Capítulo 23: Errores.
En vez de avanzar, sentía que estaba retrocediendo.
Dejó que sus instintos se hicieran cargo de su cuerpo ignorando todos los pensamientos innecesarios desde que comenzó a tratar de terminar la pelea lo más rápido posible, sin embargo, desde hace tiempo se dio cuenta de que nada de lo que intentara parecía funcionar.
Ciertamente conocía una manera para lidiar con los monstruos frente a él, pero carecía de las capacidades necesarias para llevarlo a cabo.
Actualmente apenas y podía mantenerse en pie. Es gracias a toda la experiencia que había acumulado con los años de la forma en que pudo permanecer impasible sin mostrar signos de frustración. Probablemente fue su voluntad lo que lo mantenía en pie, ya había pasado el punto de agotamiento de mana al menos una docena de veces y actualmente lo único que le daba un respiro eran las gemas que estaban en sus bolsillos en caso de emergencia.
No podía confiar en el mana ambiental en este momento, no cuando el veneno era demasiado potente y no estaba seguro si el veneno se mezcló con dichas partículas en la atmosfera. Lo mejor era mantenerse seguro.
Se recargó en la pared a su espalda, uno de los únicos edificios que seguían de pie después de toda la destrucción que se había llevado a cabo. Morgan seguramente estaría furiosa si viera el estado de su reino en este momento, pero para Shirou solo fue un pensamiento fugaz, nada que valiera la pena mencionar en este instante.
Su cuerpo hace tiempo que dejaba escapar vapor por el refuerzo que estaba usando para mantenerse al día con las criaturas a las que se enfrentara. Ciertamente carecían del intelecto necesario para formular palabras, pero no eran estúpidas.
El Hidra hace tiempo que superó las veinte cabezas y eso solo le dejaba un mal sabor de boca; el hecho de saber que si fuese más rápido probablemente ya debió de haber acabado con ambas no le daba una sensación de seguridad, fue todo lo contrario, le dejaba ver su inutilidad para lidiar con sus enemigos.
Había pasado bastante tiempo desde que se sintió así de inútil.
En el pasado en su época de Counter Guardian simplemente vivía sin la necesidad de requerir mana ya que estaba conectado a una batería inagotable. Ahora estaba vivo otra vez y ahora tenia que vivir con su propio poder.
Era liberador, pero molesto al mismo tiempo.
Morgan seguramente se burlaría de sus pensamientos actuales.
Shirou deseaba tener un Núcleo mágico en este instante, ya que de ese modo; sus quejas al menos serían de alguien que estaba molesto por lo injusta que es la vida. Que broma.
... El hecho de que se estuviese quejando ahora no era lo mismo, sus quejas estaban fundamentadas debido a que su capacidad de producción y almacenamiento de energía mágica era mucho menor a la de cualquier mago de la era actual y en su tiempo era apenas promedio.
Bueno, eso era en el pasado.
"¡ROAAAAAAR!"
El rugido del Hidra entró en sus oídos, pero no le prestó demasiada atención. En este momento estaba más ocupado concentrando su energía mágica en la funda dentro de su cuerpo para eliminar todo el veneno que estaba corriendo por su torrente sanguíneo, lo cual lo hacía sudar más de lo necesario.
Su cuerpo se tensó y sus piernas se impulsaron hacia arriba.
Menos de un segundo después, Bashmu atravesó la pared donde estaba recargado con el hocico abierto listo para devorarlo.
"Molesto..."
Ni siquiera tuvo que intentar rastrear un arma, no valía la pena el esfuerzo y eso solo le haría gastar prana inútilmente. Aterrizó en la cabeza del reptil y se mantuvo ahí sin molestarse en esconderse, no había lugar para hacerlo de todos modos.
Ciertamente podría tratar de enterrar una espada en el cerebro de la criatura o atravesar su corazón, pero en menos de dos minutos estarían de vuelta lo cual volvería la criatura aún más furiosa lo cual era frustrante y todavía dudaba que el Hidra le diera el tiempo suficiente como para poder lidiar con Bashmu permanentemente.
Hablando del Hidra, la atención de Shirou se volvió a su espalda donde varias cabezas se lanzaron en su dirección.
Él simplemente se movió ágilmente evitando cualquier rose con sus colmillos, recordaba la sensación de ser mordido por esas cosas y no era algo bonito no quería repetir algo como eso demasiado pronto.
Creyendo que había esquivado por completo los ataques que se dirigían a él, aterrizó de nuevo en el suelo, pero antes de que pudiera correr a otro lugar, fue golpeado por la cola de ambas bestias.
"¡Kuk...!"
Escupió sangre, la sangre estaba mezclada con algo de veneno que continuaba filtrándose a través de su torrente sanguíneo por lo que era ligeramente más oscura de lo que es normalmente.
"¡!"
Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Bashmu deslizarse rápidamente en su dirección por lo que solo pudo apoyarse en sus brazos y con un fuerte impulsó, evitó ser devorado otra vez al estar en el aire, pero no duró mucho tiempo su evasión ya que la cola de la bestia se dirigía directamente a su cuerpo.
Apenas logró colocar sus manos frente a su cuerpo evitando gran parte del impacto, pero no ayudó en su aterrizaje. Atravesó gran parte de los escombros apenas cubriendo su cabeza, pero la sensación de dolor no desaparecía, su único consuelo es que su cuerpo se estaba entumeciendo y su cerebro comenzaba a adormecer su sentido del dolor.
Ciertamente era una ventaja, pero no del todo buena; como su cuerpo se estaba comenzando a entumecer sus movimientos inevitablemente se volverían cada vez más lentos y eso no era nada bueno en este preciso instante y él era consciente de ese hecho.
Shirou miró a su alrededor y el único lugar que consideraba seguro eran las afueras del reino ya que dudaba que el veneno hubiese llegado hasta ese lugar porque las bestias se mantenían con él. Era frustrante saber que lo único que impedía que estas cosas comenzaran a causar estragos a través del reino fuese él mismo.
"¿Por qué no simplemente se mueren de una vez?" gruñó con impotencia al ver que ambos reptiles se movían en su dirección.
Tuvo un breve pensamiento que fua una idea estúpida y graciosa al pensar en Rider. Tal vez si ella estuviese aquí les daría la orden de quedarse quietos y con suerte, ser sus mascotas; pero la descartó al ver los enormes dientes que se aproximaban a su dirección.
"Me hubiese traído a Galahand" dejo escapar un gemido de dolor cuando una vez más su cuerpo golpeo una gran cantidad de escombros destruyéndolos en el proceso.
La sangre subía por su garganta, pero Shirou no podía hacer nada más que reprimir las ganas de escupirla y derrumbarse en el suelo.
¿Era así como se sentía Galahand durante la semana que lo entrenó? Si. Probablemente.
Ahora deseaba que su madre viniera a regañar a estas dos criaturas para darle un respiro.
"Mierda..."
