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Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial

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Disfruten la lectura.


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Capítulo 26.

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Escuchaba los murmullos a su alrededor, sus guardias hablaban entre ellos con susurros mal disimulados cada vez que el tema del viaje surgía. Sin duda la incertidumbre sobre el destino elegido para el nuevo viaje los tenía en vilo, incluso a su tío, quien lo había llamado a su oficina a preguntarle directamente.

Había escuchado algo parecido a un reclamo por parte de Hiashi por estar planeando un viaje cuando apenas si acababa de regresar del anterior y porque por fin se estaba sumergiendo en la dirección de la compañía. Él aclaró que lo de reemplazarlo en la dirección había sido algo temporal y ya que el yeso había desaparecido, no veía la razón para seguir ocupando dicho cargo. Además el viaje anterior había sido un viaje de negocios que había sido interrumpido cuando recién lo estaba empezando.

Dejó claro que se trataba de un viaje personal, a lo que el hombre frunció el ceño porque se tomara vacaciones y lo escuchó preguntarle si dicho viaje tenía como destino nuevamente Canadá pero ahora con otras intenciones. Claramente su tío quería saber si iba a ir hasta dicho país a buscar a su hija y no era una mentira cuando le dijo a Hiashi que el destino elegido no era un país del nuevo continente.

No, definitivamente no iba a ir a Canadá pero sí iba a ir a buscar a Yumiko. Tampoco mentía al decir que era un viaje mayormente personal, por lo tanto el objetivo de este solamente le incumbía a él, aunque para unas vacaciones no hubiera elegido un país invernal.

Al menos su maleta incluía la ropa para el frío que había comprado para su viaje de enero que le sería útil para ir a Estocolmo. Y esa fue la única indicación que Shino les dio a los demás guardias, que llevaran sus abrigos. Kiba también iba a ir porque el viernes en la mañana tenía una reunión de negocios programada, pero era la única, en la tarde ya estaría libre. Era un viaje corto, sin contar el tiempo de vuelo que otra vez era muy largo, se iría el miércoles en la mañana y oficialmente su agenda decía que regresaría el martes.

Oficialmente, porque estaba dispuesto a quedarse un par de días más de ser necesario para poder empezar a hacer los trámites respecto a su hija. O al menos usar esos días para compartir con ella y de paso convencer a Tenten que ya que estaban en ese lugar fueran hasta Japón, porque en su país natal sería mucho más fácil hacer lo legal. Aunque no quería admitir que no se sentía para nada optimista al respecto, lo de ser optimista se lo dejaba a Hanabi, quien cada tanto le recordaba que quería conocer a Yumiko.

Contrario a lo que solía hacer en esos vuelos largos, no cedió al sueño que tenía ni se tomó la píldora para dormir, porque llegarían a su destino en la noche. El único motivo por el que en vuelos previos confiaba en dichas píldoras era porque era Shino quien las conseguía, y así mismo sabía que el hombre estaría apostado a su lado todo el tiempo. Estaba seguro que algún día iba a descubrir que en realidad su jefe de seguridad era un robot y por eso a veces hasta parecía que no necesitaba descansar.

Técnicamente era casi medianoche cuando llegó al hotel, pero para él eran las 6 de la mañana y acababa de pasar toda la noche de largo. Ni siquiera en sus años universitarios había hecho algo así y definitivamente eso no iba con él, por lo que tan pronto tocó la almohada de la cama quedó dormido. Lo único rescatable de eso es que cuando despertó no se sentía tan afectado por el jet lag como podría haber ocurrido en otras circunstancias.

Shino ya le había dicho que el espacio en su agenda podía crearse el jueves o el viernes en la tarde, y revisando la programación de la feria del libro Kiba le dijo que Tenten tenía el prelanzamiento de su libro la tarde del jueves. Si bien se trataba de un evento cerrado al que solamente podían asistir las personas que estuvieran previamente registradas, no le importaba, lo importante era que la castaña estaría en ese lugar y muy probablemente Yumiko también.

