Historia de amor
- Pasa – dije, logrando que mis palabras saliesen firmes.
Ron entró en mi casa, mirándome divertido. Claro está... mi pelo otra vez.
- ¿Ahora qué? – pregunté, sin poder reprimir una sonrisa.
- Tu pelo – dijo – te lo has hecho crecer...
Creo que me sonrojé, demasiado. Él se acercó y me abrazó, sin dejar de reír.
- Vaya, si la señora Ministra me hace caso...
- Cállate... – intenté ponerme seria, pero no podía. Ya sabéis cómo es él. – Aún no han llegado Hannah y Kian... quiero que también estén presentes cuando...
- Cuando llegue el momento – Ron finalizó la frase por mí.
- Sí, eso. ¿Quieres tomar algo?
Me siguió hasta la cocina. Lo habría llevado al salón, pero fue la única estancia de la casa que no me dio tiempo a arreglar, y ya sabéis que me quedé dormida allí... Además, estaba la carta de Remus... ¿o no? Me sobresalté. No sabía dónde había dejado la carta. Ron se dio cuenta de que estaba algo nerviosa, así que decidí disimular, sin dejar de buscar la carta con la vista de vez en cuando, siempre que él no mirase.
Le ofrecí un café, ya que eran sólo las 10:30 de la mañana, y me senté junto a él.
- ¿A sí que Remus sabe la verdad, no? – preguntó.
No supe qué contestarle, pero evidentemente mi cara, la expresión de mi rostro, me delató.
- ¿Co- cómo lo sabes? – pregunté.
- Lo vi ayer. En el Ministerio. Fuimos a tomar algo...
- ¿Y...? – pregunté, comenzando a perder la paciencia - ¿Cómo sabes que él lo sabe?
- Nada. Era sólo por la forma en que hablaba de ti. Como si te tuviese demasiado cariño.
Me limité a sonreír. Claro que me tenía cariño, y yo se lo tenía a él. Era el único que realmente me había ayudado. Mis padres estuvieron reticentes al principio, pero él no: él siempre estuvo ahí. Nunca me abandonó, permaneció a mi lado, siempre que pudo.
- ¿Hermione? – preguntó Ron, para sacarme de mi mundo.
- Lo siento – murmuré – es que... él es el único que lo sabe. El único que sabe el motivo.
"Aparte de mis padres", pensé, "pero eso no importa ahora".
- Ya sabes que, - comencé – cuando él estaba en Hogwarts dando clases, yo... digamos que capté las indirectas de Snape, y... bueno, no se lo dije a nadie. Aunque vale, reconozco que luego en la Casa de los Gritos me pasé un poco, pero... no sé, sentía algo... no lo admiraba como profesor, si no como persona. Lo admiraba y aún lo hago. Era como... mi ídolo, ¿sabes? Mi modelo a seguir. Admiraba su fuerza... el coraje que tuvo para seguir. Cuando se fue, recuerdo que... no vayas a reírte de mí, me pasé dos o tres noches llorando...
Pero, lejos de reírse de mí, Ron me miraba con una expresión de ternura en sus bellos ojos.
- Cuando todos vosotros estabais preocupados por Sirius – continué – sinceramente, a mí me preocupaba más Remus. Fui al despacho de Dumbledore, para preguntarle si podría decirme dónde vivía Remus, para mantenerme en contacto con él...
- ¿Fuiste a pedirle la dirección de un profesor a Dumbledore? – preguntó Ron, incrédulo.
- Sí – dije, casi en un susurro, notando como la sangre sonrojaba mis mejillas por segunda vez. – Y creo que ya se lo esperaba, porque no dudó ni un solo instante – añadí, sonriendo – Y hasta hoy, siempre he estado en contacto con él.
- Vaya... cualquiera diría que es tu amor platónico...
"Tú sabes de sobra quién es mi amor platónico", pensé.
- Ohhh Ronald Weasley, ¿son eso celos? – pregunté, divertida.
- Sí – respondió él, tranquilamente, lo que me dejó algo sorprendida.
No me malinterpretéis, yo quería que dijese que sí, pero, de ahí a que lo hiciera... Sólo pude sonreír y bajar la mirada.
- Bueno, y... ¿le contaste por qué desapareciste aquella noche? – preguntó Ron, después de unos minutos discutiendo consigo mismo si preguntar o no.
- Sí... – dije dudosa – bueno, no... verás, se lo habría dicho de todas maneras, pero me lo encontré un día en el Callejón Diagon y... bueno, notó que algo no iba bien. A veces pienso que puede leer mi mente o algo por el estilo...
