido desde la llegada de Shura, hasta ese día, le ayudó a madurar, y aunque le dolió mucho tener que cambiar casi de la noche a la mañana, con cada día que pasaba y aprendía, se convencía cada vez más de que Kenshin necesitaba de una mujer que pudiera servirle de soporte, madura, dispuesta a enfrentar todas las adversidades a su lado, que lo amara, que siempre pudiera dedicarle una sonrisa tierna, que a pesar de todo lo malo, destellara esperanza, pero sobre todo, que estuviera dispuesta a dar su vida sin perderla, puesto que, para Kaoru, era muy fácil dar la vida por alguien amado y después olvidarse de todo, pero lo que requería valor, era dar la vida y afrontar la gran responsabilidad de conservarla, eso era lo que necesitaba Kenshin, y ella, aunque no se daba cuenta de el gran cambio que había experimentado, puesto que aún creía no reunir todas esas cualidades, accedería a todo con tal de poder acercarse aunque fuera solo un poco, a ese modelo de mujer ideal para Kenshin, no sabía si lo lograría, ni siquiera se percató de que con el tiempo, con la distancia, con el dolor, con el deseo, con la ilusión, y con el amor, se convirtió en la mujer ideal para Kenshin, así como él, era el hombre ideal para ella, pero de algo estaba segura, Shura, no reunía esas cualidades, sobre todo, no lo amaba, solo era una obsesión, por tal razón, Kaoru no permitiría que su amado, se quedara a lado de alguien a quien no ama ni lo ama.

El combate con las espadas continuaba, Aoshi, se percató de la gran mejoría de Kaoru, y eso lo llenó de mucho orgullo, se sentía muy bien consigo mismo por poder ayudar a la joven Kamiya, notó que la chica llevaba el Kendo en la sangre, y que solo hacía falta un poco de práctica, lo que Kaoru aprendió en Kenpo, le sirvió mucho en sus técnicas de Kendo, ahora, Aoshi se explicaba la razón por la cual una chica joven como Kaoru, pudo llegar a convertirse en la maestra de todo un estilo, le recordaba incluso un poco a él mismo cuando más joven, entrenaba bajo la tutela de sus maestros ninjas, era muy extraño, pero el ímpetu, dedicación y firmeza que Kaoru demostraba, era el mismo que  tenía él cuando entrenaba para convertirse en todo un ninja espadachín.

El combate seguía y seguía, los dos oponentes, sumidos en sus pensamientos, pero a la vez, atentos a la pelea.

De pronto, mientras peleaban, Kaoru  dio un paso hacia atrás con su pie descalzo, pero no se percató de que había una pequeña gota de sudor en el suelo, lo que provocó, que al pisarla, la kendoka resbalara y cayera de sentón en el piso de madera.

Kaoru: Auch!!

Aoshi: ¿Está bien?

Kaoru: Sí, con el trasero adolorido, pero bien (pensando): soy una estúpida, ¿por qué siempre digo tonterías sin pensarlo cuando estoy con Aoshi-san?

Aoshi (con rostro dulce): Entonces no hay de que preocuparse, gracias a eso, amortiguó muy bien la caída (pensando): ¡pero que modales los míos!, ¿por qué solo me pasa esto cuando estoy con la señorita Kamiya?

Kaoru (sentada en el suelo): ?????

Aoshi: Por favor, disculpe mi atrevimiento, la ayudaré.

Aoshi se inclinó y le extendió la mano a Kaoru para ayudarla a levantarse, Kaoru también iba a extender su mano, pero antes de hacerlo, pudo percatarse de que en la palma de la mano derecha de Aoshi, se encontraba una pequeña mancha de un color más pálido que el tono normal de toda la palma de la mano del ninja, pero no solo eso, si no que también la pequeña mancha, tenía una forma un poco extraña.

Kaoru nunca se había percatado de aquel rasgo en la mano de Aoshi, ya que el ninja siempre usaba sus guantes, los cuales cubrían un poco arriba de la muñeca y la palma completa hasta la mitad de los dedos, dejando la otra mitad al descubierto. En ese momento, Aoshi se había quitado los guantes, por que también estaba mojados, y tenía las manos completamente desnudas. Kaoru no pudo evitar sorprenderse mucho, y eso no pasó desapercibido para el ninja.

Aoshi (pensando): ¿Qué le sucede, no reacciona?

Kaoru aún seguía sentada en el piso, como tratando de reflexionar algo.

Aoshi: Señorita Kamiya, señorita Kamiya.

Kaoru: Eh, ah, Aoshi-san, disculpe, me distraje.

Aoshi: No hay problema.

