La capital seguía recuperándose del ataque recibieron a manos de Kuroinu, los habitantes buscaban recuperar todo lo perdido, aunque las vidas que se perdieron en este no era algo que sería posible de recuperar, al igual que la mentalidad que quedó tras aquel ataque, podrían pasar meses para que puedan recuperarse de eso, pero nada es para siempre y siempre pueden volver a levantarse después de todo.
Por el otro lado, Alicia tenía bastante trabajo que realizar al respecto, la traición de Beardsley aún le afectaba un poco pero necesitaba salir adelante, ella era la gobernante ahí y su fuerza era la que podría dar ánimos a la gente.
- (Eso haré…) – Pensó para sí misma mientras seguía haciendo su trabajo.
Osamu estaba en otra sala, la batalla terminó pero la guerra aún no, solo necesitaba esperar al contacto a las otras ciudades para poder organizar las defensas antes de que Vault y sus hombres vuelvan a atacar, si sucede tal como en esta ocasión, podrían encontrar traidores así que tenían que actuar a la mayor brevedad posible.
- Esto es aburrido. – Olga estaba recostada mientras soltaba un suspiro. – Nos dieron esta habitación para descansar pero no se siente de ese modo, es más como un encierro.
- Sería un escándalo si sales y te muestras, no olvides que sigues siendo una amenaza para Eostia. – Señaló Grace, la reina solo enarcó una ceja.
- No le hables así a tu reina. – Exclamó Chloe con molestia.
- Ella no es mi reina, solo estamos colaborando en un acuerdo mutuo, nada me obliga a seguirla. – Las dos parecían chocar en cualquier momento.
- Calmadas, ustedes dos. – Anna intervino entre ambas. – No es momento para pelear, la situación puede que se haya calmado pero seguimos en una pelea, así que llevémonos bien todos.
- No eres quien, para hablar así, después de todo los altos elfos son quienes más han despreciado a nuestra raza. – Reclamó Chloe, la elfa rubia bajó la mirada.
- Eso puede ser verdad… pero yo no pienso así, Grace-chan es mi mejor amiga y es una elfa oscura, esa es una prueba de que podemos dejar de lado nuestras diferencias y llevarnos bien.
- Eso no prueba nada, los más de cien años de historia que han despreciado a los elfos oscuros respaldan que siempre nos ven como inferiores y…
- Ya basta, Osamu chop. – Y entonces el rubio le dio un golpe en la cabeza a Chloe.
- ¡Que haces humano! – gritó ella en molestia sujetándose donde este le golpeó.
- Pelear no lleva a nada bueno, más que nada en nuestra condición actual que es lo más recomendable pelear como equipo, y eso a mí me gusta. – Respondió él, Chloe sujetó su cuchillo con fuerza, deseaba matarlo.
- Calmada Chloe. – Olga la detuvo en ese momento para asombro de ella.
- Pero Olga-sama, él…
- No veo que hiciera nada malo, solo estaba disciplinando a alguien. – Respondió ella, Chloe realmente seguía sin creer como es que su reina deposite su confianza en ese humano, ella solo podía asentir.
- Entendido Olga-sama.
- Osamu, si Chloe sigue causando problemas, tienes todo el derecho de corregirla de ser necesario. – Ordenó ella, la medio elfa rubia solo pudo gruñir por debajo, no sabía cuanto más podría soportar que Osamu esté por encima de ella. En ese momento la puerta de la sala se abrió, entrando una sola figura solitaria.
- Esto… vine a traer unas galletas. – Quien entró no era nadie más que Prim Fiorire, una de las princesas del escudo.
- Gracias, la verdad es que tengo hambre. – Respondió Osamu para entrar en confianza con la princesa de cabello rosado, esta al ver su animosidad, igual sonrió.
- Estaba algo nerviosa, ya que… bueno… Olga Discordia está aquí y…
- No tienes que preocuparte, somos aliados ahora que existe un enemigo común, seguro podrán entenderse a futuro.
- Hmph, como si eso fuera posible. – Expresó Chloe por debajo. La pelirrosa soltó una risa nerviosa.
- Eso espero… pero me alegra ver que haya gente amable. – Sonrió en aquel momento. – Puedo preparar el té igual si así lo desean.
- Eso me gustaría. – Señaló Anna con una sonrisa. – No en muchas ocasiones tenemos la oportunidad de estar en el castillo de una de las princesas del escudo.
- Entendido, iré a prepararlo. – Ella se fue a buscar todo, cerrando la puerta.
- Es una chica muy amable. – Señaló Grace.
- Seguro debe estar escondiendo sus verdaderos pensamientos, cree que somos una raza asquerosa y cruel. – Expresó Chloe.
- Chloe. – Olga la miró de forma dura. – No sigas hablando.
- Olga-sama… - Solo pudo mantenerse callada.
- A primera vista se ve como una chica realmente delicada. – Empezó a hablar Osamu. – No da la sensación de poder pelear batallas como Alicia o ustedes, necesita protección.
- Sí ella forma parte de la alianza de princesas es porque su familia es muy influyente. – Empezó a explicar Olga. – los Fiorire son una de las mayores casas nobles que existen en Ur y siempre han sido muy serviciales a la familia Arcturus que es la de la princesa Alicia, esa unión ha conseguido que su princesa Prim forme parte de la alianza y sea una gobernante.
