DISCLAIMER: Todos los personajes de la saga de Harry Potter son propiedad de los dueños del copyright y fueron creados por J.K. Rowling. Los personajes que no aparezcan en las novelas ya publicadas o cualquier similitud que éstos puedan tener con las futuras incorporaciones a la saga es pura casualidad.

N/A: Esta historia, aunque coincidan los personajes no tiene nada que ver con la que escribí anteriormente. Es, más bien, una adaptación de la anterior con SUSTANCIALES cambios en el argumento. Este súbito cambio se debe a unas ideas que he estado madurando estos últimos meses, pero puedo asegurar que los lectores habituales quedarán más que satisfechos con la nueva versión. Para cualquier duda, dejad un review o escribidme a: acaldela@hotmail.com (tengo msn Messenger)

HARRY POTTER Y LA LUZ DE LA ETERNIDAD

CAPÍTULO VI: Y, entonces, ¿qué vamos a hacer contigo?

Cuando Harry legó al despacho de Dumbledore, ya le esperaban todos los profesores. Al entrar, la mirada de Snape era tal, que si las miradas matasen Harry caería fulminado allá mismo. Entonces habló Dumbledore:

-Señor Potter, esto no puede seguir así, no puede minar la autoridad de los profesores de ésta manera- Entonces, Harry alzó una mano como si tal cosa y d un resplandor plateado la rodeó por un instante; después dijo:

-Solucionado, los alumnos ya no recuerdan nada, pero no podemos seguir así, deben expulsarme de Hogwarts, por un tiempo al menos- Todos los profesores estaba atónitos y una sonrisa cruzó el rostro de Snape

-Si es lo que usted quiere, Potter.- Snape casi escupió la última palabra

-Sí, tengo cosas mejores que hacer.

Con estas palabras, un pequeño murmullo recorrió a los profesores y, a un gesto de Dumbledore, le dejaron solo con Harry.

-Harry, me pregunto si puedes hacer lo mismo que has hecho con los alumnos con los profesores, pero solo para que olviden a Valadad y parte de los incidentes, que solo sepan que algo extraño ha pasado y vean justificada tu expulsión.

-Hecho- dijo Harry con un gesto de su mano- pero usted y Sirius lo recuerdan todo

-Perfecto, ahora quiero que me respondas sinceramente a una pregunta: ¿Cuál sería el resultado si ahora mismo se te examinase de los EXTASIS?

-Máxima puntuación en todo- respondió Harry impasible

-Lo suponía, entonces quiero pedirte algo, y que conste que no estas obligado a aceptar: ¿te gustaría ser profesor de DCAO y de psíquica?

-Por supuesto, ¿pero cree prudente enseñar psíquica en el colegio?

-Sólo lo más básico, por supuesto y antes de que me preguntes, sé que la primera parte del entrenamiento no tiene nada que ver con la magia.

-Sólo una cosa más: la psíquica se enseñará a partir de cuarto, no antes, y muchos alumnos no conseguirán ningún resultado

-Pero los que tengan más capacidades.

-Ya sé a donde quiere ir a parar, Profesor, y eso significa que ha hecho los deberes, pero parte de ese problema está ya solucionado, pero no se preocupe, enseñaré psíquica. a los que estén dispuestos

-De todas maneras. ¿acierto al pensar que aún no hemos visto el alcance de tus poderes?- Harry asintió y dijo:

-Bueno, voy a por mis cosas- y, ante los atónitos ojos de Dumbledore, desapareció para reaparecer después con su baúl.- y, ahora, un pequeño cambio de imagen- y se convirtió en Valadad Ver Saryan de nuevo con sus oscuras ropas remachadas en plata y oro y ningún arma visible- ¿así le parece bien?

-Perfecto, ¿bajamos a cenar?- Harry asintió y siguió al director.

