Disclaimer: Harry Potter, y sus personajes, no me pertenecen


Lo que más valoras

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Harry no sabía quién fue el hombre que planeó todo, pero sabía que si ese hombre había accedido a la lista de la fiesta de la máscaras de las almas gemelas, había tenido contacto con el anfitrión de esta, Jacob Avery, o algún empleado. Sin embargo, el único que podía darle respuesta sobre alguno de ellos era el mismo Jacob, así que no debió ser una sorpresa para éste cuando el héroe apareció en su casa, invadiendo sus barreras, y lo apuntó con la varita.

Sin embargo, lo fue. Parecía aterrorizado de la presencia de Harry. Como si Harry no hubiera cumplido con quedarse esperando respuestas que jamás llegarían a sus oídos.

Y eso lo indignara.

-Tú... tú, ¿realmente eres Harry Potter? ¿Por qué estás aquí?

- Sé que sabes por qué estoy aquí. Es imposible que no lo sepas. Estoy aquí por el caso Malfoy.

-Dijeron que no estabas involucrado en este caso.

-No intentes hacerme pensar que no sabes por qué estoy involucrado. Tú me involucraste.

-Eso no es cierto. En todo caso, no tienes permiso para estar aquí, y exijo que te vayas. Voy a quejarme con el Ministro y me aseguraré que...

Harry sonrió, y probablemente eso aterrorizó más al hombre, porque dejó de hablar.

A veces tus ojos brillan como la luz de un avada, había dicho Ginny una vez, hacia mucho tiempo, y Harry pensó que, para el maestro de la muerte, era un color excelente.

-No voy a irme. De hecho, vas a responderme unas preguntas, y me darás sin quejar tus recuerdos. La última vez te fuiste con una multa, pero esta vez seré yo quien decida tu castigo.

El hombre se sobresaltó y se echó para atrás. Era un hombre gordo, con alhajas en las manos en el cuello, que eran probablemente el resultado de las asistencias a sus fiestas clandestinas. Un símbolo de riqueza muy contradictorio al que Harry conoció una vez de Lucius Malfoy. Pensó que, probablemente, su tío Vernon era más parecido a él.

Sacando su varita apuntó a Harry, pero Harry no se preocupó porque el giratiempos estaba en sus manos y al final nadie sabría que Harry había invadido sin permiso el hogar de un mago, y si se enteraban a Harry le daba igual. Eventualmente, todo se desharía, pero antes de eso, Harry iba a obtener la información de cómo, cuándo y dónde desapareció Draco.

Lo más importante, por quién.

-¿Cómo te atreves?

Harry ni siquiera se molestó en hacer magia verbal para desarmarlo. Solo movió su mano y arrebató la varita del otro, lanzándola por los aires. Su expresión ni siquiera cambió. Con grandes ojeras oscuras bajo sus ojos verdes, con el aspecto desprolijo, y su magia emanando en furiosas cantidades, parecía peligroso y desequilibrado. El gran mago oscuro que mucha gente decía de él.

-Quiero ver al hombre a quien le vendiste mi información. Así que puedes darme tus recuerdos por las buenas o por las malas, pero no me iré de aquí sin el nombre de a quien le entregaste a Malfoy.

-¡Le he dicho todo a los aurores!

-Eso no me importa- respondió caminando hacia él. -Dime, ¿por qué habrías de entregarle a alguien información sobre mí? ¿Realmente pensaste, oh, haré pagar a Potter por mi arresto diciéndole a un asesino el nombre del hombre que carga a su niño, y Potter probablemente no va a decir nada? ¿Recuerdas que maté a Voldemort? Con un simple expelliarmus. Si decido usar otro conjuro, ¿cuál crees que disfrutarías?

-¿Un niño? Yo solo le hablé del hijo de Lucius. No había nada de un niño ...

Como si por fin entendiera, miró a Harry con sorpresa.

-Él estaba.. No, es imposible, ambos tomaron la poción anticonceptiva.

-¿Cómo lo sabes?

-Me costó encontrar tu disfraz, pero eventualmente fuiste el único a quien no pude identificar cuándo entro. Creí que te infiltraste a las barreras de algún modo, hasta que vi a ese hombre pelirrojo que a diferencia de los demás no traía un glamour en la entrada o pude reconocer. Tenías que ser tú. Fuiste el único que uso una habitación privada y cuando le preguntaron a tu alma gemela por ti, dijo que te habías ido hace horas. Excepto que no lo hiciste. Saliste primero de la habitación, pero no del lugar. Mis empleados se dividen por secciones y vigilan un cierto número de parejas. Dijeron que tú y Malfoy coquetearon por horas y luego fueron a una habitación luego de tomar la poción. También dijeron que cada uno se fue por su lado en la madrugada.

-Bueno, tus pociones no sirven, deberías cambiar de pocionista. Gracias a ti y tu excelente hechizo de compatibilidad, esa noche me acosté con quien creí un completo extraño y le puse un bebé dentro. Un extraño que era Malfoy. Y cuando entregaste a Malfoy, entregaste al niño. Entonces, le dijiste sobre mí, y Malfoy. ¿A quién exactamente?