- A mi parecer, es muy joven para cargar ese peso. – Señaló Osamu. – Me da una sensación de querer protegerla después de todo.
- Es cierto, además de que es tierna. – Brillos aparecieron en el rostro de Anna, Grace soltó una risa por debajo.
- Anna, realmente tienes un gusto por las cosas tiernas. – En ese momento Prim volvió trayendo una bandeja con un juego de té.
- Ya lo tengo todo listo, podríamos sentarnos a tomar algo, comer galletas y hablar. – Expresó la pelirrosa con una sonrisa, preparó todo sobre la mesa mientras fueron a sentarse, siendo solo Chloe la que decidió mantener su distancia del resto, ella sirvió el té sobre las tazas que luego agarraron, empezando a tomar.
- Está bueno. – Señaló Anna. - ¿Es Earl Grey?
- Esto, sí… las hojas las conseguimos de importación. – Respondió Prim.
- Cabe decir que es un buen té. – Comentó Grace, la pelirrosa soltó una risa por debajo.
- Me alegra saberlo… a decir verdad, tenía un poco de miedo, no es normal que… bueno, la enemiga de Eostia esté sentada bebiendo té conmigo. – Miró a Olga la cual estaba ocupada bebiendo.
- Sé lo que está pensando princesa, normalmente una vista como esta sería algo inadmisible pero Osamu es alguien a quien le debo la vida después de todo, con mis poderes sellados, solo dependo de él y sus armas mágicas para pelear. – Sonrió la elfa oscura por debajo.
- Ya veo… esas armas deben ser impresionantes ¿puedo verlas? – Preguntó con curiosidad.
- Claro, solo ten cuidado. – Osamu le pasó su subfusil a Prim el cual empezó a revisar, viendo por todas partes.
- No se siente pesado como una espada… es realmente interesante cómo funciona, no soy una estudiosa de las artes mágicas como lo es Kaguya-san pero esto llamó mi atención.
- En otras ocasiones tendré la oportunidad de usarla, ya que con esto peleamos contra esos malvados. – Aseguró Osamu, Prim bajó la mirada.
- Sí… sigue siendo increíble para mí que Vault y Kuroinu nos traicionaran, más que el primer ministro Beardsley sea uno de los traidores, luego de todo lo que nee-sama confió en él.
- Por cierto ¿Cómo se encuentra Alicia? – Preguntó Osamu.
- Está bien, pero muy ocupada viendo la reconstrucción de la ciudad, el ataque dejó muchas perdidas, gente que murió, familias destrozadas… - ella puso una expresión triste. – Eso no me gusta para nada… ver sufrir a otros.
- Es inevitable, mientras ese bastardo pervertido siga libre. – Señaló Olga. – Por eso me aseguraré de matarlo con mis propias manos.
- Nos encargaremos de él, es algo que puedo prometer. – Respondió Osamu, al verlo, Prim sonrió.
- Gracias por proteger a Feoh y a nee-sama, Osamu-san. – Agradeció la pelirrosa.
- No es nada… deberíamos seguir comiendo. – Señaló. Así siguieron un buen rato hasta que terminaron, Prim cargaría todo de vuelta, Osamu se ofreció a ayudarla, así que ambos salieron de la sala, caminando por los pasillos.
- No era necesario que me ayude Osamu-san. – Expresó Prim con preocupación.
- No me haría bien dejar que una chica haga el trabajo sola, no es de caballeros. – Respondió este, causando que la chica se sonrojara.
- Auuuuu~ no es justo que pueda decir todo eso. – Hizo un puchero, causando que Osamu empezara a reír. Una vez devolvieron el juego de té, estaban caminando de regreso.
- Veo que los sirvientes evitan acercarse. – Señaló Osamu.
- Lo siento Osamu-san, hay mucha gente que sigue desconfiando de Olga-san, a pesar de la ayuda que nos dio, creen que son peligrosos, realmente me disculpo por su actitud.
- No puedo culparlos, solo necesitamos convencerlos con acciones y peleando verán que puede cambiar.
- Eso espero. – Comentó Prim, en ese momento recordó algo. - ¡Es verdad! Se supone que debo reunirme con mercaderes para hablar sobre insumos que podemos recuperar en Feoh.
- Si quieres, puedo acompañarte a verlo. – Se ofreció Osamu, Prim se veía preocupada.
- No es necesario el quitarle más de su tiempo, yo…
- Nada de eso, además a este punto somos amigos, y estos se ayudan entre sí. – Esas palabras del rubio afectaron a Prim la cual estaba avergonzada.
Aaau~ no es justo Osamu-san… bien, vamos. – Sonriendo en victoria por parte del rubio, los dos se movieron, saliendo del castillo hacia las calles de Feoh.
Aún se observaban los estragos del ataque, casas destruidas, pilas de cadáveres enemigos que aún estaban recogiendo, gente que hacía lo posible por volver a levantarse.
- Prim-sama. – Unas personas saludaron a la princesa pelirrosa.
- Buen día Prim-sama.
- ¡Princesa, juegue con nosotros!
