Love Live no me pertenece, es de sus respectivos autores.


Aún recuerdo cuando todo esto empezó. Fue un extraño revoltijo de emociones las que nos llevaron hasta donde estamos. ¿Quién diría que la curiosidad de un tonto pelinaranjo lo llevaría hacia donde estaba jugando escuela y después de tanto insistir, terminaría uniendo a su grupo de idols? Simplemente es algo que mi yo de años atrás habría rechazado e incluso le parecía la cosa mas estúpida del mundo.

Cómo cambian las personas ¿verdad?

Aun recuerdo que la primera vez que vi a Honoka me parecía el tipo más loco y raro que jamás había visto. Y ahora, pienso que es un gran amigo y, aunque no se lo diré a la cara, es un excelente líder. Su entusiasmo es extravagante pero lo suficientemente fuerte para hacer que lo sigas sin pensarlo dos veces.

El día que renuncie a música, fue el día que decidí tocar el piano en la escuela pues estaba a solo unos años de entrar a la carrera de medicina y despedirme por completo de lo que siempre he considerado la más grande de mis pasiones; pero ese tarado de cabello anaranjado me hizo creer de nuevo que había una posibilidad, que podía seguir con la música el resto de mi vida y… ahora de verdad lo creo, no tengo duda de que de alguna manera hare que funcione esto de mezclar dos vidas.

Entrar a muse, fue una experiencia única en todos los aspectos. Nunca nos caracterizamos por ser un grupo serio de idols aunque nos tomáramos los retos con ese carácter. Siempre había algo que nos hacia destacar de buena o de mala manera. Ya sea por nuestro rubio extranjero, un trio de idiotas que a la menor provocación generaban un desastre terriblemente grande, otro trio pero diferente a los otros pues ella eran simplemente angelitos que llegaron a la tierra para hacer el bien, y por último, la que yo considero una bendición provocada por esos tres angelitos: Sonoda Umi.

Puedo decirlo sin miedo, que si no me hubiera unido a muse, en definitiva, no habría tenido ni la más mínima oportunidad de poder hablar con ella y mucho menos formalizar una relación. De no unirme y que el grupo hubiera tenido éxito (aunque según Nozomi, eso no pasara pues se requería de los nueve para salvar la escuela), lo más probable es que sería uno de sus fans y la admiraría de lejos, solamente eso. Mi introvertida personalidad no me permitiría acercarme a ella salvo que fuera de vida o muerte aunque… la muerte suena más tentativa para mi yo de antaño.

Por eso y por muchas cosas más, que este grupo decidiera desintegrarse después de la graduación de los chicos de tercero fue la mejor opción a tomar. Es una aventura que solo nosotros nueve realizamos juntos y así es como debería de terminar, ni los seis integrantes restantes podrían llenar el vacío de los otros tres.

E irónicamente… Nos encontrábamos en la recta final de la historia que nació con nueve corazones.

- ¡Te vamos a extrañar, Nozomi-chan! –grito el niño gato que con enormes lagrimas en sus ojos, abrazo a la mayor con enorme energía, sumergiendo su cara en el cuello de la chica- R-R-Rin-kun te va a extrañar mucho nya…

Agradezco a los cielos por estar en el salón del club en estos tristes momentos pues de no estarlo, me temo que Nozomi no hubiera actuado como lo hizo a continuación.

- Rin-kun… -la joven pelimorada le dio su mas cariñosa sonrisa y correspondió el abrazo del joven pelinaranjo como si fuera una criatura frágil- no sé qué voy a hacer sin este tipo de cariño, ¿ahora quien va a energizar mis días con un lindo abrazo?

- E-Entonces –el Hoshizora levanto levemente su cabeza, amortiguando sus jadeos con enormes suspiros- p-puedo ir contigo a la universidad nya, no tienes por qué vivir sin mi nya.

- ¿Y qué haría con un lindo gatito lejos de su Kayo-chan? –enternecida ladeo suavemente su cabeza y subió su mano derecha que descansaba sobre la espalda del pelinaranjo para pasar a acariciar su nuca- no podría hacerle eso a mí linda Kouhai ¿Cómo quedaría yo después? –con su mano restante, le brindo apoyo en la espalda al darle leves palmaditas.

- ¡Kayochin me dio permiso! –Soltó en un grito ahogado- ¿v-verdad nya? –miro a la chica en cuestión y esta, con lagrimas en sus ojos, asintió torpemente- ¿v-ves nya? No tienes porque separarte de nosotros, yo…

- No tienes que decir más… -aun desde mi distancia, logre ver un pequeño brillo relucir de los ojos jade de la pelimorada- entiendo el sufrir…

Y sin decir más, se fundieron en un abrazo donde la receptora de la pesada carga era Nozomi, ella mantenía su postura madura y fuerte frente al joven gato pero de sus ojos no dejaban de salir pequeñas lágrimas.

- ¿No te vas a unir a ellos? –atine a preguntarle a Umi que yacía a mi derecha.

Tal parecía que era una reunión pequeña entre sub-unidades, así que, ella debería estar con ellos ¿no?

