Bueno, aquí está el segundo capítulo, espero que les guste, un beso para
todos.
CAPÍTULO 2: LA OPORTUNIDAD DE RON
Durante los cinco años siguientes a la pelea de Harry, Ron y Hermione habían ocurrido varias cosas. Hermione se había licenciado en una universidad muggle y ahora ya tenía el título de psicóloga. Durante el tiempo que había pasado de universitaria la habían ocurrido muchas cosas. Había salido con algunos chicos, había conocido nuevos amigos y se había dado cuenta de que la vida muggle no era tan aburrida como la pintaban muchos magos. Aunque también había tenido cosas malas. No es que se hubiera olvidado de que era una bruja, pero ya apenas visitaba lugares para brujos y tampoco hablaba con muchos magos. Con la única persona del mundo de los brujos con la que mantenía comunicación era Ginny. Ella había sido una de sus mejores amigas cuando iba a la escuela y no quería perderla porque ya no fuera amiga de Ron. Ginny había intentado que los tres volvieran a ser amigos, pero le había sido imposible. Pero apartando a Ginny, Hermione apenas tenía noticias sobre brujería. A pesar de ello estos cinco años habían resultado muy felices para ella.
Harry se había pasado los cinco años jugando a quidditch y cosechando éxitos. Había conocido a mucha gente, aunque ninguno de sus nuevos amigos eran como Ron o Hermione. Algunos de esos amigos sólo le querían por el interés, ya que Harry no sólo representaba seguridad, sino que también tenía un buen montón de dinero en Gringotts. A pesar de esto era bastante feliz, tenía todas la mujeres que él quería y todos los lujos.
El que peor lo había llevado estos cinco años había sido Ron. Se podría decir que estos habían sido los peores cinco años de su vida. En el ministerio se aburría cada día más y apenas conocía a gente. La mayoría de los trabajadores eran aburridos, y temía que él también lo fuera, porque fuera del trabajo también le costaba conocer gente. Apenas había tenido un par de novias y sus amigos se reducían a un par de chicos que trabajaban con él. Tenía una buena casa, pero el hecho de que solía estar vacía la convertía en sosa y aburrida.
Lo único que le divertía un poco y le hacía ilusión era el campeonato anual de quidditch entre los trabajadores del ministerio. Este campeonato apenas es conocido, ya que a la gente no le interesa ver como un montón de trabajadores mayores juegan mal al quidditch, mientras al mismo tiempo se está celebrando la liga nacional con equipos y jugadores famosos.
El campeonato se celebraba en mayo, las dos primeras semanas de este mes. Ron nunca había jugado, siempre se llevaban los puestos del equipo los trabajadores más antiguos e importantes, pero le daba igual, verlo era divertido, y esas dos semanas las tenía casi libres. Pero este año iba a ser diferente.
El viejo Mccanfy se había jubilado y la persona que le iba a sustituir era Ron. Los de su departamento no solían ganar, pero este año sería diferente. Ron se había propuesto quedar en buen lugar para que el año siguiente le volvieran a coger. Jugaría de cazador, lo que mejor se le daba.
Jugaría con los de su mismo departamento en el ministerio, el departamento muggle. Cada departamento tenía un equipo, y el que había ganado la mayoría de los campeonatos a lo largo de la historia de esta liga era el departamento de deportes mágicos, dónde conocían el quidditch mejor que nadie. Los primeros partidos se le daban bien. Ganaban con facilidad a los de su fase. Había cuatro fases, así que quedarían cuatro equipos ganadores. Estos lucharían entre si por sorteo hasta que quedaran sólo dos. Estos se enfrentarían en un último partido, el cual si solía ser más importante, aunque apenas conseguía una columna pequeña en el Profeta.
De los cinco primeros partido habían ganado todos, y el equipo de Ron ya era el favorito para ganar, junto al de deportes mágicos. Todo el mundo sabía que esto se debía a Ron, y este ya tenía un puesto asegurado en los próximos campeonatos, auque él no lo supiera.
Sus padres solían ir a verle, auque no sus hermanos. Ellos estaban muy ocupados y tampoco le daban mucha importancia a esta liga.