- jeje, luego. – Ella era realmente popular, sabiendo que posee un gran cariño hacia la gente y preocupación es que mucha gente le hablaba, Osamu observó que ella tiene muy buenas cualidades sociales, no era una guerrera como Alicia, pero si poseía contacto con las personas, las conocía y escuchaba sus preocupaciones, era una princesa de la cual la gente podía acercarse a hablar. Ya al poco tiempo llegaron al sitio. – Es aquí Osamu-san, pronto deberían venir los contactos que llamé.
- Aquí estamos princesa. – En ese momento aparecieron dos figuras, el rubio solo pudo enarcar una ceja al verlos, eran como cerdos y no hablando de modo figurativo, eran cerdos reales, claro que estos llevaban ropa y estaban parados como personas.
- Oh, Ponti-san, Conti-san, gracias por acudir a mi llamado. – Expresó Prim con una sonrisa.
- Todo sea por usted princesa, es nuestra mayor clienta después de todo. – Exclamó uno de los cerdos. – Por cierto ¿Quién es el que le acompaña?
- Es cierto, Osamu-san, ellos son Ponti y Conti, los hermanos Mortadela, un par de mercaderes que siempre han proporcionado insumos a Ur y a toda Eostia.
- Oh, ya veo, un gusto conocerlos hermanos Salami. – Eso molestó a ambos cerdos.
- Lo siento señor, pero somos Mortadela. – Respondió Conti.
- Princesa, los cargamentos con alimentos y verduras están listos para ser distribuidos a la gente como ordenó. – Señaló Ponti, la pelirrosa sonrió.
- Gracias Ponti-san, seguro la gente se alegrará al tener para comer mientras la ciudad se recupera. – Ambos hermanos hicieron una reverencia.
- Todo sea por el bien de Eostia, proporcionaremos nuestros servicios hacia Celestine-sama y la alianza, déjennos la distribución a nosotros, no deseamos quitarle más de su tiempo.
- Entendido, entonces cuento con ustedes, vámonos Osamu-san.
- Claro, nos vemos luego hermanos Pepperoni.
- ¡Que es Mortadela! – Gritó Ponti. Ya que los dos se fueron, ambos cerdos dejaron de actuar. – Maldito humano, como se atreve a llamarnos así.
- Calma Ponti, recuerda la razón por la que hacemos esto. – Buscó calmarlo Conti, el cerdo respiró profundamente. – No podemos dejar que nuestra tapadera sea descubierta, así que sigamos jugando un poco más con la princesa… antes de que ella finalmente caiga en nuestras garras. – Ponti soltó una risa por debajo.
- Realmente estoy ansioso… haré que la princesa Prim grite mi nombre por todo lo alto cuando la penetre profundamente.
- Claro Ponti, hemos esperado por mucho tiempo para poseer a esa mujer, un poco más no hará daño, ahora sigamos con nuestros planes mi querido hermano… no podemos desperdiciar esta oportunidad que Vault-sama nos ha propiciado…
- ¿Pueden llamar a Yoichi Osamu? – Ordenó Alicia, la sirvienta asintió, había una razón para ello y es que finalmente hubo respuesta, así que necesitaba estar él presente para escucharlo y de una vez organizar lo que harían de ahora en adelante, la rubia entrecerró los ojos. – (Es el momento para decidir nuestra posición en esta guerra estúpida…)
- Ya lo traje. – la sirvienta llegó, ahí entró Osamu que estaba junto a Prim.
- Oh Prim ¿le hacías compañía? – Preguntó ella con asombro, la pelirrosa soltó una risa por debajo.
- Osamu-san es una persona muy amable y muy trabajadora, me ayudó en todos mis asuntos. – Respondió ella, Alicia sonrió al ver que su prima estaba haciéndolo bien.
- Me alegra escucharlo… ahora pasemos a lo importante. – Ella se puso seria. – Yoichi-san, recibí el mensaje directamente de Celestine-sama una vez le hablé de lo ocurrido, me expresó su deseo de desear hablar con usted… y con Olga Discordia.
- Así que ya quiere hablar ¿hay algún modo para hacerlo? – Ella asintió.
- En las profundidades del castillo tenemos cristales comunicadores, este es un medio de comunicación que solo conocemos las de la alianza, nadie más lo sabe… - Respondió ella. – Avisa a la reina oscura y nos vemos luego. – Osamu asintió y salió de la sala, quedando solo ambas primas ahí. - ¿Yoichi-san fue muy amable contigo?
- Así es. – Respondió Prim. – Es una persona realmente amigable y no le importa mi rango… es agotador ver como tantos nobles me tratan con delicadeza debido a que soy una princesa de la alianza o incluso buscan presentarme a sus hijos para ofertas de matrimonio… pero él es distinto, me habla con naturalidad, como si me conociera de toda la vida, es algo que aprecio.
- Ya veo… - Alicia se encontraba satisfecha. – Tenemos que ponernos manos a la obra.
- Claro nee-sama.
Osamu hizo su camino de regreso a la sala donde estaban las demás, abriendo la puerta, vieron a este entrar.
- ¿Disfrutaste tu tiempo con la princesa? – Preguntó Olga.
- Fue divertido, pero no es el asunto por el que vine de regreso, la reencarnación de la diosa hablará con nosotros por medio del cristal. – Avisó, la elfa oscura pelinegra soltó una risa por debajo.
- Así que Celestine finalmente dará la cara… tardó siglos en hacerlo. – Ella se levantó de su asiento. – Supongo que yo igual estoy convocada a hablar.
