Capítulo 4: Criterios modificados de Asagiri Gen
Sábado, 19 de septiembre.
Su teléfono empezó a sonar insistentemente y pensó que era el estúpido grupo de sus amigos. Definitivamente los silenciaría los fines de semana, ya que había tenido un show la noche anterior y este show lo había dejado demasiado cansado, no quería contestar. Había llegado a su casa a las 03:40 horas y apenas había podido dormir hasta ese momento, que no sabía exactamente qué hora sería.
Abrió sus ojos grises para mirar hacia el reloj de mesa que tenía, en él pudo apreciar a duras penas que marcaba las 11:25 horas. Esto de los shows los viernes de verdad que era agotador, pero no podía dejarlos si quería convertirse en una estrella. Gruñó al oír más mensajes insistentes que sonaban en su teléfono, ¿quién escribía en ese momento?
Estiró el brazo para tomar el celular en la repisa que estaba justo sobre su cabeza y acercó el aparato a su cara con pesadez. Pero cuando vio la persona que había mandado los mensajes sus ojos se abrieron como platos y se sentó en la cama con una agilidad tal que ni él mismo se reconocía. Su sonrisa se fue ensanchando en la medida en que leyó los mensajes.
Mi pequeña mapache anémica: Hola, niño bonito.
Perdón por desaparecer todos estos días.
Debes pensar que soy la peor persona del mundo.
Y no estarías tan alejado de la realidad: supongo que lo soy.
Ni siquiera merezco todo lo bien que me tratas y mucho menos que me mandes mensajes hasta tres veces al día.
No merezco tu comprensión ni nada.
Incluso, me motivé a escribirte porque vi que hace más de 36 horas no me escribes.
Si me odias, lo entenderé, pero quise mandarte estos mensajes (que sé que son muchos y realmente también entenderé si me dices que te molestan demasiado).
Mi pequeña mapache anémica envió un sticker de un corazón roto.
Mi pequeña mapache anémica: Quisiera reseñarte todo lo que ha pasado en estos días e intentar explicarte realmente por qué no te he escrito.
Pero realmente no sé cómo tomes las cosas porque quizás pienses que soy de lo peor, o no lo sé.
Lo que sí te juro es que cumplí la promesa que te hice de no tener sexo con nadie más durante un tiempo.
Yo sí quiero que Santa me traiga un regalo de navidad, aunque no parezca.
Espero que puedas responderme.
Y si no quieres responderme, lo entenderé.
Pero necesitaba escribir todo esto.
Yo… no sé qué está pasándome.
Eres una especie de mago que me ha hechizado.
*Mi pequeña mapache anémica envió un sticker con un personaje de anime con los ojos aguados*
Mi pequeña mapache anémica: ¿No me responderás, cierto?
Es mi culpa por ignorar todos tus mensajes.
Me lo merezco, merezco que me dejes en visto.
Ya me dejaste en visto.
Supongo que no responderás.
Creo que también dejaré de escribir.
Chao, chao, niño bonito.
Gen: Parece ser que una pequeña mapache anémica es más reina del drama de lo que aparenta, ¿no? Pues déjame decirte que no estoy enojado, Elise-chan.
Reconozco que me ponía muy triste escribirte todos los días hasta tres veces al día y que me dejaras en visto, pero suponía que en algún momento me bloquearías o pasaría un milagro y me responderías. Así que pienso que mi perseverancia dio resultados.
*Gen envió un sticker con un personaje de anime con ojos brillantes de emoción*
Gen: Sé que debes pensar que te he mandado demasiadas cursilerías.
Y entiendo que eres una especie de "princesa dark", así que me disculpo por mi insolencia y mis intentos desesperados por llamar tu atención.
Mi pequeña mapache anémica: ¿Qué? ¡Noooo!
A mí no me molesta que me digas esas cosas, pero no estoy acostumbrada a ellas y primero quería responder y no sabía cómo responder a esos comentarios.
Pero luego empecé a sentirme mal y dejar de comer.
Me desmayé varias veces y tuvieron que ingresarme cinco días en el hospital.
