Música de ambiente: Andy Williams - Speak Softly Love
Pov pacifica/
Al abrir los ojos lo primero que sintió fue un terrible dolor en su nuca, cuando aclaró su vista, observo que estaba en una habitación lujosa que no era la de ella, asustada se levantó de la cama y exploró el lugar que estaba lleno de diversas plantas, no había teléfonos ni nada que ella pudiera utilizar a su favor, de forma que decidió salir afuera notando que estaba en una isla, asombrada quedó al ver un hombre de espaldas mirando el mar, este al sentir su presencia volteó completamente hacia ella, era Dipper, pero sus ojos eran distintos se miraban llenos de locura, mientras con voz dulce decía.
―Nadie te escuchará Pacifica porque estamos viviendo nuestro cuento de hadas propio.
―Tú… ¿Qué has hecho?
―En el fondo tú ya lo sabes.
― ¿Me dejaras ir?
―No, te necesito, eres lo único real que tengo, quizás cuando te cuente sobre mi verdad me entenderás y comenzaremos de nuevo.
―Si es eso así, mátame, no quiero verte así, no quiero verme así, si de verdad me amas por favor hazlo― pero Pacifica solo vio como el castaño se arrodillaba ante ella y con una mirada desolada las lágrimas caían de sus mejillas.
―No puedo, soy lo suficientemente egoísta para desear que te quedes y no hacer nada para acabar la vida de la mujer que estoy amando.
―Entonces acabaré con mi vida.
―No, yo te detendré si lo haces.
― ¿Entonces que carajos quieres de mí?
―No lo sé, solo pensé que si estaba junto a ti, me ayudarías…
― ¿A qué te ayudaría? ¿A destruirte más?― pero Dipper no contestó simplemente la miro fijamente.
―Hagamos una especie de juego.
― ¿Qué?
―Tu escucharas mis historias y por cada historia que escuches te daré una pequeña pista para que puedas escapar de la isla.
― ¿Qué pasa si me niego?
―Es curioso como es esa tu pregunta y no ¿cómo puedo confiar en ti?
―Da igual que confíe o no en ti, tu isla, tus reglas, lo más óptimo es saber si puedo evitar ese "juego".
―Tu inteligencia es hermosa― murmuró sonriendo el castaño.
―No, no puedes, deseo que tengas la posibilidad de escapar de mí.
―Sí, es así acepto.
― ¿No preguntaras algo más?
―Ya lo dije, tu isla, tus reglas, comenzaremos mañana tu juego, me duele la cabeza necesito descansar.
―Está bien, ¿deseas comer algo?
―Sí.
― ¿Entonces vamos a la cocina?
―Ya veo, acaso me seguirás a todas partes.
―No lo haré, si te incomoda.
―Prefiero que estés lejos de mí, solo nos veremos cuando escuche tus historias o lo que sea.
―Está bien, por cierto mientras estabas inconsciente te quite este collar, siempre lo usabas, es un extraño tótem de un delfín en mi opinión, tenlo de nuevo― mencionó Dipper entregándole el collar en la mano derecha a Pacifica.
―Bien.
―Entonces te dejo, si quieres algo grita mi nombre y ahí estaré.
Cuando llegó a la cocina pudo respirar tranquila, no sabía que hizo, solo quería evitar alguna situación peor de la que ya estaba, al estar sola, lloró. El tiempo rápidamente pasó y comenzó la primera historia de Dipper, los dos se sentaron en los sillones de la sala de estar.
―Es hora de comenzar.
―Lo sé.
―Todo comenzó a podrirse en mi vida….
Pacifica miró sorprendida a Dipper al saber que el padre de los gemelos ocasiono la muerte de la madre del castaño, al encontrarlos al padre y la "futura madrastra" infraganti, la madre al verlos en ese estado salió de la casa y condujo sin darse cuenta a un accidente de tránsito donde perdió la vida.
―Eso es lamentable.
―Quizás, luego me vengue de ellos dos, pero te lo contaré en un futuro, en la cocina dentro de la nevera hay una pista, por ahora me iré.
La rubia observó al castaño irse y se preguntaba si lo que le contó era verdad, paso de esa forma el tiempo, él le contaba una historia y le daba una pista, lamentablemente con cada historia ella sentía tristeza por Dipper, nadie estuvo para él.
―Pacifica ¿me estas escuchando?
―Sí.
―Esta historia no es bonita, te advierto, se trata del día que morí y me encontró alguien que no debió salvarme por su egoísmo…
Pacifica escuchó sorprendida sobre como unos matones dejaron al borde de la muerte a Dipper botado en un parque poco transitado, y una extraña mujer lo salvó.
― ¿Y Mabel? Entiendo que tu padre era negligente y que la tipa con la que estaba no le importabas pero Mabel era tu hermana, como pudo dejarte solo a tu suerte.
― Mabel es egoísta y caprichosa, ella solo mira lo que quiere ver, siempre fue así, sin embargo quizás es mi culpa yo la ayude y protegí todo el tiempo, eso es el resultado que merecía yo, por iluso.
―Eso no la justifica, ella debía quedarse contigo.
―Yo la ayude porque quería, de todas formas ella no sabía lo de nuestro padre, nunca lo supo, yo lo oculte, fui realmente muy amable.
―Pero…
―Está bien porque cumplí con mi venganza, no te lo dije… es hora de irme.
Al quedar sola sintió una fuerte rabia hacia la familia Pines y la negligencia que tuvieron con Dipper. Las siguientes historias eran caóticas, porque Dipper confesó haber asesinado a mucha gente, cada historia tenía uno varios crímenes a la vez, cada nueva historia era peor que la anterior y ella estaba confundida porque de alguna manera lo comprendía y empezó a surgir en ella el deseo de salvar a Dipper de manera definitiva.
―Esta historia de hoy es la última y sucedió antes de secuestrarte, es sobre como destruí una mujer y su familia…
― ¿Eso es todo, no dirás nada? Di que soy un monstruo
― No creo que lo seas.
― Lo dices porque no conoces lo que te hice.
―…
―Maté a tus padres y gente que te hizo daño o cualquiera que se te acercará.
―Lo sé.
― ¿Qué?
― Mi padres y gente a mi alrededor murió de forma desconocida y luego de tus historias, supe que pasó en realidad, solo era atar cabos sueltos, sé que los mataste.
― ¿Entonces me odias? ¿Te doy asco? ¿Soy un monstruo?
―…
―Respóndeme para poder darte la última pista.
―No te odio, ni me das asco y no creo que seas un monstruo.
―Mientes.
―No lo hago, si ves mis ojos lo sabrás― con firmeza vio a Dipper.
―No puede ser, me amas.
―Desde que éramos niños, pero ahora terminó el juego.
―En tu bolsillo esta la última pista.
Pacifica leyó el papel y miró al castaño por un segundo.
―Adiós, Dipper.
―….
Pacifica prendió el bote y salió de la isla, ya estaba en el mar cuando sintió una presencia.
―Sabía que vendrías Dipper.
Fin pov pacifica/
