¡Hola a todos!
Espero que este segundo capítulo sea de su agrado.
Prometo corregir en cuanto pueda si noto algún error de ortografía, también, actualizar lo más pronto posible.
Sin más que decir, espero disfruten la lectura.
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Un nuevo día comenzaba, la luz del sol se colaba por entre las ventanas de la casa, cuyas cortinas de un color rojo carmesí, se encontraban abiertas de par en par.
El día prometía ser caluroso, como todos los días del mes de agosto, ni siquiera el leve soplar del viento disfrazaba un poco la sensación calurosa presente en el ambiente.
Athena se encontraba llenando de agua una botella pequeña y arreglando su bolso para salir a dar un paseo, cuando de pronto, recibe una llamada.
La chica toma su teléfono celular y decide contestar.
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—¿Hola?— atiende la llamada
—Hola, mi amor, ¿ya almorzaste?— contestó la persona del otro lado de la línea.
Athena se sonrojó, aún no estaba acostumbrada a que Kyo la llamara de esa manera, aun que, le parecía un gesto demasiado lindo.
—S-si.. no te preocupes— afirma.
—¿Segura? ¿No se te ofrece algo?— insiste el castaño
—No, estoy bien amor, sólo iba a salir a dar un paseo al parque, necesito caminar un poco..—
Kyo se quedo en silencio por un momento, Athena pensó que quizás no le había parecido una buena idea, pues, el siempre la protegía demasiado.
—No quiero que te arriesgues, llama a alguien, a alguna de tus amigas, no lo sé..—
Athena hizo un pequeño puchero
—Kyo, puedo cuidarme sola..—
—No es así, ¿recuerdas lo que sucede cada vez que intentas usar tus poderes?—
Esta vez, Athena se quedó en silencio, Kyo tenía razón, desde que había comenzado con los síntomas del embarazo, también ocurría que, cada vez que ella intentaba usar sus poderes psíquicos no solo no lograba juntar suficiente energía para ejecutarlos correctamente, sino que también, tenía mareos muy fuertes... tan fuertes que le nublaban la vista y le daban la sensación que todo al rededor estuviese dando vueltas.
Debido a eso, había tomado la decisión de no volver a usar sus poderes hasta que el bebé naciera.
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—Bueno— continuó hablando Athena —Tienes razón, pero, solo voy un momentito, ¿si?— insiste casi suplicando.
A Kyo no le gustaba negarle nada, ella era el amor de su vida, lo que más quería era hacerla feliz.
—Esta bien— suspira —Pero, cualquier cosa que suceda, o cualquier cosa que necesites, llámame, por favor..—
Athena sonríe, empieza a tomar sus cosas y mete la botella de agua en su bolso.
—Si amor, gracias — empieza a caminar hacia afuera de la casa.
—De acuerdo, nos vemos mas tarde linda, te amo—
—Y-yo a ti..— se sonroja nuevamente—Nos vemos amor— cuelga la llamada..
Después, empieza su camino en dirección al parque.
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En otro lugar, Kyo se encontraba en su escritorio de la oficina, haciendo algunos bocetos de autos para la empresa en la que trabajaba.
Desde que le había propuesto matrimonio a la chica que ahora era su esposa, había decidido conseguir un trabajo estable para poder tener una buena calidad de vida.
Es por eso, que había decidido entrar a trabajar en la empresa de su padre, la cuál, era una empresa automotriz con varias ramas de negocio.
Una de ellas, donde Kyo trabajaba, era la de ediciones de autos, que consistía en que, el cliente pagaba una gran suma de dinero a cambio de que modificaran su auto a como el lo ordenara, incluso a veces, el cliente dejaba el diseño a consideración del diseñador, tan solo pidiendo, que el auto tuviera muchas mejoras para el momento de ir a recogerlo.
Kyo se encargaba precisamente de la parte creativa y de hecho, no le parecía nada difícil, ya que, desde siempre, le había gustado mucho hacer bocetos de diseños para autos o motocicletas, era una de sus pasiones, ¡Y pensar que Yuki le había dicho varias veces que eso jamás le iba a servir para nada!, pues, si que le estaban sirviendo esos conocimientos.
