Fic

Historias de Albert y Candy

Jugando a Quererte

De Mayra Exitosa

Inspirada en la imagen de Kitten White

Para OctoBert2022

En la cena mencionaba que fue a dejar a su novia, a lo que de la sorpresa inesperada casi se ahogaba la futura suegra de Candy, y el rubio con una sonrisa oculta, bajaba el rostro para no tener que verla y fijar su mirada, para ver si decía la verdad o una broma le hacía. - Me da gusto hijo, por fin se nos hizo, ¿Quién de todas es? Lupita la del cuatro, Raquel la de la calle de atrás, o tal vez Rocío la de en frente.

Albert se sorprendía, como su madre a todo el vecindario conocía, más de Candy jamás la mencionaba, por lo que en silencio esperaba a ver a quien más agregaba, - Pudiera ser Madeleine, la hija de Leticia, siempre te había querido, pero ya le dijo que si al mecánico, así que ya te la ganaron, tal vez a Beatriz la hija del administrador, ves que es muy coqueta, pasa siempre por nuestra banqueta y me sigue dejando pastelillos, que tu hermana Rosemary se lleva, al tener tantos bocadillos que no te doy. - Mi novia me llevara mis alimentos todos los días, solo que no me esperes temprano, pues hay ocasiones en que saliendo del trabajo por algún paseo nos escapamos.

- ¡Oh por Dios! No me vayas a dar nietos fuera del matrimonio, recuerda tus modales y la caballerosidad, mira que tu cuñado cumplió con tu hermana y no me harás quedar mal, así que dime su nombre para saber sobre ella. - Te lo dejare en sorpresa, total como la traigo a diario, muy pronto te vas a enterar.

Emocionada la madre, llamaba a la hija, luego la comunicación se fue dando, a todo el vecindario se fue de llamada en llamada para informar que por fin había cedido su hijo en una mujer hermosa y bella para novia fue a elegir, debía ser una gran cocinera, pues sabía que le llevaba alimentos a su trabajo y su hijo ya no le llegaría temprano, pues entre esos novios ya había algo más avanzado y solo hasta ahora su hijo por fin se lo había confirmado.

Candy se levantaba temprano y su madre le ayudaba, veía que llevaba dos viandas muy llenas y esta se sorprendía, a lo que la traviesa de Candy no sabía cómo decirle que ahora Albert la llevaría y el trato del cambio por comida, así que solo comentaba que era para otra persona y su madre la alentaba emocionada, pues su otra hija al mecánico había conquistado, era tiempo que su hijita menor también conociera el amor. Orgullosa la madre, le servía mucho más y las verduras extras las acomodaba, a lo que Candy nunca le confirmaba nada, solo avergonzada notaba que su madre estaba desesperada por deshacerse de las dos, y es que Madeleine aun no se casaba y tenía constantes problemas con su novio, pues según se rumoreaba que le daba mantenimiento a todo y dando siempre la duda de que algunas resbaladizas se le insinuaban, por lo que sufría de celos y no quería aceptar que el rubio galante de su vecino la rechazara, por lo que con Joseph el mecánico se tuvo que resignar, ya que era el que la pretendía y la llevaba a pasear, le daba muchos detalles y ella amaba eso de él, por lo que así de tanta insistencia lo aceptó.

- Hola Candy, se nos hace tarde. - Ya estaba lista, esperaba a que sacaras el auto. Para decirte, Bienvenido bello durmiente - Bien, vámonos que el tráfico se pondrá mucho peor. ¡Adiós mamá! decía complacido Albert al ver que su madre lo estaba vigilando, por una ventana de ella se despidió y Candy sonriente iba sentada con abundantes lonches que en el asiento trasero acomodaba.

La madre de Candy se quedaba con las quijadas sueltas, viendo como su hija al rubio más atractivo atrapó y en frente coincidía con Pauna, la madre de Albert quien con los ojos marcados se asombro también se sorprendió - ¡Oh querida Leticia! tu hija es la novia de mi hijo. - Si, al parecer mi hija lo conquisto con sus laboriosos platillos. - ¿sabe cocinar la enfermera? - por supuesto, mi hija sabe hacer de todo, yo misma la enseñe. Orgullosa la madre de Candy se metía casi brincando de gusto a su casa, para levantar a su otra hija y decirle quien era el novio de Candy, su hermanita fue una suertuda, pues el hijo de Pauna era de los mejorcitos de todo el vecindario, ahora que se diera bien el noviazgo, pronto casaría a sus dos hermosas hijas.

Para ambos el día pasaba tranquilo. A Candy como todos los días se le hacía tarde, ya que la dejaban al final para realizar el cambio de turno y ordenar a los pacientes la medicina que le tocaba a cada uno, para dar las indicaciones a las enfermeras de la noche. Mientras que Albert estaba en un dilema, pues estaba en auditoria en su despacho y no podía salir, él mismo le había avisado que su trabajo lo tenía muy agotado, así que hasta finalizar salía y por no dejar pasaba al hospital, coincidiendo con que Candy apenas había terminado por lo que apenada se disculpaba a lo que él no lo podía creer, por lo que le aseguraba que apenas había salido y ambos sonrientes se justificaban. Para empezar con el pie derecho, Albert le entregaba las viandas vacías asegurándole que estaba muy sabroso todo lo que le había compartido, por lo que la invitaba a cenar por el trayecto a la casa y ella encantada con tal de relajarse un poco de todo el trabajo, aceptaba.

- ¡Oh Albert! qué lugar tan bonito, ¿no importa que venga con mi uniforme? - Para nada, te ves muy bien, vamos aquí vengo seguido, ya ves que mi madre siempre anda presentándome amistades y quiere casarme, aquí ceno y mejor llego tarde, así para cuando regreso ella ya está dormida y no le niego ni le acepto nada, es muy lista y sabe que me convence de todo. - Pues mi madre es similar, pero sabe que mi trabajo es muy importante y no tengo tiempo para atenderle a todas las fiestas que me desea agregar. Ya luego de la conversación amena y los postres, los dos estaban muy llenos, por lo que caminaban un poco y subían ya muy noche al auto, para luego regresar, ella iba dormida y al rubio le daba pena despertarla, por lo que llevando las viandas en una bolsa de su mano, llevaba a Candy en sus brazos, para la puerta de su casa tocar, la madre asombrada lo recibía en bata y él muy caballeroso, solo comentaba. - Esta muy agotada, no la quise despertar.

Continuará…


Gracias por sus comentarios a esta pequeña historia, la cual es inspirada en la imagen de Kitten White para el Reto Octo Bert 2022.

Agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa