Disclaimer: Yu-Gi-Oh! no me pertenece. Sólo esta historia llena de clichés y el OC.


Les recuerdo que las respuesta a reviews anónimos/de invitados están al final del capítulo anterior. Este se editará con las respuestas a medida que los vaya aprobando y respondiendo (siempre que sean reviews de este capítulo o generales de la historia, y no más de una respuesta por persona).

¡Gracias a todos por sus comentarios, favs y follows!


LIBRO III

Capítulo 45


Juramento de Compañerismo

[Carta de Trampa]

Si no controlas monstruos que fueran Invocados de Modo Especial desde el Deck Extra: selecciona 1 monstruo boca arriba que controle tu adversario y que haya sido Invocado de Modo Especial; hasta la End Phase, toma el control de éste. Durante el turno en el que activas esta carta no puedes Invocar de Modo Especial.


Tuve la impresión de que absolutamente todos los habitantes de la Academia estaban en el auditorio esa tarde, al igual que durante la inauguración. Quizá solo faltaban los compañeros de Mokeo de la Otra Academia.

Hablando de él, quizá era uno de los más emocionados por estar allí, pese a que había rechazado su ascenso a Ra; no obstante, era la primera vez que presenciaba algo como eso. Según me explicó más tarde, ellos no tenían actividades como esa en su dormitorio. Debido a que todos estudiaban en el mismo edificio, no había motivos para dividirlos en diferentes rangos, más allá de su grado escolar. E incluso este, era relativo y dependía de cada uno si le servía un sistema de escuela tradicional o algo diferente.

Durante esa ceremonia, aquellos que habían ascendido de dormitorio estaban sentados en las primeras filas. De hecho, el evento era como una especie de graduación en miniatura, lo cual le daba a todo el asunto un aire de solemnidad que demostraba lo importante que era un momento para un estudiante en su paso por la Academia, y en su futura carrera como duelistas.

Todo eso contrastaba mucho con lo que había visto en el anime. En esa versión de la Academia, ascender de dormitorio era una acción que poco a poco fue perdiendo su impacto. En la primera temporada, sobre todo en los primeros capítulos, se había dejado ver como algo de gran relevancia en la trama, pero carecía de la solemnidad que tenía la ceremonia que estaba presenciando ahora. Recordaba que Judai, en el anime, había aprobado un examen práctico, y el director Samejima había anunciado su ascenso a Ra como si fuera parte de las noticias escolares que transmitía por toda la Academia cada mañana.

Luego estaba el duelo de Sho para ascender a Ra en la segunda temporada, el cual, si bien había sido importante en su desarrollo como personaje, no dejaba de ser una mera manipulación de los profesores Chronos y Napoleón para aprovechar su relación con Ryo y aumentar el prestigio de la Academia de manera artificial. Prueba de eso que sus siguientes ascensos se dieron fuera de cámara y entre temporadas, o al menos así había sido hasta donde podía recordar.

Y la mayoría de los otros personajes se quedaron estancados: Kenzan siempre en Ra; Manjoume volvió a Obelisco, sin que eso resultara algo más allá de anecdótico, muy a pesar de sus constantes quejas en la primera temporada por estar atrapado en el dormitorio de las cucarachas. Solo por dar dos ejemplos.

La ceremonia en sí fue pequeña, en comparación con lo que sería una graduación de verdad.

Un representante de cada dormitorio, Ra y Obelisco, dio la bienvenida a los estudiantes que ascendían durante ese mes. Luego de eso, uno a uno, fueron llamados por los directores de sus dormitorios para hacer el cambio de sus discos de duelo a los de su nuevo dormitorio. Finalmente, el director Samejima en persona, y no a través de una simple transmisión desde su oficina, los felicitó por su logro; para luego alentar a todos los estudiantes a seguir mejorando.

Viendo todo eso, entendía por qué, a pesar de que era posible, se podían contar con los dedos a los estudiantes que habían descendido en lugar de ascender en el sistema de dormitorios en toda la historia de la Academia.

En esta realidad, el personal de la escuela hacía todo lo necesario para darnos las herramientas y el impulso para mejorar cada día. El sistema era estricto, pero no asfixiante, si encontrabas tu ritmo. Y siempre había asesores dispuestos a ayudarte con esto último.

Claramente, la capacidad de rechazar un ascenso era una manera de, a la par que eso, decirte: «Sigue creciendo, pero tampoco hay presión, hazlo a tu ritmo». Algo que, siendo sincero, contrastaba un poco con la mentalidad japonesa y como había sido criado. ¿Sería acaso eso algo por parte de Pegasus y Yugi?

Por otro lado, los uniformes de Ra no eran tan horribles como lo había pensado. Incluso me pregunté si Pegasus no habría contratado a algún diseñador diferente para asegurar que los colores no fueran tan malos como los recordaba. Considerando que en este mundo estaba muy involucrado en el funcionamiento general de la Academia (al igual que Yugi, aunque él lo hacía menos público), no lo veía tan improbable.

Cuando todos los alumnos recibieron su nuevo disco de duelo, el director Samejima volvió a dirigirse a toda la escuela:

—Una vez más tengo que felicitarles por avanzar un paso más en su formación como duelistas, e instar al resto a hacer lo mejor para seguir sus pasos.

»Sigan esforzándose, y recuerden que el siguiente examen con oportunidad de ascenso será la penúltima semana de julio; junto con el final del primer trimestre de este año. Estudien mucho para ese momento, y no se detengan en su ascenso a la cima de la Academia.

Hizo una pequeña pausa. Me di cuenta de que estaba a punto de anunciar lo que el profesor Chronos ya nos había adelantado varios días atrás. Tengo que admitir que estaba emocionado. Incluso, por un momento imaginé ser el representante de la Academia en lo que venía.

