A la mañana siguiente Luffy se levantó de la cama, realmente no había dormido casi nada la noche anterior ya que a pesar del sueño inminente en su sistema, no tenía demasiadas ganas de seguir intentando dormir. Menos cuando Torao seguía en la habitación contigua y muy probablemente seguía molesto. No queriendo pensar mucho en ello salió nuevamente del hotel, pero ahora con la intención de comer algo, pues si bien su organismo podía perdonarle el no dormir bien una noche, su estómago no haría ni una sola excepción con la cantidad regular de alimento que este ingería por día
Realmente quiso avisarle a Trafalgar, pero su pecho dolía cada vez que siquiera miraba hacia la puerta de la habitación de este por lo que solo terminó yéndose por la ventana una vez más. Su hambre era demasiada pero realmente no sabía que hacer ya que no tenía dinero y el Law de ese mundo les había pedido que no causarán problemas por lo cual estaba en un dilema, en el que su estómago estaba involucrado y eso nunca era bueno del todo.
—¡Aaah! ¿Qué hago? —suspiro Luffy mirando al cielo— tengo hambre, pero no tengo dinero y no quiero molestar más a Torao.
—¿Luffy-ya? —habló el marine quien se sorprendió al ver como el menor había saltado desde la ventana del edificio, en lugar de usar las puertas como la gente normal— ¿Qué pasa?
—¡Oh! ¡Hola Torarine! —saludó agitando la mano— Buenos días… ¿Qué haces aquí tan temprano?
—Venía a ver cómo estaban… Sé que no tienen nada de dinero así que no pienso dejar que se mueran de hambre ¿Ya despertó mi otro yo?
—Eh… Creo que no, aún seguía encerrado en su habitación— justo en ese momento el estómago de Luffy gruñó fuertemente lo que hizo reír al marine.
—¿Qué te parece si nos adelantamos y desayunamos en lo que despierta?
—Uh… Claro— respondió mientras bajaba su mirada al piso aún desanimado.
—¿Sucede algo Luffy-ya? Te noto preocupado.
—Ah bueno… En realidad…
Trafalgar, por su lado, no había logrado pegar ojo en toda la noche. Se sentía como una completa mierda por haber sido el principal causante de esa estúpida discusión anoche. Si lo pensaba con calma, Mugiwara-ya ni siquiera conocía el significado de la palabra "cita" así que no entendía de dónde había venido su enojo porque este la aceptara. Bueno… Sí entendía de dónde venía. Simple y sencillamente NO quería que él pasara tiempo con ese estúpido marine que parecía estar aprovechándose de la inocencia de su aliado.
Igual se había molestado mucho cuando Luffy le mencionó que una cita significaba que le invitaran comida. Porque eso le hizo recordar el breve momento juntos que pasaron antes de que fueran traídos a esa maldita realidad de mierda ¿Acaso Mugiwara-ya sólo lo veía como un proveedor de alimento? ¿Se iría con cualquier persona que le ofreciera un maldito pedazo de carne? Es cierto que ellos dos no habían pasado demasiado tiempo juntos, pero aun así le gustaba pensar que su alianza era algo más que simples formalidades.
El monito le había dicho en más de una ocasión que lo consideraba su amigo y aunque Law lo negara, la verdad es que cada que el menor le decía ese tipo de cosas, él lograba sentir calidez y felicidad en su interior. Es por eso por lo que había atesorado ese breve momento al lado del chiquillo de cuando le compró esas manzanas, las cantidades desorbitantes de takoyakis y el jugo de naranja, era algo que la verdad prefería pensar en que eso había sido una ocasión especial entre Luffy y él. Y por ello cuando el menor aceptó tan fácilmente la invitación de su maldita imitación andante delante suyo se sintió herido.
No es que él fuera especial para Mugiwara-ya… Él simplemente seguiría a cualquier persona que le diera de comer y eso dolía… Dolía como la mierda porque eso había logrado romper su pequeña burbuja personal en donde pensaba que tal vez podría significar algo más para Luffy. Al final de cuentas, él no era diferente a cualquier otro de sus nakamas y era doloroso reafirmarlo de esa manera. Pues muy en su interior seguía teniendo esperanzas de poder tener algo con su aliado en algún futuro.
