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¡Bienvenidos a una nueva historia!

Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial

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Disfruten la lectura.


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Capítulo 1.

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Entrecerró los ojos por el rayo de luz que ahora se colaba en la biblioteca gracias a la nube que había dejado de cubrir el sol. Pero aún con sus ojos de esa forma no perdía de vista a su novia que daba giros feliz, antes de acercarse a él dando ligeros saltitos, besándolo antes de volverse a alejar para acercarse al enorme globo terráqueo que estaba casi en la esquina.

- ¿Qué dices? dijo Tenten, haciéndole una seña para que se hiciera a su lado, lo que él no dudó en hacer podríamos empezar... con su mano izquierda tomo la de él y con la otra impulsó el globo para que girara rápidamente aquí su dedo señaló un punto al azar

- Aquí, conoces algo de... contestó él, acercando su rostro para poder leer ¿Lausanne?

- Lausanne Tenten pareció pensar por un momento ¿Queda en Francia?

- Suiza

- ¿En serio? ahora fue ella quien se acercó a ver la elección bueno, ¿qué opinas de empezar el viaje en Suiza?

- No me contestaste, pero lo tomaré como un no

- ¡Claro que no conozco Suiza! admitió ella con obviedad ¡ese es el objetivo de este viaje!

- ¿Ir a un país completamente desconocido del que ni siquiera sabes el idioma?

- No ella sonrió, haciendo que el globo terráqueo girara de nuevo a toda velocidad el objetivo es conocer el mundo, poder dedicar todo un año a explorar lugares desconocidos

- ¿De qué viviremos?

- ¡Qué importa! Ya veremos qué hacer según el lugar en donde estemos, yo llevaré mis ahorros... tú, bueno, no creo que realmente a ti te preocupe el dinero

- ¿Gastarás la herencia que te dejaron tus padres en este viaje?

- El dinero va y viene, no pienso simplemente dejarla guardada, ya trabajaré después le restó importancia Tenten ¿qué dices?

- ¿Qué digo?

- Estuve viendo tiquetes, hay promoción para los vuelos la primera semana de diciembre

- ¿A dónde? preguntó confuso

- A dónde sea, la temporada alta empieza en la tercera semana de diciembre... podríamos irnos el lunes después de la graduación

- Tenten... empezó y ella tan solo volvió a girar el globo terráqueo sin verlo anoche recibí la carta de la universidad

- Creo que 3 meses son un buen tiempo para recorrer Europa ¿no te parece? ¿O sería mejor que fueran 4? él guardó silencio creí que no estabas seguro de postularte aún

- Mi abuelo y mi tío insistieron en que era mejor hacerlo desde ya, asegurar mi lugar el silencio regresó ¿No me preguntarás qué decía la carta?

- Te aceptaron contestó ella con obviedad y él enarcó una ceja –eres el mejor estudiante de la clase y tienes un apellido importante acotó ¿no tiene la biblioteca de la universidad el nombre de tu bisabuelo o algo así?

- El anfiteatro aclaró ¿qué hay de ti? ¿Has obtenido alguna carta de respuesta?

- No, ya te había dicho que no me iba a postular a ninguna universidad Tenten se encogió de hombros después de graduarme quiero durar un año recorriendo el mundo, ya decidiré qué haré con mi vida cuando regrese... cuando regresemos...

- Ya me aceptaron en la universidad,

- Puedes pasar otra carta solicitando aplazarlo, que te guarden el cupo por un año, por lo que no te expulsarán y ya podrás empezar tus clases cuando volvamos...

