Rosas en la habitación
Capítulo XXIV
La Gala de las Tres Luces
y ahora los medios nos están engañando a todos
para bien y para mal
es hora de bailar y convertir esta oscuridad en algo
así que deja que el fuego arda, la música está estallando.
Una semana había pasado desde aquel vergonzoso incidente, mentiría si decía que la relación entre Setsuna y Michiru no se había tensionado, los primeros días Setsuna se negaba a cenar en la misma mesa que Michiru, Mamoru quien había alargado su estancia en aquella residencia se disculpaba a cada mala actitud de la mujer, Michiru comenzó a sentirse como una intrusa y aquellos correos seguían llegando, muchas veces paso por su cabeza responder, pero simplemente se quedaban en borrador, lo que si podía asegurar es que aquella persona estaba enterada de cualquier movimiento del Trio de cantantes y en sus últimos correos comenzaba a introducir los movimientos de algunos otros personajes que no parecían desconocidos para ella, termino de leer aquel correo en donde hablaban de aquella fiesta que tanto preparaban, dio gracias al cielo estar tan lejos de ellos y no presenciar el horroroso festín.
Muchos creían que las extravagantes y exclusivas reuniones que daban los famosos solo giraban en torno a la mezcla de alcohol y drogas, pero ella sabía que había algo más, algo que a su parecer era escalofriante, no es que fuera antipática a diferentes tipos de creencias, seguía fiel a su pensamiento, las deidades solo son seres que se alimentan de la energía de las personas que las alaban, pero los fieles eran los únicos responsables de las maneras en las que rendirán tributo y la forma en rendirle tributo a la Princesa del planeta de fuego hacia poner su piel de gallina.
Seguía sumida en sus pensamientos, no noto que la rubia se encontraba parada tras ella leyendo también la pantalla de aquella tableta electrónica.
- ¿Desde cuándo recibes esos correos? -La aguamarina se sobre salto al escuchar aquella voz, intento bajar la Tablet pero la mano de la rubia se lo impidió, tomo el aparato y siguió leyendo aquella bitácora.
-Esta es la fiesta de la que tanto habla Minako…-miro algunas fotografías que se encontraban adjuntas en el correo.
-Cada año se ofrece el segundo sábado de Octubre una gala para conmemorar el aniversario de la Princesa, a principios de año se hace un congreso en donde la actividad más popular y la esperada por todos los seguidores es el sorteo para ver quien ofrecerá la gala de ese año, se llevan haciendo desde tiempos atrás, la más sonada fue en 1972 la llevaron a cabo los Rostchild, los invitados eran personas del medio, es más Salvador Dalí estaba ahí…- la aguamarina suspiro un poco, su mirada se volvía sombría- Todo parece divertido al principio, cada organizador le pone su toque… pero todas terminan igual, infortunios y decadencia humana es lo único que sobrevive durante toda la noche, aunque parecen diferentes todas tienen el mismo propósito, renovar sus votos y brindarle su energía.-Haruka se encontraba concentrada en el relato de Michiru, la aguamarina comenzaba a sentirse como tonta hablando de algo que parecía increíble ante los ojos de alguien que no lo había vivido de primera mano-
-Puedo imaginar un poco de lo que hablas, en internet hay muchos foros sobre eso, personas que intentan advertir sobre todo eso, desde que platicaste conmigo y me advertiste sobre lo que le podía pasar a Minako comencé a investigar por mi cuenta, sé que parece increíble, pero yo les creo, yo te creo sirena- sus ojos se encontraron, no podía dudarlo, Haruka estaba convencida de las palabras que salían de su boca. Michiru sonrió, amaba sentirse entendida y protegida por aquella rubia, desde que Setsuna le prohibió la entrada solo podía verla cuando ayudaba a Mamoru con cosas del hotel y tenían que reunirse en casa, además el asunto de las cámaras aun las ponía incomodas.
-Pero no vine a hablar de esa fiesta, créeme que eh escuchado de ella por meses, aproveche que Setsuna esta ocupada en el hotel y me escape porque… escuche que… -La rubia le ofreció una bolsa a la chica, Michiru miro dentro de ella y suspiro-
-¿recuerdas esa vez que te pedí que confiaras en mí y no te decepcione?, bueno ¿confías en mí? – Michiru puso sus ojos en blanco a modo de broma y fingió molestia, realmente amaba a la rubia y sus intentos de hacerla salir a enfrentar sus batallas pendientes, tomo la bolsa y se levanto dispuesta a llevar a cabo aquella loca idea de Haruka.
