Bueno, aquí está el tercer capítulo, espero que les siga gustando



CAPÍTULO 3: LA FIESTA DEPORTIVA

Ron no había dormido mucho esa noche. Todavía no se lo creía, él era el nuevo jugador de los Chudley Cannons, él y no otro.

Ese día era su primer entrenamiento y estaba nervioso. Sabía que iba a haber fotógrafos y reporteros allí, en el campo de juego. Cuando los medios de comunicación se habían enterado de que sería jugador de quidditch había aparecido en varias revistas y periódicos. No era sólo que fuera un nuevo jugador, sino que también era Ron Weasley, una de la personas que ayudo a derrotar a Voldemort.

Con el nuevo trabajo de Ron la gente se había acordado de él por su hazaña. Prácticamente todo el mundo mágico lo sabía, incluido Harry. Este había cambiado varias veces de equipo, una vez por temporada. No se sentía a gusto en ningún equipo. Lo cierto es que él buscaba algo parecido al equipo de Griffindor, donde tuviera buenos amigos.

Harry también echaba bastante de menos a Ron y a Hermione, pero no se había sentido con fuerzas de llamarlos en estos años. Lo cierto es que sabía que se había pasado un poco pero tampoco lograba entender bien a sus ex -amigos. Ron siempre había sentido celos de él, pero Harry también había envidiado a su amigo. A él también le hubiera gustado tener una familia que le quisiera y no vivir con unos desagradables tíos que no le dijeron que era mago hasta que no tuvieron más remedio. En ese tiempo habría cambiado toda su fama por una buena familia, aunque hubiera sido pobre. Y ahora también lo haría. El hecho de estar en grandes equipos y cobrar mucho no le ayudaba a tener amigos. Si es cierto que tenía bastantes, pero Harry dudaba que fueran de verdad. Lo cierto es que pensaba que estaban con él por conveniencia.

Así que cuando se enteró de que Ron era ahora jugador profesional pensó que esta era su oportunidad para que volvieran a ser amigos. Había pensado en llamarle, pero no sabía muy bien qué decirle. Tenía miedo de que Ron le acusara de volver a él cuando se hacía importante.

Estaba pensando en eso mientras se tomaba el café de por las mañanas. No sabía qué hacer, así que para despejarse abrió el correo que le había llegado esa mañana. La mayoría no le interesaban lo más mínimo, hasta que llego a una que solía recibir todos los años. Era del Club inglés de deportes mágicos (cidm)

Este club celebraba todos los años una gran fiesta dónde acudían todo tipo de celebridades de deportes mágicos, no sólo del quidditch. Iban sobre todo de Inglaterra, pero también a veces venían buenos jugadores de otros países. Harry había acudido a esta fiesta desde que empezó como profesional en la liga, era bastante divertida, allí se podía charlar con otros profesionales, e incluso conocer a jugadores jubilados con buenas aventuras que contar.

También había ayudado a Harry a conocer más sobre otros deportes brujos, que también le hacían gracia. Pero este año la fiesta iba a tener un aliciente especial, si Ron ahora era profesional, seguro que le invitaban, y lo más probable es que Ron fuera. Esa sería una buena oportunidad para que ambos se disculparan por lo que había pasado años atrás.

******

Ya se había acabado el primer entrenamiento de Ron, el cual había acabado con vítores y aplausos de sus compañeros de equipo y de la prensa que estaba por allí.

Ron estaba muy cansado, pero se sentía genial consigo mismo. Había dado lo mejor de él mismo, había hecho muy bien su trabajo y además se lo había pasado en grande.

Los fotógrafos le hicieron varias fotos, y todos los reporteros querían hacerle algunas preguntas. Ron estaba cansado y no le apetecía mucho dar entrevistas en ese momento, así que intentó escabullirse, pero cuando creía que ya estaba a salvo de reporteros locos, se encontró con una chica en la puerta de su viejo coche.

"¿Te puedo hacer sólo una pregunta? Soy del Profeta" la chica parecía convencida de no irse sin su respuesta, así que Ron aceptó moviendo la cabeza, esperando que se conformara con una sola pregunta.

"¿Cómo se sentirá al jugar contra su amigo Harry Potter, del equipo de Falmouth Falcons? Es evidente que tendrán que jugar algún partido en común"

A Ron esa pregunta le pilló por sorpresa. ¿Qué iba a contestar? No iba a decir que ya no eran tan amigos, pero tampoco podía decir que eran los mejores amigos y que lo iban a pasar fatal.

Aunque esto último era cierto, jugar contra Harry le atemorizaba, no sabía si tendría que hablar con él como si no hubiera pasado nada, ignorarle y tratarle como a uno más o escupirle cuando le viera. Ninguna opción le parecía buena.