- Debería pero… -con escuchar su voz entrecortada, sentí como mi corazón se hizo pequeño y comenzó a doler- no tengo el valor para estar ahí y decirles adiós…

- Umi… -tome su mano y de un apretón intente brindarle un poco de fuerza- no es un adiós ¿no lo habíamos discutido antes? Es solo un "hasta luego" ¿verdad?

La peliazul me miro un tanto sorprendida, sus mejillas suavemente sonrojadas le daban un aura de inocencia casi como la de un perrito recién nacido.

- Son tus amigos, ya te despediste de los demás, ahora tocan ellos –la anime a ir tirando de su mano hacia adelante y cuando la tuve enfrente mío, palme su espalda- aquí te estaré esperando, no me iré a ningún lugar.

Era un secreto a voces, no era algo que se comentara porque sí, pero aunque muse siempre ha sido un grupo unido y cada uno de sus integrantes no teme, en algunos casos, en demostrar su cariño por el otro, las sub-unidades tienen la peculiaridad de hacerte sentir como una pequeña familia dentro de otra gran familia. Es difícil de explicarlo, una especie de calidez y seguridad llena tu pecho cuando estas al lado de tus dos compañeros de sub-unidad. Como si fueran un arma invencible, la última esperanza de la humanidad.

- Si ese es el caso –me miro por arriba de su hombro, sonriendo sutilmente- prometo no tardar.

- Aquí te esperare.

Sin decir más, camino unos pasos hacia donde esos dos se abrazaban con locura. En cuando la miraron, la sonrisa de Nozomi se suavizo pero en leves momentos parecía tintinear. Alzo su brazo derecho para permitirle a la nueva entrar en su cálido abrazo y ella entro con el permiso del chico gato que con verla también la envolvió con su izquierda llorando incluso con más fuerza.

Si debo describir el momento en el que la vi llorar con sus compañeros de sub-unidad, puedo decir que fue la cosa más desgarradora de toda mi vida. Daría todo de mi para no verla llorar jamás, el simple hecho de ver ese tono carmesí esclerótica de sus ojos hacia que quisiera correr hacia ella y alejarla de todo lo que le hiciera mal.

Pero no podía. No podía ser tan egoísta de alejarla de ellos. También merecía una digna despedida de sus amigos a su manera. Así que, debía soportar ese ensordecedor dolor hasta que estuviera lista para volver.

- ¿No es lindo? ¡Pero odio las despedidas! –Sin miedo a un "qué dirán", el sollozo abrumador de nuestro líder se hizo sonar- ¡p-pero que escena más linda!

- Honoka-kun… -uniéndose a su circo de llanto, Kotori se abrazó a la cintura del pelinaranjo mayor y apoyo su cabeza contra su pecho- e-es que ellos, es una escalerita de despedidas…

- E-Es bastante triste –agrego el llorón del Kousaka que abrazaba con fuerza a la pajarita- no podría imaginar mi vida sin ti o Hanayo-chan, al menos tenemos un año más… ¿Verdad?

- Un año… -una atípica voz se hizo sonar y era de Hanayo. Sonaba vacía, hueca, como si le hubieran sacado el alma- en un año… V-Voy a estar sola y sin ustedes… ¿Con quién comeré dulces hechos a mano?

Con la rapidez de un rayo, la Koizumi se abrazó a la cintura del Kousaka para proceder a recargar su mojado rostro en su espalda.

- N-No te preocupes Kayo-chan –hablo el hombre de la sub-unidad al mirarla por encima de su hombro- c-cuando quieras comer, vendré por ti y te sacare de la escuela, no me importa que me regañen. ¡No dejare que me alejen de mi niña!

- ¡Honoka-kun! –sollozaron las dos jovencitas de Printemps antes de continuar en su mar de lagrimas.

A veces se me olvida que de un momento para otro, Honoka y Kotori empezaron a ver a Hanayo como su "pequeña hija". Podría parecer raro, pero en este grupo, no es algo que de verdad deba de sorprender.

Con los llantos feroces de Printemps y la poca vitalidad de Lily White, solo quedaba una sub-unidad en actuar y para mi desgracia, era la mía.

Me gire a ver a mis compañeros que se encontraban a mi izquierda. Vi como Eli fuertemente apretaba su puño derecho, intuyo que se sentía tan mal como yo al ver a Nozomi llorando y de verdad que lo comprendía, su mirada no parecía estar particularmente contenta, estaba más que nada en conflicto. Cuando dirigí mi mirada a Nico-chan, ella no se encontraba en la última posición que la había visto, si no que había desaparecido.

- ¿Qué diablos…?

- ¡Te atrape!

Con un ataque sorpresa, la pelinegra me tomo del brazo derecho con una sonrisa cómplice y bastante divertida.

- Ahora que te tengo, admite que me vas a extrañar, ToMaki~ -tarareo contra mi oreja y aquello hizo que tuviera un terrible escalofríos- todos están llorando, no tienes nada que temer.

