-Ya basta, parecemos locos, si tienes frío quítate la capa y pontela encima...

-¿Cómo lo hice contigo?

-Sí, como lo... ¿Qué? -se sonrojo

-Vamos, no me mires así, solo era... espera, no te enojes -dijo cuando vio que Selene estaba alejándose y bastante enojada- lo... espera, no te pongas así, sabes que juego... Espera, vamos... no seas así

-Yo jamás me tire encima de ti, tu me jalaste... y fue por que Filch estaba... -Draco se acerca y la hace callar

-Sí, ya lo sé... ¿No te enojes, bien? -la miró, por primera vez, con ternura. Selene se quedó embobada con aquella mirada, jamás había visto aquella mirada en Draco... Sonrió, era casi imposible verle sonreír sin que hubiera dicho algo irónico o sarcástico. Lo vio alejarse hacia la habitación de chicos, ella se quedo ahí, parada mirando como entraba por la puerta... pensando en la sonrisa que Malfoy le había regalado hace poco.

Al día siguiente tendrían pociones, y como era de esperarse las tendrían con los Gryffindor. Selene estaba sentada ya en la mesa de Slytherin mientras Draco entraba junto con sus dos guardaespaldas. La vieron tomando tranquilamente su desayuno, pero Draco decidió arruinárselo un poco... Le dijo algo a Goyle y a Crabbe, y estos se alejaron de él por un tiempo. Fue donde Selene, sentándose justo a su lado...

-¿Me extrañaste? -pregunto, cuando un plato aparecía justo delante de él

-Tendría que haberlo hecho... -dijo secante Selene

-Pues... ¿Por qué no?... -jugo un poco con su comida

-¿No tienes hambres? Que vienes a molestarme...

-Podría decirse que no tengo hambre... -y contesto pensando morbosamente- ¿Sabes de que tengo hambre?... -sonrió picaramente- De que vuelvas a estas encima de mí... -Selene se atraganto con un pedazo de pastelillo que comía en esos momentos

-¡Que! No te ilusiones, Malfoy, no lo haría aunque me pagaras 100 mil Galeones -Malfoy se echo a reír fuertemente

-¿No creerás que quiero eso, o sí? -se levanto de la mesa; camino pocos pasos. Selene lo quedo mirando, Malfoy no era así... y menos con ella...

Cuando terminó de desayunar, fue a las clases que le correspondían para aquel día. Tomó su mochila, y alcanzó a quitarle una cereza, que traía el pastelillo, del plato de Blaise, un chico de Slytherin. Camino, pensando en el extraño comportamiento de Draco, jamás, desde que había llegado a Hogwarts él se había comportado así con ella... De pronto, choca con un chico de Gryffindor

-Fíjate, ¿Quieres? -dijo ella

-Tu chocaste conmigo, fíjate tú... -el chico comienza a examinarla

-¿Que crees que soy, un objeto? -reclama ella

-Ahhh... Tu debe ser la chica con quien Malfoy siempre pelea... conque tú eres esa chica... la con agallas

-Ahhh, ¿Qué no tienes otras cosas que hacer? Podrías gastar tu tiempo en algo más interesante que Malfoy -se alejo de él. Ahora que lo piensa mejor... ella chocó especialmente por que estaba pensando en Malfoy... en Draco Malfoy, el chico rubio más detestado por la escuela... Siguió su camino, intentando no pensar en él, y pensando solo en la próxima clase, que por cierto, no estaría mal, ya que siempre los favorecían a ellos. Entro a la sala, al parecer había llegado justo a tiempo. Se sentó en un lugar un poco apartado de todos. Como estaba entre los más alejados de la clase, nunca le preguntaron nada... eso le dio lugar a malgastar el tiempo que tenía, pensando en nada y nada menos que en Malfoy

-No es feo... claro, no es mi tipo... pero no es feo... -pensaba- su cabello es tan rubio, y brillante... pero, lo que más me gustan son sus ojos grises... me encantaría tenerlos como los de él... espera los tengo azules... no lo sé... su personalidad tan agresiva es algo que a veces me hace enfadar muchísimo, pero... cuando me mira de esa manera... cuando lo hace con un poco, no puedo decir que es mucho, pero sé que es algo... de ternura... eso me enloquece... -se sacudió de repente- ¡Pero que estoy pensando, es Malfoy! Dios... me estoy volviendo loca... Esto no se le perdona, que rayos me hizo él, seguro y le puso algo a mi comida... si, eso debe ser -sonrió como resultado de su hipótesis. Las clases continuaron, igual de aburridas como siempre, les dijeron que tenían que hacer una poción para dominar la mente. A la mayoría no le salió bien, pero como Hermione Granger era la 1° o 2° del curso, le salió a la perfección. Supuestamente debían botar la poción recién hecha... Salieron de clases, tenían tiempo, puesto que era su recreo. Selene fue directamente hacia el campo, aún tenían un poco de tiempo, y como estaban castigados, por andar en los pasillos de la escuela a la mitad de la noche... Se quedo ahí por un tiempo, mirando el cielo, aun así con la mirada perdida... sin pensar en nada... con los rayos del sol golpeando levemente su rostro...

