Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen son propiedad de Masami Kurumada.
Dentro de su gran sabiduría y después de soportar días, meses, y años de guerras, sufrimiento, dolor, resucitadas de santos, algunos por la fuerza, Athena decidió que era el momento de cambiar las cosas dentro de su propio Santuario, modernizarse, ser diferentes, esperando que así pudiera evitarle guerras a sus futuras reencarnaciones y santos.
¿Eso significa que equipó los templos con la más alta tecnología? ¿Les puso luz eléctrica? ¿Televisión? ¿Esa joya informática que llevaba un par de años en circulación llamada Internet? ¿Una escalera eléctrica al menos?
No, Athena, o Saori para sus santos de bronce, decidió iniciar con lo más esencial del sistema de organización del Santuario: el puesto de Patriarca.
Si se remontaba al pasado, poco antes de su llegada, las cosas se habían puesto verdaderamente jodidas cuando Shion tuvo que elegir a su sucesor… él solo, y decidió someterlo entre dos de los santos dorados; los jóvenes e inexpertos santos dorados. Esto terminó con dos personas muertas, él siendo una de ellas, una usurpación de puesto, y de identidad, y trece años de un Santuario en declive que sólo fueron el inicio de una larga travesía que gracias a ella ya había terminado.
Por supuesto, ahora tenía a Shion, un Shion tan joven como ella que podía gobernar el santuario por otros doscientos cuarenta y tres años, pero ese no era el punto. Ella quería demostrar que el Santuario ya no estaba siendo regido por leyes tan antiguas cómo las armaduras, quería que el Santuario estuviera al nivel de los Estados modernos como Estados Unidos, Francia, Japón, China, la extinta Unión Soviética o Corea del Norte… aún le faltaba entender cómo funcionaban los Estados modernos; después de todo, en lugar de asistir a la escuela como una chica normal tuvo que pelear contra su familia mitológica, revivir a un montón de soldados muertos y tratar de regresar todo a la normalidad.
Así que en la celebración de los tratados de paz y la revivida de todos los santos, Athena lanzó su discurso sobre las próximas elecciones para el puesto del Patriarca; sin consultarle al Patriarca primero si eso era posible.
Era su santuario, claro, pero aún así habían reglas que debían respetarse.
—Serán democráticas —había dicho mientras obtenía la atención completa de todos sus santos, incluído el a veces prestado, a veces permanente, Dragón Marino o santo de Géminis de repuesto—. Los que quieran competir por el puesto del Supremo Potífice tienen un mes para presentar sus candidaturas, por todo un año será el proceso electoral donde los candidatos podrán hacer su propaganda política y presentar sus propuestas y después de ese tiempo serán las elecciones, dónde todo el santuario elegirá al próximo dirigente de nuestras filas, saldrá más información a lo largo de la semana.
—Dohko —Shion, que estaba junto con los caballeros dorados, no dudó en sostener por los hombros a su viejo amigo—, dime que estoy soñando, esto no puede ser verdad, siento que me va a dar algo.
—Shion, tranquilo, estoy seguro que esto es sólo otro cuento de Athena, como cuando nos dijo que nos compraría televisores y esos rectángulos gigantes llamadas teléfonos celulares a todos y hasta ahora lo único que tenemos es el teléfono de tipo vela en la casa de Virgo porque es la que está en medio, y ya no hablar de los santos de plata o bronce, creo que ellos se siguen comunicando con señales de humo.
Pero Athena no mentía, así lo comprobó Shion al día siguiente, cuando ella lo puso a trabajar en la legalidad de las elecciones democráticas para quitarle el puesto que había ejercido de forma justa por doscientos treinta años, más o menos. Ambos trabajaron, o más bien Shion se puso a estudiar, por dos días completos en todas las normas que básicamente se sacaron de la manga hasta que al tercer día el Santuario amaneció con el anuncio de los requisitos para ser candidato.
Esa fue la muestra definitiva de que Athena estaba hablando muy en serio cuando dió su anuncio.
En las doce casas, los santos dorados se reunieron en Virgo, el lugar extraoficialmente declarado centro de reunión; apenas eran las diez de la mañana, pero para ellos ya era tarde debido a que comenzaban sus actividades antes de que el Sol iluminara el cielo. El grupo se congregó en el Jardín de los Sales Gemelos, dónde habían convencido a Shaka de poner una mesa para disfrutar del té y la vista.