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Cuando llegaron al Gran Comedor, todo se quedó un momento en silencio al ver al extraño personaje que acompañaba a Dumbledore, y cuando vieron que se sentaba en la mesa de los profesores, un murmullo se extendió por doquier. La cena transcurrió silenciosamente al tiempo que los alumnos le lanzaban miradas interrogativas al recién llegado. Cuando todo el mundo había acabado de comer, Dumbledore pidió silenció y dijo ente las caras serias y llenas de rabia de unos y las de felicidad (los Slytherins) de otros:

-Queridos alumnos, debo anunciar una triste noticia: por primera vez en años, un alumno ha sido expulsado de Hogwarts debido a su comportamiento, el señor Harry Potter de la casa Gryffindor no estará con nosotros por unos meses, y eso como mínimo. Pero pasemos a cosas más agradables, ya que se va a impartir una materia nueva para los alumnos de cuarto en adelante: esta materia es la psíquica y hace siglos que se perdió este arte; además, el profesor impartirá también DCAO hasta final de curso. Demos una calurosa bienvenida a Valadad Ver Saryan, único experto en psíquica con vida y muy versado en las Artes Oscuras- Ante el asombro de los profesores (que no sabían nada sobre el nuevo profesor) toda la escuela irrumpió en aplausos y, acabada la cena, se retiraron a sus respectivas salas comunes (y Harry a su nuevo despacho, aquel que había sido de Lupin).

Estando Harry en su despacho, comenzó a escribir cinco cartas, todas ellas idénticas y las cerró con su sello personal, un sello mágico que solo podía ser abierto por el destinatario y que era como un sello lacrado en color oro con un fénix estampado en rojo. Con solo desearlo, cinco águilas del monte Fénix (completamente blancas y muy poderosas mágicamente) entraron volando por su ventana y les ató un pergamino a cada una en la pata levantando ellas el vuelo casi inmediatamente después.

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Ginny estaba sola en la sala común llorando amargamente, ¿por qué tuvieron que expulsar a mi Harry? ¿por qué?- pensó, pero en ese momento, una suave presión sobre su hombro la sobresaltó y, al girar la cabeza, se encontró contemplando al águila más bonita que había visto en su vida, era completamente blanca y llevaba un pergamino atado en la pata derecha dirigido a ella. Cuando Ginny tomó el pergamino, el águila salió volando. Nuestro "ángel" abrió el pergamino con manos temblorosas y éste decía lo siguiente:

Estimada señorita Weasley:

Desde tiempos inmemoriales, la orden del Fénix ha protegido a la humanidad del Gran Terror; únicamente aquellos magos y brujas con un talento especial pueden pertenecer a ella, pero hace cosa de 600 años, la orden desapareció y, hasta ahora, no se han dado las condiciones adecuadas para su reaparición, pero se está volviendo a formar. Para mi sería un gran placer contar con su presencia y nos sería de una gran ayuda su talento. No obstante, debe saber que la pertenencia a la orden conlleva algunas responsabilidades y que, cuando sus capacidades estén completamente desarrolladas, deberá cumplirlas. Estas responsabilidades se pueden resumir en una: combatir al Gran Terror y a las Artes Oscuras con todos los medios disponibles.

Si está dispuesta a ayudarme, presione con el pulgar derecho mi firma.

Atentamente,

Señor del Fénix

Ginny estaba extasiada, pero decidida, ya que sabía que quería ver desaparecer a Voldemort, así que presionó la firma con su pulgar derecho y la carta cambió al tiempo que un resplandor dorado cubría su mano. La carta, ahora, decía lo siguiente:

Gracias por su colaboración, como podrá ver, un anillo ha aparecido entorno a su dedo anular derecho, no se lo quite por nada del mundo. Todos los miembros de la orden tienen un anillo similar pero de diferentes materiales en la mano, los reconocerá en cuanto los vea. El tipo de anillo siempre tiene la gema del Fénix (esta gema era como la del anillo de Harry) y, dependiendo del material, significa:

Mithril: Señor del Fénix Oro: Miembro de primer nivel Plata: Miembro de segundo nivel Bronce: Miembro de tercer nivel Cobre: Miembro de cuarto nivel Hierro: Miembro de quinto nivel

Tenga presente que usted y yo somos los únicos miembros de primer nivel existentes, así que le ruego que se cuide de estar en situaciones peligrosas hasta que su entrenamiento esté debidamente avanzado, ya que puede herir tanto a amigos como a enemigos. Además del reconocimiento entre nosotros, estos anillos tienen una peculiaridad, y pensando el nombre del miembro con el que se quiere hablar, se puede tener una conversación telepática con el individuo en cuestión, ¡no lo intente!, ya que sin la debida preparación, puede causarse un daño irreparable a si misma.

