Capítulo IV.

Era 31 de Octubre, y por primera vez desde que estaba en Hogwarts Terry detestaba la idea. Nunca, en sus siete años en el castillo se le habían hecho tan largos los meses, ni siquiera en cuarto año cuando tuvieron que esperar a que llegasen los extranjeros. Recordaba que la excitación había ralentizado el tiempo, pero no hasta ese punto en el que hacía sentirse a uno físicamente indispuesto. Claro que en su cuarto año los mortifagos y el que no debe ser nombrado eran cosas del pasado, y sus preocupaciones eran superfluas, no iban más allá de a qué chica debía pedir una cita a Hogsmeade o que nota debía sacar en las tareas. Resultaba cruelmente irónico que en aquella época se hubiese quejado de algo. Puesto que ahora, no existía en todo el castillo nada que pudiera dar vida o un mínimo de esperanza a su vida, y a la de los estudiantes en general. Las visitas a Hogsmeade estaban prohibidas, el torneo de quidditch se había amañado, la libertad de prensa se había abolido y el correo era minuciosamente inspeccionado. Pero por desgracia para Terry, nada de todo eso significaba que quisiera que el año escolar se acabara. Desde luego para el rubio la perspectiva de salir al mundo real era aún mucho más aterradora, que la de estar en Hogwarts sufriendo por lo lento que pasaba el tiempo.

Cada noche, desde que empezó el curso, tenía pesadillas, soñaba con la mirada llena de miedo de su madre cuando le dejó frente al andén 9 y ¾ en Kings Cross, y las ganas de llorar que había sentido en ese momento volvían a él cada mañana al despertar. Ella, ese día, le cogió la cara entre las manos y con toda la delicadeza del mundo le beso la frente, Terry supo que se estaba despidiendo. No sabía sí se volverían a ver nunca, y el ravenclaw rogaba a Merlín y a todos los magos, porque no fuera el caso.

- Terry -la voz de Anthony le llamó desde el otro lado de los doseles azules de tu cama, Boot deseo que desapareciera, pero no lo hizo. -Es hora de moverte o llegarás tarde -escuchó como su amigo tragaba saliva con dificultad, -y ninguno quiere que ocurra eso, ¡espabila! -Y le corrió las cortinas de la cama dejando que la luz grisácea que entraba por la ventana le diera en la cara.

Tras acostumbrarse a esa luz tan dañina y molesta el rubio posó los ojos en su amigo. Anthony ya estaba completamente vestido, el uniforme pulcramente colocado, al hombro llevaba la mochila y en el pecho la reluciente placa de prefecto. Pero Terry no se dejó engañar por su apariencia, sabía que su compañero dormía tan poco como él, o incluso menos. Y en su cara había muestras evidentes de la falta de sueño: unas profundas bolsas enmarcaban sus ojos azules, había adelgazado y sus pómulos ahora resaltaban poderosamente en su cara. Su pelo castaño claro rizado, había perdido todo su brillo, y sus ojos azules parecían contener todas las penas del universo.

- Yo bajo ya -declaró el prefecto mientras andaba hacía la puerta -quiero ver a Queenie antes de empezar las clases, asegurarme de que está bien -y con eso desapareció por la puerta.

Queenie Goldstein era la hermana menor de Anthony, estaba en tercero y siempre había sido el ojito derecho de su amigo. Los dos hermanos tenían un parecido asombroso, compartían los mismos rasgos: altos, delgados pero fibrosos, nariz un ligeramente aguileña pero muy fina, cejas espesas y labios gruesos; pero Queenie había sacado el cabello rubio de su abuela, y los ojos marrones de su padre.

