Bueno, primero pedir perdón por el retraso, pero es que estoy con los
exámenes y he estado Todo este tiempo sin parar. Pero ya está aquí el
quinto capítulo, así que lo de siempre, que les guste.
CAPÍTULO 5: ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL?
Hermione y Ron habían quedado, y ella no había pegado ojo en toda la noche. Todavía no se creía lo que había pasado el día anterior, había sido como un sueño. Habían estado todo el día juntos, pero casi no habían hablado (n/a: no hace falta que explique el por qué, ¿no?).
Esa tarde iban a hablar seriamente de todo lo que les había pasado en el tiempo en que no se habían visto y cómo podrían volver a unirse con Harry.
A las doce se encontrarían en un restaurante de la zona muggle. Comerían y charlarían. Pero algo tan simple tenía a Hermione loca. Y no era la única.
Ron estaba tan nervioso como ella. Durante la noche se había preguntado cómo podía haber hecho lo había hecho. No era propio de él. Pero no se arrepentía en absoluto.
También había estado pensando que hacía bien poco era un aburrido trabajador del Ministerio, sin ganas de levantarse. Y ahora estaba jugando al quidditch y con Hermione a su lado. La felicidad, o no viene, o viene en grandes cantidades.
Se vistió con ropa muggle y salió a la calle pensando en todo esto.
Pero había algo más que todavía faltaba. Era Harry, su viejo amigo de pelo azabache era lo único que faltaba ahora en Ron para sentirse el hombre más feliz del mundo.
Ese día no irían a hablar con Harry. Primero tenían que decidir cómo lo harían. Lo cierto es que apenas sabían dónde buscar a Harry. Su equipo tenía más dinero que los Chudley Cannons y no podían esperarlo a la salida del entrenamiento como a Ron, ya que tenían seguridad para evitar fans incómodos.
Tampoco sabían dónde vivía. Harry tenía más de una casa, y había rumores de que tenía pisos pequeños por toda la Inglaterra muggle que nadie conocía. Se decía que los utilizaba para relajarse, ya que dónde se encontraban nadie le buscaría. Y además también era posible que tuviera más pisos de estos por todo el mundo.
Otra posibilidad era esperar a que Ron y él tuvieran un partido, pero según el pelirrojo no tendrían ningún partido en mucho tiempo.
Así que si querían verle tendrían que investigar un poco.
Eran las doce menos cinco y Hermione ya estaba en el restaurante "Dragón" Era un sitio conocido por mucha gente. Servían buena comida, no era muy caro y además era informal.
Estaba mirando un menú de comida que había en una ventana cuando alguien la tapó los ojos por detrás y preguntó quien era.
"Ron... sé perfectamente que eres tú" El pelirrojo la destapó los ojos y le dio un beso.
Se sentaron en una mesa y pidieron algo de comida muggle. Hermione no tuvo que recomendar a Ron, este ya conocía diversos platos, aunque nunca los había probado.
Estuvieron largo rato hablando de lo que les había pasado. La que más hablaba era Hermione, quien tenía más cosas interesantes que contar que Ron.
Ya eran casi las dos y estaban en un banco de calle sentados. Seguían hablando. Ron estaba contando cómo le habían cogido para los Chudley Cannons, cuando irremediablemente salió el tema de Harry.
"He pensado que podríamos ir a hablar con sus tíos, a lo mejor saben algo" propuso Hermione
"¿Y qué van a saber ellos? Sabes perfectamente que pasaban de Harry como de la mierda"
"¿Y qué propones tú?"
"¿Sabes lo qué es El Campo Dorado?" Hermione negó con la cabeza y Ron siguió "Es un campo de quidditch con las mejores instalaciones que te puedas imaginar. Alguna vez se ha jugado en él, pero sólo en ocasiones muy importantes. Ya sabes, mundiales, copas internacionales y cosas así"
"¿Y qué?" Hermione no entendía lo que le quería decir. No estaría proponiendo esperar hasta un mundial, era demasiado tiempo.
"Pues que una de esas ocasiones se acerca. El equipo de Harry va a jugar contra los Penxuns, un equipo japonés muy bueno. Es tan sólo un partido amistoso, pero dada la fama de ambos equipos se va a jugar en el Campo Dorado"
"¿Y por qué tenemos que esperar a ese partido y no vamos a cualquier otro que juegue Harry?"