—Primer informe del Santuario con respecto a las primeras elecciones democráticas de junio para el puesto de Patriarca —comenzó leyendo Mū—: Por medio de la presente, yo, el Sumo Pontífice Shion, ex santo de Aries, sobreviviente de la antepasada Guerra Santa, guerrero caído en la pasada Guerra Santa contra Hades, dios del Inframundo…
—Ahorrame la palabrería Mū —interrumpió Milo con una galleta en la mano—, aquí es dónde se pone a explicar quién es Hades y luego retoma hablando de todos sus títulos.
—Veamos —dijo Dohko también sosteniendo el pergamino que había amanecido junto a su entrada trasera—... bla, bla, bla, asesinado por el santo de Géminis, bla, bla, bla, tomado como traidor… Aquí está, requisitos para obtener una candidatura para el puesto del Sumo Pontífice del Santuario de Athena —Dohko se aclaró la garganta—. Punto número uno: haber sido santo de Athena o haber portado una armadura perteneciente a las ochenta y ocho constelaciones al menos una vez por un mínimo de dos horas; uno punto uno, sólo se aceptan candidatos activos dentro de la orden.
—Que extraña condición —Shura le puso tres cucharadas de azúcar a su taza de té, la promesa de consumir menos azúcar industrial había quedado olvidada.
—Eso es por Kanon —intervino Saga con los brazos cruzados—, una vez casi dejó que Baian de Hipocampo se pusiera la armadura de Géminis.
—Eso fue para comprobar que sólo a nosotros se nos ve bien —completó el gemelo menor—. E iban a ser un par de minutos, nada grave, él ni siquiera es geminiano.
—Dos: ser afiliar permanente y único al ejército de Athena; tres: sólo puede participar quien haya usado una o más armaduras perteneciente al ejército de Athena en todo su tiempo de servicio, entiéndase desde el nacimiento hasta la muerte; tres punto uno: queda prohibida la participación de aquellos que hayan portado armaduras pertenecientes a otros ejércitos.
—Eso es una indirecta demasiado directa para tí —Deathmask rió mientras miraba a Kanon.
—Ahí van mis sueños y esperanzas de ser candidato —dramatizó Kanon, apoyándose contra su hermano.
—Cuatro: tener manejo perfecto de al menos el noveno sentido.
—Eso casi deja la competencia para nosotros y los santos de bronce —pensó en voz alta Aioria.
—Y Orfeo —completó Camus.
—Sí, pero Orfeo está en el Inframundo —Shaka movió la cabeza hacia donde escuchó la voz de su compañero—, me dijo que Hades dejó de cobrarle renta a cambio de que volviera a tocar para él.
—¿Cuándo te lo dijo? —preguntó Aioria.
—Cuando Athena me envió para disculparme con Hades por haber intentado asesinarlo —ante las palabras del guardián del sexto templo todos asintieron, el plan de amor y paz de Athena incluía disculpas para todos.
El año anterior había sido un camino largo y tormentoso, algunos todavía resentían el peso de una vida vivida y perdida, junto con la oportunidad nueva que se les dió.
—Bueno, esos son todos los requisitos —continuó Dohko.
—Ahora viene la parte del proceso —dijo Aldebarán sosteniendo su pergamino—. Todo aquel que quiera presentarse como posible candidato para el puesto del Sumo Pontífice deberá acudir al templo del Patriarca, el nombre de los candidatos será presentado el primer día del próximo mes, julio, dando inicio a las campañas electorales que durarán diez meses, para el mes de mayo las campañas terminarán, dando paso a la veda electoral que durará un mes, hasta las elecciones.
—Dice que el que infrinja la veda electoral perderá su candidatura y los votos que sean para él serán contados como nulos, además de que se le aplicará una multa —Afrodita sostuvo su pergamino y miró a todos los presentes—. Es una multa demasiado alta considerando lo que nos pagan.
—El proceso electoral consistirá en dos debates —continuó Mū—: El primero será a puerta cerrada, dónde los candidatos presentarán sus propuestas, además de ser entrevistados por nuestra amada y respetada diosa Athena; el segundo contará con el contacto del candidato con los ciudadanos del Santuario, donde el candidato contestará a las preguntas que se le hagan y rectificará sus propuestas para mejorar la calidad de vida de los santos o candidatos a santos.
—¿Dijiste ciudadanos? —preguntó Camus.
Mū alzó los hombros y le entregó su pergamino al onceavo santo; ya no podían dudar de la motivación de Athena para modernizar al Santuario desde sus cimientos.
