Personajes: Ron y Theo


Una de las consecuencias de ser amigo de Harry era haber descubierto la cerveza muggle y algunos de sus snacks. Cuando se juntaban para ver el fútbol en casa de Seamus y Dean, siempre era Harry el que se ocupaba de llevar esas cosas, porque los magos no tenían patatas fritas. Así que esa noche, después de cerrar la tienda, salió de Diagon para ir al supermercado más cercano, ese en el que Harry solía comprar, porque era la primera noche que se juntarían en su casa.

Su casa, que era realmente el apartamento sobre la tienda, que sus hermanos le habían cedido al casarse. No había sido posible instalar un televisor allí, demasiada magia, pero tenía una radio fantástica e iban a escuchar la retransmisión de la semifinal del mundial de quidditch.

Empujó la puerta del supermercado, que estaba exactamente donde Harry le había explicado, un poco nervioso. Había revisado su atuendo tres veces al salir de la tienda, siempre le costaba sentirse cómodo entre muggles y esta era la primera vez que lo hacía solo. La iluminación ya se le hizo extraña, acostumbrado a las doradas lámparas mágicas, el blanco de los fluorescentes se le hacía excesivo, así que estrechó los ojos nada más entrar, y aún así tropezó.

Muerto de vergüenza, se agachó para recoger las latas que se habían desparramado.

— No se preocupe, yo lo recojo —dijo una voz a su espalda.

De primeras no reconoció la voz, quizá porque había perdido ese tono de superioridad que usaban él y sus amigos en la escuela. Y tampoco cuando se agachó junto a él para tomar las latas que aún seguían dispersas, porque llevaba el pelo bastante más largo y no lo había visto nunca sin túnica. Hasta que el chico con delantal de dependiente no le miró directamente, no se dio cuenta.

— Nott.

— Weasley. Déjame ocuparme de esto, por favor —le pidió en un susurro.

Ron levantó las dos cejas sorprendido, pero aún así le hizo caso. Se incorporó y observó a un par de pasos, incómodo, como su antiguo compañero de escuela volvía a colocar las latas de algo que parecía sopa en una cuidadosa pirámide.

— ¿Me la das?

Miró a Nott sin entender.

— ¿Vas a comprarla? te aviso que es bastante mala —insistió el Slytherin, en un tono tan neutro que para cualquiera que no escuchara sus palabras parecería que simplemente le estaba preguntando en qué podía ayudarle.

Ron siguió la mirada verde de Nott hacia su propia mano para darse cuenta de que tenía dos latas todavía sujetas. Colorado, se las devolvió y dio otro paso atrás, empezando a pensar en cómo salir de allí.

— ¿Puedo ayudarte en algo? —se ofreció Nott al verlo allí clavado.

— No, yo lo busco, tranquilo —respondió.

Se giró con brusquedad, esquivando por los pelos otra pila de producto, y se alejó pasillo abajo con las manos en los bolsillos. Dio dos vueltas enteras al pequeño supermercado, desorientado por la cantidad de estanterías repletas de cosas, hasta que se topó de frente con la cerveza.

Suspiró, aliviado, y buscó con los ojos la familiar botella que compraba siempre Harry. Y entonces se dio cuenta de que tenía un segundo problema: eran cuatro tíos bebiendo cerveza, a un mínimo de tres por cabeza, dos packs de seis. Si cogía eso de la estantería, no podría maniobrar para coger los snacks. Y tampoco podía ser tan rata como para coger sólo dos packs, mínimo debía llevar otro más por si acaso.

Se rascó la cabeza, un poco agobiado. ¿Como narices lo harían los muggles sin magia?

— Igual necesitas esto.

Y Nott apareció a su lado con lo que parecía una gran cesta con ruedas, de plástico pintado en chillón color verde. Debió de darse cuenta por su cara de confusión que no tenía ni idea de qué era eso.

— Pon las cervezas aquí.

Ron parpadeó un par de veces y luego cogió con cuidado los tres paquetes de cerveza y los deposió en el fondo de la gran cesta.

