CAPITULO 9
¡Se acerca el verano! ¡Mundo de Tropical Rouge Precure!
Kanna y Rakki salieron del portal que llevaba al "mundo sin Pretty Cure", justo en la habitación de Kanna, frente de su posesión más preciada, aquella foto con sus padres enmarcada en un marco magenta.
— Estoy en casa — dijo Kanna sonriendo y mirando la foto con cierta nostalgia.
Rakki estaba demasiado serio, pensando en su compañera, en los peligros en los que la estaba involucrando y en como ella estaba sobrellevando la pérdida de su padre, sin embargo, algo más rondaba su cabeza, pues finalmente sabía quienes habían sido los responsables de esparcir el rumor de Cure Union siendo la "Destructora de Mundos" a través de todos los mundos de las Pretty Cure, se había enterado de muchas cosas en muy poco tiempo, el pobre conejito no tenía muchas energías para pensar en eso, pues la fatiga por haber creado otro portal le estaba pasando factura.
El conejo con sombrero de mago cayó rendido en la cama de Kanna, de inmediato este se quedó dormido.
— Descansa Rakki — dijo Kanna mirando como este dormía, entonces ella miró la hora en su celular, eran las — ¡8 de la noche! — se sorprendió esta, pues habían partido a las 2 de la tarde al mundo de Smile, habían tardado demasiado tiempo ahí — El tiempo fluye diferente en cada mundo... Solo espero que no tardemos mucho en el próximo mundo — dijo Kanna preocupada.
La chica de cabello negro bajó a cenar, sorprendiendo así a su madre.
— Hija — dijo Tomoko — ¿Qué pasa? Estuviste todo el día en tu cuarto, ¿Te sientes bien? — preguntó esta.
— A-Ah, claro — dijo Kanna pensando en una mentira convincente — Solo estaba cansada, tuve un día largo en la escuela, ya sabes, así que me quedé dormida un momento — mintió.
— ¿Un momento? Dormiste toda la tarde, tienes el sueño pesado — dijo su mamá riendo.
Después de cenar, Kanna lavaba los platos, pensando en los 3 mundos que ya había visitado.
"Hemos recuperado el poder de 3 Cure Cards, vamos por buen camino, pero ¿En todos los mundos que están por venir, pensarán que yo soy malvada, que yo soy una destructora de mundos...?" pensó Kanna con la mirada perdida, algo que su mamá notó de inmediato.
— ¿Pasa algo Kanna? — preguntó Tomoko sonriendo — Estás muy pensativa hoy — dijo su madre.
— Solo estaba pensando en algo — dijo Kanna.
— ¿En algo? ¿O en alguien? — dijo picara su mamá, causándole vergüenza a su hija.
— E-En algo de la escuela — reiteró Kanna desviando la mirada.
— Aún sigues sin presentarme a tu novio — dijo Tomoko jugando.
— ¡Es porque aún no tengo uno! — dijo Kanna poniéndose roja.
"Y de cualquier modo, no tengo tiempo para eso" pensó Kanna sonriendo nerviosa.
— No tienes que sentir vergüenza por eso — dijo su madre abrazando a su hija.
— ¡Que no tengo novio, mamá! — respondió Kanna.
Al día siguiente viernes, en la secundaria Keisho, eran las 11:00AM, y como era habitual de todos los días, Kanna estaba almorzando en la azotea de la escuela.
— Cada día hay más personas aquí arriba-raki — dijo Rakki asomando la cabeza desde la mochila de Kanna.
— Si, bueno, desde el día en que apareció ese hombre encapuchado en el cielo, todos en la ciudad están muy alerta por si vuelve — dijo Kanna comiendo su almuerzo, arroz al vapor y unos vegetales — Desde la azotea de la escuela se puede ver casi toda la ciudad, la Ciudad de Fuuri no es muy grande de todos modos — explicó la chica de cabello negro mirando las calles de su ciudad natal desde lo alto de la azotea — ¡Ey! ¡No puedes seguir acompañándome a la escuela! — recién recordó Kanna.
— ¿Por qué no? — dijo Rakki un poco indignado — Puedo hacerme pasar por un peluche en el momento que yo quiera-raki — presumió él.
— Ese no es el problema, el problema es que la presidenta Rina ya te vio, sabe que no eres un peluche — explicó Kanna — Afortunadamente ella piensa que eres un conejo como cualquier otro — agregó — Sería un problema si se llega a enterar que puedes volar y hablar — dijo seriamente.