El ravenclaw se quedó unos segundos mirando la puerta y pensando en los dos hermanos, Boot era hijo único no sabía lo que era tener hermanos, aunque sí tenía una prima unos años mayor con la que se llevaba bien y le gustaba pensar que de estar ahora en Hogwarts se cuidarían el uno al otro así de bien. Con pesadumbre Terry se levantó y se vistió, Anthony tenía razón, no podía llegar tarde a clase, no sabía qué clase de castigo imponían a quienes llegaban tarde, pero los hermanos Carrow eran los encargados de la disciplina, y ya bastante tenía con soportar imperdonables en clase, no quería averiguar qué otras cosas se guardaban bajo la manga. Durante el primer mes, todos habían sido testigos de cómo se comportaban los Carrow con aquellos que se negaban a obedecer, aunque a Terry no le hizo falta más que ver llegar a la chica Weasley herida al banquete de apertura, estaba claro que no se andaban con juegos los Carrow. "Tres semanas, tres ejemplos", ese había sido el mantra de Padma desde finales de septiembre, su amiga lo susurraba constantemente, incluso cuando estaban en clase, ella decía que era para recordarse a sí misma que no podía salirse de la raya si quería sobrevivir ese año. Michael por otra parte, alegaba que era su forma de sacar a todos de quicio. Pero Terry simplemente no estaba de acuerdo con Padma, Boot no podía evitar pensar en Eloise Shore, una chica muy mona de su casa dos años menor, y la cicatriz vitalicia que le había quedado en el brazo, no por hacer algo, sino porque sus padres no habían querido unirse a Él-que-no-debe-ser-nombrado. Por lo tanto, salirte de la raya no estaba completamente bajo tu control.

Mirándolo así, a Boot le parecía normal que Anthony estuviera durmiendo tan poco. Mucha gente lo había olvidado seguro, pero Terry no, y estaba convencido de que los mortífagos tampoco, era del tipo de cosas para la que tenían una lista negra e iban tachando nombres, o al menos eso decía Lisa. Los abuelos de Anthony habían sido miembros del grupo más cercano a Dumbledore durante la guerra contra Grindelwald, Jacob Kowalski y Queenie Goldstein. Cuando le preguntó a Anthony por qué se apellidaba Goldstein y no Kowalski, su amigo le contestó que sus abuelos creyeron que sería más seguro para sus hijos tener un apellido de magos en un mundo lleno de prejuicios contra los muggles. Boot no podía evitar pensar en lo irónica que era la vida, porque Goldstein los marcaba como aliados de Dumbledore y Kowalski no, y eso ahora resultaba mucho más peligroso que tener un familiar muggle.

Cuando entró en el gran comedor, sin ningún apetito, vio que ya estaban todos sus compañeros ahí, por suerte o por desgracia, la mayoría de los de su casa eran al menos de sangre mestiza, así que apenas había bajas para los ravenclaw del último año. Solamente Roger Malone era hijo de muggles, y aunque Terry y él no fueran tan amigos, rezaba a Merlin y todos los magos porque el adolescente hubiera corrido más suerte que otros hijos de muggles. Por parte de las chicas faltaba solamente Sue Li, aunque su padre era un mago muy famoso, su madre era muggle, Terry se imaginaba que se habían escondido para evitar que asesinaran a su madre, o posiblemente habían abandonado el país. Pero a pesar de tener solamente dos bajas de entre los once alumnos que conformaban el último curso de ravenclaw, las apariencias inducían a creer que faltaban muchos más. Puesto que, incluso cuando la casa de las águilas no había sido nunca conocida como escandalosa, ahora el silencio sepulcral que reinaba en ella se asemejaba más al que debía haber en un cementerio. Se sentó frente a Anthony, este asintió en su dirección y rápidamente volvió sus ojos a su hermana pequeña que estaba apostada a su izquierda, por el contrario Queenie, miró a Terry y le sonrió ampliamente. Esa era una de las cosas que más le sorprendía y gustaban de esa niña, la pequeña debía estar aterrorizada y sin embargo, siempre encontraba la forma de sonreír. Devolvió el gesto de la mejor forma que pudo, pero llevaba tanto tiempo sin sonreír que estaba seguro que se asemejaba más a una mueca que a una sonrisa.

El resto del desayuno pasó en silencio, solo roto de vez en cuando por la conversación en susurros que mantenían los Goldstein, y el zumbido constante de Padma repitiendo su mantra. Por eso cuando Morag rompió el silencio para dirigirse a todos su voz sonó demasiado alta para Terry.

- Tenemos que ir yendo a clase o llegaremos tarde -dijo Morag, todos se volvieron a ella automáticamente haciendo que la pelirroja enrojeciera ligeramente.