— Ahora lo coges por aquí y te paseas por los pasillos hasta que encuentres lo que estás buscando.

— ¿Y luego como me lo llevo a casa? —no pudo evitar preguntar, bajito.

Nott sonrió y señaló un cartel al fondo del pasillo, junto a la caja: "Paga una libra más y te llevamos la compa a casa"

— Vivo en Diagon —respondió, apoderándose de la cosa aquella y echando a andar por el pasillo—. Haré dos viajes.

Echó a andar, en busca de los aperitivos, mordiéndose los labios. Nada más decirlo se había dado cuenta de que ese era Nott, trabajando de mozo en un supermercado muggle, no era plan de presumir de su vida tranquila y cómoda siendo el héroe del mundo mágico, aún firmaba de vez en cuando autógrafos. Nott era hijo de mortífago, seguramente su vida no sería tranquila y cómoda.

— ¿Cómo hace la gente para llevarse la compra? —preguntó finalmente, curioso, mientras Nott marcaba los productos y los metía en bolsas de papel.

— La mayoría usa carritos.

— ¿Como esto?

Señaló la gran cesta con ruedas y eso hizo reír por primera vez al Slytherin.

— No, esos no se pueden sacar de aquí. Son esos —le señaló dos cosas que parecían cajas de tela a cuadros y estaban atadas con una cadena a una barra.

— Vaya, ¿por qué las cadenas?

— Porque a las abuelitas no les gusta dejarlos ahí y que cuando acaban su compra alguien se lo haya robado.

— ¿En serio?

— Totalmente. ¿Efectivo o tarjeta?

Ron sacó la cartera, orgulloso de haber aprendido a usar moneda muggle gracias a Harry y su afición al pub más cercano a Grimmauld. Lo de la tarjeta ya era demasiado para él, aunque Hermione había tratado de explicarle lo que era y cómo funcionaba.

Nott le dio los cambios junto al ticket y lo miró mientras recogía la cartera.

— ¿Vas a intentar llevártelo? Yo creo que puedes con una bolsa en cada brazo. Déjame que te ayude.

Lo último que captó Ron, antes de salir del supermercado con una bolsa en cada brazo tal y como había indicado Nott, fue el sutil olor a colonia que le llegó mientras el Slytherin le sujetaba la puerta para que pudiera salir. Se lo llevó pegado a la nariz, preguntándose cómo alguien podía oler así de bien después de trabajar unas cuantas horas.

==o0o==

El día que volvió al supermercado, arrastrando un carrito un poco ridículo para un hombre de su altura, pensó que a Nott le daría algo por tratar de contener la risa. Lo vio apretar los labios y parpadear varias veces mientras ataba cuidadosamente el carro con una de las cadenas, porque no era plan de haber hecho el ridículo todo el camino y que se lo robaran antes de poder llenarlo.

— ¿Más cerveza, Weasley? —preguntó desde su lugar tras la caja.

— Y alguna cosa más —contestó, animado, mientras dirigía su carro verde hacia el primer pasillo.

Al volver, el carro estaba bastante lleno y su contenido hizo levantar una ceja al cajero.

— ¿Has hecho tú la lista de la compra?

Ron rio y se sonrojó un poco.

— A Hermione le preocupa que viviendo solo me alimente mal. ¿Tanto se nota?

— Bueno, te he visto comer durante años, no sé si eres muy aficionado a la lechuga.

Guardó silencio un rato, mientras Nott iba pasando la compra por el aparatito que pitaba. El comentario le había parecido muy normal, sorprendentemente normal.

— ¿Las cervezas también han pasado la supervisión de Granger? —inquirió con un poco de malicia.

— Eso es un añadido. No se puede escuchar la final de la copa sin una cerveza.

— El comentarista nuevo es infinitamente mejor que el de la copa anterior. Ese acento que tenía...

Una sonrisa bastante orgullosa le llenó la cara a Ron.

— Es mi cuñado.

— ¿El comentarista? —inquirió Nott con un bote de mayonesa en la mano.

— Sí, lo escuchaste retransmitiendo en la escuela, Lee Jordan.