Estuvo atento a las señales de su jefe de seguridad, no era la primera vez desde que tenía ese cargo que el Aburame creaba un espacio en el cual pudieran escabullirse. Porque obviamente tal y como cuando era uno de sus guardias, el hombre se rehusaba a dejarlo ir solo. Cuando vio el movimiento en la mano de Shino no dudó en subirse al auto en la silla del copiloto, siendo acompañado un segundo después por el hombre que se subió en el asiento del conductor y encendió el vehículo.

Estaban esperando que un semáforo cambiara cuando el radio sonó, uno de los guardias preguntaba si alguien lo había visto. Su jefe de seguridad activó el intercomunicador solamente para avisar que él se estaba haciendo cargo personalmente y que podían tomar la tarde libre, que ya les avisaría cuando regresaran. Procediendo a apagar el aparato después de eso antes de esperar algún tipo de réplica por parte de sus subordinados. El destino era claro, iban para el evento literario en el que estaba la castaña.

En la entrada junto al boleto le dieron un mapa del lugar, era un evento enorme por lo que eran diferentes salas y pabellones los que había destinados, además de la programación de la feria y dónde se llevaría a cabo cada uno de los eventos programados. Por la hora era claro que Tenten estaba en el prelanzamiento de su libro y lo más probable era que Yumiko también estuviera allí. Así que se encaminó en esa dirección, siendo seguido de cerca por Shino, quien bajo sus lentes oscuros analizaba todo a su alrededor.

Evitó fruncir el ceño cuando trató de ingresar al salón en el que sabía que se encontraba Tenten y fue detenido por una mujer con un listado quien le preguntó su nombre. Era un prelanzamiento y solamente las personas que habían sido invitadas específicamente a este tenían permitido el acceso. Podía intentar sobornarla, o incluso tratar de coquetearle lo suficiente para que lo dejara pasar, pero lo consideraba un gasto innecesario de energía y no quería estar el resto del viaje teniendo que quitársela de encima.

En el cronograma decía hasta qué hora era el evento, por lo que de momento iría a comer algo mientras esperaba que esa hora llegara para regresar y tratar de buscar a su hija al finalizar. El jet lag no lo estaba golpeando tanto como era usual, aunque su apetito sí se había visto disminuido y ahí el porqué no había almorzado a pesar que ya había pasado la hora. Ya que el país era famoso por su salmón, optó por dicho plato, un gravlax que si bien era apenas del tamaño de un aperitivo servía para saciar la poca hambre que sentía.

Su siguiente parada fue el baño, pensando que al salir tal vez podría recorrer el lugar para seguir matando el tiempo y tal vez también aprovechar para comprar algún libro para el vuelo de regreso. Shino a su lado no decía nada, tan solo lo acompañaba en silencio atento a sus movimientos. Estaba por entrar a uno de los recintos cuando el Aburame le hizo una seña para que se detuviera.

- ¿Qué ocurre? — preguntó, creyendo inicialmente que podía tratarse de un problema de seguridad y que el hombre no aprobara que ingresara a un lugar en el que habían bastantes personas. Pero hasta que el avión no había aterrizado nadie más que Kiba y él habían sabido el destino, lo que implicaba que eran contadas las personas que sabían que él estaba en dicho país y era prácticamente imposible que en tan corto lapso algo parecido a una amenaza ya hubiera surgido

- A tus 4 — en todos esos años ya se había acostumbrado a las indicaciones del hombre con las manecillas del reloj, por lo que giró su cabeza a su derecha en la dirección indicada. Sin prestar realmente atención a su alrededor estaba Yumiko caminando para pasar por donde ellos estaban en ese momento. Se dio la vuelta para dar un par de pasos y quedar en su trayecto, pero era más probable que ella tan solo lo esquivara como hacía con todos los demás transeúntes antes que notar su presencia

- Yumiko — pronunció sin subir mucho la voz, solo lo suficiente para que la joven que tal y como había predicho había pasado por su lado sin determinarlo lo escuchara, deteniéndose para buscar la procedencia de su nombre

- ¡Neji! — la reacción fue inesperada, en especial por la emoción en esta como si fuera un gran amigo a quien llevaba demasiado tiempo sin ver.

