Konnichi wa minna san!!

Aqui está el segundo cap. Esta vez no es tan triste pero esto seguirá(eso espero). Gracias a todos por mandarme review, la verdad me alegra que les haya gustado. Y bueno lamento no poder poner el nombre de todos ustedes, pero lo haré la próxima vez. Cualquier crítica, comentario, etc sólo tienen que presionar en el cuadro de abajo y mandarme sus reviews.

Sayonara

Inuyasha y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi(en Japón la serie ha tenido muy buenos resultados en Anime Grand Prix...Inu-chan ganó el primer lugar como mejor personaje masculino.)

HALF BREED: CONSECUENCIAS DE SER MESTIZO

By Akari-chan

Capítulo 2: No todo tiene que ser malo ¿ verdad?

Habían pasado algunos días después de lo que pasó en el lago. Ofukuro se mostraba más recelosa de que yo saliera, pero yo le decía que la vez pasada me habían atrapado sólo porque me distraje y que ya no me dolía nada ya que mis heridas sanaban rápido, ella me sonrió. Le dije que yo era muy fuerte y ella me respondió que no lo dudaba...que sabía que era el niño más fuerte de toda la aldea, pero que de todas maneras fuera más cauteloso.

Ambos vivíamos en una casa vieja que ofukuro había obtenido en herencia del abuelo y como no tenía más parientes no teníamos problemas. Sólo vivíamos los dos allí, pero a mí me parecía bien porque no quería que nadie se acercara a ella...No me parecía que la trataran bien, aunque no sabía porqué tenía esa impresión.

"¿Ofukuro?" le pregunté sentándome a unos pasos detrás de ella. Ofukuro había abierto las puertas corredizas de madera y  estaba sentada mirando hacia el jardín de afuera.

"Dime, Inu-chan" la verdad no me gustaba que me llamara así, pero si a ella le gustaba  no me importaba cómo me dijera.

"Ofukuro ¿puedo hacerte una pregunta?" le dije  mientras mi ojos amarillos miraban al piso, esperando que no lo tomara a mal ni que se entristeciera por ella.

"Claro, ¿qué quieres saber?" me preguntó sin voltear a mirarme.

 "¿Por qué...oyaji si es que es un youkai tan poderoso no está con nosotros? ¿por qué no nos protege?" dije en un tono que dejaba entrever mi disconformidad ante la situación en que ambos estábamos.  Yo no recordaba muy bien a oyaji, la verdad, tengo vagos recuerdos de él.

Tengo que mencionar que hace unos pocos días  debido a mi insistencia y supongo a que ella también se dio cuenta que era hora que hablemos, ambos habíamos tenido una conversación acerca del significado de  "youkai" y "hanyou"que siempre escuchaba. Por un lado, me sentía orgulloso por ser el hijo de un poderoso youka. Desde que me enteré de eso,  Myoga-jijii había empezado a contarme varias historias de oyaji  que me hacían querer ser tan fuerte como él.... En ese sentido yo sabía que era más fuerte que cualquier humano común y tal vez era por eso que me odiaban.... los youkai son temidos en cambio  los hanyou como yo, pues por algunos pequeños comentarios de Myoga-jijii me di cuenta que no eran bien vistos tanto por humanos como por youkai...sin embargo, no me importó yo sólo quería vivir tranquilo al lado de ofukuro y por eso me preguntaba porqué oyaji no estaba a nuestro lado.

Hubo silencio y temí que hubiese dicho o preguntado algo que no debí, después de todo yo no quería lastimarla o ponerla triste pero esta vez la curiosidad me había ganado.

"Inuyasha" okaa-san volvió todo el cuerpo para verme directamente "¿qué es lo que llevas puesto?" yo miré  mi haori y mi hakama rojos.

"El haori y hakama rojos que tú me diste" le respondí sin entender a que iba todo esto.

"Esa ropa me la dio tu oyaji para dártelas cuando crezcas"  explicó  "No es ropa cualquiera, están hechas de la piel de las ratas de fuego" Yo no sabía de qué me hablaba ofukuro y a mí qué me importaba que esas ropas fueran de qué tipos de ratas. "Oyaji te quiso mucho y quiso protegerte así que pensando que serías un niño muy inquieto se le ocurrió que necesitarías ropa especial para protegerte de los peligros" me dijo sonriendo aunque sus ojos me decían en el fondo que había algo que no estaba bien.