XXX
Minako miraba como todo comenzaba a tomar forma, aquel gran salón estaba adornado con enormes y pesadas cortinas rojas, un candil en medio iluminaba todo, las mesas estaban comenzando a ser montadas, se encontraban tres sillas doradas con acolchonado rojo, como si de tronos se tratarán, ahí se sentarían las tres luces a observar cada rincón de la fiesta que se daría en ese lugar.
Había memorizado todo lo que podía sobre las tradicionales fiestas y sobre las mascaradas, nada podía salir mal, los invitados habían viajado hasta del otro lado del globo terráqueo solo para asistir a esta velada, dentro de la lista se encontraban, cantantes, escritores, pintores, compositores, músicos, influencers, empresarios, todas personalidades dentro y fuera del medio.
Miro como un escenario estaba siendo levantado, teniendo tantas personalidades dentro de un recinto era normal que algunos quisieran expresarse o alardear de lo que mejor sabían hacer, pero esta vez sería diferente.
Recordó lo duro que había trabajado la semana anterior, entre organizar toda la fiesta y las noches en vela dedicándole tiempo extra a aquella sorpresa que Galaxia había preparado para todos los invitados.
-¿Nerviosa?- miro de reojo al hombre que se colocaba a un lado de ella, Minako solo asintió levemente y sonrió mientras seguía viendo como montaban todo.
-un poco, pero aliviada porque al fin está saliendo todo, ahora si tendremos tiempo para el nuevo disco- el castaño la miro y sonrió.
-al menos que Yaten o Seiya quieran seguir como dúo o solistas, porque de los Three ligths no habrá un nuevo disco, Yaten tenía un tiempo límite para dar con Kaioh, ese tiempo se acaba terminando esta gala, yo me voy a tomar una oportunidad como científico, así que si recuperamos o no esas propiedades la verdad me da igual, yo siempre le advertí sobre Kaioh, ella nunca estuvo destinada para él, el forzó todo para que ella aceptara ser su novia y el tiempo de luna de miel duro poco... en fin espero que todo salga bien, esta fiesta decide mi destino como científico. Minako tal vez ellos no necesiten una asistente terminando esto, ya estas dentro de la escalinata de la fama, escucha bien tus oportunidades y el llamado de la princesa... y cuida bien de Yaten tal vez su devoción por Michiru podría cambiar hacia ti- la rubia sonrió amablemente, disimulando la molestia que le causaban las palabras de ese hombre ¿cómo que tal vez? Claro que no, ella ya tenía a Yaten en la palma de su mano, ella no merecía ser plato de segunda mesa y mucho menos seguir siendo comparada con Michiru Kaioh. Iban a conocer a la gran Minako y quedarían asombrados con su talento.
-gracias por tu consejo Taiki y sé que lograrás entrar a la comunidad científica- Taiki la miro por unos segundos, esas palabras no sonaban sinceras, entendió que todas esas salidas, llamadas y mensajes con Galaxia habían cambiado por completo a la recamarera que conocieron meses atrás, no había duda que tomaba la mejor decisión, era el momento de retirarse.
XXX
Bajo con cuidado de la motocicleta, se quitó el casco y miro rápidamente a su alrededor, analizando cada detalle, cada persona, personas que no parecían ponerle atención, tomo una gran bocanada de aire y la dejo salir segundos después, de nuevo el viento en su cara, peino un poco su cabello y sonrió al recordar el loco plan en el que ahora estaba inmiscuida, sintió como un mano se posaba sutilmente sobre su cintura, miro a la mujer a su lado.
-ves... te dije que nadie te reconocería, ¿nunca se te había ocurrido?- hablo la rubia de pelo corto quien vestía jeans a juego con su chaqueta de mezclilla, debajo de ella una playera negra con el logotipo de alguna banda de folk rock y botas negras completando su look, su acompañante tenía ese mismo aire rockero, un blusa negra, acompañada de unos jeans blancos, un par de botas como las de su compañera, su cabello negro largo y liso descansaba por su espalda y se colocaba unos lentes oscuros protegiendo sus ojos azules del sol.
-una peluca, lentes de sol y ropa en la que jamás habían visto a la Violinista Kaioh, es tan simple que nunca me cruzo por la mente- dijo Michiru mientras sonreía.