- ¿Qué tenemos ahora? -Preguntó esta vez Lisa, mientras jugueteaba con la punta de su rubia coleta intranquila.

Nadie contestó, Terry no sabía si era porque desconocían que clase tenían o porque no les apetecía decirlo. El sinceramente, no tenía ni idea, y esa era otra cosa inusual de ese curso, el tema académico le resultaba completamente irrelevante, y eso era algo sin precedentes. Claro está, que nadie que conociese el contexto actual lo encontraría fuera de lo normal, pero aún así, Terry no podía evitar pensar que lo único bueno que había en su vida ese año, era el hecho de poder estudiar y tener una rutina con la que distraerse y Boot la estaba desperdiciando.

- Historia de la magia -contestó finalmente Michael, en un gesto que revelaba su indecisión y nerviosismo, se revolvió el pelo. -Cre…cre -carraspeo una vez para aclararse la garganta y poder hablar firmemente -creo que hoy toca hablar de Potter. -El silencio fue aún más sepulcral.

- ¿Qué has dicho? -La voz de Lisa apenas fue un susurro estrangulado.

- Hoy toca hablar de Potter -repitió Michael ahora con más firmeza.

- No, no, no, no… -Padma había dejado caer de golpe la cuchara con la que llevaba revolviendo sus gachas todo el desayuno, sus manos temblaban descontroladas. Lisa se las agarró con delicadeza.

- Pad tranquila -susurro, la rubia mientras le acariciaba las manos.

Los ojos de la hindú estaban prácticamente abnegados en lágrimas y su respiración empezaba a ser irregular, Terry se percató de que Patil estaba a punto de tener un ataque de pánico si este no había empezado ya.

- Venga Pad -animó Mandy -¡que no es tan grave! Sé que Potter te cae bien, -continuó diciendo mientras bajaba la voz, asegurándose de que nadie hubiese escuchado que su amiga se llevaba bien con El Indeseable número 1. -Pero este año hemos dado cosas peores en historia, -Brocklehurst hizo una mueca, Terry estaba casi seguro que la chica estaba pensando en cómo habían estudiado que los muggles apenas habían evolucionado y vivían como animales, su padre era muggle -no es para tanto.

- No lo entiendes -replicó con la voz entrecortada Padma. Después respiró hondo, se puso recta en su asiento y se alisó el uniforme. -No me preocupa lo que podamos dar -declaró, -sé que será todo mentira y también sé que vamos a dar cosas peores. ¡Lo que me importa es mi hermana! -Exclamó, lanzando un vistazo a la mesa de gryffindor buscando a su gemela.

Terry pudo ver cómo todos comprendía ahora la reacción de la chica, el mismo tenía que admitir que no se le había ocurrido la idea. Parvati Patil, la gemela de Padma era una chica tan guapa y simpática como su amiga, y aunque se parecían ambas eran polos opuestos en cuanto a sus personalidades, de hecho, Parvati estaba en gryffindor. Boot, no sabía cómo de estrecha era su relación con Potter, pero sabía que Parvati había sido su amiga desde primero, que había ido con él al baile de Navidad en cuarto año y que hace dos cursos estuvo dentro del ED, para ser justos él también había estado dentro, pero no era lo mismo.

- Pad -esta vez fue Anthony quién habló -no tiene porque pasar na… -la risa fría, vacía y sarcástica de ella le interrumpió, Terry sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

- ¿De verdad crees eso? -Sus intensos ojos marrones llenos de incredulidad fijos en los azules de su amigo, la chica negó con la cabeza, como sí le pareciera divertido. -No conoces a los gryffindor, no van a quedarse callados mientras insultan a Potter.

- No serán capaces -Morag parecía incapaz de creer algo así -quiero decir, saben lo que les sucederá…

- ¡Claro que serán capaces! -Contestó Michael por Padma -¿acaso no has visto a Longbottom en clase? ¿O a Ginny por los pasillos? Todos los días escucho algo sobre como esos se meten en líos con los profesores por no mantener la boca cerrada, -sus ojos negros estaban ahora fijos en la melena larga y pelirroja de Weasley, Terry se acordó de que hacía dos años Michael tuvo algo con ella. -Si se meten con Potter… -añadió con resignación -solo será peor.