"Pero si de verdad me quiere ¿por qué no está aquí, con nosotros, protegiéndote a ti también?" le pregunté sin exaltarme, pero en el fondo quería gruñir o demostrar mi enfado.

"Él sabía que tú me protegerías bien " me dijo aún sonriendo aunque débilmente "él sabía que serías muy fuerte" continuó mientras su mano se deslizaba por mi mejilla.

"Pero ¿por qué no está acá?" pregunté subiendo un poco el tono de voz lo cual no solía hacer muy a menudo. Ofukuro era una mujer muy educada y trataba de enseñarme algo de modales de vez en cuando...Yo sólo le hacia caso, y no muy a menudo, para que no se disgustara conmigo.

"Él siempre está acá contigo" dijo mirándome directamente a los ojos...Me pareció que miraba más a mi ojo derecho que otra cosa. Yo la vi confundido "Cuando crezcas más, lo entenderás". Bastante tiempo después entendería que lo que quiso decir era que a pesar que oyaji haya muerto me dejó un gran tesoro que me protegería: La espada Tessuaiga

 En ese momento, yo sólo la miré sin comprender aún lo que me había dicho. Ofukuro se levantó de su sitio y dijo que saldría. Seguramente iría otra vez al lago, ella solía frecuentar ese sitio y es que me había contado que allí había visto a oyaji por primera vez. No me gustaba que saliera sola, pero ella no quería llevarme; por lo menos, ya no tanto después de lo que ocurrió en el lago.

De todas maneras yo no me quedaría sentado todo el día en la casa...Ah no, yo tenía otros planes. Luego que ella se fuera, salí lo más rápido que pude en dirección al bosque. Ese si era un lugar divertido...empecé a jugar y explorar; y sin darme cuenta ya estaba oscureciendo.

Levanté mi mirada hacia el cielo...Por ningún lado pude ver el rastro de la Luna. En ese momento sentí un piquete en el cuello y al colocar mi mano sobre ese lugar me di cuenta que era la pulga Myoga.

"Myoga-jijii" – le dije mientras este caía de mi cuello debido a la palmada que le di – "¿qué  diablos haces aquí?"

"Joven  Inuyasha-sama" – me respondió luego de recobrarse mientras  saltaba a mi hombro – "quise ver cómo estaba; además...extrañaba el sabor de su sangre" – me dijo sonriendo.

"Feh" – le dije sin darle importancia. Seguí caminando por el bosque despreocupadamente.

Ofukuro para ese entonces me había explicado que la pulga Myoga-jijii había sido un sirviente de oyaji así que no era raro que estuviera por acá sirviendo al hijo de su Señor. A mí no me molestó en absoluto, después de todo me había acostumbrado a él...aunque eso no evitaba que a veces fuese fastidioso en especial cuando quería sorber mi sangre.

"Inuyasha-sama" – me dijo – "su haha-ue-sama se preocupara por usted, ya que es de noche" – me sugirió al oído, diciéndome indirectamente que regresara a casa.

"¿Me estás diciendo que regrese?" – le pregunté fastidiado, volteando a ver en mi hombro y mirándolo fijamente con mis ojos amarillos. Él sabía que no me gustaba que me dieran órdenes...y si aceptaba algunas eran sólo las de ofukuro.

"Ehh" – Myoga-jijii se escondió entre mis cabellos como solía hacer cada vez que lo miraba de esa manera – "Inuyasha-sama, hoy  habrá Luna Nueva y su haha-ue-sama se preocupara por usted. – me murmuró. Yo moví ligeramente las orejas al oír las palabras ´Luna Nueva´ ".

"¿Luna Nueva? "– le pregunté recostándome en un tronco, me sentía un poco raro.

"Sí, amo."

Ya había oscurecido completamente. Me sentí un poco raro y miré hacia el cielo para comprobar las palabras de Myoga. No me gustaban mucho estas noches...en ese momento sentí que las fuerzas de mi cuerpo se veían reducidas y no pude percibir los aromas que normalmente era capaz de sentir...me había convertido en humano.

