Ahora sí ¡Por fin! Aquí tienen el capítulo 29, y ya saben, hay que dar unas cuantas respuestas antes:

Gerendo01: Si te soy sincero, yo tampoco lo sé xD. Y sí, debía describir bien a los padres de Mami, y eso precisamente porque, por el hecho de que se relate tan poco el problema con el que ella lidiaba, consideraba que necesitaba el mayor detalle posible.

Saizoooh: No. Si estos dos capítulos finales fuesen de más de diez mil palabras, cuenta con que este capítulo debería salir el año que viene, y el próximo en 2024. Además que estoy hablando de la historia principal, y lo demás viene después. Y lo de las balas, pues en SH1 es cosa común que las balas abunden si no se las usa de forma abusiva. Este juego no se caracteriza precisamente por ausencia de munición.

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I want a river full of love

I need an ocean full of love

I wanna cup that overflows, with love, although...

It's not enough to fill my heart

I want a barrel full of love, although, I know...

It's not enough to fill my heart

I want a river full of love, but then, I know...

The holes will still remain

I need an ocean full of love, although, I know...

The holes will still remain

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La casa de Alessa

Sentía que había estado descansando una eternidad. Homura pocas ganas sentía de moverse de donde estaba si no fuese por el deprimente lugar en que se encontraba.

Tal vez fuese que el tiempo corría a un ritmo completamente distorsionado, o que el descanso le haya sentado mucho mejor de lo esperado, pero al menos la pierna ya no dolía tanto. Claro que todavía molestaba el simple hecho de moverla, y eso la hacía dudar de hacerlo, aunque la pelinegra también tenía en cuenta que no podía sencillamente quedarse a esperar a que algo mínimamente positivo pase. En ese lugar era obvio que tal cosa jamás pasaría, y por lo menos sentía que había recuperado sus fuerzas. Decidirse a tomar un descanso antes de irse tal vez fue lo mejor, pues igual no estaba en capacidad para pelear. Necesitaba especialmente descansar su mente y despejar sus ideas después de lo ocurrido con aquel monstruo.

─ Lisa...

Aquella mención, aunque involuntaria, le hizo recordar lo que había pasado antes de que se quedara allí un buen rato, y antes incluso de su pelea con esa Madoka falsa. Recordar a aquella enfermera sucumbir ante la degeneración que propiciaba la maldición de la ciudad había sido completamente horrible. Seguramente estaba vagando por ahí, con su alma completamente desfigurada y sin posibilidad alguna de descansar en paz. Se queda mirando al techo, preguntándose qué podía hacer ahora, puesto que así como estaba no estaba en condiciones para salvar a Alessa ni hacerle frente a los monstruos que eventualmente hagan acto de presencia en su camino, pese a que había decidido hacer justamente eso.

─ Me pregunto qué habría hecho Madoka en este tipo de situación. No tengo ideas para seguir adelante...

Mira hacia donde había dejado tirada a la monstruosa copia de Madoka, notando que esa cosa ya no guardaba el más mínimo parentesco en comparación con el que tuvo mientras se le iba apareciendo en el camino una y otra vez. Aquella criatura se fue desfigurando a medida que Homura hacía acopio de fuerzas para eliminarla, incluso cuando segundos atrás no tuvo fe alguna en lograrlo. Pero fue justamente acordarse de Madoka y su última voluntad lo que le permitió intentarlo una vez más, hacer ese esfuerzo necesario, por muy peligroso que resultara. Incluso protegió la cinta, aunque no se la volvió a atar al pelo, sino que se la guardó hasta que salga finalmente de ese lugar.

Pero ahora, una vez más, se encontraba sola. Homura hace un esfuerzo por sentarse para así prepararse para salir. Independientemente de cómo se encuentre su pierna, la cosa es que sentía que no podía esperar mucho más. Le habría gustado descansar un poco más, pero el tiempo ya no era algo de lo que pudiese disfrutar. Se queja un poco por el dolor, pero sentía que sería capaz de soportarlo siempre y cuando fuese con mucho cuidado al momento de andar.