—Antes de que se vayan, tengo que hacer un anuncio de gran importancia para los de primer año.

»Como nuestros alumnos veteranos lo saben, a comienzos de octubre se lleva a cabo un evento de gran trascendencia para nuestra escuela. El más importante junto con la graduación de nuestros alumnos más avanzados. Un evento que nos permite reunirnos con nuestras escuelas hermanas durante dos semanas, en las cuales se llevan a cabo toda clase de actividades en conjunto. Culminando con el duelo Inter Escolar: un enfrentamiento tipo Battle Royale en el que participa un representante de cada uno de los campus.

Los murmullos llenaron el auditorio, e incluso los alumnos superiores, que ya habían escuchado ese anuncio en años anteriores, estaban emocionados a pesar de que no podían participar.

Judai no pudo evitar gritar emocionado. Y no era el único. Incluso cuando el profesor Chronos ya nos había adelantado el evento principal, fue emocionante saber que serían dos semanas llenas de actividades. ¿Qué clase de eventos serían? ¿Contra qué tipo de duelistas nos íbamos a enfrentar allá?

El director dejó que diéramos rienda suelta a nuestra emoción por unos momentos, antes de solicitar silencio para poder darnos todos los detalles.

—Este año, el evento se llevará a cabo en la Academia de Norte América, la cual se afilió al Sistema Estándar de Academias de KCII desde el año pasado.

»En octubre, dieciséis de ustedes, alumnos de primer año, acompañarán a Ryo Marufuji, el Kaiser de la Academia Central, al profesor Chronos y a la profesora Fudo como parte de la delegación de duelistas que representarán a la Academia Central.

»Esta misma tarde, en sus fichas de duelistas, se desbloqueará un nuevo contador de puntos. A partir de mañana, todos los duelos de rango que tengan les van a sumar o restar puntos de dicho contador de acuerdo a sus resultados. Al final del trimestre, el lunes de la penúltima semana de julio, los dieciséis estudiantes con mejor puntaje se convertirán en los estudiantes seleccionados para nuestra delegación.

»Esa última semana, antes de que vuelvan a casa para el receso de verano, esos dieciséis duelistas se enfrentarán en un torneo de eliminación simple. El ganador será nuestro representante para el evento principal.

»Solo me resta decir una cosa más: ¡den su mejor esfuerzo! ¡Tengan muchos duelos y hagan que su escuela se sienta orgullosa!

Mientras todos salían lentamente del auditorio, iban comentando lo que habían escuchado. Parecía que la señora Tome iba a tener mucho trabajo esa tarde. En un lapso de diez minutos, conté al menos doce conversaciones de alumnos hablando sobre ir a comprar cartas nuevas en la tienda.

—Creo que debemos hacer un acuerdo —dijo Sho de pronto—. No vamos a enfrentarnos entre nosotros hasta julio, cuando nos veamos en el torneo del que habló el director.

—¿Hasta julio? —los cuestionó Judai algo decepcionado.

—Así es, hasta julio. Y no vamos a ver los duelos de los otros en estos meses, salvo que sea un duelo en clases o de examen.

—¿Pero por qué…?

A diferencia de Judai, Edo sí que entendió el punto al que quería llegar Sho:

—Ya veo. Todos aquí hemos jugado entre nosotros por tanto tiempo que ya estamos acostumbrados a contrarrestar nuestras diversas estrategias.

Y, por supuesto, Daichi agregó su propia conclusión:

—Exacto. Son casi dos meses desde ahora hasta entonces, así que en ese tiempo no vamos a discutir estrategias, tener duelos de práctica, o presenciar cualquier duelo de los otros miembros del grupo de estudio.

Junko y Momoe compartieron una mirada de preocupación.

—Creo que es una gran idea —dijo Asuka.

—¿Estás de acuerdo con eso? —la cuestionó Junko.

—Estás teniendo dudas de si lo lograras —le dije.

—¡Claro que no…! Pero…

—Es una prueba —la interrumpió Daichi—. Edo tiene razón: conocemos los mazos y estrategias de todos aquí como si fueran nuestros propios mazos. Y eso es porque, durante años, algunos más que otros, hemos practicado entre nosotros. Esta es una oportunidad para ver hasta dónde podemos llegar por nuestra cuenta. Incluso si es solo durante unas cuantas semanas.

—¡Muy bien! Hagamos esto —aceptó Judai una vez que entendió cuál era el punto detrás de la propuesta de Sho.

—¡Nos veremos al final del trimestre en ese torneo! —exclamó Johan.

Mokeo se rio ante el entusiasmo y la determinación de casi todos allí.

—¡Son increíbles! Si no estuviera en tercer año, me encantaría participar con ustedes.

Eso hizo que me cuestionara un detalle, que decidí expresar:

—Hay una cosa, ¿creen que solo cuenten duelos entre los de primer año?

Daichi sacó su PDA y rápidamente buscó su Ficha de Duelista. Como es de esperarse, cada uno de los apartados de la ficha de un alumno incluía un pequeño icono que, al pinchar en él, llevaba a una hoja de información. El recién aparecido puntaje de Elección de Representantes no era la excepción a esta norma.

—Hay una tabla de puntos. Ganar un duelo contra un alumno de segundo grado equivale al doble de puntos; triple contra los de tercero.

También, a diferencia del puntaje de duelos ordinario, este no tenía una tabla de ranking. Es decir, era imposible saber quién tenía más o menos puntos, a menos que directamente miraras en sus fichas de duelistas –las cuales no era precisamente públicas– o que él mismo te lo dijera.