- Ni mi hermana será capaz de mantenerse callada -declaró Padma.

- Vati es muy lista -la tranquilizó Lisa, pero la prefecta negó con la cabeza.

- No digo que no sea lista, estoy diciendo que es muy impulsiva y feroz cuando se trata de sus amigos -Padma suspiró -teníais que haberla visto cuando se enteró que los miembros del ministerio habían estado en casa de Dean. Babuji* la tuvo bajo vigilancia 24/7 los siguientes diez días, pero ella estaba dispuesta a ir allí mismo y hechizar a todo el mundo.

- ¿Qué pasó con Thomas? -Preguntó Anthony con toda la delicadeza de la que fue capaz.

Padma negó con la cabeza triste.

No lo saben -contestó por ella Lisa -no han tenido noticias de él, desde que faltó a su vista en el ministerio. -Nadie dijo nada, todos demasiado conscientes de todas las realidades que podría estar viviendo su compañero de curso. -Pero su familia está bien al menos -añadió unos segundos más tarde.

Hizo bien -declaró Amanda, era la primera vez que hablaba en todo el desayuno -eso no es una vista, es una cacería.

¿Aún y todo, creéis de verdad que los gryffindor no se mantendrán callados? Todos sabemos que es mentira -Cuestionó Mandy.

¿Tu lo harías si insultaran abiertamente a Stephen? -Todos se quedaron demasiado sorprendidos para responder.

Desde principio de curso Kevin no había participado en ni una sola de sus conversaciones, tampoco es que hubiera tenido mucha oportunidad, puesto que apenas hablaban. Pero aún así, en las ocasiones en las que Entwhistle podría haber hablado no lo hizo.

Kev -empezó Amanda dulcemente, el chico la miró duramente con sus ojos azules.

Yo no -declaró él interrumpiendo a su amiga -no dejaría que dijeran esas cosas de Stephen, no podría soportarlo. Y si vosotros lo hicierais, -cogió su mochila y se puso de pie, la voz le temblaba por la rabia -si permitieseis que hablasen así de Stephen o de Sue, o de muchos de vuestros familiares. Entonces no os los merecéis.

Y se marchó dejando al resto de sus compañeros con un mal sabor de boca.


El día fue muy parecido a los de las semanas anteriores, salvo porque Kevin ahora ya no solo no les hablaba, si no que además se sentó lejos de ellos aún enfadado por lo del desayuno. Por otra parte, Michael tuvo razón, y en historia de la magia estudiaron a Potter, Terry sintió arcadas la mayor parte de la clase pero se mantuvo sentado en silencio en su sitio mientras apretaba los puños. Conocía bien a Potter, no eran amigos, pero había asistido a sus clases del ED e iban en el mismo curso, y siempre, siempre, le pareció que era buen chico, escuchar como insultaban y despreciaban a su compañero y los padres de él, le hizo sentir malestar general.

A la hora de la comida se sorprendió fijando su vista en la mesa de los leones, esta estaba más vacía que nunca, pero muchos de sus miembros mostraban heridas muy vistosas que tenían que ser recientes, desde niños de segundo hasta los de quinto. Dejó caer su mirada en los del último año, no estaban todos, pero los que sí parecían tan intactos como se podía esperar de los tiempos que corrían en Hogwarts.

Aún no han tenido clase -Anthony le había sorprendido mirándolos y le contestó a la pregunta no formulada. -Tienen después de comer, justo antes van los de sexto y a última hora de la tar… -pero su amigo se calló de golpe demasiado consternado por lo que estaba viendo.

Luna Lovegood acababa de entrar en el Gran Comedor, y la única manera de reconocerla que tuvo Terry fue por su pelo, su collar y sus pendientes, porque estaba prácticamente irreconocible. Su uniforme estaba hecho trizas, tanto que Boot no entendía como podía mantenerse en su "sitio" y conseguía tapar algo. Su pelo rubio y largo se encontraba completamente desordenado -aún más de lo habitual- y tenía algún resto rojo Terry se estremeció de solo pensar que era, sus brazos y piernas estaban repletos de hematomas gigantes y pequeñas heridas ensangrentadas. Además, tenía por un lado de la cara hinchado en el pómulo y por otro, un corte feo en la ceja que llegaba hasta el párpado y que no le permitía abrir bien el ojo.