-Bueno ¿qué quieres hacer? Supongo que comprar en línea no es tan divertido que ver las cosas en los aparadores-Michiru miro hacia la rubia, debajo de esos lentes de sol sus ojos tintineaban como estrellas alumbrando la noche.
Siempre soñó en pasear con Haruka por los centros comerciales, su solvencia económica estaba regresando gracias a el talento de Sirena y ahora podía disfrutar de su dinero sin tener que rendir cuentas o pedir permiso para comprarse un vestido.
Entraron a aquella tienda que dentro de ella contaba con pequeñas islas de marcas de lujo, marcas a las que Michiru estaba acostumbrada; a Haruka jamás le había importado aquello o eso aparentaba, la verdad es que haber crecido en una familia acomodada había desarrollado en ella un fino gusto por malgastar dinero, cosa que intento cambiar cuando decidió independizarse eso y la voz de Setsuna gritándole que no podría sobrevivir sin ella y su dinero.
Perdida en sus pensamientos no presto atención a Michiru quien se movía rápidamente por los racks donde se encontraba colgada la mercancía, la busco con la mirada pero no lograba distinguirla de los demás, comenzó a sentir pánico hasta que vio a aquella morena que hacía señas con su mano, sonrió al sentirse tonta, olvido que el cabello aguamarina se encontraba bajo una red genérica, se aproximó hasta la chica quien llevaba algunas prendas en su brazo.
-Mira este se vería bien en ti- Michiru mostro un vestido de cuero con unos tirantes delgados, Haruka solo sonrió burlonamente.
-No podría subir a la motocicleta con ello, pero a ti se te vería divino- Michiru miro el vestido sonrió y lo coloco en su brazo.
-mira son como matching outfits- dijo señalando los maniquíes, uno con el vestido que acababa de tomar y otro con un pantalón del mismo material y una chaqueta a juego color café con el reconocido logo de FENDI, busco con la mirada, incluso se quitó los lentes, busco entre las prendas, Haruka solo la seguía sonriendo de verla tan feliz.
-este si es tu estilo chica rocker- dijo mientras mostraba aquellos pantalones que había visto exhibidos.
-cierto pero no, además esto es carísimo ¿enserio gastas tanto en ropa?- Michiru la miro fingiendo indignación.
-Cuestan menos que un Ferrari-Haruka la miro sorprendida.
-claro es un auto, es un Ferrari por dios- Michiru ignoro la reacción de la chica y siguió mirando los pantalones como intentando descifrar si el cuerpo de la rubia encajaría bien en ellos.
-Además no vas a pagar tú, hoy nos invita sirena- dijo mientras seguía buscando con la mirada por los estantes.
-en serio, muchas gracias, pero hoy es para que tu compres ropa es tu renacimiento-
-pero me gustaría pagarte todo lo que me has ayudado- volvió a pelear la aguamarina caprichosamente al ver que su táctica estaba fallando.
-compraste una casa la cual pusiste a mi nombre y después terminaste regalándomela ¿recuerdas? Eso fue más que suficiente-
-pero esa fue tu amiga, deja que tu- miro a su alrededor asegurándose que nadie estuviera cerca- deja que tu amante te consienta, cumple mi capricho de elegir la ropa que te voy a quitar- sonrió pícaramente, el sonrojo de Haruka se hizo evidente, tosió un poco y miro como algunas dependientas las miraban indiscretas.
Llegaron a la caja listas para pagar, Michiru se había colocado los lentes negros de nuevo y dejo el montón de ropa para que la cajera pudiera comenzar a escanear los artículos, Haruka veía como la cuenta daba giros apresurados al pasar cada artículo, ya había acompañado algunas veces a Minako, recibía los tickets de las compras en línea de Michiru y algunas veces había visto a su propia madre perder la cabeza por esos diseñadores.
- ¿efectivo o tarjeta? - Michiru ofreció aquella tarjeta sin pronunciar ninguna palabra, no es que quisiera ser grosera, pero ¿y si alguien reconocía su voz?, la cajera tomo la tarjeta y su sonrisa se esfumo, miro el plástico y a las chicas frente a ella.
-amm ¿no tienes otra? - Haruka arqueo una ceja y poso la mirada sobre la chica, Michiru comenzó a jugar con sus manos tratando de disipar sus nervios, comportamiento que no pasó desapercibido para la chica de la caja.