Agarra su pistola y revisa que estuviese bien cargada para así no tener tantos problemas para lidiar con los monstruos. Ve que la munición escaseaba bastante para ella. A estas alturas lo más prudente sería procurar que las criaturas no se den cuenta de su presencia, pues de ese modo podría ahorrar algo de munición, pues podía prever que tarde o temprano la necesitaría.

Homura se pone finalmente de pie. Apenas conseguía pisar, pero consigue hacerse con una mesita con ruedas para usarla como andadera, pese a que estaba bastante derruida y con rastros de sangre por todos lados.

─ Debo procurar no hacer ningún ruido una vez que salga de aquí. Al toque esas cosas fácilmente pueden acabar conmigo.

No tarda mucho en llegar hasta la puerta, y tan pronto como lo hace se asegura de que su linterna estuviese apagada, pues de ese modo llamaría menos la atención. Al ser criaturas encarnadas de las tinieblas más profundas en el corazón de las personas, los monstruos eran evidentemente criaturas de las sombras que vería en la luz un elemento llamativo, y por eso empezaban a atacarla cada vez que se acercaba a alguna parte con monstruos mientras exhibía la luz de su linterna. Ahora Homura, bien necesitada de balas, tendría que ir a tientas por los pasillos, pese a saber que literalmente no sería capaz de ver ni su propia nariz mientras dure su recorrido.

El paso por ese lugar resulta bastante tenso. Homura iba avanzando con la mesita, rogando que aquello no rechinara para que los monstruos no la oyeran. No tenía idea de si los monstruos correspondían a ella o a Alessa, pero Homura podía escucharlos. Respiraban, gemían, algunos se arrastraban erráticamente, y eso era aviso suficiente. La pelinegra sudaba a mares, teniendo la impresión de que tenía a esas criaturas justo al lado, casi respirándole en la nuca. Avanzar a ciegas en ese lugar y a paso lento para no hacer el más mínimo ruido hacía que cada segundo que pasara en ese lugar se convirtiese en el más largo de su vida.

En medio de su avance siente que la mesita casi se viene abajo. Había dado con un sitio en el que no había suelo, pero gracias a su lento avance no se le cayó la mesita, sino que Homura fue capaz de sostenerla mientras retrocede un par de metros. Había logrado ahorrarse los gritos, lo cual le vino bastante bien para así no llamar la atención. Unos cuantos tiros se escuchan en la lejanía. Homura no tenía idea de dónde provenían, pero estaba segura de que quien hizo eso debía ser un humano normal, o eso quería creer.

Eso era un incentivo para buscar en medio de ese mar de tinieblas.


Mami se sentía agotada. Le estaba costando respirar. Aquel acto de rematar de un tiro el recuerdo de sus padres había consumido todas sus fuerzas, especialmente en lo mental, y ahora apenas podía mantenerse en pie. Harry consigue sostenerla para que no se desplomara, cuando escucha que Cybil se pone a disparar.

─ Parece que está enfrentándose ella sola a más monstruos. Debemos irnos ya, Mami.

─ Sí. Muchas gracias por tu ayuda, Harry-san.

─ No te preocupes. Vamos.

Lo cierto es que el hombre quería salir corriendo para rescatar a la oficial de policía, pero comprendía que sería demasiado insensible de su parte abandonar a Mami. Ahora lo importante era buscar una salida de ese lugar para luego pensar en buscar a Cybil. Afortunadamente eso no fue algo que le llevara mucho tiempo. De hecho, encontraron rápidamente una puerta.

