La leyenda de Daeron y Luinil

Capitulo 3: El baile

Un ligero color rojizo subió en las mejillas de Arien mientras se quedaba petrificada al ver al joven que se dejó descubrir de detrás del árbol.

Era él.

El mismo joven con quién se había encontrado en la escalera.

El elfo pareció ruborizarse al verla y no dijo nada.

En ese momento Súrion se disculpó.

-Siento haberos hecho esperar. Legolas, Arien -dijo mientras les hacía una cómica reverencia-.

Los tres no pudieron evitar reírse a carcajadas.

Legolas, Súrion y Arien estuvieron un buen rato charlando y riendo como si de viejos amigos se tratase.

Luego Súrion empezó a contarle las aventuras de él y Arien cuando eran pequeños y jugaban en los jardines de Valinor.

Arien se sintió avergonzada cuando Súrion contó el incidente con el pastel de su último cumpleaños.

Legolas y Arien no pudieron contener las risas.

Parecían llevarse muy bien, aunque no habían hablado mucho.

Legolas parecía un poco tímido y reservado pero Súrion con su alegría habitual rompía todos los esquemas y creaba un ambiente divertido y confidencial.

- "Esta elfa es completamente diferente a todas las que conozco. Es especial" -pensó Legolas mientras se reía con ella.

A Arien le apasionaron todas las aventuras y leyendas de la Tierra media. Nunca había oído hablar de Dragones, tesoros, anillos de poder y todas las grandes hazañas en las que se vio involucrado su nuevo amigo.

Súrion contó qué había oído que en la tierra media había grandes arqueros.

Legolas les dijo que por estas cercanías los mejores arqueros eran el Rey y él mismo.

-¡Bah! ¡Tonterías! -dijo Súrion- Juraría que Arien es capaz de vencerte con los ojos cerrados!

-¡Súrion! -gritó Arien sorprendida y ruborizada a la vez-

-¿de veras? -preguntó Legolas que parecía muy interesado-

-Sí -repondió Súrion que hizo caso omiso de las miradas de desaprobación de Arien- Si ella trabajara en la guardia sería mejor soldado que muchos elfos de Valinor. Es la mejor arquera del reino. Todo el mundo lo sabe. El mismo rey Ciryon en persona le enseñó…

Legolas iba asintiendo todo lo que Súrion iba diciendo y parecía interesarle cada vez más.

-Súrion, creo que ya basta -dijo Arien un tanto molesta-

-Pero… si no dije nada malo…

-Súrion tiene razón -dijo Legolas- La verdad es que me

gustaría medir tus habilidades en una prueba de tiro…¿Qué te parece?

Arien se sorprendió mucho con eso pero lentamente asintió.

-¿Qué te parece mañana a las diez? Te esperaré aquí.

-¿vendrá Súrion también?

-Si ese es tu deseo. Que así sea. Ahora debo irme… ya nos veremos mañana. Tengo unos asuntos que atender. Disculpadme.

-Por supuesto -dijo Súrion-

-¿Porqué no me dijiste que no vendrías sólo? -dijo ella un poco enojada cuando Legolas ya se había ido-

-Creí que no te importaría…

Entonces escucharon un hermoso repicar de campanas que anunciaba la tan esperada cena de bienvenida.

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Entre el agradable sonido de todos los elfos disfrutando de la velada y los famosos músicos de la corte, Arien se sentía como una princesa. Era una lástima que a la mañana siguiente emprendieran el camino de vuelta.

El Rey Thranduil estaba preocupado debido a lo tarde que llegaba su hijo. Sabía que no le gustaban ese tipo de fiestas, pero confiaba en que tarde o temprano se presentaría.

Y allí estaba. Todos los comensales se levantaron para hacer la tradicional reverencia.

Ese elfo era casi igual que Legolas pero no iba con ropas humildes, sino que parecía un autentico rey. Uno de esos de las grandes celebraciones que se hacían en palacio y a las que nunca había podido ir.

El joven príncipe se acercó para sentarse cerca de Arien y Súrion.

Arien se puso aún más roja que antes. Había cometido un grave error. ¡El príncipe era Legolas!. Y ella no lo había tratado con suficiente respeto.