Sus ojos se abrieron al ver que tres cabezas lo rodearon, por lo que no tuvo otra opción más que trazar una espada y cortarlas evitando ser devorado, ¿el problema? Seis cabezas aparecieron al momento siguiente lo cual aumentaba el nivel de dificultad para salir vivo en este momento.
Suspiró con exasperación al darse cuenta de que si seguía así no iba a salir con vida de este lugar y ya no hay más oportunidades.
"¡!"
Una vez más su instinto se hizo cargo de su cuerpo y trazó una espada con una enorme cadena que envolvía su cuerpo solo para arrojarla al suelo y dar un fuerte tirón para llegar a la tierra antes de que un enorme chorro de acido pasó por el aire donde se encontraba anteriormente consumiendo las cabezas del Hidra que había cortado anteriormente.
"Puede funcionar"
Tal vez...
Todo dependía de que tan bien manipulara las acciones de dichas bestias, lo cual era poco probable que funcionara ya que actuaban de manera sincronizada. No es como si tuviese otra opción-
Los ojos de Shirou se abrieron brevemente y apenas tuvo tiempo de teletransportarse al otro extremo de la ciudad por la cabeza que estuvo a punto de devorarlo.
"Es como una cucaracha, no se muere, se multiplica..."
También se sumaba el hecho de que parecía volverse más rápido por cada cabeza que aumentaba lo cual era otro problema con el cual lidiar. Y si bien es cierto que podría partir el cuerpo del Hidra, no le gustaba la idea de que se multiplicara a partir del resto del otro cuerpo, era una criatura cuasi divina por obvias razones ¿o divina? No importa.
Metió su mano en uno de sus bolsillos solo para suspirar con exasperación al sentir que sus posibilidades de seguir de pie disminuían, las gemas repletas de mana que traía consigo hace mucho que habían disminuido y ahora solo le quedaban dos.
Con un crujido, sintió que sus reservas volvían a llenarse, al menos casi por completo por lo que simplemente pudo suspirar. Algo que sabía y se dio cuenta hace mucho tiempo es que con el uso continuó de prana a través de su cuerpo, hacía que su capacidad aumentara, era como cavar un pozo el cual no tenía fondo.
A pesar de que no comprendía dicho ámbito, sabía que era más difícil para otros magus experimentar este tipo de experiencia debido a sus diferencias con sus propios circuitos mágicos, un ejemplo claro de ese hecho era Lorelei Barthomeloi; nunca había escuchado una historia de que ella sufriera de agotamiento por falta de prana.
"No puedo evitar no sentir un poco de envidia..."
Después de todo, casi podía apostar que ella realmente es capaz de lidiar con las criaturas que estaba enfrentando en este momento sin mucha dificultad...
Técnicamente existen muchas armas en su armería que servirían para cauterizar la herida de donde corta la cabeza de cada bestia, pero no podía contar con ellas. No cuando la posibilidad de que se devoren entre sí solo para compensar el haberlas decapitado Shirou realmente no quería tomar ese riesgo ahora que era consciente sobre el hecho de que las capacidades de cada monstruo parecían multiplicarse.
Finalmente, no tuvo más remedio que terminar con ellas convirtiéndolas en polvo.
"Aquel que tome esta espada, esgrimirá un poder eterno. De la misma manera que un cuchillo corta la carne, demasiado poder puede hacer cicatrices en el espíritu."
Él recordaba la inscripción en la tarima donde se encontraba clavada dicha espada.
"Soy el hueso de mi espada"
Vislumbró dicha arma por un tiempo y conocía todo acerca de su existencia. Estaba reacio a usarla debido a los problemas que le causan al usuario, pero eso no importa ahora que se vio envuelto en todo este lio.
Suspiró un breve momento antes de sentir como sus reservas se vaciaban y sentir el helado toque de la guarda en la palma de su mano.
Podía sentir la voluntad dentro de la espada queriendo entrar en su cabeza, varias de las armas dentro de su propio mundo tenían la cualidad de tener espíritu, o eran espadas pensantes. Caliburn era una de ellas, Avalon funcionaba de la misma manera e incluso Kanshou y Bakuya estaban juntas.
Es por eso que muchos seres se consumen en la tentación de las armas e incluso muchas otras no pueden ser ejercidas por manos "mortales" ya que están más allá de lo que una mente común puede comprender. Pero él era la excepción a ese hecho.
Su vida útil ciertamente fue poca. Pero ese acontecimiento que dictaba su vida como un ser "mortal" fue eliminado después de su "muerte". Llegó al punto de dejar de contar los años que pasaba como un sirviente al servicio de la humanidad a través del tiempo viajando más allá del entendimiento mortal e incluso superando a muchas deidades.
Solo existían unos pocos seres que estaban más allá de él y ellos eran seres que nunca, pero nunca quería ofender o encontrarse con ellos. A excepción de uno que no bueno tres que no podía evitar.
Con el espíritu renovado rompió la última gema que le quedaba y sintió el poder desbordando de su cuerpo, una gran cadena dorada se dibujó en el aire antes de envolver su torso y su brazo derecho. Era lo único en lo que podía pensar para mantener momentáneamente a raya la voluntad dentro de la espada.
"El acero es mi cuerpo y el fuego es mi sangre"
Sus palabras parecían ser un gruñido repleto de autoridad.
La espada en su mano ya no mostraba signos de resistencia y simplemente aceptó su destino como su portador.
"Tengo que terminar con esto"
Inhalo profundamente mientras sus propias reservas de mana se llenaban una vez más al sentir como se asentaba el mana ambiental dentro de la espada solo para tomarlo para él mismo.
EMIYA jamás volvería a dar su alma por el bien de los demás y por ese motivo estaba dispuesto a domar la espada en vez de que la espada lo esclavizara a él. Es el momento en que una vez más tomara las riendas de su destino y solo para dejarlo en claro dijo el nombre de la espada en voz alta.
"Frostmourne"
No pasó ni un segundo después antes de que todo a su alrededor se congelara como si una enorme tormenta de nieve hubiese surgido de la nada. Su aliento provocaba un ligero vapor recalcando el hecho de que la temperatura era menor de la que los humanos podían soportar, pero eso no le importaba en lo más mínimo.
Las enormes bestias que lo estaban buscando captaron el estallido de poder y dejaron escapar un gruñido que hubiese dejado a muchos sin la capacidad de moverse.
"¡ROOOOOOOAR!" tanto Bashmu como el Hidra le rugieron en su dirección y comenzaron a dirigirse hacia él solo para que sus piernas se congelaran en su posición.
Incluso cuando sus propias patas con las que se movían se desprendieron de su cuerpo no dejaron de avanzar y mostraron el porque eran criaturas tan temidas al hacer crecer una vez más las extremidades que ahora faltaban.
"Si... nunca es tan fácil"
Hubiera preferido lanzar un Caladbolg completamente cargado directamente a ambas criaturas, pero no era tan idiota como para hacerlo ya que estaba casi seguro de que eso solo complicaría aún más la situación si llegaba a realizar dicha acción.