Todo el comedor se quedó en silencio al verla, por el rabillo del ojo Terry vio como varios profesores se ponían en pie de golpe, pero todos se quedaron en la mesa siendo agarrados por algunos de sus compañeros, el profesor Flitwick -el jefe de su casa- incluso había dejado escapar un grito. Pero la ravenclaw no se inmutó, siguió andando hasta sentarse cerca de ellos, justo un par de espacios vacíos más allá de Lisa, quién la miraba con sus ojos azules abiertos de par en par. Una de las ravenclaw de sexto curso se acercó a ella rápidamente y le susurró algo en el oído a lo que Luna negó con ¿una sonrisa?, la chica, Terry creía que se llamaba Page McLaird, se alejó después con cara de consternación.

Poco a poco el alumnado fue volviendo a lo suyo, pero Boot podía notar las miradas que le lanzaban a Luna de vez en cuando. Sin embargo, a ella parecía darle igual, comía lentamente mientras se mantenía con la espalda recta y la cabeza alzada, orgullosa de sus heridas. Terry pensó en todas las maldades que había sufrido esa pobre chica toda su vida en ravenclaw, y se odió a sí mismo por no haber hecho nada al respecto. Estaba claro que Luna era una persona que merecía la pena, entonces se acordó de aquellas personas que sí habían sabido darse cuenta, sus dos compañeros habituales y dirigió su mirada a la mesa de gryffindor esperando encontrarlos, pero no estaba ninguno.

La comida avanzó sin ningún altercado más. Boot pasó lo que restaba vigilando la puerta por sí veía a Ginny Weasley o Neville Lonbottom aparecer por ella hechos una furia, pero eso no sucedió, y Luna Lovegood siguió comiendo tranquilamente. Cuando Padma, quién era la más lenta, "terminó de comer" -porque mover de lado a lado la comida no se podía denominar comer- salieron del gran comedor. Pero no avanzaron mucho, a Terry que iba inmerso en sus pensamientos, le costó un poco darse cuenta que su amiga hindú se había apostado, en un pasillo lateral, cerca de la salida del Gran Comedor y todos los demás la habían seguido.

¿Padma que haces? -Preguntó Lisa nerviosa, -por hoy ya no tenemos clase, lo mejor es que nos vayamos a nuestra sala común ahí podemos trabajar y no tenemos porqué ver a…-sus ojos azules lanzaron un vistazo a la mesa de los profesores -ya sabes quienes.

Voy a esperar a Vati -declaró cruzando los brazos y con la voz firme, clara señal de que no se movería -tiene que pasar por aquí para ir a su torre o a clase, de cualquier forma, pasará por aquí pronto.

Entonces Michael procedió a sacar un libro y se dejó resbalar por la pared hasta caer sentado en el suelo. Todos se quedaron mirando al chico con incredulidad, él al percatarse solo levantó los hombros y dijo:

¿Qué? Padma ha dicho que quiere esperar a su gemela, está claro que no piensa cambiar de idea, y yo no voy a dejarla sola. -Padma sonrió a Michael, el chico asintió con una ligera sonrisa también -y por lo menos, ya que estoy, voy a aprovechar el tiempo y leerme runas -alzó el libro para enseñarles el título -que es de lo poco que me gusta ahora mismo.

Lisa suspirando y aún muy nerviosa siguió su ejemplo, solo que en vez de sacar un libro, la rubia sacó una pluma de la mochila y empezó a transformar su apariencia. Algunos de los demás ravenclaw -Mandy, Morag, Kevin y Amanda- se despidieron y subieron las escaleras que les llevarían de camino a la torre lejos de los Carrow y del Gran Comedor, y sin embargo Terry estaba indeciso. Pero con solo compartir una mirada con Anthony supo lo que iban a hacer, así que resignado retrocedió unos pasos y se sentó frente a Lisa, él también sacó su varita para jugar con Turpin y la pluma un rato, Goldenstein en cambio se acercó a Padma y le pasó un brazo por la espalda.