Kaoru tomó la mano de Aoshi y se incorporó.

Aoshi y Kaoru (pensando): Que calidez, que sensación tan extraña...

Pero, ni maestro ni alumna, sintieron la presencia de una tercera persona en la sala de entrenamiento.

Misao (pensando): ¿¡Pero que demonios le sucede a Kaoru, por qué se acerca tanto a Aoshi!? (hablando): Oigan la comida está lista.

Aoshi: En un momento estamos contigo Misao.

Misao: Hum, está bien, pero si tardan mucho, se enfriará.

Misao sale un poco molesta de la sala, con dirección a la cocina.

Kaoru: Aoshi-san, por favor, adelántese, yo terminaré sola con la rutina, en un momento los alcanzo.

Aoshi: ¿En verdad?

Kaoru: Claro, no está bien que haga esperar a Misao.

Aoshi: Bien.

Aoshi sale de la habitación.

Mientras Aoshi salía...

Kaoru (viendo la palma de su mano derecha): Es la misma, la misma pequeña y extraña mancha, es igual a la mía, ¿acaso Aoshi-san es?, imposible, no puede ser, sería demasiada casualidad, pero... se parece tanto a mi padre... no, seguramente me estoy imaginando cosas, mejor termino mi rutina y después comeré algo, tal ves es el hambre la que me tiene como tonta...

Kaoru, siguió con su rutina de ejercicios, posteriormente se dirigió a la cocina, ahí encontró a Misao, Yahiko y Aoshi, los tres ya iban a la mitad de la comida.

Cocina................................................

Kaoru (llegando a la mesa): Buen provecho tengan todos.

Aoshi: Muchas gracias.

Yahiko (comiendo, bueno, si se le puede llamar comer, a lo que estaba haciendo): Gracias... ñom, ñom, ñom... busu, a ver si luego le pides a Misao, ñom, ñom, ñom, que te entrene en la ñom, ñom, ñom... en la, ñom, ñom, ñom, cocina, ñom, ñom, la comadre.... (Yahiko recordó que en la presencia de Aoshi, podría ser peligroso decirle a Misao "comadreja"): Misao cocina de maravilla... ñom, ñom, ñom...

Kaoru ya ni siquiera se molestaba cada vez que Yahiko le llamaba busu, ni tampoco cuando le recordaba su mala cocina, en vez de eso, siempre le daba la vuelta al asunto, y el que terminaba enojado, era Yahiko (n/a: si que le bajo el temperamento fuerte a Kaoru ¿no?, a ver si luego tomamos unas clases con Aoshi, ¿no les gustaría?).

Misao: ...

Kaoru: Eso sería muy bueno Yahiko – CHAN, pero creo que he dado muchas molestias tanto a Misao como a Aoshi-san, tal vez lo mejor sería que le pidiera ayuda a Tae, seguramente ella vendría, ella sabe hacer guisos deliciosos, pero ¿sabes una cosa?, También debo aprender a hacer postres, mmm me pregunto ¿quién sabe hacer ricos postres? ... ummm, ¡ah, ya sé!, Tsubame-chan, ella también tendría que venir, hasta creo que tu podrías tomar clases conmigo, siempre y cuando, Tsubame-chan esté presente, ¿no crees que sea buena idea, Yahiko-CHAN?.

Yahiko (atragantándose): Déjame en paz.

Kaoru (sonriente): Ja,ja,ja, te gané otra vez, Yahiko-CHAN.

Misao (con un tono extraño en su voz): Umm, pensé que no querías comer, esta vez tardaste mucho, la sopa ya está fría.

Aoshi: Misao, ¿por qué no la calientas de nuevo?

Misao: ¿¡Qué!?

Kaoru (amable): Oh, no Misao, por favor, sigue comiendo, yo la calentaré.

Misao (pensando): Que bien, por que después de lo que vi hace un rato, no pensaba pararme e interrumpir mi comida nada más para calentarte la sopa.

La comida transcurrió sin mayor novedad, después de eso, Kaoru y Aoshi, se retiraron a seguir con el entrenamiento.

Como apenas habían terminado de comer, se disponían a realizar los usuales ejercicios de relajación de todos los días, para después, continuar con su entrenamiento. Pero el único que se relajaba con esos ejercicios, era Aoshi, Kaoru no los disfrutaba para nada, aunque había aprendido a soportarlos. El ejercicio consistía en adoptar la posición usual para la ceremonia del té, es decir, colocarse de rodillas, y luego sentarse sobre sus pies, manteniendo la espalda derecha y formando un mudra circular con las dos manos, entrelazando los dedos índice, medio, anular y meñique, y juntando las puntas de los dedos pulgares.