Aun que, claro, sus padres hubieran preferido que él fuese uno de los jefes de la empresa, pero eso era mucha carga para él.
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Así que, ahora se encontraba en el escritorio, haciendo algunos trazos a lapiz, mientras en su mente, recapitulaba algunas cosas que habian sucedido hacía ya algunos años.
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(Flashback)
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—¡Athena!— habló el joven castaño levantando un poco la voz, llamando la atención de la chica quien, estaba hablando con algunas de sus compañeras a unos cuantos metros de el.
Una vez que la joven volteó hacia él, Kyo continuó con lo que estaba diciendo.
—Por favor... Sé mi novia..— dijo sin mas.
Kyo ni siquiera había pensado que eso podía avergonzar a la chica, esperaba que no se molestara con él, pero, después de tanto tiempo luchando juntos, siendo compañeros y más que eso, confidentes, después de tantos secretos que compartían, de tanta complicidad que había entre ellos, él ya no podía seguir viéndola como una compañera más, ni siquiera como una amiga.
Athena cubrió su boca denotando su sorpresa y a su vez, un enorme sonrojo apareció cubriendo sus mejillas.
—Kyo... ¿que dices?...— cuestionó sorprendida.
Todos quienes estaban al rededor, empezaron a hacer alboroto, sonriendo emocionados por la confesión del castaño.
Una de las amigas de Athena, Hinako, se acercó a ella por detrás y le susurró algo al oido haciendo que la chica se sonrojara aún mas.
Kyo se acercó más a Athena y tomó su mano. Ella también se acercó mas al castaño, tanto, que su frente tocaba por completo el pecho del jóven, escondiendo su rostro para que no pudiera notar su sonrojo.
—Entonces..— le susurra Kyo al oído —¿Que dices?—
El nota como la chica mueve ligeramente su cabeza como asintiendo, a él le parecía un gesto muy tierno.. irresistible..
—¿Eso es un si?— empieza a acariciar su cabello suavemente, después, pasa su mano al rostro de la chica, la toma del mentón y hace que lo mire.
—S-si.. si quiero ser tu novia— contestó Athena.
Kyo en ese momento se sintió el hombre más afortunado del mundo, sintió que quería pasar el resto de su vida con ella y esforzarse cada dia por hacerla feliz.
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(Fin del flashback)
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El castaño se había quedado recordando todo aquello, con tanto detalle, que hasta había dejado su trabajo de lado..
No fue sino una llamada, lo que lo hizo volver a la realidad.
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—¿Si?— atendió la llamada
—Hey, Kusanagi— contestó la otra persona —nos juntaremos hoy para jugar videojuegos, ¿quieres venir?—
El castaño suspiró
—Benimaru no tengo tiempo para eso—
—Oh, vamos, no seas aguafiestas... además podemos ir nosotros a tu casa, a Athena también le gustan esas cosas — comentó.
Kyo lo reflexionó un poco, tal vez Benimaru tenía razón y a ella le gustaría divertirse un poco.
—Bueno, en un momento le llamaré para preguntárselo, te hablo mas tarde— declaró.
—¡Bien! Nos vemos, Kyo— colgó la llamada.
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Después de eso, el joven siguió con lo que estaba haciendo, y, al finalizar, tenía planeado llamarle a Athena para preguntarle su opinión sobre el tema que acababa de tratar con Benimaru.
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Mientras tanto, Athena caminaba lentamente por el parque, disfrutando el aire fresco y la sombra que daban los árboles.
Ella llevaba un vestido blanco de hombros descubiertos estilo campesino, ceñido de la parte baja del busto y, de ahí para abajo, caía sutilmente hasta mas o menos la mitad de los muslos.
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La joven acariciaba con ternura su vientre mientras sus ojos brillaban con ilusión.
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—Haruki-chan, ya quiero tenerte entre mis brazos— susurró para si misma mientras sonreía.
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Dio unos cuantos pasos más, cuando, de pronto empezó a tener un sentimiento bastante extraño e inquietante.