Mi psicóloga me preguntó si me quería morir y le dije, como siempre, que no, que realmente, aunque merezca morir y aunque quizás sea lo mejor para mí, que aun quiero conseguir emular el amor sintéticamente.
Gen: Por suerte.
Mi pequeña mapache anémica: ¡Ey! Déjame hablar.
Estoy haciendo algo que no hago mucho.
Esto es difícil para mí, más bien después de contarle a mi psicóloga sobre ti, me dijo que, si tú me haces bien, que te respondiera.
Y en estos días hablé con Kohaku y Suika y, pues… Kohaku logró convencerme de que debía sincerarme con lo que quiero, niño bonito.
Gen: ¿Y qué quieres, Elise-chan?
Mi pequeña mapache anémica: A ti.
Pero no te confundas, niño bonito. No siento amor.
Sabes bien que no sé lo que es eso.
Gen: No sé qué me emociona más de este día: Si el hecho de que me hayas respondido por fin, el hecho de que me estés hablando de forma tan abierta, o el hecho de que acabas de decir que me quieres.
Sé que parecerá algo que diría Ryusui, pero: yo también quiero estar contigo, ¡es mi deseo, Elise-chan!
Mi pequeña mapache anémica: Bueno. Eso es todo.
Desapareceré unos días para organizar mi vida.
No dejes de escribirme, siempre leo tus mensajes.
Te responderé luego.
Cuando pueda y en la medida de mis posibilidades.
Gen: ¿Al menos podrías mandarme un sticker cuando no quieras hablar?
*Mi pequeña mapache anémica envió un sticker de un personaje de anime rodando sobre una cama*
Suspiró. Sabía que ya no recibiría más respuestas.
Así que fue al chat de sus amigos a ver cómo estaban todos, especialmente porque se suponía que tenían que reunirse con Senku para ayudarlo con los últimos preparativos del cohete.
Curiosamente, a pesar de que Senku había estado actuando extraño los primeros días mientras pensaba en Kohaku, esa última semana parecía mucho más agitado y, a la vez, había mostrado una actitud maquiavélica que había dejado a Gen un poco preocupado. Al principio había asumido que su interés se había desviado al cohete, hasta que se enteró de que el cohete había sido finalizado con los cálculos correctos y todo para el día miércoles y, aun así, Senku había estado mucho más extraño el jueves y viernes.
En el chat no habían escrito más que para avisar la hora y el sitio de encuentro de esa tarde para terminar los preparativos con Senku.
Así que lo mejor sería investigar. En primer lugar, porque le parecía extraña su actitud, pero también porque sus actitudes estaban tornándose un tanto obsesivas hacia Kohaku.
"¿Qué puedes decir tú, Gen? Si pasaste casi veinte días escribiéndole todos los días tres veces al día a una ninfómana que se encuentra del otro lado del mundo" —pensó acostándose y mirando al techo.
—¡Un momento! —exclamó volviendo a sentarse y revisando la conversación.
"¿Cómo es que, si realmente es ninfómana, lleva tantos días sexo?" —pensó un poco curioso—. "Lástima que no crea que me conteste".
Se levantó de la cama y decidió ir a desayunar.
…
Domingo, 20 de septiembre.
Definitivamente el día anterior había sido infructífero para hablar con su amigo científico, ya que había dedicado toda la tarde a esclavizar al grupo entero con los últimos detalles del lanzamiento del cohete. Y, si bien era cierto que todos disfrutaban ayudar a Senku, también era cansón tener que asumir esa cantidad de trabajo por ayudarlo, pero al final lo hacían porque Senku, para todos, era alguien muy especial.
Así que había trabajado toda la tarde y había llegado mucho más cansado a la casa, siendo incapaz de revisar siquiera el teléfono.
Y, al ver su teléfono, nuevamente se encontró con un montón de mensajes. Pero esta vez eran de sus amigos, notificando que para el lanzamiento del cohete tenían que llegar a la escuela máximo a las 10:00 horas.
Vio la hora: 08:23 horas. No había tiempo que perder.
Se levantó rápidamente y procedió a alistarse.