Trató de no removerse incómodo en el apretado abrazo, diciéndose que debería acostumbrarse a dichas muestras de afecto. No solo porque Yumiko era hija de la castaña, quien en su relación siempre había sido efusiva y era obvio que la hubiera criado para ser igual de expresiva, sino porque precisamente él era su padre y tales muestras de afecto de parte de su hija deberían ser normales. O algo así.

- ¿Qué haces aquí? — fue la pregunta en cuanto ella dejó de abrazarlo, aunque no se alejó de él

- El día que nos conocimos en Montreal mencionaste que tu madre tenía un evento en Estocolmo en marzo

- ¡Lo recordaste! — había sido casi un grito con más emoción que antes

- Tengo buena memoria — en general

- Yo también — Yumiko dibujó una sonrisa antes de verlo de forma acusadora — y no recuerdo haberte dado la fecha exacta

- No fue muy difícil encontrar un evento literario que se llevara a cabo en marzo en esta ciudad y que tuviera a Tenten como invitada — aclaró restándole importancia — mi asistente se encargó de buscar la fecha y la dirección

- ¿Kiba también vino?

- Se quedó en el hotel — aunque probablemente ya hubiera salido a recorrer la ciudad por su cuenta porque había sabido con antelación que él iba a salir solo con el Aburame esa tarde — Shino sí está aquí — hizo un movimiento de mano para señalar al hombre

- Hola, Shino — ella movió la mano a modo de saludo hacia el hombre y este contestó con una inclinación de cabeza — ¿Y el resto de los hombres que suelen estar a tu alrededor?

- Por hoy solamente somos nosotros — Yumiko ladeó ligeramente la cabeza, claramente sin entender y no le iba a explicar el porqué debía escabullirse de sus propios guardias — ¿Y tu madre?

- Está en el prelanzamiento, yo salí al baño pero ya iba de regreso

- Estaré esperando a que vuelvas a salir

- ¿Por qué no entras? — hubo confusión en su voz

- Hay un listado de invitados, no estoy anotado

- Cierto, mi madre está hoy hablando con los medios y los críticos que recibieron una copia anticipada de su último libro — era un buen momento para darse cuenta que no había buscado absolutamente nada sobre la carrera literaria de la castaña — bueno, supongo que podremos recorrer la feria mientras tanto — él enarcó la ceja por el uso del plural en esa frase — ¿Qué pasa?

- ¿No debes regresar con tu madre?

- Sí... tal vez también me vuelva a castigar después, pero... — ella se encogió de hombros — qué más da

- ¿Volverte a castigar? — estaba curioso — ¿Tenten te castigó por escaparte a Montreal? — era pbvio que cualquier padre castigaría a su hijo por semejante acción, en respuesta Yumiko asintió solo con la cabeza — ¿te golpeó? — ahora negó y él volvió a enarcar una ceja porque a la mujer enojada que había visto en el anterior viaje la creía capaz de tal cosa — ¿segura?

- Mis padres nunca me han golpeado — la sonrisa ya no estaba, posiblemente por el recuerdo del hombre a quien ella llamaba papá — mamá odia la violencia, aunque sus castigos igual duelen... solo que no de una forma física, lo de ella es el castigo negativo

- ¿El castigo negativo? — nada acudía a su mente con esas palabras — ¿acaso hay un castigo "positivo"?

- El castigo positivo es cuando se recibe un estímulo aversivo — fue Shino quien intervino — los golpes u obligar a alguien a realizar algo que no le gusta es un ejemplo de ello

- ¿Cómo sabes eso?

- Nunca le preguntes a Shino algo de lo que no quieres saber la respuesta — aunque era él quien no estaba seguro de querer saber el porqué su jefe de seguridad estaba familiarizado con dichos términos — ¿Y el castigo negativo?