"Porque en un partido de liga sería imposible ver a Harry. Ya sabes, por lo de la seguridad. Pero a este partido no puede ir cualquiera. Aunque hay muchas gradas, las entradas son mucho más caras. Solamente irán personajes importantes japoneses e ingleses. Será más fácil encontrar a Harry"
"Yo no estría tan segura, habrá mucha más protección por los japoneses, y no creo que podamos hablar con Harry"
"Ahí te equivocas. Si es verdad que habrá protección especial, pero sólo para los extranjeros. Y además nadie hará caso al equipo de Harry. A ese le pueden entrevistar muchas veces, pero a los Penxuns sólo ese día"
"¿Tienes entradas?" Hermione no estaba covencida de que fuera a ser tan fácil, pero ella no tenía una idea mejor.
"Sí, me las ha mandado el entrenador. El partido es en una semana. Vete preparando, vas a volver a ver a Harry"
Hermione sonrió, se acercó a Ron y le besó. El resto de la tarde y los días siguientes fueron maravillosos para los dos. Estaban muy felices, y sabían que lo único que faltaba estaba cerca.
***
Ron se levantó pronto, quería repasar en algún libro la trayectoria de los Penxuns, para hacerse una idea de cómo sería el partido de esa tarde.
Lo cierto es que el equipo japonés era muy bueno, incluso puede que demasiad bueno para los Falmouth Falcons. Este equipo era muy bueno, habían ganado muchas veces, pero los japoneses también. Más de una vez a lo largo de su historia habían conseguido ser nombrados mejor equipo, y la selección japonesa se parecía muchas veces en casi todo a los Penxuns.
Esperaba que ganara Harry. Una de las mejores maneras de acercarse a su viejo amigo era felicitándole por un partido ganado.
Lo que Ron no dudaba, nadie lo hacía, era de que iba a ser un acontecimiento muy emocionante.
Brujos de toda Inglaterra se quejaban del alto precio de las entradas y de la exclusividad del partido. Pero esto que hace unos meses habría molestado tanto a Ron era ahora algo estupendo.
El partido empezaría a las cuatro y había quedado con Hermione a las tres en el pueblo dónde se encontraba el Campo Dorado. El pueblo estaba a rebosar de fans que tenían la ilusión de ver a alguien. Ron sabía que iban a estar allí para nada.
Cuando se encontraron se dieron un beso de saludo y se dirigieron al campo. Todavía faltaba una hora, pero era mejor coger un sitio alto, por la mitad del campo, dónde Harry les pudiera ver mientras jugaba. Así puede que él les buscara a ellos.
Durante la hora que faltaba para el comienzo del partido el campo se fue llenando de periodistas que no se creían su suerte, brujos con dinero suficiente para pagarse una entrada y miembros importantes, tanto japoneses como ingleses.
Aún así las gradas estaban casi vacías. Es cierto que habían asistido muchos jugadores profesionales como Ron, a los que les regalaban las entradas, pero había demasiados asientos como para llenarlos todos.
Lo que nadie dudaba es que si las entradas hubieran sido más asequibles las gradas estarían a punto de estallar con cientos de fans del quidditch. Esos fans que se empujaban en las afueras del campo.
Por fin, y tras haber cantado los himnos de los equipos, estos salieron al campo volando en sus escobas.
Los japoneses tenían fama de manejar las escobas con una facilidad asombrosa. Y no era mentira, volaban rápido y hacían piruetas que habrían resultado imposibles para Ron.
Pudieron divisar a Harry y se quedaron bastante sorprendidos. Había mejorado mucho y era realmente bueno. Hermione además se sorprendió de cómo había cambiado. Ella hacía mucho que no le veía y la verdad es que estaba bastante guapo, aunque no tanto como Ron, pensó Hermione.
Los primeros diez minutos fueron sorprendentes. Los únicos que ya habían anotado puntos eran los japoneses, aunque el juego estaba siendo realmente emocionante.
Era muy difícil que Harry llegara a verlos, ya que no paraba quieto ni un momento. Se moví por todo el campo y a la única persona que prestaba atención era al buscador japonés, un chico joven con pelo largo que se movía tan rápido que era difícil seguirle diez segundos seguidos.
Pasaron otros diez minutos y los japoneses seguían manejando la quaffle más y metiendo más tantos. Los Falmouth Falcons apenas habían anotado dos veces.