…
Gen jamás imaginó que terminaría teniendo que correr para llegar a tiempo a la escuela, pero, como si de un anime cliché se tratase, en ese momento el mentalista, Asagiri Gen, se encontraba corriendo en dirección al recinto educativo para reunirse con sus amigos. Esquivó algunos autos, que incluso llegaron a tocar la corneta por la actitud descuidada del bicolor, y llegó poco después al lugar.
Senku parecía completamente estresado y quizás un poco desanimado, pero también se notaba una ligera… ¿alegría? Era sospechoso. Entrecerró los ojos detallando a su amigo y notó que sonreía ladinamente, pero de una forma mucho más sincera que en otros días recientes. Algo había pasado y su amigo no se escaparía de él.
Se posicionó junto a Ryusui para hablarle de la extraña sonrisa que en ese momento Senku tenía y el capitán también lo detalló, confirmando que su científico favorito se encontraba en ese momento con una actitud bastante alegre y hasta maquiavélica que demostraba claras diferencias con lo que habían visto los días anteriores. Ambos se miraron fijamente, como pensando lo mismo, y tanto Gen como Ryusui supieron que sólo había una forma de averiguarlo.
—¡Nos reuniremos en mi casa al salir del lanzamiento! ¡Es mi deseo! —exclamó Ryusui chasqueando los dedos.
Gen asintió con la cabeza y ambos sonrieron con picardía: Senku no se escaparía del interrogatorio.
…
A pesar de que había sido bastante difícil conseguir que Senku accediera a la reunión que se habían inventado Gen y Ryusui, finalmente estaban en la mansión del millonario sentados en la sala, mientras Francois preparaba algunos aperitivos. Todos los chicos del grupo estaban expectantes y algunos, como Taiju y Yuzuriha, hablaban entre ellos.
—¡Senku! ¡Es hora de que digas qué escondes! ¡Es mi deseo! —Ryusui fue el primero en romper el hielo.
—¿Pero qué mierda, Ryusui? ¿Por qué tendría que esconder algo? —preguntó con fastidio Senku, rascando su oído con el meñique con una notoriamente fingida indiferencia.
Gen entrecerró los ojos analizando a su amigo por un momento.
—Supongo que tendré que usar mis habilidades de mentalista para analizarte, Senku-chan~ —expresó inocentemente, con una voz cantarina.
El científico hizo una mueca de disgusto y finalmente habló:
—Arruiné una cita de Kohaku.
Todos alrededor quedaron completamente paralizados ante la afirmación del chico. Jamás se imaginaron que el más "cuerdo" del grupo, el que siempre los regañaba por ser entrometidos o por hacer cosas indebidas, sería capaz de hacer algo así, pues regularmente era quien tenía un mejor juicio del grupo, pero notoriamente estaban equivocados respecto al alcance de las acciones de su amigo. Un silencio se apoderó del lugar por un momento, mientras Senku miraba una pared y se rascaba el oído con el meñique.
—¡SENKU! ¡ESO ESTÁ MAL! —chilló con actitud juiciosa Taiju, haciendo que Tsukasa y Ukyo tomaran la iniciativa se asentir con la cabeza en apoyo a lo que acababa de decir el "cabeza hueca" del grupo.
Era innegable el sentido de justicia de Taiju, y verdaderamente lo que Senku había hecho era inapropiado, pero era entendible tras cómo habían terminado las cosas entre el científico y la leona.
—Espera, Taiju-chan~ —intervino Gen—, deja que se explique mejor.
—Pues… la verdad es que sí, lo que hice está mal, pero realmente lo disfruté mucho, y pude verla desde las cámaras que hackeé y tampoco parecía decepcionada porque su cita se hubiera arruinado —explicó encogiéndose de hombros el científico, sorprendiendo a todos con el desparpajo con el que decía esas palabras, como si estuviera hablando de la hora o algo así.
Taiju, Ukyo y Tsukasa negaron con la cabeza con total desaprobación a los actos cometidos por su amigo, mientras que Gen simplemente sonrió nerviosamente. Ryusui, por otro lado, lucía una cara de orgullo, por lo que abrazó a Senku y expresó:
—¡Eres increíble, Senku! ¡Estoy muy orgulloso de ti! ¡Ahora debemos asegurarnos de que Kohaku vuelva a ti! ¡Es mi deseo! —expresó emocionado, haciendo que casi todos lo miraran con el ceño fruncido al saber que terminarían arrastrados a alguna nueva y estúpida "aventura" planeada por Ryusui.