Había otras reglas, como es de esperarse, destinadas a evitar que se hiciera trampa arreglando duelos. Tales como que no se podía desafiar al mismo alumno más de una vez en un lapso menor a veinticuatro horas. De igual manera, a diferencia de cómo era usual con los duelos oficiales de la Academia, durante ese tiempo los alumnos de primero teníamos permitido desafiar a otros estudiantes en cualquier sitio de la Academia para un duelo de rango, como en los duelos casuales, y no solo en las arenas de práctica. Con excepción de los pasillos del edificio principal y de los dormitorios, las aulas (si había clases) y los baños; aunque el salón de la fuente sí que era campo abierto.

—Tendremos que ponernos de acuerdo —dijo Edo—. Establecer un horario para estar en una zona determinada del campus, a fin de no cruzarnos.

—Como si fuera un videojuego —dije, recordando los Tag Force, en donde los NPC se encontraban en tal o cual zona de la Academia, dependiendo de la hora y el día. A esas alturas, creo que ya había conseguido suspender la incredulidad por cómo las cosas se movían hacia esas direcciones.

—Propongo que los dormitorios queden fuera —dijo Sho—. Son zonas comunes, y por una u otra razón, a veces tenemos que entrar y salir de ellos a lo largo del día.

—De acuerdo —dijimos casi todos.

—La tienda también debe estar fuera —dije—. Pasamos mucho allí, haciendo deberes, o simplemente descansando.

—De acuerdo.

—¿Van en serio con todo esto? —nos cuestionó Momoe.

—La elección de los representantes de la Academia ante las demás escuelas es un tema muy serio —le recordó Edo.

—Lo justo es que todos lo tomemos de esa manera —agregó Asuka.

Junko y Momoe volvieron a mirarse.

—Si piensan que no pueden, díganlo ahora.

—¿No crees que eres un poco duro? —me preguntó Sho.

Junko parecía lista para replicar con algún comentario mordaz.

—Nada de eso —me adelanté a ella—. Se han esforzado mucho, y yo considero que esta es una buena oportunidad para que se prueben a sí mismas sin que nadie más tenga que estarlas guiando o respirando sobre sus hombros. Pero, si no están seguras de conseguirlo, mejor no participen. Solo, antes de decidir, consideren una cosa: el próximo año ya no estarán en primero, así que ya no volverán a participar en este evento.

—No es como si lo que ustedes están proponiendo sea parte de eso —dijo Junko cruzándose de brazos—. Sus reglas personales no afectan en nada si entramos o no a la delegación de la Academia.

—Es cierto —admitió Sho—. Estas reglas son solo para el grupo de estudios. Es, si lo quieren ver así, un pacto de duelistas.

—Y una apuesta —agregué—. Quien no logre quedar entre los dieciséis, o el que saque menor puntuación de todos, tendrá que invitar al resto a comer una vez que volvamos a Domino para las vacaciones. Puede ser al llegar, o al final del receso de verano, pero debe pagar una comida.

Esto solo hizo que Junko y Momoe parecieran más frustradas.

—No creo que eso… —comenzó Asuka.

—Estoy dentro —dijo Rei—. No tiene sentido hacer esto si no hay un incentivo adicional. Es decir, ¿alguien, además de ellas, cree no poder lograrlo? ¡Debe haber una razón para que valga la pena poner todas estas reglas! Digo, más allá de ver cuánto podemos crecer por nuestra cuenta.

—Pero…

—En lo que a mí respecta, opino que pueden hacerlo —insistí—. Solo piensen esto: están en un grupo de estudio con los mejores novatos, modestias aparte; un grupo que ha entrenado durante años bajo la tutela del mismo Rey de los Duelistas. Sin contar a Seto Kaiba y a Pegasus. Además, considero que, si no lo intentan, se van a arrepentir. Recuerden, es un evento al que solo se puede aspirar en primer año… Incluso Kaiser realmente no va como participante, sino como entrenador.

—Vaya, qué situación tan inusual —comentó Judai—. Antes usamos argumentos similares a estos para convencerte de entrar al concurso de cartas.

—Sí, bueno, la gente madura.

—Al final, sí que lo hizo —comentó Johan—. A último momento, pero lo hizo.

—¡De verdad!

Mi PDA comenzó a sonar.

—Que mi primo les cuente el chisme, yo tengo que irme —dije, intuyendo lo que era. El timbre del final de las clases se había escuchado mientras estábamos discutiendo el pacto de duelistas de camino a la salida del edificio principal.

—Nada peligroso, espero —comentó Johan con seriedad.

La mirada melancólica de Judai, que había desaparecido durante el almuerzo, regresó por un momento. Luego, la ocultó con su falsa sonrisa.

El resto nos miraron con curiosidad, y algunos con el ceño fruncido (especialmente Edo y Asuka). Mokeo parecía más decepcionado que otra cosa. ¿Sabía algo? Era el último a quien había visto de los allí reunidos antes de ir a la reunión con Kaiser, cuyo resultado fue parte de lo que me hizo tomar una decisión realmente estúpida.

—Nada de eso —les aseguré—. Tal vez un pequeño castigo. Luego les cuento, por ahora debo ver al profesor Chronos en su oficina.

Volví a ver a Junko y Momoe.

—De verdad, no pierden nada participando en nuestro pacto de duelistas. Quizá solo pagar una comida.

Y me fui antes de que Junko pudiera responder.

Lo último que escuché fue a Momoe decir que iba a hacerlo. Si ella se apuntaba, entonces Junko también. Y, francamente, de las dos, esperaba que fuera la segunda en apuntarse primero. Bueno, todos pueden sorprender alguna vez.