- la acompañaré Olga-sama. – Respondió Chloe. – No confío en lo que pueda pasar.
- Yo igual estaré ahí, además deberá ser solo una charla para decidir nuestras acciones a futuro. – Comentó el rubio.
- Entonces nosotras no tendremos nada qué hacer. – Exclamó Grace. – No parece ser nuestro asunto.
- Seguro luego nos dirán todo Grace-chan. – Comentó Anna con una sonrisa. – Sigamos comiendo galletas, están deliciosas.
Esperaron un poco más ahí en la sala en lo que hubo preparaciones al respecto para la reunión, ya en ese momento tocaron la puerta y una sirvienta se presentó.
- Alicia-sama los está esperando.
- Es nuestra señal entonces. – Osamu se levantó al igual que Olga y Chloe. – Volveremos en un rato.
- Claro, luego nos dicen todo. – Anna se despidió con una sonrisa, los tres salieron de la sala mientras iban dirigidos por la sirvienta la cual mantenía su distancia, era obvio que el miedo hacia los elfos oscuros continuaba pero ambas decidieron ignorarlo y continuar avanzando, ya en ese momento vieron a Alicia y Prim, la rubia frunció el ceño.
- A partir de aquí me encargo, puedes retirarte. – La sirvienta hizo una reverencia antes de irse. – Solo debo de avisar algo, hagan un movimiento equivocado y morirán en este sitio.
- Yo podría matarte antes de que suceda. – Exclamó Chloe pero Olga puso su mano al frente.
- Chloe, ya están haciendo demasiado al darnos el beneficio de la duda, no rompas esa confianza. – Expresó ella con dureza, la elfa rubia solo pudo asentir, Prim que estaba nerviosa suspiró del alivio.
- Bajemos por estas escaleras. – Señaló Alicia. El grupo comenzó a descender en aquel momento hasta la parte profunda del castillo, las paredes se hacían más gruesas y solo velas iluminaban el camino, acabaron frente a una puerta la cual Alicia abrió. Una gran sala con un cristal al frente de un brillo sumamente verdoso se encontraba ahí.
- Así que es aquí… - Comentó Osamu.
- Es lo que usamos para comunicarnos entre las distintas capitales. – informó Prim con una sonrisa. Alicia empezó a activar el cristal en ese momento.
- Estableceremos la conexión con Ken. – En ese momento un rayo salió del cristal y se alzó encima de este, formando como una pantalla holográfica, entonces se asomó una figura, una hermosa mujer rubia, orejas puntiagudas y ojos verdes, era la clara definición de una belleza absoluta. – Celestine-sama.
- Gracias por el trabajo arduo Alicia. – Agradeció ella, entonces vio al resto. – Olga…
- Je, ha pasado mucho tiempo Celestine, desde que éramos niñas.
- Igualmente… nunca creí que volvería a tener esta oportunidad para hablar contigo cara a cara, desde que empezó la guerra.
- Mejor dicho la que tu empezaste, después de todo dejaste que mi raza sufriera.
- ¡No le hables así a Celestine-sama! – gritó Alicia sacando su espada, Chloe se puso al frente para proteger a su reina.
- E-Esto, por favor, no peleen… - Exclamó Prim por debajo.
- Ustedes dos, basta. – Osamu se puso al frente y dio karatazos en la cabeza a ambas chicas.
- ¡O-Oye, no golpees a una princesa de ese modo! – Se quejó Alicia.
- ¿Qué no ven que están asustando a la pobre Prim? Además, esta reunión se supone que es pacífica después de todo. – Respondió, Celestine estaba sorprendida al ver como ese hombre se puso al frente y las calmó. – Permíteme presentarme, me llamo Yoichi Osamu, he mantenido a salvos a Olga y Chloe desde que ocurrió el asalto y Kuroinu quiso apoderarse de ellas.
- Entiendo… gracias por protegerlas. – Sonrió ella. – Fue toda una sorpresa haber leído en la carta sobre la traición de Vault y Kuroinu, pero que exista alguien que luchara de nuestro lado me alivia.
- Es un honor escuchar eso. – El rubio hizo una reverencia. – Solo hice lo que un caballero debía de hacer y eso es proteger a las damas.
- N-No te pedí que me protegieras… - Exclamó Chloe por debajo en vergüenza, Olga soltó una risa.
- Espero seguir contando contigo para que protejas a las demás capitales de los reinos de Eostia, esperaba que las demás princesas de la alianza estuvieran presentes pero…
- Parece que son tercas al respecto. – Alicia soltó un suspiro. – A pesar de que igual envié cartas avisando, ninguna respondió.
- La que más debe estarse negando actualmente es Maia, sabiendo que ella perteneció a Kuroinu y tiene una gran opinión de Vault, no será sencillo que levante sus armas contra él si no hay buenas razones. – Explicó Celestine.
- Entonces quizás lo más seguro sea ir a donde está para convencerla directamente. – Expresó Osamu, la elfa rubia sonrió.
- Si puedes conseguir que todas peleen antes de que suceda el desastre, te lo agradecería profundamente… después de que todo esto termine, aún queda un asunto por ver… - Y ella posó su mirada en Olga.
- Sé lo que estás pensando Celestine, puede que estemos en una alianza temporal pero al final sigo siendo una enemiga mortal del reino… seguro me espera la ejecución al acabar con todo esto.