Desde primero siempre había sido así, ellos cinco, Lisa, Padma y Amanda se habían hecho amigas inseparables la primera noche, y Michael, Anthony y él más de lo mismo. De alguna forma los seis acabaron encajando y el resto era historia. Claro que eso no quitaba que se llevaran muy bien con el resto de su casa, de hecho, el motivo por el que Amanda se había ido era tan simple como que ella había estado saliendo con Stephen desde quinto y la chica sentía que no podía dejar al mejor amigo de su novio en esos momentos, cuando ambos lo estaban pasando tan mal. Terry estaba seguro que Padma no la resistiría, la hindú sabía que los tenía al resto, mientras que Kevin estaba solo.

No estuvieron esperando mucho cuando oyeron cómo se acercaban unos pasos, por el rabillo del ojo Terry pudo percibir la reacción del resto de sus amigos. Padma se tensó visiblemente, Anthony que seguía a su lado la cubrió parcialmente con su cuerpo, Michael había dejado de leer un momento y miraba por encima del libro con disimulo, y Lisa se había olvidado de fingir: había dejado caer la mano de la varita hasta el suelo y miraba fijamente el lugar de donde provenían los pasos. Terry fue capaz de pensar durante un segundo que todos ellos estaban teniendo una reacción desmesurada. Estaban en medio de un pasillo en Hogwarts cualquiera podía acercarse, incluso un niño de primero, pero eso solo fue un pensamiento fugaz, parecía que el miedo que habían inculcado los Carrow en los alumnos era más fuerte que cualquier lógica. Y efectivamente, doblando la esquina apareció Luna Lovegood.

Su imagen seguía chocando tanto, como cuando había entrado en el comedor llena de heridas. La chica se quedó mirando a todos en silencio durante unos segundos, analizando la situación con sus brillantes ojos azules, a Terry le pareció que estos habían perdido parte de su brillo soñador y ahora estaban más despiertos, más atentos al entorno que nunca y su realidad. Después de esos segundos, Luna se dispuso a avanzar, pero la voz de Michael se lo impidió.

- ¿Lu estás bien? -Preguntó el moreno dejando el libro y poniéndose de pie.

- Solo Ginny y Neville me llaman así -la rubia había clavado sus ojos en Michael y tenía la cabeza ladeada como si estuviera seriamente analizando algo.

- Eh… -Michael miró a sus amigos sin saber bien qué responder, Lisa se encogió de hombros -sí lo sé, es que..

- ¡Estoy bien gracias! -Respondió ella a la pregunta que le había formulado antes.

- Deberías ir a ver a Madame Pomfrey -Terry no se dio cuenta de que había sido él quién habló hasta que ella posó sus ojos azules en él.

- No gracias -negaba ligeramente con la cabeza -no puedo hacer eso, sufriría represalias por mi culpa.

- Pero Luna -intentó Padma, pero Lovegood no le dejó hablar.

- Buscaré a Gin y Nev, a ellos se les da muy bien estas cosas.

- ¿Saben hacer hechizos de curación? -Preguntó Anthony sorprendido, Luna asintió.

- Sí, aunque no tan bien como Lavender Brown -Padma la miró con sorpresa -esa chica tiene talento.

Y después de eso Luna se alejó por el pasillo, dejando a los de séptimo muy sorprendidos. Estuvieron unos 15 minutos más antes de que vieran aparecer a sus compañeros de curso gryffindor por el pasillo. Iban solo Lavender Brown, Seamus Finnigan y Parvati, los tres tenían un gesto muy serio, y se podía adivinar la preocupación reflejada en sus ojos, pero Patil sonrió al ver a su gemela.

Padma prácticamente corrió hasta ella y la abrazó con fuerza cuando estuvo a su lado, los tres gryffindor y Padma anduvieron hasta los ravenclaw, que habían retomado las posturas que tenían antes de ver a Lovegood aparecer por el pasillo. Todos se saludaron con un asentimiento de cabeza, y se formó un tenso silencio.