Mientras me desviaba hacia una de las escaleras secundarias, para esquivar a los grupos de estudiantes que iban hacia la salida, escuché a Banshee decir:

—Vamos en curso de colisión con Fubuking, acompañado del emo rubio. El masoquista no está a la vista.

Fruncí el ceño. ¿Por qué de pronto usaba estos sobrenombres?

—¡Hermanito! —La voz de Fubuki llenó el pasillo.

—Buenas tardes —saludó Fujiwara. Hubo algo en su tono que me resultó extraño. No era el usual tono neutral que había utilizado las últimas veces que hablé con él. ¿Qué era? ¿Decepción? Iba a descubrirlo pronto.

—Buenas tardes, superior Fubuki, superior Fujiwara.

Fubuki hizo una mueca exagerada de decepción.

—¿Cuándo será el día que me saludes como «hermano mayor»?

—Déjeme pensarlo… Cuando haya tres soles en el cielo.

—Uh, ¡eso no es justo!

Me encogí de hombros.

—Supongo que, una vez más, estarán presentes en mi reunión con el profesor Chronos.

—Yo no —se apresuró a decir Fubuki—. Solo vengo a dar apoyo moral. Y, sobre Ryo, le sugerí que lo mejor era que fuera a ayudar a Sho a mudar sus cosas a su nueva habitación.

Asentí de acuerdo. Luego de lo de ayer, lo mejor era mantener una sana distancia entre él y yo. Ambos teníamos que llegar a algunos acuerdos. No volver a tocar el tema hasta que lo hiciéramos con la cabeza más fría y sin tantos prejuicios de por medio.

Por otro lado, Fujiwara también había sido llamado a la oficina del profesor. Recordando lo que Daitokuji me había dicho la noche anterior, y atando los cabos con este pequeño giro en los acontecimientos, me di una idea del porqué. Muy bien, podía decir que nuestro jefe de departamento escolar y segundo al mando en la Academia tenía una idea sólida de lo que había pasado…

Casi igual que la última vez cuando me había enfrentado a Erzsébet. ¿Acaso había alguna especie de sistema para detectar espíritus de duelo en la Academia? Es decir, se enteraban casi de inmediato cuándo, dónde y contra quién nos enfrentamos los estudiantes. ¿También podían determinar cuando el oponente no era precisamente humano?

Al menos podía decir que Chronos no estaba consciente de la actividad de la Diosa de la Reversa en el Pozo del Descarte… Aunque también podía ser otra cosa: como que hubieran confundido su actividad con la usual de los espíritus abandonados allí. Pero, si sabían sobre eso, ¿por qué nadie fue a revisar? Demasiadas preguntas.

Mientras estaba atrapado, de nuevo, en mis pensamientos, llegamos a la oficina del profesor. No me di cuenta hasta que Fujiwara llamó a la puerta.

Signore Satou, signore Fujiwara, pueden pasar.

Fubuki nos dedicó un pulgar arriba y luego fue a recargarse en el muro frente a la puerta para esperarnos.

Esta vez, el profesor no nos invitó a sentarnos a la sala de su despacho, sino que nos señaló dos sillas frente a su escritorio.

—Primero que nada —dijo con voz grave—, debo informarles que los signore Takadera, Mukouda e Isaka han sido dados de alta esta misma mañana.

Fujiwara asintió lentamente. Yo suspiré aliviado.

—En general, solo fue el susto. Y, una vez pasado eso, estaban más que emocionados de haber tenido una experiencia como esa. —Hizo una mueca, mitad resignación, mitad fastidio. Casi podía escuchar sus pensamientos: «Estos jóvenes que no aprenden y solo viven para provocar envejecimiento prematuro a sus maestros».

Me miró por un momento.

—Fue una sorpresa desagradable no encontrarlo. Aún peor, descubrir que de pronto estaba en una cueva en medio del bosque, a varios kilómetros de distancia del aula en que los signore Judai y Andersen encontraron a sus tres compañeros inconscientes.

El profesor Chronos hizo una mueca de desagrado.

—Sus tres compañeros ya han sido informados de su castigo. Especialmente tras haber mentido en su solicitud para registrar un club.

Eso me tomó por sorpresa. Pero explicaba muy bien por qué no habían saltado las alarmas el hecho de que esos tres, y precisamente esos tres, hubieran solicitado fundar un club como ese. Quizá ya les habían rechazado la solicitud antes, y decidieron registrar otra falseando su verdadera intención. Aunque, el correo de registro para miembros decía claramente «Club de esoterismo». ¿Habían encontrado la forma de burlar al sistema una segunda vez? Parecía poco probable en algo hecho por Kaiba, pero no imposible. No hay imposibles en informática: todo sistema puede ser burlado.

—Por desgracia, sabemos por experiencia que esta situación no será una advertencia suficiente —prosiguió el profesor—. Podríamos cancelar el club, pero entonces lo harían de manera clandestina lejos de supervisión.

Podía ver a lo que iba. Sus ojos se posaron en Fujiwara, lo que fue una confirmación de que estaba en lo correcto.

—Los signore Takadera, Mukouda e Isaka ya han sido avisados. A partir de la próxima semana, cuando reanuden las actividades, estará a cargo, signore Fujiwara.

—Así lo haré, profesor —aceptó de inmediato. Deduje que en realidad ya habían discutido todo eso antes de esa reunión.

El profesor asintió para mostrar su conformidad.

—Mantendrán las cosas estrictamente en lo teórico. Nada de hacer invocaciones que no sean en un duelo. De los normales, no los que conocemos con daño real y esas cosas horribles que terminan con alguien en la enfermería… o peor. Suficientes problemas va a darnos la Luz de la Destrucción en un futuro como para buscar más nosotros mismos. ¿No creen?