El caso es que allí estaba esa chica con su bloc de notas mágico, esperando una respuesta. Tenía que contestar ya, o los otros reporteros a los que había despistado le encontrarían y le acosarían.

"Pues... pues la verdad es que no lo sé, porque sencillamente todavía no he jugado con él pero creo que será interesante" La respuesta le pareció correcta, así que se subió al coche, lo puso en marcha y se fue a su casa.

Al llegar, vio encima de su casa un buen montón de cartas. No solía recibir tantas, ni en todas las navidades. Ron gruñó, y pensó en que la gente sólo se interesaba por él cuando era "el jugador de quidditch" y no el "aburrido trabajador de ministerio".

Miró las cartas por encima, había varias de gente del colegio, probablemente para felicitarle. Le hacían ilusión, pero no le apetecía abrirlas ahora. También había un par de marcas mágicas que querían que Ron fuera el representante de su producto estrella y bastantes de revistas que le pedían una entrevista en exclusiva, pagándole una suma de dinero.

Y al final del montón había un sobre verde y rojo, con las letras plateadas CIDM en grande.

El caso es que a Ron le sonaban, pero no caía de qué se trataba. Abrió el sobre por pura curiosidad y se encontró con una invitación para la fiesta anual del club inglés de deportes mágicos. A Ron le dio un vuelco el corazón. ¿él invitado a una de las fiestas con mayor prestigio en el ámbito deportivo? Claro que iría, tendría la oportunidad de ver a sus estrellas favoritas, a grandes jugadores de quidditch e incluso... a Harry. Seguro que iría, si le invitaban a él, a Harry era imposible que no. No sabía cómo iba ser el verle, pero al menos lo podría averiguar en poco tiempo.

Faltaban dos semanas para la fiesta, dos semanas que Ron pasó entrenando duro, mejorando, y esperando que en la fiesta Harry y él volvieran a ser lo que fueron en el colegio: los mejores amigos.

Así, llegó el sábado de la celebración. Ron no tenía muy claro qué ponerse. No sabía a qué hora debía llegar. No sabía si haría el ridículo por ir sin pareja. En definitiva, estaba muy nervioso.

Esa fiesta iba a representar mucho para él y quería que todo le fuera bien.

Pero el hecho de que fuera a estar Harry le ponía aún más nervioso.

Salió de su casa y se montó en su coche mágico, el cual no volaba, pero hacía muchas cosas más.

Cuando llegó a la fiesta se encontró con un sueño. Estaba llena de estrellas te todos los tipos de deportes mágicos. Había viejas celebridades de los Chudley Cannons, su actual equipo.

Todo era maravilloso. La sala era enorme, con un techo hechizado en el que se podía ver antiguos partidos de quiedditch realmente importantes. Las mesas de las comidas estaban llenas de aperitivos mágicos de gran categoría y todo estaba decorado con los escudos de equipos de deportes mágicos.

Ron estuvo hablando un buen rato con Marcusio Frecorick, un antiguo jugador de un equipo poco conocido, que le contó grandes aventuras sobre sus viejos partidos.

El pelirrojo se estaba quedando impresionado a oír como una vez se cayó de su escoba, y mientras caía, algo le dio en el pantalón. Cuando estaba en el suelo se dio cuenta de que tenía la snitch en el bolsillo.

O otra vez que una bludger se volvió loca y fue golpeando a todo el público, causando uno de los partidos más accidentados que ha habido en Inglaterra. Hubo miles de heridos.

Y todo eso se lo había contado una sola persona. No se podía imaginar la de cosas que le podrían narrar los otros tantos jubilados.

***** Ron miró su reloj y se quedó atónito, habían pasado casi cuatro horas. La fiesta estaba acabando. Había hablado con muchísima gente y lo había pasado en grande.

Sólo quedaba una cosa, no había visto a Harry en toda la noche.

Se había cruzado con gente varias veces y a Harry ni siquiera le había visto de lejos. Empezaba a pensar que le estaba evitando. O tal vez no hubiera ido.

Ya estaba a punto de irse, estaba cansado y cada vez quedaba menos gente. Además, auque mañana no tuviera entrenamiento había quedado para ir a practicar al campo con sus hermanos.

"Perdona, ¿eres Ron Weasley?" era una chica joven, que le miraba con ojos de ilusión. "Si, soy yo" "¿En serio? Vaya, yo te adoro, ¿sabes? Desde que te vi en "Corazón de bruja" como el nuevo rompecorazones deportivo me enamoré de ti, ¿podrías darme un autógrafo?" "Si, supongo que sí, ¿cómo te lla...?"

Ron no pudo terminar la pregunta, algo había llamado su atención. Al otro lado de la sala, con un pelo alborotado negro y unas gafas estaba Harry Potter, su viejo amigo.