No tuvo de otra mas que seguir caminando para terminar de darle la vuelta al parque completamente..
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Eran mas o menos las 11 de la mañana, regularmente, a esa hora no había nadie ahí, debido a que la mayoría de personas se encontraban en sus trabajos, escuela, o en sus hogares haciendo el quehacer.
Por lo tanto, a la joven le pareció extraña esa sensación de inseguridad, como si alguien la observara, como si estuviese corriendo peligro en ese momento..
Empezó a acelerar el paso un poco, cuando de pronto, se topó con Yuki.
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La castaña frenó en seco al verla y quedaron una frente a la otra, de pie, observándose.
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Eso que Athena sentía, disminuyó un poco al verla, quizás, su sexto sentido le avisaba de algún "peligro" y realmente, solo se trataba de Yuki.. Un malentendido a cualquiera podría ocurrirle.
Respiró aliviada en ese momento, aun que, notó como la chica la miraba de arriba a abajo como inspeccionando algo en ella.
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—Hola Athena..— saludó la castaña
Athena sonrió un poco avergonzada.
—Hola Yuki, es un gusto verte...— respondió
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El viento soplaba sutilmente despeinando sus cabellos.
Athena se sentía algo aliviada de estar frente a alguien conocido, aun que, al mismo tiempo, sentía incomodidad al notar como la joven continuaba inspeccionándola con una mirada un tanto despectiva.
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—Entonces, ¿el idiota de Kyo te embarazó?— preguntó Yuki de manera muy golpeada.
Athena sintió como si en la chica hubiera algo de rencor y aparte, no le gustaba como se expresaba de Kyo.
—Los dos decidimos que queríamos tener un bebé..— confesó
—¿Ah si? — resopló —Y ¿cómo piensa mantenerte ese holgazán?—
—No lo llames así, y... él está trabajando en la empresa de su padre..— aclara
Yuki frunció el ceño al escuchar eso, después, se cruzó de brazos.
—¿En la empresa que también es de mi padre? — chasquea la lengua —Se supone que el idiota de Kyo solo iba a heredar un lugar en la empresa si se casaba conmigo..—
—Pues Kyo no heredó nada, el se está ganando todo con su esfuerzo— exclamó.
Yuki la veía a los ojos desafiante, Athena le devolvió la mirada de la misma manera que ella lo estaba haciendo.
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—¿Sabes? La verdad te guardo mucho rencor, Athena..— confesó Yuki sin cambiar la manera en la que la miraba.
Athena lo sabía, ella no tenía que decírselo para que se diera cuenta de eso, pero, de igual manera no supo que más decir en ese momento, por lo que Yuki prosiguió.
—Aprovechaste tu cercanía con Kyo para robármelo, no tienes vergüenza— expresó.
La joven empezaba a sentirse mal, la discusión le estaba provocando mareos y náuseas.
—Yuki, ya basta... las cosas no fueron como tu crees y aparte, Kyo y yo empezamos a salir cuando ustedes ya habían terminado..— aseguró
Después, con una mano se detuvo del tronco de un árbol pues, sentía como si todo al rededor le diera vueltas, también sentía como si el calor del día estuviese incrementando cada vez mas.
Yuki la observó preocupada.
—¿Estás bien?— preguntó
—S-si, pero será mejor que me vaya— empezó a caminar, sentía que estar cerca de ella la hacía sentir peor.
—No seas tonta, Athena, llámale a alguien para que venga por ti— aconsejó la castaña.
—Gracias, pero, no traje mi celular— mintió
—Pues haz lo que quieras, yo me voy— empezó a caminar hacia el otro extremo del parque.
Athena siguió caminando, con dificultad, hacia donde se dirigía desde un principio, pero, empezaba a arrepentirse de haber tomado esa decisión... su vista se nublaba cada vez mas e incluso sentía que le costaba respirar.
Se dió la vuelta y vio a Yuki doblar en la esquina, después de eso, se perdió de vista completamente.
No le quedaba nadie que pudiera ayudarle en ese momento, así que, decidida, sacó su celular y se dispuso a marcar el número de Kyo para avisarle de la situación.