-No puedo decirlo.

La ceja derecha de Harry tembló.

-¿Por qué?

-Tengo un juramento inquebrantable.

-Ya veo. ¿Los aurores están tratando de eliminarlo, cierto?

-Si, sí.

- Y luego de eso te ofrecerán protección, ¿no es así?

-Si.

-Es una jodida pérdida de tiempo.

-¿Qué?

-¡Imperius!

El hombre abrió mucho los ojos, y miró a Harry incrédulo. Como si Harry no pudiera nunca usar esas maldiciones en su vida. Probablemente, semanas atras no podría hacerlo, pero hoy, ahora, Harry sentía su sangre hervir dentro de él, algo oscuro moviéndose en su pecho desde el momento en que descubrió que el cuerpo de Draco estaba frío y contenía otra nota en él.

-Ahora dime a quién se lo dijiste.

El hombre no lo dijo, se resistió con fuerza.

Harto, Harry sintió su mano temblar de ira e impotencia y sin pensarlo, incrementó la potencia de su hechizo.

Lo notó, por supuesto que lo notó, pero, probablemente, ya había usado una imperdonable, no se detuvo al usar la siguiente.

-Crucio.

De pronto, Harry entendió a la loca de Bellatrix y porqué amaba ese hechizo. Vagamente notó que estaba perdiendo la locura, pero no le importó. La ira, la desesperación, se volvieron más controlables a medida que los gritos del hombre se escuchaban a través de las paredes. En su interior, se preguntó si la casa estaba vacía o había algún elfo al que le importara el hombre y cómo Harry lo torturaba.

Probablemente no, era, después de todo, una basura.

Fueron tres, o probablemente cuatro veces, antes de que el hombre dejara de gritar y Harry le diera un descanso.

-Basta, basta,-gritó cuando Harry alzó su varita una vez más. -Antonin, se lo dije a Antonin.

-¿Antonin qué?

-Antonin Dolohov.

-Creí que murió en la batalla.

-Desapareció, se ocultó bajo un disfraz y ha estado viviendo en mis territorios desde entonces. Me quejé con él de cómo me metiste a la cárcel y cómo seguramente gritarías si descubrieras que te tiraste a un puto mortífago cobarde. Me reí y él también lo hizo. Pasaron tres meses y él no le hizo nada a ninguno. No sé por qué... -Como si una cuerda se amarrara al cuello del hombre, empezó a tocar su cuello y empezar a hacer ruidos asfixiados. El hechizo vinculante estaba haciendo su trabajo, sin ninguna piedad. El hombre miró Harry pidiendo ayuda, como si por el hecho de haber confesado ahora hiciera que Harry le debiera una deuda y lo salvara. Pero Harry lo miró fríamente ahogarse.

-Mátame, por favor.

Harry se agachó a su altura, y suspiró.

-Podría lanzarte un avada y terminar con esto, pero creo que ahora sabes un poco de cómo se sintió Draco cuando abrió los ojos y empezó a ahogarse. Podría decirse que es justicia divina.

Cuando el hombre por fin dejó de respirar, Harry miró a su alrededor y se encargó de eliminar la evidencia en el lugar. Sabia lo que los aurores buscarían, después de todo. Luego se desapareció, y dejó solo al hombre.

Ahora, él tenía un nombre.

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El giratiempos, según Theodore Nott tenía tres pequeños detalles.

El primero era que, una vez que Harry lo usara, no podría volver al presente. Es decir, se quedaría donde fuera que apareciera. Eso era debido a que el giratiempo aún no tenía la magia perfeccionada para dar los saltos. Al no tener esa magia perfeccionada, Nott decidió que no deberían haber dos cuerpos, solo uno. Técnicamente, Harry estaría ocupando el cuerpo y la mente de su yo del pasado. Por tanto, no estaría actuando en las sombras, si no que tendría que hacer todos los movimientos él mismo.

El segundo fue que Nott solo había probado pequeños lapsos de tiempo, así que, aunque el giratiempos estaba listo para dar saltos incluso más grandes que los que tenían en el Ministerio, Harry sería el primero en probarlo. Por tanto, Harry debía decidir, ya que técnicamente estaría rehaciendo el futuro, en qué momento saltar. Él podía, ahora, no ir a la fiesta, arrestar a Antonin y a Jacob, y dejar a Draco vivir su vida. O esperar a que el bebé fuera concebido y evitar que Draco fuera asesinado. Solo tenía que esperar a tener la oportunidad que Antonin saliera de casa y acabar con él. Si Harry tomaba esta opción, tenía que encontrar el momento exacto en que Draco fue secuestrado, porque era el único lugar donde sabía que Antonin estuvo a parte del lugar de Jacob. La otra opción era convencer al ministerio que Jacob escondía a un ex-mortífago y lograr que lo arresten.

El tercero era que, al igual que Harry, el giratiempo se encontraría a sí mismo, así que si Harry fallaba tendría que volver a Nott y convercerlo, una vez más de entregarlo. Fallar, implicaba nuevamente la muerte de Draco y su hijo, así que no era una opción.

