MIRADAS CLARAS, SENTIMIENTOS OSCUROS
IV
Empezaba a amanecer, el sol salía después de la gran tormenta. Trunks abrió los ojos lentamente. Todo le daba vueltas. Intentó levantarse, pero una hermosa mujer rubia dormía desnuda sobre él, lo cual le impidió hacerlo.
—Soy un tonto...
En ese momento, Dieciocho despertó, los observó y le sonrió.
—¡Te amo!
Trunks no supo cómo reaccionar. ¡¿Qué le sucedía?!
—¡Estás loca!
—Claro que no. ¡Te amo con toda mi alma...!
—¿No te parece un poco precipitado?
—¡No!...anoche la pase tan bien contigo...
Se suceden los besos, las caricias y, cuando quisieron darse cuenta, eran uno una vez más. Después, Trunks llegó a su casa alrededor del mediodía, entró a su cuarto por la ventana y en ese instante apareció Bulma frente a él.
—¿Dónde estuviste?
—Mamá..., yo...
—¡Estaba preocupada por ti!
—Disculpa...
—¿Me dirás dónde estuviste?
Trunks se puso muy nervioso.
—Es que olvidé mi espada en el lugar del combate y...
—Fuiste a buscarla.
—Sí.
—Pero ¿acaso tardaste tanto en buscarla?
—Es que... —Más nervios en él—, lo que pasó fue que...
—Ajá, te escucho…
De repente se le ocurrió algo.
—¡Fui a entrenar a las montañas!
—Vaya, Trunks.
—¿Qué ocurre?
—Te estás empezando a parecer mucho a tu padre. —Al decir esto Bulma, Trunks se sonrojó. Era la primera vez que su madre decía que se parecía a su padre, y eso le agradó mucho a él.
—Quizá, ¿no?
—Puede ser. Ahora ve y toma un buen baño, ¿sí?
—Sí. Gracias por todo, mamá.
Bulma le dio un beso en la mejilla y se marchó.
Ya en el baño, Trunks estaba en la tina llena de agua caliente. Miraba al techo mientras pensaba en todo lo que había ocurrido el día anterior.
«No puedo creer que lo haya hecho... y con Dieciocho. Ella siempre me pareció muy bella, pero es mi enemiga. Mi misión es matarla a ella y a Diecisiete, para así vengar la muerte de todos, y también para vengar a Gohan. ¿Qué pensaría él si estuviera aquí? ¿Estaría enfadado? ¿…Qué estoy diciendo? ¡Claro que estaría enfadado! Es Dieciocho, ¡nuestra enemiga! Soy un tonto, esto no tuvo que haber pasado…Pero fue tan hermoso... En verdad olvide que era ella, que era mi enemiga. Quiero verla de nuevo y sé que no debería. Pero… Por primera vez en mi vida me sentí amado. No sé por qué, pero eso fue lo que sentí. ¿Qué siento? No creo que yo pueda... ¿Amarla? Eso no debe pasar jamás. No volveré a verla, hay muchas mujeres en el mundo, pero ella es ella. Es la más bella de todo el universo...».
Trunks salió de la tina, fue a su cuarto y se vistió. Cuándo solo se había puesto la ropa interior, la ventana se abrió.
—¡Dieciocho!
Ella apareció enfrente de su ventana.
—Shhh, alguien puede oírnos... —Dieciocho entró en el cuarto de Trunks sin el permiso de éste.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a verte. ¡No soportaba mas estar sin ti...!
Intentó besarlo; él la rechazó.
—Espera. Estuve pensándolo y he decidido no volver a verte. Mi misión es matarte para vengar a...
Ella lo besó apasionadamente y él no pudo negarse a ese beso, a esa boca. Era como si hubiera algún tipo de fuerza que le impidiera alejarse de ella. No podía estar ahí y nada quería más que estar. El beso se enfureció, aceleró así como sus respiraciones.
—¡Vamos a aquel edificio…! No quiero que mamá nos vea.
Dieciocho asintió, Trunks terminó de vestirse y ambos salieron volando de manera que Bulma no lo notara. Después de volar unos minutos, llegaron a aquel lugar. Entraron e inmediatamente comenzaron a desnudarse el uno al otro. Entre gemidos y caricias, Trunks la depositó en la cama, se colocó sobre ella y lo que tanto deseaban siguió. Hasta que finalmente terminó. Se abrazaron y se taparon. Así, comienzan una larga charla. Hablaron de todo lo que sentían en ese instante. Dieciocho repetía todo el tiempo «te amo», pero a Trunks esas palabras no le salían de la boca.
—¿Qué pasa Trunks, no te gustó acaso?
Dieciocho sentía como él no estaba muy seguro de todo lo que estaba sucediendo. Así era.
—Lo que pasa es que...
—¡Otra vez pensando en lo que dirán los demás! Ellos no tienen por qué enterarse. Además, yo quiero seguir viéndote y sé que en el fondo tú también...
—No entiendes...
—¿Qué cosa?
Él la miró fijamente a los ojos.
—Mataste a mi padre, a mis amigos y a mi maestro... Y yo aquí contigo como si no hubieras hecho nada...
—¡Pero estoy arrepentida...! Lo hecho, hecho está. Si pudiera volver el tiempo atrás, yo...
—No puedes, sé que no puedes, ¡pero yo no puedo olvidarme de todo lo que has hecho, de todo el dolor! Entiéndelo, por favor: no puedo...
Trunks se levantó y vistió. Dieciocho lo imitó. Cuando Trunks estaba listo para irse, ella lo detuvo tomándolo del brazo.
—¿Cuándo nos vemos?
—No lo sé. Debo pensar.
Se besaron y él se fue. Mientras lo miraba irse, Dieciocho pensó en que no mentía.
En verdad lo amaba.
Continúa...
Dragon Ball © Akira Toriyama
