Jamás he hablado de esto
Los personajes no me pertenecen, son de la gran Rumiko Takahashi. Esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.
*Día 27
Historia AU
Como cada año conmemorábamos el aniversario de muerte de mamá en casa, ese día Kasumi se esmeraba más que de costumbre preparando toda clase de platillos, aquellos que Naoko amaba degustar. Por otro lado papá se encargaba de su altar, limpiaba con sumo cuidado la mesa en donde colocaba su fotografía, alrededor y como una cerca de flores adornaba con claveles; sus favoritos. Y mi hermana Nabiki nos ayudaba con nuestra vestimenta.
Este año se nos unían los Saotome, el tío Genma junto a Ranma aguardaban con respeto junto a nosotras mientras papá encendía un incienso frente al altar. Luego de que papá pronunciara unas palabras, todas sus hijas incluyéndome hacíamos una reverencia y agradecíamos por todo lo bueno que teníamos y también le decíamos a mamá que no debía preocuparse por nosotras porque estaríamos bien.
Ese sentimiento de añoranza por su ausencia invadía mi espíritu, más el cariño y el intercambio de palabras de mis hermanas ayudaban a recordarla siempre con amor, con el más puro de los amores, ese que solo una madre podría entregar.
No obstante, esa tarde pude ver a mi prometido muy ensimismado en sus pensamientos. Y en cuanto hubo un espacio de privacidad entre los dos decidí acercarme a saber qué le sucedía.
—No es nada Akane, solo no es momento para mis boberías —respondió encogiéndose de hombros.
—Ya la ceremonia acabó, ¿quieres ir a caminar? —pregunté un tanto insistente, y para mi sorpresa accedió sin réplicas.
Ya caía la noche y luego de caminar en absoluto silencio nos sentamos en una banqueta del parque cerca de casa.
—¿La extrañas? —pregunté observando su respuesta y quedó viéndome serio.
—¿De qué hablas? —increpó.
—Vamos Ranma, de tu madre…
El aludido parpadeó nervioso y luego pasó sus manos por sus muslos como queriendo evitar responderme.
—La verdad es que… nunca he hablado de esto con nadie —mencionó.
—Soy buena escuchando —le murmuré bajito, Ranma suspiró pesadamente y eso me conmovió porque nunca lo había notado tan triste.
—Sí, extraño a mi mamá y la verdad es que esta tarde en tu casa… toda la ceremonia estuvo muy bonita yo, eh, quisiera tener recuerdos y no los tengo —finalizó.
—¿Y no sabes dónde está? —Negó con su cabeza —Yo tengo muy pocos recuerdos de mi madre, pero son tan cálidos que los atesoro con el corazón. Sabes, si yo estuviese en tu lugar haría todo lo posible por ubicarla, ¿no crees que tu mamá también debe de extrañarte?
—No lo sé —susurró mirando el suelo.
—Tú tienes muchas más posibilidades que yo —repliqué.
—¿A qué te refieres?
—Tu mamá está viva Ranma —respondí, en ese instante tomé su mano y le sonreí.
—Tienes mucha razón —contestó devolviéndome la sonrisa.
Justo en ese momento aparecía Nabiki con una bolsa en sus manos, nos miró enarcando una ceja al notar lo cercano que estábamos el uno del otro por lo que no separamos de inmediato. Los tres regresamos a casa sin decir nada.
Más tarde por la noche estaba a punto de apagar la lámpara de mi alcoba cuando un golpe a mi ventana me asustó, era Ranma.
—¿Qué quieres? —pregunté un poco nerviosa mientras se escabullía dentro.
—Solo quería decirte que… gracias por lo de hace un rato —señaló rascándose la nuca.
—Cuando no eres tan bocaza podemos charlar muy bien ¿no crees? —este asintió muy contento.
—Igualmente yo, eh, quería… —titubeaba —¿Puedes ayudarme a encontrarla?
La sonrisa que se dibujó en mi rostro era un rotundo sí, y esa misma noche comenzamos a trazar un plan para saber el paradero de la señora Nodoka. Y bueno por increíble que suene, las peleas y los insultos cesaron, ambos comenzamos a comunicarnos mucho mejor. Y si teníamos suerte, pronto Ranma volvería a ver a su mamá.
Nota del autor
Estimado lector, imaginé a Ranma hablando de su madre torpemente como solo él podía hacerlo. Y me gustaba la idea de que Akane lo leyera tan minuciosamente, porque ella ya comprendía la tristeza de su prometido.
Gracias por continuar leyéndome.
Sweetsimphony._