- Que yo recuerde, la única que llora aquí eres tu –con descaro, pase mi dedo índice por debajo de sus ojos para interceptar unas cuantas lagrimas- pero tranquila, no le diré a nadie que la gran Nico-ni estaba llorando –le guiñe el ojo con burla y ella me respondió con un golpe en mi costado derecho- oye, eso dolió…

- Supongo que ese es el punto de pegarte, Maki –añadió el rubio que se inmiscuyo en la plática aparentemente para distraerse- no debes de ser tan duro con Nico, está haciendo lo mejor que puede ¿verdad? –con una sonrisa tenue acaricio la cabeza de la aludida y esta únicamente desvió la mirada un poco apenada de ser atrapada.

- No tiene porque hacerlo… -dije con un suspiro de acompañamiento- no es que nos vayamos a separar para siempre, solo es un paso más en nuestras vidas ¿no?

- No puedo negártelo, pero aun así –hablando, paso su mano alrededor mío y abrazo mis hombros en un gesto fraternal- no quita que sea triste el dejar de ver a tus amigos que por un año estuviste viendo todos los días. El sentimiento de que el futuro es incierto es desgarrador, no sabemos que pueda o no pasar. Por eso queremos despedirnos aunque sea a nuestro estilo.

- ¿Con canciones a lo Disney? –pregunte alzando la ceja y Eli rio un poco- bueno, ese suele ser el estilo de muse ¿o les recuerdo el día que Honoka se lanzo a los carros para cantar? Me sorprende que no lo hayan atropellado.

- A el junto a Umi y a Kotori –hablo terminando de reír- sé que las despedidas no son lo tuyo ¿pero es tan difícil que comprendas los sentimientos de Nico?

- Yo… -me enfrente levemente a sus ojos zafiros, me obligaban sin moverse a hacer lo que ellos veían correcto- bien, lo intentare.

- Ese es mi muchacho –me dio una leve sacudida para proceder a soltarme.

- No soy tu muchacho –brame y puse mi atención en la pelinegra que nos ignoraba- hey, gremlin ¿Por qué no me miras?

- Porque eres un maldito tomate insanable, por eso –añadió de forma brusca- no voy a hablar contigo el día de hoy.

- Es una lástima, porque yo lo hare contigo –sin contenerme, puse mis manos sobre sus hombros y la gire para que así mismo me mirara- o levantas la maldita cabeza o te quemare tus discos de idols y sabes que lo hare, no juego cuando amenazo.

La vi moverse de mi agarre, pero a sabiendas que no podía zafarse, gruño antes de levantar la cabeza.

- Bien ¿Qué quieres?

Debo admitirlo, no pensé verla tan… triste. Bueno, no después del día que decidimos que el grupo de desharía.

Una parte de mi estaba conmovido. ¿Quién diría que la entusiasta y autoproclamada mejor idol del mundo lloraría porque ya no nos veríamos?

- Quiero decirte que eres una llorona, una muy enana chillona –admití y gracias a eso me gane una reprimenda física por parte de Eli- oye, aun no termino –fruncí el ceño en dirección del rubio y este entrecerró los ojos, juzgándome- bien –ya sin darle importancia, mire a la enana que esperaba mi respuesta- ¿Qué no recuerdas que te prometí?

Ella parpadeo un par de veces y en sus labios, se formo una pequeña sonrisa.

Recordando ese día, incluso en una situación tan sentimental como la que afrontaba, no logre evitar esbozar una sutil sonrisa. Aquella mañana de otoño, estaba jugando con sus hermanos cuando ella llego echa una furia porque le habían ganado las ofertas, discutimos porque intento desquitarse conmigo pero entonces, como era común entre nosotros, me defendí para asegurarle que había cosas peores que esas ofertas perdidas.

- Prometiste que ni el infierno te haría apartar de mi porque tú mismo me arrastrarías a un destino peor –comento con una pequeña risa final.

- Ah sí lo recuerdas –asentí- ¿y que contestaste tú?

- Que sería yo la que te llevaría a uno peor si se te ocurría hacer eso –poco a poco, su sonrisa se volvía soberbia- maldito tomate ¿enserio crees que eso es suficiente para ganarme? ¡Nadie puede con la increíble Nico nii!

De un golpe con su mano, alejo mis manos que descansaban en sus hombros y sus manos descansaron en su cadera, mostrando su típica postura de victoria.

- Ya llego quien si –infle mi pecho con aires de orgullo- y créeme, no perderé contra una enana.

- Pues menos yo. ¿Cómo quedaría la chica más linda del mundo si perdiera contra un tarado como tú?

- Umi ya ha perdido contra mí, así que tú, siendo la chica más fea del mundo, no es ni siquiera un rival para mí –conteste burlón y algo soberbio.

- Mira desgraciado –volviendo a su actitud agresiva, agarro mis mejillas para presionarlas con fuerza- ¿a quién le dices esas cosas?

- A ti, tonta –imite su acción y a la par que ella me apretaba yo también lo hacía- a veces siento que hablo con una pared cuando se trata de ti.

- Deja que te enseñe como es el dolor de verdad.

- Inténtalo si puedes.

Nuestras fieras miradas se encontraron en una batalla territorial. Cuando nuestra lucha comenzaba, no había forma en la que pudiéramos detenernos. Nuestra propia personalidad destructiva nos obligaba a seguir hasta que alguno se diera por vencido o un tercero interviniera. Sus ojos carmesí ardían como una vendetta de fuego, una que buscaba arrastrarme pero no contaba con que mi voluntad de hacerla caer en lo ridículo era aun mayor.