Pero tal vez él estaba en un error… Se sentía estúpido por esperar algo más de alguien como Luffy quien parecía era un ser completamente asexual y para quien jamás podría llegar a ser especial. Sólo se estaba ilusionando solo y fue por eso qué había sido tan cortante la noche anterior pues no quería estar al lado del menor ya que sentía que si permanecía más tiempo a su lado en ese momento, se hubiera soltado a llorar cual niño pequeño y definitivamente no permitiría que su aliado lo viera de esa manera. No… Law tenía un orgullo que debía proteger.
Cuando menos sé dio cuenta ya había amanecido, pero aún era bastante temprano y suponía que el menor seguiría durmiendo por lo que no quería salir de su habitación, pues no deseaba despertarlo o al menos esa era su intención, pero grande fue su sorpresa cuando lo escuchó abriendo la ventana del balcón para volver a escaparse del lugar, lo cual fue suficiente para que éste se preocupara y se levantara de la cama arrastrándose para ponerse rápidamente sus pantalones de mezclilla y su abrigo corriendo para tratar de alcanzar al menor. No le gustaba estar en malos términos con él y quería arreglar la situación antes de que empeorara.
Sin embargo, su intención de disculparse rápidamente se fue al caño cuando tras bajar por las escaleras lo primero que vio fue al monito caminando al lado del marine. Ambos se estaban dirigiendo hacia el comedor mientras Luffy se reía de algo que el contrario le había dicho, lo cual no hizo más que dar un nuevo golpe al cirujano de la muerte, quien sólo pudo sentir su corazón oprimiéndose en su interior. Quiso hablarle a su aliado, quiso llamarlo y fingir que todo estaba bien… Pero no quería volver a cagarla y explotar nuevamente para que el monito volviera a poner esa expresión triste en su rostro… No… Lo mejor era darle su espacio por ahora.
Con eso en mente arrastró sus pasos de vuelta a la habitación y tras cerrar la puerta tras de sí lo único que se le ocurrió para despejar su mente fue tomarse una larga ducha con agua caliente intentando relajar sus músculos. Notándose sólo en la habitación no esperó más y comenzó a desprenderse de su ropa quedando solamente en un bóxer negro que se ajustaba deliciosamente a sus muslos. Mirando su reflejo en el espejo de cuerpo completo del baño comenzó a pasar su mano encima del tatuaje de su pecho, trazando las líneas de tinta desde la cabeza hasta la punta del corazón que terminaba en su ombligo.
Aún recordaba cuando se hizo ese tatuaje… Era el más importante que tenía pues era el que hizo para recordar siempre a Cora-san. Era el símbolo para que nunca, jamás, olvidará que ese hombre seguía vivo a través de las acciones que ejerciera de aquí hasta que terminara su vida. Él seguiría su voluntad y lucharía por la libertad que Corazón quería para él. Mirar su tatuaje en ese momento sin embargo sólo lo ayudó a sentirse más nostálgico pues si había algo que no le gustaba mucho de su personalidad, era de hecho, la poca inteligencia emocional que tenía para expresar sus emociones y socializar con las personas. Cora-san era una persona bastante amigable y siempre había intentado que Law se abriera con él, pero este estaba demasiado dañado y jamás pudo decirle lo mucho que lo quería.
Y ese patrón se repetía constantemente con todas las relaciones personales del cirujano de la muerte. Siempre solía reprimirse a sí mismo y no decir lo que realmente sentía porque en el fondo seguía teniendo miedo a ser herido. Por eso lastimaba a los demás… Por eso había hecho entristecer a Mugiwara-ya… ¿Por qué no podía sincerarse tal y como Cora-san quería?
No queriendo pensar más en el asunto se apresuró a quitarse la pieza de tela faltante y entró a la ducha permitiendo que el agua caliente acariciara su piel. No tardó más de 30 minutos en terminar con su limpieza personal cuando de manera despreocupada se secó el sobrante de agua con una de las toallas que Luffy había desordenado la noche anterior. Una vez que secó su cuerpo comenzó a frotar su cabello contra la toalla en un gesto descuidado al momento que salía de la ducha sin preocuparse de su desnudez.
