Día 23: Encadenado
-¡JEFA!- Slayerdramon quiso ir en ayuda de la joven, pero se vio obligado a esquivar la guadaña de MetalFantomon.
El digimon encapuchado rió con locura, sacudiendo su arma contra el dragón plateado, quien usó su espada-látigo para refrenar su guadaña, enfurecido.
-¡Jefa!- Shoutmon hizo ademán de saltar del techo para ir hacia la joven, pero tuvo que esquivar el puñetazo de Luke, el cual impactó en el piso, resquebrajando el cerámico.
El dragón frunció el ceño, pero debió usar su micrófono para detener el segundo puñetazo de la liebre. Shoutmon se sorprendió por la magnitud del golpe, ya que lo arrastró hacia atrás con bastante fuerza, pero aun así él no se doblegó ante el ataque de la liebre.
-¡¿Qué sucede contigo?! ¡Reacciona, Luke!- rugió Shoutmon, mostrando sus colmillos, furioso.
Pero la liebre solo frunció el ceño, impasible, enfureciendo más al dragón rojo.
La Jefa abrió los ojos, sorprendida, mientras caía junto a los escombros del techo, asimilando lo que había pasado.
… Luke… ¿La había atacado?
No, algo no estaba bien.
Luke estaba bajo el ataque de MetalFantomon que lo aprisionó en sus pesadillas. Eso significaba que, gracias a las modificaciones del Proyecto, ¿ese desgraciado digital podía controlar a los que estuvieran sometidos bajo su técnica Grave Scream?
La joven frunció el ceño, notando que el control que ahora debía tener MetalFantomon en Luke debía estar restringido. Esa era la clara muestra de la diferencia de poder entre el digimon y la liebre… pero para que la técnica siguiera controlase a Luke, aunque fuera de forma limitada, implicaba que, lo que estuviera viendo la liebre en su pesadilla… debía ser algo que le impidió razonar.
Si Luke hubiera querido matarla, habría hecho otra cosa.
… Aunque estar cayendo de un techo no es algo bonito ni una forma linda para morir.
Ella se aferró a su espada, comprendiendo que tendría que sobresforzarse una vez más, ya que no veía posible que Slayerdramon lograra librarse de MetalFantomon.
Fue entonces que Samanta sintió una melodía y energía conocida acercarse a ella con rapidez por otra dirección…
… Ah…
… Ya no tendría que forzarse.
La joven dejó de aferrarse con fuerza a su espada, y siguió cayendo, ya que sabía que ya no peligraba.
Una figura grande se le acercó volando con fuerza y precisión. Con un movimiento de su larga cola destrozó los escombros cerca de ella, mientras la atajaba hábilmente en brazos.
-Así que despertaste, ¿no es así…?- la Jefa, en brazos de Arresterdramon, miró al joven de mechón rojizo aferrado a la espalda del digimon, quien le sonreía, aliviado- ¿Akashi Tagiru?-
-¡Jefa! ¡¿Estás bien?!- le preguntó sonriendo Tagiru.
-Entre enojada por haber sido lanzada de un techo por uno de los míos, fastidiada por no patearle el trasero a MetalFantomon al estar fuera de mi rango, y confundida por ver que te has arriesgado a evolucionar a Gumdramon- admitió la joven, y miró el otro hombro del dragón morado, en el que estaba Taiki, mirando con detenimiento la situación- ¿Cuál es tu plan, General?-
-No fue mío- aseguró Taiki, mirando a Tagiru.
-¡Sí! ¡Le pedí a Jack que se contactara con el resto de Jäger para que vigilaran el DigiQuartz cerca de la zona de pelea! ¡Así Arresterdramon y yo podremos patearle el trasero a ese digimon horripilante de nombre genial, sin ningún problema!- le explicó sonriendo Tagiru, emanando un poco de vapor por la nariz, entusiasmado.
… La Jefa lo quedó mirando.
Y alargó el brazo, agarrando el rostro de Tagiru con una sola mano, haciéndole chillar de dolor, sobresaltando a Arresterdramon.
-Déjame ver si entendí…- murmuró la Jefa, cabreada- ¿Le has ordenado a los digimon de Jäger enfrentarse a TODOS los Kopierer que se acerquen a esta zona por el Digiquartz, atraídos por la energía de la evolución de tu compañero? ¿Quién te has creído para poner en peligro a TODOS los digimon bajo mi mando, SIN mi autorización?- exigió saber, indignada, ignorando los chillidos de Tagiru- Agradezco que me hayan salvado de convertirme en una mancha en el piso, pero si algo le pasa a alguno de los digimon de Jäger, me aseguraré que seas conocido como "Akashi Tagiru, el pelado"- prometió, aumentando su agarre.
-¡NO ME DEJES CALVO!- imploró Tagiru.
-¡A-Además Jack me dijo que todos estaban de acuerdo! ¡Quieren ayudarte aunque saben que no pueden estar en una misión super difícil como esta!- aseguró Arresterdramon, también intimidado por el enojo de la Jefa.
La Jefa alzó una ceja, pero terminó cediendo y soltó a Tagiru, quien soltó un leve gemido, adolorido.
-¿Cuál es la situación?- le preguntó Taiki a la joven, mientras Tagiru se sobaba la nariz, gimoteando.
-Es Luke. Fue afectado por el poder de MetalFantomon, y ahora ese tipo lo está controlando. Parece que el Rey está tratando de detenerlo- le respondió la Jefa- ¿Dónde está Yuu?- preguntó, mientras Arresterdramon tomaba altura.
-Yuu… Él no está en condiciones- le respondió Taiki, apretando con fuerza sus puños.
Yuu se había quedado, llorando amargamente abrazando a Damemon, sin poder superar la horrible pesadilla que había vivido.
Fuera lo que hubiera visto Yuu, debió ser demasiado horrible.
Taiki no lo sabía, pero su amigo seguía encadenado fuertemente a la memoria de sus horribles y crueles actos del pasado. No era algo que fuera fácil de olvidar.