Conocía demasiado bien su propia suerte con este tipo de eventos como para no darse cuenta de posibles desencadenantes y es por eso que la mejor opción era enfrentarlos de frente. Esos eventos se pueden nombrar en palabras de Zelretch como "Suerte del Protagonista" a lo que él categorizaría como una mierda.
-Eventos demasiado molestos.
Con un pensamiento la mitad del reino fue cubierto de hielo y el paisaje ahora se asemejaba a un glaciar, muchos estarían asombrados de dicho evento y simplemente tragarían saliva al darse cuenta de lo que se estaban enfrentando.
¿Los monstruos frente a él?
Pareció haber vislumbrado una sonrisa en sus rostros antes de que Bashmu escupiera acido de su enorme boca eliminando el hielo que casi lo aprisionaba por completo, si bien es cierto que las habilidades de la espada no costaban energía mágica, la espada en si misma si lo hacía por el mero hecho de que no pertenecía a este mundo.
Por ese mismo motivo estaba tratando de concentrarse para terminar con todo rápidamente, pero nada de lo que quería hacer parecía funcionar así que optó por un método menos ortodoxo.
Sus brazos se flexionaron hacia atrás mientras empujaba su centro de gravedad hacia adelante listo para saltar en cualquier momento, la espada que para muchos puede considerarse pesada por una sola mirada, parecía no pesar nada al ser sostenida en una sola mano.
Emiya los miró a ambos antes de que una sonrisa burlona se dibujara en su rostro la cual pareció enfurecer aún más a las bestias que tenía frente a él porque estaban literalmente, gruñendo... retándolo a que se acercara a ellos y él hizo exactamente eso.
La tierra debajo de sus pies se fragmentó y su figura desapareció solo para reaparecer justo encima del cuerpo de Bashmu y la espada en su mano dibujo un gran swing dividiendo el cuerpo de la enorme bestia en dos congelando ambas partes del cuerpo en menos de un parpadeo. Antes de que pudiera pensar en que el hielo se convirtiera en polvo, el Hidra hizo su movimiento.
Otra cualidad de la espada es que en el momento en que tocara el cuerpo de su adversario comenzaba a devorar su alma, dañándola permanentemente.
Una de las cabezas del Hidra arrojó a Shirou directamente al castillo atravesando las gruesas paredes haciéndolo aterrizar de espaldas directamente al otro lado de la ciudadela otra vez y lo único que pudo hacer al respecto fue soltar un gemido de dolor dejando en claro que no estaba preparado para eso.
"No lo esperaba..." subestimó enormemente la capacidad en la que aumentaban las habilidades del Hidra y eso era algo que no volvería a hacer. No solo se duplicaban, ¡se triplicaban!
Era de esperarse, es una bestia comparable a la Gorgona e hizo que un dios cayera en la mortalidad debido al inmenso sufrimiento que le causó. También casi provocó la muerte del campeón más grande de la antigua Grecia siendo uno de los hijos de Zeus y a diferencia de Heracles, él solo poseía habilidad entrenada a través de innumerables años de capacitación.
El Hidra aplastó por completo la mitad inferior del Bashmu que estaba cubierto de hielo y lo devoró por un breve segundo dejándolo estupefacto, una de sus cabezas gruñó antes de caer al suelo inerte o ... al menos eso parecía. Dicha cabeza comenzó a retorcerse de tal manera que le crecieron pies, seguido de una cola... cuernos... y...
"Tienes que estar bromeando" gimió audiblemente al darse cuenta de lo que había sucedido.
Shirou solo pudo mirar con incredulidad como Bashmu se ponía de pie una vez más en todo su esplendor sin aparente congelamiento, y para su continua molestia el Hidra pareció burlarse de él al ver su incredulidad. Emiya gruñó al darse cuenta de que realmente se estaban burlando de él y no fue solo su imaginación.
Rápidamente se puso de pie ignorando el dolor que le ocasionó a su cuerpo dicha acción y otra vez, se abalanzó directamente ahora en dirección del Hidra, parecía ser la más molesta en esta situación por lo que podía dejar de lado a la bestia de una sola cabeza por el momento... O... ¿no?
Incluso antes de que pudiese reaccionar, vio claramente como todas las cabezas del Hidra abrieron sus bocas y se prepararon para escupir. Su mente instantáneamente registró lo que estaba a punto de suceder y solo pudo arrojar Frostmourne directamente al lomo del Bashmu para tener un apoyo del cual jalar para esquivar lo que estaba a punto de ocurrir.
"¡!"
Mientras que el Bashmu gruñía de dolor, las cabezas del Hidra escupieron una gran cantidad de ácido desde sus bocas.
Casi podía saborear el deleite de la enorme bestia que parecía volverse cada vez más fuerte y eso solo le dio aun más dolor de cabeza.
A pesar de que podía escuchar ligeras voces en su cabeza que lo catalogarían como un loco (no es que estuviese cuerdo para empezar), él simplemente decidió ignorarlas y concentrarse en lo que había frente suyo para obtener el mejor resultado posible.
Su rostro estoico y sin emociones dio paso a un nuevo estado de concentración congelando el Bashmu sobre el que estaba de pie sin complicaciones y en ese mismo instante, se convirtió en polvo.
Los ojos del Hidra se entrecerraron y dos de sus cabezas cayeron al suelo.
-No importa.
Inmediatamente la temperatura a su alrededor descendió. Las cabezas que se retorcían en el suelo fueron congeladas y desvanecidas al instante. El hielo se partió debajo de los pies de Emiya y ahora estaba en el aire justo delante del Hidra.
"Se acabó" fue todo lo que se escuchó.
Fue todo lo que necesitaba decir, solo se necesitó un swing para que todas las cabezas que sobresalían del cuerpo de la enorme bestia cayeran al suelo y tanto su cuerpo como cada una de dichas cabezas se congelara antes de desvanecerse en pequeñas motas brillantes de polvo.
El lugar donde antes existía un reino prospero fue cambiado a una ciudad cubierta de hielo.
Tanto Frostmourne como Enkidu se desvanecieron en el aire y las rodillas de Emiya cedieron ante el inevitable colapso de su cuerpo.
Sus parpados parecían pesados, cayó de frente al suelo y todo lo que podía pensar era
-Mierda.
Habían pasado horas desde que el equipo de expedición dirigido por el Rey de los Caballeros llegó a Camelot y el Rey no se reunió con nadie con excepción de Mordred que pedía a gritos salir del interior del castillo a buscar a su madre.
"Ella está bien, la conoces"
Tal vez fue su tono siempre estoico, no lo sabía, pero Mordred no le gustó su respuesta y continuaba frente a ella con ligeras lagrimas en sus ojos pidiendo salir del lugar. No importaba si lloraba, ella tenía la ultima palabra en este asunto así que la dejó ser lamentándose en el piso del despacho del Rey.
"¿Dónde está Merlin y Gawain?"