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Estaba intentando manejar su teléfono celular con dificultad, puesto que su vista se nublaba y por si fuera poco, de nuevo, empezaba a tener ese sentimiento de inseguridad, un sentimiento muy fuerte que la hacía sentir como si algo malo estuviera a punto de ocurrir.
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—Y-ya... solo se trataba de Yuki— dijo para si misma intentando calmarse.
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De pronto, a lo lejos, vio como tres hombres se acercaban a ella a pasos apresurados.
Los tres lucían amenazantes y uno de ellos, le recordaba a cierto pelirrojo que conocía, puesto que contaba con dichas características, mas, debido a su vista borrosa, no podía ver bien su rostro.
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Uno de los hombres la jaló del brazo, Athena se giró rápidamente y le dió un codazo al sujeto, pero al mismo tiempo, sintió como sus movimientos le jugaban en su contra debido a los mareos.
Perdió un poco el equilibrio .
El hombre pelirrojo, quien ahora notaba, si era muy similar a Iori pero con algunas diferencias, volvió a tomarla del brazo, la fuerza de su agarre la lastimaba.
—¡Suéltame!..— exclamó Athena —¿qué quieren de mi?—
Ella notó como ese sujeto sonreía burlonamente, eso le molestó.
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A como pudo, se zafó de su agarre y empezó a retroceder, pero su espalda topó con el tronco de un árbol impidiéndole retroceder aún más.
Los tres hombres se acercaban a ella cada vez más, por lo cual, Athena intentó hacer un campo de fuerza para protegerse de ellos.
Sintió como un poco de energía se acumulaba en su cuerpo, después una tenue luz empezó a rodearla, pero, pronto desapareció.
El pelirrojo se burló de ella.
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—En este momento, eres inútil..— Comento riendo a carcajadas.
Los otros dos hombres volvieron a tomar a la chica, ella se sentía muy indefensa, muy mal por no poder si quiera defenderse.
Empezó a forcejear con ellos pero de pronto, simplemente perdió el conocimiento.
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Habían pasado algunas horas y a Kyo le parecía extraño que Athena no le hubiese llamado avisándole como se encontraba.
Aun que, tal vez todo había salido bien y ella ya estaba en casa, probablemente por eso no había visto necesidad en llamarle.
Pero, aún así, le preocupaba..
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Así que, sin dudarlo, sacó su teléfono celular y empezó a marcar el número de la chica.
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El celular de ella estaba timbrando, pero al final, lo mandaba al buzón de voz.
Lo intentó varias veces, pero no recibía respuesta de Athena.
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Sin pensarlo dos veces, salió a toda prisa en dirección a su casa, sin siquiera importarle dejar su trabajo botado.
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Al llegar a la casa lo primero que hizo, fue buscar a Athena en cada una de las habitaciones, en el patio, en todas partes, pero ella no se encontraba ahí..
En ese momento Kyo empezó a sentir desesperación.
Ya habían pasado horas de que ella había salido al caminar y no era para que tardara tanto, el parque no quedaba tan lejos de la casa.
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No le quedó de otra que ir al parque a buscarla..
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Caminó a pasos apresurados, casi corriendo, hasta llegar a dicho lugar.
Recorrió casi todo el parque buscando a la chica, prestando suma atención a cada detalle, entre los árboles, a lo lejos, mientras tanto, seguía llamándole a su celular para probar suerte.
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Entonces, fue que lo escuchó.
El celular de Athena estaba timbrando muy cerca de ahí..
Kyo se acercó a un árbol, cerca de donde provenía el sonido y ahí fue que lo vió... no sólo estaba su celular, tirado en el pasto, sino que también su bolso, ambas cosas, yacían tendidas en dicho lugar, pero de la chica no había rastro alguno..
El castaño no tenía duda, algo le había sucedido..
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Entonces, volvió a marcar en su teléfono celular, pero, esta vez, el numero de su compañero rubio.
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—¿hola?— contestó el joven del otro lado de la línea.
—Benimaru— habló el castaño, su voz se escuchaba agitada, preocupada, muy inquieta ... —Algo le sucedió a Athena..—
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