La diferencia de marcadores estaba empezando a ser peligrosa, Harry y su equipo estaban de bastante mal humor, se les notaba en las caras.
Ron y Hermione estaban preocupados, pero al mismo tiempo se lo estaban pasando genial. Sobre todo ella, que hacía años que no veía un partido de quiddich. Además este tenía mucha categoría.
Cuando pasó, nadie lo vio. Estaban ya en el minuto cuarenta y dos y los japoneses seguían ganando por mucho. En tan sólo diez segundos, una bludger estuvo a punto de dar a un jugador inglés, los Falmouth Falcons metieron un tanto, y Sath, el buscador japonés, atrapó la snicht.
Por los altavoces se empezó a pregonar, en inglés y japonés, que el equipo visitante era el ganador. Y no sólo había ganado, sino que también había humillado a los ingleses. El equipo de Harry bajaba con caras de pocos amigos, sabiendo que al día siguiente aparecería su derrota en todos los periódicos y revistas.
Ron y Hermione se miraron preocupados, tal vez Harry no estuviera ahora para hablar con ellos.
Los jugadores empezaron a entrar en los vestuarios, unos más alegres que otros. Ron y Hermione esperarían a Harry en una sala interior, que también era parte del campo. Allí habría muchos periodistas, por lo que intentarían salir e irse a otro lugar.
Estuvieron esperando una media hora, comentando el partido, cuando por fin el moreno apareció en la sala. Reporteros de todo tipo se lanzaron sobre él, lo que no le gustó nada.
Ron fue a ayudarlo y se metió entre todos los periodistas, intentando llegar a su viejo amigo.
Harry estaba muy agobiado, no estaba como para responder preguntas. Había hecho un ridículo que se tardaría en olvidar. Lo único que quería era llegar a su casa, darse una ducha y dormir catorce horas seguidas.
Estaba intentando apartar a los reporteros con la mano, cuando sonó un "au!" de dolor. Había dado a alguien. Miró para ver de qué reportero se trataba. Pero no vio a ningún periodista, sino a un chico pelirrojo con ojos azules al que conocía muy bien.
Todos los reporteros se les quedaron mirando. Ver a Harry Potter y a Ronald Weasley juntos era mejor reportaje que el partido que se acababa de vivir.
"Ven, estoy ahí con hermione" dijo Ron a Harry, con toda la naturalidad del mundo, como si todavía estuvieran en el colegio.
Harry siguió a Ron hasta donde Hermione les aguardaba. Esta se tiró en sus brazos. Ninguno de los tres dijo nada, sólo se miraron, hasta que Ron empezó a reir tontamente y sus dos amigos se unieron.
Los fotógrafos estaban gastando carretes con la escena. Hermione se dio cuenta y cogió a cada uno de una manga y tiró hacía la puerta.
Salieron corriendo antes de que ningún periodista ansioso les alcanzara. Los tres corrían sin parar, riéndose todavía de todo. Hermione, que iba la primera, se dirigía a la salida del pueblo, que daba a un bosque pequeño. En ese bosque había una salida a otro pueblo.
Llegaron al bosque, y como ya no les seguía nadie, se pararon a descansar. Los tres estaban en forma, ellos por el quidditch y ella porque hacía deporte muggle a diario.
Una vez recuperaron la respiración a ritmo normal se miraron. No sabían que tenían que decir.
"Bueno, bueno, bueno" empezó Hermione, con una sonrisa.
"Malo, malo, malo" dijo Harry, con lo que los tres se empezaron a reír de nuevo.
"Oye Harry, todo lo que ha pasado..." dijo Ron, pero Harry no le dejó terminar "Lo que ha pasado es la tontería más grande del mundo. Perdone Ron, aquella tarde me pasé, no sé..."
"Te perdono" dijo Ron y tras una mirada se abrazaron los tres dando por reanudada su amistad.
"Bueno, yo también te perdono a ti" dijo Harry
"Y yo os perdono que seais tan estúpidos los dos" dijo Hermione.
"Y yo te perdono el que el otro día no vinieras a hablar conmigo" dijo Ron. Lo dijo en el mismo tono de broma que estaban utilizando todos, pero no sentó así a Harry.
"Pero si fuiste tú el que no fue a hablar conmigo" dijo Harry
"Eras tú el que me tenía que pedir perdón a mi" Ron estaba empezando a molestarse de nuevo
"Los dos nos teníamos que pedir perdón, no sólo yo"
"Pero si yo no hice nada aquella tarde" Hermione no decía nada, pero no iba a dejar que se enfadaran de nuevo
"Bueno, no ireis a caer en el mismo error, ¿no?"