"Grandioso" – dije en un tono un tanto irónico. Me crucé de brazos y recosté mi cabeza en el tronco del árbol.

"Amito ¿se encuentra bien?" – yo cerré los ojos y no le respondí, después de todo no tenía ganas. Me quedé un rato pensativo, pronto tendría que regresar a casa.

Sentí que algo me golpeo la cara y me sobresalte.

"¡Qué fue eso!" – gruñí levantándome. Luego pude ver a mi costado una pelota.

"Lo siento, ¿te lastimé?" – me preguntó una voz aguda. Era una niña, ella tenía el cabello negro y me di cuenta que sus ropas estaban algo empolvadas – "Discúlpame, no me di cuenta que había alguien acá" – dijo acercándose a mi...creo que quiso asegurarse que estaba bien.

"¿Pues en qué estabas pensando?" – le pregunté subiendo un poco la voz.

"Dije que lo siento" – me respondió defendiéndose – "ya me voy."

"Humpf "– bufé, pero no perdía de vista la pelota que la niña ya estaba recogiendo. Ella me miró por un rato.

"No te había visto antes por acá" – comentó al mismo tiempo que yo desviaba ligeramente la mirada, yo no acostumbraba a tratar con nadie; a decir verdad, creo que era la primera vez que me ponía a hablar con alguien de mi edad – "Oye niño, ¿quieres jugar conmigo?"

"¿qué?" – le pregunté – "¿me preguntas a mí? ¿No tienes miedo?" – le volví a preguntar un tanto sorprendido. Bueno, no era común que me invitaran a jugar a mí.

"Pues yo no veo otro niño aquí; además, no sé por qué habría de tener miedo" – me respondió mirándome algo confundida. Me di cuenta que al ser humano pues en realidad no tenía por qué temerme – "...y bien ¿quieres jugar?"

"...yo..." – la verdad yo me moría por jugar hace tiempo con una pelota y con alguien más que no fuera sólo el viento. Pero no sabía qué decir en ese momento.

"Tomaré eso como un ´sí´ " – me contestó con una sonrisa que yo pocas veces veía. – "Me llamo Hana ¿cuál es tu nombre?" – la niña me arrojó la pelota y yo la sostuve un poco perplejo.

"Inu...Yasha" – le respondí.

"¿Inuyasha?" – me dijo mirándome más de cerca – "pues que nombre tan raro...además no cae para nada contigo. – comentó viéndome de manera curiosa." (ya que "Inu" significa perro y "Yasha" es bestia)

"..." – hice un gesto de molestia ante su comentario. – "Niña, hablas mucho" – le dije devolviéndole la pelota de la misma manera que ella lo había hecho hace un rato.

"Pues tú actúas raro...y yo no me quejo" – ella miró la pelota que tenía en las manos "Si  dejas caer  la pelota o te toca sin que la  sostengas con las manos, pierdes" – me dijo lanzándome la pelota con más fuerza.

"¡Eso es fácil!" – le dije sosteniéndola   para después lanzarla. Mientras jugábamos sentía que yo no podía emplear la misma fuerza que solía tener la mayoría del tiempo, seguramente esto se debía a que era humano...esa era una de las razones que me molestaban, aparte de haber perdido la sensibilidad para sentir aromas en mi nariz; sin embargo, jugando con Hana pues me distraje de todo eso y después de dejar la pelota ella me enseño a jugar algo así como que ella se escondía y yo la buscaba y viceversa...al principio me pareció tonto y ahora que lo pienso mejor, de todas maneras me parece algo ridículo, aunque en realidad era divertido.

Cuando era mi turno de esconderme escogía subir a los árboles los cuales trepaba sin muchos problemas a pesar de no tener mis garras. Hana se dio cuenta, así que ella también intentaba subir a los árboles...pero bueno ella no era una experta. Y después de varios intentos lograba podía subir, pero...

"Estés lista o no, te voy a buscar" – exclamé a los alrededores mientras empezaba a buscar. Era una lástima que mi nariz no pudiera percibir aromas por ahora sino me  hubiese hecho más fácil encontrarla – "No importa donde estés, te encontraré" – dije en tono amenazador. Arriba de mí oí que varias ramas se partían y caían al suelo y después escuché un grito de sorpresa y miedo.