Una vez limpio echó otra mirada al espejo el cual ahora se encontraba empañado por el vapor caliente lo que provocó que nuevamente chasqueara la lengua pues era un obsesivo compulsivo que odiaba que las cosas estuvieran sucias. Por lo que con la misma toalla comenzó a limpiar el espejo y una vez que este estuvo reluciente echó una nueva mirada a su figura sintiéndose orgulloso de su cuerpo bien trabajado.
Antes de que pudiera seguir apreciándose a sí mismo, el sonido de alguien tocando la puerta lo distrajo. Eso lo confundió pues sabía que Luffy prefería entrar por las ventanas, así que no podía ser él… A no ser que hubiera decidido entrar como un ser humano decente y hubiera olvidado la copia de su llave lo cual era una opción bastante realista. Notando que la toalla entre sus dedos ya estaba empapada se aseguró de agarrar otra toalla seca y la enredó en su cadera antes de abrir la puerta encontrándose con una mucama que al verlo no pudo hacer más que sonrojarse.
—Eh… Ah… —Balbuceó la mujer quien no podía despegar su mirada de los pectorales bien marcados del hombre frente a ella el cual era un completo adonis— Este… Servicio a la habitación —logró decir por fin.
—No ordené nada —contestó de manera cortante.
—A… Alguien lo pidió para usted en la recepción… Ya está pagado… Mire, es para la habitación 603 —contestó aún nerviosa mientras miraba de arriba hacia abajo al hombre orando a Dios porque esa toalla se resbalará.
—¿Mmmm? —soltó de forma desinteresada— Bien… —respondió finalmente de forma indiferente, mientras tomaba la charola entre sus manos y le cerraba la puerta en la cara a la mucama quien lejos de molestarse sólo pudo suspirar enamorada.
En cuanto Law regresó a la habitación colocó la charola en el centro de mesa y sin poder contener su curiosidad quitó la tapa sorprendiéndose con lo que vio. En su interior había un montón de onigiris variados lo cual sólo podía significar que esto era un regalo por parte de Luffy pues él era el único allí que conocía su comida preferida. Junto a la comida también había una nota descuidada, la cual tomó entre sus dedos sólo para observar la desastrosa letra que sólo podía pertenecer a su aliado por lo fea que era.
"Torao… No sabía qué tipo de onigiris te gustan así que te pedí uno de cada uno de los que había en el menú. Espero que ya no estés molesto conmigo".
—Joder… —Susurró mientras llevaba una mano a su rostro y sin poder evitarlo unas pocas lágrimas resbalaron de sus ojos mientras el sentimiento de culpa se extendía por su pecho.
¿Por qué siempre tenía que actuar como un maldito idiota? ¿Por qué no podía ser más amable con Mugiwara-ya? Definitivamente él no tenía por qué disculparse de nada ya que no había hecho algo malo en realidad. El único imbécil aquí era él… Como siempre.
Mientras tanto Luffy ya había salido del hotel para comenzar su cita con el marine. Cuando estaban en el restaurante el monito le había explicado brevemente la discusión que había tenido con Torao y este le había sugerido subir a hablar con él antes de comer, pero como Luffy aún tenía un poco de miedo de volver a hacerlo enojar había optado por una disculpa silenciosa. Sabiendo que Torao también tendría hambre le había pedido de favor al marine que le dejara pedir algo de comida para su aliado y tras elegir todos los onigiris del menú, Law le había sugerido que acompañara la comida con una nota escrita por lo que le había hecho caso y así lo había hecho. Esperaba que con esto Torao se sintiera mejor cuando volviera.
—¿Y ahora qué? —preguntó Luffy una vez salieron del hotel— ¿qué es lo que haremos?
—Bueno primero que nada me gustaría darte un recorrido por la isla —comenzó a decir este con una sonrisa en los labios— de ahí quizá vayamos al parque de diversiones o tal vez al zoológico ¿Qué opinas Luffy-ya?
Cuando el marine volteo a ver a Luffy los ojos de este estaban brillando pues al momento que esté escucho "parque de diversiones" se perdió completamente en todo lo demás, claro que el mayor solo tomo esto como que estaba de acuerdo con su idea y con eso en mente tomó la mano de Mugiwara y comenzó a caminar a los lugares de interés de la isla pero de hecho parecía que al monito no le interesaba nada de eso por lo que solo se la pasaba observando de un lado a otro y fue en una de esas ocasiones que sintió una presencia conocida, pero cuando volteo a ver en esa dirección ya no había nadie y se preguntó mentalmente si solo habían sido sus ganas de verlo lo que ocasionó eso.
