CAPÍTULO 5: "La verdad es que te amo..."
Domingo, 13:23 hrs. Casa de la familia Akagi.
-¡Haruko, ya me voy! ¡Regresaré a las cinco de la tarde!
-¡Está bien, hermano! ¡Cuídate!
Haruko se quedó sola en casa. Se dirigió a su habitación y sacó una revista de entre sus cosas. Era una revista de entrevistas realizadas a mangakas conocidos, así que se dispuso a leer durante un rato, mientras su hermano volvía de una visita a un museo que organizó su profesor de biología. Hubiera querido acompañarlo, pero no pertenecía al grupo de su hermano, así que ni siquiera lo consideró.
-Vaya, tengo un poco de sed...- la chica se disponía a servirse un poco de jugo del que había en la mesa de la cocina, cuando escuchó el timbre de su casa- ¿Quién será?
Haruko caminó hacia la entrada de su casa, y abrió la puerta. Tras ella se encontraba la persona que menos se imaginaba: Hanamichi Sakuragi...
-Sa-Sakuragi...- tartamudeó ella, al tiempo que sus ojos se abrían como platos.
-Haruko, yo...
Ambos se quedaron inmóviles, observándose. No sabían qué decirse. Hanamichi sólo había ido porque sintió deseos de hacerlo, sin pensar en algún pretexto que justificara su visita. Ahora estaba de pie frente a ella, y ya no podía retroceder.
-Sakuragi...- la chica no supo qué decir. Frente a ella se encontraba la persona que le había robado el sueño durante toda la noche, y no sabía cómo debía reaccionar.
Hanamichi no encontró palabras. Después de ese beso, se había topado frente a frente con el amor que sentía por Haruko, y ya no podía ignorarlo comportándose como lo hacía frecuentemente. Era hora de actuar, no de pensar, así que sujetó el rostro de Haruko entre sus manos y depositó un tierno beso sobre sus labios. Ella no se rehusó, sólo cerró los ojos y disfrutó el momento...
Cuando se separaron, Hanamichi volvió a encarar a la dueña de su primer beso.
-Lo siento Haruko, pero sentí que tenía que hacerlo. Nos vemos después...- el pelirrojo se disponía a marcharse, pero una vocecita lo detuvo.
-¡Hanamichi, espera!- Haruko bajó la mirada- No... No te vayas, por favor... No te disculpes. No me incomodaste, y tampoco me desagradó...
-Ha- Haruko...- el pelirrojo no podía dar crédito a lo que escuchaba.
-Me gustó ese beso, y también el de anoche.
-¿Es en serio, Haruko? Rukawa te besó, y creí que con eso te había perdido, pues tu primer beso fue del chico que amabas...
-Anoche descubrí que no era así, Hanamichi. Cuando Rukawa me besó sólo pude sentir nervios, y me desmayé en sus brazos. Cuando tú me besaste, me vi reflejada en tus ojos, y críe haber encontrado el significado del amor... Cuando nos miramos a los ojos, sentí miedo, porque no quería enfrentarme con la verdad, pero ahora que lo hice ya no quiero retroceder... Yo te amo, Hanamichi...
-Y yo te amo a ti, Haruko...
Ambos se miraron a los ojos, se acercaron y se besaron por tercera vez; fue un beso fugaz y tierno, como los otros dos, en el que sentían la respiración del otro, y el latido de sus corazones acompasados...
-------------------------------------
Lunes, 15:38 hrs. Gimnasio de la preparatoria Shohoku.
-¡Sakuragi, ven aquí de inmediato!
-Parece que te llama el capitán, Hanamichi.
-Así es, Youhei, pero antes de irme tengo que saludar a Haruko.
-¿Se arreglaron?
-Así es; más tarde te cuento... ¡Adiós, amigo!- Hanamichi agitó la mano mientras se dirigía sonriente a otro punto del gimnasio- ¡Haruko, este talentoso del básquetbol anotará muchos puntos para ti en la práctica de hoy!
-¡Confío en que así será, Hanamichi!- sonrió la chica, y animó a Hanamichi.
-Youhei, parece que Hanamichi ya está mejor.
-Así es, Takamiya. Parece que sus problemas ya se resolvieron...- respondió Mito mientras Hanamichi anotaba un tiro sencillo y Haruko lo animaba muy alegre.
-¿Hablaste con él ayer, Youhei?
-Si, Okusu. Sólo necesitaba distraerse un poco para poner en orden sus pensamientos...- al decir esto, Youhei dirigió su mirada hacia Rukawa, y pudo notar que este no veía con indiferencia al pelirrojo. En los ojos de Rukawa no había más odio hacia Sakuragi. Había algo más... Encontró sinceridad, vida, compañerismo, preocupación... Celos y... AMOR...- De ahora en adelante, nuestro amigo será feliz, chicos...- concluyó Youhei. Observó cómo Rukawa lanzaba el balón intencionalmente hacia donde estaba el pelirrojo para que este lo atrapara sin dificultad, pero sin darse cuenta de que el pase había sido intencional...