"No Hermione, es él el que está equivocado, no los dos" dijo Ron muy convencido "Al fin y al cabo fue su culpa que nos separáramos" Harry miró a Ron con furia
"Si es eso lo que piensas, será mejor que me vaya, no necesito más amigos" Harry se dio la vuelta y empezó a andar.
"¡¿Es que sois imbéciles?! No os dais cuenta de que esto no tiene sentido, de que no podemos volver a enfadarnos
Pero ninguno le hizo caso. Ambos se fueron en direcciones opuestas y Hermione se quedó un poco allí, mientras una lagrima caía por su mejilla. Esa noche se iría sóla, no tenái ganas de hablar con Ron.
¿Y bien? Sé que es difícil pensar que después de reconciliarse vuelvan a enfadarse, pero bueno. Al fin y al cabo, no podían volver a ser amigos sin más, sin que pase algo interesante. En fin, les espero en el próximo capítulo (espero no tardar tanto) Y una cosa más...-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW-REVIEW REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW-REVIEW REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW-REVIEW REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW- REVIEW!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
CAPÍTULO 5: ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL?
Hermione y Ron habían quedado, y ella no había pegado ojo en toda la noche. Todavía no se creía lo que había pasado el día anterior, había sido como un sueño. Habían estado todo el día juntos, pero casi no habían hablado (n/a: no hace falta que explique el por qué, ¿no?).
Esa tarde iban a hablar seriamente de todo lo que les había pasado en el tiempo en que no se habían visto y cómo podrían volver a unirse con Harry.
A las doce se encontrarían en un restaurante de la zona muggle. Comerían y charlarían. Pero algo tan simple tenía a Hermione loca. Y no era la única.
Ron estaba tan nervioso como ella. Durante la noche se había preguntado cómo podía haber hecho lo había hecho. No era propio de él. Pero no se arrepentía en absoluto.
También había estado pensando que hacía bien poco era un aburrido trabajador del Ministerio, sin ganas de levantarse. Y ahora estaba jugando al quidditch y con Hermione a su lado. La felicidad, o no viene, o viene en grandes cantidades.
Se vistió con ropa muggle y salió a la calle pensando en todo esto.
Pero había algo más que todavía faltaba. Era Harry, su viejo amigo de pelo azabache era lo único que faltaba ahora en Ron para sentirse el hombre más feliz del mundo.
Ese día no irían a hablar con Harry. Primero tenían que decidir cómo lo harían. Lo cierto es que apenas sabían dónde buscar a Harry. Su equipo tenía más dinero que los Chudley Cannons y no podían esperarlo a la salida del entrenamiento como a Ron, ya que tenían seguridad para evitar fans incómodos.
Tampoco sabían dónde vivía. Harry tenía más de una casa, y había rumores de que tenía pisos pequeños por toda la Inglaterra muggle que nadie conocía. Se decía que los utilizaba para relajarse, ya que dónde se encontraban nadie le buscaría. Y además también era posible que tuviera más pisos de estos por todo el mundo.
Otra posibilidad era esperar a que Ron y él tuvieran un partido, pero según el pelirrojo no tendrían ningún partido en mucho tiempo.
Así que si querían verle tendrían que investigar un poco.
Eran las doce menos cinco y Hermione ya estaba en el restaurante "Dragón" Era un sitio conocido por mucha gente. Servían buena comida, no era muy caro y además era informal.
Estaba mirando un menú de comida que había en una ventana cuando alguien la tapó los ojos por detrás y preguntó quien era.
"Ron... sé perfectamente que eres tú" El pelirrojo la destapó los ojos y le dio un beso.
Se sentaron en una mesa y pidieron algo de comida muggle. Hermione no tuvo que recomendar a Ron, este ya conocía diversos platos, aunque nunca los había probado.
Estuvieron largo rato hablando de lo que les había pasado. La que más hablaba era Hermione, quien tenía más cosas interesantes que contar que Ron.
Ya eran casi las dos y estaban en un banco de calle sentados. Seguían hablando. Ron estaba contando cómo le habían cogido para los Chudley Cannons, cuando irremediablemente salió el tema de Harry.