Al final le restó importancia a eso y solo le siguió la corriente al Law a su lado pero de alguna forma no se sentía de la misma forma que cuando pasaba el rato con Torao, ya que con él hasta lo más simple del mundo parecía convertirse en algo increíble, pero al contrario, al lado de Torarine todo era demasiado simple, ni siquiera se acercaba a lo que se divertía al lado de sus nakamas, pero claro no quería desacreditar al marine, pero sus explicaciones de todo lo que había a su alrededor no le interesaban en lo más mínimo, el solo quería ir al parque de diversiones y comer como si no hubiera un mañana.
Pero en cambio estaba paseando por una ciudad que actualmente le parecía demasiado aburrida, nada increíble pasaba, todo era paz y calma, pero él quería aventura y diversión, por lo que cuando finalmente llegó el momento de ir al parque de atracciones se emocionó demasiado y aún más cuando sintió como claramente Torao estaba en las cercanías, claro que quería ir corriendo hacia donde el mayor, pero sinceramente tenía miedo de que éste siguiera molesto, pues lo más probable era que el capitán de los piratas de corazón solo hubiera ido a divertirse y a intentar calmarse o al menos esta era la forma de pensar de Luffy.
Pero claro que eso estaba completamente alejado de la realidad, pues luego de que Trafalgar terminara su desayuno, (dejando aun varios onigiris en la bandeja, ya que el monito pidió la comida como si esta fuera para él), salió del hotel con la intención de investigar un poco el cómo volver a su mundo, pues en su cabeza solo podía pensar que entre más rápido salieran de ahí todo se arreglaría sin problemas, pero claro que cuando llegó a la biblioteca no pudo siquiera concentrarse un poco, pues sus pensamientos lo traicionaban y de vez en cuando llegaban ideas sobre su contraparte aprovechándose de la ingenuidad y/o la amabilidad de Mugiwara-ya.
Y fue en una de esas alucinaciones donde claramente imagino al marine robándole la inocencia a esos labios que seguramente jamás había sido probados por nadie en el pasado, ante esta aterradora imagen se levantó abruptamente de su silla, la cual terminó en el suelo del lugar y salió del establecimiento lo más rápido que pudo, comenzando a buscar a los involucrados de manera desesperada, incluso llegando a usar su habilidad para poder lograr esto de una forma más rápida y eficiente, para cuando los encontró estos ya estaban en el parque de diversiones y Luffy tenía una sonrisa en sus labios que demostraba lo bien que se la estaba pasando.
Claro que el ver ese rostro casi extasiado fue su primer alarma para saber que tal vez había tomado la decisión correcta al preferir la castidad de ese sol, sin importar cuánto le costará, sobre la manera de volver a su mundo, eso podía esperar un día más pues finalmente tampoco es como que tuviera muchas pistas sobre la fruta que los había traído a este horrible lugar, pero dejando eso de lado, Law supo que tenía que ser más discreto si no quería que lo descubrieran tan rápido pues pudo ver claramente como el menor volteaba ligeramente en su dirección, pero la ira llenó su ser cuando fue testigo de cómo su acompañante dirigió su vista hacia él y sonrío cínicamente al tiempo que pasaba su brazo alrededor de la cintura de Luffy.
En ese momento el de sombrero de paja se separó del marine y señaló hacia la montaña rusa como la siguiente atracción en la que se subieran y en ese momento miro hacia Trafalgar, algo que de hecho pasó por alto, pero claramente no fue lo mismo para su acompañante, el cual incluso noto como este se sobresaltó cuando su mano había tocado el cuerpo ajeno, por lo que su reacción de separarse casi de manera instantánea le pareció algo tierno, razón por la que su sonrisa se ensanchó mientras pensaba «cómo me voy a divertir con esto».
La cita siguió relativamente bien, pues Luffy a pesar de todo se estaba divirtiendo y aunque no podía evitar voltear de vez en cuando en la dirección donde sabía se encontraba Torao y claro como la palabra discreción no formaba parte del vocabulario del pequeño monito ambos Trafalgar notaban como este dejaba su vista puesta en ese punto específico donde se escondía su aliado. Ante toda la confusión del monito, el marine en varias ocasiones lograba besar esporádicamente la mejilla del pirata, el cual en cada uno de estos casos le reclamaba que no lo hiciera ya que la verdad no entendía muy bien la razón por cual todo aquello le incomodaba pero solo estaba seguro de que no quería que Torao viera eso.