- Ustedes dos… -una sutil risa amarga hizo aparición en nuestra disputa- de verdad voy a extrañar esto.

- ¿Eli? –como en pocas ocasiones, Nico-chan y yo nos sincronizamos al hablar.

Sin preámbulos, sin anunciarlo si quiera, el mayor de los Ayase nos acogió en un caluroso abrazo, detonando lo sentimental que podía llegar a ser el ex presidente.

Cada apretón que nos daba, era el amortiguador para un jadeo proveniente del joven rubio. Incluso el, siendo uno de los pilares del grupo, podía llegar a llorar.

Aunque fuera un lapso pequeño, mis memorias sobre nuestros encuentros como sub-unidad se hicieron presentes, frescos como una lechuga: Las peleas con Nico-chan acerca de quién debía ser el centro de la canción o incluso las ideas para un vestuario, las direcciones artísticas de Eli para que fuéramos una sub-unidad destacada e incluso, los campamentos privados que realizábamos a escondidas de los demás para practicar mas y ser los mejores e incluso, los momentos de complicidad entre nosotros. Esas y muchas cosas más fueron las que me hicieron estremecer de la tristeza pues aquel momento no se volvería a repetir.

- "Solo por hoy…" –dejándome llevar por el sentimentalismo, deslice mi brazo izquierdo detrás del rubio para brindarle confort- "una vez no hace daño ¿verdad" –ya sin inhibiciones, tome a Nico-chan con mi brazo derecho para acercarla un poco más y ella pareció entender el mensaje pues imito mi acción.

Los tres nos fundimos en un silencioso abrazo. Con jadeos y lágrimas que se disfrazaba con los gimoteos de Printemps y la esfera de realidad de Lily White.


Ceremonia de graduación.

- ¿Crees que esto funcionara? –pregunto con duda la joven Koizumi que aun permanecía con un leve tono rosado en sus ojos debido a los eventos de la mañana.

- Claro que si Kayochin nya –afirmo el chico gato entre sutiles sonrisas- si hacemos las cosas de corazón, todo resultara nya.

- Hasta la pregunta duele –añadió Honoka que en un gesto dramático, coloco su mano sobre su pecho en fingido dolor- hemos practicado esto durante meses, todo saldrá bien Kayochan.

- B-Bueno es que… -antes de si quiera terminar de hablar, el chico gato y el entusiasta de Honoka la tomaron en un cálido abrazo- ¿E-Eh?

- Como la nueva presidenta del club de investigación de idols, espero más seguridad de tu parte Kayochan –afirmo el pelinaranjo mayor- debes de creer en… ¿Cómo era que se decía? -miro a su compañero de travesuras y este frunció el ceño en continuación.

- ¿en el corazón de las cartas nya? –dijo con duda y ladeando la cabeza el aludido- aunque creo que eso es otra cosa nya…

- Creo que eso es de un anime de cartas, no lo sé –Kotori se encogió de los hombros y tomo las manos de la joven Koizumi para tirar de ella y atraerla a un suave abrazo- no deberían atacar entre dos a Hanayo-chan, es sensible- puntualizo sus palabras con una sonrisa a ojos cerrados.

Esa aura… solo los dioses sabían lo nervioso que podían llegar a poner a cualquiera. Y eso que aun no le empezaba a tintinear la ceja izquierda.

- Y por eso decía, mejor la dejamos tranquila –de un rápido movimiento, Honoka se alejó de un salto de la joven Koizumi.

Rin solo se le quedo mirando, paso su mirada entre Kotori y Hanayo. Y con pesar se alejo de ella, dejando a la pobre venadita con una mirada perdida y desolada.

- a veces creo que Kotori puede llegar a ser algo exagerada… -comento Umi que recién hacia aparición detrás de bambalinas- ¿Qué fue lo que paso ahora?

- ¿hasta dónde escuchaste? –pregunte para saber por dónde empezar.

- Solo vi cuando se alejaron de Hanayo por indicación de Kotori –aclaro la peliazul.

- Ah, en ese caso –carraspeo levemente y comencé a hablar- estábamos hablando acerca sobre lo que teníamos planeado, Hanayo empezó a dudar un poco, rin y Honoka quisieron animarla abrazándola, como solo ellos, montón de empalagosos, saben hacer –rodé los ojos con un sutil suspiro cansado.

- No entiendo porque tenía que separarlos… aunque, algo me dice que es mejor no hacerlo.

Umi dejo de hablar y de sus labios salió una sonrisa resignada. Me anime a ver en la dirección que había sido el ganador de su atención e imite su acción cuando descubrí el origen de su mirada: era Kotori abrazando uno de los brazos de Honoka con una sonrisa peculiarmente aterradora. Daba la impresión de que si te acercabas más de cinco centímetros de ellos dos, te enterraría en un lugar tan desolado que ni los perros te encontrarían.

- Mas vale de lejitos si es que queremos vivir para el próximo año… -musite con cuidado, incluso dando un par de pasos hacia atrás.

