Kanon estaba saliendo de su sueño en donde ya se había recuperado, estaba débil, pero fuera de peligro.
- ¿Cómo te encuentras Kanon? – Kazuto dijo eso mientras que atendía a la peli naranja.
- Estoy bien… aunque no sé de donde me enfermé Kazuto-kun… no lo comprendo.
- Kanon – el chico quería decirle la verdad, pero era mejor tener un perfil bajo – no sabemos, pero lo que te pasó fue que te envenenaste con cianuro.
- ¿E-Envenenada por cianuro?
- Así es joven Shibuya – el doctor entró a donde estaba la paciente peli naranja – detectamos rastros de cianuro en su torrente sanguíneo, un poco más tarde que hubiera llegado y usted en este momento estaría en un ataúd, lastimosamente es duro decirlo, pero es la verdad, por eso, queremos que nos diga si tiene algún indicio de donde pudo haber ingerido el cianuro.
- N-No, no tengo idea, es más, no hice nada extraño, solo comí con mis amigas y a lo mejor fui a otro lado en donde sin querer pudo llegar el cianuro a mi cuerpo – Kanon no tenía idea de eso, no sabía que pensar, solo Kazuto sabía la verdad, pero no hizo nada que llamara la atención.
Cuando acabó su turno, este volvió a su casa en donde estaba su mujer quien estaba preparando a Yuu y Elisa para salir.
- ¿Cómo se encuentra Kanon-chan?
- Ya está mejor, sigue débil, pero está fuera de peligro, lo que más me molesta es que ella aun quiera a sus "amigas", aunque ella no sabe que la intentaron matar – exclamó con molestia el peli negro – Ayumu-san, sabes que hacer hoy ¿verdad?
- Sí, sé por dónde van a pasar nuestras víctimas y son las amigas Shiki Wakana y Mei Yoneme, por lo que averigüé, ellas van a salir a pasear esta noche, así que vamos por ellas hoy.
- Muy bien, les haremos pagar por lo que le hicieron a Kanon, con la familia… nadie se mete – ambos alistaron las cosas, ahora que tenían a las dos gemelas no podían descuidarlas por más psicópatas que fueran, así que las subieron al auto llevando también algunas cosas con las que llevarían sus fechorías.
Unos momentos luego de conducir y de asegurarse de saber dónde estarían las dos chicas, aparcaron el auto en un sitio en donde ninguna cámara de seguridad los viera, unos minutos después, las cosas estaban listas para llevarse a cabo.
- Las niñas siguen dormidas ¿verdad?
- Sí, ellas son de sueño duro, así que no habrá problemas si las llevamos a nuestro lugar, traje los transmisores por si acaso los ocupamos – ya con eso, Kazuto avisó a sus víctimas las cuales salían de un mini mercado cargando unas bolsas.
- Mierda, realmente me siento muy extraña por todo esto Shiki.
- ¿Por qué lo dices Mei?
- Sencillo, el matar a Kanon-Senpai es duro, pero es algo necesario por el que nos vaya a abandonar.
- Yo le di el frasco de cianuro a Chisato-Senpai, pero parece que ocuparé hacer otro de una sustancia más tóxica para que sea más efectiva, aunque hay otra cosa que me tiene pensando.
- ¿Te refieres a porque Kinako no ha aparecido? – la peli azul asintió – quien sabe que se hizo, pero espero que vuelva pronto, no entiendo a donde se fue.
- Quien sabe – antes de que reaccionaran, tanto Ayumu como Kazuto aparecieron detrás de ellas tomándolas del cuello y ejerciendo presión hasta que ambas se quedaran inconscientes por falta de oxígeno en sus cerebros.
- Es hora de la acción.
- Vamos allá – luego de poner los cuerpos de ambas en la camioneta, emprendieron veloz huida hacia su sitio de torturas donde ambas amigas serían juzgadas por ambos.
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- D-Demonios, ¿Qué fue lo que pasó? – Mei fue la primera en despertarse y notó que estaba atada a una cruz estando crucificada y desnuda – ¿Q-Que demonios? ¡¿Qué pasa aquí?!
- Oh, parece que ya despiertas cabello de cereza.
- ¿Q-Quien eres tú? – susurró la de ojos azules mirando a Ayumu, aunque esta llevaba un traje de enfermera y una mascarilla que cubría parte de su cara.
- No importa quién soy, podemos decir que soy un ángel vengador y más hacia aquellas que traicionan a una amiga que les dio todo y solo le pagan con mandarla a los Elíseos – susurró la peli roja de ojos ámbar tomando una jeringa y sin pleno aviso la clavo en uno de los pechos de la peli roja sacándole un grito.
- ¡Puta, ¿qué es eso?!
- Es un fármaco el cual hace que tus nervios se hagan más sensibles, podemos decir que dolerá más lo que haré.