Gen siguió sonriendo nerviosamente: no sabía si definir lo que les esperaba como algo gracioso o definitivamente algo con altas probabilidades de llevarlos a la cárcel, aunque definitivamente a Ryusui no le importaría mucho terminar en la cárcel con tal de cumplir con "sus deseos".
—Senku-chan, ¿no crees que la idea de presionar a Kohaku-chan es un poco… obsesiva? Por no decir también que ilegal. Ya hasta pareces Ryusu-chan~ —comentó el mentalista, preocupado por la salud mental de su amigo, mientras Ryusui parecía más motivado que nunca con hacer planes con Senku. La mirada psicópata "disimulada" de ambos realmente no era nada disimulada.
—Ya, mentalista. No molestes. No estoy pidiendo ayuda de nadie para lo que estoy haciendo.
Gen seguía escudriñando en la actitud de su amigo.
—¿Y por qué siento que Ryusui-chan y tú han estado excediéndose en su acoso? ~
Tanto Ryusui como Senku empezaron a silbar con una actitud disimulada, pero con una ligera sonrisa asomándose por sus labios. Ukyo y Tsukasa seguían negando con la cabeza y Taiju parecía a punto de decir algo más.
—Está lista la comida —anunció Francois haciendo una reverencia.
Todos la siguieron al comedor y el tema quedó pausado por un momento. Sin embargo, era inevitable que la mente del chico de cabello bicolor siguiera trabajando para analizar lo que debía hablar con Senku, llegando finalmente a la conclusión de que lo mejor sería hablarle en privado.
Así fue como Gen le envió un mensaje de texto a Ryusui indicándole que quería hablar sólo con ambos para evitar moralismos de sus amigos y que se encargara de que el último en irse fuese el científico. A este mensaje, el millonario accedió rápidamente.
La reunión se mantuvo tranquila, pues Gen prefirió no hacer ninguna mención sobre lo que habían hablado temprano, por lo que pasaron a conversar sobre el cohete, cuyo lanzamiento había sido todo un éxito, hablar de lo felices que estaban en la escuela por el logro de Senku (que con eso llamaría la atención de muchas personas para estudiar en en esa preparatoria), e incluso comentaron un poco sobre que eso abriría las puertas para que Senku pudiera hacer lo que quisiera en el futuro.
Tras unas cuantas horas, los chicos empezaron a retirarse: Tsukasa fue el primero en irse, pues tenía que hacer unas cosas con su hermana. Seguidamente se marcharon Taiju y Yuzuriha, pues los padres de Yuzuriha habían pedido que regresara antes de las 17:00 horas. Y Ukyo se retiró poco después porque notó una actitud extraña en sus amigos y consideró inoportuno quedarse (así le había dicho en la entrada a Francois al despedirse). Senku hizo un ademán también para retirarse, pero el millonario y el mentalista se encargaron de retenerlo.
—¿Ahora qué quieren, entrometidos? —cuestionó con fastidio.
—Senku-chan~, quiero hablar contigo sobre algo que es fundamental, antes de que hagas algo de lo que puedas arrepentirte ~ —habló sin rodeos Gen, pues sabía que con Senku eso sería lo mejor—. Y de lo que quiero hablarte es de ciertos criterios que debes entender antes de intentar… exteriorizar tus sentimientos hacia Kohaku-chan~.
—Eres un fastidio, mentalista. Sabes que he leído bastantes de los estudios que ha escrito tu ninfómana loca y ya sé de lo que vas a hablarme.
—La cuestión, Senku-chan~, es que yo te hablaré de una versión "modificada" de lo que sea que hayas leído. Ella tiene la teoría, pero yo tengo algo más de práctica… y quizás un poco de "psicología barata", como tú la llamas~. —Gen caminó por la habitación manteniendo un halo de misterio y Senku fingió desinterés. Sonrió, en el fondo Gen sabía que tenía interesado a su amigo—. El primer punto sería que, si bien es cierto que las personas necesitan conocerse bien, tú no conociste bien a Kohaku-chan~, sino que básicamente estuvieron juntos principalmente con un acuerdo "sexual", lo que puede significar que estás en un período llamado "ilusión de enamoramiento" o, como yo prefiero llamarlo, "adormecimiento del espíritu".