- No permitiré que la ejecuten, deberán pasar sobre mí primero. – Exclamó Chloe, Celestine puso una mirada triste en ese momento.
- Yo… quisiera que las cosas sean distintas, como cuando éramos niñas, las dos siempre prometimos que haríamos lo mejor para Eostia respecto a nuestras razas.
- Pero entonces comenzaste a ser adorada como la reencarnación de la diosa y al estar en un puesto alto te olvidaste de mí… de los elfos oscuros, permitiendo que mi gente sea vendida como esclavos y que seamos maltratados. – Olga entrecerró los ojos. – Eso es algo que nunca olvidaré.
- Yo… no tengo una forma de poder demostrarte mi perdón, pero ahora las cosas pueden ser distintas, podemos traer un nuevo comienzo a Eostia entre nuestras razas, sé que conmigo pueden escucharme y tener una era de prosperidad, que esta guerra de cientos de años finalmente termine, por eso te lo pido Olga… mi querida amiga, deseo negociar la paz contigo. – Las palabras de Celestine eran totalmente sinceras, eran sus verdaderos sentimientos los que estaba transmitiendo en ese momento, ella no poseía ni un solo ápice de maldad y los demás lo entendían, sin embargo Olga… ella solo se dio la vuelta.
- Lo siento Celestine… pero eso que me pides es imposible… no mientras siga existiendo el racismo y maltrato hacia mi gente… no podemos volver a esos días felices, así que deja de ser una idiota idealista y acepta la realidad… solo voy a trabajar con ustedes porque deseo matar al maldito de Vault, pero eso es todo… nos vamos Chloe. – Ella salió de la sala junto a su mano derecha, dejando el silencio en la sala nuevamente, Celestine en ese momento empezó a soltar lágrimas.
- Yo… de nuevo fallé… no pude arreglarlo…
- C-Celestine-sama, no tiene por qué llorar. – Alicia buscó calmarla en ese momento, la elfa rubia se sentía sumamente angustiada por ver a la que fue su amiga negar su ayuda, Osamu dio un paso al frente.
- Celestine. – Empezó a hablar. – Solo quiero saber algo ¿realmente deseas volver a tener tu amistad con Olga?
- Sí… ella siempre una niña muy amable e inteligente, las dos hicimos la promesa de erradicar todas las malas aguas entre nuestras razas pero fallé, la abandoné cuando más me necesitaba y por eso ocurrió esta guerra, yo solo quiero que volvamos a divertirnos en el bosque como antes.
- Entiendo… sé que Olga no es totalmente malvada, solo creo que ha sido lastimada por todo lo ocurrido, yo hablaré con ella para ver si puedo convencerla… así que no se preocupe, me aseguraré de que puedan ser amigas nuevamente.
- … Muchas gracias… - Ella sonrió, aunque seguía llorando. – Creo que puedes ser el héroe con el que he soñado anteriormente… quien pueda traer la paz a Eostia. – El rubio soltó una risa por debajo.
- Eso es demasiada responsabilidad, pero solo hago lo que está a mi alcance… espero algún día por ir a Ken, aunque seguro lo haré, debo protegerla.
- Cuando todo esto acabe, recibirás una recompensa digna. – Sonrió Celestine, ya más calmada. – Por favor… cuida de Olga por mí.
- Eso haré. – La transmisión acabó en ese momento, Alicia soltó un suspiro.
- Lo que Celestine-sama pide es más como una fantasía, después de todo la nobleza e iglesia detesta a los elfos oscuros.
- Pero… sería bueno si al final todos nos llevamos bien. – Comentó Prim. – Pienso lo mismo… no me gusta para nada la guerra que hemos tenido.
- Nunca digas nunca. – Se digirió Osamu a ambas. – Mientras exista una sola persona que pueda hacer la diferencia, se considera como un avance, podría llevar cientos de años pero la gente puede entenderse, las razas seguro igual y todo puede iniciar si ven como ella lucha por salvar a esta tierra, pero antes, necesitaré hablar con ella.
- En serio eres muy extraño. – Alicia se llevó las manos a la cintura. – Pero eres alguien noble… ya que Celestine-sama tiene su confianza depositada en ti, haré lo mismo.
- Yo ya considero a Osamu-san mi amigo. – Exclamó Prim, el rubio soltó una risa por debajo.
- Gracias a ambas. – Llevó sus manos a las cabezas de ambas chicas para acariciarlas, eso las tomó por sorpresa a ambas las cuales se sonrojaron.
- O-Oye, no me trates como una niña… - Reclamó Alicia.
- Auuuu~ Osamu-san. – Prim hizo un puchero, causando que el rubio soltara una risa.
- Es mejor que regrese, veré si puedo hablar con Olga al respecto, ambas están muy ocupadas con la reconstrucción así que no las molestaré en un rato, nos veremos luego. – Y él salió de la sala, dejando a ambas chicas, las dos seguían avergonzadas, sus corazones latían fuertemente.
- (¿Qué es esto que estoy sintiendo? Él solo fue amable conmigo, no es muy diferente de como otros nobles me tratan pero… a la vez hay algo muy distinto…) – Pensó Alicia en ese momento.