— No entiendo por qué no permiten animales en esta aburrida escuela-raki — se quejó el conejo con los brazos cruzados.
— Son las reglas, Rakki — dijo Kanna — Y mejor guarda silencio, alguien podría oírte, o peor, Rina podría llegar en cualquier momento — la chica de cabello negro miró a su alrededor, justamente a lo lejos estaba llegando la presidenta estudiantil Kaito Rina, por lo que Kanna de inmediato cerró su mochila, esperando así ocultar a Rakki de la presidenta.
— Kanna, buen día — saludó Rina de buen humor.
— Buen día, Rina — Kanna regresó el saludo.
— Disculpa la tardanza, estuve ocupada con un papeleo — explicó la chica de cabello castaño — Como ya se acercan las vacaciones de verano, la dirección de la escuela quiere tener todo en orden de una vez — agregó sentándose a un lado de Kanna.
— Debes estar muy ocupada ahora, ¿No Rina? — preguntó Kanna entrando un poco más en confianza con la chica.
— Demasiado — respondió la chica de cabello castaño — Pero ahora por fin puedo comer en tranquilidad contigo — dijo Rina sonriendo y comiendo su almuerzo, tamagoyaki y salchichas en forma de pulpo.
La hora del almuerzo era bastante serena y tranquila, de no ser porque dos alumnos estaban peleándose justo ahí en la azotea.
— ¡Kageyama, quiero la revancha! — dijo un chico de cabello castaño.
— ¿De nuevo? — preguntó la chica de apellido Kageyama — Pero si ya te he vencido como 50 veces, Yaguruma — quizá la chica de cabello marrón exageró con "50 veces", pero igualmente tenía razón, ya había vencido varias veces a Yaguruma.
Desde su asiento, Kanna y Rina miraban la escena.
— ¿Quiénes son ellos? — preguntó Kanna.
— Son del club de Kendo — dijo Rina dejando su almuerzo a un lado — Él es Yaguruma, de tercero, y ella es Kageyama, de segundo — detalló, poniéndose de pie para luego caminar en dirección del conflicto.
— ¿Qué va a hacer ella-raki? — preguntó susurrando el conejo asomando un poco la cabeza.
— ¡Metete ahí! — dijo Kanna empujando a Rakki de nuevo a la mochila — Ten cuidado, Rina... — ella se preocupó.
Rina se acercó con cuidado al conflicto, en cualquier momento podría estallar.
— Yaguruma, termina con esto — le dijo Rina firmemente, haciéndose notar.
— Esto es personal, presidenta — respondió el chico medio molesto, pero sin levantar la voz.
— Por favor presidenta, esto no vale la pena su tiempo — dijo Kageyama intentando persuadir a Rina.
Rina era más inteligente, estaba acostumbrada a detener peleas en la escuela sin usar la fuerza o ni siquiera tener que elevar la voz, así que esto no era nada para ella, Rina se le acercó a Yaguruma al oído y le dijo.
— Hay muchas personas mirándote ahora, Yaguruma, muchos piensan que peleas a cada rato con Kageyama porque ella te gusta, si yo fuera tú, dejaba de pelear con ella en público, no querrás perder oportunidades con nadie porque piensen que ya tienes a alguien, yo sé que no te gusta Kageyama — le dijo Rina para calmar al chico de cabello castaño.
Yaguruma lo analizó, era cierto que él no sentía nada por Kageyama, simplemente le retaba para ver quién de los dos era más fuerte, por mera competitividad, pero los demás estaban empezando a interpretar otras cosas, así que se tragó su orgullo y se disculpó con la chica, le dio la mano y la pelea así había terminado.
Rina volvió a sentarse al lado de Kanna, esta asombrada le dijo.
— Eres la mejor, Rina — Kanna no podía creer lo que había visto, en cuestión de segundos, ella había detenido una pelea que fácilmente se pudo haber ido a los golpes si nadie intervenía.
— No, no, no soy la mejor, solo hago mi mejor esfuerzo — respondió Rina, dejando pensando a Kanna en esa frase.
"No ser la mejor, sino hacer tu mejor esfuerzo" pensó Kanna reflexionando esa idea, le había gustado esa forma de ver las cosas.
Hubo un pequeño momento de silencio entre ellas.
— ¿Sabes? — dijo Rina de improviso — Realmente amo esta escuela, he pasado los mejores días de mi vida aquí, voy a extrañarla mucho cuando me gradúe — pensó en voz alta — Es por eso que odio "verla llorar" — agregó en sentido figurado.