Atentamente y dándole la bienvenida,

Señor del Fénix

En ese momento, la carta se consumió en un estallido de llamas doradas y Ginny se quedó un rato mirando el anillo, era precioso y la gema era ovalada y parecía tener un fénix en su interior.

Ginny estaba en su cama tratando de dormir, pero seguía dándole vueltas a la extraña carta hasta que cayó rendida, en ese momento, Harry, que estaba en su despacho, sacó una caja de terciopelo del fondo de su baúl y, quitándose el anillo de oro que llevaba, se puso el de Mithril que le identificaría frente al resto de miembros, que eran cinco, pues todos habían aceptado. El desayuno del día siguiente sería realmente entretenido, pero él se mantendría oculto hasta el final.

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Al día siguiente, Ginny bajó algo soñolienta al desayuno, pero se despertó de golpe cuando, sentándose cerca de Álvaro, reparó en su mano ¡llevaba el mismo anillo que ella pero de plata! Y, llamando su atención, lo saludó con la mano derecha asegurándose de que viera el anillo, entonces, cualquier atisbo de somnolencia desapareció de la cara de Álvaro que le sonrió. Pero entonces, ambos se percataron de que el director y Snape estaban hablando de pie cerca de la mesa de profesores y, entre ellos, se encontraba un enorme perro negro. Y abrieron los ojos como platos al ver los anillos que llevaban ambos: el de Dumbledore de Cobre y el de Snape de hierro. Como si fueran una sola persona, Álvaro y Ginny se acercaron a ambos y, entonces Snape dijo:

-Señorita Weasley y Señor Caldelas, que diablos quieren- esa mañana estaba de un humor de perros, ese Snape, cuando quería era insoportable (n/a: ¿sólo cuando quería?, ¡yo pensaba que era siempre!)

-Déjalos, Severus, creo que ya se lo que les pasa, ¿tiene algo que ver con su mano derecha, tal vez?

-Sí, profesor Dumbledore- dijo Ginny, y ambos enseñaron sus anillos, pero los dos profesores abrieron los ojos como platos al ver el anillo de oro de Ginny y el de plata de Álvaro. Pero en ese momento, Valadad se acercó sigilosamente y les dijo:

-¿Podrían hacer el favor de seguirme, por favor?, todos ustedes, si es posible- Pero Dumbledore le respondió:

-¿Los alumnos también?

-Sí, debo de hablar con ustedes de un tema muy importante- y les mostró la mano con el reluciente anillo de Mithril dejándolos a todos boquiabiertos, pero, por lo menos, Harry no tuvo que dar más explicaciones, ya que le siguieron sin rechistar hasta una sala de la torre oeste, una que estaba completamente vacía. Y entonces, Harry dijo:

-Ahora, deben cerrar el puño derecho y colocarlo contra esta escultura de Godric Gryffindor de ésta manera- Y entonces, todos vieron como Harry colocaba el puño contra el puño derecho de la escultura, que tenía esculpido un anillo, pero no la gema, y en cuanto la gema de Harry quedó colocada en el hueco que dejaba la estatua en donde debería estar la gema del anillo de ésta, Harry desapareció. El resto comprendió, pero no se habían percatado de que el gran perro negro les había seguido hasta ese instante y los alumnos se quedaron atónitos al ver como el perro se convertía en Sirius y desaparecía al colocar el anillo. Luego, siguieron los profesores y, finalmente, los dos alumnos. Llegaron a una sala enorme en la que reinaba una luz. como decirlo, sobrenatural; ésta luz provenía de una extraña lámpara situada en el techo; la lámpara tenía forma de gema e irradiaba una brillantez que era mezcla de doredo y plateado, al ser bañados por ella, todos se sintieron reconfortados, pero fueron interrumpidos por Harry que dijo:

-Tomen asiento, por favor- en el centro de la sala, había una mesa redonda con seis sillas idénticas y, en la mesa, estaban grabador el nombre de todos ellos en ithildien (grabado en mithril que únicamente se puede leer bajo la luz de las estrellas y la luna) resplandeciente.- Bienvenidos a la primera reuniónm de la orden del Fénix. Todos ustedes han sido seleccionados para formar parte de ella por unba sencilla razón: tiene el poder necesario. Máss adelante, se nos unirán más miembros. Nuestro objetibo inmediato es derrotar a Voldemort, pero la finalidad de esta orden es mantener a raya el Gran Torros, que no es otro que el Señor Oscuro, aquel que está por encima de Voldemort- al ver las caras atónitas de los presentes, Harry añadió:

-Voy a darles una pequeña lección de historia: Desde tiempos inmemoriales, ésta órden se ha dedicado a destruir a los magos tenebrosos, pero, desafortunadamente y por causas ajenas a mi comprensión, desaparecimos hace casi 600 años. Pero, al contrario de lo que se pensaba entonces, nuestro objetivo primordial no era detener a los magos tenebrosos, sino mantener a raya al Gran Terror, que no es otro que el Señor Oscuro; jamás nos hemos enfrentado a él directamente y no sabemos quién es, simplemente, conocemos su existencia. Los magos tenebrosos son sus aprendices y, eso sí debe decirse, Voldemort es, según lo que yo sé, el mas poderoso de todos cuantos ha habido jamás. Mi primera tarea es entrenarles hasta que se conviertan en miembros de la órden, y empezaré por aquellos de ustedes que son más poderosos para luego seguir por los de nivel menor- y, sin más explicaciones, despidió a todo el mundo menos a Ginny dejándolos a todos pensativos. Cuando se hubieron ido los demás, Harry se quedó mirando a Ginny y le dijo:

-No deberías estar triste por mi

-¿Por usted?

--¡Perdón!, el disfraz, casi se me olvida- y, ante el asombro de Ginny, Valadad se convirtió en Harry y el "angelito" se lanzó a sus brazos sollozando de alegría

-¡Harry!, ¡que alegría!, pensé que te había perdido para siempr- y se puso a llorar en sus brazos

-No llores, mujer, cómo me iba yo a separar de mi ángel pelirrojo- en ese momento, Ginny dejó de llorar y miró a Harry con esperanza en sus ojos, más que esperanza, con anhelo y dijo con voz temblorosa:

-Es-es que yo.- Pero Harry no le contestó, allá, bajo la Luz Eterna, una de las más antiguas de la Tierra, el amor de Harry por Ginny floreció de forma espectacular y lo tuvo todo claro al contemplar aquella tez blanca como la nieve y delicada como las elanor y niphredil del Bosque de Oro; sus ojos reflejaban la luz de los m´ças maravillosos árboles jamás creados como si hubiesen sido creados para ello y su pelo rojo como el fuego de Narya el Grande caía cobre los hombros de ella como una cascada de agua clara. Harry había hecho su elección, y, mirando a su ángel a los ojos, el Señor del Fénix cayó rendido ante sus encantos y la besó delicadamente en los labios (n/a: ¡¡¡al fin!!!) Cuando, después de unos segundos interminables, se separó de ella, le preguntó:

-¿Qué tal ha estado eso?- la respuesta de ella no se hizo esperar, le cogió del cuello de la túnica y le besó profundamente.

Al cabo de unos minutos, Harry volvió a ser Valadad y ambos regresaron a sus habitaciones. Pero justo cuando Harry estaba briendo la puerta de su despacho y convencido de que era el día más feliz de su vida, algo hizo temblar todo el castillo y todo a su alrededor se volvió negro por un instante. Al instante siguiente, todo volvió a la normalidad, o eso pasrecía, ya que un sentimiento de terror absoluto le imbadió, un terror que provenía de Álvaro, pero, sobre todo, de Ginny