- (Osamu-san de nuevo hizo que me sonrojara… pero, no me molesta para nada, hay algo en él que me hace sentirme cómoda e igual… siento deseos reprimidos dentro de mí…) – Prim igual estaba comenzando a sentir algo florecer dentro de ella. Ambas chicas estaban descubriendo apenas sentimientos que no podían creer que poseían antes, era algo que deseaban averiguar más pero tenían sus responsabilidades antes… ya esperaban poder hablar con él en otra ocasión.
Olga Discordia sentía un mal sabor de boca en ese momento, luego de haber pasado tantos siglos sin saber nada, hablar nuevamente con Celestine, con su vieja amiga, la hizo sentirse realmente mal, trajo recuerdos sumamente agridulces para ella que hubiera deseado olvidar y recordó la razón por la cual empezó toda su batalla, no pensó que podría estar tan enojada en toda su vida a pesar de mantener su porte calmado. Chloe caminaba a su lado sin decir nada puesto que sabía que su ama no necesitaba nada más que silencio en ese momento y la entendía, no fue tan fácil como pensaba el tener una reunión con quien es su enemiga.
- Olga. – Escucharon una voz, volteando a ver y observar como Osamu estaba llegando en ese momento.
- Osamu-san… no es el momento. – Respondió ella por debajo, requería tiempo para enfriar su mente. – Quiero estar sola.
- No lo creo. – Respondió este, sujetando la mano de la elfa pelinegra.
- ¿Qué haces? No tienes derecho a tocar a Olga-sama. – Chloe estuvo a punto de atacarlo pero Olga la vio, diciendo con la mirada que no hiciera nada, la rubia simplemente se detuvo.
- Osamu-san… quizás seas el único humano al cual yo reconozca, pero incluso todo tiene sus límites, déjame ir ahora mismo.
- No lo haré hasta escucharlo todo, luego de que te fueras hablé con Celestine y ella está realmente arrepentida de todo, desea que vuelvan a ser amigas y acabar con esta guerra.
- ¿Acaso crees que eso es cierto? – Ella sonrió de lado a forma de burla. – Ella es una verdadera hipócrita, creyendo que con solo unos cuantos minutos de plática puede arreglar una enemistad de más de cientos de años, es realmente estúpida.
- Olga, no considero que sea una pérdida de tiempo escucharla, pero igual deseo escuchar tu lado de la historia… deseo saber qué sucedió entre ambas que todo terminó de esa forma. – Respondió él de forma amable, Olga le vio durante unos segundos antes de soltar un suspiro.
- … Bien, vamos afuera. – Respondió ella. De ese modo los tres siguieron caminando por los pasillos hasta llegar a un balcón, salieron y ella se apoyó en la orilla, viendo al horizonte, la ciudad que aún se estaba empezando a reconstruir luego del desastre de la invasión, todos trabajaban por volver a levantarse.
- Te voy a escuchar, no interrumpiré. – Comentó él, Olga agradeció eso.
- Gracias Osamu-san… esta historia que ambas tenemos fue una llena de momentos felices y angustiantes a la vez… seguro ya escuchaste todo lo que la gente dice acerca de los elfos oscuros… como somos una desgracia a esta tierra, somos vistos como gente malvada… eso existe incluso desde antes que yo naciera, mientras que los altos elfos han nacido bajo la luz de la bendición de la diosa, nosotros nos quedamos relegados a la sombra y siempre han sido los ancianos quienes han promovido que somos un peligro, más que nada porque la magia oscura va en contra de las enseñanzas de Laurentia y es algo tallado en los libros de la iglesia. Cuando nací me vi envuelta en ese odio y siendo tan ignorante como una niña pensé que solo sería algo pasajero, pero los adultos son bastante tercos ¿sabías? No importa cuanto les digas, ellos simplemente no cambian sus creencias.
- Olga-sama… - Chloe bajó la mirada, no esperaba ver esa expresión en su reina.
- Mi vida no fue totalmente distinta a la de otro elfo oscuro, fui despreciada, en el mejor de los casos simplemente me ignoraban, mi madre batalló totalmente por traer algo a la mesa para comer pero puedo decir que esos momentos simples fueron significativos para mí, como toda niña pensé que las cosas mejorarían una vez creciera y pudiera ser alguien que ayudara a mi madre, pero antes de darme cuenta ella murió, por primera vez me sentí sola y solo podía vagar por las calles y bosques, haciendo lo posible por sobrevivir, pensé que nadie me tendería una mano hasta que ella apareció.
- Celestine. – Respondió él, la pelinegra asintió.
- Tenía mi misma edad, en un inicio creí que por ser una alta elfa iba a despreciarme como el resto pero me sorprendió cuando su primer gesto fue darme una manzana, ella me dio un alimento cuando yo sufría de hambre, obviamente lo acepté y ella solo se dignó a verme comer en silencio, no hizo nada más, dentro de mi mente pensé que solo le daba lastima, luego de ese gesto ella me habló, preguntó mi nombre y se presentó, era un alma bondadosa como nunca antes se había visto, y a partir de ahí escuché sus próximas palabras…
"Seamos amigas"
Una pequeña Olga vio con asombro a esa elfa rubia que le estaba tendiendo su mano, ella simplemente estaba vistiendo harapos mientras a esa otra chica llevaba una túnica blanca y limpia y esta le proponía ser su amiga, a pesar de la diferencia entre ambas.