— ¿"Verla llorar"? — preguntó Kanna, no entendía a que se refería su amiga de pelo castaño.
— La escuela es más que un "lugar", es un "compañero" para todos nosotros, alumnos y profesores por igual — explicó Rina — Cuando sus alumnos pelean, la escuela "llora" — dijo sonriendo — Sé que parece algo raro y hasta cursi, pero así es mi forma de ver las cosas, por eso hago todo lo posible por que la escuela nunca llore — agregó ella.
Sin embargo, antes que Kanna pudiera responderle algo, unos chicos de tercer año, más precisamente, otros miembros del consejo estudiantil llegaron para hablar con Rina.
— Presidenta, lamentamos tener que molestarla mientras almuerza — dijo un chico de lentes y cabello negro, era el tesorero de la escuela — Pero el director quiere vernos a todos en la sala de maestros — informó él.
— Ya les había dicho yo que decirme "presidenta" es demasiado formal, solo llámenme "Rina" — dijo ella sonriendo, para luego mirar a Kanna — Ten, dáselo a Rakki — entonces tomó un tamagoyaki de su almuerzo para dárselo a Kanna.
— ¡¿C-Como sabes que...?! — se preguntó Kanna, ella estaba segurísima de ahora haber ocultado totalmente al conejo en su mochila.
Rina le guiñó el ojo mientras se iba con los demás chicos del consejo estudiantil.
Kanna tenía la mirada perdida, estaba asombrada de lo buena persona que era Rina, de lo capaz que era como presidenta del consejo estudiantil y de su enorme amor por la escuela. Con el tamagoyaki en mano, Rakki la sacó de sus pensamientos.
— Psst, Kanna — dijo Rakki desde su mochila — El tamagoyaki-raki — le recordó, tenía hambre.
— A-Ah, sí, sí, lo siento — entonces la chica de cabello negro le dio de comer al hada conejo.
Las clases se reanudaron, menos para los del consejo estudiantil, quienes estaban reunidos en la sala de maestros, discutiendo temas de presupuestos para posibles nuevos clubes deportivos para la escuela una vez concluidas las vacaciones de verano, sin embargo, alguien ahí tenía sus pensamientos en otro lado.
"Sin cartas nuevas esta vez... El mundo de Smile es extraño, parece ser el único sin una Cure extra" pensó Rina con 2 Cure Cards en sus manos "No importa, Ace y Moonlight son muy buenas cartas, además, en el próximo mundo que ella visite conseguiré una nueva carta, necesito 5 si quiero viajar a otros mundos como ella lo hace" dijo para sí misma mientras fingía poner atención a la junta.
En el "Mundo Vacío" dos hombres se arrodillaban frente un trono con una mujer vestida de blanco sentada ahí.
— Mi señora, me complace informarle que hemos regresado exitosamente de nuestra misión — anunció Rikako, el hombre con capa roja y espada de caballero.
— Hemos traído "máquinas de batalla" que seguirán fielmente sus órdenes, mi señora — dijo Sakiko, el hombre con la capucha azul y un libro en mano.
Detrás de ellos, se encontraba un grupo no muy pequeño de personas, casi todas vestidas de negro, pues venían de los rincones más profundos de otros mundos, mundos sin felicidad, sin días felices, mundos donde las peores cosas que pudieron pasar pasaron.
— ¿Les importaría presentármelos? — preguntó la mujer sentada en el trono, sonriendo.
— Las Bad End Precure — dijo Rikako presentando a un grupo de 5 chicas con trajes negros, guardaban mucha semejanza con las Smile originales, pero carecían de su brillo radiante y esperanzador — Vienen de un mundo donde Pierrot ganó su lucha contra las — sin embargo, Rikako fue interrumpido.
— ¡No te atrevas a decir ese nombre en mi presencia! — gritó la mujer de vestido blanco, todos guardaron silencio, su intimidación era cosa seria.
Rikako se disculpó de inmediato y continuó.
— Vienen de un mundo donde Pierrot ganó, sin embargo, las Bad End Precure parecen guardarle cierto rencor a ese "rey payaso", por lo que aceptaron unirse a su causa, mi señora — dijo Rakiko.
"Todas las Smile en todos los mundos son iguales, solo les importa su propia felicidad" pensó la mujer de vestido blanco.
— Unlovely — Rikako introdujo a una Cure Lovely pero con cabello carmesí y traje negro — De un mundo donde Queen Mirage ganó y esclavizó a las Happiness Charge Precure, pero — agregó cediendo la palabra.