- No tengo un espíritu tan aventurero como el tuyo la castaña empezó a reírse porque eso era bastante evidente tampoco creo que vaya del todo conmigo el dormir en cualquier parte o con un montón de desconocidos en la misma habitación

- En cualquier parte no, buscaremos lugares decentes ella le dio un beso en la mejilla odio los insectos, así que siempre nos aseguraremos que el lugar no tenga cucarachas ni nada parecido fue su turno de dibujar una sonrisa ladeada de solo imaginar a su novia gritando por un insecto y no serán hostales, quiero que tengamos privacidad

- ¿Ah sí? ¿Por qué? no había sido difícil entender el doble sentido en su palabra final y de ahí su respuesta, viendo la sonrisa traviesa en los labios de Tenten

- Sabes muy bien porqué sus palabras fueron enfatizadas con un beso, sus manos viajaron de inmediato a la cintura de ella para poder acercarla más, sintiéndola amoldarse a él

- Igual no estoy muy seguro de tu plan, Tenten dijo mientras recuperaba la respiración en medio del beso

- Imagínalo... habló ella sobre sus labios conocer cientos de firmamentos, pasar cada noche bajo un cielo diferente

- El cielo siempre es el mismo le era inevitable dejar que sus dudas sobre el arriesgado plan de su novia se notaran no lo sé, Tenten...

- Quiero hacerlo dijo ella con determinación y quiero que tú vengas conmigo, que lo hagamos juntos sus sentidos se pusieron en completa alerta en cuanto sintió su mano deslizarse justo hacia su entrepierna.

Si Tenten no hubiera unido sus labios de nuevo, él habría contestado a esa última frase con algo referente a poder hacerlo en ese momento, sin importarle que estuvieran en la biblioteca de su casa. A pesar de haber celebrado su segundo aniversario solo unas semanas atrás, había sido apenas en el cumpleaños de la castaña ese año que ellos habían dado ese paso en su relación. Era completamente imposible negar que juntos habían ido descubriendo lo mucho que les gustaba el sexo y que buscaban hacerlo lo más seguido que pudieran.

- No te preocupes susurró ella junto a su oído mientras le mordía el lóbulo de la oreja te voy a convencer de venir conmigo él cerró los ojos, pensando que nada a su alrededor tenía importancia en ese momento.

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El sonido de la alarma lo sacó de su sueño y al estar despierto lo primero que hizo fue fruncir el ceño, odiaba tener ese tipo de sueños, odiaba que su mente cada tanto se empeñara en volver a traer esos recuerdos a su memoria reciente. Después de todos los años que habían pasado ya debería haberlo olvidado todo, haberla olvidado a ella.

Sin embargo ahí estaba, cada tanto tenía una mañana como esa en la que despertaba refunfuñando por haberla pensado, por haberlos pensado a ellos juntos. Porque lo que de verdad odiaba de esos recuerdos no podía resumirse simplemente a la presencia de esa castaña, a quien debería poder definir como su primera novia y simplemente anotarla en el listado de las novias que había tenido a su edad, no, no era eso lo que más lo molestaba. Lo que de verdad hacía que odiara por completo de ver atrás a sus últimos años de colegio cuando fueron novios era verse a sí mismo.

Los adolescentes eran por definición bastante idiotas, y él a sus 17 no había sido la excepción, encandilado por completo por los encantos de su novia. No dudaba que había amado a Tenten, no solo por haber sido su primer, y único, amor sino porque estuvo seguro de ese sentimiento incluso desde antes que su relación diera el paso al campo físico. Desde mucho antes que ellos decidieran juntos adentrarse en tener su primera relación sexual había estado seguro de amarla, y en lo ingenuo que había sido a esa edad porque incluso estuvo seguro de querer pasar el resto de su vida con ella.

Ahora a sus 34 años veía atrás, esa había sido su relación más extensa hasta la fecha, después de Tenten eran contadas las ocasiones en las que había alcanzado a durar más más de un año con alguna novia, siendo lo más usual que fueran algo más de unos meses lo que duraban sus relaciones y la verdad es que no le interesaba una relación estable ni nada parecido. También a su edad no podía creer la visión de la vida que tuvo en su adolescencia, el realmente haber llegado a considerar irse a recorrer el mundo junto a ella sin mayor plan que subirse a un avión. Pero en aquel entonces le había sonado posible y por ella había pensado que podría intentarlo, que tal vez no sería algo descabellado mientras estuvieran juntos. Obviamente siempre trató de aterrizar las ideas sin fundamento de la castaña y que tuvieran las cosas un poco más organizadas.