Aparentemente, no era una posición difícil de ejecutar, el problema estaba cuando tenías que quedarte en esa postura, totalmente quieto por una hora y media entera. El quedarse así, ocasionaba que las piernas de Kaoru comenzaran a dormirse, y que le costara mucho levantarse después, pero a pesar de que sufría cada vez que hacía esos supuestos ejercicios de relajación, nunca se quejó ni hizo comentario alguno. Cada vez que Kaoru se disponía a adoptar esa postura, se repetía mentalmente "todo sea por Kenshin", y eso le daba fuerza para soportar la hora y media completa.

Pero Aoshi, si se percataba de que la joven Kamiya no disfrutaba esos ejercicios, el objetivo era, calmar un poco su mente de la tensión, para despejarla, y en pelea, pudiera usarla fríamente, aunque eran ejercicios dolorosos para la joven, le habían ayudado mucho en su temperamento, en su forma de planear ataques, e incluso en la forma de ver la vida.

Aoshi (levantándose): Creo que es suficiente de esto.

Kaoru: Pero, todavía nos falta tiempo.

Aoshi: No creo que sus piernas opinen lo mismo.

Kaoru: Eh...yo... yo...

Aoshi: Descuide, le daré un masaje.

Kaoru (tratando de levantarse): No, no... no creo que sea necesario.

Aoshi: Por favor, insisto.

Kaoru: Es... está bien.

Aoshi: Póngase boca abajo por favor.

Kaoru: Eh, Oh, bu... bueno.

Aoshi: Muy bien.

Aoshi comenzó con la aplicación del masaje, el cual, consistía en colocar sus talones sobre los de la chica, y dar pequeñas presiones.

Kaoru (pensando): Ummm, que bien se siente.

Aoshi: ¿Sabe?, este masaje, se lo hice a Himura hace algún tiempo, realizamos la ceremonia del té, pero no aguantó ni media hora en la posición, sus piernas se durmieron, y tuve que darle el masaje para que se recuperaran, en nuestro cuerpo, tenemos muchas terminaciones nerviosas, sobre todo en los pies, incluso, podemos curarnos de un resfriado con tan solo hacer presión en el lugar indicado.

Kaoru: Valla, es muy interesante.

Aoshi: Así es, bueno, listo.

Kaoru (levantándose): Continuemos.

Aoshi: Si, muy bien, a los aparatos.

Kaoru: Esta vez pondré mas peso.

Aoshi: Si, me parece bien.

Mansión de Shura.....................................

Shura (practicando con su chaco): Bien, me he vuelto más hábil en este corto tiempo... si tan solo en esa época hubiera sido así de fuerte, no habría perdido el Kay ryu (n/a: no se si así se escribe, pero me refiero al barco que tenía Shura cuando era pirata), y después de eso, no habría tenido que salir huyendo a Inglaterra... tuve que empezar desde cero, ¡tuve que aguantar tantas humillaciones!, ¡tuve que abandonar mi orgullo!, pero, lo hice, y logré alcanzar una gran posición en Inglaterra, comencé a obtener todo lo que quería, dinero, joyas, cambié de imagen, pude enviar a Sanuyiru a una prestigiada escuela (n/a: el niño que le era fiel a Shura), y pude comprarle una cómoda casa a Iwasu para que viva tranquilo por el resto de sus días (n/a: Iwasu es el anciano que también le era fiel a Shura), ahora, puedo obtener todo lo que desee, y Kenshin Himura, no será la excepción. Por cierto, ¿qué estará haciendo?, voy a verlo.

Mientras tanto, en otra habitación, se encontraba un hombre pelirrojo, vestido con una camisa remangada azul marino,  un pantalón gris oscuro de tela fina, y zapatos negros.

Kenshin: ¡Rayos!, ya busque por toda la casa, y no hay señas de Kaoru ni de mi espada, ¿cuánto tiempo mas debo esperar?, como quisiera irme en este mismo momento, pero no puedo poner en riesgo a Kaoru, Shura está tan loca, que no se de lo que sería capaz, si tan solo supiera como está Kaoru.

Shura: Kaoru, siempre Kaoru.

Kenshin: ¿Qué quieres ahora Shura?

Shura: Sabes que mientras más me rechazas, mas te quiero para mí.

Kenshin (pensando): ¿Qué pasaría si le diera por su lado?

Shura: ¿En qué piensas mi atractivo pelirrojo?

Kenshin: En que ya me cansé de todo esto, no tiene sentido que sigamos enojados, ¿por qué no nos reconciliamos?

