Capítulo 13

Aunque muy lento, Fate estaba avanzando cada día más. Al principio llevaron su intento de ser algo más que amigas en secreto, pues no querían formar un revuelo con sus familias. Sin embargo, Fate comenzó a buscar más el contacto de Nanoha y tomaba su mano constantemente. Fue entonces cuando decidieron dar a conocer su noviazgo al entorno familiar de la rubia. Todos estaban muy felices por ellas. Y no hablar de las pequeñas, que de inmediato se abalanzaron a los brazos de la cobriza mientras gritaban de felicidad. El comienzo fue duro, muy duro, pues Fate sufría ataques de ansiedad cuando quería dar un paso más con Nanoha. La oji lavanda siempre se encargaba de darle seguridad y confianza para que no se excediera. No tenía prisa alguna. Realmente ya era demasiado feliz con tener a Fate a su lado y poder tomar su mano con total libertad. Sin embargo, la rubia se frustró hasta tal punto de concertar una cita con Himeko.

- ¿Qué ocurre, Fate-chan? Hacía mucho tiempo que no recurrías a mí. –habló preocupada la oji lavanda.

- No puedo. –dijo llanamente.

- … –la miró, pero no dijo nada.

- Lo he intentado, pero no puedo, Himeko. Quiero a Nanoha, pero soy incapaz de ir más allá con ella. –bajó la mirada, avergonzada– No quiero que se canse de mí.

- Fate-chan, ella no… –la interrumpió.

- ¿Y qué pasará cuando termine su beca? Tendrá que volver a Uminari. –miró a su amiga– He acabado dependiendo de ella.

- ¿Lo crees así? ¿Crees que eres dependiente? –asintió– No estoy de acuerdo con eso. Desde que vives con ella, has progresado mucho. Sales a dar pequeños paseos tú sola, tu relación con tus madres es excelente. Tu hermano te adora. Tu relación con Alicia también mejoró. Ya no sólo compartes tu tiempo contigo misma o con Linith, ahora lo haces con muchas más personas. Acudes a las fiestas que organizan tus amigas y ya no te da miedo estar en una habitación con un chico. Has progresado. –la rubia la miró sorprendida– Nanoha-chan te ha ayudado a avanzar poco a poco, pero no dependes de ella. –le sonrió– Por lo demás, no te agobies ni pienses demasiado en ello. Cuando llegue el momento, sucederá.

- Yo, me bloqueo y no sé qué hacer…

Flashback

- Buenas noches, Fate-chan. Te quiero. –la abrazó.

- Buenas noches, Nanoha. Yo también te quiero.

Se miraron por unos segundos antes de que la rubia asintiera para darle permiso a su novia a besarla. Nanoha sonrió y acercó su rostro al de ella para regalarle un tierno, lento y cálido beso que les erizó la piel. Poco a poco, Fate había aprendido a dejarse llevar y de vez en cuando acariciaba los brazos y espalda de Nanoha. La cobriza solo la dejaba hacer mientras ella contenía sus impulsos más primitivos para hacer lo mismo. Lo último que quería era que se sintiera incómoda. Nanoha se movió un poco y la mano de la rubia resbaló sin querer al trasero de la oji lavanda. Ésta dejó salir un jadeo antes de intensificar el beso. El pequeño rastro de cordura que le quedaba, se esfumó en ese mismo instante. Se puso sobre su novia y siguió besándola mientras acariciaba su cuerpo, pero se separó abruptamente cuando se dio cuenta de que su pareja había dejado de responder al beso. Al ver la cara de terror de la chica, su burbuja de pasión y amor se desinfló por completo. Se quitó de inmediato de sobre ella.

- Fa… Fate-chan, lo… lo siento mucho. No sabes cuánto… –la oji borgoña la interrumpió.

- No, yo lo siento, Nanoha…

- ¡No! –exclamó con lágrimas en los ojos– Yo me dejé llevar y te incomodé. Te prometí hacerte sentir cómoda y no… –la rubia la interrumpió robándole un beso.

- Te quiero, Nanoha, pero aún no… –la oji lavanda le puso dos dedos sobre sus labios.

- Yo también te quiero, Fate-chan. No volverá a pasar. Lo prometo. –la volvió a abrazar y se durmieron.

Fin Flashback

- Fate-chan, tranquila. Todo a su debido tiempo. –tomó su mano sobre la mesa– Dime una cosa, ¿qué sientes cuando toma tu mano?