- Es retirar un estímulo agradable, le quitas a la persona algo que le gusta — volvió a explicar el Aburame — como prohibir ver televisión, limitar el uso de redes sociales o el celular

- ¿Tu madre te quita cosas? — Yumiko afirmó — ¿qué te quitó por ir a Montreal a conocerme?

- Mi participación en el grupo de teatro, mi tarjeta de crédito, las salidas con mis amigas del instituto y... — hubo una pausa, podía imaginar que su hija era una estudiante bastante social y dado que consideraba estudiar una carrera en artes escénicas era obvio que estaría en alguna actividad extracurricular relacionada — creo que no recibiré un auto en mi cumpleaños

- El 15 de junio — eso hizo que la sonrisa en la cara de Yumiko regresara

- Así es, aunque todavía no descarto el auto, mamá dijo que después de este viaje hablaremos de retomar mis clases para que mi licencia deje de ser la de aprendiz.

Se sentía precipitado decir que él podía regalarle el auto que quisiera si su madre se lo negaba, incluso entregarle una de sus tarjetas de crédito para que comprara cualquier cosa que deseara. Pero en su plan de tratar de hacer las cosas bien en ese viaje se incluía no poner en duda las habilidades parentales de la castaña, lo que significaba no contravenir el castigo de su hija aunque fuera muy fácil hacerlo.

- Pero bueno, recuperaré mis privilegios en algún momento... — habló Yumiko tras varios segundos de silencio sin borrar la sonrisa — ¿a dónde vamos primero?

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No recordaba la última vez que había asistido a un evento como ese, por norma general él evitaba los lugares excesivamente abarrotados de gente, lo que implicaba no ir a convenciones o lugares que implicaran grandes congregaciones de personas. Y sin embargo ahí estaba, siendo prácticamente llevado por Yumiko quien lo había tomado de gancho al avanzar por el lugar.

Aunque tenía que ser sincero, el lugar no estaba lleno, o no tanto como sabía que iba a estarlo durante el fin de semana. De momento lo que pululaba en los pasillos eran esos estudiantes y personas de tercera edad que podían permitirse asistir un día entre semana a una hora en la que normalmente funcionaban las oficinas.

No había un destino específico, tan solo deambular por los diferentes puestos, ingresando a algunos en los que vio un par de libros que eran de su interés. No iba a comprar nada en ese momento porque no quería estar cargando el peso extra, pero lo tendría presente para adquirirlos antes que el evento terminara, incluso podría enviar posteriormente a Kiba para que se encargara de eso.

No estaba seguro de la cantidad de tiempo que había pasado, pero mínimo era 1 hora lo que llevaban caminando por aquí y por allá cuando fue Yumiko la que se detuvo en uno de los lugares, adentrándose antes de soltarlo y luego girándose para verlo. Era como si estuviera esperando algo de su parte, lo que no tenía ni idea era qué. Tras él podía ver de reojo que Shino estaba dando un vistazo a uno de los libros exhibidos.

- Esta es la editorial de mamá — habló finalmente su hija al ver que él no pronunciaba ninguna palabra.

Solo entonces se fijó que adicional a los libros que estaban exhibidos había algunos pendones publicitando el nuevo libro de la castaña. Era el cuarto libro, la continuación de una "aclamada saga", algo sobre espías por lo que podía deducir por la portada. Lentamente caminó por el espacio, notando que claramente Tenten era una escritora reconocida, algo en lo que no se había detenido a pensar con el simple hecho que estuviera en el listado de invitados internacionales de dicha feria.

Y sin duda la editorial había decidido aprovechar dicha invitación para sacarle todo el beneficio posible, de ahí que el lanzamiento del libro fuera ese sábado, toda la publicidad que le estaban haciendo y que a pesar de tener otros autores se estuvieran enfocando en ella en ese momento. Una sonrisa ladeada se dibujó en su boca, si su abuelo todavía viviera seguro se habría llevado un gran disgusto al enterarse que efectivamente la castaña había conseguido su sueño de tener una carrera en el mundo artístico.