OWARI
CONTINUARÁ...
Domingo, 13:23 hrs. Casa de la familia Akagi.
-¡Haruko, ya me voy! ¡Regresaré a las cinco de la tarde!
-¡Está bien, hermano! ¡Cuídate!
Haruko se quedó sola en casa. Se dirigió a su habitación y sacó una revista de entre sus cosas. Era una revista de entrevistas realizadas a mangakas conocidos, así que se dispuso a leer durante un rato, mientras su hermano volvía de una visita a un museo que organizó su profesor de biología. Hubiera querido acompañarlo, pero no pertenecía al grupo de su hermano, así que ni siquiera lo consideró.
-Vaya, tengo un poco de sed...- la chica se disponía a servirse un poco de jugo del que había en la mesa de la cocina, cuando escuchó el timbre de su casa- ¿Quién será?
Haruko caminó hacia la entrada de su casa, y abrió la puerta. Tras ella se encontraba la persona que menos se imaginaba: Hanamichi Sakuragi...
-Sa-Sakuragi...- tartamudeó ella, al tiempo que sus ojos se abrían como platos.
-Haruko, yo...
Ambos se quedaron inmóviles, observándose. No sabían qué decirse. Hanamichi sólo había ido porque sintió deseos de hacerlo, sin pensar en algún pretexto que justificara su visita. Ahora estaba de pie frente a ella, y ya no podía retroceder.
-Sakuragi...- la chica no supo qué decir. Frente a ella se encontraba la persona que le había robado el sueño durante toda la noche, y no sabía cómo debía reaccionar.
Hanamichi no encontró palabras. Después de ese beso, se había topado frente a frente con el amor que sentía por Haruko, y ya no podía ignorarlo comportándose como lo hacía frecuentemente. Era hora de actuar, no de pensar, así que sujetó el rostro de Haruko entre sus manos y depositó un tierno beso sobre sus labios. Ella no se rehusó, sólo cerró los ojos y disfrutó el momento...
Cuando se separaron, Hanamichi volvió a encarar a la dueña de su primer beso.
-Lo siento Haruko, pero sentí que tenía que hacerlo. Nos vemos después...- el pelirrojo se disponía a marcharse, pero una vocecita lo detuvo.
-¡Hanamichi, espera!- Haruko bajó la mirada- No... No te vayas, por favor... No te disculpes. No me incomodaste, y tampoco me desagradó...
-Ha- Haruko...- el pelirrojo no podía dar crédito a lo que escuchaba.
-Me gustó ese beso, y también el de anoche.
-¿Es en serio, Haruko? Rukawa te besó, y creí que con eso te había perdido, pues tu primer beso fue del chico que amabas...
-Anoche descubrí que no era así, Hanamichi. Cuando Rukawa me besó sólo pude sentir nervios, y me desmayé en sus brazos. Cuando tú me besaste, me vi reflejada en tus ojos, y críe haber encontrado el significado del amor... Cuando nos miramos a los ojos, sentí miedo, porque no quería enfrentarme con la verdad, pero ahora que lo hice ya no quiero retroceder... Yo te amo, Hanamichi...
-Y yo te amo a ti, Haruko...
Ambos se miraron a los ojos, se acercaron y se besaron por tercera vez; fue un beso fugaz y tierno, como los otros dos, en el que sentían la respiración del otro, y el latido de sus corazones acompasados...
-------------------------------------
Lunes, 15:38 hrs. Gimnasio de la preparatoria Shohoku.
-¡Sakuragi, ven aquí de inmediato!
-Parece que te llama el capitán, Hanamichi.
-Así es, Youhei, pero antes de irme tengo que saludar a Haruko.
-¿Se arreglaron?
-Así es; más tarde te cuento... ¡Adiós, amigo!- Hanamichi agitó la mano mientras se dirigía sonriente a otro punto del gimnasio- ¡Haruko, este talentoso del básquetbol anotará muchos puntos para ti en la práctica de hoy!
-¡Confío en que así será, Hanamichi!- sonrió la chica, y animó a Hanamichi.
-Youhei, parece que Hanamichi ya está mejor.
-Así es, Takamiya. Parece que sus problemas ya se resolvieron...- respondió Mito mientras Hanamichi anotaba un tiro sencillo y Haruko lo animaba muy alegre.
-¿Hablaste con él ayer, Youhei?
-Si, Okusu. Sólo necesitaba distraerse un poco para poner en orden sus pensamientos...- al decir esto, Youhei dirigió su mirada hacia Rukawa, y pudo notar que este no veía con indiferencia al pelirrojo. En los ojos de Rukawa no había más odio hacia Sakuragi. Había algo más... Encontró sinceridad, vida, compañerismo, preocupación... Celos y... AMOR...- De ahora en adelante, nuestro amigo será feliz, chicos...- concluyó Youhei. Observó cómo Rukawa lanzaba el balón intencionalmente hacia donde estaba el pelirrojo para que este lo atrapara sin dificultad, pero sin darse cuenta de que el pase había sido intencional...
OWARI
CONTINUARÁ...