El grupo se quedó en silencio, cada uno pensando en las dichosas elecciones, la idea de ser patriarca había pasado por la cabeza de todos al menos una vez, pero la mayoría nunca había pensado en la posibilidad de serlo realmente, hasta ese momento. Por supuesto también había quienes no ambicionaban el puesto, como Shaka o Mū, y quienes lo ambicionaban pero para otra persona, como Aioria que de inmediato pensó en proponer a su hermano, se lo debían después de todo.
Lejos de ahí, en la entrada al Coliseo, los santos de plata estaban parados alrededor del tablón de anuncios, leyendo el decreto del patriarca.
—¿Soy yo o esto está limitado para los dorados y las estrellas de bronce? —preguntó Ptolemy.
—¿Eso importa? ¿Ibas a proponerte como candidato? —dijo Shaina mientras terminaba de vendarse las manos para el entrenamiento.
—No, en realidad no.
—Creo que ninguno de nosotros tenía la intención, el anuncio de esto salió de la nada —ante las palabras de Misty muchos asintieron—. Regresemos al entrenamiento, Marín, quiero la revancha.
Tal vez los santos de plata no le dieron mucha importancia, pero para los de bronce el tema era emocionante.
Después de las cruentas batallas, de haber vivido más que cualquier otro joven de su edad, estaban resueltos a recuperar algo de su juventud perdida y actuar como jóvenes de su edad, aunque la premisa de participar activa y políticamente dentro del Santuario sonaba a todo menos sana diversión adolescente.
—¿Quieres participar? —preguntó Ikki, claramente sorprendido, al igual que los demás.
El grupo estaba holgazaneando en Rodorio; vistos como los salvadores del mundo, los habitantes del poblado los dejaban pasear a sus anchas a cambio de algo de ayuda de vez en cuando, ayudar a las mujeres a cargar el mandado o contar sus batallas èpicas para entretener a los jóvenes era lo aceptado.
—Sí, ¿por qué no? —preguntó Seiya— Parece divertido, además me siento democrático —dijo alzando los hombros.
Sus compañeros lo miraron fijamente, tal vez tanto tiempo de lucha al fin le había pasado factura.
—¡Pero no puedes! —Hyoga se levantó del verde césped en el que estaba recostado y acercó a sus amigos con el pergamino que había tomado de la casa de Acuario— Tres punto uno: queda prohibida la participación de aquellos que hayan portado armaduras pertenecientes a otros ejércitos, de la sección de requisitos.
—¡Es cierto! —gritó Shun, recordando el momento al que Hyoga hacía alusión— En Asgard portaste la armadura de Odín.
Todos asintieron, Seiya también recordó ese momento y suspiró frustrado, habría sido bueno ser el Patriarca.
—Si te sientes demoncrático podríamos preguntarle a Saori si tiene algún puesto para tí —dijo Shiryu en tono conciliador para no desanimar más a su amigo—. Además, Aioria también la usó así que tampoco puede participar.
Eso lo hizo sentir mejor, tal vez el portador de la armadura de Pegaso no podía ser un candidato, pero confiaba en que su diosa le diera algún puesto importante, sentía que al igual que en los momentos de lucha, ese sería un hecho que pasaría a la historia.
Comentarios:
¡Gracias por leer!
He aquí mi publicación número 100 en FanFiction. Honestamente, había planeado algo diferente, y empecé escribiendo algo diferente, pero mis propias circunstancias evitaron que la inspiración fuera la suficiente como para terminar ese primer borrador; en su lugar desempolvé este pequeño intento de comedia que tenía guardado entre mis archivos abandonados desde hace como uno o dos años.
Estaba casi terminado, pero tengo que revisar y pulir algunos detalles, así que no será actulizado con regularidad, este primer capítulo fue demasiado introductorio pero en los capítulos futuros las cosas se desenvuelven de mejor manera. Tal vez pueda publicar el borrador original de mi entrada 100 (que era más drama y seriedad que este), tal vez para la 150...
Debo mencionar que las obras que tomo en cuenta para cosntruir este universo post-guerra son, además de la obra de don Kuru (el original, Next Dimension, Origin, Episode Zero), Saintia Sho y Episodio G (la primera parte porque las últimas dos no las he leído y no me intesea meterme en los líos de Okada); eso sí, estaremos más apegados al anime porque hay muchos aspectos mejor estructurados en el anime que en el manga original, eso significa que aqui sí existe Asgard y los eventos de Soul of Gold.
Sin más palabrería de mi parte, y como siempre y de nuevo, gracias por leer!
