Disclamier: los personajes son de S.M, yo solo soy responsable de los demás.

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Capa Roja

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A la mañana siguiente una lengua cálida, húmeda y áspera lame mí mano. Abro los ojos y bajo la mirada al suelo para saber de dónde viene todo aquello. Me sorprendo un poco al darme cuenta que es el pequeño cachorro de lobo que he encontrado el otro día en la calle.

— ¿Que haces aquí, pequeño? — cuestiono mientras me enderezó y lo levanto del suelo para depositarlo sobre mis piernas; estoy segura que el cachorro ha crecido al menos un par de centímetros en estos dos días que no lo he visto.

— ¿Dónde carajos...— la voz de Edward de detiene en cuanto me ve que estoy en el sillón de Alice y Jasper .

— Hola— saludo, mi voz sale con timidez. Y de pronto me siento avergonzada de que me vea recién levantada cuando el luce muy bien está mañana. Y como si fuera poco, las imágenes de él tocando mi piel casi me hacen sonrojarme.

— Lamento si te he despertado— se disculpa, rompiendo con eso el silencio que se ha formado.

Niego con la cabeza.

— No lo hiciste, ya he estado despierta hace un par de minutos — Miento.

Edward asiente.

— ¿Cómo estás?

— Oh. Yo... Estoy bien, gracias. Dijeron que tenía que ir si había molestías. Así que Alice me ha dejado quedarme aquí solo por hoy por si había alguna emergencia.

— Lo entiendo— dice.

—Uhmm. Ayer Alice me dijo que hubo complicaciones en el restaurante. Espero que no haya sido nada grave— cambio de tema.

Edward sonríe apenas con la conmisira de la boca, pero mantiene su gesto serio.

— No lo fue — responde rápidamente.

Acarició al pequeño cachorro un par de veces más. Me pongo nerviosa. Quiero hacerle saber todas las preguntas que dan vuelta a mi cabeza, pero no sé cómo hacerlo para que me dé respuestas verdaderas.

— Respecto a lo de ayer... Lamento haberme separado del grupo. Yo... No era mi intención causar problemas— comienzo a decir. Creo que eso es un buen comienzo.

Edward asiente y pasa una mano por la parte trasera de su cabeza.

— Sí, no debiste hacerlo— responde. Luego toma aire profundamente antes de responder— . Mira, justo en este momento las cosas no están del todo bien en el pueblo.

Asiento en respuesta.

— Ahora creo que lo entiendo un poco mejor. Sin embargo... ¿Es normal que haya lobos de ese tamaño cerca al pueblo?— Lanzo la primera pregunta.

Edward suelta una pequeña risa nerviosa y niega con la cabeza.

— Aún no sabes nada— apenas lo escucho murmurar para si mismo.. luego levanta la cabeza en mí dirección y nuestras miradas se cruzan— . En este pueblo hay lobos grandes desde hace muchos siglos atrás. Las leyendas nos cuentan que hace siglos este era un pueblo mágico. Los hombres y mujeres más valientes eran cambia formas y cuidaban de esa manera a su pueblo.

— Lo sé, la abuela me ha contado esas historias.

— ¿ Que sucedió para que te olvidarás de ellas?

Me encojo de hombros.

— No las creí. Para mí no eran más que cuentos de hadas. Claro, ahora que ví a ese lobo gigante estoy comenzando a creerlas.

Edward suspira pesadamente.

—No son malos, solo hay un pequeño altercado con uno de ellos. Así que ahora en adelante no es para nada recomendable que estés sola.

Asiento con la cabeza. Lo entiendo muy bien.

— Respetaré las reglas de por aquí. Lo prometo. Pero.. ¿Qué tan malo uede llegar a ser esas criaturas? ¿Cuánta gente han matado a gente en estos últimos años?

El rostro de Edward se pone serio. Camina un poco hacia adelante, lo suficiente para sentarse en el sofá que se encuentra frente a mi. Pero no lo hace, permanece parado.

—Cómo he dicho antes: no son malos. Hay un problema con uno de ellos.

—¿Cómo lo sabes ? ¿Cómo sabes que es solo uno de ellos?— cuestiono a la defensiva. ¿Cómo besta tan seguro de ello?

La expresión en la cara de Edward se torna más sería de lo que la he visto.

—Hemos monitoreado su comportamiento—dice el.

—¿Cómo?— cuestiono.

Edward niega con la cabeza.

—No creo que...— comienza a decir.

—¡No quiero mentiras! —alzo la voz.

—No te estoy mintiendo.

—Ibas a hacerlo— lo acuso.

—Hay cosas para las que aún no estás preparada. Así que lo único que tienes que saber por ahora es que uno de esos lobos es inestable y atacará cuando tenga la oportunidad de ver a alguien solo. Debes seguir las reglas: Hay toque de queda a partir de las diez de la noche. Cada luna llena se recorre a las ocho. Y recuerda vestir cierta vestimenta roja para evitar problemas.

Aprieto las manos en puños. Comienzo a enfadarme. Comienzo a estar harta de que me oculten información. ¿Porque tanto misterio acerca de esos malditos lobos?

Si nadie quería darme respuestas, era hora de que buscará información por mi propia cuenta.

El pequeño cachorro se acerca a una de mis manos y me da una pequeña mordida.

— Auch— exclamo y quitó mi mano de su alcance para revisar que sus pequeños dientes no hayan cortado la piel. Por suerte no lo ha hecho.

— ¿Te hizo daño? — cuestiona Edward y se acerca más.

Sacudo la cabeza.

— Por suerte no.

Levanto al cachorro pare depositarlo en el suelo, pero Edward extiende las brazos en mi dirección para que se lo entregue.

— No es una mascota común— dice él.

— No lo es . Es un poco brusco. ¿ Es seguro tenerlo?

La conmisira de la boca de Edward se levanta, está vez es más notable que la anterior.

— Será seguro sí tiene a un buen entrenamiento— dice él.

Lo miro levantando una ceja.

— ¿ Y seguramente tú serás el alfa? — cuestiono a forma de broma.

El rostro de Edward adquiere seriedad. Me devuelve la mirada.

— Soy un buen alfa — dice, luego se gira sobre sus talones y emprende su marcha, dejándome sola.


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Capa Roja

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Nos vemos pronto.