-no vi que al menos intentaras pasar la tarjeta- hablo la rubia con algo de molestia en su voz.
-el nombre de quien pertenece la tarjeta está escrito en el plástico, conozco a la dueña, así que si no quieren que llame a seguridad o a la Señora Meioh para avisarle que robaron su tarjeta es mejor que cambien su forma de pago- Haruka puso los ojos en blanco, Michiru bajo su mirada, nunca había pasado por una situación así, se sentía apenada, trago saliva y suspiro.
-Entonces ¿llamo a seguridad? - la cajera levanto un pequeño radio lista para avergonzar a las ladronas que tenía frente a ella, Michiru dio un paso hacia atrás topando con Haruka quien se mantenía firme, miraba retadoramente a la chica frente a ella.
-antes de llamar a seguridad, me gustaría que llamaras a la Sra. Meioh- la rubia coloco su mano en el hombro de Michiru tratando de tranquilizarla, la chica solo afino su garganta mientras intentaba tranquilizarse. La cajera sonrió, tomo su móvil y colocando el altavoz espero a que tomaran la llamada.
-No tardara, es su número personal- presumió la chica, Haruka bufo burlonamente y negó con la cabeza
-Halo, ¿alguna rebaja del 90% que no puedo perderme? - se escuchó la voz relajada del otro lado de la línea, acción que termino por darle más confianza a la empleada.
-Vera Señora Meioh, hay dos chicos aquí en la tienda, con una cantidad considerable por liquidar y al momento de pagar me ofrecieron una tarjeta a su nombre-
- ¿dos chicos? -se escuchó la voz preocupada de Setsuna al otro lado de la línea
-Si un chico alto rubio de ojos verdes y una chica, de cabello negro. Aspecto nada confiable- agrego mientras juzgaba a las personas frente a ella con la mirada.
-Dile que el chico se llama Haruka Tenoh- hablo la rubia lo suficientemente fuerte con un tono burlón para escucharse por la bocina
- ¿Haruka? ¿Qué haces ahí?, Hiromi permíteme- Setsuna colgó la llamada y segundos después el celular de la rubia comenzó a sonar, Hiromi miro la acción de la rubia quien contestaba triunfante.
-alo Madre ¿cómo estás?- las palabras de la rubia helaron el cuerpo de la chica, quien asustada bajo la mirada y comenzó a pasar la tarjeta para realizar el cobro.
- ¿cómo que quien? Tu segunda hija Marina, la que llego hace algunos meses a casa, bueno decidió salir a comprar ropa para distraerse y se topa con este momento tan bochornoso, incluso iban a llamar a seguridad, por que nos consideran unas ladronas...- Haruka no solía ser escandalosa mucho menos un cliente molesto pero el ver como Michiru perdía su sonrisa y la confianza a cada palabra de la cajera realmente la molesto.
- ¿En todos lados va a ser así? ¿vamos a tener que llamarte cada que queramos pasar la tarjeta?, entiendo, gracias, te queremos mami. - colgó la llamada y veía como la cajera se encontraba sonrojada, metiendo la mercancía en esas bolsas de cartón, amarillas con el nombre de la tienda departamental, Michiru suspiro aliviada.
-Gracias por tu amable servicio Hiromi- hablo la rubia sarcástica mientras comenzaba a tomar todas las bolsas que sus brazos pudieran cargar. Michiru tomo el resto de las compras, la tarjeta que le ofreció la chica y dio una leve reverencia para comenzar a caminar tras de Haruka que salía de aquella tienda sonriente.
XXX
Tocó a la puerta dos veces y entro, miro a la peliverde concentrada en la pantalla de la computadora, se acercó hasta ella para tener visibilidad de lo que estaba haciendo.
-Mamoru, esperaba a Haruka, es ella a la que llame- hablo sin despegar su mirada del ordenador
-No esta, tenía unos asuntos pendientes, creo de la universidad- hablo sin titubear, miro como en la pantalla aparecía la notificación de una estratosférica compra pagada con tarjeta.
-no me gusta meterme en tus asuntos de compras, pero...eso es mucho dinero- Hablo el hombre desviando el tema.
-No es mío, es la tarjeta de... K- Setsuna se limitaba a nombrar a la chica no por cuidarla si no por que se encontraba molesta, otra notificación aprecio y Mamoru solo sonrió.
-vaya las compras en línea no paran- se alejó de Setsuna y tomo asiento en una de las acolchadas sillas de oficina que tenía frente al escritorio.