- ¿P-Por qué haces esto?
- Sencillo, por venganza nada más, así que espero que disfrutes como te torturo – sonrió Ayumu mientras tomaba un bisturí con el cual simplemente lo puso frente a Mei haciéndola ponerse muy nerviosa.
- ¿Q-Que me harás con eso? ¡Por favor, diré todo lo que quieras! ¡Diré todo lo que deseas!
- No quiero escuchar ninguna palabra de ti, solo quiero hacer esto – susurró la chica con maldad mientras pasaba la hoja filada del bisturí por las piernas de la peli roja quien tembló por eso, en cualquier momento sabía que Ayumu le clavaría el arma ahí. Mientras tanto, en otro lado…
- Despierta perra – el peli negro tiró una cubeta con agua helada hacia Shiki quien estaba acostada en una cama con amarras de cuero que eran muy resistentes, igual que la peli roja, estaba como Dios la trajo al mundo.
- ¿D-Dónde estoy? ¿Dónde se encuentra Mei?
- Shiki Wakana, no me conoces y no será necesario que me conozcas ya que no saldrás con vida de aquí, dime una cosa Wakana-san, tú fuiste la que le dio a la perra de Arashi-san el bote con cianuro con el que planeaban matar a Kanon Shibuya ¿no es así?
- ¿C-Como es que sabes eso?
- Fuiste tú entonces ¿eh? Entonces hagamos esto, dime todo lo que sepas de eso.
- N-No diré nada.
- Sabía que probablemente dirías eso, así que tengo esto y supongo que era eso.
- E-Eso es…
- Ácido sulfúrico concentrado, capaz de quemar muchas cosas, incluso la piel de los humanos, así que es mejor que hables porque empezará a pasar – el chico sin pensarlo tomó algo del ácido y lo regó en el abdomen de Shiki.
- ¡AAAAAAAAAAH! ¡Eso quema! ¡Por favor, para!
- Dime lo que sepas, o sino… esto irá a tu cara – Kazuto acercó el ácido al rostro de la peli azul asustándola bastante.
- De acuerdo, hablaré. Yo hice esa concentración de cianuro para que Chisato-Senpai se la diera a Kanon-Senpai, pero no calculé el suficiente elemento de Azufre con tal que se hiciera mortal de golpe.
- Ya veo, tú eres una de las culpables casi directas, todas están involucradas ya que todas se unieron para acabar con la persona que sin ella no serían nada, malditas malagradecidas – exclamó el peli negro el cual sin perder tiempo tiró una buena parte ácido en el rostro de Shiki la cual se sacudía con fuerza de donde estaba y gritaba de dolor por la quemadura, pero a Kazuto le importaba una mierda y solo fue a preparar las cosas para seguir con la tortura, no obstante, este tuvo que ir a ver a Yuu quien se había despertado – espero que Ayumu-san no esté teniendo problemas.
De vuelta con la oji ámbar…
- Muy bien, fin del juego de miedo, ahora vamos con la verdadera diversión, espero ver la sangre con esto – susurraba la chica la cual no soltaba el bisturí.
- P-Por favor, no diré nada… es más, ¿Dónde está Shiki? ¡Shiki, respóndeme!
- Cállate que será peor si empieces a gritar, es más, te propondré algo, si no gritas mientras te torturo te dejaré ir y no volverás a saber de mi ¿te parece?
- S-Sí, lo aguantaré.
- Muy bien, comencemos – Ayumu pensó en que podría hacer, pero con el bisturí supo que podría hacer. Sin más, esta clavó el aparato en la piel de Mei lentamente, siendo el área elegida la pierna derecha por lo que sin más lo hizo y miró el rostro de Mei, esta mordía su labio como aguantando el dolor del arma clavándose en su piel.
Mei estaba con un dolor punzante mientras que Ayumu seguía subiendo más y más, aunque lo hacía de forma lenta lo que hacía el tormento aún más horrible para ella, pero estaba aguantando el no gritar para ser liberada.
- Muy bien, realmente aguantas Yoneme-san, pero ahora vamos a subir de nivel, eres buena aguantando, pero podrás con esto – de golpe, la peli roja vestida de enfermera clavó el bisturí en el abdomen de la chica quien ahogó el grito en su boca mordiéndose con más fuerza el labio haciéndolo sangrar – moh, eres difícil de hacer gritar, pero que tal si hago esto.
De nuevo, apuñalada tras apuñalada iba clavándose en el abdomen de Mei quien sangraba mucho, pero esta realmente le hizo el juego a Ayumu ya que se resistió a gritar, pero la sangre que salía de su boca y las lágrimas de sus ojos le hacían indicar que estaba sufriendo, cosa que le gustó a la otra peli roja y en una de las apuñaladas dio en una vena ya que un chorro de sangre salió disparada hacia el rostro de Ayumu.