Ryusui se quedó mirando a Gen como si también quisiera más de esa información, haciendo que el mentalista supiera de inmediato que estaba tan interesado como Senku en esos conceptos.
—Esta es una etapa que es necesario vencer si se quiere realmente hacer que el interés deje de ser algo efímero, pues las relaciones basadas en el sexo no suelen tener una larga duración. Habrá conflictos por desconfianzas, tal como estás actuando en este momento tú mismo, Senku-chan~ o problemas por pérdida del interés al no tener nada en común que refuerce la relación~ —aclaró el chico de cabello bicolor, con una mirada que reflejaba total seriedad.
Esta vez, Senku parecía un poco más triste y, en un rápido análisis, el mentalista pudo percibir que ese deje de tristeza era, justamente, porque el científico no estaba nada orgulloso de sus actitudes, pero él también entendía que los celos eran una parte intrínseca de los pensamientos humanos. La humanidad no estaba preparada para pensar como una colmena o pensar en las relaciones como algo más que "cosa de dos", y esto implicaba que los celos estarían presentes si existía algún tipo de afecto entre las partes.
Los celos y la inseguridad que Senku tenía eran totalmente lógicos, eran su misma respuesta refleja a todo lo que había pasado. ¿Cómo podría el científico confiar ciegamente en la chica que había conocido hace apenas un mes, siendo que ella estaba ya saliendo con alguien más? Pero algo le decía que las amigas de Kohaku tenían algo que ver en la ecuación, aunque no estaba del todo seguro.
La mirada melancólica que se escondía tras la fachada de "dureza" de Senku era el claro indicio de que su autocontrol se había ido de vacaciones y que él sólo quería seguir bajo ese adormecimiento del espíritu.
"Lo sé bien, sentir celos es inevitable en este momento" —pensó para sí mismo Gen, sabiendo que no podía exteriorizar lo que pensaba—. "Pero hay cosas que es mejor reservarse".
—Tú no puedes querer a una persona que no conoces y con la que no has congeniado adecuadamente para saber hasta qué punto tienen cosas en común…
—En mi defensa, yo quería seguir hablando con ella —lo interrumpió Senku, de repente encontrando completamente llamativo el techo de la habitación y mirando fijamente hacia arriba mientras hablaba.
—Ese no es el punto, Senku-chan~ —expresó cantarinamente Gen—. Aquí lo complicado es que tú estás dejando que te consuma este adormecimiento de tu espíritu y estás permitiéndote hacer locuras sólo por ir tras ella~.
—¿Y eso qué? Creo que nadie está exento de que estas cosas le pasen, ¿no? De eso estoy seguro al diez billones por ciento. Somos unos adolescentes hormonales que se han dejado llevar por las hormonas alguna vez. Hasta Ryusui y tú, ¡y no pueden decir que no! —Senku tenía el ceño fruncido mientras decía esas palabras—. No estoy haciendo nada que un adolescente común no haría y, dicho sea de paso, he demostrado que puedo hacer las cosas sin que tengan implicaciones judiciales.
Gen suspiró pensando en lo sorprendido que estaba de que su amigo dijera indirectamente que sus acciones no podían llamarse "ilegales" porque las había hecho con la suficiente discreción para no ser llevado a ningún juicio.
—Senku-chan~, eres uno de mis mejores amigos y comprendo que no estés en tus cabales, pero realmente tienes que bajarle, hay un millón de mujeres como Kohaku-chan en el mundo~ —quiso decir Gen, pero la mirada de odio que su amigo le mostró en ese momento le demostró que le habían molestado esas palabras.
—Si hay un millón de mujeres como la leona, ¿por qué se me hace tan difícil dejar de pensar en ella, mentalista? —preguntó un poco más enojado el científico.