Se encontraron entonces en un pasillo que parecía ser del metro. Incluso escuchaban un vago y lejano ruido parecido al traqueteo de un tren, aunque ambos tomaban en cuenta que no había tal cosa en ese lugar. Era otro de esos sitios sin sentido a los que Ninguna Parte los estaba llevando. Realmente parecía que estaban recorriendo varios sitios de Mitakihara, saltándose varias calles y manzanas en el proceso incluso, simplemente pasando de una puerta a otra. La radio suena y aparecen más criaturas parecidas a enanos o a osos con garras desmesuradamente grandes, y Harry recupera la pistola para hacerse cargo personalmente del asunto.

─ Apóyate y descansa un poco. Esto no me tomará mucho tiempo.

Unos cuantos disparos certeros, y aquellos seres van cayendo de uno en uno, siendo que ninguno logra alcanzar a Harry. La radio queda en silencio una vez más, aunque Harry igual revisa el lugar hasta donde la linterna pudiese iluminar, que igual no era muy lejos. Podía ver que sólo tenía un camino para seguir, así que da su apoyo a Mami para recorrer el lugar hasta el final, donde en un par de ocasiones Harry hace frente a más criaturas, esta vez con aspecto de insectos bastante grandes, de una longitud comparable a la pantorrilla de Mami. Una vez que ambos llegan hasta el final, ven una puerta con inscripciones ininteligibles. Tal vez se trataba de escritura en clave, o bien sería una escritura ritual de otro lugar y tiempo. A ninguno de los dos les cabía duda de que detrás de esa puerta encontrarían una nueva pista para llegar hasta Alessa, por lo que pasan esa puerta, encontrándose en otro pasillo sin sentido.

Faltaba poco. Estaban cerca. Pero era complicado encontrar el camino correcto.


Homura seguía con su camino, tanteando tanto el suelo como las paredes, y es que quería encontrar alguna puerta donde pudiese estar más segura. Estar sin luz ni radio en ese lugar era una experiencia asfixiante, y más cuando sentía que escuchaba los ruidos de los monstruos con una mayor intensidad que antes ¿Es que estaba ella pasándole al lado a esas cosas? Podría ser perfectamente de esa manera, pero al tener cero visión no lo podía asegurar. Igual trata en lo posible de no hacer ningún ruido, aunque a esas alturas hasta su propio corazón le parecía sumamente indiscreto con sus latidos.

Siente el pomo de una puerta. Era justo lo que esperaba encontrar. Y de paso la puerta se podía abrir, lo cual era doblemente mejor. Abre lentamente y pasa junto con la mesita para no llamar la atención al último momento, no sea que detrás de la puerta también hayan monstruos y les llame la atención justo cuando busca seguridad.

Una vez que consigue pasar y cierra la puerta, Homura se detiene brevemente y procura escuchar. Sólo detectaba lamentos de fondo, llantos de una niña, pero no parecían haber monstruos en ese lugar. Convencida de que estaba en un lugar más seguro, Homura enciende nuevamente la linterna, y aunque la luz de la linterna no era especialmente fuerte, Homura se vio encandilada por unos segundos en los que tuvo que parpadear varias veces para adaptarse.

Parecía ser una habitación vacía. Era llamativa dicha habitación, pues se sentía familiar, pero no porque trajese ningún tipo de recuerdos a la pelinegra, sino porque tenía la impresión de que ese sitio alguna vez fue habitada por un infante.

─ ¿Alessa?

Ve inscripciones en las paredes, la mayoría de ellas eran completamente ilegibles, y otras eran simplemente dibujos que reflejaban el daño que padecía la mente de quien sea que los hizo. Eran dibujos perturbadores, dibujos que reflejaban miedo, dolor, necesidad de afecto, un abrumador y desgarrador aislamiento del mundo.

─ Madoka tenía razón. Debí ayudarla a salvarla, o a matarla. Cualquier cosa es mejor que estar todos estos años sufriendo esto...

Da un paso hacia atrás, y en eso siente que había pateado algo. Mira hacia abajo y encuentra una llave. No sabía de qué lo podría servir, pero sentía que igual debía llevarla. La mira con detenimiento, cuando escucha algunos tiros. Esta vez sonaban un poco más cerca, lo suficiente para que Homura fuese capaz de determinar su procedencia, que era justo lo que necesitaba.