- ¿Haruka te dijo que iría a ver pendientes en la facultad o tu también me estas mintiendo? -Mamoru se cruzó de brazos seseo con la boca y miro fijamente a Setsuna
-No encontré otro remedio, si te decía que le di permiso de ir a ver a Michiru ahora que tu no estas en casa porque claro le prohibiste la entrada, te enojarías más así que lo intente- dijo despreocupado, Setsuna al fin separo sus ojos de la pantalla miro al hombre molesta.
-Enserio me preocupa que estés normalizando la infidelidad de tu hija, pero bueno que puedo esperar de ti- ese comentario dolió, Mamoru suspiro sabía que aquel asunto que nunca limaron saldría a flote después de tanto tiempo.
-Yo jamás te fui infiel y mucho menos con Usako, tú y yo no teníamos nada serio ni formal y cuando lo intente tu respuesta fue "no quiero perder a mi mejor amigo por un amor inmaduro" entonces yo comencé una relación con Usagi ¿A que querías que le fuera fiel? ¿A la ilusión de un amor que no llega, no ha llegado ni llegara?, el tema no es ese, el tema es que nuestra hija esta con la persona que ama después de tanto tiempo y yo no le voy a negar esa oportunidad, yo confió en ella. - Setsuna lo miro y la rabia volvía a ella, las palabras de Mamoru la habían lastimado por que maldita sea tenía toda la razón.
-Tu hija está en paseando por los centros comerciales junto a su amante la cual bajo una peluca negra sonríe y dice soy su hermana cuando debería estar aquí trabajando demostrar que realmente puede llevar las riendas de este hotel- Mamoru vio como la morena se levantaba exasperada, no iba a caer en sus juegos ya venia siendo hora que se impusiera como el padre de Haruka y priorizara su felicidad.
-¿Qué es lo que tanto te duele Setsuna?, recuerdo perfectamente que cuando se creó el escándalo que tu ex Keichiro provoco por estar con otra mujer aquí en tu hotel no dijiste nada, lo perdonaste y fingiste que todo iba maravilla engañándote y diciéndole a todo el mundo que eso nunca más se había repetido;- el hombre también se paro exaltado poniéndose frente a la mujer, ambas miradas luchaban por dominar a la otra- ¿Sabes que recuerdo también? -coloco su mano en la barbilla imitando la pose del pensador- recuerdo cuando en la casa que compartían estando completamente sobrios, nos entregamos en cuerpo y alma en la misma cama donde pasabas tus noches con el- Setsuna estaba ardiendo, la explosión de Mamoru contra ella la estaba superando, quería gritar, trataba de no escuchar al hombre pero no paraba- y como fuiste tu eso no estuvo mal ¿verdad Setsuna? Por que no fue una sola vez tu bien…- El sonido de aquella mano impactando en su mejilla lo hizo callar de inmediato, La mujer había desahogado toda su fuerza en aquel golpe dejando su mano impregnada en la cara del hombre.
-¡Cállate Chiba! ¿Quieres saber que me duele? ¡Perfecto! -aclaro su garganta y encaro al chico- me duele que a pesar de que intentamos ser buenos padres, que creíamos que todo estaba controlado, ¡Haruka esta cometiendo nuestros mismos errores!, que me doy cuenta que estamos tan metidos en nuestros asuntos que nunca pudimos sospechar que Haruka lastimaba a chicas en su adolescencia, que se enamoro por primera vez, que le rompieron el corazón y que planeaba suicidarse, estábamos ahí, dormíamos los tres en la misma casa y tuvimos que enterarnos por su mejor amiga. -su voz comenzaba a quebrarse, la rabia estaba siendo superada por la impotencia que sentía-¿Sabes que me duele también? Me duele que sigamos siendo tan ciegos, No quiero que crezca siendo como nosotros, dos personas amargadas por que no supieron como manejar su vida, por que no pudieron cortar sus relaciones cuando debían para poder estar juntos y terminaron lastimando a mucha gente. -tomo aire para evitar llorar-Eso es lo que en verdad me duele, pero si para ti lo único que importa es que debo perdonarle cada cosa por que yo también fui a adolescente y también cometí esos errores, perfecto. Entonces tomemos los papeles que siempre debimos tomar el padre bueno y el padre malo y como siempre yo seré la mala. -volvió a tomar aire- Solo te recuerdo Mamoru Chiba que tu lo tuviste tan fácil, pero yo tuve que incluso renunciar a mi herencia para cuidar a Haruka y me rehusó a convertirme en la mala madre que todos apostaron que seria tiempo atrás. Eres su padre, tienes derecho a querer su felicidad y por favor no creas que yo no la quiero es solo que…-Sintió los brazos del hombre rodearla, el silencio se hizo, el palpitar de ambos corazones resonaba.