Harry lo pensó detenidamente, cuándo iba a saltar. No podia decidir, y tampoco tenía mucha información de Malfoy, más alla de su sanador, quien resultó no estar involucrado. Gracias a Pansy tenía un registro de las citas anteriores, y una especie de historial de las salidas de Malfoy. Todas ellas bajo el respectivo glamour de sus amigos. Y acompañado.

Excepto dos salidas.

La primera, ninguno de sus amigos sabían a dónde fue.

La segunda, fue el día del secuestro.

-Harry-la voz de Ron interrumpió sus pensamientos y distrajo a Harry de lo que creia podría pasar con cada movimiento que haría. Había pensado, vagamente, despedirse de sus dos amigos, por si esto salía mal; pero estaba distraído y ansioso. Tanto, que probablemente ya era obvio para Ron y Hermione que estaba haciendo algo.

-Dime.

-¿Quieres decirnos lo que pasó con Malfoy? Sé que Hermione sabe algo por su trabajo, pero pensé que querrías compartirlo más detalladamente. Dicen que eres alguien relacionado con la muerte de Malfoy. Rita no para de decir que mataron a Malfoy para vengarse de ti, lo cual es estúpido y no tiene sentido. O no lo tendría si no hubieras estado como loco ese día verificando donde estabamos todos.

Harry suspiró.

-Lo asesinaron, lo sabes.

-Si, pero lo que no entiendo es por qué dirían que él era la persona que más valoras.

-Él no era mi persona mas importante, era el niño.

Harry decía eso tantas veces, que estaba empezando a preguntarse si era la verdad, o una excusa más.

Ron frunció el ceño.

-¿Malfoy estaba esperando un bebé tuyo? Pero yo, creía que tú y Ginny...

-La engañé con Malfoy. De hecho, engañé a Malfoy con Ginny... él quería una pareja estable, amor, dijo... se acostó conmigo, y lo dejé en la cama solo y me fui, luego de acostarme con él. Tres meses después lo mataron, eso duró el para siempre que le prometí cuando tuvimos sexo.

-¡Harry! -exclamó incrédula Hermione.

-¿Él sabia que tu y Ginny...?-preguntó Ron.

-No, solo que estaba comprometido. Ambos llevábamos un glamour.

Ron lo miró como si estuviera loco, pero pronto lo miró con compasión, en lugar de partirle la cara. Como esperaba Harry.

Se preguntó por qué.

Hasta que Ron lo dijo.

-Harry tú, estás llorando.

Harry asintió y tapó su rostro. Llorar era, una de las muchas cosas que hacía últimamente.

Ron se removió incómodo, parecía no saber si estar furioso con Harry por serle infiel a su hermana, o querer apoyarlo en su dolor. Finalmente, suspiró y puso una mano en el hombro de su amigo.

-¿Quieres contarnos desde el principio? Estoy segura que entre los tres podremos solucionar lo que sea que esté pasándote-preguntó Hermione y él asintió sin mirarlos.

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Una semana más tarde, con la mano en el giratiempos, los tres se miraron entre ellos.

-Ginny va a matarme-suspiró Ron.-Llevamos días evadiéndola. Estoy ayudando a que la dejes, en el pasado que en minutos será el futuro. Tienes que prometer que dejarás que ella te parta la nariz, como no lo has dejado que haga-exclamó hacia Harry.

Hermione rodó los ojos.

-Repasemos el plan. Malfoy va al Ministerio por la tarde y no vuelven a verlo hasta que Harry lo saca del lago. Por tanto, nuestra misión es estar en el Ministerio e interceptarlo antes que se tope con, el muy probable, Antonin disfrazado de Harry. Según nuestros cálculos, Harry está arrestando a un hombre en Callejón Diagon por venta ilegal de pociones, Ron está en Sortilegios Weasley trabajando, y yo estoy en el mismo Ministerio en ese momento, trabajando en mi oficina.

-¿Por qué no solo evitamos la fiesta y arrestan a Jacob Avery, y a Antonin con él?-preguntó Ron.-Nos ahorraría todo el problema.

-Porque Harry quiere conservar al bebé. Nuestra misión es protegerlo. Además, no puede solo acusar de eso a Avery, necesita pruebas. Y no las hay, excepto por la confesión de Jacob, pero se borrará cuando volvamos al pasado.

-Siempre puedes matarlo antes de que le diga a Dolohov que eres el alma gemela de Malfoy.

Harry pensó que era una buena idea, Hermione rodó los ojos.

-No sabemos cuando fue eso. Harry lo mató sin averiguarlo.

Harry murmuró un lo siento.

-Bien, salvemos al hurón y al huroncito.

Programaron el artefacto y respiraron profundo.

Tres.

Dos.

Uno.

Cuando Harry abrió los ojos, estaba caminando por las calles, con Ginny colgada de su brazo.

Se detuvo, en pánico.

Ese no era el día elegido.

Harry estuvo seguro que ese día no salió con Ginny.

-¿Entonces, qué día era?