Su sonrisa se borró casi tan rápido como apareció y su ceño se frunció ligeramente por ese pensamiento, no por haber pensado en su abuelo, que a pesar de no decirlo en voz alta estaba feliz de que hubiera muerto. Sino por haber pensado en Tenten cumpliendo sus sueños, no porque admirara que lo hubiese logrado siendo una madre adolescente en un país desconocido, sino porque no le había importado dejarlo a él atrás con tal de conseguir sus propios objetivos.

Bufó antes de dar media vuelta y salir del lugar, él no estaba otra vez teniendo lástima de sí mismo ni nada parecido, a su edad él tenía una vida que muchos matarían por tener. Así que no, él no iba a volver a pensar en algo tan absurdo como la relación con su primera novia. El único motivo para que su primera novia estuviera en sus pensamientos y su agenda reciente era por la hija que tenían en común, resolvería todo lo relacionado a la paternidad de Yumiko en ese viaje y no tendría que volver a hablar nunca más con Tenten.

- ¿Pasa algo? — su hija también había salido

- No — negó de una vez — simplemente no es mi tipo de literatura — y eso no era una mentira

- Los críticos suelen decir que los libros de mamá son para la mayoría de los públicos y que son buenos porque no trata al lector como estúpido — comentó ella — que no asume que el lector sabe del tema del que hablará y explica lo suficiente para que el lore y el contexto puedan ser creados, sin tampoco excederse en la cantidad de detalles que da

- No me gustan los libros de espías

- Los espías son solo los de su saga más reconocida, no todos los libros de mamá fueron planeados para tener continuación, por lo que hay algunos que son solo un libro y ya — sin duda Yumiko sabía del trabajo de su madre — y ha explorado muchos géneros y mundos, desde historias medievales hasta ciencia ficción futurista

- ¿Has leído todo lo que ha escrito tu madre?

- No, pero algunas veces me comenta sus ideas — su hija se encogió de hombros — y todos los cuentos infantiles que tiene publicados los escribió para mí, cuando era niña mis padres me los leían antes de dormir

- Los cuentos infantiles tampoco son mi tipo de literatura — no esperó una respuesta, empezando a avanzar para alejarse de esa editorial específica

- ¿Qué sueles leer? — Yumiko había igualado su paso, aunque sin volver a tomarlo del brazo

- ¿Qué?

- Dijiste que ese no es tu tipo de literatura, ¿qué sueles leer entonces?

- Libros de negocios, algunos relacionados a las biografías de grandes empresarios — aunque eso era más una exigencia de su abuelo cuando vivía y no había vuelto a tocar un libro de esos desde que el anciano se había muerto — o suelo leer algunos documentos relacionados con mi trabajo

- Aburrido — musitó la joven — ¿no lees nada por diversión?

- No realmente

- ¿Qué haces para divertirte entonces? — él lo pensó por un momento

- Disfruto el silencio, tener tiempo para mí mismo — y el sexo, pero no era algo que le iba a decir en voz alta a su hija

- Repito: aburrido — Yumiko sacó el teléfono que acababa de sonar — ¿no tienes algún pasatiempo como... no sé, pintar, correr o qué sé yo, pasear un perro?

- Nunca he tenido una mascota

- ¿De verdad? ¿Nunca? — él negó con un movimiento de cabeza, aunque recordaba todas las veces que había escuchado a Kiba hablar sobre su sueño de tener un perro cuando su horario se lo permitiera — ¿Y una planta?

- Por mi trabajo suelo viajar bastante, muchas veces paso varias semanas fuera de mi departamento — y a decir verdad no veía el objetivo de dedicarle tiempo a cuidar una planta

- Con papá pasábamos fines de semana enteros cuidando nuestro jardín — el teléfono volvió a sonar en lo que podía suponer era una notificación y no una llamada — aunque cuando viajábamos era necesario contratar un jardinero

- ¿A dónde viajaste con tus padres?