Una vez más, su atención se centró en mí.

—Y, hablando de duelos que son más que un simple juego, no se ha presentado en la enfermería, signore Satou.

—Yo… solamente estaba cansado, muy cansado.

—De cualquier forma, saliendo de aquí, va a ir directamente a ver a la profesora Ayukawa. No regrese a su dormitorio hasta que ella le dé un alta. Francamente, Daitokuji debió ocuparse de esto.

Por su expresión, mientras decía lo último, claramente estaba molesto por las decisiones que su colega había tomado la noche anterior. El saber que era un posible traidor no debía ayudar en nada a su caso.

—Muy bien, ahora quiero una explicación sobre lo que sucedió anoche.

Tomé aire… antes de que pudiera decir nada, una voz llenó la habitación:

—El muy tonto pensó que era una gran idea hacer una sesión de Ouija en una isla plagada de espíritus. ¡Oh, sorpresa! Todo lo que podría malir sal, pues pasó.

Me quedé helado. Banshee, así sin más, apareció frente a Fujiwara y el profesor Chronos para explicar los sucesos de la noche anterior con su muy… peculiar manera de ver las cosas. Y no solo eso, ¿acababa de hacer una referencia a Los Simpson?

—Muy esclarecedor —la interrumpió el profesor Chronos—. Pero, me temo que no estaba invitada a esta reunión.

Banshee se encogió de hombros.

—No sé, quizá si las causalidades cósmicas no me hubieran arrojado a nacer en Necromundo, podría estar sentada allí contando todo esto. Además, si no estoy cerca para cuidarlo, ¿quién lo hará? Podría acabar, no sé, ayudando a un trío de vampiros psicópatas a provocar un apocalipsis.

El profesor Chronos parpadeó, confundido. Yo estaba igual. ¿De qué estaba hablando Banshee? Sin embargo, la desagradable sensación de culpa se deslizó por mi estómago.

Los héroes siempre ganan, ¿no? Tienen el poder del guion de su lado.

¿Y si esta vez no es así?

Sacudí la cabeza para deshacerme del flashback.

—¡Esto sigue siendo un asunto que no le compete! —insistió el profesor Chronos.

—¿Qué quiere que haga? ¿Qué lo desafíe a un duelo por el derecho a estar aquí? Soy un espíritu de duelo, significa que no puede abrir la puerta y echarme.

—¿Tú juegas? —se me escapó.

Banshee rodó los ojos.

—Preguntas tontas donde las haya. Claro que juego. Digo, ¿espíritu de due-lo te suena de algo?

La miré mal, y ella respondió enseñándome la lengua.

—¿Exactamente con qué jugarías? —le preguntó Fujiwara.

Banshee adoptó una actitud pensativa.

—Si pudiera elegir, y tuviera las cartas, Gishki puro.

Fruncí el ceño. En este mundo no solía usarse el término «puro» para definir a un deck que se centraba en un único arquetipo o estrategia.

—Ahora, de ser necesario algo más poderoso, entonces jugaría Dragon Link. Con combos de cuarenta minutos, para que, si mi rival no muere por el duelo, lo haga de aburrimiento.

Mientras decía eso, vi un brillo triunfal en sus ojos. Tuve la extraña impresión de que estaba probando algo. Como si estuviera arrojando cosas pretendiendo ser casual, pero que en realidad había planeado casi todo, palabra por palabra. O, mejor dicho, estaba verificando los límites de algo, una barrera o similar.

—¿Dragon Link? —pregunté—. Por su nombre, me parece que es un deck de Invocación por Enlace.*

—¡Sí! Principalmente, es una combinación de «Guardragon» con «Borrel», y los monstruos staples del momento, para generar sus campos. La base en sí es ir extendiendo el combo con dragones pequeños. Y, ya sabes, como cualquier mazo moderno: invoco, busco; invoco, busco; invoco, busco… ¿No me tiraste handtraps? Dejo mis negadores, acabo mi turno. ¡Ah!, que no era el primer turno, pues batalla y a ver si entra el OTK.

—¿Cómo? —preguntó Chronos—. ¿Qué es un «handtrap»?

—Trampa de mano, en inglés —le respondí—. Monstruos como «Kuriboh», u «Honesto»: con efectos rápidos que se activan desde la mano para frenar la jugada del oponente, como se haría con una trampa.

Miré a Banshee.

—Pero, no sé por qué conoces la Invocación por Enlace.

Banshee abrió la boca. No salió sonido alguno. Resopló con molestia y se cruzó de brazos. Deduje que quería explicarlo, o al menos dar una pista, pero no podía.

—¿Quién es el presidente de Estados Unidos? —pregunté, al parecer, de la nada.

Fujiwara alzó una ceja, Chronos me miró en clara confusión.

—Un tipo de color naranja y muy racista —respondió Banshee.

—No entiendo —dijo el profesor.

Yo sí, ahora entendía muchas cosas. Solo necesitaba descubrir exactamente quién era Banshee y por qué estaba a mi lado. ¿Era de verdad una especie de protectora, como lo insinuó antes?

Lo que estaba claro, era que muchas de las respuestas que daba las hacía parecer una especie de sarcasmos o ironía, pero a la vez dejaba ver que eran pistas muy sólidas de en donde estaba su origen. Y no era el Necromundo, donde afirmaba haber nacido.

—¿Quería saber qué pasó anoche?

—Creo que el signore Satou puede explicar todo por sí mismo.

—Yo también: ¡fui testigo presencial!

—¡Eres un espíritu!

—Me está discriminando por no ser humana.

Fujiwara interrumpió su discusión:

—¿Cómo sabemos que no mientes para proteger a tu maestro?

Banshee me miró, y luego resopló.