- Estoy completamente de acuerdo contigo –sutil como solo ella podía ser incluso en los momentos menos esperados, tomo mi mano y cuando la vi, su suave sonrisa me recibió salidamente- me gustaría vivir para el próximo año y para los próximos que vendrán.

Uh, eso sí que era un golpe bajo a mis emociones. Me habría encantado darle un pequeño apretón en su mano y corresponder esa sonrisa; pero, aunque me cueste admitirlo, ha sido un día bastante emocional y que ella diga esas cosas como si fuera a tomar agua, solo hace que mi situación empeore.

Me tuve que limitar a desviar la mirada con un terrible sonrojo proveniente de mis mejillas. Sentía como ardían, incluso el cómo se dispersaban hacia mis orejas.

Con esa reacción incorrecta de mi parte, pude escuchar un coro celestial manifestado en la risita armoniosa de Umi.

-."Eso definitivamente no ayuda…" –pensé en mis adentros mientras aquella risueña risa se hacía cada vez más persistente.

Manifesté mi disgusto externo frunciendo el ceño, aunque en el fondo, estaba disfrutando de su felicidad.

Minutos después.

POV Normal

En el gran salón de ceremonias, rodeado por hermosos adornos florares, arriba de un estrado la directora Minami le dirigió unas palabras a los egresados de la escuela. Deseándoles lo mejor para el futuro, aquellas que la marraban, estaban atentos a su discurso a la par que seis corazones resonaban para un mismo fin.

- Gracias por su apoyo, la academia Otonokizaka tendrá nuevas estudiantes el próximo año escolar- hablo con una enorme sonrisa la directora- Junto con una sincera gratitud, quiero desearles lo mejor a los estudiantes graduados mientras se dirigen a un brillante futuro. ¡Felicidades! –un aplauso grande se hizo venir con sus palabras.

- Ahora, tenemos un discurso de despedida por parte del representante de los grados inferiores, Kousaka Honoka -anuncio Fumiko cuando la directora abandono el estrado.

- ¡Si! –El grito entusiasta del aludido se hizo escuchar en el auditorio y con energía se encamino hacia su destino.- Discurso de despedida: representante de grados inferiores, Kousaka Honoka –dijo sonriendo cuando estuvo en el estrado- ¡Queridos senpais, felicidades por graduarse! Si soy sincero… pensé en esto solo el día d ayer. Siento que no es fácil mostrar tus sentimientos con palabras, menos si son de gratitud –bajo levemente la mirada, con una mirada afligida pero manteniendo una sutil sonrisa- al final, no pude escribir algo decente- cerrando los ojos, se encogió de hombros y rio brevemente- y llegue a la conclusión que no soy nada bueno en estas cosas –al levantar completamente la cara asintió como un niño que recién descubría algo.

- Honoka… -el rubio lo miro con cierta preocupación.

Sabían que no era el más listo, pero no era tan descarado como para hacer eso en público.

- Incluso cuando era niño, mis acciones hablaban más fuerte que mis palabras. Aunque siempre fui un problema para las personas a mi alrededor –comento encogiéndose los hombros y ganándose una leve risa de las personas presentes- siempre fui malo para hacer esas cosas, un bicho raro pero… ¡Encontré el poder en las canciones! Nos permiten demostrar nuestros sentimientos de manera honesta. Al cantar… -con cuidado, coloco su mano derecha sobre su pecho- puedes sentir los sentimientos de todos en uno solo. Nuestros corazones se unen, me gusta cantar… ¡Amo cantar! Senpais, con gratitud y con un deseo sincero para su futuro, les dedicamos esto.

Sin más preámbulos, la luz ilumino el piano que estaba a la izquierda del Kousaka, permitiendo ver a Maki que se sentó en el banquillo y comenzó a tocar, aquella canción que lo inicio todo.

- Ashiteru Banzai, koko de yokatta. Watashitachi no ima ga, koko ni aru –con los ojos cerrados, Honoka comenzó a cantar- ashiteru Banzai, hajimatta bakari, ashita mo yoroshiku ne, nada, gooru ja nai.

- ¡Saa! –canto el pelirrojo, dando la señal a sus compañeros.

- Daisuki da Banzai –siguieron la canción Umi y Kotori cuando la luz las alumbro, dejando confundidas a las personas a su alrededor- makenai Yuuki, watashitachi wa ima wo, tanoshimou.

- Daisuki da Banzai- los siguientes fueron Rin y Hanayo, que armónicamente se unieron- danbareru kara kinou ni te wo futte hora, mae muite.

- ¡Todos juntos! –solicito el actual presidente del consejo estudiantil.

La armonía de un "la la la" unió los corazón de los egresados así como de sus compañeros de egresados inferiores. Puede que no fuera perfecto e incluso que se salieran de tono, pero iba con todo el amor a sus senpais.

El trio de tercero miraba la pantalla con las locaciones de la escuela, asombrándose y acompañando esa sonata de despedida, llorando en el proceso. Sintiendo de nuevo la realidad de la cual no podían escapar, ya no verían o disfrutarían de aquel momento de nuevo. Solo una vez les dedicarían esa canción de despedida una muy larga y dolorosa despedida.