Decidió cambiar de tema, conocía demasiado bien a sus compañeros como para no darse cuenta de que era sumamente extraño no darles la bienvenida, principalmente Gawain; Merlín era un asunto completamente diferente ya que podría estar seduciendo mujeres a pesar de su negativa ante dicha acción.
Era su maestro, lo conocía demasiado bien como para saber que no le haría caso en primer lugar.
Mordred cambio completamente de actitud ante la pregunta de su Rey, aun estando en el suelo tomó una expresión pensativa tratando de proporcionar una respuesta ante la pregunta, sin embargo, no pareció encontrar respuesta alguna ante dicha pregunta por lo que simplemente se encogió de hombros.
"No sé. La última vez que los vi fue justo después de que partiera tal vez un día o dos" su dedo estaba jugueteando con su mentón al pensar profundamente en esa ocasión.
"... Ahora que lo pienso, Merlin parecía más ... ¿Cómo decirlo? ¿Femenino? ¡Ah! Y Gawain usaba una túnica demasiado grande, pero no habló conmigo..."
"..." Arturia.
"Me pregunto qué habían robado... Eso es lo único que se me ocurre ¿sabe? ¡Gawain tenía algo enorme en el pecho! ¡también! ¡también! ¡Merlin me sonreía burlonamente!"
El hecho de que no se estaba burlando de ella sino de Gawain era algo que nadie parecía entender, pero el Rey se dio una vaga idea de lo que había sucedido en ese momento, pero por su propio bien no dijo nada. Recordaba haber pasado por un proceso similar solo que a la inversa y el resultado de dicho evento se lo estaba echando en cara.
Sus dedos pellizcaron el puente de su nariz dejando escapar un poco de la frustración que sentía rompiendo un poco su expresión.
"¿En qué dirección fueron?" habló, fue casi un gruñido y Mordred al sentir la seriedad del asunto se puso de pie y su mano golpeó demasiado fuerte su pecho causando que ella misma sacara el aire de sus pulmones.
"..." Arturia.
"Uh- uh ..." tomó un momento en el que el aire regresaba a su cuerpo. "En dirección opuesta a la casa de Sir Shirou"
-A su taller entonces.
Inmediatamente dedujo a donde se dirigieron, considerando lo que Merlin hizo, incluso para él era demasiado estúpido haber caído en sus propias artimañas. El fantasma de una sonrisa se deslizó por su rostro.
"¿E-Entonces...?" Mordred dibujó círculos en el escritorio frente a ella.
Quería ver el castigo de Merlin y Gawain que muchas veces le ocasionaron vergüenza a sus expensas.
"Regresaran"
"¿T-Qué?" sus palabras se ahogaron en su garganta.
- ¿No hay castigo? T-pero, pero...
Quería gritarle sobre lo injusta que estaba siendo, pero no podía hacerlo cuando las palabras de su rey la atravesaron, su padre regresó a su expresión estoica y se mantuvo impasible.
"¿Terminaste tus deberes?"
"Eh... si ... ¡Si! ¡Si, si, si!" asintió varias veces parándose erguida sin moverse un solo milímetro, el sudor comenzó a correr por su espalda.
Por supuesto, terminó todos sus deberes... al menos los de los primeros días.
Ahora Mordred poseía su propio despacho siendo el heredero al Rey y ella misma era consciente de todo lo que debía gestionar con relación al reino, aprobar esto y aquello... leer diario... escribir...
Sin que ella misma se diera cuenta comenzó a dar pequeños pasos en dirección de la puerta para salir lo más rápido posible del lugar y quemar todo el trabajo pendiente que tenía a pesar de saber que Agravain probablemente poseía respaldo de todos los documentos que estaban acumulando polvo en su escritorio.
A veces lo odiaba demasiado por ser tan insensible con ella.
Arturia siguió mirándola sin decir nada incluso cuando la puerta se abrió lentamente y la figura de Mordred desapareció dejando el lugar abierto. Ella simplemente dejó escapar un suspiro mientras se recostaba en la silla dejando salir todo el cansancio que su cuerpo estuvo acumulando desde que llegó.
Su mente estaba hecha un lio desde que se dio cuenta del hecho de que no tenía alucinaciones. Sabía que cualquier cosa que tratara de hacer para distraerse de sus incesantes preocupaciones era nada más que una cruel burla a todo lo que había logrado a través de los años y no podía hablar de sus sueños con Merlin porque él no estaba presente.
Justo cuando más necesitaba a su maestro, él no estaba presente.
Incluso sus palabras con significados ocultos eran bien recibidas en este instante, pero lo único que podía hacer era soportar la sensación de vértigo que amenazaba con asaltarla.
Se puso de pie lentamente y caminó a la puerta hasta cerrarla colocando una pequeña barrera alrededor para que nadie entrara hasta que ella quisiera dejarlos entrar. Si bien es cierto que no se especializó en magia, no era discípulo de un mago por nada.
No podía comprender la sensación que le daba estar cerca de Shirou Emiya. Era una sensación de familiaridad acompañada de nostalgia, pero el resto solo lo había sentido cuando era una niña pequeña y estaba acompañada de Sir Hector.
Por supuesto, la sensación extraña no parecía desaparecer lo cual hacia que su mente se convirtiera en un caos cada que pensaba en Shirou Emiya y ni hablar de su comida...
"..." limpió un rastro de saliva que empezó a escurrir por su mentón y rápidamente recompuso su apariencia.
Ciertamente habían sido semanas inusualmente tranquilas para ella, al menos desde que ese hombre aterrizó en la mesa donde se estaba llevando a cabo una reunión de la redonda y muy probablemente sería la última con los miembros actuales ya que de no ser por ese hombre Tristán se hubiese marchado sin mirar atrás.
Hablando de Tristán, lo primero que hizo al regresar fue despedirse diciendo que iba a un lugar.
Se encogió de hombros, no es como si alguien fuera lo suficientemente fuerte como para lidiar con él.
-Un rey también es humano.
Esas palabras seguían repitiéndose en su mente y no pudo evitar que las comisuras de sus labios se curvaran ligeramente en una mueca al darse cuenta de que ella no estaba siguiendo el aparente principio de su otra yo.
Era frustrante saber eso.
Conocer sus fallas y en que estaba mal solo para que no pudiese mejorar por sus propios pensamientos despreciativos autoimpuestos. Altria Pendragon era así. Arturia, así es como la llaman las únicas personas que son conscientes de su estado, pero sus principios nunca van a cambiar.
Un rey sirve al pueblo y no al revés.
E-eso se supone que es por lo que está peleando... pero ¿por qué no puede sacar de su mente esos pensamientos?
Ella suspiró mientras se recargaba al borde de la ventana mirando las personas dentro de su reino vivir una vida feliz. Personas despreocupadas que no tenían ni idea de lo que estaba sucediendo fuera de las paredes de Camelot.