- Calidez. –respondió de inmediato.

- ¿Y cuando te besa?

- Amor. –volvió a responder rápidamente.

- ¿Y cuando te abraza?

- Protección. –no dudó tampoco en su respuesta.

- ¿Cómo definirías esos sentimientos? –la oji borgoña pensó por unos segundos.

- ¿Bonitos? –preguntó sin estar segura.

- ¿Y qué te hace pensar que todo lo demás no será bonito también? –le sonrió.

- Tienes razón. –le devolvió la sonrisa– Ella nunca me haría daño. Ella no es él.

- No, no lo es. Ella ha estado contigo siempre, incluso antes de que estuvierais juntas sentimentalmente. Deja que todo fluya. –la rubia asintió– Y en cuanto a lo de la beca, creo que deberías hablar con ella, Fate-chan. Quizás ella esté esperando que des el primer paso. –le dio una débil sonrisa– Quizás no sabe cómo decirte lo que tiene que hablar contigo.

- ¿Tú ya lo sabes? –asintió.

- Chikane es la directora y fue la primera en saber lo que pasaría con ella. Y como sabes, ella no oculta nada a su esposa. –rió levemente– Habla con ella.

- Me romperá el corazón que ella misma se encargó de curar.

- No pienses en el posible escenario antes de que suceda, Fate-chan. No tengas miedo. –un golpeteo en la puerta la interrumpió– Pase.

- Himeko-chan, iré a almorzar… ¿Fate-chan? –su rostro se iluminó– ¡Fate-chan! –se lanzó a sus brazos y le dio un beso en su rubia cabellera– ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me dijiste que vendrías, cariño? –la rubia se sonrojó cuando se sentó en su regazo.

- Quería darte una sorpresa. –rió nerviosa– Pero Himeko me distrajo. –su amiga le guiñó un ojo.

- Lo siento, Nanoha-chan, pero te robé a tu novia.

- ¡Himeko-chan! Lo siento, pero no pienso compartir a Fate-chan. Tú ya tienes a tu esposa y seguro que tampoco la compartirías. –le sacó la lengua y rieron– Entonces, ¿viniste para almorzar conmigo? –la oji borgoña asintió y la cobriza sonrió ampliamente– Me haces muy feliz, Fate-chan. Gracias. –le dio un dulce y corto beso– ¿Nos vamos entonces?

- Sí, vámonos. –se pusieron en pie y tomó su mano para caminar hacia la salida– Nos vemos pronto, Himeko. –se despidió con la mano y se marcharon– ¿A dónde te gustaría ir, Nanoha? ¿A la cafetería del hospital o a otro lugar?

- No me importa, Fate-chan. Cualquier sitio está bien para mí mientras tú seas mi compañía. –le sonrió y la rubia se sonrojó– Nyahaha. Eres adorable cuando te ruborizas. –la oji borgoña jaló de ella y la llevó a una cafetería fuera del hospital donde pudieran hablar con tranquilidad.

- Nanoha… –la llamó cuando ya les habían servido la comida– Quería darte las gracias. –la oji lavanda se quedó confusa– Las gracias por todo lo que has hecho por mí desde que nos conocemos. Yo estaba sumergida en un pozo y tú me sacaste de él. Me enseñaste a vivir la vida y disfrutarla. Recuperé a mi familia y me diste amor, un amor que pensé que no merecía…

- Fate-chan…

- Solo quería darte las gracias antes de que te marches.

- ¿Qué me marche? –ladeó su cabeza– No entiendo. ¿A dónde?

- A tu verdadero hogar. A Uminari. –la cobriza abrió los ojos como platos.

- Fate-chan, eso… –la oji borgoña la interrumpió.

- Sé que esto pasaría, Nanoha. No tienes de qué preocuparte. Estaré bien. –le dio una falsa sonrisa que hizo que a la oji lavanda le doliera el corazón.

- Tonta… –susurró y su novia se sorprendió al verla bajar la cabeza y que algunas lágrimas caían.