- ¿Qué hacéis aquí? -Preguntó a su gemela Parvati finalmente rompiendo el silencio.

- Quería esperarte, ellos me han acompañado -replicó con voz nerviosa, la gryffindor miró a su hermana con suspicacia.

- ¿Qué pasa Pad?

- Vati, pase lo que pasé en historia de la magia debes comportarte - el águila muy deprisa -no puedes reaccionar, no puedes saltar, no debes hacer nada.

- ¿A qué te refieres? -Esta vez fue Seamus quién preguntó, tenía el ceño ligeramente fruncido y miraba a Padma como si supiera ya lo que iba a decir.

Ninguno de los ravenclaw respondió, así que fue finalmente Anthony quién suspirando se decidió a hablar.

- No es una clase normal, supongo que al menos se hará más amena al estar con los hufflepuff y no los slytherin -añadió reflexionando más para sí mismo -pero no es una clase normal.

- ¿Qué quiere decir eso? -Paravati estaba empezando a irritarse, y su tono de voz lo dejaba ver. Goldenstein respiró antes de explicar.

- Es sobre Potter la clase -los tres leones se quedaron helados.

- No exactamente, -replicó Padma y mirando a su gemela dijo -hablan de él, de Harry, pero solo cuentan mentiras y… -hizo una pausa dubitativa -le insultan constantemente, a él y a sus padres, no os va a gustar.

Los tres se quedaron callados, compartieron una mirada en silencio y fue Lavender quién habló al final.

- Ya nos lo imaginábamos -comentó la rubia con resignación -nadie nos ha dicho nada, pero la mayoría de los gryffindor está en la enfermería si no están cubiertos de heridas. -Paró un segundo de hablar, y a Terry le pareció que sus ojos marrones eran capaces de albergar todas las penas del mundo -no suele ser tan mala la cosa, es cierto que somos los que más nos llevamos, pero…

- Pero no como hoy -terminó Lisa por ella con una sonrisa triste en su cara, Brown asintió y le sonrió de vuelta.

- Así que Vati debes prometérmelo -volvió a hablar Padma.

- Pad no puedo…

- ¡Tienes que hacerlo Vati! ¡Podrían matarte!

- ¿Quién te dice que no lo harán ya?, -replicó Parvati enfadada -¿acaso no has visto a Luna hoy? ¿A Neville y a Ginny cada día? Y sí, puede que ahora no se callen, pero lo intentaron -la rabia empezaba a brillar en su piel -de verdad que sí lo hicieron. No

- Importa lo que hagamos, mientras no estemos con ellos sufriremos, ¿o no lo haces cada vez que vas a clase de defensa? ¿O no lo hicieron los hermanos Lancashire, o esa chica Shore, y muchos otros? -Parvati empezaba a tener la voz estrangulada -date Cuenta Pad que esto no va a cambiar y no importa lo que hagas, te va a tocar sufrir.

- Pero puedes mitigarlo -replicó su hermana empezando a entrar en la histeria, Parvati negaba con la cabeza. Pero ya no quiero -cerró los ojos un momento y suspiró antes de hablar -me he cansado de ver a Neville convulsionarse todos los días, o recibir maleficio tras maleficio. Me he cansado de ver a Weasley cubierta de heridas o ser traída inconsciente todas las noches a la sala común, me he cansado de ver llorar y gritar a los pequeños en defensa, me he cansado de sentarme todas las noches a escuchar como Dean ha muerto en Pottervigilancia -las lágrimas habían empezado a caer, Lavender empalideció y Seamus había saltado en su sitio. -Me he cansado de callarme y no hacer nada.

- Parvati…-

Tú puedes hacer lo que quieras -la gryffindor había tomado la mejilla de su hermana entre las manos y la acariciaba con delicadeza -siempre has sido la más lista y tranquila de las dos.

Después de eso se limpió las lágrimas, se alisó el uniforme y se pasó una mano por la trenza larga, como si nada de lo acaba de pasar hubiera ocurrido. Todos se mantuvieron en silencio mirándola, la chica actuaba como si no acabara de darles un discurso que tenía el potencial de cambiar sus vidas.