—Si vuelves a hacer eso te pateare el trasero—había murmurando el menor después del tercer o cuarto beso en su mejilla mientras se limpiaba la zona afectada algo incómodo.
—Está bien, está bien— respondió al momento que levantaba sus manos en gesto de disculpa— ya no lo haré — prometió aunque en realidad no quería cumplir con su palabra pero tampoco quería hacer enojar al monito después de que éste hubiera aceptado su cita.
Mientras tanto nuestro Trafalgar seguía persiguiendo a la pareja desde lejos mientras apretaba su mandíbula en un gesto de rabia. Había pretendido salir a defender a su aliado en más de una ocasión y sinceramente no sabía cómo había logrado contenerse de no asesinar a ése estúpido marine. Era evidente incluso para él que Luffy no se sentía a gusto con esos pequeños desplantes de afecto que el marine intentaba darle. El chiquillo solía ser muy transparente con sus emociones así que el tatuado había logrado identificar el momento exacto en que el menor había empezado a fastidiarse y al parecer puso sus límites pues el contrario no había vuelto a intentar besarle desde entonces.
Esa acción no hizo sino más que enorgullecer a Law pues lo hizo pensar que tal vez y solo tal vez, no era tan necesario que los siguiera ya que el menor sabía defenderse solo después de todo. Y no parecía dispuesto a aceptar que ningún idiota sobrepasara sus límites y se acercara más de la cuenta. Mientras pensaba en lo feliz que estaba porque Luffy hubiera rechazado el afecto del marine, pudo notar como el monito volvía a girar la cabeza en su dirección por milésima vez lo que provocó que pensara que realmente debía de alejarse mucho más si no quería que el menor lo siguiera detectando. No estaba seguro de qué pensaría al sentirse vigilado pero tampoco quería averiguarlo.
Fue así como repentinamente Luffy empezó a percibir con su haki como su aliado se alejaba poco a poco lo que le provocó un pequeño golpe de estrés pues de alguna manera lo tranquilizaba sentirlo cerca. Pensaba que tal vez Torao se había aburrido de estar allí y había preferido regresar al hotel por lo que Luffy también quería regresar.
Le gustaba mucho estar en un parque de diversiones pero de alguna manera se divertía mucho más estando al lado de Torao aún si no estaban haciendo nada especialmente interesante. Así que sí…. En ese momento deseaba seguirlo, quería estar con él. No le importaba si Torao volvía a enojarse o a regañarlo. Luffy no era una persona paciente y ya se había contenido demasiado en correr hacia él, pero de un momento a otro simplemente ya no pudo sentir la presencia de Law, algo que lo hizo preocuparse y comenzar a voltear de un lado a otro.
—¿Sucede algo Luffy-ya? —preguntó su acompañante al notar como el chiquillo no había dejado de mirar hacia todas partes como si intentara buscar algo.
—Lo perdí—murmuró.
—¿Cómo? —volvió a preguntar mientras acercaba su oído al menor pues no había logrado escucharlo bien.
Luffy por su parte ya se había extraviado en sus pensamientos y sin poderlo evitar volvió a recordar esa conversación en donde el marine le había dicho que tarde o temprano Law se iría tras cumplir con su objetivo lo que provocó que el monito repentinamente sintiera miedo.
—¡Lo perdí! —gritó esta vez mientras su rostro se deformaba en un gesto de sincera angustia y sin esperar a que el marine le respondiera se echó a correr buscando a su aliado.
—¡Ey espera! —intentó detenerlo pero el chiquillo era bastante rápido y ya se encontraba demasiado lejos por lo que empezó a perseguirlo.
El menor corría rápidamente por el parque, esquivando y saltando mientras se concentraba en encontrar a su aliado, sin mucho éxito cabe decir, casi como si este hubiera desaparecido, pero cuando parecía que realmente lo perdería sintió esa presencia nuevamente e inmediatamente supo a dónde dirigirse. Confiando en su haki comenzó a correr hacia la dirección dónde sabía encontraría a Trafalgar con un rostro que demostraba una clara preocupación.