- Nanoha… –se levantó de su asiento y se sentó a su lado– No llores…

- ¿Cómo no hacerlo cuando me dices eso? –dijo en apenas un arrullo y su pareja la vio conmovida– Yo quería hablar contigo sobre ello, pero no encontré el momento adecuado…

- Nanoha, ambas sabíamos que este momento llegaría…

- ¿Puedes dejarme hablar, por favor? –la rubia se detuvo y asintió– La próxima semana viajaré a Uminari, pero no por la razón que crees. Mi beca termina en tres semanas. Regreso a Japón para terminar con mi contrato y hablar con mi familia personalmente. –miró a los ojos a su pareja– Voy a volver. No hay nada que desee más que estar contigo y tus hijas. Te amo, Fate-chan.

- ¿Qué? –preguntó sin aliento.

- ¿Me permitirías quedarme contigo por siempre? –le cuestionó con emoción.

- Sí…. –dijo en apenas un murmuro antes de devolverle la mirada con ilusión– Sí… –dijo esta vez firme y ambas sonrieron felices.

Ginga se dirigió a los vestuarios para cambiarse antes de volver a casa con su novia. Desde que se declararon su amor y se hicieron novias formales, vivían juntas. Alicia le pidió que se mudara con ella ya que el apartamento era de su propiedad y Ginga estaba de alquiler. Era una ventaja para poder ahorrar algo de dinero, pues casi no le llegaba para terminar el mes. Suspiró tras cerrar su taquilla y ahogó un grito al encontrarse con su jefa apoyada en la taquilla anexa a la suya.

- ¡Hayate-san! –exclamó con una mano en su pecho– ¿Por qué es tan silenciosa? –la castaña sonrió divertida.

- ¿Tienes unos minutos? –la peli morada asintió– ¿Me acompañas a mi oficina? –volvió a asentir y la siguió– Sé que estás deseando de llegar a casa para estar con Alicia un poco antes de que ella tenga que venir, pero esto no puede esperar. Tenemos que hablarlo ahora. –abrió la puerta de su despacho y la dejó pasar.

- ¿Qué ocurre? –preguntó al sentarse.

- Tu beca termina en un par de semanas. Tienes que firmar los documentos que indican tu fin de la estadía aquí. –la peli morada asintió– También tienes que firmar otros documentos. –le tendió unas hojas.

- ¿Qué es esto? –intercaló la mirada entre los documentos y la castaña.

- Es un contrato de trabajo. –la chica la miró con los ojos abiertos como platos– Si estás interesada, tengo un puesto vacante que cubrir. Este año has trabajado realmente bien y estoy muy contenta con tus servicios. Eres muy profesional y buena en lo que haces. Aquí sólo tengo a los mejores, y tú eres una de ellas. Te quiero a bordo de mi equipo.

- Hayate-san… –murmuró– Yo no…

- Piénsatelo. Llévate el contrato a casa y léelo detenidamente. Tienes tiempo para hacerlo y para darme una respuesta. –la oji esmeralda asintió– Ahora, firmemos estos documentos rápido para que puedas volver a casa antes de que Alicia-chan piense que te robaron. –ambas rieron.

- Gracias, Hayate-san. –le dijo con una sonrisa mientras firmaba el final de su beca.

Ginga volvió a la casa que compartía con su pareja después de su largo turno de trabajo. Entró, se quitó su chaqueta y la dejó en el perchero de la entrada. Suspiró. Dejó su bolso y las llaves, se descalzó y pasó a la sala. Escuchó el sonido de la ducha, así que subió a la habitación y se dejó caer en la cama mientras esperaba que su pareja saliera del baño. Cerró los ojos y se cubrió la cara con uno de sus brazos. Minutos después, su pareja salió del baño. Retiró su brazo y volteó a verla con una suave sonrisa que fue devuelta.

- Hola cariño, no te escuché llegar. –la rubia trepó la cama y le dio un dulce beso– ¿Un turno duro?

- Sí, algo así. –suspiró– ¿Comemos juntas hoy?

- Sí, cariño. Ya está lista. ¿Vamos? –ofreció su mano y la peli morada la aceptó– Siéntate, mi amor, yo me encargo de todo. –dijo al llegar al comedor.

- Gracias. –miró cómo se perdía en la cocina y suspiró sonoramente.

- ¿Qué ocurre, cariño? –dijo al volver y servirle la comida– ¿Ha pasado algo? ¿Te preocupa algo?

- Te quiero. –dijo tomando su mano sobre la mesa.

- Y yo te quiero a ti. –le sonrió la oji borgoña.

- Hayate-san me llamó a su oficina antes de venir. –la rubia se tensó– Tenía que firmar el fin de mi estadía aquí. Ya sabes que termino en un par de semanas. –su pareja asintió y su rostro se tornó serio y triste– … –suspiró– Me ha ofrecido un puesto de trabajo indefinido en su hospital.