- S-Sangre… hmmm, amo esto – la chica se regó la sangre que salía de Mei en su cara, un acto totalmente grotesco para muchos, pero para la peli roja vestida de enfermera, era algo excitante.
- Ayumu-san, lamento llegar tarde, pero es que Yuu se había despertado y fui a tranquilizarla y bueno, se durmió rápido, al menos Elisa estaba dormida.
- Te lo dije, Yuu-chan se despierta y se duerme rápido, ahora si tendrá su siesta de buenas noches – sonrió Ayumu para ver al peli negro – ya comencé la tortura, pero esta chica aguanta como no tienes idea.
- Entiendo, así que es de las machitas, pues bueno, no todo dura para siempre, aunque veo que le has hecho muchas apuñaladas, así que vamos a seguir con esto de una buena forma – exclamó Kazuto por lo que este tuvo una idea – es más, hay algo que siempre me ha tenido preocupado y es que muchas personas con diálisis quieren un trasplante de riñón y no hay donantes.
- Lo sé, es triste, pero es hora de que ayudemos con nuestro granito de arena ¿no?
- Así es, aquí tenemos un buen recipiente para hacer nuestro donativo a la salud.
- ¿Q-Q-Qué me harán?
- Sencillo, te vamos a sacar los riñones – eso alertó a Mei quien luchaba con tal de liberarse, pero sus fuerzas estaban bajas luego de las heridas que le causó Ayumu.
- ¡Dijiste que me dejarías ir! ¡Por favor, no me hagan esto! ¡Se los suplico!
- No te preocupes, tu muerte ayudará a dos personas que necesiten un trasplante de riñón, de suerte traje la hielera para ponerlos, Ayumu-san, tráemela por favor – la peli roja asintió y fue por ella, mientras tanto, el peli negro tomó el bisturí que su pareja usó antes para dirigirse al abdomen de Mei.
- P-Por favor, déjame ir, no quiero morir, no diré nada, se los prometo.
- Cállate, ¿no ves que te voy a sacar los riñones? – sin perder el tiempo, Kazuto clavó más profundo la cuchilla en la piel de Mei y esta vez sí gritó del dolor y más cuando el peli negro lo movía con tanta delicadeza, pero esa misma hacía gritar a Mei y su cuerpo temblaba del dolor, ni que decir que de su boca solo salían gritos y suplicas.
- Aquí está Kazuto-kun, tuviste suerte que le pusiste hielo, y vaya que las niñas siguen dormidas – la peli roja se excitó al ver la sangre de Mei saliendo por montones mientras parecía que estaba perdiendo cada vez más y más las ganas de vivir.
- Ayumu-san, tengo el primer riñón, ahora miré el segundo, así que velos metiendo a la hielera.
- Muy bien – la peli roja hizo eso, minutos después el segundo de los órganos fue extraído y solo miraban el cuerpo ya sin vida de Mei la cual poseía una expresión de terror, la causa de muerte fue desangrado masivo. Ayumu ya tenía los dos órganos ahí y no solo eso, fue a donde estaba la sangre tirada y se embarró en el rostro. La chica se quitó el traje de enfermera y se pasó algo por debajo de su ropa tocándose los pechos.
- Supongo que estás caliente.
- Sí, es que ver sangre y estas heridas… hacen que me excite la verdad – susurró yendo con el peli negro tocándole la entrepierna – ¿podemos coger ahora?
- Matemos a la otra y luego te embestiré durísimo – Ayumu asintió y fueron a terminar el trabajo, llevando el ácido sulfúrico en sus manos, no cabe decir el cruel destino que le esperó a Shiki.
Minutos después…
- Adentro… ¡acaba adentro! – exclamaba la peli roja quien estaba siendo embestida por su pareja, este finalmente hizo eso caso y expulsó su esencia dentro de la chica quien gimió con fuerza por eso – joder, que rico.
- Uf, nada como un buen sexo luego de matar a estas dos perras, pero siento que la de Wakana-san fue más cruel ¿no crees?
- Sí, escucharla gritar de ese modo fue magistral, pero bueno, eso me calentó la verdad – exclamó la chica mirando hacia el cuerpo de Shiki, mejor dicho, lo que quedaba de ella ya que solo se veía una masa derretida y la cabellera azul de la ahora ex Idol estaba asomándose siendo lo más reconocible de Shiki.
- Muy bien, ahí se fueron dos… ahora quedan las otras perras que paguen.
- Sí, mejor vámonos que es mejor que las niñas duerman en paz en casa, después de todo, esta orgia aun no acaba ¿no?
- Así es, espero que te aguantes las ganas de gritar – ambos recogieron las cosas y se fueron sin dejar evidencia, es más, dejaron los cuerpos ahí.
Ya habían eliminado a las primeras víctimas que tenían en mira.
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Continuará…