— Ya decía que tenía algo familiar. Pues me gusta, aunque sea un Gryffindor —le dijo bajando un poco el tono, como si le hiciera una confidencia.

— Ey, algunos no estamos mal —protestó con fingida indignación, siguiéndole la broma.

— Eso he oído.

Sacó la cartera para pagarle y, en un impulso, mientras contaba monedas, le hizo una oferta que él mismo no sabía de dónde había salido.

— ¿Te apetece venir a escucharlo? Dean y Harry están de misión, seremos solo Seamus y yo, igual mis hermanos.

Nott se puso serio, un gesto que era familiar en él y le retrotrajo a la escuela.

— Gracias, Weasley, pero ya tengo planes.

Ron asintió, sin saber qué decir, y se apresuró a recoger la compra en el carro y salir del supermercado lo más rápido que pudo a pesar de su torpeza manejándolo.

==o0o==

Tardó un poco en volver. Porque una persona que vive sola, y con una madre como la suya, pues tarda en gastar lo que tiene en la nevera, salvo las cervezas. Se hizo el tonto cuando Harry se ofreció a comprarlas él y cuando vino diciendo que se había encontrado a Nott trabajando en el supermercado. Pero al final tuvo que ir, ya era mucho abusar de su amigo. O eso se dijo.

— Ya me preocupaba que hubieras muerto por sobredosis de vitamina C —comentó mordaz Nott cuando se acercó a la caja con el carrito lleno de cervezas— .Aunque igual mejor que morir de cirrosis. ¿Vas a darte a la borrachera melancólica?

— ¿Yo? — cuestionó sin entender, comenzando a poner botellas en la cinta.

— He leído lo del compromiso entre Potter y Granger.

Soltó una carcajada y negó con la cabeza.

— En todo caso brindaré por ellos. Me han pedido que sea el padrino.

Nott le miró con un gesto diferente, como apreciativo.

— Cualquiera habría pensado que te molestaría que tu ex novia se casara con tu mejor amigo.

— Hace mucho que superamos eso —respondió mientras comenzaba a guardar las cervezas en su carrito de la compra.

— ¿Entonces no vas a emborracharte por despecho?

Ron se enderezó, con el carro ya lleno, y sacó la cartera para pagar.

— Si acaso por despecho de soltero, es un asco ser el único sin pareja en una boda.

— Cualquiera diría que un héroe de guerra tendría que quitarse a las chicas de encima.

Volvió a negar con la cabeza mientras guardaba la cartera en el bolsillo. Nott se dio cuenta entonces de lo azules que eran los ojos que le miraban desde la cara pecosa, y lo expresivos.

— Sobrevaloras el efecto héroe, pero igualmente me quitaría a las chicas de encima, no me interesan.

Y le sonrió de una manera que hizo que Theo no pudiera apartar la mirada de los gruesos labios del pelirrojo.

— Tienes intereses... ¿más elevados?

— Puedo hablarte de mis intereses tomando una cerveza. ¿U hoy también tienes planes? —preguntó Ron, aparentando mucha más seguridad de la que sentía por dentro.

Los ojos verde pálido de Nott brillaron cuando sonrió, depredador.

— Salgo a las nueve. ¿En el pub de la esquina?

==o0o==

El pub era ruidoso, había partido de fútbol en la televisión. De entrada pensó que igual no era la mejor idea, era probable que a Nott ese deporte muggle no le hiciera gracia. Allí, en frío, esperando con una cerveza sobre la mesa en un rincón relativamente tranquilo, se preguntó qué narices estaba haciendo. ¿Había coqueteado con Nott? Parecía que sí, porque le estaba esperando en ese momento y el burbujeo que sentía en el estómago era el que había sentido en su día cuando había tenido las primeras citas después de romper con Hermione.

No era la primera vez que se rajaba después de quedar con alguien. Hasta ese momento no había entendido qué motivaba esa actitud. Allí, entre largos tragos de cerveza y con los gritos de los muggles de fondo, se dio cuenta de que era miedo. Ni más ni menos, se lanzaba hacia delante sin pensar cuando alguien la atraía y luego decidía que aquello no podía salir bien.