— Yo misma acabé con Queen Mirage, tomé su puesto, pero, mi mundo ya no me es interesante, no puedes destruir algo que ya está destruido — dijo Unlovely fríamente, se trataba de una Megumi alterna que ya no conocía otras emociones además del odio y el rencor.
"Megumi, ¿Así que en otros mundos finalmente entendiste que el amor no es más que una mentira?" pensó la mujer sentada en el trono mientras miraba a la Unlovely de otra dimensión.
— Las Dark Precure 5 — dijo Sakiko señalando a un grupo de otras 5 chicas, muy parecidas a las Yes 5 Precure, pero con trajes negros — Desconocemos de que mundo vienen, pues ya no existe, ellas mismas lo destruyeron — agregó el hombre con capucha azul.
— Así que ellas destruyeron su propio mundo eh — dijo la mujer sentada en el trono con una sonrisa maligna, mirando su nuevo ejército ella dijo — Nuestra meta es unir todos los mundos en uno solo, ¡un mundo sin Pretty Cure! — gritó ella con una sonrisa siniestra en el rostro.
— ¡Sí, mi señora! — respondieron todos en su presencia, arrodillándose.
En la tarde, Kanna salía de la secundaria Keisho, estaba feliz, pues era viernes, podría tomarse un bien merecido descanso el fin de semana, no solo eso, sino que una semana más y entraría a vacaciones de verano, hace tiempo que Kanna quería conseguir un empleo de medio tiempo, pues sus constantes viajes a otros mundos le habían dejado casi sin su dinero que tenía ahorrado, mientras la chica de cabello negro caminaba, Rakki sacó su cabeza de la mochila de ella.
— Kanna, ¿Tienes antojo de un manju-raki? — preguntó el conejo, aunque más bien esa era una forma elegante de decir "¿me compras un manju?".
— Ni lo creas — Kanna pudo ver las verdaderas intenciones de Rakki — Ya casi no tengo dinero — se lamentó — Necesito conseguir un trabajo de medio tiempo o algo así... — pensó en voz alta.
Entonces, Kanna se dirigió al distrito comercial de la Ciudad de Fuuri, el mismo ya estaba reconstruido de los daños que había provocado la primera pelea de Cure Union, el ambiente seguía un poco tenso, pero las personas y los negocios se estaban recuperando de a poco.
— ¿Para qué quieres un trabajo-raki? — preguntó el conejo — Ya eres una Pretty Cure, debería ser suficiente con eso-raki — dijo sin rodeos.
— Mira Rakki, no sé cómo funcionen las cosas con las hadas, pero los humanos necesitamos conseguir trabajo para conseguir dinero, con el dinero puedes comprar cosas, como ropa, comida, eh... — se quedó sin ideas — Cosas, simplemente cosas — dijo Kanna.
— Los humanos son complicados-raki — pensó en voz alta ocultándose en la mochila de la chica.
— Bueno, ya que estamos aquí — pensó Kanna en voz alta — Vamos a preguntar en los negocios del distrito comercial para ver si consigo un trabajo, aunque sea uno de medio tiempo — la chica de cabello negro apresuró el paso.
Después de preguntar en una pastelería, en un negocio de ramen y hasta en una joyería, Kanna no tuvo suerte en encontrar algún lugar que la contratara, se le acababan las ideas y las opciones, simplemente o ya tenían demasiado personal o nadie querría contratar a una chica de segundo año de secundaria.
Justo en eso, los estómagos de Kanna y Rakki gruñeron al mismo tiempo.
— ¿Ahora si quieres ir por un manju-raki? — preguntó Rakki desde la mochila de Kanna.
— No suena tan mal — dijo Kanna caminando hasta el pequeño negocio de manju que había por ahí.
Sin embargo, la única tienda de manju en el distrito comercial había sido destruida por la pelea de Cure Union con la Sombra, el local estaba casi reconstruido en su totalidad, pero aún no estaba abierto, solo tenía un letrero que decía "Abrimos en 5 días, disculpe las molestias".
— Rakki, no me lo vas a creer... — dijo Kanna.
— Ya lo veía venir... — se quejó el hada, saliendo de la mochila de Kanna — Bueno, si no es manju, será otra cosa, si no tengo energía no podremos ir a otro mundo y seguir nuestra misión-raki — dijo este volando en dirección de algo que pudiera comer, guiándose por su olfato.
— ¡O-Oye, Rakki! — gritó Kanna comenzando a perseguirlo, no podía arriesgarse a que alguien lo viera.