- ¿Por qué? Yo soy… una elfa oscura, los adultos dicen que mi raza… es malvada, somos unos demonios y vamos en contra de las enseñanzas de Laurentia-sama… ¿por qué? – Preguntó ella, la pequeña Celestine sonrió.
- Yo no estoy viendo a un demonio… veo a otra persona como yo frente a mis ojos ¿acaso eso es impedimento para querer hacer una amistad? – Su sonrisa era sumamente radiante que enceguecía a Olga.
- … Eres una niña muy extraña… - Comentó por debajo, a pesar de ello estaba algo avergonzada. – Bueno… si no tienes problemas conmigo, seré tu amiga.
- Me alegra, espero nos llevemos bien Olga-chan.
- … Igualmente, Celestine-chan. – Ella sonrió de igual forma. A partir de ese momento las dos continuaron reuniéndose en el bosque era el sitio donde ambas jugaban o simplemente se sentaban a hablar, del mismo modo la rubia le llevaba comida, Olga creía que esa niña era bastante ingenua pero no despreciaba su buena voluntad, por primera vez le hizo creer que quizás no todos eran malvados, que sus razas podrían llegar a entenderse y en un futuro acabar con la discriminación entre razas, ese era el primer paso para conseguirlo.
- El día de hoy traje bastante igualmente Olga-chan, para que las dos comamos. – Expresó Celestine, eso trajo un gran brillo a los ojos de Olga por ver tanta comida.
- Es demasiada… Celestine-chan ¿de donde puedes sacar tanta comida?
- Jeje, es que vivo en la parte alta de la ciudad, en un templo.
- ¡En serio! - Eso la sorprendió. - ¿Eres rica?
- No lo diría así realmente… parece que nací con cierta habilidad y los adultos me adoran, según he escuchado, soy la reencarnación de Laurentia-sama.
- ¡Wow, eso es increíble! – Olga estaba emocionada. – Si eres tan importante, que te vean ser amiga de alguien como yo…
- Descuida, lo cierto es que me cansa bastante estar en el templo y que los adultos me digan que hacer. – Hizo un pequeño puchero. – Así que aprovecho a escapar para divertirme y la verdad, me gusta estar contigo.
- Celestine-chan… eres la mejor amiga que podría tener. – La abrazó en ese momento mientras ambas reían. Fueron momentos sumamente felices para Olga, a pesar de la situación que ella tenía, mientras su querida amiga estuviera a su lado, no tenía por qué sentirse triste o desdichada al respecto.
Así pasaron los años y ambas crecieron, llegaron a la adolescencia y a pesar de que las responsabilidades de Celestine como reencarnación de la diosa crecían, siempre lograba hacer un espacio para verse con la elfa oscura.
- Celestine-chan, parece que finalmente podré trabajar. – Respondió Olga. – He sido aceptada en el palacio de la reina de los elfos oscuros para trabajar como maga, debido a mi gran aptitud para la magia negra.
- Oh, eso es genial Olga-chan. – Sonrió la elfa rubia la cual se había convertido es una gran belleza. – Parece que muy pronto me presentarán frente a toda Eostia como la reencarnación… desde ese momento seré la gobernante de este país.
- Es grandioso, me enorgullece decir que soy amiga de la próxima gobernante. – Exclamó la pelinegra con orgullo, avergonzando un poco a Celestine. – Espero que puedas cambiar las cosas, yo me esforzaré como maga y subiré para que mi voz se haga escuchar y consigamos la cooperación entre nuestras razas.
- Claro Olga-chan, hagamos eso. – Las dos se vieron con sonrisas. Olga creyó que Celestine cumpliría con su palabra y cuando llegó el momento en el que se presentó, ella estaba en el palacio del reino de los elfos oscuros.
- ¡Nos atacan! – Hubo un aviso lo cual sorprendió a todos en el palacio, Olga no sabía que estaba sucediendo en ese momento. Al ver por la ventana quedó asombrada, soldados de Ken estaban atacando el reino.
- ¡No, por favor, perdónenme!
- ¡Nooo, no me toquen!
Ella quedó totalmente pálida al ver lo que pasaba, los soldados estaban matando a los elfos oscuros, violaban a las mujeres, todo estaba siendo un caos, fue una visión tan enferma y aterradora para ella.
- ¿Qué está pasando? Celestine-chan, tu prometiste…
- ¡Escuchen escorias! – Empezó a gritar un soldado. – Por ordenes de la reencarnación de la diosa, Celestine Lucross, todas ustedes serán capturadas y vendidas como esclavas, no se resistan. – Todos los soldados sonrieron de forma malvada, aterrorizando a las elfas, Olga no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando.
- No… por favor, Celestine-chan… dime que no es cierto… - Su mente se puso en blanco, se supone que habían hecho una promesa, trabajaron duro para acabar con la discriminación y de repente ordena atacar a su gente.
- ¡No te resistas hermosa! – Un soldado tenía una mirada lujuriosa sobre Olga, ella simplemente se quedó quieta, este quiso aprovecharse de la situación cuando de repente, un agujero se formó en su pecho y cayó muerto, ella había lanzado un hechizo.