Shura: ¿Reconciliación?, me parece bien, ¿qué sugieres?

Kenshin: Lo que tu quieras.

Shura: ¿Qué te parece un beso?

Kenshin (pensando): Oh, no, cometí un gran error, ¿por qué nunca escuché los consejos del maestro Hiko, cuando me decía como tratar a una mujer?

Recuerdo de Kenshin

Hiko (totalmente ebrio): Entonces.... jip.... como te decía... mi.... jip... "estimado" Kenshin... jip, sírveme más zake, jip..., en que me quedé, jip, oh, sí, jip, cuando estés con una mujer que no te agrade... jip, pero que tu si le agrades a ella... jip, lo mejor que puedes hacer... jip, es, jip, aprovecharte de la situación, jip... de la siguiente manera... jip, escucha bien, jip, "estimado" pupilo, jip...

Kenshin: Maestro, mejor duérmase un rato, iré a entrenar un poco, volveré cuando esté sobrio.

Kenshin sale de la casa.

Hiko: Tu te lo pierdes... jip...

Fin del recuerdo

Kenshin: ¡Oro!

Shura (en tono sensual): Aquí voy.

Kenshin (pensando y con los ojos totalmente cerrados): ¡Kamisama!, ¿Dónde estás cuando se te necesita?, Maestro ayúdeme por favor, ¿por qué no tiembla o algo así?, ¡nooooooooo! »_«

Shura (parando en seco): Eres un estúpido si piensas que me vas a engañar, haciéndome creer que estás de mi lado, no tienes idea de a cuantos hombres tuve que engañar en Inglaterra de esa forma, tal ves seas muy bueno como guerrero, pero en este tipo de situaciones, no tienes ninguna experiencia.

Kenshin (pensando): Primera vez que estoy de acuerdo con ella, no tengo experiencia.

Shura: Escucha, solo tienes que esperar un poco, te dejaré ver a Kaoru por última vez antes de que nos vallamos a Londres, y después de eso, tu mismo vas a pedirme que te ame.

Shura se sale de la habitación.

Kenshin: Fuiu... de la que me salvé... ¿qué yo le voy a pedir que?, Ni que estuviera loco.

Dojo Kamiya..........................................

Aoshi: Perfecto, por hoy es suficiente.

Kaoru: Bien.

Llega Misao...

Misao: Aoshi, ya está listo el baño, vamos que se enfría.

Aoshi: ¿Por qué no va usted primero señorita Kamiya?, El entrenamiento fue duro hoy.

Kaoru: De ninguna manera Aoshi-san, por favor, valla, yo me quedaré a practicar un poco con mi espada.

Aoshi: Pero...

Misao: Ya escuchaste Aoshi, vamos.

Misao y Aoshi salen de la sala, rumbo al baño.

Kaoru: Necesito hablar con Misao.

Afuera del baño.....

Misao (lanzando leña al fuego con el que el agua del baño se calentaba): ¿Así está bien Aoshi?

Aoshi (en el baño): Sí Misao, gracias, creo que con eso es suficiente.

Misao: Bien, avísame cuando la quieras mas caliente.

En eso, llega Kaoru...

Kaoru: Misao.

Misao: ¿Sí?

Kaoru: ¿Necesitas ayuda?

Misao: No, estoy bien, y tú, ¿necesitas ayuda?

Kaoru: A que te refieres.

Misao: Pues no sé, dímelo tú.

Kaoru: No entiendo tu pregunta, si hablas de ayuda, Aoshi-san y tú, me han dado bastante, no tengo palabras para agradecerles a ninguno de los dos, creo que yo sola no habría podido con todo esto, no hubiera soportado tener que ocuparme de todo y encima, saber que Kenshin está quien sabe donde con la odiosa de Shura, lo extraño mucho Misao, no, no se que haría sin él, ya quiero que llegue el día en el que me enfrente a Shura, para que Kenshin regrese a mi lado, él es mío y yo soy suya, nos necesitamos el uno al otro... desde que Shura se lo llevó, siento como si mi alma estuviera incompleta, lo necesito, necesito ver su dulce rostro, necesito sentir una de sus profundas miradas, necesito escuchar su voz, necesito tenerlo cerca, necesito saber que está bien, necesito estar con él, ¿sabes?, Kenshin es muy tímido, pero en el fondo, él ha demostrado sentir algo por mí, voy a pelear por él, y cuando este aquí conmigo, le voy a decir todo lo que siento, le diré que lo amo mas que a nada, que quiero compartir toda  mi vida con él, que quiero envejecer a su lado, que mis hijos sean sus hijos, que haré todo, hasta lo imposible, por que sea feliz, que no me importa su pasado en lo más mínimo, y que no necesito que me proteja, si no que me ame, aunque sea un poco.