Al poco rato Rakki encontró un rastro de un olor azucarado, eso llamó su atención, por lo que se detuvo justo enfrente de un camión de comida color rosa, afuera del camión había una mesa con dos sillas, un menú y decoración.
Rakki entró haciéndose pasar por un conejo común y corriente, ya tenía experiencia con eso, llamando así la atención del dueño, un hombre algo robusto, pero con un rostro bastante amigable.
— ¿Eh? — se preguntó el hombre al ver al conejito en su puesto — Oh, un conejito — dijo asombrado — ¿Tienes hambre, pequeñito? — entonces el hombre tomó una fresa de las que usaba para hacer la mermelada de las donas, dándole así la fresa a Rakki.
El hada conejo sonrió, había conseguido algo que comer.
— ¡Rakki, espérame! — dijo Kanna llegando al lugar, estaba cansada de tanto correr.
— Oh, ¿Este conejo es tuyo? — preguntó el dueño del camión.
— ¡Disculpe si le causó molestias! — dijo Kanna haciendo una reverencia — Rakki es demasiado escurridizo, y... — entonces el hombre interrumpió a Kanna.
— Para nada — dijo el señor con una sonrisa — Este pequeñín acaba de llegar, solo me pidió algo que comer — comentó mirando a Rakki comiendo una fresa.
"Ese conejo es un manipulador de primera..." pensó Kanna algo enfadada.
Entonces Kanna puso más atención al local, no lo reconocía, parecía nuevo.
— Disculpe — dijo Kanna.
— ¿Sí, que vas a ordenar? — preguntó el señor amablemente.
— No era eso, más bien — corrigió Kanna — ¿Este puesto es nuevo? — preguntó ella.
— Así es, tengo apenas 3 días con el local — dijo el señor orgullosamente — Mi nombre es Kamimura Ryo y esta es mi tienda, "Hungry Travelers" — se presentó.
— Ohhh — Kanna estaba sorprendida, la tienda tenía muy buen aspecto, las donas se veían muy apetitosas y el dueño parecía muy agradable — Soy Kadoya Kanna, es un placer — se presentó igualmente ella.
La chica de cabello negro miró más a detalle el camión de comida, entonces pudo ver que tenía un cartel "Estamos contratando personal" decía.
— Por favor, se lo pido — dijo Kanna — ¡Déjeme tener el empleo, señor Kamimura! — la chica hizo una reverencia.
— Bueno, podría darte el empleo, pero — pensó el señor Kamimura.
— ¡Por favor! — reiteró Kanna.
— Muy bien, muy bien — dijo el dueño de la tienda — Tienes el empleo, se nota que eres una chica entusiasta, solo espero que sigas con ese entusiasmo cuando atiendas a los clientes — dijo sonriendo.
— ¡Lo prometo! — respondió Kanna.
— Perfecto, empiezas mañana — dijo el señor Kamimura.
— Muchas gracias, señor Kammimura — dijo Kanna felizmente.
Entonces Kanna sintió que algo, o alguien le estaba arañando el pie, ella miró para abajo y vio a Rakki, aún actuando como un conejo común.
— ¿Qué pasa, Rakki? — preguntó Kanna, obviamente ella esperaba una respuesta del conejo, pues podía hablar, pero luego recordó que este estaba actuando — ¿Quieres ir a casa? — ella fingió que hablaba con una mascota, entonces tomó a Rakki entre brazos.
— Nos vemos mañana, Kanna — dijo el dueño de la tienda de donas, despidiéndose de la chica y el conejo.
Kanna había vuelto a su casa, eran las 4PM, justo antes de abrir la puerta de la entrada, Rakki la interrumpió.
— Ya llegamos a casa, ahora, a otro mundo vamos-raki — dijo el conejo a punto de abrir un portal.
— ¿No puedes esperar aunque sea a que yo coma algo? — preguntó Kanna, ella aún tenía hambre.
— Comerás algo en el mundo al que vayamos-raki — dijo este de obstinado abriendo el portal.
— Bien — dijo Kanna de mala gana, entrando al portal.
Del otro lado del portal, Kanna abrió los ojos, estaba en una playa, el clima era agradable, era el sitio perfecto para pasar unas vacaciones.
— Así que este es el mundo de Tropical Rouge — dijo Rakki mirando el All Worlds Map.
— Podría acostumbrarme a este mundo — dijo Kanna estirándose y mirando al hermoso sol.
Continuará...