-Perdóname, perdóname yo nunca quise lastimarte ni hoy, ni antes, tal vez también estoy asustado como tú, porque no sé cómo enfrentar las cosas, no sé como ser estricto con ella, su cara me derrite, cada que la veo, solo puedo encontrarme con aquella niña pequeña de coletas que me dijo papá… no puedo con ella ni contra ella, perdóname por dejarte hacer el trabajo sucio- la voz del hombre se quebró, permitió que sus lágrimas cayeran por primera vez después de tanto tiempo.
-Dijimos que seria a mi manera-
-te prometo que así será, y también la castigaremos por esto, te lo prometo…-
XXX
no son pentagramas o brujería
no se trata de triángulos
sobre montones de dinero
magia negra o Gaga
gucci o prada
montados en el becerro de Oro
Las luces rojas que emanaba aquel candil iluminaban algunos puntos de aquel gran salón estratégicamente los que estaban adornados con figuras de aquella mujer a la que llamaban la princesa, estatuillas de un metro bañadas de oro las cuales estaban adornadas con flores rojas y algunas velas alrededor, en el ambiente se respiraba ese olor a mirra el cual se mantenía todo el tiempo gracias a los pequeños contenedores de los que emanaba ese pesado incienso.
En la recamara de Taiki se encontraban los tres hermanos, frente al espejo mientras miraban los detalles de sus trajes, la rubia entro y los observo mientras sonreía.
-Que chicos tan más guapos ¿Quiénes serán los reyes de la fiesta? - Taiki miro a la chica y solo enalteció su cuello orgulloso, Yaten golpeo su pecho mostrando orgullo y Seiya solo escondió la mirada.
-Dejamos tu atuendo en la habitación en la que te estas quedando, tu también te veras hermosa- La rubia solo sonrió y salió del cuarto, llego hasta la recamara que ocupaba desde hace una semana y pudo verlo ahí tal cual le había advertido Galaxia, aquel atuendo que más que vestido parecía traje de baño de una pieza, un escote pronunciado y un estampado de leopardo, un simple antifaz negro a juego y aquellas botas largas diseñadas exclusivamente para ellas con ese mismo diseño de animal print.
Galaxia le había instruido en cada uno de los simbolismos de aquella sociedad secreta en donde hasta el color que usabas en la ropa definía tu estatus o nivel, y ahí estaba ella usando aquel insultante diseño en donde las machas de leopardo significaban solo una Beta kitten una esclava al servicio de su amo, el vestir o rodearse de felinos era demostrar sus bestiales impulsos sexuales y no era un titulo para sentir orgullo pues significaba el rango más bajo en aquel culto.
Se miro al espejo y noto como su cuerpo curveado encajaba perfectamente en aquel vestido, si, no se veía mal, pero ante los ojos de todos seria solo alguien a quien mandar. Claro que también su ahora maestra le había platicado que esta fiesta existe desde principios de año y que los trajes utilizados son mandados hacer con anticipación, recordó aquella fotografía del traje que de haber estado presente Michiru habría utilizado, era mucho más bonito podría asegurar incluso que estaba inspirado para ser usado por alguna musa con los colores blanco y dorado y una pequeña corona que descansaría en la cabellera aguamarina, de nuevo volvía a estar a su sombra, ella había trabajado tan duro por organizar aquella mascarada y ni siquiera había tenido la oportunidad de escoger que vestir, pero todo cambiaría esa noche, miro su reflejo una vez más, dejo descansar su largo cabello rubio y coloco como toque final aquella diadema con dos triángulos puntiagudos que cumplían el papel de orejas felinas, al menos agradecía que aquel tocado tuviera diamantes incrustados, por que eso era lo que merecía, joyas con piedras preciosas.