Tal vez se olvidaron de que hasta hace un par de semanas el reino casi cae por los mismos invasores que ella fervientemente continúa combatiendo para que su propia gente tenga un lugar en el cual pueda vivir feliz de la misma manera que están disfrutando ahora... No, decir que son ignorantes es una mentira.
Sabía que ellos conocían todos los problemas que pasaban en Camelot y aun así ella no podía comprender porque podían vivir despreocupados ignorando que en cualquier momento la guerra puede llamar a las puertas de sus casas.
Mientras miraba a la distancia pudo vislumbrar pequeños puntos que se acercaban directamente a la ciudad. Entrecerró los ojos y no pudo ver con precisión lo que se acercaba hasta que enfocó mana en su vista.
Eran personas, la mayoría mujeres y algunos hombres se acercaban a pequeños pasos en su dirección.
Sin esperar un segundo más salió de su despacho y llamó directamente a Agravain, Mordred y Bedivere que eran los únicos presentes en el castillo.
"¿Qué sucede majestad?" pragmático como siempre, Agravain fue el primero en preguntar el motivo de la llamada mientras fulminaba con la mirada a Mordred.
"Reúnan un escuadrón de caballeros, civiles se acercan a la entrada de la fortaleza"
O eso parecía, pero no necesitaba decirles eso. Ellos ya debieron de haber deducido por qué les dio esa tarea.
"¿Hmm? ¿Por qué?" aparentemente no.
Agravain le frunció el ceño a Mordred y por lo que parecía, Bedivere tampoco sabía el motivo por el cual deben de reunir un grupo de caballeros solo para recibir a civiles.
"Porque no sabemos si son aliados o no. ¿Ya puede hacerse responsable si atacan por la espalda su majestad?" sorprendentemente, Astrid respondió la pregunta de Mordred.
-Woah, Astrid, que confiable.
Todos vieron a la sirvienta de Mordred con aprobación y había leve admiración por parte de Bedivere y Mordred al escuchar la respuesta de la mujer. Agravain solo pudo suspirar con alivio al ver que su hermana al menos tenia una persona diligente con quien confiar, si bien es cierto que recién había comenzado a trabajar para ella, no parecía que fuese a traicionarlos.
Ese tren de pensamientos era correcto.
Astrid no veía futuro en las expediciones de su gente y optaba por otro tipo de acercamiento a estas islas el cual era bajo acuerdos de entendimiento mutuo, pero no podía dar su opinión así nada más.
"¿... E-Entonces?" cuando Mordred se recuperó, solo pudo ver a su padre montado en su siempre confiable corcel listos para partir.
"Los veo en la entrada"
No esperó respuesta y simplemente comenzó a cabalgar directamente a la entrada de la fortaleza, los guardias que estaban estacionados en el lugar ni siquiera se molestaron en anunciar su llegada ya que ellos mismos estaban preparados para una batalla al ver que las personas se apresuraban a su dirección.
Con un gesto de su mano les indicó que bajaran las armas ya que no podía sentir ningún instinto de batalla o mala voluntad.
El Rey se mantuvo impasible sobre Llamrei esperando a que las personas llegaran para saber que es lo que pasaba, pero al ver lo cansados que estaba supuso que conocía esa respuesta.
Rogaba porque no fuese verdad, incluso por todo lo que pasó a través de los años por culpa de su hermana apenas estaban conectado otra vez, no necesitaba
"Diga. ¿Quiénes son y por qué están aquí?" habló en voz alta al ver al único caballero al frente de toda la gente.
"¡Su majestad! ¡Venimos aquí por orden de Lady Morgan!"
Si ella se tensó o se volvió ansiosa por dicha declaración, ninguno pudo verlo en su mirada.
"... Ya veo" no dijo nada más.
Se mantuvo bajó de su fiel compañero y esperó a que llegaran el resto de los caballeros que había llamado. En este momento no podía pensar con claridad y mucho menos acoger a toda la gente que llegó caminando desde tan lejos.
Mordred pronto la alcanzo y se paró a su lado con una expresión confusa al ver que no estaba pasando nada, ni motín, ni pelea ... solo estaban quietos, pero antes de que pudies preguntar, el Rey habló primero.
"Organiza carpas alrededor de la ciudad y estaciona a varios caballeros alrededor, quiero informes constantes sobre lo que sucede aquí y ninguna de las personas en este lugar puede poner un pie dentro de los muros hasta que se compruebe que no son amenazas"
Sus palabras eran claras y todos asintieron mansamente. Incluso las personas que querían objetar se vieron silenciadas por solo una mirada en su dirección.
"Mordred, te quedas aquí"
"T-Pero..."
"Dije, ¡te quedas aquí!"
"¡Hip!" hubo varios chillidos de sorpresa por el tono irritado del Rey, sin embargo, nadie dijo nada y Mordred solo se quedó estática sin moverse hasta que la figura de su padre se desvaneció en la distancia.
"..." Agravain.
"..." Bedivere.
"..." Astrid.
Solo después de que ya no se podía observar la figura de su padre, Mordred dejó escapar un suspiro de alivio que no sabía que estaba conteniendo e inmediatamente volvió en sí. Su rostro pronto adoptó un inusual tono color escarlata y su casco cubrió sus rasgos antes de comenzar a gritar.
"¡¿Qué es lo que están mirando!? ¡¿Qué no escucharon las órdenes del Rey?!"
-Lindo.
Fue el pensamiento conjunto de todos los presentes, su actitud ayudó a relajar el ambiente e incluso hizo que los recién llegados dejaran escapar suspiros de alivio al darse cuenta de que estaban a salvo... probablemente.
Mientras eso sucedía a las afueras de Camelot, el Rey que se alejó tenía una expresión inusual en su rostro mientras se dirigía al único lugar donde sabía que podía encontrar a su hermana si es que seguía con vida... si no era así... que pase lo que tenga que pasar.
Sin siquiera darse cuenta, comenzó a morderse el labio inferior con frustración. Sus emociones por primera vez en mucho tiempo comenzaban a desbordarse de su interior.
Merlin quizás haría un comentario de lo orgulloso que estaba de ella por ser honesta consigo misma si la viera en este estado, pero eso no importaba cuando ni ella misma era consciente de ese hecho.
Su pecho sentía que estaba palpitando demasiado, las emociones eran algo a lo que estuvo ajena gran parte de su vida y esto era... desconcertante. No tenía otra palabra para describir lo que estaba sintiendo.
Estaba siendo sofocada por sus propios pensamientos mientras un inusual brillo caía sobre su rostro iluminando su largo cabello dorado. Sudor escurría desde su frente cayendo a cada paso que daba Llamrei en dirección del lugar de Shirou...
Suspiró.
El mero hecho de pensar en él le daba una sensación de calma la cual no parecía comprender, pero ayudaba a mantener sus pensamientos en orden.
No importa. Pudo vislumbrar la entrada a su "hogar" y dio un paso adelante sin importar si las defensas de la casa surtían efecto o no.