Ya había pasado más de una semana, y los cuatro finalistas estaban ya clasificados. Eran el departamento de deportes mágicos, el de defensa contra las artes oscuras, el de criaturas mágicas y el de Ron. Este tendría que enfrentarse al segundo, el de DCAO. El que ganara se enfrentaría contra el otro ganador y saldría el vencedor final. Y estos partidos se celebraron sin ningún tipo de emoción. Todos sabían cómo iban a acabar los resultados. Los dos finalistas fueron el departamento de deportes mágicos y el de muggles, tal y como todo el mundo sabía que sucedería.
Era el día del partido final, Ron estaba muy nervioso, y eso que tan sólo era una liguilla que no conocía nadie. Los nervios de esa noche le recordaban a los de cuando jugaba en el colegio. Las finales de Hogwarts también le producían muchos nervios, pero entonces tenía a Harry y Hermione. Harry solía estar como él, y Hermione les calmaba a los dos, diciéndoles que pasara lo que pasara lo importante era pasarlo bien y participar. Echaba de menos eso, y más cosas, pero ahora era hora de jugar, y no de ponerse sentimental.
Salió al campo de juego entre los vítores de empleados que en su mayoría superaban los cuarenta años y volvió a echar de menos el colegio. Ron marcó tantos puntos como pudo, casi era el único que tocaba la quaffle, y aunque el guardián no era muy bueno, el equipo de Ron superaba al otro. Pero ninguno de los dos buscadores eran demasiado buenos, así que estuvieron más de seis horas en un partido que se estaba poniendo cada vez más emocionante. Hasta que John Kart, el buscador del equipo del departamento de muggles, divisó una pequeña pelota dorada, se lanzó hacía ella, la agarró y consiguió un triunfo que a Ron le iba a valer de mucho.
Ron miró hacía donde estaba su compañero John y se abalanzó a agarrarle, igual que todos. Pero el equipo estaba más contento con Ron que con su buscador. Les cogieron a los dos a hombros y bajaron al suelo, dónde recibieron el trofeo, que se quedaría en una estantería del departamento. Cuando Ron estaba siendo felicitado por el Ministro, al igual que a todo el equipo, se dio cuenta de que no era como cuando ganaba en el colegio. No iba a venir Hermione a darle un cálido abrazo, ni iba a poder comentarlo toda la noche con Harry. Cuando se quiso dar cuenta tenía a sus padres encima felicitándolo. También estaban Ginny y Bill, que estaba de visita. Pero no era lo mismo. Les dijo que se tenía que ir a cambiar y se metió en los vestuarios, triste. No estaba alegre, estaba un poco orgulloso, pero no le hacía sentirse mejor. Ahora si que echaba de menos el colegio, las victorias de Grifyndor.
Estaba saliendo del vestuario, ya duchado, cuando un hombre trajeado se acercó a él y le paró.
"¿Ronald Weasley?" Ron le miró y pensó que sería un reportero del Profeta. No es que quisiera dar una entrevista, pero le hacía ilusión aparecer en el periódico.
"Si, soy yo" "¿Podemos hablar? Vengo a hacerle una propuesta" "¿Una propuesta de qué" "¿Le gustaría jugar en los Chudley Cannons? Creo que usted tiene facultades para jugar como titular en un equipo profesional" En ese momento a Ron se le inundó el cuerpo de una felicidad inmensa, pero también de varios pensamientos: ¿sería una broma? ¿estaría soñando? ¿había oído bien? Tenía que decir algo.
"¿En...en serio?" "Claro, mire mi tarjeta, soy el ayudante del entrenador del equipo" este hombre le enseñó una tarjeta, al parecer se llamaba Marc Jonson. Lo cierto es que conocía ese nombre. Solía aparecer en la revista "Chudley Cannons, los victoriosos"
"¿Qué responde?"
¿Que qué respondía? Había dos opciones, o seguir en su trabajo en el ministerio y aburrirse de por vida con un buen sueldo; o también podía realizar su sueño, jugar en su equipo favorito, cobrar probablemente el doble el triple de lo que le daba el ministerio y empezar una vida de alegría, ilusión y diversión. A Ron se le podía acusar de muchas cosas, pero no era imbécil.
"¡Claro que acepto su propuesta!"
Bueno, ¿les gustó? Siento no haber hecho un partido de quidditch más largo e interesante, pero no quería entretenerme mucho en ello. Bueno, me gustaría ver algunos reviews, sean críticas o halagos. Si odian este fic diganmelo, que hay confianza y así mejoro.