Le había costado en ese momento tomar una decisión, él tenía responsabilidades impuestas por su familia y cosas que se esperaban de su persona, no era tan sencillo como subirse al avión con ella y ya, por eso le había pedido que lo pensaran mejor. Quería acompañarla, pero también quería hacer las cosas bien, porque a fin de cuentas el inicio del viaje iba a ser con ambos siendo menores de edad. Le pidió paciencia y que volvieran a hablarlo después de la graduación, y 17 años después todavía le sabía amargo recordar que la respuesta que obtuvo fue que Tenten decidió irse sin él.

Eso era lo otro que solía molestarlo de tener ese sueño, el verse a sí mismo completamente enamorado y planeando tener una vida junto a ella... y que ella no hubiera dudado ni un segundo en irse y dejarlo atrás. Sí, él no creía haber sobrevivido todo un año de ir por el mundo a la deriva, pero tampoco creyó que sería abandonado de esa forma.

Frunció el ceño de nuevo, optando mejor por levantarse para meterse a la ducha y tratar de borrar así un poco de la molestia que ese tipo de recuerdos siempre le causaban. Ella había tomado su decisión, había seguido con su vida y así mismo lo había hecho él. Él no era una damisela abandonada y tampoco es como si no la hubiera superado. Su vida era tal y como debió haber sido siempre.

Al salir de la ducha se vistió de una vez, saldría a desayunar y luego de eso tenía una reunión programada que no esperaba que le tomara más de la mañana. Los viajes de negocios eran habituales en su agenda y siempre que planeaba ir a algún país diferente al suyo programaba algunas reuniones iniciales y dejaba su agenda libre para lo que fuera siendo programado mientras estuviera allí, siendo su asistente el encargado de coordinar los pormenores. Era un reconocido magnate en el mundo empresarial y al viajar en busca de nuevas opciones de inversión era completamente normal que nuevas reuniones surgieran, aunque tenía que organizar su tiempo porque no le gustaba que nadie lo desperdiciara y su fecha de regreso no era negociable. Contando también que solía tomarse algunos días para sí mismo. Había llegado un par de días atrás a Montreal y todavía le quedaba un mes más disfrutando el invierno canadiense.

Cuando estaba desayunando había escuchado algo en el radio de Shino, su jefe de guardaespaldas, su posición, apellido y fortuna atraían la atención de muchos, y eso no siempre era algo bueno. Por eso siempre salía con su esquema de seguridad, aunque no siempre podía ver a todos los guardias, su jefe de seguridad siempre estaba muy cerca de él, por lo que no era inusual escuchar a veces los reportes que se daban por medio del aparato.

No es que él hiciera cerrar los restaurantes a los que llegaba o nada así, aunque a su abuelo y a su tío sí les gustara hacer tal cosa a él no, no solo porque sabía defenderse sino porque los hombres a su alrededor se aseguraban que las personas presentes no fueran un riesgo para su integridad y solían interceptar a quienes trataban de acercársele. Si bien no apreciaba que los desconocidos le hablaran o lo interrumpieran mientras comía, le parecía extremadamente molesto tener que esperar hasta que el lugar se desocupara e incomodar a tantas personas.

A su mal humor por el sueño de esa mañana ahora tenía que sumarle que estaba oficialmente molesto porque la reunión se había extendido más de lo esperado y era demasiado tarde para apenas estarse sentando a almorzar. A lo lejos escuchó de nuevo algo en la radio, simplemente era que un par de transeúntes habían fijado su mirada en él, por lo que no los perderían de vista. Por su parte continuó con su atención en su plato, rara vez había apreciado ser interrumpido mientras comía y menos en esa tarde específicamente. Por eso le fue inevitable que su ceño se frunciera cuando el radio volvió a sonar y vio que Shino, lo tomaba en manos antes de irse hacia donde debían estar los demás. Lo único que había alcanzado a entender eran las palabras mujer e hija, lo que le daba una clara idea de lo que le esperaba.