—Él no es mi maestro.

Fujiwara alzó una ceja.

Banshee siguió hablando, ignorando al profesor y sus quejas anteriores.

—¿En qué iba? ¡Ah, sí! Pues, luego de recibir un merecido susto con la Ouija, como todos unos novatos, olvidaron cerrar sesión. Y, ¡oh, sorpresa!, al volver para hacerlo, algo más ya había entrado. Aunque, si me lo pregunta, tengo mis dudas sobre si entró por la Ouija, o alguien más lo invitó entrar luego de que ellos se fueron.

La miré, cuestionándola en silencio sobre eso. ¿Estaba diciendo que Haou orquestó por completo lo que había pasado la noche anterior? Es decir, no tenía dudas de que al menos era consciente de lo que estábamos haciendo; sin embargo, no se me había pasado por la mente la idea de que Leon en realidad no había podido entrar a nuestro mundo, al menos no hasta que Necrofear se había involucrado y uso la tabla para llamarlo.

Pero, ¿quién llamó a Necrofear? ¿Fue Haou o simplemente apareció dada su conexión con las tablas parlantes?

—¿Alguien más? —preguntó Fujiwara.

Banshee volvió a encogerse de hombros.

—Necrofear se presentó, y este llamó a otro espíritu. Luego de eso, pareció que los otros tres bobos habían sido tomados como rehenes.

Omitió la parte en la que Haou insinuó que sus almas estaban en riesgo… Algo que, como admitió después, nunca fue así. Quizá esa era la mayor prueba de la trampa que nos tendió a ambos, a mí y a Leon. Simplemente, en la tensión del momento, la dejamos pasar y caímos redondo en su juego.

A estas alturas, ¿qué era Haou? Fácilmente, podría decir que un villano y nadie iba a cuestionarlo… creo.

Me había salvado una vez, pero también me había tendido esa sucia trampa para atrapar a Leon.

—Como puede suponerse, Kenichi y ese otro espíritu se enfrentaron, tras poner sus apuestas sobre la mesa.

—¿Qué espíritu? —cuestionó el profesor.

Me di cuenta de que la carta de Leon todavía estaba en el bolsillo interno de mi chaqueta. ¿Estaba escuchando todo esto? De ser así, ¿habría llegado a las mismas conclusiones?

Saqué la carta y la puse sobre el escritorio. Leon no apareció.

—No considero que él quisiera hacerle daño a nadie —dije—. Es decir, durante el duelo fue completamente honorable en todo momento. Excepto que jugaba un mazo centrado en la Invocación por Sincronía que, por un momento, me puso en un verdadero aprieto.

—¿Sincronía? —cuestionó Fujiwara.

—¿Cómo es posible? —preguntó el profesor—. Hemos sido muy cuidadosos…

—No es lo mismo este mundo que los otros que están más allá del velo espiritual. En nuestro mundo, estas Invocaciones aparecieron hace ya un rato.

—¿También estos Enlaces que mencionaron antes? —volvió a cuestionar Fujiwara.

—No…

—Entonces, ¿cómo los conoces?

—¡Vivo con él! —me señaló.

Ignoré ese detalle deliberadamente, y volví a dirigirme al profesor:

—Según me han dicho varios espíritus, y lo confirmamos en el Pozo del Descarte, cuando el señor Kaiba y el presidente Pegasus desbloquearon la Invocación por Sincronía, y más tarde la Xyz, les abrieron la puerta a ellos para poder usarlas.

»Creo que hay una especie de relación "simbiótica", o, mejor dicho, como de espejo, entre nuestro mundo y el suyo. La forma en la que evolucionamos el duelo aquí, también se refleja allá. La prueba está en un detalle: todos los espíritus que he enfrentado en la Academia, utilizaban ya el reglamento actualizado.

—Y, como resultado, el equilibrio de poder está por completo roto —dijo Banshee con amargura.

—¿Qué tan malo? —preguntó Fujiwara.

—Bueno, después de por fin lograr ganar una guerra de casi treinta años, en la que Ha Des intentó conquistar todas las regiones inferiores, la Invocación por Sincronía lo trajo de regreso. La guerra empezó de nuevo, muchos buenos amigos míos ya no existen, y la muerte y la esclavitud son ahora la norma tanto en Pandemónium, como en el Inframundo y el Necromundo.

Estaba siendo muy seria al respecto y, por un momento, pareció que su voz se iba a quebrar mientras decía eso.

Fujiwara me miró a mí.

—Los libros y la evocación de espíritus, ¿tiene algo que ver con esto?

Hice una mueca. Era bueno para sacar conclusiones.

—Ha Des, al parecer, es una simple marioneta de alguien más. Así que, pensé, si podemos cortar las cuerdas y atarle nuevas, podríamos revertir la situación. O, al menos, darle una oportunidad a quienes intentan rebelarse contra él de recuperar su mundo.

—¡No! —gritó el profesor, cruzando sus brazos para formar una «X»—. ¡No! Definitivamente, no. Signore Satou, ¡eso es muy peligroso!

—No era mi intención hacerlo solo —mentí. En definitiva, comenzaba a asustarme lo fácil que me era hacerlo—. Únicamente quería hacer la investigación. Si resultaba ser factible, entonces iba a pedir ayuda a mi tío Yugi, o al señor Pegasus.

Banshee me miró. Ella sabía que yo estaba mintiendo; no obstante, guardó silencio. De hecho, había cierta resignación en su mirada.

—Voy a sonar muy duro con esto, pero, ¿en qué nos afecta la guerra de aquel mundo?

Banshee fulminó al profesor con su mirada. Y luego, con voz mordaz, dijo:

—En primer lugar, la Luz de la Destrucción puede cruzar hacia allá. ¿Qué tal si es ella quien mueve los hilos?