"Ahhhhh" – era Hana que había caído de un árbol.

"¿Te encuentras...bien?" – le pregunté con la respiración entrecortada.

"Sí" – me respondió aún respirando agitadamente.

"Que bien" – murmuré débilmente – "¿Ahora puedes bajarte de mí?" – le pregunté disgustado.

"Ah, lo siento" – se disculpó para rápidamente pararse de encima mío. El lado bueno de todo esto era que por lo menos ya la había encontrado.

"Entonces creo que gané esta" – dije sin entusiasmo mientras me limpiaba el polvo de mis ropas.

"Sólo por esta vez" – me dijo sonriendo. No podía comprender a esta niña...Yo le había ganado y ella aún seguía con esa sonrisita tonta, eso me molestaba porque no lo entendía. Que gracia tiene  jugar si va a perder, Feh.

Ambos seguimos jugando durante mucho rato después, sin darnos cuenta que el tiempo pasaba. Después de todo pasábamos un buen tiempo...

"Ya me cansé" – me dijo recostándose en la hierba.

"¿Tan rápido te cansas?" – le pregunté un poco fastidiado – "Yo todavía puedo seguir"- le respondí con cierto aire de superioridad, pero ella no me respondió.

"Ya es tarde..." – la oí decir – "si ka-chan regresa a casa y no me encuentra, se preocupará" – dijo  mirando al cielo que estaba oscuro.

"La jovencita tiene razón, Inuyasha-sama" – dijo Myoga quien había estado todo el rato callado sobre mi hombro. "Será mejor que usted también regrese"

"¿Quién es?" – preguntó la niña acercándose a mí para poder ver quien era quien hablaba. Myoga saltó hacia su cuello y empezó a sorber. *Splat* – ¿una pulga? – Myoga-jijii  caía de manera ridícula de la piel de la niña.

"Myoga-jijii..." – le dije mientras posaba mi furiosa mirada sobre el suelo en el que él se levantaba mientras me inclinaba hacia él para poder verlo mejor.

"¿Es tu amigo?...nunca había visto a alguien así, me parece curioso" – dijo Hana con los ojos muy abiertos mientras se arrodillaba a mi lado y sin perder de vista a la pulga.

"Es que...Inuyasha-sama...tenía que probar el sabor de la sangre de esta niña" – decía un tanto nervioso mientras unas cuantas gotas resbalaban por su cabeza.

"Myoga-jijii..." – murmuré en tono amenazador mientras colocaba un dedo sobre él – "¿me estás ordenando que regrese a casa, verdad? – empecé a presionar un poco más mi dedo mientras la pulga lo sostenía con sus brazos para no terminar aplastado.

"Ay no, amito ¿cómo cree?" – murmuró aún con algunas gotas de sudor resbalando por su cabeza.

"...Yo ya me voy" –  anunció la niña mientras se paraba. Yo desvié mi mirada de la pulga para verla en ese momento.

"..."

"Se hace tarde y kaa-chan se enojará si no estoy en casa cuando ella llegue" – la muchacha levantó la pelota con la que habíamos estado jugando hace rato y siguió caminando – "Es divertido jugar contigo...desde que kaa-chan se fue no he podido jugar con nadie más" – Hana volteó para verme, me pareció que sonreía con algo de tristeza. "¿Jugamos otra vez? Estaré aquí mismo...nos vemos mañana" – finalizó la niña mientras desaparecía rápidamente entre las sombras.

"Pero..." – murmuré, a pesar de que la niña ya se había ido – "Bah, que niña más rara....está loca si piensa que voy a seguir las indicaciones de alguien como ella" – La pulga Myoga suspiró mostrando su alivio. – "No creas que me he olvidado de ti, Myoga-jijii" – levanté la voz mientras lo presioné contra el suelo.

"Ay...Inuyasha-sama".

*****************************************************************************Vocabulario Japonés:

-chan: es un diminutivo.

-jijii: es una forma poco cortés de referirse a una persona mayor. Myoga-jijii es equivalente a "anciano Myoga"

kaa-chan: es una manera coloquial de referirse a "mamá"

-sama: Bueno es para referirse a alguien a quien se le debe respeto. Inuyasha-sama es como "Amo Inuyasha" o "Señor Inuyasha".