CAPÍTULO 2: LA OPORTUNIDAD DE RON
Durante los cinco años siguientes a la pelea de Harry, Ron y Hermione habían ocurrido varias cosas. Hermione se había licenciado en una universidad muggle y ahora ya tenía el título de psicóloga. Durante el tiempo que había pasado de universitaria la habían ocurrido muchas cosas. Había salido con algunos chicos, había conocido nuevos amigos y se había dado cuenta de que la vida muggle no era tan aburrida como la pintaban muchos magos. Aunque también había tenido cosas malas. No es que se hubiera olvidado de que era una bruja, pero ya apenas visitaba lugares para brujos y tampoco hablaba con muchos magos. Con la única persona del mundo de los brujos con la que mantenía comunicación era Ginny. Ella había sido una de sus mejores amigas cuando iba a la escuela y no quería perderla porque ya no fuera amiga de Ron. Ginny había intentado que los tres volvieran a ser amigos, pero le había sido imposible. Pero apartando a Ginny, Hermione apenas tenía noticias sobre brujería. A pesar de ello estos cinco años habían resultado muy felices para ella.
Harry se había pasado los cinco años jugando a quidditch y cosechando éxitos. Había conocido a mucha gente, aunque ninguno de sus nuevos amigos eran como Ron o Hermione. Algunos de esos amigos sólo le querían por el interés, ya que Harry no sólo representaba seguridad, sino que también tenía un buen montón de dinero en Gringotts. A pesar de esto era bastante feliz, tenía todas la mujeres que él quería y todos los lujos.
El que peor lo había llevado estos cinco años había sido Ron. Se podría decir que estos habían sido los peores cinco años de su vida. En el ministerio se aburría cada día más y apenas conocía a gente. La mayoría de los trabajadores eran aburridos, y temía que él también lo fuera, porque fuera del trabajo también le costaba conocer gente. Apenas había tenido un par de novias y sus amigos se reducían a un par de chicos que trabajaban con él. Tenía una buena casa, pero el hecho de que solía estar vacía la convertía en sosa y aburrida.
Lo único que le divertía un poco y le hacía ilusión era el campeonato anual de quidditch entre los trabajadores del ministerio. Este campeonato apenas es conocido, ya que a la gente no le interesa ver como un montón de trabajadores mayores juegan mal al quidditch, mientras al mismo tiempo se está celebrando la liga nacional con equipos y jugadores famosos.
El campeonato se celebraba en mayo, las dos primeras semanas de este mes. Ron nunca había jugado, siempre se llevaban los puestos del equipo los trabajadores más antiguos e importantes, pero le daba igual, verlo era divertido, y esas dos semanas las tenía casi libres. Pero este año iba a ser diferente.
El viejo Mccanfy se había jubilado y la persona que le iba a sustituir era Ron. Los de su departamento no solían ganar, pero este año sería diferente. Ron se había propuesto quedar en buen lugar para que el año siguiente le volvieran a coger. Jugaría de cazador, lo que mejor se le daba.
Jugaría con los de su mismo departamento en el ministerio, el departamento muggle. Cada departamento tenía un equipo, y el que había ganado la mayoría de los campeonatos a lo largo de la historia de esta liga era el departamento de deportes mágicos, dónde conocían el quidditch mejor que nadie. Los primeros partidos se le daban bien. Ganaban con facilidad a los de su fase. Había cuatro fases, así que quedarían cuatro equipos ganadores. Estos lucharían entre si por sorteo hasta que quedaran sólo dos. Estos se enfrentarían en un último partido, el cual si solía ser más importante, aunque apenas conseguía una columna pequeña en el Profeta.
De los cinco primeros partido habían ganado todos, y el equipo de Ron ya era el favorito para ganar, junto al de deportes mágicos. Todo el mundo sabía que esto se debía a Ron, y este ya tenía un puesto asegurado en los próximos campeonatos, auque él no lo supiera.
Sus padres solían ir a verle, auque no sus hermanos. Ellos estaban muy ocupados y tampoco le daban mucha importancia a esta liga.