La presencia estaba más lejos de lo que había esperado. Había salido del parque desde hace unos minutos y ahora se encontraba saltando encima de los techos de la gran ciudad. Cómo ninja se movía con tal agilidad y gracia que los peatones ni siquiera lo notaron en cuanto bajó en una calle poco concurrida y continúo corriendo solo para detenerse pocos pasos antes de girar en un callejón en donde sentía aquél poderoso haki que aunque de sentía un poco extraño podía identificar como el de Law.
Fue así como tras darse a sí mismo ánimos, siguió caminando doblando en la esquina y allí estaba él. Sentado de manera despreocupada, Law se encontraba recargado contra la pared mientras miraba al cielo con una expresión desinteresada. Llevaba puesto un pantalón negro de cuero, una gargantilla lisa del mismo color y como solía hacer se había deshecho de su camisa mostrando su torso al desnudo. Lo más llamativo de su atuendo era ese abrigo largo oscuro de plumas que llegaba hasta sus pies y que en ese momento le servían como una especie de almohada, pues se notaba bastante cómodo en el piso como si estuviera a punto de quedarse dormido.
—¡Torao! —gritó el chiquillo obteniendo la atención del mayor quien con total desinterés giró su mirada comenzando a analizar al menor de pies a cabeza— ¿Cómo llegaste hasta acá tan rápido? ¡Pensé que no te alcanzaría! —se quejó mientras se ponía de cuclillas frente al hombre.
—¿Ah? —Alcanzó a responder mientras ponía un rostro difícil de descifrar el cual mostraba un poco de sorpresa y confusión en su mayoría— ¿Qué quieres? —respondió cortante mientras se ponía en pie, comenzando a agitar el polvo de su abrigo.
—¡Torao perdón! —volvió a disculparse mientras sus ojos brillaban con decisión— No sé que hice porque soy tonto pero… ¡Lo siento!
—¿De qué te disculpas? —preguntó curioso mientras levantaba una ceja.
—¡Por lo que sea que te enojaste! —comentó decidido.
—Ya veo —comenzó a reírse misteriosamente mientras se agachaba suavemente para observar el rostro del menor con mayor detenimiento.
—¡Ah! —Gritó el monito sorprendiendo al contrario quien no esperaba esa reacción— ¡Te quitaste el curita! —reprocho mientras fruncía el ceño ofendido— ¿Por qué? ¡Me costó mucho trabajo ponerlo! ¡Torao tonto!
—¿Curita? —pregunto intrigado.
—¡El curita que te puse! ¡Por fin había curado a alguien! ¡No debes desobedecer al doctor! —regaño recordando todas esas ocasiones en las que Chopper los reprendió por quitarse las vendas—¡Ahora tengo que buscar más curitas! —mencionó enfurruñado mientras inflaba sus mejillas con aire y cruzaba sus brazos a la altura de su pecho.
—¿Tú eres mi doctor? —sonrió seductoramente mientras agarraba al menor por la barbilla con una de sus manos para que este pudiera verlo directamente a los ojos mientras que con su mano libre lo agarró por la cintura— Supongo que no está mal —Amplió su sonrisa al notar el inminente sonrojo que se había pintado en el rostro del menor.
—E… Ey Torao… ¿Ya no estás molesto?
—¿Por qué estaría molesto contigo primor?
—Es que… Ayer tú…
—El pasado es pasado bebé, eso ya no importa ¿Por qué mejor no vamos a otro lado tú y yo?
—A… ¿A otro lado? —pregunto entusiasmado— ¿Otra cita?
—¡Claro! ¡Una cita! ¡Excepto que podemos saltarnos la parte aburrida! Kufufufu —rió divertido.
—Mmm… Claro —respondió confundido sin entender por qué también se sentía extraño estando con Torao— Pero… ¿Cuál es la parte aburrida?
—Kufufufu ya lo verás, entonces sígueme primor —comenzó a caminar lejos del callejón sin que Luffy lo siguiera— ¿Sucede algo?
—Ey Torao… ¿Por qué tienes un abrigo como el que usaba Mingo? —preguntó mientras ladeaba la cabeza sin entender— Te ves extraño.
Continuará…
