ficción
Historias de Albert y Candy
presenta
Quédate Conmigo
Por Mayra Exitosa
En la reunión de los sobrinos de William, las cosas no eran muy claras, sospechaban unos de otros, hasta que el abogado aseguraba que la información de la señorita Candy Mc Bride era privada y completamente confidencial por lo que el acceso a su documentación sería exclusivamente con el señor William Andrew. La molestia se generalizaba, dando inicio a una larga fila de alegatos entre ellos, - No comprendo, si mi tío ya está casado, que gana con escondernos los datos personales de una empleada que yo mismo contrate. Argumentaba Archie con un rostro de evidente desasosiego, a lo que su hermano sonreía de lado como asegurando que él sabía más al respecto, para responder orgulloso, - Me llevo de maravillas con mi tío William, le aseguré mi interés por ella desde que vino a auditarme la primera de casi doce ocasiones. El rubio al escucharlo asegurar cuantas visitas le había dado a Miami, asombrado cuestionaba, - ¿doce? ¿Ha ido a visitarte doce ocasiones? Stear sonrió radiante a lo que agregaba, - Recuerden que, soy el que mejor tiene administrados los hoteles, no hay gastos extra como lo hace mi hermano al despilfarrar el dinero, exagerando en cada evento que realizaba, ni tampoco ando de metiche eligiendo rosas y floristería que le corresponde elegir a los clientes. Confirmaba esto último por ser Anthony quien lucía meticuloso a la hora de los arreglos florales, cosa que ambos evidenciados mostraban descontento con el fanfarrón que los estaba exhibiendo ya que parecía tener el sartén del mango, mientras ellos estaban siendo humillados por este, más el rubio al igual que su hermano no estaban dispuestos a ceder ni una milésima parte, por lo que la información que ambos habían conseguido no se la mencionaban y decidían pelear por la dama en cuestión sin responder a sus agresiones.
La guerra entre los tres estaba clara, a tal grado que recursos humanos habiendo sido notificados del arribo de nuevas empleadas que auxiliarían en la coordinación de los eventos, hacían su presentación, notando que el departamento legal principal del corporativo Andrew estaba directamente involucrado, por tal motivo quedaba en tema confidencial todo lo relacionado con la señorita Candy Mc Bride, a quien aseguraban tener identificada plenamente, asegurando que formaba parte de un plan de auditorías del señor Andrew, por lo que toda información, comunicación y relación con ella, sería directamente manejado por él, nadie más podía ni tendría acceso a su persona. Esto para el más cercano de los sobrinos era un reto de que él también había salido mal en las auditorías realizadas por su tío, eso lo preocupaba, mientras que para Stear su reto más cercano era el evento que se daría cuando Candy estaba incapacitada, ignorando que el departamento de recursos humanos ya no contemplaba como empleada con privilegios a la señorita Candy, sino que ahora nadie la localizaba en ninguna parte del sistema hotelero.
La misma noche, lejos de ahí, un brindis se daba en la mansión Legan, siendo notorio que su amigo y socio Gerald Mc Connery no había asistido por si la supuesta hija mayor llegara a asistir al brindis de compromiso de su hija Elizabeth, sin embargo, el departamento legal donde se había llevado a cabo el matrimonio de su hija y su yerno, había enviado unas horas antes una notificación de ilegalidad del trato, por lo que estaban siendo investigados, eso tenía exageradamente nervioso al padre más amoroso de Candy, quien fuera solo una semana su ajetreo a trasladarla y utilizarla como hija adoptiva para luego deshacerse de ella tan rápido como había llegado.
- Amor, trata de relajarte, los invitados te están observando. Comentaba su esposa con una elegancia al verlo ingresar al estudio, - Lo siento Sara, espero que interpreten a un padre que está perdiendo a su hija, con un actor el cual parece fingir que la ama. - No digas tonterías, querido, ese hombre es quien hace feliz a nuestra hija. - Me lo dices a mí, cuando acabo de casar a otra hija hace menos de medio año y nadie lo sabe, ¡mira! ¡Entérate! El hombre visiblemente preocupado le indicaba la carpeta de asuntos legales colocada encima de su escritorio, donde se encontraba la notificación de presentarse en las oficinas del consocio civil que los había citado hacía tiempo y donde se había llevado a cabo dicho compromiso, quedando la cita para dentro de cinco días.
En el hospital central, Gerald Mc Connery permanecía serio sin mostrar ni un atisbo de preocupación, su mujer, se hallaba agonizando, luego de poseer un cáncer terminal en la matriz y ni todo el dinero, ni las quimioterapias recibidas por más de ocho meses podían sanarla, mucho menos él podía perdonarle el odio y desprecio que siempre le regaló desde que lo obligaron a casarse con ella. Este esperaba que le indicaran que requerían de él, para haber solicitado su presencia en el nosocomio, más los médicos, le habían llamado por petición de su esposa, quien antes había implorado que lo localizaran para hablar con él, solo que en esos momentos se encontraba sedada y todavía no despertaba.
- Me temo señor Mc Connery que su esposa aun no está disponible. - ¿para qué me llamó? - Fue su esposa quien insistió en querer hablar con usted. De pronto la enfermera salía de la habitación y le hacía la seña al médico que la señora Mc Connery estaba despertando, a lo que el doctor le pedía que entrara para luego dejarlos solos. Con una evidente palidez y mostrando odio en su agonía lo nombraba, - Gera… Gerald… - te están dando atenciones ¿no creo que quieras a tu amoroso esposo? - Yo, nuestro bebe, no quería, pero… - Pero lo hiciste y todo para que, ¡para asesinarla! La odiabas tanto que me hiciste el hombre más miserable de la tierra. - ¡Soy tu esposa! ella era una… una… una…
El aparato pitaba con un sonido estridente, Gerald ya se sabía la cantaleta que seguía, la serie de insultos para la mujer que nunca tuvo la culpa de nada, no cedía a su odio y rencor, al final ella se había salido con la suya y por más que deseara encontrar a Candy, ni ella ni su maldita familia la encontrarían jamás, así tuviera que negarla y alejarse de ella para siempre, la prefería lejos que sin vida, su suegro era un miserable que con tal de encontrarle un pelo en contra, le anularía la unión con su mujer y todos los bienes de los Mc Connery y los de Mc Gibson les serían otorgados, pero ya era muy tarde, su hija estaba muriendo y toda su familia podía hacer lo que deseara, nada les daría el gusto de quedarse con su herencia, su pequeña hija sería la única dueña de todo, así tuvieran que disputarse que ellos deberían gozar de algo, no les correspondería nada. Había sufrido mucho, nadie sabía nada de la existencia de su hija, ni su paradero ni donde había finalizado, no salía a ningún paseo, no podía convivir con nadie, más ahora que ya era mayor y Legan la había casado bajo su supuesto apellido, jamás la encontrarían estando casada con él.
Continuara...
Gracias por sus comentarios deseando poderla continuar avanzando luego de concluir el reto OctoBert 2022
Agradecida también por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar
por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.
Con sincero aprecio,
Un abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