Y la verdad era que no había manera de explicarlo. ¿Y cómo podía él mentir y continuar con ese argumento? Si realmente encontrar personas con quien llegar a conectar no era tarea fácil, y bien lo sabía Gen, que siempre había visto mejor tener varias que una sola. O eso había ocurrido hasta que cierta ninfómana lo había dejado tan agotado que bien sabía que su cuerpo probablemente no aguantaría un harem si tenía que marcar un ritmo similar al que había tenido con Elise.
El mentalista le dedicó una sonrisa a su amigo, quien pareció confundido en ese momento. Y empezó a caminar por la habitación, antes de continuar hablando de los criterios.
—Los criterios del amor te dicen que debes ser capaz de "intimar" con la otra persona~, y no me refiero a lo sexual, Ryusui-chan~ —corrigió al notar la mirada pervertida del rubio.
—Lo siento —se disculpó sonriente.
Francois entró a la sala nuevamente y les sirvió café y galletas, para luego retirarse con una reverencia, anunciando que se verían al día siguiente en la escuela. Gen tomó una galleta antes de continuar hablando mientras caminaba alrededor de la habitación.
Detalló el entorno, los hermosos cuadros de la sala, en donde destacaba un enorme cuadro de la familia Nanami en el que Sai y Ryusui no estaban retratados, seguramente por ambos ser hijos fuera del matrimonio.
Sus amigos también tomaron galletas y un café, esperando que él continuase desarrollando el tema.
—Y esta intimidad habla de algo personal, es decir, cada uno debe confiar en el otro, contarse lo que sienten, lo que experimentan y las vivencias, pero… ¿no deberían también llevar esta confianza más allá? A un punto ciego en el que ambos sepan que lo que el otro haga no se convertirá en un daño, porque: realmente confían —explicó Gen, sorprendiendo a sus amigos notoriamente por la seriedad en sus palabras, pero ya habían visto anteriormente que, cuando él hacía estos análisis psicológicos, solía explicar hablando de una forma más neutral, ya que sus expresiones parecían estar asimilando las cosas—. Elise-chan ve los criterios del amor como algo personal y unilateral, tal como ella misma ha reseñado de otros autores, y resulta ser que, para que exista amor, la bilateralidad implica no sólo que ambos se cuenten las cosas y se abran al otro, sino también la capacidad de cada uno para confiar ciegamente cuando no están juntos.
—¡Jojo! ¡Eso es muy difícil, mi estimado amigo! ¿Cómo podría alguien llegar a ese nivel de confianza?
—Pues es difícil, Ryusui-chan~ —corroboró cantarinamente el mentalista, y se encogió de hombros son una sonrisa nerviosa.
Las cosas que explicaba en ese momento innegablemente estaban calando en sí mismo… ¿cómo él podría llegar algún día a confiar en alguien al punto de cegarse a que esa persona nunca le haría daño? Como mentalista, sabía que revelar las flaquezas a cualquier ser humano era problemático, y sí, él quería poder comprender a todos, pero nunca había pensado en cuánto prefería, por eso mismo, que nadie lo conociera hasta lo más profundo de su ser.
Senku permaneció callado, probablemente analizando lo que Gen le había dicho, pero luego lo miró fijamente y dijo:
—Si en tu caso es imposible, mentalista, por estar con esa ninfómana loca. ¿Cómo mierda me pides que yo esté tranquilo y confíe en la leona si leo invitaciones a salir que le hace ese chico y que ella está aceptando cordialmente aceptarlo?
—Pues si ella se irá, lo hará incluso aunque la persigas al fin del mundo, Senku-chan~. Y si volverá a ti, si realmente existe una fuerte conexión como la que quieres dar a entender que tuvieron, pues volverá incluso aunque te alejes hasta el lugar más recóndito del universo~ —respondió con total certeza Gen—. Y lo que mi ninfómana loca, como tú la llamas, haga no es algo de lo que estemos hablando en este momento, porque yo no la acosaría de la forma en que tú estás acosando a Kohaku-chan o, peor, de la forma en que Ryusui-chan está acosando a Suika-chan~ —los reprendió en ese momento a los dos.