Misao (pensando): Es lo mismo que yo siento por Aoshi, Kaoru en verdad ama a Himura, ¿cómo pude desconfiar de ella?.

Kaoru: Muchas gracias amiga, sin ti, no se que hubiera pasado.

Misao (sonriente): Para eso son las amigas, además, en la mañana me sacaste de un apuro con lo de la ropa de Aoshi.

Kaoru: Ja, ja, no fue nada, por cierto Misao, ¿tú sabes algo, acerca del pasado de Aoshi-san?

Misao: ¿Su pasado?, muy poco, ¿por qué?

Kaoru: Es que tengo un presentimiento.

Misao: Lo único que sé, es que Okina lo encontró en la guerra en una casa que daba la impresión de haber sido recién asaltada, Aoshi no tenía más de dos años cuando Okina lo encontró, eso es todo lo que sé, y creo que tampoco Aoshi sabe mucho sobre su propio pasado.

Kaoru: ¿Dónde estaba ubicada esa casa?

Misao: En la primera aldea al norte de Kyoto, me parece.

Kaoru: ...

Misao: Kaoru, Kaoru...

Kaoru: Si Aoshi-san tenía dos años aproximadamente, entonces, hace más de 20 años que Okina lo encontró ¿cierto?

Misao: Sí, así es...

Kaoru (pensando): Coincide, todo coincide, ¿Acaso Aoshi-san puede ser...?, necesito investigar más.

Y así, transcurrió la noche, después de Aoshi, Kaoru también se dio un tibio baño, y se dispuso a dormir, al igual que  los demás habitantes del dojo Kamiya, todos descansaban, menos Aoshi, a quien lo venía a atormentar la misma pesadilla de todas las noches.

SUEÑO

Era una casa no muy pequeña pero modesta, ahí estaba una mujer y un niño como de 2 años en brazos.

Mujer: Hijo mío, perdóname por no quedarme a tu lado, pero si lo hago, los dos moriremos.

La mujer saca de sus ropas la empuñadura de una daga (que quede claro que solo era una empuñadura, no una daga completa) y la coloca en las mantas con las que envuelve al niño.

Mujer: Estoy segura de que tu padre vendrá pronto, hijo mío, te amo... se un buen hombre y nunca te rindas.

La mujer besa tiernamente al niño y lo esconde detrás de unos muebles. Mientras, se escuchan las voces de unos hombres.

Hombre 1: Deja ya de esconderte, nos estás cansando.

Mujer: Adiós hijito.

Hombre 2: Si vienes y nos das lo que queremos que nos des, te daremos una muerte rápida y sin dolor.

Mujer: Nunca, yo soy mujer de un solo hombre, primero tendrán que matarme.

Hombre 1 y 2: Como quieras...

FIN DEL SUEÑO

Aoshi (despertando): ¡Maldición!, de nuevo, ya estoy harto de este sueño maldito, ¡harto!, la empuñadura de la daga, ¿qué significa, ¿será esa mujer mi madre?

Aoshi, se quedó despierto por el resto de la noche, pensando, reflexionando en lo que ese sueño pudiera significar, pero nada, nunca podía encontrar una respuesta, al menos no hasta ese momento.

Después de varias horas de vigilia, Aoshi, comenzó a notar que la noche moría, para dar paso a un lindo amanecer, pero muy incierto, el ninja, no imaginaba que aquel día, se convertiría en un día decisivo, en día en que su vida cambiaría.......... (n/a: soné como Kaoru al final del capítulo en el que llega Toshimishi Okubo y le dice a Kenshin que el 14 de Mayo espera su respuesta ¿no lo creen?)

¿Qué sucederá ahora?, ¿Cuál será el cambio que le espera a la vida de Aoshi?, ¿Qué es lo que Kaoru tiene que investigar?, ¿Misao seguirá celosa?

No se pierdan el próximo capítulo.

Notas de la autora: Hola, si, ya sé que no hubo gran avance en este capítulo, pero por eso, subí dos, quería poner lo de dos capítulos en uno, pero creo que sería bastante largo, así que por eso, decidí dividirlo, espero sus reviews tanto de este capítulo 9 como del capítulo 10, en el siguiente capítulo vendrán los agradecimientos especiales.

Por ahora, les agradezco a todos los que han seguido la historia, si sigo haciendo esto, es por ustedes, muchas, muchas gracias, y no los detengo más, vallan al siguiente capítulo...

Hitokiri lady.