Después de la ceremonia.

En el patio de la escuela

POV Maki

- Y decías que no ibas a llorar –me burle de Nico-chan que aún estaba a moco tendido, pero cuando me escucho hablar, se limpio velozmente con la manga de su suéter- ni se te ocurra tocarme –hable particularmente asqueado de su acción.

- ¡Pues solo por burlarte de la gran Nico nii, te hare pagar! –De un brinco casi felino, se lanzó sobre mí, embarrando su manga contra mi antebrazo, pues este lo había interceptado para evitar el contacto con mi cara- oh vamos tomatito-kun ¿a poco no quieres un poco de los hermosos genes de esta belleza?

- ¡Ni quien quiera esa cochinada! –reclame al mismo tiempo que intentaba controlar esas arcadas por ver aquel hilo blanquecino que se asomaba por la manga.

- ¿Y así vas a ser doctor? ¡Ja! –una sonora carcajada salió de su boca- ¡no me hagas reír!

- ¡Tu eres la única cosa asquerosa que voy a terminar odiando, te lo juro! –respondí con un quejido y en respuesta, ella mantuvo riendo como una loca maniática.

o_o_o_o_o_o

POV Normal

- No importa lo que pase, esos dos nunca terminaran de pelear- añadió Rin con una risita.

- ¿Eso que importa? ¡Me han estafado! –grito un "desahuciado" Honoka.

- No te estafamos, todo fue culpa tuya –añadió Eli que sacudía su caja de jugo- pero que rico sabe esta bebida que nos invitaste~

- ¡Kotori-chan, ayúdame! –le imploro a la pajarita pero esta se encogió de brazos- ¡no, tu no!

- Bueno, fue culpa tuya. Habíamos dicho que el que dijera "ultima vez", pagaría las bebidas~ -con descaro sorbió su caja de jugo.

- Gracias, Honoka-kun~ -hablo Nozomi que se regocijaba con la situación actual.

- De nada… -sin ánimo de pelear, el Kousaka suspiro derrotado.

Tarareando, la joven Minami se acercó un poco a rubio- Eli-kun ¿quieres ir a ver a las alpacas? Estoy segura que una de ellas te quiere mucho~ -comento y al ver la cara de su presa, soltó una pequeña risa- ¿eso es un no?

- ¡C-Claro que no iré! ¡Esa cosa me odia!

- No te odia bueno, tal vez un poco –agrego Hanayo- es que fuiste muy grosero con ella…

- Yo no…

- ¡Quien diría que es hembra! –soltó en un grito le joven Rin- ¡eso si que fue una sorpresa nya!

- Sus bebes serán tan lindos~ -hablo encantada y meciéndose en el aire la joven Koizumi- siento que mi trabajo de cuidadora de alpacas ha incrementado, pero a su vez… me siento emocionada –asintió con vehemencia ante su nuevo desafío.

- Mientras no salga como Nicocchi –añadió la pelimorada con una risita traviesa- quien diría que su mamá es un tremendo bombón y ella pues… una tabla…

- Es bastante sorprendente a decir verdad –Eli asintió levemente con la cabeza.

- ¡Elicchi! –El grito estrepitoso de Nozomi lo hizo saltar- ¿a poco te le quedaste viendo a la mujer? ¡Eres un infiel!

- ¿Eh? ¡Yo no hice nada! –Se defendió, colocando sus manos enfrente para evitar ser golpeado- solo es un comentario eso es todo.

- Eres un pervertido… -bramo la joven ojiverde con su mano sobre sus labios para ocultar la tremenda sonrisa risueña que ocultaba- me decepcionas.

- P-Pero yo…

- Eli-kun, lo arruinaste –uniéndose a la conversación, Maki hizo aparición después de quedar en empate con Nico- todavía que la pobre chica se cambia el peinado por ti y tu haciendo eso. Inaceptable.

- No, Maki –el rubio negó fervientemente con la cabeza y busco ayuda en la persona más sensata del grupo- Umi por favor.

La joven peliazul lo miro y con un suspiro desvió la mirada- que indecente…

- Umi, tu no…

- ¡Eres un infiel nya!

- ¡Y con mi mamá! Enserio Eli, sé que no puedes conseguir nada conmigo y te conformaste con la senos de vaca pero ¿es enserio? Es una mujer decente, no se fijaría en un idiota como tú.

- Si ustedes dos terminan ¿puedo tener una oportunidad con Nozomi? –comento Honoka que divertido abrazo los hombros del ruso.

- ¿Pero Kotori…?

- No me molestaría –la aludida se encogió de brazos y con travesura puso su dedo sobre su mentón- tampoco me molestaría tener a Nozomi-chan como segunda abordo~ -acudiendo al llamado de las bromas, paso de manera sutil su brazo por la cintura de la pelimorada y esta, como buena bromista que era no iba a dejar pasar esa oportunidad.

- Tiene algo de excitante intentarlo con una primeriza como Kotori-chan~

- ¡N-No tengo porque saber eso! –soltó en un grito apenado el joven rubio que por la presión de sus amigos, se tapo los oídos con las manos.