- ¿Qué? –preguntó incrédula– ¿Es… es en serio? –la peli morada asintió tímidamente– ¡Ginga! Eso es maravilloso, mi amor. –dio un salto de su asiento y la abrazó emocionada– Estoy tan feliz y contenta por eso.

- Yo también. –la apretó un poco más fuerte antes de separarse– Aún no lo he firmado. Lo traigo en mi bolso. Hayate-san me lo dio para que lo revisara contigo. –la rubia asintió– Quiero quedarme contigo.

- Y yo quiero que te quedes conmigo. –besó suave sus labios antes de volver a su asiento.

Una vez que llegaron a Uminari, tomaron un taxi y Nanoha dio la dirección de casa de sus padres. Las pequeñas estaban extasiadas mientras que su madre estaba nerviosa. Al llegar, pagaron por el viaje y se bajaron del auto. Nanoha sonrió emocionada antes de tomar la mano de su pareja y dedicarle una mirada llena de amor que la relajó de inmediato.

- Muy bien. ¿Estáis listas? –preguntó a las tres.

- ¡Sí! –gritaron al unísono las niñas.

- ¡Genial! Pues vamos allá. –jaló de su novia hacia el interior de la enorme casa y ésta a su vez jaló de sus hijas hasta el gran portón, en donde la cobriza llamó antes de entrar– ¡Mamá, papá! Estoy en casa. –gritó y unos pasos apresurados se escucharon.

- ¡Nanoha, hija! –una señora igual que ella físicamente apareció frente a ellas.

- ¡Mamá! –soltó la mano de su novia y saltó a los brazos de su madre– Mamá… –lloró de emoción.

- Hola, hija. –besó su frente– Estoy tan feliz de que hayas vuelto… –se separó de ella y miró a las invitadas– Bienvenidas, mis niñas. –se acercó a ellas.

- Mamá, déjame presentarte. –su madre asintió– Ella es Fate-chan, mi novia. Y ellas son Reinforce y Vivio, sus hijas. Chicas, ella es mi mamá Momoko.

- Encantada de conocerla. –hizo una reverencia la rubia y sus hijas la siguieron– He oído hablar mucho de usted, Takamachi-san. Gracias por darnos alojamiento.

- Oh, vamos, Fate-chan. –se acercó y la abrazó inesperadamente– Bienvenidas a la familia. Me alegra conocerte al fin. Y por favor, llámame Momoko. –se separó de la oji borgoña y se colocó a la altura de las niñas– Hola, mis niñas. Creo que ahora soy vuestra abue…

- ¡Abuela! –gritaron ambas niñas y se lanzaron a sus brazos, sorprendiendo a la mayor.

- Te quiero. –dijo la cobriza al oído de su novia antes de tomar su mano.

- Y yo te quiero a ti, Nanoha. –la miró con profundo amor.

Después de una larga tarde donde se acomodaron y conocieron a la familia de Nanoha, las niñas fueron a dormir a la antigua habitación de Miyuki Takamachi, la hermana de la cobriza. Fate se retiró también al dormitorio de la oji lavanda. Nanoha se quedó un poco más con sus padres en la sala de estar.

Fate se despertó de repente y, al mirar hacia la ventana, se dio cuenta de que ya había oscurecido. Se volteó en la cama y estaba sola. Miró por el resto de la habitación y no había rastro de Nanoha. Esperó unos minutos pensando que podría haber ido al baño o a por agua, pero al pasar los minutos y no verla ingresar en la habitación, salió de ésta y bajó las escaleras, pero se detuvo al escuchar a los padres de su novia hablar y mencionar su nombre.

- Entonces dices que Fate es la hermana menor de Alicia. –habló su padre.

- Sí. Fate-chan se marchó a París después de haber fallecido su padre. No se habían vuelto a ver desde entonces hasta el verano pasado.

- ¿Y cómo te sientes estando con alguien que es físicamente idéntica a tu ex prometida, cariño?

- Cuando estoy con ella no veo a Alicia, papá, si es lo que estás pensando. Fate-chan es la persona más maravillosa que he conocido. Es amable, dulce, inocente, cariñosa, generosa, gentil, comprensiva, detallista y miles de calificativos más. –habló con extremo amor– Es lo mejor y lo más lindo que me ha pasado en esta vida, mamá, papá. La amo con todo mi corazón. A ella y a sus hijas. Si me lo permite, estaré con ella hasta el fin de mis días. –habló con determinación– No quiero a nadie más. La quiero a ella.

