Harry Potter le pertenece a JK Rowling
Pareja: Harry Potter y Hermione Granger.
Capítulo 24: Siestas.
Trabajaba día y noche. Estaba demasiado ocupada en fomentar los cimientos de lo que consideraba su mejor logro.
Pronto presentaría el nuevo decreto que le permitiría a los elfos domésticos recibir un salario digno y vacaciones 1 vez al año de sus puestos de trabajo.
Aunque sabía que muchos magos les daba igual este nuevo decreto sería obligatorio para todos aquellos que tenían a su servicio dichas criaturas. Era lo único que podía hacerse por ellos puesto que muchos de los beneficiarios consideraban horrible ser liberados, demasiados años en cautiverio habían hecho que los mismos no quieran ser libres.
Hermione sabía que esto era un pequeño paso para lograr un gran cambio en los magos y en los elfos.
Ella no podía creer que en pleno siglo XXI aún existieran este tipo de esclavitud, ya no están en la edad media para seguir con esas costumbres tan bárbaras.
Siguió escribiendo en el pergamino, ni siquiera fue consciente en que momento se quedó dormida encima del mismo. Quien se dio cuenta de todo y decidió llevarla a su casa fue Harry Potter, su novio.
Arregló sus cosas y las guardó para otra ocasión, sabía que Hermione era testaruda con ese tema, llevaba muchos años tratando de lograr que dicha ley pudiera ser aprobada.
Acarició sus cabellos castaños, la cargó y se la llevó del ministerio. Harry dejó a Hermione acostada en la cama de ella, la cubrió con una sábana y salió de su habitación, se fue a la cocina, debía prepararle algo de comer, estaba seguro que no había probado bocado alguno en el transcurso del día.
Aunque no era tan buen cocinero, sabía que podía prepare algo decente de comer.
Hermione reaccionó cuando sintió el olor a comida inundar sus fosas nasales. ¿En que momento habían llevado comida a la oficina? Iba a pedir que le dieran un poco ya que no había comido nada en todo el día hasta que notó que estaba en su casa.
¿Su casa? ¿Quién la había llevado a ese lugar? Solo Harry tenía un juego extra de llaves, definitivamente su novio la había llevado hasta allá. Salió de su cama, dirigiéndose a la cocina, donde vio a Harry sirviendo la comida en los platos.
-¡Que bien que ya despertaste! Es hora de comer, dormilona.
-Todo se ve delicioso. Gracias Harry. Hermione le sonrió en aquel momento solo quería saciarse, debía reconocer que se sentía hambrienta y cansada.
Comieron en silencio, después empezaron a hablar de tomó lo que hicieron en el día. Hermione ya casi tenía toda la papelería lista para su revisión y posterior aprobación ante el ministro de magia. Y Harry le contó de las investigaciones que hicieron el día de hoy.
Hermione estaba cansada, Harry le dijo que ya era hora de irse si ella quería descansar.
-Quédate hoy a dormir conmigo. Estoy tan cansada que se que me quedaré dormida al acostarme de nuevo.
-Claro, está bien. Me quedaré a dormir aquí.
Hermione se puso su pijama y se recostó dejo un espacio para que Harry se pudiera acomodar. Tal y como le había dicho había vuelto a dormir profundamente.
Harry acarició la cabeza de su novia, de su mejor amiga, de quién le había apoyado desde que se conocieron a los 11 años. La quería demasiado y solo quería hacerla feliz.
El hombre de ojos verdes la abrazo, recostó su cabeza en su cabellera castaña, cerró los ojos tratando de dormir. Solía compartir siestas con Hermione pero siempre se quedaba dormido el primero. Ella solía quedarse observándolo en silencio hasta dormirse.
Ahora era ella quien descansaba. Le había puesto demasiado empeño a su trabajo el que consideraba muy importante, aunque a él le parecía aburrido.
Aún le parecía impresionante como habían pasado tantos años juntos, siendo mejores amigos hasta que el amor tocó a las puertas de sus almas.
Salieron juntos en muchas portadas de revistas del mundo mágico, encabezados que decían: "Los héroes de guerra Harry Potter y Hermione Granger están juntos románticamente"
Ninguno de los dos lo negó. Los dos se amaban más allá que una relación fraterna. Incluso tomaron por sorpresa a Ron, quien estaba sorprendido de que ellos tuvieran algo, pero su pelirrojo amigo los apoyaba en todo. Pidió ser el padrino de bodas de ambos. Siempre y cuando pudiera comer mucho en la recepción.
Ron no cambiaría jamás ni ellos tampoco. Hermione siempre sería la bruja más brillante de su generación, Harry sería siempre el niño que vivió, ahora el hombre que sobrevivió.
Desde ahí el mundo mágico sabía de su relación. No faltó el que quiso hacerla de menos a ella por su origen de muggles. Pero Harry siempre la defendía ya que el también tuvo parientes muggles, descendía al igual que ella de las personas sin magia.
Hermione le agradecía por estar con ella en esos momentos donde querían hacerle daño por su origen humilde. Ella no nació de ninguna familia de renombre, pero ella misma se encargaría de hacer su nombre brillar más allá de solo ser una heroína de guerra.
Hermione espera llegar a ser Ministra de Magia. Esperaba llegar a apoyar a todos aquellos nacidos de muggles, espera poder cambiar el estereotipo que tienen los magos.
Un día todos esos prejuicios desaparecerán.
El sueño vence finalmente a Harry, quien se quedó dormido junto a ella. Mañana será un día muy ajetreado.
Los dos duermen profundamente, en tranquilidad, en paz. Estando uno junto al otro, velando por el bienestar del otro.
Sueñan que están logrando juntos lo que se han propuesto, Harry siendo el mejor auror de todos y Hermione siendo la ministra de magia más conocida de origen muggle. Siendo finalmente Hermione Potter, la esposa de Harry Potter.
La primera que lo apoyó desde niño, una de las personas que estuvo con él desde que se conocieron en el tren de Hogwarts. La que seguía a su lado amándolo por lo que el era, ya que el era Harry, solo Harry.