-No deberías relajarte tanto, Minalkee... -dijo una voz. Abrió sus ojos, que los había cerrado sin darse cuenta casi

-Malfoy... tenías que arruinar este lindo momento... -dijo

-¿Ah sí? En que pensabas... ¿En tu súper galán? -pregunto de mala forma

-Eso no te importa... Además, estoy reuniendo energías para el castigo. Que, por si no lo recuerdas, nos dieron ayer

-Claro... Maldita biblioteca, ¿Sabías que tiene más de 15 mil clases de libros? Y tenemos que ordenarlos... estaremos toda la tarde, y Filch llama a eso un pequeño castigo...

-Ve el lado positivo -Draco le miró como si estuviera loca- no tendremos que estar soportando clases aburridas... -se escucha una especie de campana. Eso indicaba que tenían que volver a las clases... Malfoy se levantó, y Selene pensando en que Malfoy tendría un poco de amabilidad con ella, espero que le ayudara a pararse... pero no. Comenzó a caminar. Caminaron juntos hasta la biblioteca, cada uno reclamando en murmullos que tenían un castigo, que se lo dirían a sus padres... que Dumbledore se arrepentiría de eso... que un Slytherin no tenía por que estar haciendo algo como eso... Caminaron, ya faltaba poco para llegar a la biblioteca. Cuando entraron vieron unas 200 pilas de libros que estaban estorbando. Pudieron ver, de entre todos esos libros, a un profesor. Su cabello grasiento y negro eran algo inconfundible. Era el profesor Severus Snape. Lo miraron con un poco de tranquilidad: no podía ser que ese profesor los castigara... y menos a ellos, pero... siempre había una primera vez...

-No puedo creer... que dos alumnos de la casa de Slytherin... hayan sido descubiertos por Filch... eso nos deja en ridículo, ¿saben? Así... esta vez no haré nada... -con sonrisa quebrada, se marcha, dejando a Selene y a Draco en total estado de shock. Se miraron, y con un suspiro al mismo tiempo, se dispusieron a ordenar. Draco y Selene, aunque suene extraño, hacían un buen trabajo junto. De vez en cuando, Malfoy, decía algo para que Selene se molestase y así reír un poco. Según él, era muy divertido verla enfadada. Siguieron ordenando libros hasta que casi se hizo de noche. Tenían hambre, estaban cansados y aburridos de estar haciendo eso hace casi 6 horas... Cuando solo faltaban unos pocos libros, Draco se acercó al sillón que había cerca, y se sentó.

-¿Que crees que haces? Aún no terminamos... -dijo Selene, mientras colocaba unos libros en la repisa

-Estoy harto, estoy cansado, estoy aburrido... quiero ir y comer algo, tengo sed, y huelo a libros usados y viejos -se desabrocho la camisa- además de querer tomar un baño...

-Si tienes la amabilidad de ayudar... podrás salir de aquí -se levanto, y solo coloco unos pocos libros en la repisa- eres de gran ayuda, Malfoy...

-Ya lo sé... -sonrió. Un solo libro y terminaban... ¡TERMINARON! Sonrieron los dos juntos, se miraron y luego dijeron: "A comer" Saliendo del lugar rápidamente. Malfoy se hacía tronar los dedos, mientras caminaba junto a Selene

-Deja de hacer eso... -coloco cara de dolor- eso me duele mas a mí que a ti

-¿Y que culpa tengo yo?

-Vamos, no tengo ánimos de pelear ahora...

Se dirigieron a la sala común de Slytherin, cada uno subió a su respectiva habitación, y luego salieron juntos, nuevamente, rumbo a los baños... Llegaron a las duchas, estaban separadas, obviamente. Selene entró con aire cansado, agotado, al igual que Draco. Tomaron una larga ducha, no era justo, según ellos, que los dejaran, ordenando toda la tarde... ese, de partida, no era su trabajo. Salieron del baño, cada uno vestía ropa muggle, no estaban dispuestos a seguir con esa ropa escolar, además... apestaba a libros, como dijo Draco. Selene vestía una polera manga corta de color negra, ajustada; con pantalones, unos jeans ajustados también, de color azul con unas estrellas en los lados. Por lo que Malfoy había oído a Selene le encantaba la ropa muggle, cosa que él mas bien detestaba, aún así, vestía una polera grisácea y unos pantalones deportivos. No parecía el típico Malfoy de todos los días, además de traer el pelo medio mojado y sin el peinado para atrás, lo hacía ver realmente como un muggle común.