— Siento el retraso, no cuadraba la caja.

Levantó los ojos y se encontró con Nott sentándose frente a él, con una cerveza en cada mano.

— No pasa nada.

Nott lo examinó con esos ojos verdes pálido mientras daba el primer sorbo a su pinta.

— ¿Seguro? Tienes cara de querer estar en otro sitio.

— El fútbol puede llegar a ser ruidoso. ¿Te molesta?

— Estoy acostumbrado. Vivo aquí encima —comentó, señalando hacia el techo con el índice.

— ¿Cómo has acabado así?

— ¿No lo sabes? Se llama empezar de nuevo cuando te quedas sin nada.

Ron no supo qué contestar. El tono de Nott no era agresivo, ni desagradable, ni tan siquiera amargo. Lo había dicho como el que cuenta que la cena de ayer le sentó mal.

— Tú también tuviste que replantearte cosas después de la guerra —prosiguió Nott al ver que Weasley se quedaba callado.

— Como todos, supongo. Pero no es lo mismo. No he tenido que salir adelante solo.

— Antes te has quejado de tu soltería —bromeó—. No me compadezcas, Weasley, no estamos aquí para eso.

— ¿Y para qué estamos? —preguntó Ron, echándose un poco hacia delante.

— Depende —contestó Nott con una sonrisa bastante Slytherin.

— ¿De qué?

— De si vas a desaparecer cuando me vaya al baño. Te aviso que normalmente voy a la segunda cerveza, por si quieres estar preparado.

No pudo evitarlo, y los genes pelirrojos no ayudaron: se sonrojó hasta las orejas. Pero no tenia sentido negarlo, parecía que se lo había leído en la cara.

— No se me da bien esto de... tontear —acabó por confesar mientras atacaba la segunda cerveza.

— No lo hagas —descartó con un gesto de la mano—. Podemos ver el fútbol y hablar de naderías. Aunque no creo que no se te dé bien. A mí me has convencido para venir aquí después de un turno de ocho horas agotador.

— ¡Pero si ha sido idea tuya! —contestó Ron entre risas.

Nott se limitó a encogerse de hombros y sonreír abiertamente también. Se giró un poco para poder ver el partido mientras seguía bebiendo su cerveza, pero bajo la mesa, su pie acariciaba la piel que quedaba al aire entre el pantalón y el calcetín de Ron.

==o0o==

Ron no se marchó cuando Nott fue al baño. Se quedó allí sentado, jugando con el posavasos y echando ojeadas a la pantalla en la que el partido de fútbol estaba acabando. Los parroquianos empezaban a moverse y el nivel de ruido bajaba.

— Parece que es hora de retirarse —comentó Nott al volver, sin sentarse.

El pelirrojo se limitó a asentir y ponerse de pie. Se puso la cazadora y siguió a Nott hacia la salida, saludando al barman al pasar.

— ¿Quieres subir? —preguntó el moreno, con las llaves en la mano, parado delante del portal contiguo.

— ¿Estas seguro? —dudó Ron mientras se frotaba la nuca con la mano.

— Aprende una cosa de los Slytherin, Weasley : —Lo cogió por la pechera de la chaqueta y lo acercó hasta él para hablarle muy cerca— nunca ofrecemos por compromiso, ni aceptamos. He quedado contigo porque me apetecía y ahora me apetece ofrecerte que subas y, si se tercia, que follemos.

El pelirrojo parpadeó un par de veces, sorprendido, pero después se le cruzó una sonrisa y acortó la distancia para besarle.

— Quiero subir. Y quiero follar. Abre esa puerta, Nott y veamos lo que pasa.


El prompt era un poco confuso, tuve que consultarlo y me encontré con que se refería a hacer una primera compra cuando te mudas a un sitio nuevo.

Se me ha escapado un Harmony, sorry. Que nadie se asuste, no voy a escribirlo, solo es alusión.

Cuanto me gusta a mi Nott... y cuanto le ha gustado a Ron subir a su casa.