- No puedo creer que Honoka te ganara esta ronda, Eli –agrego la pelinegra que - que decepción ¿y te haces llamar uno de tercero?

- ¿N-Nico…? –al alzar la mirada, Eli miro a su compañera pelinegra que negaba con la cabeza, decepcionada por la actitud del joven- yo no…

- Debo admitirlo, estoy de acuerdo con la enana –comento Maki cruzándose de brazos- pero es cierto, Honoka es mejor opción que tu, rubio oxigenado.

- Maki… -soltó un pequeño gemido triste y miro hacia la peliazul que se puso al lado de su pareja- a ti ya ni te pregunto, sé que me dirás "indecente" de nuevo…

- Me has ahorrado las palabras –comentó la compositora, conteniendo su risa detrás de su puño.

El resto del grupo se rio del rubio y de la sátira que le mismo había enredado. En definitiva no era el chico ruso de ojos fríos que en antaño habían conocido, su versión actual… bueno, seamos francos, no tiene nada que ver con su personalidad propiamente pero en una despedida vale la pena dejarse llevar, ¿no creen?

Incluso en un momento en el que las risas no faltaban y las burlas hacia un futuro incierto sobraban, aun había un pequeño espacio para la melancolía que conllevaba aquel último encuentro.

La escuela fue testigo de cómo nueve integrantes se unieron para salvar su escuela, nueve corazones que latían bajo la misma misión.

Después de las que parecían ser incesantes burlas al rubio, por fin se dio la oportunidad de la tradición más acuñada de la institución: el intercambio de los moños.

En los inicios de la escuela, así como en cualquier escuela, se daba la tradición de que los hombres le dieran el segundo botón de su chaqueta a la chica que les gustaba, como si fuera una promesa, pero en Otonokizaka, siendo la escuela que no es particularmente acérrima a seguir una norma o más bien, sus alumnos no las siguen, estos decidieron ser diferentes a las demás. Así como muse, un grupo de estudiantes empezó la particular "tradición del lazo": en el que independientemente de tu género, podías darle tu lazo a una persona de curso pasado que quisieras mucho ya sea como un amante o como un preciado amigo. Los alumnos tendrían la posibilidad de hacer cualquiera de las dos tradiciones pero esta tendría un impacto debido a que no solo era para un interés amoroso como la primera, si no que para aquellos grupos que juraron permanecer juntos pese al paso del tiempo.

Esta podía aplicarse incluso de segundo año a primer año, pero siempre se daba más la oportunidad y era más impactante cuando alguien de tercero daba su lazo a alguien de segundo y este si quería, podía pasarlo.

Sin importar el tamaño del lazo, este podía arreglarse para que fuera una corbata o un moño respectivamente y el sucesor pudiera usarla si así lo deseara.

Muse no siendo ajeno a esa tradición, decidieron realizarlo en las puertas de la escuela, siendo así un simbolismo de que se iba lo viejo para dejar entrar a lo nuevo.

Eli, Nozomi y Nico se desataron sus listones con una sonrisa melancólica, a sabiendas que esos no los habían heredado como esperaban que sus amigos lo hicieran. En una fila horizontal se pusieron enfrente de sus receptores: Eli a Umi, Nico a Honoka y Nozomi a Kotori. Los futuros chicos de tercero se miraron y al asentir con sus cabezas, retiraron sus listones para que sus superiores pusieran el lazo en sus cuellos respectivamente.

Nozomi le sonrió a Kotori de una forma maternal cuando anudo el moño en el cuello de la peligris. Como en el inicio del día, las lágrimas de ambas jovencitas no se hicieron esperar y en la última vuelta del lazo, la pelimorada dio un paso hacia atrás para admirar su trabajo y soltar un "te queda mejor a ti que a mí". Con aquellas palabras, Kotori tomo a Nozomi entre sus brazos para darle un fuerte abrazo.

Honoka, gracias a la altura pequeña de Nico, tuvo que agacharse un poco para que esta alcanzara su cuello y cuando la pelinegra comenzó a anudar el lazo en un nudo de corbata bastante feo pues el tamaño no era el correcto, le dijo al pelinaranjo o más bien, lo hizo jurar que no perdería su lazo y que en el futuro quería que se lo diera a Rin y cuando el terminara, le devolverían su preciado lazo pues era un recuerdo de la gran Nico nii y podían venderlo en eBay para sacar dinero y no darle nada a ella. El ojiazul solo rio sutilmente con algo de nerviosismo pues sentía que cualquier movimiento en falso haría que la enana lo ahorcara.

El ultimo dúo, aquel que había causado tantos problemas: Eli y Umi. Por fortuna el lazo de los hombros si era más fácil de anudar para hacerlo un moño o algo parecido, así que este procedió a hacerlo, mostrando una maestría en hacerlo y claro que eso no paso sin ser alagado por la peliazul que no sabía de la habilidad escondida del rubio.

- Arisa siempre tiene problemas con su moño y termino ayudándola cuando me lo pide –comento ante la mirada inquisitivas de la joven.

- Eres buen hermano Eli –comento Umi con una pequeña sonrisa.