Fue una de las pocas personas que se le permitía entrar al lugar con autorización de Morgan y Vivian debido a que ellas manejaron las protecciones de la casa y no había nadie mejor que ellas salvo quizás, Merlin. Aunque ciertamente no lo dejarían intervenir con las protecciones porque conocían demasiado bien al mago pervertido.
Caminó a través de la sala donde comúnmente se sentaban a leer o vislumbrar "series" o "películas" que Shirou gustosamente les proporcionó con ayuda de sus recuerdos.
El lugar estaba impecable como siempre, supuso que se debía a la magia involucrada en los encantamientos. Ignoró el hecho de que Shirou no los quiso por el hecho de que disfrutaba hacer tareas domesticas por su propio deleite y relajación.
Dio un par de pasos más y su atención se volvió a la cocina donde estaba lo que llamó "estufa" encendida calentando una olla. Sus pasos aumentaron y se dirigió a la habitación de Morgan en este lugar solo para encontrarla vacía.
Siguió caminando hasta que llegó a la habitación de Shirou, se quedó de pie frente a la puerta un par de segundos hasta que decidió entrar.
Dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo al ver la figura de su hermana recostada que le sonreía burlonamente, estaba pálida, sus labios demasiado secos y se veía cansada, un poco vieja...
Morgan frunció el ceño. "Estas pensando algo malo de mí, ¿no?"
... pero viva.
"..."
Quería decir algo, expresar que estaba aliviada de que estuviese bien... bueno, viva. Que de alguna manera estaba feliz porque no murió anteriormente.
"¿Qué?"
"... Nada" finalmente pudo recuperar su propia voz. Sonaba ¿rara? Hubo vacilación, contrario a como siempre sonaba.
"¿Estas feliz de verme a salvo hermanita? ¡Jah!" se rió de ella. "¿Se supone que debo sentirme halagada-?"
"Si, me alegro"
Pareció que sus palabras causaron un efecto inesperado de Morgan porque dejó de hablar y simplemente miró su regazo apretando fuertemente las sábanas que cubrían su rostro.
El único sonido que se escuchaba en la habitación fue la reproducción de una de las series pregrabadas en una de las gemas, ella no ha podido ver la totalidad de todas... Morgan probablemente este aprovechando su estado para ponerse al corriente.
No importa. Su atención regresó a su hermana mayor que lucía inusualmente débil.
"Su majestad" Liliana se inclinó a su espalda dando un paso a la habitación llevando una taza de té a Morgan.
El ambiente era incomodo, era la mejor descripción posible e incluso Liliana decidió salir del lugar regresando a la cocina para distraerse o preparar algo. Mientras no estuviese presente era lo mejor.
Morgan se movió den la cama tratando de deshacer su incomodidad, lo cual. No ayudó mucho ya que la intensidad de la mirada de su hermana solo aumentó más.
Ciertamente había pasado el tiempo reflexionando sobre sus acciones y no podía negar que hizo muchas cosas de las que se arrepentía, pero no solo puede llorar sobre lo que ya se hizo.
"... Di algo" gimió al ver a su hermana todavía en el mismo lugar, su armadura hace mucho que había desaparecido y solamente estaba usando un vestido que acentuaba su feminidad.
Era algo sorprendente lo mucho que disfrazaba detrás de toda la coraza de metal que siempre usaba y tal vez por eso jamás descubrieron su género.
"Como dije" saboreó cada palabra que salía de su garganta. "Me alegro de que estes bien"
Si.
Era algo nuevo poder expresar lo que sentía sin importarle las apariencias. No es que realmente pudiese dejar de hacerlo, pero frente a las personas que la conocían a la perfección, no necesitaba aparentar.
"..."
El silencio permaneció entre las dos y simplemente decidieron mirar la reproducción en la pared en silencio. No existían sonrisas, no había sonidos entre las dos y simplemente se mantuvieron estoicas sin saber exactamente cómo actuar.
La mayoría de las interacciones que tenían eran puramente políticas sin contar al tiempo que pasaban en casa de Shirou el cual era relativamente sano ya que había palabras mordaces de por medio, pero ahora que él no estaba presente para iniciar la plática no sabían que hacer.
-No te arrepientas.
Eran los únicos pensamientos en la mente de Arturia al recordar lo que su contraparte parecía querer transmitir entre sus palabras las veces que interactuaron.
Tiene la capacidad de comprender esos pequeños detalles y por ser la misma persona, el mismo ser, era consciente de que ella se dio cuenta de lo que quería decir y aun así, no podía simplemente expresar la totalidad de sus pensamientos porque su mente se convertía en una pizarra en blanco cada vez que quería decir algo.
"¿Cómo esta Mordred?" pareciendo captar la indecisión de su hermana a pesar de su estoicismo, Morgan habló primero con un tono en blanco.
"Bien, lo está haciendo bien" creo.
Por supuesto, no lo sabía; Agravain era el encargado de hacer que Mordred mantuviese la etiqueta y llenara de conocimiento su cerebro. Si sabía algo sobre el mundo, solo Morgan podía decir eso y ella no estaba dispuesta a tener esa discusión en este momento teniendo en cuenta el temperamento de cada una.
"Me alegro"
"¿Y, todo bien?" que gran pregunta.
"Si, mi reino se convirtió en nada, casi muero, creo que Liliana tiene un pequeño trauma" ¿pequeño? "... pero estamos vivas, así que no tienes por qué preocuparte"
"... pero me preocupo" eres mi familia.
Eso quería decir, aunque se abstuvo de hacerlo. Sin saber como actuar solamente se mantuvo quieta en la única silla dentro de la habitación sin cambiar su expresión, pero por dentro trataba desesperadamente de buscar un tema de conversación que eliminara la incomodidad del ambiente.
Cierto, Shirou le dijo antisocial.
"Tal vez la siguiente serás tú" dijo Morgan sin importarle el significado detrás de dicha proclamación.
Tenía sentido, las personas más poderosas del reino estaban siendo atacadas por partes. Bueno no solo personas.
Camelot fue atacado y solo fue por una serie de eventos afortunados que no cayó en la desgracia. Luego fue Morgan.
"La única razón por la que no te has visto afectado es que los miembros de la redonda acostumbran a viajar en grupos y eso probablemente solo sea una excusa"
Teniendo en cuenta su propio temperamento, Morgan podía afirmar que su tío posee planes de contingencia para cada situación. Al menos eso solía pensar sin tener en cuenta la bomba de tiempo o el as que significaba Shirou Emiya, justo después de despertar supo que él fue quien la salvó.
Desconocía que sucedió después de cerrar los ojos, pero el estruendo y la descripción de Liliana sobre la destrucción en el campo de batalla, así como la nivelación de montañas dejó en claro que fue por mucho, un Noble Phantasm casi como Excalibur. No, estaba exagerando esa parte, conocía demasiado bien la capacidad de la espada y no podía afirmar que existiera un arma más poderosa que ella.