Sabíamos que era Drácula, pero tampoco podíamos estar seguros de que la Luz no controlara a este. Con los antecedentes que tenía sobre él por Castlevania, estaba casi seguro en un cien por ciento de que no era así. Pero, ¿qué garantía tenía de que su versión de este mundo era tan poderosa como lo era en los juegos? La Luz había estado involucrada en casi todos los eventos destructivos de este mundo: las guerras mundiales, y muchas otras más. Podía infectar incluso a Drácula, no había dudas al respecto.

—Además, ¿creen que se detendrán allá? ¿Y si intentan invadir este mundo?

—¿Pueden?

—¡Claro que sí!

—Muchos de ellos están entrando a este mundo —nos recordó Fujiwara—. Hemos enfrentado a varios que tenían el poder suficiente para influir de manera activa en él. Incluso, interactuando con personas que no podían verlos.

»¿Qué nos garantiza que no son capaces de entrar aquí con cuerpos físicos? ¿Cómo lograríamos detenerlos si eso llegara a pasar?

—Algunos de ellos son, de hecho, en parte humanos —dije—. Y, ¿qué pruebas tenemos de que los avistamientos de seres fantásticos, a veces captados en fotografías y vídeos, no son espíritus de duelo?

De hecho, debido a la existencia del Arquetipo «¡Peligro!», había comenzado a ver las supuestas evidencias de Pie Grande, el Monstruo del lago Ness e, incluso, del Chupacabras, como algo más que fraudes; o la supuesta cortina de humo para tapar la corrupción de un gobierno. La criptozoología, las historias de fantasmas, de demonios… la mitología en general, en este mundo podían ser ciertas. Podían ser resultado de avistamientos antiguos, o incluso recientes, de espíritus de duelo que llegaban aquí y eran físicos.

—¿Espíritus de duelo mitad humanos? —cuestionó el profesor.

—O que fueron humanos. El Mago Oscuro y el Dragón Blanco de Ojos Azules nacieron de humanos. Y también Zombino y Zombina.

Fujiwara me miró con una expresión de tristeza.

—¿Estás seguro?

—Todo me indica que su origen está en las almas de dos niños que murieron en Inglaterra durante una de las epidemias de cólera del siglo XIX. Luego, por circunstancias, o las causalidades del universo, como dijo Banshee, terminaron por convertirse en espíritus de duelo. De hecho, estoy casi convencido de que todos, o la gran mayoría, de los fantasmas pueden dar ese paso.

Tal vez ese sería un negocio muy lucrativo: ¿Tiene espectros en su casa? ¿A quién vas a llamar? No a los Cazafantasmas, sino a un diseñador de Ilusiones Industriales. Y al final, recibirá a su espectro en condiciones perfectas y listo para ser jugado en un duelo.

—¿Son fantasmas? —preguntó el profesor con voz chirriante. Su rostro estaba pálido, y no era por el maquillaje.

—Lo eran. Pero son inofensivos. Nunca asustaron a nadie. De hecho, ellos eran los que se asustaban de las personas, y no al revés.

—Muy bien, no quiero saber sobre eso… Y nada de llamar monstruos. De hecho, tiene prohibido estudiar estos temas por su cuenta. Que el signore Fujiwara esté presente, o el signore Motegi… Espero que haya progresos en eso… pero, ¡nada de usarlo para llamar espíritus peligrosos!

Asentí, aunque era muy molesto ser limitado de esa manera. Por otro lado, parecía que las palabras de Banshee lo habían convencido de mi plan. O, al menos, de verificar si era factible.

Miró la carta de Leon que todavía estaba sobre su escritorio.

—Respecto a esto, haré que los expertos la revisen…

El profesor trató de tomar la carta, un segundo después, retiró la mano como si se hubiera quemado.

—No quiere irse —declaró Fujiwara.

—Creo que deberíamos dejar que él mismo hable.

El profesor me miró, mitad sorprendido, mitad listo para negarse.

—¡Es peligroso!

—Es un caballero, como los de la Europa Medieval. Su sentido del honor podría compararse con el de un samurái. Y ahora está a mi servicio.

El profesor todavía no estaba muy convencido.

—¿Puedes salir?

Leon lo hizo. Curiosamente, a diferencia de antes, ya no vestía como su carta. Usaba ropas formales de época, como correspondía a un caballero de la edad media cuando no estaba en servicio.

El profesor Chronos tragó saliva.

—Di mi palabra de ayudar al joven… Satou. —Internamente, suspiré aliviado. No quería que Fujiwara escuchara el término «hechicero» referido a mí.

—Perdón si tengo mis reservas. No he tenido buenas experiencias con otros de… El signore Satou es mi estudiante. Parte de mi responsabilidad es garantizar su seguridad, la de todos los estudiantes de esta academia.

—Tiene mi palabra, como caballero sagrado de la Casa Belmont: ninguno los alumnos o del personal de esta escuela estará en peligro por mi causa, a menos que sea una amenaza para mí o mi cargo.

—¿Un caballero sagrado? —medio chilló Chronos.

Los caballeros sagrados, a diferencia de uno ordinario, estaban bajo el servicio de los obispos. Debido a esto, fueron por siglos la principal línea de defensa en contra de los enemigos de la Iglesia, y servían como un fuerte disuasivo militar ante el expresionismo del islam, que amenazaba a la Iglesia del Dios del Juicio de Roma. Imagino ahora que parte de sus deberes también debieron ser la cacería de monstruos. O, tal vez, cuando los libros de historia hacían mención a «combatir la herejía» se referían a estos, siendo solo un eufemismo para ocultar que de hecho combatían contra vampiros y, tal vez, hombres lobo,

Así que, en la Europa medieval de este mundo, la humanidad convivió con monstruos reales. ¿Cómo entonces pasaron a ser una mera leyenda en la civilización actual? ¿Todos ellos fueron cazados, como la familia de Camula en el anime?