- Intento serlo. Sé que es mucho pedir que cuides de los demás en mi lugar, pero ¿podría encargarte a mi hermana? Ella te admira y sé que podrás orientarla mejor de lo que yo lo haría –ladeo una pequeña sonrisa y la joven la recibió con un asentimiento.

- Te quitas méritos. Pero hare lo que me pides, cuidare de Arisa –con aquella respuesta, el ruso termino de anudar el moño y dio un paso hacia atrás para ver su obra- ¿Cómo quedo?

- Se verá mejor cuando lo arregles propiamente –mantuvo aquella sonrisa y cerró los ojos brevemente- pero te servirá cuando tengas que entregarlo –al abrirlos miro sobre el hombro de la joven el como un pelirrojo aguantaba las ganas de llorar, no solo el, también los otros dos jovencitos que estaban al lado de el- el chico duro no quiere llorar, vaya novedad –agrego a sus palabras un desvió de ojos y un pequeño bufido.

- ¿Te refieres a…? ya vi –hablo cuando miro sobre su hombro y de inmediato el joven músico desvió la mirada- está bien, me encargare de que suelte todo lo que guarda cuando estemos solos.

- Confió la sanidad de este grupo a ti, Umi.

- Intentare mantenerlos a flote, pero no pronto mucho.

Ambos jóvenes se compartieron sonrisas cómplices antes de dar una última mirada a la salida de la escuela.

Bueno, era hora, una despedida honorable para un grupo de idols que lucho hasta el final.

Era tiempo te avanzar sin ver hacia atrás, un futuro los esperaba y si no salían rápido, no podían abordar el tren.

El ruido de las aves era pasible y relajante, las flores de cerezo caían grácilmente de los árboles, dándoles la despedida al acariciar sus cabezas diciendo "buen trabajo".

El grupo antes alterado se había vuelto calmado, esperando la salida de aquellos que les decían "senpai".

Lo único que pudo romper aquel hermoso momento fue el sonido del celular de Hanayo.

- Eso rompió el momento –reclamo Maki.

- ¡P-Perdón! –agrego la joven Koizumi revisando velozmente su celular- ¿¡Q-Qué!?

El grito fue tan fuerte que incluso las aves salieron volando. Los integrantes del grupo la miraron con duda.

- ¿Hanayo? –pregunto su nombre le ruso.

- ¿Qué pasa? –soltó Nico un poco fastidiada de aquel incesante ruido.

La joven Koizumi seguía mirando atónita su celular, la noticia que fuera, debía ser muy impactante para tenerla así.

- ¡Tennos problemas! –grito a todo pulmón la asustadiza Hanayo.

- ¿Qué está pasando? –apenas si lanzo Honoka soltó la pregunta cuando ya había sido tomado de la mano y jalado hacia la entrada de la escuela-

- ¡No puedo decirlo aquí! ¡Tiene que ser en el club! –mascullo Hanayo y se comenzó a llevar a Honoka hacia los adentros de la escuela.

- ¿Eh? ¿Qué pasa? ¡Díganme! –soltó Nozomi en un grito feliz mientras corría velozmente detrás de Honoka y Hanayo.

- ¡Nozomi! –grito Eli que comenzó a seguir a su pareja.

- ¡Estamos en problemas! –continuo diciendo la Koizumi.

- ¿Qué pasa ahora? -Pregunto la compositora

- ¡Nya, una aventura!

- ¿Quieres decir que no se ha terminado? –agrego Kotori que corría junto con Umi y Rin.

- ¿Qué? No entiendo nada –comento el pelirrojo que comenzó a correr a la par.

- Tendremos que velero por nosotros mismos, tomatito.- se burló Nico que de alguna manera encontraba divertido aquella pequeña reacción.

- ¡superen! ¡Acabamos de graduarnos! –mascullo Eli.

- ¡Bien! ¡Todos síganme! –soltó un ensordecedor grito el entusiasta Honoka que al no vencer a Hanayo, se dejó llevar por su emoción.

Corriendo como locos hacia una nueva y última aventura, tanto el compositor como la escritora se miraron con complicidad. Suponiendo que de alguna manera, iban a poder presentar su última oda a muse.


Siendo franca… había pensado terminar la seria en este capítulo pero… un pequeño gusto culposo es que pues, cuando vi la película, siempre quise ver como componían Umi y Maki, bueno, en realidad, simpe quise verlas trabajar juntas pero en la película más. Y pues… como aquí le hacemos como Naruto, puro relleno, pues abarcaremos un poco de la película muy a mi estilo jajaja y después de eso, el verdadero final junto con el epilogo.

No vi necesario traducir Ashiteru Banzai porque… ¿Quién no se lo sabe? Porque claro que no es porque esa canción me hace llorar, claro que no ¡Mentiras!

¡Muchas gracias porque llegaste hasta aquí! ¿¡Te han dicho que eres súper especial!? ¡Pues lo eres!

¿Qué Tal si demuestras lo especial que eres dejando un review y compartiendo tus historias favoritas con tus seres queridos?

De nuevo, muchas gracias, por ti son por la que seguimos escribiendo ¡gracias!