Exhaló pesadamente, eso era justo lo que necesitaba ese día para completar su estado de ánimo. El no tener una novia estable y tener las necesidades de cualquier hombre implicaba que eran muchas las mujeres que habían pasado por su cama, tanto en su propio país como cuando estaba en algún viaje. El tener el apellido y dinero que tenía implicaban que muchas pensaran que era buena idea tener un hijo, incluso sin preguntarle, y tratar de esa forma de obtener una alta cuota de manutención.

Por varios motivos que solo le incumbían a él y la forma en que había sido criado por su abuelo y su tío, era completamente reacio a tener hijos. Estaba seguro que no tendría descendientes y por eso mismo se había encargado varios años atrás de hacerse una vasectomía sin que nadie lo supiera, así jamás habría "accidentes" o nada que pudiera conllevar al resultado que él no quería. La cuestión precisamente era que al ser algo que había hecho en secreto y que nunca había divulgado ni siquiera a su familia, muchas intentaban endilgarle embarazos que él estaba seguros que no eran suyos. No era inusual que a veces alguna mujer apareciera en donde él estuviera para mostrarle un enorme vientre o un bebé de brazos e intentarlo convencer que era suyo.

Su respuesta siempre era la misma: una prueba de paternidad, con la tecnología moderna incluso se podían hacer pruebas de ADN sin esperar que el bebé naciera. Algunas desistían de inmediato ante esas palabras, las más osadas se la hacían, tal vez porque las cuentas les daban, pero todas salían negativas. Él no tenía hijos y nunca los tendría.

Había pedido un café al terminar de comer y estaba empezando a tomarlo cuando el Aburame regresó, por lo que dio un sorbo antes de enarcar una ceja, sabía cuáles eran las palabras que estaban a punto de ser pronunciadas.

- Hay una chica afuera del restaurante

- Y tiene una hija mía — completó teniendo en cuenta lo que había escuchado antes, dejando la taza de nuevo en la mesa — conoces el procedimiento

- Tiene un acento extraño por lo que no es muy fácil entenderla, pero le dije lo que debe hacer y aun así insiste en hablar contigo personalmente, o algo así

- ¿Cuántos años tiene mi supuesta hija?

- No estoy seguro

- Anda, has visto muchos bebés que dicen que son míos, mejora mi humor adivinando

- No hay ningún bebé — volvió a tomar el café antes de hablar

- Eso es nuevo ¿quién viene a reclamar una paternidad sin mostrar al bebé en cuestión? — preguntó más para sí mismo

- Ya sabes, sueles tener ojo para fijarte en las... insistentes — dijo Shino con una especie de sonrisa — aunque nunca te vi involucrarte con una mujer tan joven

- No lo hago — rara vez se metía con mujeres a las que les sacara más de un par de años y nunca había tenido problema con que fueran mayores que él — ¿Cuántos años tiene?

- No debe tener más de 18

- Así que ahora tengo hijos con mujeres con las que ni siquiera me he acostado — dio un sorbo a su café, dejando que el silencio apareciera por varios segundos — dile que se vaya — definitivamente no iba a perder su tiempo en eso — si insiste recuérdale que tiene que traer al bebé para la próxima vez y haremos la prueba de ADN

- Enseguida

La conversación terminó ahí, igual que su almuerzo tardío. En el camino del restaurante al auto le pareció ver a los lejos a una joven que lo observaba fijamente ¿era esa la mujer que había hablado con sus guardaespaldas? Dedicó un momento a analizarla, estaba vestida en un par de jeans de esos que eran desgastados de fábrica, una camiseta y bufanda de color rojo oscuro, el abrigo era corto de color negro y lo estaba usando abierto, estaba en tenis, en su cabeza veía su cabello recogido en una coleta alta además de una gorra y unas gafas de sol. Gafas que disimulaban el hecho que ella debería tener los ojos clavados en él. Negó para sí mismo antes de subirse al auto, nunca en su vida había visto a esa joven, por lo cual su certeza previa sobre no haberse acostado con ella jamás se mantenía.

