Harry Potter le pertenece a JK Rowling.

Pareja: Neville Longbottom y Luna Lovegood.

Capítulo 23: Intercambio de Regalos.

Luna caminó dentro de la librería, buscaba los materiales necesarios para lo que tenía en mente. Era su primer aniversario con Neville, quería hacerle un regalo bonito. Pero no quería darle algo ya hecho, ella quería algo de su propia mano. Ella siempre fue experta en confeccionarse sus propios accesorios.

Sonrió cuando finalmente reunió todo lo que necesitaba para llevarlo a caja y pagarlo.

Neville por su parte ya no sabía que más ver para comprarle a su querida Luna. Aunque había cientos de vestidos para la ocasión sentía que no había uno adecuado para su novia. Tal vez la ropa no sería lo importante, esencial, debía buscar otro regalo para ella.

Se le podía ocurrir algo al seguir buscando el regalo ideal.

Neville estaba indeciso ¿Un libro sería el indicado? ¿O podía serlo el pastel que estaba viendo en la vitrina? Habían tantas opciones para ella. Sabía que a su novia rubia le gustaban las criaturas mitológicas incluso habían algunas que ella decía que eran reales pero aún no estaba comprobado.

El no era nadie para cuestionarlo.

¡Esa era su respuesta! Un libro de criaturas mágicas sería lo ideal, además podía comprarle los chocolates que vio en la dulcería.

Xenophilus Lovegood sonrió al ver a su hija trabajando en su habitación, su hija era creativa, siempre lo había sido, incluso estaba seguro que si ella escogía ser diseñadora le iría muy bien.

La vio utilizar la pintura, pinceles y el carboncillo. Podría pasar todo el día ocupada, así que decidió que le prepararía algo para comer, le llevó un vaso de limonada mientras Luna le agradecía el apoyo.

Neville envolvió en papel brillante el libro, los chocolates los llevaría en su caja original, le puso un listón rojo por encima para que se pudiera entender que era un regalo.

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Luna alzó su brazo al ver a Neville, pudo notar que su novio estaba nervioso. Llevaba una caja de chocolates, algo envuelto en sus brazos.

Ella llevaba su regalo en su mochila de colores.

-¡Hola Neville! Lo dio un pequeño beso en la mejilla tiñendo de color rosado las mejillas del chico.

-¡Hola Luna! Respondió tocando con delicadeza el lugar que había besado la rubia.

-¡Feliz aniversario! Dijeron al unísono, sonriendo al extenderse los regalos.

Luna tomó los chocolates y el regalo al igual que el chico quien estaba nervioso, conocía a Luna, sabía que me había creado algo personalizado. El en su caso no era hábil con el papel y las tijeras.

Luna abrió su regalo, sus ojos brillaron al verlo, llevaba tanto tiempo buscando ese libro, ni siquiera su padre había logrado encontrarlo.

Neville estaba nervioso, emocionado al ver que su novia era feliz con lo que el le había dado. Se preguntaba cuanto tiempo tendría ella buscando el ejemplar, después que lo pagó supo que era la última copia vigente en la librería puesto que la editorial descontinuó los libros.

Neville suspiró mientras rasgaba el brillante papel de su regalo, quedó sorprendido al ver que era un marco con una fotografía suya, y de sus padres, el marco estaba decorado con pintura roja, en la misma se podía notar la felicidad de Alice, su madre y de Frank su padre, mientras el bebé que era él sonreía en la misma.

-Fue difícil pero conseguí que tu abuela me cediera una de sus fotografías tuve que decirle que un Snorkack de cuernos arrugados vendría a ella si no me lo daba. Aunque me llamó chiflada me cedió la fotografía.

-¡Oh lo lamento Luna! Mi abuela suele ser demasiada tosca con las personas. Que pena.

-¿Te ha gustado tu regalo?

-Claro que si cariño. Adoro mi regalo.

-¿A ti te ha gustado el mío?

-Claro que si, me has dado el mejor de los regalos. Papá y yo estuvimos buscando durante muchos meses este ejemplar sobre Animales Fantásticos y dónde encontrarlos. Es una edición especial. Dijo la rubia para finalmente acercarse y darle un beso en la mejilla a Neville.

Neville estaba feliz con Luna, estaban saliendo desde que terminaron su educación en Hogwarts. Ella junto a Harry, Hermione, Ron y Ginny era de los pocos amigos que había hecho en aquel lugar.

Estuvieron reconstruyendo sus vidas después de la segunda guerra mágica.

Harry y Ron eran autores, Hermione trabajaba en el ministerio, Ginny era cazadora profesional. Sabía que su Luna sería una gran magizoologista. Y el pues él solo quería ser maestro.

Quería enseñar herbología. Que muchos futuros estudiantes aprendieran junto a él, enseñarles a hacer correctamente los hechizos, que nadie en su clase fuera excluido dada su capacidad.

Quería verdaderamente ayudarlos a todos. Aunque estuvo un tiempo trabajando con Harry como auror, reconoció que no era su fuerte trabajar en las misiones.

Luna lo tomó de la mano, ese día comerían en su casa, el señor Lovegood lo había invitado ese día, estaba un poco nervioso ya que él solo había ido cuando era amigo de Luna, pero ahora era la primera vez que iría como su novio.

Luna pensó en que las nubes se veían bonitas, a pesar de todo sabía que un arcoíris muy pronto sería visible, en los reflejos del agua. Quizás un día encontraría a los Snorkack de cuernos arrugados y a los nargles para documentarlos en sus libros.

Hoy era un buen día, estaba con Neville y con su padre. Mañana estaría con Ginny y Hermione. Y el día siguiente iría con Harry Potter. A pesar de los años seguían siendo amigos cercanos, a veces el hombre que vivió hacía bromas sobre los nargles. Desde que se conocieron en su cuarto y quinto año respectivamente, Harry aún bromeaba con los mismos.

Sabía que estarían juntos el tiempo que deberían estarlo. No cambiaría por nada en el mundo los recuerdos que estaba formando junto a sus amigos, a su padre y a su novio Neville. Estos serían sus más preciados recuerdos.

Y con ese pensamiento Luna le volvió a sonreír a Neville.