-Disculpe, su majestad pero antes Súrion no me había dicho que vos erais el príncipe. Y siento no haberle tratado con todos mis respetos.

Súrion se desternilló de risa y Legolas también.

-No me gusta que me traten como un príncipe.

-Legolas tiene razón, si él lo huviera querido te lo huviera dicho, no?-dijo mientras le daba un alegre codazo-

El príncipe asintió con una sonrisa.

En ese preciso instante el rey se levantó.

Inmediatamente todo el salón quedó en silencio.

-Como todos saben, -dijo esbozando una sonrisa- ya soy muy mayor…-la sala estalló en risas, era una de las gracias favoritas del rey- y estoy cansado de tantos ajetreos. Y como todos saben Legolas es mi sucesor y la esperanza de todos los elfos que habitan aún en la Tierra Media…

Legolas se va a casar.

Una oleada de expectación se levantó en la sala.

La cara de Legolas cambió de golpe.

Una vez que la multitud se calmó, el rey prosiguió su discurso.

-Para unificar nuestros linajes, el rey Ciryon de Tirion y yo mismo decidimos arreglar el enlace.

Mañana mismo, el príncipe y los dos enviados de Valinor partirán hacia Tirion para terminar los preparativos y para que Legolas conozca a su prometida.

La multitud parecía estar muy emocionada.

-Cuando Legolas vuelva con su mujer, él reinará en el Bosque y se convertirá en el señor Supremo de los elfos.

De lo cual me siento muy orgulloso.

¡Dicho todo esto, que continúe la fiesta!

Después del discurso del rey todos los invitados aplaudieron efusivamente y se acercaron a la sala de baile que el mismo Legolas debía abrir.

El señor de los elfos silvanos se acercó a Legolas y le dijo al oído:

-Tranquilo, hijo, todo saldrá bien. Eres su mayor esperanza -dijo mirando a sus súbditos- piénsalo hijo…

Legolas asintió lentamente pero sin muchas ganas. Ése era su deber.

Súrion se acercó corriendo y le dio una palmada en la espalda.

-Legolas! A qué esperas! Tu eres el anfitrión del baile… -dicho eso le lanzó un guinyo pícaro y le dio otro empujón- venga…

Sin darse cuenta Legolas se encontraba en medio de la pista de baile, estaba desconcertado. Las cosas pasaban muy lentamente.

Podía ver como la multitud de invitados esperaban ansiosos a que Legolas escogiera su pareja para inaugurar el baile.

Sin apenas pensarlo, se encontraba rodeado de numerosas elfas que ni siquiera conocía. Miró hacia el fondo.

¡Arien!, estaba allí, sola.

No cabeceó ni una sola vez y se acercó a ella.

Una sensación muy extraña, una especie de escalofrío recorrió su espalda al estar cara a cara con la vanyar.

Arien, se sentía también extraña y confundida, no podía fijarse en él, ella no debía…

Pero sus ojos azules como las hermosas playas de su tierra, cristalinos como las fuentes de plata de los jardines de Lorien… Y esa sensación, esos ojos le resultaban tan familiares…¿pero dónde? No lo sabía. Los había visto brillar así en otro lugar. Pero no podía recordarlo.

-Qui…quieres ser mi pareja esta noche, Arien?- preguntó él algo timido-

-No podría rechazártelo su majestad… -dijo ella en un tono cómico-

Legolas no pudo evitar sonreír.

¿Pero qué era lo que estaba pasando? Hacia prácticamente nada que se conocían y no podían dejar de bromear.

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Finnnnnnnnn!!!!!!

Espero k les este gustando este fic ^^UU

Aunk este capitulo no es muy emocionante tendrán k agarrarse a la pantalla para el proximo jajajja ya verán pobrecitos todos!

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Este Capitulo se lo dedico a John Bonata k me animó a continuarlo pues como algunos ya saben, tengo ultimamente esto de escribir algo abandonado… : (

(Umi, elanta, Cari, Nariko etc prometo terminar de leerme los fics cuanto pueda)

Hasta el próximo !! : ))