Ya había pasado más de una semana, y los cuatro finalistas estaban ya clasificados. Eran el departamento de deportes mágicos, el de defensa contra las artes oscuras, el de criaturas mágicas y el de Ron. Este tendría que enfrentarse al segundo, el de DCAO. El que ganara se enfrentaría contra el otro ganador y saldría el vencedor final. Y estos partidos se celebraron sin ningún tipo de emoción. Todos sabían cómo iban a acabar los resultados. Los dos finalistas fueron el departamento de deportes mágicos y el de muggles, tal y como todo el mundo sabía que sucedería.
Era el día del partido final, Ron estaba muy nervioso, y eso que tan sólo era una liguilla que no conocía nadie. Los nervios de esa noche le recordaban a los de cuando jugaba en el colegio. Las finales de Hogwarts también le producían muchos nervios, pero entonces tenía a Harry y Hermione. Harry solía estar como él, y Hermione les calmaba a los dos, diciéndoles que pasara lo que pasara lo importante era pasarlo bien y participar. Echaba de menos eso, y más cosas, pero ahora era hora de jugar, y no de ponerse sentimental.
Salió al campo de juego entre los vítores de empleados que en su mayoría superaban los cuarenta años y volvió a echar de menos el colegio. Ron marcó tantos puntos como pudo, casi era el único que tocaba la quaffle, y aunque el guardián no era muy bueno, el equipo de Ron superaba al otro. Pero ninguno de los dos buscadores eran demasiado buenos, así que estuvieron más de seis horas en un partido que se estaba poniendo cada vez más emocionante. Hasta que John Kart, el buscador del equipo del departamento de muggles, divisó una pequeña pelota dorada, se lanzó hacía ella, la agarró y consiguió un triunfo que a Ron le iba a valer de mucho.
Ron miró hacía donde estaba su compañero John y se abalanzó a agarrarle, igual que todos. Pero el equipo estaba más contento con Ron que con su buscador. Les cogieron a los dos a hombros y bajaron al suelo, dónde recibieron el trofeo, que se quedaría en una estantería del departamento. Cuando Ron estaba siendo felicitado por el Ministro, al igual que a todo el equipo, se dio cuenta de que no era como cuando ganaba en el colegio. No iba a venir Hermione a darle un cálido abrazo, ni iba a poder comentarlo toda la noche con Harry. Cuando se quiso dar cuenta tenía a sus padres encima felicitándolo. También estaban Ginny y Bill, que estaba de visita. Pero no era lo mismo. Les dijo que se tenía que ir a cambiar y se metió en los vestuarios, triste. No estaba alegre, estaba un poco orgulloso, pero no le hacía sentirse mejor. Ahora si que echaba de menos el colegio, las victorias de Grifyndor.
Estaba saliendo del vestuario, ya duchado, cuando un hombre trajeado se acercó a él y le paró.
"¿Ronald Weasley?" Ron le miró y pensó que sería un reportero del Profeta. No es que quisiera dar una entrevista, pero le hacía ilusión aparecer en el periódico.
"Si, soy yo" "¿Podemos hablar? Vengo a hacerle una propuesta" "¿Una propuesta de qué" "¿Le gustaría jugar en los Chudley Cannons? Creo que usted tiene facultades para jugar como titular en un equipo profesional" En ese momento a Ron se le inundó el cuerpo de una felicidad inmensa, pero también de varios pensamientos: ¿sería una broma? ¿estaría soñando? ¿había oído bien? Tenía que decir algo.
"¿En...en serio?" "Claro, mire mi tarjeta, soy el ayudante del entrenador del equipo" este hombre le enseñó una tarjeta, al parecer se llamaba Marc Jonson. Lo cierto es que conocía ese nombre. Solía aparecer en la revista "Chudley Cannons, los victoriosos"
"¿Qué responde?"
¿Que qué respondía? Había dos opciones, o seguir en su trabajo en el ministerio y aburrirse de por vida con un buen sueldo; o también podía realizar su sueño, jugar en su equipo favorito, cobrar probablemente el doble el triple de lo que le daba el ministerio y empezar una vida de alegría, ilusión y diversión. A Ron se le podía acusar de muchas cosas, pero no era imbécil.
"¡Claro que acepto su propuesta!"
Bueno, ¿les gustó? Siento no haber hecho un partido de quidditch más largo e interesante, pero no quería entretenerme mucho en ello. Bueno, me gustaría ver algunos reviews, sean críticas o halagos. Si odian este fic diganmelo, que hay confianza y así mejoro.