- Me gustaría poder hacerlo yo también... – murmuró Ron para sí, aunque pude escucharlo perfectamente. Sonreí para mí.
- ¿Quieres algo más? – pregunté, notando que se había terminado el café.
- No, gracias, no tengo hambre. ¿Sabes? Ya no soy el pequeñajo hambriento que conociste en Hogwarts...
- Me gustaba ese pequeñajo...
- A mí también – añadió él – Pero ahora trabajo, y no estoy dispuesto a que mi madre me grite por quitarle comida de donde no la hay.
- ¿Vives sólo entonces? – pregunté, con la ilusión de que contestase un sí.
- No exactamente.
"Oh, no...", pensé.
- Vivo con Ginny.
Suspiré. Un gran suspiro de alivio, como jamás me había salido. Ron se quedó mirándome, sorprendido, y yo volví a ruborizarme, aparté mi mirada de sus ojos, buscando rápidamente una excusa para aquel suspiro.
- Pensaba que ibas a decirme que vivías con Draco o algo parecido...
- Hasta el año pasado sí – dijo él.
Abrí mis ojos lo máximo que pude. Se estaba quedando conmigo. ¿Él viviendo con Malfoy? Bueno, era cierto que había cambiado, pero... no, no me lo creía.
- Era broma – dijo Ron, al fin - ¿Me crees capaz de compartir algo con él?
- Mejor así... – contesté, riendo.
- Bueno, y... – comenzó a decir Ron, antes de que llamasen a mi puerta.
- Disculpa – dije.
Me alejé de la cocina con paso firme, pero, al llegar frente a la puerta, todo mi cuerpo temblaba. Tenía miedo, miedo de su reacción. Ya sabía quién era antes de abrir. Mi madre. Abrí la puerta y algo pasó por mi lado como un torbellino y desapareció escaleras arriba. Ni siquiera miré.
- Hija, ¿qué te pasa? – preguntó mi madre, con aire preocupado.
- No tengo valor... – balbuceé.
- Oh... vamos, cariño... segur que sí. Puedes hacerlo. ¿Está ahí?
- Sí... – musité.
- Relájate, ¡Hermione! – exclamó mi madre – Verás como todo sale bien. He de irme.
- Mamá... – dije, en tono suplicante.
- Cariño, esto es entre tú y él. Más que nuca, depende de ti. Adiós. – dijo, después de darme un beso en la mejilla.
La vi alejarse como si fuese mi única esperanza la que desaparecía tras una esquina montada en un coche. Pero tenía razón, todo dependía de mí. Cerré la puerta lentamente, y volví a la cocina.
- Mi madre – dije, sentándome de nuevo.
- ¿Qué es ese ruido? – preguntó Ron, mirando al techo.
- Erm... ven. Sígueme – dije, no muy segura de lo que hacía. Tenía miedo, pero debía hacerlo. Y pronto. En aquel mismo instante.
Subimos las escaleras, y lo guié hasta el final de un pasillo, que daba a una habitación con dos camas, cada una a un lado. Había unos cuantos posters de jugadores de Quidditch que, como no, saludaban con la mano. Y, justo en medio de las dos camas, sentados en el suelo, dos niños de no más de dos años, jugando.
- Te presento a Kian y Hannah... – dije.
************************
Weeeeeeee!!! Cuarto capítulo arriba!! ^^ Está way, no? Eso espero. Hombre, obviamente, los críos eran hijos de Hermione, de eso no cabía la menos duda, ¿verdad? Y mi Remus!! Ay mi niño que es el mejor! Pero... ¿serán hijos de ROn? Ahhhhh... pa eso os tendréis que esperar ^^ AL próximo capítulo, vaya.
Princesa Leia & Yverne: gracias!! Me alegro de que te guste!
Polgara: Way!!! Polgara lee uno de mis R/Hr fics!! *lol*
Sadyc: ay, no te gusta Remus, n ote gusta la idea de los babies... jo, q triste Y_Y
Y para los demás: weno, vuestras sospechas estaban confirmadas, no? ^^
Este capi se lo dedico a mis nenas, para no variar, las Ronnie's Lovers: Miyu WG y Rupert Fan!! Las kiero x 1000000000000000000000000000000 chicas!!! Y a mi nena Isilme, que está depre y a ver si le levanto el ánimo a mi manera ^^ Y para todo aquel q lea el fic y deje review ^^
R&R PLEASE!!!!!
GiNgEr WeAsLeY -- Ronnie's Lover #3
:: Remember the Full Moon ::
Ohana
PS: Vosotras-sabéis-quién no aparece ni por casualidad, qué triste...