Para llegar a la fuente de los disparos debía ir hasta otra puerta que estaba en esa misma habitación, justo al lado opuesto de donde había venido. Eso implicaba caminar más, por lo que Homura usa la mesita para apoyarse mientras avanza lo más rápido que pudiese sin que la pierna la incapacitase por una punzada de dolor. Al llegar a la puerta apaga la linterna para así estar segura, y tan pronto como abre, los tiros suenan de manera más clara. Esa persona estaba cerca.

Pero no podía todavía encender la luz, pues no estaba tan segura de qué tan cerca o lejos estaba la persona que disparaba. No escuchaba a los monstruos, aunque fácilmente podía atribuir aquello a que los disparos tapaban los demás sonidos. Esta vez el suelo no se sentía regular, por lo que Homura intenta tantear, encontrándose con que estaba en una escalera. Eso desde luego le hacía complicado el avance, independientemente de la dirección que decidiese tomar, pero la duda no dura mucho, pues puede ver un destello asomándose. Esa persona estaba subiendo las escaleras, y al llegar apunta a Homura, la cual alza las manos con apuro, siendo que eso casi le significa caerse.

─ ¡Soy humana! ¡No dispares!

─ ¿Homura? ─ al momento de bajar la linterna, se puede ver la cara de Cybil ─ ¿Te encuentras bien? ¿Por qué no estabas con tu amiga y con Harry cuando me encontré con ellos?

─ Han... pasado cosas ─ Homura baja la mirada con algo de vergüenza ─. Pero me alegra saber que estás bien, Cybil. Pensé que La Orden te había capturado.

─ La verdad es que hubo un punto en que perdí la memoria ─ confiesa la policía con seriedad y pena a partes iguales ─. Me había separado por un momento de Mami para hacerme cargo de algunas criaturas y buscar algunas pistas, y de pronto me vi en el parque de diversiones, y Mami y Harry estaban preocupados a mi lado.

─ Ya veo ─ la pelinegra, viendo que no estaba sola, no ve peligro en encender su linterna también ─ ¿Y qué hay de Mami-san y Harry-san?

─ Nos separamos cuando estábamos en una sala de teatro. Quise ir a buscarlos, pero este lugar no tiene ningún sentido arquitectónico- Pareciera que estuviéramos en medio de un sueño convulso.

─ Este sitio es Ninguna Parte, por lo que no me extraña que sea así, Cybil. Aquí las estancias pueden ser cualquier lugar, da igual el tamaño y la ubicación.

─ ¿Cómo es posible que puedan jugar con nuestra mente a semejante nivel? Esto no puede ser real ─ Cybil adopta un tono meditativo, como si la pregunta fuese para sí misma.

─ No sé si sea una buena idea buscarle la lógica a aquello, especialmente con lo que está pasando, Cybil.

─ Bueno, en ese caso deberíamos subir. No parece haber otro camino, al menos desde donde estuve.

Homura asiente y usa la mesita a modo de andadera para que Cybil no tuviese que cargar con ella, no sea que apareciesen más monstruos e hiciese falta acabar con ellos. De todos modos Cybil no avanza demasiado rápido para no dejarla atrás, e igual el camino resulta algo tranquilo. Homura incluso enciende la radio, y esta no suena en ningún momento. Podía decir que estaba de suerte.

Cybil encuentra finalmente una puerta. La misma tenía seguro, pero eso no fue ningún problema, pues Cybil lo quita y puede abrir la puerta, viéndose ahora en el mismo pasillo donde estuvo en un principio con Mami y Harry.

─ Esto es una locura total ¿Cómo es que terminé volviendo?

─ Esto es Ninguna Parte. Todo es posible aquí, Cybil ─ Homura dirige su linterna en todas direcciones, comprobando el lugar ─. Tengo una llave conmigo. Quizá sea lo que necesitamos para abrir alguna puerta de aquí.