Un detalle más de los caballeros sagrados, era que, en este mundo, sus órdenes fueron las antecesoras de lo que luego fueron los Templarios. El resultado para estos fue el mismo que en el otro mundo: al rey de Francia no le agradó que tuvieran más poder que él, mucho menos tener deudas monetarias con ellos. Como resultado, fue a hablar con su amigo, el Patriarca de Roma (equivalente al Papa), los declararon herejes, les confiscaron todo y los quemaron en la hoguera… ¡Solo otro día más en la Europa medieval!

—Muy bien, pero mantendré la vigilancia.

Leon lo aceptó. Supongo que, en cierto sentido, se podría decir que la Academia de Duelos era algo así como el feudo del profesor (o bueno, del director Samejima, pero Chronos era su mano derecha), y como extranjero en esas tierras, el caballero tenía que aceptar esos términos.

El cazador desapareció, al igual que Banshee, y yo guarde de nuevo la carta del primero.

Chronos respiró con alivio.

—Se está haciendo tarde. Así que, signore Satou, debería ir a la enfermería.

Suspiré internamente. Definitivamente, mi vida se estaba volviendo una especie de paralelismo con la de Harry Potter… Al menos no había una profecía (de verdad, esperaba que no hubiera una profecía).

—Solo una cosa más: su discusión con el signore Marufuji…

Me tensé al escuchar eso.

—Son asuntos personales, pero, discutieron en público cosas que pueden ser muy delicadas. Solo es una advertencia, por ahora. Y, por favor, deben ponerse en contacto para discutir esto de manera más civilizada.

—Estaba pensando en eso —admití—. Y me disculpo por hacer un escándalo en los pasillos.

—Muy bien. Traten de resolver esas diferencias lo antes posible. Y, por favor, en privado. Es posible que lleguen a luchar hombro con hombro en el futuro, no pueden permitirse tener esa clase de rencillas de por medio.

Como diría el sabio Zangetsu: «Cuando dos que no confían en el otro pelean juntos, la fuerza que cada uno tiene, disminuye a la mitad».

—Pueden retirarse.

Un asunto zanjado, por ahora.

Ahora tenía que salir, lidiar con Fubuki y luego ir a la enfermería. Después, todavía tenía que tratar con Johan y Judai, las explicaciones a los demás, averiguar sobre los registros akáshicos y hacer lo necesario para sacar un puntaje alto y no terminar pagando la comida de todos. Debía hacer malabares con todo eso y con mis tutorías, tanto con Mokeo como con Leon.

Y eso que solo eran los primeros meses en la Academia. Serían tres años realmente largos.


*No sabía de qué año era el deck, porque estuve inactivo en el juego hasta la pandemia. Así que busqué las listas del meta por años, y pues no me aparecía en los tops hasta el verano de 2019, así que Kenichi no debería conocerlo, ya que murió en diciembre de 2018.


Respuestas a Reviews Anónimos hasta el 26/10/22


Roxas Strife

Sí, sería muy conveniente. Aunque tiene una gran competencia. Como se dijo: son los mejores duelistas de la escuela, sin contar a su trío de amigos de tercero, y a Mokeo. Pero, ¿será realmente así? Tal vez su visión solo está sesgada por haber pasado tanto tiempo bajo la tutela de los duelistas más poderosos de su época. Se verá en el torneo.

Anotó esa idea. La verdad, sería interesante ver a Kenichi lidiar con un "acosador" personal XD

Malon 630

Se puede hacer mucho con los zombis; no son decks top, pero en un torneo pequeño puedes jugar fun con ellos.

Bueno, el Kenichi del Side Deck era la versión más completa de sí mismo. Es más seguro, va sobre su misión, y en realidad, como se puede ver, pese a la culpabilidad que pueda sentir, sigue adelante si lo ve como algo que simplemente tiene que hacerse. (Por eso Banshee no quiere que corte los lazos que ha creado: sabe que cuando los tiene es menos propenso a poner la misión por delante; y en Side Deck su único lazo real era la Luz de la Destrucción, ya que ni siquiera Banshee estaba allí para ser la voz crítica a sus acciones. Si hubiera tenido una relación real con su familia, mandaba a la Luz por un tubo, algo que de hecho hizo en el fic principal).

Ahora, su duelo con Judai se alargó principalmente por dos motivos: Kenichi quería que Judai perdiera todo el tiempo posible allí; y Judai, creyendo que era el Avatar, también alargó deliberadamente el duelo, buscando la oportunidad de salvarlo al entenderse a través de las cartas. Aunque, incluso con eso, pienso que habría sido un duelo largo, y una competencia de quien sacaba la fusión más tocha.

Si me preguntas si Kenichi se divirtió, yo digo que sí.

El torneo Americano va a ser un momento para explorar personajes. Supongo que voy a poner allí a los NPC de los Tag Force con sus nombres occidentales, para rellenar estudiantes. Y a ver que pasa con esa trama.

Sobre los Asesinos, puedo adelantar dos cosas: no es Kagemaru, ni tampoco Daitokuji forma parte de estas.

Ahora, un detalle curioso que no sé si he mencionado por aquí o en otro lugar: Leon iba a ser parte de estos, pero luego me di cuenta de que él nunca se uniría a tal organización. Camula podría respetarla, porque dado la relación de Kenichi con el Clan de la Noche, da espacio para hacer algunas cosas interesantes.