Ambos parecían unos niños a los que les quitan un juguete. Ninguno quería comportarse como personas razonables y coherentes en ese momento y se sorprendía de ser el que más claridad tuviera de las coas, lo cual bien podría ser una fachada de sí mismo. "Al final, escribirle tres veces al día a alguien que abre los mensajes y los deja en visto tampoco parece una actitud muy coherente que digamos" —pensó Gen, pero era obvio que no aceptaría su propia realidad.
Senku chasqueó la lengua e hizo un ademán para permitirle continuar su explicación. Gen tomó de la mesa su café y dio un sorbo, mientras se acercaba a la ventana, para continuar con lo que decía:
—Los gustos en común suelen ser un poco más complicados, porque, así como hay gustos en común, habrá divergencias y esas divergencias están en todas partes. Todos los seres humanos las tienen, y bien lo sabemos nosotros con nuestro grupo tan… fuera de lo común. Pero esas cosas en las que difieren no necesariamente tienen que ser menos que las similitudes, simplemente con que tengan algunas cosas en común, existirán siempre actividades para realizar juntos como pareja. ¿Pero qué pasa cuando las disyuntivas se convierten en conflictos constantes? —inquirió, como hablando al infinito, pues realmente no se dirigía a nadie en ese momento y dio otro sorbo de café, esperando alguna aportación—. Pasa que las personas pueden terminar en conflictos y es aquí donde se necesita la capacidad de conciliar opiniones y resolver los problemas, cosa que no muchas parejas tienen y por eso la duración de la relación es más corta.
—Yo tengo cosas en común con Kohaku, películas, videojuegos, nuestra banda favorita es la misma banda… —enumeró Senku.
—Sí, Senku-chan, pero ¿cómo han resuelto las disyuntivas? ~
—No hemos tenido —reconoció con pesar el científico.
Gen simplemente sonrió con tranquilidad y Senku lo miró con fastidio.
—Tienen que experimentar lo que es tener conflictos, diferencias, opiniones confrontadas, sea por la razón que sea, antes de realmente poder decir que su relación tiene futuro, Senku-chan~.
—¡Pero es que ella no lo permitió! —se quejó Senku, mirando con odio a su amigo.
—No importa, Senku-chan~. A lo que me refiero es a que tienen que ser capaces de resolver sus problemas. Y esto es otra cosa que tiene que ser mutua para realmente hablar de amor~.
—¡Y yo quería esas cosas, mentalista, en serio quería conocerla mejor!
El mentalista suspiró. Mientras hablaban, Ryusui simplemente seguía comiendo galletas con café, y probablemente esperando la oportunidad para intervenir o evitando la posibilidad de que también él recibiera algún tipo de regaño. Gen sabía que las posibilidades de Ryusui menores que la de Senku, porque era claro que no era el tipo de chico que podría gustarle a alguien como Suika.
—Para concluir, porque no quiero explayarme demasiado, ya que está anocheciendo, está el tema sexual, la química que tienen en esos momentos~ —mencionó sin inmutarse Gen—. Esa química, esa necesidad de tocarse, de besarse, de prácticamente comerse mutuamente, es algo que no todos tienen, porque muchas personas sólo se dejan llevar por la apariencia física.
—A mí no me interesa lo físico, mentalista. ¡Me gusta la leona por cómo es y su apariencia sólo es un agregado!
—Sí, Senku-chan~. Pero esa química es algo que se puede reforzar incluso en la lejanía, con la inducción hormonal que puede producirse en ambos con hablar, con decirse cosas, y ahí pueden experimentar, juntos, actividades que puedan mantener la llama ardiendo, incluso en la distancia.
—¿Hablas de sexo telefónico? —cuestionó Ryusui hablando por primera vez y haciendo que Gen sonriera nerviosamente por lo directa que había sido su pregunta.
—Pues… en parte, Ryusui-chan~ —concordó divertido el mentalista—. Pero tampoco es sólo eso, sino que, cuando existe respeto mutuo en la pareja, ambos están completamente dispuestos a no buscar a otras personas sexoafectivamente~. Y esto quiere decir que, si Kohaku traspasa esa barrera y llega a estar de algún modo con otras personas, más allá de conversaciones amistosas y compañerismo, es ahí donde debes entender que no hay mutualidad en ninguno de los tres criterios~.