─ En ese caso dámela. Yo la voy a probar.

Homura asiente y le da la llave a la policía. Rápidamente ella empieza a probar la llave en varias puertas, requiriendo unos cuantos intentos hasta que logra abrir una de ellas. Para Homura eso representó un alivio, y ambas atraviesan la puerta para encontrarse en el patio de la escuela. Homura por acto reflejo dirige la linterna al otro extremo de ese patio, recordando que en aquella ocasión había visto unas lápidas. Una de ellas tenía una inscripción derruida, que no le cabía duda que correspondía a Madoka, y las otras no tenían nombre, aunque Homura ya se podía hacer a la idea de que tanto ella como Cybil, Harry y Mami estaban también señalados para estar enterrados ahí. Afortunadamente eso no ocurrió hasta el momento, pero Homura no quería descuidarse.

Cybil y Homura pasan a un lado hasta alcanzar otra puerta, y allí se encuentran algo que a Cybil la deja completamente perpleja.

─ ¿Qué es esto?

Homura vuelve a usar su linterna para revisar alrededor de ella. Estaba en un pasillo bastante pequeño, al menos en comparación a los demás por los que había pasado. Habían algunas puertas, pero todas lucían bastante bien selladas contra el marco, por lo que no veía posibilidad alguna de abrirlas, y al fondo del pasillo había una escalera que bajaba. Las paredes combinaban el óxido y la sangre con muestras de que allí hubo un incendio, e incluso Homura al posar una mano sobre la pared más cercana nota cómo parte de esa pared se desmoronaba cual ceniza. Y para rematar la escena, un extraño y tétrico brillo entre anaranjado y rojo refulgía levemente en parte de las paredes, como si estuviesen calentándose hasta estar al rojo vivo. Un llanto suena a los lejos, y tanto a Cybil como a Homura se les eriza la nuca al escuchar aquello.

─ ¿Dónde hemos caído, Homura?

─ Esto alguna vez fue la casa donde vivía Alessa con su madre ─ Homura podía comprobar incluso los distintos detalles en las paredes ─. Fueron pocas las veces que tuve la oportunidad de venir aquí, pero puedo recordar perfectamente este lugar.

─ ¿Y qué crees que implique todo esto?

─ Que ya llegamos. Alessa está al otro lado de estas escaleras. Si bajamos lograremos encontrarla y podremos salvarla.

─ ¿Y se puede saber quién es Alessa?

─ Es la hija de la líder de la orden, y a la vez es la niña que Harry busca. Es algo un poco complejo.

─ Bueno, las explicaciones deberán esperar. Quédate conmigo, Homura.

Sentía una fuerte opresión en el pecho. Sabía que ahí estaba. Cheryl, o Alessa, estaba esperando por alguien que la salvara o la matara, que para cómo estaba seguramente vendría a ser lo mismo. Homura esta vez deja de lado la mesita y baja la escalera sosteniéndose fuertemente con el pasamano, y así hasta que ambas llegan al piso de abajo.

Esta vez la oscuridad era tan intensa que las linternas ya no servían de nada. No cabía duda de que habían logrado llegar al centro mismo de Ninguna Parte, y a su vez estaban justo en el centro del dolido y atormentado corazón de Alessa Gillespie. No podían ver absolutamente nada, pero sabían exactamente a dónde ir. Era como si el lugar mismo les estuviese marcando el camino con una línea invisible pero que igual podían detectar. Homura iba apoyada al hombro de Cybil sacando su tubo para lo que sabía que sería la batalla final.

─ ¿Tienes balas, Homura? Te puedo dar un cartucho, no más.

─ Gracias, Cybil...

Era un alivio tener la pistola cargada, aunque no contase con muchas más balas. Sólo un par de tiros extra le quedarían luego de gastar el cartucho, pero Homura quería, en la medida de lo posible, que a cada bala se le saque el máximo provecho posible. Tenía que jugársela con lo que tenía, pero estaba lista para asumir el reto.