Salió del cuarto y se encontró con aquellos tres chicos, sus trajes idénticos un saco mitad negro y mitad blanco que hacia conjunto a la inversa con sus pantalones de estos mismos colores, los cuales representa la dualidad que existe en el ser humano y el mundo material se manifiesta como el bien y el mal, una lucha interna que cada persona padece, cubriendo sus rostros estaban aquellas mascaras elaboradas de un fino metal y adornadas con cristales plateados que bien podrías ser Swarovski mezclados con algunos diamantes.
El mas alto y castaño se escondía detrás de un búho, representaba la sabiduría, la inteligencia, el mantenerse alerta el guía de la familia.
El peliblanco era el macho cabrío, Baphomet, la bestia, un gran par de cuernos salía de aquella cabeza de cabra plateada, figurando dentro de la familia como la posesión de la divinidad, el paganismo y el semental.
El menor del trio encarnaba lo que parecía ser una liebre o conejo tal vez, alguien reservado, prudente, educado, erróneamente catalogado como insignificante o incapaz de hacer daño.
Se encontraron en aquel pasillo y avanzaron a la par en forma de pirámide hasta aquel salón con el piso de ajedrez, la tarde caía y los invitados comenzaban a llegar, todos ocultos bajo mascaras surrealistas y hasta aterradoras, de metales y piedras preciosas, causando incógnita entre los presentes quienes trataban de descifrar los mensajes que se encubrían debajo de aquellos antifaces.
La velada parecía comenzar a tomar cuerpo, las mesas de aperitivos se encontraban llenas de diferentes manjares incapaces de pasar desapercibidos por los invitados, al fondo en un rincón estaba otra mesa un poco más pequeña ahí descansaban aquellos dulces como los llamaban de los cuales en su mayoría de los presenten gustaban, aquellas píldoras que hacían la velada aun más animada.
Algunos platicaban, se podían escuchar diferentes idiomas comunicándose entre sí, otros bailaban al ritmo de la suave orquesta que sin duda eran eruditos de la música parte de los invitados.
Minako se mantenía alerta a cada movimiento, era presentada por Yaten o Taiki y todos la percibían de la misma manera, sonreían, alagaban su atuendo y entonces soltaban comentarios misóginos o de ámbito sexual que parecían hacerles mucha gracia, era obvio que eso pasaría incluso se había preparado un poco, sabia que los hombres no podían contenerse ante aquellas gatitas y que las mujeres solo las veían con pena pues tal vez ellas habrían pasado alguna vez por la misma situación.
Eran las 9 en punto cuando la vio llegar, despampanante como solo ella misma podía ser, robándose todas las miradas y siendo saludada con reverencias, una figura de alto respeto, tal vez la festejada de la noche; Portaba un elegante vestido compuesto por una falda de velo transparente el cual cargaba con grandes rosas por alrededor de toda ella, rosas en color dorado que parecían flotar, un corsé igual con diseño de estas mismas flores en dorado y plateado aseguraban su torso y ese par de pechos, su espalda era cubierta solo por el cuero negro con el que terminaba el corsé, su cuello adornado con una gargantilla como esas que decían que usaban los antiguos egipcios y en su cabeza descansaba un tocado del cual salían varias serpientes bañadas de oro. Su cabello naranja y rojizo hacia contraste con su blanca piel, sus ojos parecían llamas ardiendo, representando el fuego que estaba ardiendo en su interior, esta noche Galaxia prestaría su cuerpo, aquel envase vació para que la Princesa del fuego pudiera bajar a disfrutar de la fiesta en su honor.
Minako al verla sonrió, la fiesta para ella había comenzado y aquella noche todos los que hicieron bromas sobre ella y su vestimenta se tragarían sus palabras sin un vaso de agua esperando inclusive que algunos llegaran a ahogarse.
Sabes que todo lo que brilla no es oro
Así que deja que la música te salga de control
Es hora de sentirlo en tu cuerpo y alma
Vamos
Notas de la autora:
Hola de nuevo, con este cap cumplimos la doble actualización, tomandome un poco la libertad de experesarles que decidi terminar con la relacion toxica que tenia en mi trabajo y ahora me siento capaz de comerme al mundo, ¡espero eso se note en los siguientes caps!
Otra vez me siento muy complacida a en presentarles esta biblia y espero puedan entender un poco más sobre el mundillo esotérico, pagano y conspiranoico del que estamos hablando.
Me gustaría leer sus comentarios del rumbo que va tomando la historia y si de ya pueden adivinar que pasara en el siguiente capitulo o mejor aun al final de la historia.
Con Amor Michiru Asami