- ¿Vas a pedirle matrimonio? –la rubia se tensó al escuchar eso y su corazón se aceleró.

- Sí. –dijo firme– Pienso hacerlo cuando llegue el momento. –habló ilusionada.

- Muy bien. Nos alegramos por ti, cariño. –su padre se levantó de su asiento y la oji borgoña corrió de nuevo a la habitación con la respiración entrecortada tras escuchar eso– Ahora vete a descansar. Seguro que te extraña.

- Hm. –asintió y se marchó.

Nanoha subió a su antigua habitación y entró lentamente para no despertar a su novia. Sonrió dulcemente al encontrársela en su cama. Era una escena demasiado bonita. Ver al amor de su vida recostada en la que fue su habitación durante toda su vida. Suspiró enamorada antes de dirigirse a su maleta y sacar su pijama rosado. Se puso de espaldas a la cama y se desvistió. Estaba a punto de quitarse el bra cuando unas manos rodearon su cintura y la atrajeron a un cuerpo cálido y suave.

- ¡Fate-chan! –susurró en un grito ahogado– Me asustaste.

- Lo siento, Nanoha. –la estrechó un poco más antes de dejar un beso en el hombro de su novia quien se estremeció– Nanoha… –susurró en su oído y la cobriza volvió a temblar.

- ¿Qué… Qué? –preguntó con la respiración pesada.

- ¿Me dejas ayudarte? –preguntó suave.

- ¿Ayudarme? –preguntó volteándose rápidamente y mirando a la rubia con confusión.

- A esto… –puso sus manos en la espalda de la oji lavanda y ascendió lentamente hasta llegar al broche del bra y retirárselo.

- Fa… Fate-chan… –habló nerviosa y sonrojada– ¿Fate-chan? –volvió a llamarla al ver que su novia la miraba diferente– ¿Estás bien? –la oji borgoña negó sin dejar de mirar el cuerpo casi desnudo de su novia– ¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa? –iba a ponerse su pijama rápidamente, pero la rubia se lo impidió– ¿Fate-chan? –la oji borgoña, lentamente puso una mano sobre el pecho ajeno– Hm… –jadeó la oji lavanda al sentir el leve apretón– Fa… Fate-chan…

- Estoy lista, Nanoha. –la cobriza abrió los ojos como platos y la miró con duda– Así es, Nanoha. Estoy lista.

- Fate-chan… Te amo… Prometo hacerte la mujer más feliz de este planeta y del universo.

- Yo te amo a ti mucho más, Nanoha, y ya me haces increíblemente feliz…

Fate descendió su rostro y se detuvo a escasos centímetros de la boca de Nanoha esperando a que ésta terminara con la corta distancia. El beso comenzó siendo lento, suave y profundo hasta que rápidamente se volvió apasionado y húmedo. La razón se les nubló por la pasión. Nanoha retiró el pijama de Fate antes de guiarla hasta la cama entre tambaleos. La recostó en ella con suavidad y se tumbó sobre ella. La rubia de mirada carmesí la miró con cariño y pasión y la oji lavanda le devolvió la mirada. Sonrieron antes de que sus labios volvieran a encontrarse con pasión.


Nota de autor: Antes que nada, déjenme pedirles perdón por la enorme tardanza... El mes de septiembre fue muy complicado. Y a eso súmenle una falta de inspiración que me tenía realmente frustrada. Espero sigan por ahí y disfruten de los últimos capítulos de esta historia. Gracias y disculpen la demora.


Saizoh: No te suenan los nombres de Mel y Lynn porque no son personajes pertenecientes a MSLN. Estos dos personajes son del anime "Pulse". Te lo recomiendo. Te gustará. Está muy intenso y a ti te gustan las cosas intensas jajajajaja Tomo nota de tu petición sobre las caricias de Lindy y Precia xD Y tranquilo, en el próximo capítulo nos "desharemos" de Jail y Yuuno para siempre :)

Guest: As you see, the right person can help you. Love is the most amazing and powerful feeling. It can do that you get over everything... Nanoha gave love to Fate and she felt that she feels beautiful things when she is with her... White devil is amazing... She got Fate opened her heart completely...