Agradecía haber tenido una noche de sueño decente y que el tipo de sueños que lo ponían de mal humor no se hubiera repetido. Su mañana empezó sin mayor novedad y su agenda para ese día iba a ser ir a visitar una empresa que tenía en la mira, por lo que empezó por ir al mismo restaurante del día anterior a desayunar. Ya había terminado de comer y estaba por empezar a beber su café cuando a lo lejos se escuchó un ruido fuerte que llamó la atención de su equipo de seguridad, con una seña aceptó que Shino fuera a investigar lo ocurrido mientras veía que las demás personas a su alrededor no parecían darle mayor importancia a lo que pasaba. Tomó de nuevo la taza cuando pudo ver a la joven del día anterior frente a él, se veía agitada porque suponía que había corrido para llegar ahí y estaba vestida de una forma bastante parecida, incluyendo las gafas de sol.

- Admito que esto es un nuevo nivel — dijo para sí mismo en voz baja, convencido que sin duda esa joven debería ser internada en un psiquiátrico si había llegado tan lejos

- Eres Neji Hyūga — habló ella en japonés, Shino había tenido razón en que era un acento diferente lo que evidenciaba que ese no era su idioma nativo, aunque el tono no era exactamente el de una pregunta él asintió en respuesta

- ¿Y bien? — contestó en el mismo idioma con el que la joven le había hablado.

No podía ver a su jefe de seguridad todavía por lo que descargó el café en la mesa para tener las manos libres por si tenía que defenderse, jamás había olvidado el tiempo que perteneció al equipo de taekwondo en el instituto.

- ¿En dónde está el bebé? — prefería acabar con eso de una vez, a pesar de las gafas de sol le pareció ver que la joven dudaba — ¿Cuánto tiempo tiene este supuesto hijo mío?

- E... — la boca de la joven se había abierto, pero volvió a cerrarse sin decir nada como si se hubiera asustado

- Nunca en mi vida te había visto, estoy totalmente seguro que nunca te he tocado ni un solo cabello — aclaró, el ver que la determinación previa de la joven había desaparecido le dejaba claro que no haría nada más y prefería deshacerse de ella — te daré dinero, así tal vez compres un pantalón más adecuado — aunque teniendo en cuenta que escasamente si tendría la mayoría de edad era normal que se vistiera con la moda del momento. Buscó su billetera, nunca les había dado dinero a esas mujeres pero de alguna forma le abonaba a esa frente a él que hubiera logrado burlar a sus guardias

- No quiero tu dinero — fue un murmullo cuando él extendió el billete — yo...

- ¿A qué más viniste? — volvió a mover el billete y ella no lo tomó — inventaste que tenías una hija mía pero no la trajiste, ahora dices que no quieres dinero...

- No inventé nada — lo interrumpió defendiéndose de la acusación, él vio de reojo a su alrededor y a lo lejos se veía que Shino estaba corriendo de regreso — esos hombres deben haberse confundido porque nunca les dije que tenía una hija tuya — su voz había subido y ya no murmuraba — dije que creo que yo soy tu hija

Tras pronunciar esas palabras ella se mordió el labio a la vez que procedía a quitarse las gafas de sol, dejando ver claramente un par de ojos del mismo color de los suyos, pero no fue eso lo que hizo que por un momento todo a su alrededor desapareciera. El color de cabello, los rasgos de su rostro y la forma en que se mordía el labio, él había visto ese gesto antes, muchos años antes.

Era la viva imagen de Tenten la que tenía frente a él, pero esos eran sus propios ojos.

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¡Hola hola!

Ustedes saben cuán caprichosa es mi inspiración y durante la NejiTen Week me surgió esta idea, y fue imposible seguir mi vida sin escribirla, por lo que aquí estamos.

Es un AU (sí, eso ya es obvio) y será medianamente largo (ya saben que eso no se pregunta). También aviso de una vez que aunque es un NejiTen tendremos algo de GaaTen metido por ahí.

Y bueno, espero le den una oportunidad y les guste. Me encantaría también leer sus teorías con este capítulo.

- Sally ¿Y tus otros proyectos en curso?

- Cállese señora.

No siendo más por hoy, nos leemos en el próximo capítulo.

Att: Sally K.