- ¿Qué tal está tu hermana? -Preguntó entonces mirando a Anthony, el ravenclaw le devolvió una mirada confusa -ya sabes de él susto de antes con los Carrow.

- ¿Qué susto? -Goldestein había palidecido preocupantemente, los tres gryffindor compartieron una mirada de confusión y miraron al chico con inseguridad. Terry sintió como su pulso se aceleraba, si le hubiera pasado algo a Queenie su amigo moriría.

- Cuando entrábamos a clase de adivinación salían ellos, los de tercero y… -Parvati parecía incómoda.

- Y los Carrow estaban allí -continuó por ella Finnigan, el chico se pasó una mano por el espeso pelo color arena.

- Debe ser muy buena tu hermana en adivición -le relevó Lavender, viendo que su amigo no podía continuar, Anthony asintió distante -ellos han debido de estar observándola, porque cuando bajó se la llevaron, no le hicieron nada -añadió la rubia viendo la reacción de Anthony -se fue con ellos voluntariamente.

- Sí -añadió Seamus para tranquilizarlo -y Neville y Macmillan les siguieron para asegurarse de que estaba bien.

- ¿Dónde está Longbottom? -Preguntó al fin Anthony con un hilo de voz, todos le miraron sorprendidos no se esperaban esa pregunta -si no está aquí, asumo que es porque le ha pasado algo, y sí le ha pasado algo y mi hermana estaba con él…

- ¡No!, -cortó Parvati -ella está bien, Neville no tanto -ante la alarma en los ojos del prefecto continuó. -Neville no nos ha contado mucho, pero creo que la estaban presionando mucho, le estaban preguntando por algo y se estaban poniendo un poco… -

Peligrosos le ayudó Finnigan ella asintió -así que Neville y Macmillan trazaron un plan, y mientras Neville les distraía Ernie sacó de ahí a tu hermana, claro que Neville lo ha pagado, pero se recuperará.

- ¿Entonces Queenie está bien? -Los tres asintieron -¿sabéis dónde?

- Creo que Hannah y Ernie la llevaron a tomar chocolate a las cocinas.

Después de asentir Anthony salió corriendo en esa dirección, Michael y Terry no tardaron en seguirle, y poco después las dos chicas no sin antes volver a intentar convencer a los gryffindor de que se portaran bien en historia. Mientras corrían rumbo a la cocina, Terry fue consciente al fin, de lo que llevaba creyendo comprender todo el curso. No importaba que hicieras, si había algo en tí que llamará la atención remotamente, eras carne de cañón.

Terry miró a su amigo correr, el castaño parecía tener el corazón en la mano y la preocupación y el horror eran visibles en todos sus rasgos. Se había estado esforzando tanto porque eso no pasara, todo el curso había mantenido un perfil bajo por su hermana para cuidarla y protegerla lo máximo posible de ellos, pero no había resultado bien. En la familia Goldenstein corría en la sangre un don muy particular heredado de su abuela Queenie, eran una familia de legeremantes: capaces de acceder a la mente de las personas sin varita tan siquiera. El don no tenía nada que ver con la adivinación, pero como les permitía saber exactamente lo que la gente quería oír era muy fácil confundirlos. Terry sabía que Queenie poseía el don, pero este apenas estaba presente en sus genes, no como el de Anthony que había noches en las que le impedía dormir. Boot se prometió en ese momento que jamás aprovecharía a su amigo para usar su don, que era probablemente lo que querían los Carrow, y también se prometió otra cosa, a partir de ese momento, no se limitaría a observar.


¡Hola buenas!, es la primera vez que dejó un comentario en esta historia, esto se debe a que el capítulo es un poco distinto de los que habéis leído hasta ahora. Quería ver otras perspectivas y saber si a vosotros os gustarían, me imagino que ya veremos, aunque mi historia principal se vaya a centrar en el trío de plata, no me quiero olvidar de ninguno de los que estuvieron en Hogwarts sufriendo.

También quería agradeceros a todos los que habéis dado a mi historia a favoritos o la habéis seguido, muchísimas gracias, significa mucho para mi.

Intentaré no tardar mucho con el siguiente, un abrazo

B.