- A muchas partes, viajábamos mucho tanto por el trabajo de mamá como de vacaciones... es... solía ser divertido — pudo ver el ligero dejo de tristeza en sus ojos

- Lo siento — se excusó tratando de sonar sincero — no quería ser inoportuno

- No, no eres inoportuno, es solo... bueno, no le digas a mamá, pero los viajes de trabajo ya no son tan divertidos como cuando papá vivía — él no dijo nada, realmente no quería hurgar en esa herida — no estoy diciendo que mamá no sea divertida ni... — Yumiko se mordió el labio — bueno, es solo que mamá está ocupada la mayor parte de los viajes por su trabajo...

- ¿Cómo en este momento?

- Exactamente — el teléfono sonó una vez más y su hija lo revisó, siendo ella quien fruncía ligeramente el ceño tras tipear algo y que hubiera un nuevo sonido

- ¿Pasa algo?

- Mamá sabe que no estoy en el salón del prelanzamiento, ya le dije que no me he ido de la feria y que estoy bien... pero quiere que regrese de inmediato

- ¿Tenten siempre es tan controladora contigo?

- Solo desde que me escapé...

- Andando — dio un ligero vistazo a su alrededor para ubicarse y poder dirigir sus pasos en dirección del lugar en el que estaba la castaña

- ¿A dónde?

- Tengo que hablar muy seriamente con tu madre en este viaje, lo que menos necesito es que esté predispuesta porque piense que te escapaste de nuevo

- ¿Sobre mí? — preguntó Yumiko tratando de igualar la velocidad de su andar — ¿vas a hablar con mamá sobre mí?

- Claramente, no tengo absolutamente nada más que hablar con ella

Reconoció el puchero en el rostro de su hija pero decidió ignorarlo, hablaba en serio cuando decía que no necesitaba que Tenten estuviera predispuesta en su contra. Aunque probablemente fuera innecesario tomarse la molestia de pensar algo así, Tenten estaba predispuesta en su contra desde el mismo momento en que le había ocultado su embarazo. Sin embargo quería mantener la convicción que ese viaje no iba a ser en vano y algo podría hacer.

- ¿No vas a entrar? — le preguntó cuanto vio que él y Shino no avanzaban hasta la persona que estaba junto a la puerta con el listado de ingreso

- No me permiten hacerlo

- Puedo encargarme de eso — Yumiko no esperó que él dijera nada, avanzando hacia la mujer y empezando a hablar con esta, algo más de un minuto había pasado cuando se dio la vuelta y regresó con ellos — hay un problema

- ¿Cuál? — preguntó con cautela porque no le gustaba el gesto de falsa inocencia que estaba haciendo su hija, él reconocía ese gesto

- Solamente te dejará entrar a ti, lo siento Shino — él intercambio una mirada con el Aburame, quien claramente no estaba conforme con esas palabras

- Esperaré aquí — no, definitivamente su jefe de seguridad no estaba contento

- Puedo volver a intentarlo — se ofreció Yumiko, pero su sonrisa seguía siendo falsa — tal vez si te quitas los lentes y...

- Esperaré aquí — repitió el Aburame sin encontrar gracioso el comentario, haciendo un ligero asentimiento en su dirección que él contestó de la misma forma. Ya no tenía 24 años ni estaba buscando la forma de escabullirse del hombre — Yumiko — comentó a modo de despedida temporal con una inclinación de cabeza

- Shino — respondió ella de la misma forma — ¿vamos?

- ¿Qué dijiste para que me dejaran entrar? — cuestionó en un susurro en cuanto la puerta tras ellos se cerró, viendo que en el lugar había alrededor de una cuarentena de personas

- Solo dije la verdad — era increíble la forma en que a veces Yumiko podía sonar tal y como Tenten — aunque la alteré un poco al final

- ¿Qué dijiste?

- Que eres mi padre — a pesar de todas las veces que había pensado en Yumiko como su hija, se sentía extraño que ella le dijera de esa forma — pero eso no pareció convencerla del todo porque no estás en la lista

- ¿Qué inventaste?