Se le quedó mirando y al instante él también le miró. Sus vistas se quedaron clavadas, sin saber qué hacer.

Ron no sabía si acercarse o no. Había esperado ese momento, y ahora no estaba seguro de que tuviera que ser él el que se acercara. Al fin y al cabo la pelea que tuvieron había sido por su culpa.

Y por la cabeza de Harry pasaba lo mismo. Es cierto que quería verle, pero su orgullo no se lo permitía. Al fin y al cabo había sido Ron el que se había puesto como una furia aquel día.

Permanecieron así unos segundos, en que ambos esperaban que el otro fuera a disculparse, pero eso no pasó.

Alguien tiró del brazo de Harry. "Harry, lo mejor será que nos vayamos, ya no queda nadie" Era un amigo y compañero de Harry. Este miró por última vez a Ron, y se fue. Mientras se dirigía a la puerta no quitó la vista de los ojos de Ron. Se estaba arrepintiendo de no hablar con él, pero ya no había vuelta atrás.

"Bueno, me terminas de firmar el autógrafo ¿o no?" Ron volvió en sí y se dio cuenta de que la chica seguía allí.

"Si, si, ya voy" Hizo un garabato con su nombre y sin despedirse de la chica se fue de la fiesta, de la que no salía muy contento.

***** En algún lugar del Londres muggle, un día después de la fiesta, una chica se despertaba por el sonido del teléfono. Hermione Granger se levantó de mala gana un domingo tan pronto.

"¡Hermione! Soy Ginny. Ve ahora mismo al callejón Diagón y compra El Profeta" "¡Ginny! ¿Es que ya no dices hola? ¿Y qué ha pasado para que me llames por teléfono, casi no sabes usarlo?" "Es importante" "¿No habrá vuelto Voldemort o algún oreo?" Hermione pensaba lo peor. Ginny nunca la llamaba por teléfono. "No, tranquila, pero tu cómpralo, que te vas a quedar a cuadros"

Después de cómo estaba Ginny, Hermione necesitaba comprar El profeta, aunque sólo fuera por saber qué había pasado.

Así que se vistió y se fue en metro hasta la entrada del bar muggle al Callejón Diagón.

Allí recordaba haber comprado los libros de texto. También recordaba el tiempo que pasó con Harry y Ron allí.

Y precisamente estaba pensando en ellos, cuando llegó al quiosco brujo y vio en la portada del Profeta: "Harry Potter y Ron Weasley, ahora enemigos" y venía una foto trucada con magia. En la mitad izquierda se veía a Harry montado en su escoba volando hacía la derecha con cara amenazadora. En la parte derecha estaba igual con Ron, sólo que volando hacía la izquierda.

Así parecía que se iban a chocar, y las caras que tenían parecían anunciar peleas. La foto apenas se movía, pero los ojos y la boca de ambos cambiaba y se ponían más violentas.

Hermione se quedó asombrada, no sólo era El Profeta, también todas las revistas deportivas y periódicos. Cogió la noticia del Profeta y empezó a leer.

"En la fiesta que celebra el CIDM (club inglés deportes mágicos) ocurrió un suceso que dejó extrañados a más de uno. Harry Potter y Ron Weasley, ambos conocidos por participar intensivamente en la lucha que derrotó al señor Tenebroso, demostraron ayer indiferencia el uno con el otro. Weasley, recientemente fichado por los Chudley Cannons fue amigo de Potter (actual jugador de los Falmouth Falcons) en el colegio. Pero todos pensábamos que seguían siéndolos, hasta que anoche, en la nombrada fiesta del CIDM, no se dirigieron ni una palabra. Testigos presentes afirman incluso que hubo momentos en los que se echaron miradas de odio reprimido. Se cree..."

Hermione se había quedado con la boca abierta. No se podía creer lo que veía. ¿Ron era ahora de los Chudley Cannons? En la noticia se explicaba cuando le habían cogido y cómo.

Compró unas revistas más para ojearlas en su casa y ver que decían de sus ex-amigos.

Ya en su casa, Hermione empezó a pensar en todos estos años y en lo patético que resultaba el hecho de que ninguno se atreviera a dar el primer paso.

Pero eso iba a cambiar, el día siguiente iría al entrenamiento de Ron. No sabía cómo iba a hacerlo, pero iba a conseguir que el trío se uniera de nuevo.

¿Y bien? Lo cierto es que este capítulo me ha costado un poco más. Y además he tenido unos exámenes muy complicados esta semana. Así que disculpen que haya tardado un poco más. Bueno, a los que quieran romance, en el próximo capítulo ya voy a meter un poco de Hr/R, así que prepárense. Y una cosa más, dejen Reviews xfa!!! Chaíto