Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es bornonhalloween, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to bornonhalloween. I'm only translating with her permission.


Capítulo 7

Él no dice nada mientras bajamos las escaleras, encendiendo las luces que iluminan el sótano.

Frente a mis ojos, Edward se transforma en el entrenador profesional de empoderamiento. Es como si el mundo de arriba es solo un lugar que visita de vez en cuando, pero aquí es dónde pertenece.

Me dirije hacia el "vestíbulo" primero y me ofrece un asiento frente a una mesa redonda con solo un álbum de fotos sobre ella.

—Aquí es donde me encuentro con mi cliente antes de la sesión. Observamos el álbum juntos, hablamos sobre lo que sucederá, sus objetivos para la sesión... lo que sea que ella quiera compartir conmigo.

—¿Puedo? —Señalo al álbum, y él lo desliza en mi dirección.

—Por supuesto.

Se para junto a mí y abre el álbum.

—Esta mujer vino a verme hace cinco años después de dar a luz a gemelos. —La foto es cruda y real, no lo que encontrarías en una revista. Ella se encuentra parada frente a un telón blanco de fondo, completamente vestida, cubierta a media luz, su mirada fija a un costado—. Esta es nuestro "antes". Claramente no quiere ser vista —explica.

Voltea la página, y difícilmente puedo creer lo que veo.

—La misma mujer, tres horas después. —La diferencia es literalmente impactante. La mujer está completamente desnuda y extremadamente radiante, su mirada fija en la cámara como si fuera un mejor amigo al que ella le ha contado su secreto más íntimo. Se encuentra posando elegantemente sobre un taburete de madera para esconder sus partes íntimas, pero cada rollo y estría está expuesto para la cámara.

—¿Cómo lograste eso?

—«Closer» de Nine Inch Nails. —El recuerdo lo hace sonreír—. Muy, muy alto.

—Bromeas.

—Nop. Aún recuerdo cómo me sentí cuando ella me sonrió. —Su voz tiene un cariño que me derrite. Señala la siguiente foto, una mujer prácticamente hecha bolita en el suelo, aferrando sus rodillas contra su pecho—. Este... una víctima de violencia doméstica.

—Oh, por Dios.

Voltea la página lentamente, y un nudo se forma en mi garganta. La misma mujer, relajándose sobre su costado, desnuda bajo una sábana blanca discretamente torcida, su barbilla apoyada sobre su mano.

—Y... después —dice suavemente.

—Ella luce casi coqueta.

—Fue increíblemente valiente.

Busco su mano y la jalo alrededor de mis hombros. Él se mantiene callado mientras observo el resto el álbum. Cada tamaño y forma de cuerpo es representado. No toda imagen de "después" es completamente desnuda, pero la personalidad de cada mujer se muestra en la página después de su sesión con Edward.

Un nudo se forma en mi garganta. Estoy tan agradecida de haber conocido a este hombre.

—Estas fotos deben venderse por una fortuna.

—No están a la venta. La cliente paga por la sesión; todo es suyo. Todas las fotos de este portfolio, junto con las que verás colgando en las paredes, las modelos me han otorgado permiso para mostrarlas. Estas inspiran a otras mujeres que les cuesta comenzar.

Me pongo de pie y envuelvo mis brazos a su alrededor.

—Eres increíble; ¿sabes eso?

Se encoge de hombros.

—Este es mi superpoder.

Sonrío, recordando nuestras conversaciones sobre el Hombre Paraguas.

—¿Me muestras el resto?

—Le dijo Dorothy al Mago.

Me lleva al cuarto siguiente, y me tengo que reír cuando veo los paraguas abiertos junto a una pared.

—Supongo que tenías varios de sobra.

—Te di mi favorito.

—Ajá. —Camino frente a la pantalla blanca y me imagino quedar en las manos hábiles de Edward. Cosas emocionantes—. ¿Aquí es dónde comienzas?

—Mmhmm.

—¿Cómo tomas esas fotos en la oscuridad?

—Atenúo las luces y uso un reflector en el fondo o costado para resaltar el contorno. El objetivo es que la modelo se olvide de que estoy aquí.

—Eso parece un desperdicio.

Sus labios se estiran, pero me mira de la manera que lo hizo esa primera vez que me besó. Como si le temiera a algo.

—¿Edward?

—¿Mmm?

—¿Tomarías mi foto?

Él se tensa, sus ojos se agrandan.

—No lo sé...

—¿Por favor?

—Es diferente contigo, Bella.

—Eso está bien. No necesito la parte de la terapia. Ni siquiera tienes que atenuar las luces. —Antes que Anticuado pueda decir que no nuevamente, paso mi blusa por encima de mi cabeza y la lanzo al suelo—. ¿Ves? No tengo ningún problema.

—Cielos, Bella. —Sus manos vuelan a sus caderas.

—¿Por favor?

Se toma un minuto para observar el sostén de encaje blanco y considerar sus opciones.

—No esperes objetividad. Me siento realmente atraído a ti.