Hubo un silencio incómodo que todos aprovecharon para tomar las últimas galletas que quedaban en el plato y terminarse su café.
—El amor no es algo predecible —rompió el silencio Gen—. Incluso, muchas personas no pueden determinar si realmente son amadas por la pareja —continuó hablando pausadamente—. Por eso es por lo que esta versión "modificada" que yo he hecho de los criterios que ya ha reseñado Elise-chan lo que busca es, principalmente, adaptarse a la situación de aprender lo que siente la otra persona. Y esto es algo que te falta con Kohaku-chan, Senku-chan~.
Definitivamente había captado el interés del científico con todo lo que había dicho, pues este lo miraba con genuino interés, al tiempo que ponía una mirada de fingida indiferencia.
—Como parte de este proceso, recomiendo que lo primero que hagamos sea comprender hasta qué punto se vincularon Kohaku-chan y tú. ¿Qué lograste conocer sobre ella durante el tiempo que estuvieron juntos? ~
Senku contó sobre todo lo que Kohaku y él habían hablado, siendo en la mayoría temas científicos de los que él había estado explicándole a ella. El mentalista simplemente asintió ante todas esas informaciones y entendió la importancia que tenía que él buscase una forma de analizar más profundamente esa relación, por muy limitada que fuese, que había llegado a tener con la chica.
—Bien… creo que con esto puedo decir que hay un buen camino adelantado, aunque te falta saber más sobre ella, Senku-chan~.
El aludido puso una mirada psicópata ante esas palabras.
—Ya-ya, mentalista. Creo que mejor dejamos esto así. Debo volver a casa antes de que el viejo se ponga a llorar. Hablamos luego, pensaré en lo que me dijiste, ¿te parece?
—Pues como gustes, Senku-chan~. Sólo no estés acosando demasiado a Kohaku-chan, déjala conocer sus propios sentimientos.
El científico sólo hizo un ademán con la mano, mientras salía de la sala en dirección a la puerta, conocía perfectamente la salida y momentos después Ryusui y él pudieron oír cómo la puerta se cerraba.
Realmente Gen esperaba que su amigo no llegase a hacer más locuras, porque probablemente lo lamentaría.
…
Y ese es todo el capítulo 4. Muchas gracias por leer este capítulo, especialmente porque saben que Gen es mi husbando y lo amo infinitamente. Senku quedará con muchas preguntas… ¿será que las podrá resolver próximamente? ¿O nuevos obstáculos empezarán a surgir entre él y la leona? Jeje… creo que el próximo capítulo los dejará con más curiosidad.
Actualicé relativamente rápido porque, como saben los que me siguen en Wattpad, publiqué recientemente un anuncio contándoles que la canción "Un Millón como Tú" de Lasso ya casi llega a los 100 millones de reproducciones, así que no pude evitar traerles esta historia como forma de demostrar mi fuerte apoyo a mi Lasso precioso.
En fin… como saben, antes de que se me olvide, los personajes de Dr. Stone pertenecen a Inagaki y Boichi, los cuales son unos maestros por haber creado personajes y una historia tan genial. La historia y todos los OCs que he incluido sí son míos.
Los Pilares del Amor, aquí modificados después de incluir contenido de diversos estudios sobre el apego en los que he trabajado (algunos ya saben que me dedico a la investigación científica y hago tesis y artículos de publicación casi constantemente), pertenecen a "Juventud en Éxtasis" de Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Completamente recomendado este libro, aunque igual pueden dejar en los comentarios cualquier otra duda que tengan o me pueden contactar por el privado de Wattpad si quieren que les explique algo más.
Ahora bien… antes de cerrar esto, quiero dedicarle mucho amor a Celeste Kaomy, porque este capítulo en parte lo he hecho para que lea un poco más de la relación entre mi Gen precioso con Elise.
También un abrazo fuertísimo a mi querida Marisol, que sus comentarios en mis fanfics siempre me alegran el día. Te quiero mucho, Marisol, muchas gracias.
Los adoro, dejen sus comentarios que me motivan a seguir escribiendo. Chao-chao.