- No es exactamente una mentira... — ellos habían ido avanzando hacia donde estaban las personas, Tenten estaba sentada en la tarima al frente de todos acompañada de un hombre que podía suponer era su editor

- Yumiko

- Le dije que le vas a dar una sorpresa a mamá...

No, eso no era una mentira y tanto que la frase que estaba pronunciando se quedara a la mitad como la expresión alterada en el rostro de Tenten cuando sus miradas se cruzaron dejaba claro que ella no estaba esperando verlo allí, mucho menos con Yumiko a su lado.

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Necesitaba tranquilizarse un poco a medida que el evento avanzaba, no porque estuviera hablando con varios críticos especializados que habían leído la cuarta entrega de su saga de libros con lupa, analizando cada detalle minuciosamente y preguntando por algunos de estos. Ese no era el problema, estaba acostumbrada a la crítica y a lo largo de su carrera había aprendido precisamente a entender que era a través de estas que podía mejorar.

Lo que le tenía la paciencia colmada no solo en el evento sino en ese viaje, o más precisamente los últimos meses desde que estaba terminando su último libro, era su editor. Exceptuando la prolongada ausencia de su hija, el prelanzamiento iba muy bien, pero definitivamente las cosas iban mal con el hombre en ese viaje y a ella le estaba costando actuar de forma diplomática y no pensar en la tarjeta que le había entregado el representante de la otra editorial en su viaje a Montreal.

Toda su carrera como escritora publicada había trabajado para la misma editorial, siendo su primer editor el hombre que le había dado la oportunidad y con quien había trabajado los primeros años. Pero tras su retiro por la edad ella había ido teniendo otros editores, sin mayor problema hasta el momento. Hasta el último año en que había llegado ese hombre específicamente.

Su relación había ido de forma normal al principio, tal y como ella había trabajado hasta el momento le enviaba los adelantos en los tiempos que estuvieran pactados. El problema fue la primera reunión en persona, definitivamente el hombre era muy diferente a lo que ella había imaginado a través de las llamadas e intercambios de correos. Yoshio era su nombre, compartían nacionalidad lo cual le resultaba un poco extraño.

¿El problema? Yoshio era un hombre de negocios con un alto enfoque en la parte comercial, por lo cual muchas veces no la hacía como si se interesara realmente en lo que estaba escribiendo sino en la velocidad en que lo hacía y las ventas que iba a representar para la editorial. Por momentos sentía como si la estuviera tratando como un producto al que debía sacársele todo el provecho posible y solamente se enfocara en la mejor forma de hacer prospecciones con sus libros y aumentar la cantidad de ventas.

El hombre no estaba realmente acostumbrado al mundo creativo y al creer que ella solamente producía objetos para la venta al parecer pensaba que podía intervenir en su estilo de trabajo. Tratando de acordar con ella una cantidad mínima de palabras a escribir por hora, día, semana y mes. Es decir, si ella tenía un número fijo de palabras estipulado podría escribir mucho más rápido y así disminuir el tiempo que le daban para entregar sus manuscritos.

Ella se negó y le explicó que escribir no funcionaba de esa forma, no se trataba de una línea de ensamblaje en la cual ella pudiera garantizar que cierta cantidad de piezas estuvieran armadas al final del día. Si bien ella hacía lo posible por ser constante en su escritura, no era algo que pudiera forzar, un día podía escribir varios capítulos y al siguiente quedarse viendo la hoja en blanco por horas.

Aunque cedió en lo de tener el último libro listo para el lanzamiento en esa feria del libro a la que había sido invitada más de 6 meses atrás. Lo hizo porque admitía que era una gran oportunidad para su carrera el aprovechar dicho evento, pero se negó rotundamente cuando en la reunión previa que tuvo con su editor ya estando en Suecia este le informó que dados los comentarios que ya había escuchado sobre su libro sería ideal si anunciaban que para finales de ese mismo año llegaría la quinta entrega y de paso que se dijera que la saga se extendería hasta un sexto libro.