Y no estaba contando a Rhongomyniad o Avalon en dicho evento. Sin embargo, el ataque hizo fue poderoso, lo suficiente para derribar dos ejércitos.
"Deben de tener al menos un método para lidiar con cada uno de los miembros de la redonda, ambas sabemos que hasta hace poco era un secreto que ya no tienes en posesión la vaina"
"Ahora eres mortal"
"Puedes morir"
Cada palabra que salía de la boca de Morgan era un recordatorio constante de lo que estaba sintiendo internamente desde hace tiempo, pero Arturia no pensaba que fuese algo malo, incluso podría estar aliviada de que esas palabra fueran ciertas.
Las pocas heridas que lograba sufrir sanaban a un ritmo normal (al menos para ella), honestamente algo dentro de ella disfruta de la sensación de ser mortal y no alejarse del resto del mundo independientemente de su destino.
"Lo sé" fue todo lo que dijo. Era todo lo que necesitaba decir para transmitir sus pensamientos.
Morgan solo suspiró y se masajeó la frente ante el descaro de su pequeña hermana. De la misma manera que comprendía sus sentimientos, era la forma en la que los rechazaba, tal vez en el pasado hubiese aceptado esa respuesta y hasta sonreído al darse cuenta de que quería morir.
Pero-
"¿Entonces? ¿Por qué no haces algo para prevenir-?"
"¿Qué se supone que prevenga cuando ni siquiera sé que va a pasar?" refutó a su hermana mayor que parecía inusualmente débil.
La Morgan que se burlaría del tipo de pensamientos que estaba teniendo la Morgan actual no estaba en ningún lado y en su lugar estaba una persona sentimental, si las personas la vieran dirían que la princesa había regresado otra vez, o eso creía ya que no conocía su época como princesa.
Arturia trataba de comprender porque hizo una pregunta estúpida, ¡ella misma consideraba que la pregunta era estúpida! Y si bien es cierto que era inteligente, muchos dirían que todavía estaba cegada por sus propios ideales, caso contrario con Morgan que la mayor parte del tiempo era pragmática sobre todo lo que realizaba.
"¿Qué pasa?" finalmente llegó la pregunta que comenzó a carcomer sus pensamientos.
Morgan no respondió de inmediato, considerando mucho la manera en la que podía responder dicha pregunta.
Pero...
Pero...
Jah.
Una mueca se deslizó sobre su rostro. Comprendiendo que no podía simplemente evitar el tema, sabiendo que debía de aceptar todo lo que había hecho y comenzar a enmendar sus errores. Tal vez comenzando por su hermana que fue una de las más afectadas por sus acciones pasadas tratando de que delegara del trono solo para gobernar ella misma.
Fue en otra línea de tiempo que eso sucedió, dicho gobierno no prosperó más allá de unos pocos meses antes de caer en la ruina por sus propias acciones. Es por eso que la espada de selección no la reconoció como le gobernante de Bretaña.
El deber de Caliburn era aceptar a la persona que tiene la mayor cantidad de posibilidad de convertirse en un rey "apropiado". Solo hubo una persona a través de la historia que pudo hacer eso en este tiempo y... solo Shirou y Merlin sabían de ello.
"Lo siento." Totalmente sincera. "Lamento mi comportamiento a lo largo de los años, fue una completa hija de puta"
-Vaya...
... ¿sin morderse la lengua?
Sin escuchar una respuesta, Morgan miró a su hermana solo para quedarse sin palabras ante la reacción que tuvo después de disculparse; Arturia estaba con la boca abierta y si fuese un anime de los que había visto entonces... entonces su boca estaría tocando el suelo mientras sus ojos sobresalían de sus cuencas.
Su rostro estaba comenzando a adoptar un toque de carmesí al sentir una enorme cantidad de vergüenza invadiéndola. Fue la primera vez que pasaba por este tipo de experiencia en la edad adulta... ¡se suponía que era un hada, por Dios! ¡Entonces! ¡¿Por qué se estaba sonrojando?!
La culpa era de Mordred.
Ese tipo de gestos solo los vio en esa niña que "crio" hace tiempo y no dejaba de avergonzarse por esa acción.
N/A: ¡NO TIENES DERECHO A JUZGAR A MO-CHAN!
"Es... revelador" fueron las palabras que salieron de la boca de Arturia después de recuperar su ingenio.
"Nunca te creí capaz de aceptar tus errores. De verdad" asintió un par de veces mientras desviaba la mirada igualmente avergonzada por este giro de los acontecimientos.
"Oye, oye. ¿Qué tipo de persona crees que soy? ¿Acaso piensas que soy demasiado mezquino? Soy una dama que vive para su-"
"Si"
"¿Si, qué?"
"Si"
"¿Me estas tomando el pelo?" Morgan gruñó.
"No" estaba siendo honesta.
"¡Bien! ¡¿Qué quieres que diga?!" volvió a gruñir enfurruñándose en la sabana. "¡Perdón por haberte violado, haber tratado continuamente de pelear en tu contra todos estos años solo para tener el trono para mí porque no quería aceptar la realidad! ¡Oh, su majestad!"
Las dos eran conscientes de esos hechos, ninguna de las dos dijo nada ahora que todo estaba listo para ser preparado y al final de esa declaración solo existían dos resultados posibles.
Siendo el preferible que era el obvio en caso de que Shirou estuviese presente haciendo que Arturia Pendragon perdonara por todo y todas las actividades de su hermana a través de los años desde su infancia hasta ahora.
O, en el peor de los casos, la ignoraba, decidía finalmente cortar toda relación con dicha mujer y tal vez condenarla... eso no pasaría, al menos no cuando Shirou sembró semillas en la interacción de ambas hermanas.
"Estas siendo inusualmente honesta el día de hoy hermana" su máscara se rompió completamente por primera vez.
"Incluso podría pensar que no eres Morgan ya que careces de toda la altanería y dignidad necesaria para estar recostada viendo series -turcas-, no es que me importe" el toque de burla... oh, ¡el toque de burla provocó que la vergüenza de Morgan superara los 9000!
Interiormente estaba avergonzada por sus pensamientos, pero no podía negar que ver anime era uno de sus pocos pasatiempos, incluso tenía gemas que tenían dicho contenido debajo de su cama en su habitación en el castillo, pero se estaba desviando.
Morgan no sabía a donde mirar tras recibir la respuesta de su hermana por lo que simplemente debía contratacar.
"No tienes derecho a juzgarme hermanita. Incluso pienso que tu adicción a las repeticiones es bastante ostentosa" ella sonrió al ver la expresión de pánico de su hermana tratando desesperadamente de negar dicha afirmación.
"¡T-Mientes! ¡Yo no hago nada de eso!"
"Si... tampoco gritas el nombre del ataque especial cada que los protagonistas están a punto de dar el golpe final"
"E-Eso... es – es inevitable si, ¡yo misma debo de hacerlo para demostrar mi poder!" no era mentira, pero no era del todo verdad.
