Hace 30 años más o menos, una bestia devastadora a la que apodaron "Él diablo", devastó todo México, el gobierno para defenderse formó la iniciativa "Gran Jefe". La iniciativa consistió en un grupo de científicos experimentando con personas para convertirlos en supersoldados, pero los voluntarios eran pocos y tampoco todos resistieron el suero que se les implantaba, una mujer cuya vida había sido dedicada a la ciencia fue una de esos pocos, su nombre era Wright, Diana Wright, y su cuerpo, contra todo pronóstico, soporto el suero y formó parte de la resistencia. Con el tiempo daría a luz a un par de hermanos mellizos, parecían ser normales como cualquier otro par de hermanos..
Pero, tarde se dieron cuenta que ambos nacerían con un poder increíble producto de aquel suero, la mayor fue atrapada usando sus poderes y en replesaria se oculto, los antiguos miembros de Overwatch intentaron hacer lo posible por la afligida madre y el más joven de los mellizos, este último sabía lo que pasaría si lo descubrían... El quería una vida y sabía lo que pasaría si el gobierno sabía de su existencia, solo era, ante el mundo que lo rodeaba, un chico como cualquier otro, no sabría qué hacer en una guerra, aunque el mundo esté tranquilo, de un momento a otro todo puede cambiar... Pero, cuando eso pasara ¿Él joven Oliver podría controlar su propio poder?
—¿Estan todos bien?— Oliver Escuchaba aquella voz entre los escombros generados por la explosión ¿Una explosión? ¿Que estaba pasando aquí? Oliver no lo sabía y por algún instinto estúpido de evitar muertes innecesarias decidió averiguarlo, vaya error.
Oliver caminaba entre los escombros de lo que fuera su salón de clases, no sólo su salón, todo el complejo había sido pulverizado y un grupo de androides acababan con todo lo que tenían frente a ellos, Oliver debió huir. Debió correr, debió alejarse de ahí y fingir que tenía miedo... Pero... Oliver Wright no podia ignorar los valores que su difunta madre le había infundado, no podía dejar a gente indefensa a su suerte, no, Oliver Wright no podía hacer, aunque... Debió haberlo hecho.
—Okey, creo que esas cosas acaban de colmar mi paciencia— oliver derivó el golpe de uno de ellos que iba dirigido a una de sus compañeras, el androide estaba tan confundido como la chica a la que oliver salvo y si no fuera por que estaba demasiado molesto en ese momento por las muertes innecesarias, se habría controlado un poco más antes de arrancar el brazo de aquella máquina.
El robot que se veía poderoso intentó golpear a Oliver, pero este lo destrozó por la mitad de un puñetazo, dejando su mano llena de aceite, los otros al ver lo que sucedía decidieron unirse al combate, sin embargo oliver se defendía con facilidad, utilizando un arma en algún punto de la contienda, pese a no necesitarla, sin embargo había algo en sus ojos, algo parecido a la locura, algo que luchaba por salir...
—Alguien más quiere combatir conmigo!
Oliver fue alcanzado por algún tranquilizado y cayó al sueño, sus ojos se cerraron mientras un par de voces llegaban a sus oídos por última vez, un par de voces que le parecían... Familiares...
—Era necesario eso?
—Se habría escapado al momento de mirarnos directamente...
De dónde conocía esas voces, no lo tenía claro, pero si tenía claro una cosa... Al menos la tuvo cuando despertó, estaba sumamente jodido, como había terminado en el último lugar donde deseaba estar... Sabía la respuesta, pero aún así... No quería saber nada de esta nueva iniciativa, Overwatch renacia y Oliver se vería involucrado quisiera o no... Así comenzaba su aventura.