- Ah… ah… ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH! – Con un fuerte rugido saltó a matar a todos los soldados, ella sola hizo una masacre mientras llevaba a sus límites su habilidad mágica, al final todo acabó con una pila de cadáveres a su alrededor, ella estaba ahí, manchada en sangre, mirando al cielo, sus ojos mostraban una profunda tristeza e ira. – Celestine Lucross… yo… lo prometo… por haberle hecho esto a mi gente… ¡Te voy a matar, a ti y a este reino, aunque me lleve toda la vida, me vengaré! – A partir de ese momento ella cambió, totalmente impulsada por la venganza se forjó un objetivo, uno del cual había perseguido y la llevó a convertirse en la reina de los elfos oscuros… empezando de ese modo la guerra.
Osamu simplemente escuchó el relato sin expresar nada, Olga soltó un suspiro al acabar en ese momento, teniendo una sonrisa triste al ver al horizonte.
- Fui una ingenua… creí que finalmente había hecho una amiga y debido a ello tuve graves consecuencias, a partir de ese momento dejé de confiar en la gente y simplemente valerme de mi propia fuerza. Espero que hayas aprendido la razón de mi profundo odio a este reino y hacia Celestine.
- … Gracias por contarme tu historia. – Respondió él. – Lo que viviste no es algo que pudiera desearle a nadie, es realmente triste.
- Es verdad. – Ella volteó a verlo. – Solamente volver a ver su rostro de compasión me causa ganas de vomitar, al final nunca habrá verdadera cooperación entre razas.
- Pero considero que hay algo ahí que no está del todo claro. – Comenzó a explicar el rubio. – Si Celestine es tal como la relataste en un inicio y ella realmente no tuvo problemas en volverse tu amiga, no había razón alguna para ordenar un ataque hacia tu gente, eso simplemente no tiene sentido.
- No hay forma en buscarle el sentido, simplemente como reencarnación tiene que velar por su gente… y si ellos quieren a los elfos oscuros erradicados, ella lo dictará, podría haberse negado pero no lo hizo y eso es lo que no puedo perdonar.
- A pesar de todo, ella realmente desea arreglar las cosas, hacer las paces y acabar con este ciclo de rencor de una vez por todas ¿no estás dispuesta a darle esa oportunidad? – Preguntó él, Olga simplemente bajó la mirada.
- No todo cambia tan fácilmente como crees Osamu-san… no puedes decirme que olvide todo y pase página, yo solo accedí a pelear para matar al maldito de Vault pero después de eso… yo planeo volver a pelear por mi gente, y si piensas interponerte, aunque seas tú… te mataré. – Ella se fue junto a Chloe del balcón, dejando a Osamu ahí, pensativo sobre lo que había escuchado, sentía el dolor por el cual había pasado la elfa pelinegra y durante su relatado, quizás no se haya dado cuenta pero ella sonrió al recordar los buenos momento, era una sonrisa sincera… muy dentro de ella existía un pequeño atisbo de esperanza de que todo pueda cambiar, solo él podría sacar a la luz ese aspecto de Olga.
- (Olga… te demostraré que todo puede cambiar…)
En la oscuridad de la noche, justamente a las afueras de Feoh estaban tres figuras, un encapuchado había llevado un sobre con un mensaje a estos que luego se fue, al aclararse, se relevaron como Ponti y Conti.
- Querido hermano, hemos recibido instrucciones de Vault-sama, ya que nuestra participación no se ha revelado, podemos hacer algo y cambiar la situación. – Comentó Conti.
- Es bueno saberlo… nunca sospecharon que nosotros proporcionamos la pólvora para volar las paredes del muro de la ciudad y mientras esa estúpida princesa de Ur siga confiando en nosotros, podemos hacer algo para complacer a Kuroinu. – Sonrió de forma malvada. – ¿Qué dice Conti?
- Ya que Alicia estará revoloteando alrededor de ese idiota del arma extraña, por ahora la dejaremos de lado y nos concentraremos en Prim, enviará tropas y nuestras ordenes son capturarla y llevarla frente a él, sin importar el modo de hacerlo.
- Perfecto, nada dice que antes no podamos divertirnos con ella ¿cierto? – Conti sonrió de forma confiada.
- Exacto querido hermano, solo nos dice que la llevemos al castillo de la reina oscura, en el camino podremos violarla todo lo que queramos.
- Excelente… entonces Conti, es mejor que sigamos con un perfil bajo, muy pronto… esa estúpida princesa se convertirá en nuestro semillero jejeje…
Otro desastre estaba a punto de llegar a Osamu y las demás, los Mortadela tenían un plan para hacerse con Prim y recibirían apoyo, deseaban tener éxito mientras los demás son ignorantes de todo, los siguientes días en Feoh estarían lejos de ser pacíficos.
Buenas, aquí traigo un nuevo cap, ya vimos como Feoh se está reconstruyendo, Osamu ha tenido su primera interacción con Prim la cual fue bastante bueno y salieron esos cerdos que tienen sus planes malvados para poseer a la princesa pelirrosa, igual hice una reunión con Celestine y hubo momentos tensos con Olga, decidí narrar un trasfondo de la relación de ambas, siento que es algo que no muchos fics desarrollan realmente y que Olga no la perdonará con facilidad, tengo mis planes respecto a como se dará para falta para eso, ya veremos más en como Osamu buscará evitar el desastre que está por llegar y en el que Prim estará envuelta, por el momento eso es todo, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