Liliana sonrió al otro lado del pasillo. Tal parecía que no necesitaba intervenir por lo que simplemente sonrió dibujando...
Shirou escupiría sangre al ver lo que estaba dibujando.
Gawain continuaba mirando a Merlin dentro de su taller.
No entendía lo que estaba haciendo con todos esos envases de cristal mezclando esto y aquello, hablando en un idioma que no había escuchado además de su madre hablarlo por lo que supuso que era serio.
Ciertamente le habían llamado la atención al menos una docena de veces diciéndole que no debería de estar aquí porque lo estaba distrayendo, no es como si fuese hacerle caso.
"¿Estás seguro de que volveré a la normalidad?" había vacilación en su voz. Todavía no podía acostumbrarse a su voz femenina.
Merlin sacudió la mano restándole importancia.
"¿Quién crees que soy chica?" se deleitó al ver la mueca en el rostro de Gawain. "Soy la encarnación de la belleza, lo mejor de lo mejor y por supuesto, el mejor mago que aparte de ser inmensamente atractivo, es ni más ni menos que el asesor del Rey, así que... ¿Por qué estas dudando de mí?"
"Si es así. ¿Por qué no lo tomas tú en su lugar?"
"Claro, puedo hacerlo" asintió un par de veces.
"Entonces toma-"
"-Pero no puedo" negó repetidamente con la cabeza. "Tenemos constituciones diferentes"
Dando un punto se señaló a sí misma de arriba hacia abajo y luego hizo lo mismo con Gawain un par de veces hasta terminar con su vista mirando deliberadamente en el área de su pecho.
"Mis ojos están arriba"
"No es que me importe" se encogió de hombros.
Simplemente era demasiado sorprendente la cantidad de espacio que ocupaban esas bellezas.
"¿No te duele la espalda?" no pudo evitar preguntar.
"T-Bueno, cuando duermo..." inmediatamente se sonrojó. "¡No te voy a decir eso!"
"Ya. Ya. No es para tanto cariño, estoy seguro de que el siempre inexpresivo Shirou se convertiría en un desastre boquiabierto y carmesí al verte, Fufufu..." oh. Ella misma se sonrojó y no se dio cuenta de ese hecho.
Gawain negó con la cabeza, sin embargo, había un tinte rosado en sus mejillas por la insinuación de la actual maga pervertida frente a ella.
"T-De todos modos... ¡voy a beberlo!"
"¡Vamos!" asintió varias veces.
Gawain inmediatamente dio un gran sorbo saboreando el sabor amargo de la poción que le proporcionó dicho mago y al instante sintió que su cuerpo comenzaba a calentarse por los efectos que anteriormente había sentido.
Merlin simplemente le dio una mirada de interés con su sonrisa siempre presente, estaba frustrada por su falta de "alivio" ya sea en bromas o en el *tos* otro asunto.
Una sonrisa feliz se deslizó sobre el rostro de Gawain antes de que se convirtiera en pánico y el pánico pronto fue reemplazado por incredulidad, de la incredulidad pasó a la furia y antes de que Merlin pudiese reaccionar su cabeza ya estaba incrustada en la pared.
"¡¿T-Qué...?!" demonios.
No pudo terminar, sus palabras fueron silenciadas por la tierra que acogía su propia cabeza.
"¡¿Cómo pudiste?! ¡Wahhhhh!" se derrumbó sobre sus rodillas mientras sus manos cubrían las cuencas de sus ojos sintiendo que su mundo se derrumbaba ante sus ojos por las artimañas de este mago.
Su vida comenzó a pasar frente a sus ojos tratando de recordar el mal que había hecho, ¡pero no hizo nada malo! ¡"él" solo quería que las personas tuvieran un lugar donde pudiesen vivir felices!
¡E-entonces...! ¡entonces! ¡¿Por qué no podía regresar a ser como antes?!
No es como si alguna vez fuese malo con las mujeres, ¡las trataba increíblemente bien porque su mamá así se lo enseñó! ¡incluso se abstuvo de verse envuelto en situaciones desagradables prefiriendo preservar su pureza hasta el matrimonio!
"¡Wahhhhhhhhh!" lloró aún más fuerte después de pensar en su situación.
Merlin finalmente logró sacar su cabeza del agujero en la pared.
"¡Hmmp!" resopló con molestia ante el descaro de la mujer jeje.
¡¿Qué hizo ella para merecer este desprecio?!
"¡¿Qué hice?!" le rugió.
"T-Tengo... tengo... fu, fu..." trató de hablar, pero los llantos que salían de su boca le impedían seguir con la pronunciación de lo que trataba de transmitir.
"¿Tienes?"
"¡Tengo un pene!" rugió herida.
"¿No es eso lo que querías?"
"¡T-tu...! ¡Desgraciada! ¡Wahhhhhhhh!" siguió llorando sin poder terminar de maldecirlo.
"Oh vamos, ¡no es para tanto!"
"¡Sigo teniendo...!" la señaló acusadoramente.
"¿Qué?"
"V-va... va... Va-gina" sus palabras eran apenas un murmullo incoherente.
"No te entiendo, habla bien" claro que la entendía, pero no podía desperdiciar esta oportunidad de burlarse de ella
"¡T-pechos!" gritó avergonzada. "¡Sigo teniendo t-pechos!"
"Puedo verlo" no lo iba a negar, eran hermosos.
"¡Tambien tengo mi va, va, va...!"
"Va, va, va, ¡¿Va- qué?!"
"¡Vagina!"
¡Era increíblemente vergonzoso anunciarlo en voz alta!
¡Oh, madre, perdona a este pecador hijo tuyo que está siendo corrompido por este vil ser perteneciente a los demonios!
"¿No querías tu -Excalibur- de vuelta?"
"¡T-tu...! ¡Eres una sinvergüenza!" era un desastre sonrojado que solo provocaba que Merlin siguiera burlándose de ella.
"Oh perdone usted, tal vez no considere ya sabes, el peso exacto y la proporción de los ingredientes fue en menor medida de lo que era necesario así que por eso terminaste en ese estado" una mierda. La hizo deliberadamente de esa manera, aunque no necesitaba saber eso.
"¿Q-qué tengo que ha-hacer?"
"Tu, mi querido Padawan... tienes que..."
9029 palabras, espero que les haya gustado.
Fueron varios meses desde la última vez que nos vimos, así que no estoy seguro de que estén al tanto de lo que he hecho aparte de bloquearme y darme cuenta de que soy un Hikigaya Hachiman sin potenciales intereses románticos. *llora mientras escribe*
BUSCO RECOMENDACIONES DE FF CON MAI-SAN (SAKURAJIMA MAI) AYUDA PLEASE.
Ahora el meollo del asunto, ¿les gustó el capítulo?
Proxima actualización: The Blade of Justice.
Espero que no tengan muchas preguntas, las aclararé en el siguiente espacio.
¿Preguntas?
¿Recomendaciones?
F. P. 23/10/2022
J_A_H