-Te ves bien, ¿sabes? -pudo notar un leve rubor en Malfoy

-No me digas... detesto parecer un muggle estúpido... -él la miró- tu te ves bien... también... -Gracias, Dragoncito... -sonrió picaramente

-No me llames Dragoncito, ¿bien?

-Bueno, Draquito...

-Es lo mismo, no hagas eso... -mirando para otro lado

-Vamos a comer mejor, deja de estar molestándome -rió

Fueron al comedor, aún había gente, unos cuantos Hufflepuffs otros Gryffindors y unos cuantos Ravenclaws... Pero ningún Slytherin... solo ellos dos. Los miraron extrañados, casi nunca se encontraban solos los Slytherins, y esa era una oportunidad perfecta para molestar... Lastima, perdieron su oportunidad, en esos momentos entraba el profesor Snape junto con McGonagall. Selene y Draco se sentaron mas bien juntos. Uno enfrente del otro. No hablaban casi, pero podía verse claramente que se entendían con las miradas casi asesinas que se mandaban. Comieron tranquilos, sin molestar, sin reírse o burlarse... sin nada, de nada... De repente, a Draco y a Selene los llama el profesor Snape...

-¿Ya terminaron con su castigo? -asintieron al mismo tiempo- muy bien... espero que eso les dé una pequeña idea de que jamás... deben ser descubiertos en sus fechorías... aunque por lo que me cuentan... no eran tan graves...

Volvieron a sus lugares... No era normal que el profesor hablara así... pero que más da, el profesor Snape era un caso bastante extraño. Tomaron asiento, en esos momentos parecía que toda la escuela estaban observándolos... ¿Qué ocurría?... Draco le repitió a Selene muchas veces que se quedara tranquila y en lo posible disimulara. Cuando terminaron, al fin, Draco tomó su jugo de calabaza. Selene no tomó el suyo, puesto que no le gustaba...

-Damelo a mí... -dijo él

-Si quieres... -se lo entrega- no se como te puede gustar...

-Algunas cosas me gustan, aunque sean imposibles de alcanzar -dijo mientras miraba a Selene con gran atención

-Que poético... Te hizo mal tomar tanto jugo

Caminaron inquietos, eran los únicos Slytherin, y eso no era bueno. Caminaron un poco más rápido, claro, sin aparentar miedo... ni extrañeza... ni nada que se le pareciera. Draco, de repente, se detiene. Con cara algo pálida, se apoya en la pared. Selene lo intenta ayudar, pero él rechaza su ayuda. Se quedaron ahí por un tiempo; Draco seguía apoyado en la pared, con su rostro más pálido que nunca... transpiraba frío

-¿Draco? -dijo Selene, llamándolo por primera vez por su nombre- ¿Draco que pasa? ¿Puedes caminar? Mejor te llevo a la enfermería...

-No, deja... ya se me pasara...

-No te hagas el valiente, que no va contigo... estás sudando frío, eso no es bueno... -dijo, pasando su mano por la frente de Draco

-Solo... Ya, no importa... se me pasara, no te preocupes...

-Pues me preocupo igual, Malfoy estás más blanco que una hoja, necesitas ir a la enfermería...

-Ya, cálmate, estoy bien... solo... fue un pequeño escalofrió que me dio... eso fue todo

-Malfoy...

-Ya, no importa... Camina, si quieres ayudarme...

Caminaron, Selene intento mil veces ayudar a Malfoy, pero es muy testarudo, y se negó. Cuando al fin llegaron a la sala común, Malfoy se sentó un momento cerca del fuego. Era tarde, así que ya no había gente en el lugar, solo ellos dos. Selene se sentó a su lado, mirándolo atentamente; Draco miraba el fuego con gran atención... Sus ojos estaban perdidos en aquellas llamas, las cuales le habían robado el habla por unos momentos... Selene no sabía que hacer, estaban solos, y el fuego era tan acogedor, pero Malfoy se sentía mal, se notaba: su ceño estaba fruncido, y sus ojos reflejaban un leve dolor. Se sujetaba la cabeza con las manos, y respiraba un poco agitado. Murmuraba algo que no se alcanzaba a escuchar, realmente. Cerro sus ojos, y con un movimiento que pareció más un desmayo, despertó.

-¿Malfoy estas bien? Vamos a la enfermería... por favor -suplicaba Selene