Se negó enfáticamente a ambas cosas, si bien a medida que escribía el cuarto libro había ido sembrando las bases del quinto, y había ido anotando algunas ideas, eso no implicaba que pudiera escribirlo a prisa. Y lo de un sexto libro era impensable, su saga literaria había sido planeada cuidadosamente para terminar de atar todos los cabos en el quinto libro, extenderse un libro más implicaba crear nuevas subtramas solo para poder cerrarlas posteriormente.

Vio al hombre hacer mala cara y aceptar casi obligado, proponiendo entonces que ya que estaba en Europa hicieran una gira promocionando el nuevo libro, reuniones de firmas de autógrafos y demás en un sinfín de librerías por varios países en todo el continente. Mostrándose nuevamente molesto por el hecho que ella se negara, acusándola de querer ser una escritora mediocre y no permitir que ellos como su editorial obtuvieran su mayor potencial. Saboteándose a sí misma tal y como lo había hecho unos meses atrás cuando le fue propuesto hacer una gira en Japón, su país natal estaría feliz de recibirla.

En su contrato había una cláusula específica respecto a que ella nunca iría a Japón y que sus libros en ese país tenían que ser publicados sin su nombre completo. "T. Sabaku" era el nombre con el que eran publicados sus libros en su país natal, país del que ella era practicamente exiliada. Pero su renuencia a la gira por Europa no era por la misma razón, era por el simple hecho que ella no podía aceptar un viaje de un mes de un día para otro, tenía que pensar en su hija.

Yoshio hizo un comentario sobre subir a Yumiko en el avión de regreso a Canadá y ella quedarse en Suecia, o que si era necesario la llevara con ella durante el recorrido. Los colores habían subido a su rostro por la molestia, claramente el hombre no tenía hijos y no entendía que ella no iba a subir a su hija menor de edad sola a un avión para atravesar medio mundo y desentenderse por completo de su cuidado. Ella no era una madre irresponsable. Y ni hablar de arrastrar a su hija por todo un mes de ciudad en ciudad en un viaje con una agenda apretada que no tendría nada de turístico.

Su respuesta al viaje por Europa fue posponerlo para mitad de año, Yumiko estaría en vacaciones así que podría dejarla en Toronto en la casa de Temari y que entre semana acompañara a Kankuro al teatro, así entre ambos podrían ayudarla a cuidar a su hija, no era un escenario ideal pero era una opción mucho más razonable. Su editor se negó, para junio no habría la misma acogida de una gira, debían aprovechar tan pronto el libro estuviera recién lanzado.

Así que sentada en esa mesa junto a su editor estaba tensa, pendiente de cada palabra que el hombre pronunciaba para no permitirle que la comprometiera con la prensa en una fecha del siguiente libro que ella no pensaba cumplir o en un viaje que no estuviera previamente estipulado. Eso además de estar pendiente del momento en que su hija regresara, prefería tenerla a la vista.

Y fue cuando estaba contestando una pregunta de uno de los asistentes que sintió una mirada clavada en ella, su mente se quedó en blanco por un momento mientras pensaba que eso era justo lo que le faltaba para empeorar su viaje. Neji estaba de pie junto a Yumiko.

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¡Es mi cumpleaños!

Desde mi regreso al mundo de la escritura he tratado de en esta fecha hacer todas las actualizaciones posibles (jajajaja, apenas ha sido 2 veces), pero bueno, el punto es que este año no quería dejar pasar la fecha sin actualizar.

Sigo viva, escribiendo de a pocos los capítulos siguientes tanto de esta historia como de Cautiva (la encuentran en mi perfil), sin embargo no he podido retomar el ritmo que traía antes y por eso mi paso hoy por aquí no es para anunciar que volveré a las fechas acostumbradas de actualización. No he abandonado las historias y de verdad espero pronto poder volver a actualizar como antes.

No siendo más por hoy, les agradezco por su paciencia y por leer.

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Recuerden que sus comentarios, sugerencias y demás son bien recibidos en un review. Como siempre les recuerdo que tengo twitter (idamariakusajis) e instagram (idamariakusajishi) por si les interesa darse una pasada.

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Att: Sally K