Ante ellas aparece el final del camino. El suelo, completamente hecho de rejas oxidadas, dibujaba un enorme patrón circular con una forma triangular dentro y varios detalles rituales (el sello de Metatron). En el centro del sello se encontraban dos personas a las cuales Homura reconoce en el acto. Una de las figuras era la de una chiquilla que se notaba asustada y no podía moverse, y la otra figura estaba completamente quemada y yacía tumbada en una silla de ruedas. Se podía ver que la figura quemada estaba llorando, y sus vacíos ojos lanzaban una mirada llena de dolor y desesperación. Homura incluso ve las lágrimas correr con su desfigurado rostro. Ese cuerpo, completamente destrozado y sin esperanza alguna de movilidad, mostraba de manera fidedigna el dolor por el que estaba pasando, y no desde hace un momento, sino desde hace siete años.

─ Alessa... Tranquila, que te voy a salvar...

─ Aquí no hay nadie que puedas salvar, niña ─ aparece Dahlia justo detrás del cuerpo maltrecho de su hija, pareciendo que se había materializado en medio de la oscuridad ─. Veo que has logrado llegar bastante lejos por tu cuenta, Homura, aunque es una lástima que todo ese esfuerzo sea para nada. Ya las dos mitades de Alessa están juntas, y la fusión de ambas en su yo original es inevitable. Y una vez que eso pase, el ritual que llevé a cabo hace siete años se completará finalmente. Incluso matarme no hará ninguna diferencia, pues el nacimiento de Dios en el vientre de mi hija tendrá lugar, conmigo o sin mí. Ya no hay vuelta atrás.

─ No sé de qué estás hablando, pero más te vale que te entregues ─ Cybil apunta a la cabeza de Dahlia, y esta simplemente se ríe ─ ¿Qué es tan gracioso?

─ Tú eres graciosa, oficial. Tu patético intento por poner orden no va a llevar a nada. Tu empeño en ver todo desde un enfoque lógico te ha impedido contemplar la verdadera naturaleza de Mitakihara, y ahora morirás inmersa en esa ignorancia.

Cybil no dice nada más y dispara, pero la bala no logra alcanzar a Dahlia. Muy por el contrario, la bala es neutralizada por algo que parecía un campo de energía, y luego de eso Cybil es lanzada hacia atrás por una fuerza invisible que la deja inmediatamente fuera de combate.

─ ¡Cybil!

─ Morirá dormida, así que por lo menos no tendrá que angustiarse por el peligro que corre ahora mismo ─ dice Dahlia con un falso tono dulce ─. Ahora debes tomar una decisión, Homura. Es tu última oportunidad.

─ ¡Cállate! ─ Homura también dispara, pero lo hace apuntando a la Alessa quemada, pero su disparo también es neutralizado ─ ¿Qué?

─ ¿Pensaste que no tomaría mis precauciones? Qué tonta eres, Homura. Creí haberte enseñado mejor.

Homura se sentía frustrada. Si sus balas no podían alcanzar a Alessa, entonces no tenía otra manera de apartarla de aquel sufrimiento en que yacía. Ella misma no estaba en la capacidad de ir corriendo hacia ella.

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Hey there to my future self

If you forget how to smile

I have this to tell you

Remember it once in a while

Ten years ago your past self

Prayed for your happiness

Please don't lose hope

Oh, oh

Wath a pair me and you

Put here to feel to joy, not be blue

Sad times and bad times see them through

Soon we will know

If it's for real wath we both feel

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CONTINUARÁ...


Para el próximo capítulo hay pelea final. Parece que sí se va a poder, aunque todavía hay que darle forma a varias otras cosas, y no me refiero precisamente a la historia como tal. Ya el tema estará más claro cuando toque dar los detalles.

Hasta otra