Escrito al 22 de diciembre de 2020
Azcapotzalco, Ciudad de México
El youtuber venezolano Ángel David Revilla, conocido en internet con el seudónimo Dross Rotzank, dijo en uno de sus videos algo que es aterrador a estas alturas, y tiene validez por completo.
Lo peor no es la enfermedad. Lo peor es la gente. La sociedad, sus reacciones, sus miedos, sus acciones.
En México hay tres fechas que debemos tomar en cuenta para la Historia. El 27 de febrero, día en que se dieron los tres primeros contagios procedentes de Bergamo, en Italia; el 11 de marzo, día en que el mundo se estremeció al ser declarado el brote de Covid-19 como pandemia, y el 22 de abril, día en que se ordenó un cierre casi total de actividades contraviniendo un llamado del propio presidente a salir y desafiar incluso al sentido común.
Medidas urgentes y emergentes no han faltado. Desde las cuarentenas obligatorias y el gel antibacterial con alcohol al 70% hasta los termómetros de infrarrojo, amén de paliativos improvisados y la precariedad inicial de los hospitales para algo quizá no tan desconocido pero no menos aterrador, hemos visto a buena parte de la población tomarse ciertas libertades de pensamiento que, detesto admitir, rayan en lo absurdo ante un asunto de gran complejidad.
¿Qué demonios pasó para que sucediera? ¿Una fuga de un laboratorio chino? ¿Alguien que no supo cocinar su sopa de murciélago?, ¿las condiciones medievales, si no peor, del mercado principal de Wuhan?, ¿contrabando de escamas de pangolín?
¿O quizás fue una combinación de dos o más interrogantes que tuvo un vector común?
Tal vez se me hizo manía. Cuando hay algún asunto que llamara mi atención y se prolonga, escribo para intentar reflejar su impacto en lo social en la ficción. Pasó con Deportación después de la elección de Donald Trump como el presidente no. 45 de los Estados Unidos, pasó con Princesa Caída y el mundo polifacético de la industria pornográfica. Empero... la presente situación global actual nos ha jodido todo 2020, año que evidentemente tendrá secuelas en 2021 y 2022.
Al cierre, no hubo Olimpiada. Los torneos de diversas ligas en curso en su temporada 2019-2020 se suspendieron como las Champions League de UEFA y Concacaf y la NBA, se aplazaron como el Giro de Italia y los seriales de Formula 1 y Nascar, o de plano se cancelaron, dejando campeón al mejor posicionado (Liga Premier inglesa, Ligue 1 de Francia, Primeira de Portugal) o el título vacante (la mayoría de las ligas latinoamericanas). Equipos se alzaron campeones con rachas malditas se alzaron (Liverpool, Paris Saint-Germain) o fueron humillados (Cruz Azul) e incluso grandes eventos, conciertos y exposiciones tuvieron que aplazarse, ajustarse a condiciones o cancelarse, como los festivales de Coachella, Pa'l Norte (regional mexicano), Viña del Mar (Chile), Wacken Open Air (alemán), entre docenas y cientos a lo largo del mundo. ¿Educación? Cierres de museos, escuelas y un aumento significativo en la brecha digital marcaron la pauta.
Y no me hagan hablar de los primeros días. Compras de pánico, vida paralizada, hospitales, funerarias y crematorios a tope de sus capacidades y otras lindezas como se vieron en otros días de tiempos considerados en su momento más oscuros.
Al momento, no pienso hablar de cifras. Así como hay gente plenamente consciente de las acciones que toman para evitar contagiarse, usar máscara, gel antibacterial, guantes de látex... hay personas a quienes no solo les importa un carajo y van más lejos. Los que no lo creen hasta que le sucede a un conocido, los que acusaron de asesinos a los médicos... incluso aquellos entre los médicos, investigadores y funcionarios de gobierno que insisten que que todo esto es un plan de los masones, el Nuevo Orden Mundial, los Iluminati o las mafias del grupo Bilderberg, de quienes (espero) no hablar aquí... esos ya tienen demasiado tiempo en pantalla o como esa mano que mecía la cuna.
Me atrevo a decir, a pedirles, que esto, como muchos otros fanfics, no se lo tomen tan en serio. Con todo esto podemos permitirnos ser empáticos, mas no tomarlo como si Cristo hubiese escriti sus propios evangelios o si se ratificara la verdad presumida de Tesla. Al fin y al cabo, el fanfic es la ficción de la ficción. Y la ficción, deben saber, tiene trazas de realidad.
Esto, les explico, es un pequeño "¿qué tal si...?". Ya vendrá el origen, pero por lo pronto les anticipo esto. Pinté en ¿Buenos amigos? un escenario pre-pandemia, y situaciones similares en shots como Tocarla de oído y Amarillo al índigo (para ello, léase el shot Sin pompa y en circunstancia). Este fanfic, en concreto, es un escenario tentativo de pandemia terminal/post pandemia relacionado a este último. No apocalíptico, sino más bien de un lento y progresivo regreso a la realidad previa, pues la vida sigue. La humanidad ha sobrevivido a la Peste Bubónica, a la gripe española y sigue persistiendo al SIDA y el ébola. Ya ha erradicado, mas no exterminado, a la viruela. Si se logra una vacuna efectiva, el SARSCoV-2 tendrá su merecido final como un mal sueño.
No bajen la guardia. El virus está a nuestras puertas, lo nieguen o no.
Consideren esto una advertencia de lectura.
Sam the Stormbringer