—También me siento realmente atraída a ti. —Deslizo mis manos por mi cabello y las uno sobre mi cabeza—. Vamos, Superman, volemos.

Edward suspira pesadamente, su rendición completa. Se estira sobre su hombro, toma una de las cámaras del estante, y pasa la correa por su cabeza.

Pienso en esa mujer que necesitaba música fuerte y oscuridad, pero todo lo que yo necesito es a Edward y su suave clic-clic-clic. Se mueve silenciosamente a mi alrededor. Es emocionante—la atención de los lentes sobre mi cuerpo, sabiendo lo mucho que Edward me desea.

—Mira aquí —dice, acercándose, bajando la cámara a mis pechos—. Eso es hermoso, Bella. ¿Levanta la barbilla? Muy bien. —Clic, clic, clic. No lo pide, pero me estiro y desabrocho mi sostén. La cámara sigue silbando mientras deslizo las tiras por mis brazos y dejo caer mi sostén al suelo.

Su voz se vuelve ronca.

—¿Levantas los brazos para mí? Hermosa. Gira un poco hacia la derecha, mírame, sí, justo allí.

Le doy todo lo que pide, desde cada ángulo. ¡Qué emocionante! Quitarme la ropa para Edward es más fácil que hablar con él por teléfono.

Busco mi bragueta. Él pausa por medio segundo, carraspeando. Los lentes hacen zoom como una mano codiciosa en busca del frasco de galletas.

—Baja la bragueta un diente a la vez. Dobla la cintura... dame un vistazo de tus bragas... perfecto. —Clic, clic, clic—. Quítate los jeans lentamente... quédate allí... bieeeen... gira la cara hacia la pantalla. ¿Inclínate hacia adelante? Bien, ahora mira sobre tu hombro hacia mí... Mierda.

La cámara cae contra su pecho. Su rostro se contrae con una tensa mueca.

—¿Qué pasa, Edward?

Se le escapa un suave gemido mientras se frota el rostro con las manos.

—Me temo que acabo de convertir esto en una sesión pornográfica. Lo siento mucho.

Giro hacia él.

—Yo no.

—Bella, no creo que lo comprendas. Tengo sentimientos reales por ti. Así no es cómo imaginé desvestirte por primera vez. Me siento como un completo idiota, parado aquí tomándote fotos.

Carajo. ¿Qué he hecho?

—Todo esto es mi culpa. Te presioné para que hicieras esto y entonces me dejé llevar.

—No es tu culpa. Se supone que yo soy el profesional.

Él traga fuerte, su mirada se fija en la mía como si sus ojos fueran a ser chamuscados si mira mi cuerpo. A pesar de toda la experiencia que sé que Edward ha tenido con mujeres en todo tipo de desnudez, él está completamente incómodo.

Levanto mis jeans para salvarnos de más vergüenza. Justo cuando doy un paso hacia mi blusa, él levanta mi sostén del suelo. No sé las mejillas de quién están más sonrojadas mientras me enderezo y tomo el sostén de sus manos.

—Gracias —susurro.

Él voltea para colocar la cámara en su estante, pero permanece allí más tiempo de lo necesario de espaldas a mí, sus hombros tensos y quietos.

Establezco un nuevo récord al vestirme de nuevo, y entonces coloco una mano entre sus escápulas.

—Edward, sí, eres el fotógrafo profesional, pero solo somos dos personas en una cita. Esto no tiene que ser gran cosa, ¿de acuerdo?

—¿Estás vestida? —pregunta suavemente.

—Sí.

Exhala al girar hacia mí lentamente. Su mirada baja a mi cintura, y sacude la cabeza lenta y tristemente.

—Voy a borrar esas fotos, Bella. Lo prometo. Si quieres, lo haré ahora mismo y puedes verme.

—No. No lo hagas.

Su rostro se contrae, confundido.

—¿Que no las borre, o que no lo haga ahora?

Me encojo de hombros.

—Tengo una foto tuya en mi teléfono.

Mi intento de relajar el ambiente funciona. Edward resopla.

—Sí, eso parece un trato justo.

Me acerco más, uniendo mis manos detrás de las espalda de Edward, y froto mi rostro contra su delicioso cuello.

—Guarda las fotografías. Me encantó que me miraras así.

Él me abraza fuerte, y nos mecemos juntos como un árbol joven poniendo a prueba sus raíces en un viento fuerte.

Puedo sentir la tensión abandonar su cuerpo. Planta un beso en mi cabello.

—Sabes que no me gusta alardear...

Mis labios se estiran en una sonrisa mientras juego limpio por él.

—¿Peeeero?

—Hice un pastel de manzanas.

Me aparto solo lo suficiente para ver su brillante sonrisa. Estamos bien.

—¿Con helado?

Pfff. Por supuesto —responde, tal como sabía que haría. Anticuado nunca hace las cosas a medias.

—¿Por qué seguimos aquí?


Ay, Anticuado jaja

Recuerden que subo adelantos en mi grupo :)