"He pensado que podríamos ir a hablar con sus tíos, a lo mejor saben algo" propuso Hermione
"¿Y qué van a saber ellos? Sabes perfectamente que pasaban de Harry como de la mierda"
"¿Y qué propones tú?"
"¿Sabes lo qué es El Campo Dorado?" Hermione negó con la cabeza y Ron siguió "Es un campo de quidditch con las mejores instalaciones que te puedas imaginar. Alguna vez se ha jugado en él, pero sólo en ocasiones muy importantes. Ya sabes, mundiales, copas internacionales y cosas así"
"¿Y qué?" Hermione no entendía lo que le quería decir. No estaría proponiendo esperar hasta un mundial, era demasiado tiempo.
"Pues que una de esas ocasiones se acerca. El equipo de Harry va a jugar contra los Penxuns, un equipo japonés muy bueno. Es tan sólo un partido amistoso, pero dada la fama de ambos equipos se va a jugar en el Campo Dorado"
"¿Y por qué tenemos que esperar a ese partido y no vamos a cualquier otro que juegue Harry?"
"Porque en un partido de liga sería imposible ver a Harry. Ya sabes, por lo de la seguridad. Pero a este partido no puede ir cualquiera. Aunque hay muchas gradas, las entradas son mucho más caras. Solamente irán personajes importantes japoneses e ingleses. Será más fácil encontrar a Harry"
"Yo no estría tan segura, habrá mucha más protección por los japoneses, y no creo que podamos hablar con Harry"
"Ahí te equivocas. Si es verdad que habrá protección especial, pero sólo para los extranjeros. Y además nadie hará caso al equipo de Harry. A ese le pueden entrevistar muchas veces, pero a los Penxuns sólo ese día"
"¿Tienes entradas?" Hermione no estaba covencida de que fuera a ser tan fácil, pero ella no tenía una idea mejor.
"Sí, me las ha mandado el entrenador. El partido es en una semana. Vete preparando, vas a volver a ver a Harry"
Hermione sonrió, se acercó a Ron y le besó. El resto de la tarde y los días siguientes fueron maravillosos para los dos. Estaban muy felices, y sabían que lo único que faltaba estaba cerca.
***
Ron se levantó pronto, quería repasar en algún libro la trayectoria de los Penxuns, para hacerse una idea de cómo sería el partido de esa tarde.
Lo cierto es que el equipo japonés era muy bueno, incluso puede que demasiad bueno para los Falmouth Falcons. Este equipo era muy bueno, habían ganado muchas veces, pero los japoneses también. Más de una vez a lo largo de su historia habían conseguido ser nombrados mejor equipo, y la selección japonesa se parecía muchas veces en casi todo a los Penxuns.
Esperaba que ganara Harry. Una de las mejores maneras de acercarse a su viejo amigo era felicitándole por un partido ganado.
Lo que Ron no dudaba, nadie lo hacía, era de que iba a ser un acontecimiento muy emocionante.
Brujos de toda Inglaterra se quejaban del alto precio de las entradas y de la exclusividad del partido. Pero esto que hace unos meses habría molestado tanto a Ron era ahora algo estupendo.
El partido empezaría a las cuatro y había quedado con Hermione a las tres en el pueblo dónde se encontraba el Campo Dorado. El pueblo estaba a rebosar de fans que tenían la ilusión de ver a alguien. Ron sabía que iban a estar allí para nada.
Cuando se encontraron se dieron un beso de saludo y se dirigieron al campo. Todavía faltaba una hora, pero era mejor coger un sitio alto, por la mitad del campo, dónde Harry les pudiera ver mientras jugaba. Así puede que él les buscara a ellos.
Durante la hora que faltaba para el comienzo del partido el campo se fue llenando de periodistas que no se creían su suerte, brujos con dinero suficiente para pagarse una entrada y miembros importantes, tanto japoneses como ingleses.
Aún así las gradas estaban casi vacías. Es cierto que habían asistido muchos jugadores profesionales como Ron, a los que les regalaban las entradas, pero había demasiados asientos como para llenarlos todos.
Lo que nadie dudaba es que si las entradas hubieran sido más asequibles las gradas estarían a punto de estallar con cientos de fans del quidditch. Esos fans que se empujaban en las afueras del campo.
Por fin, y tras haber cantado los himnos de los equipos, estos salieron al campo volando en sus escobas.
Los japoneses tenían fama de manejar las escobas con una facilidad asombrosa. Y no era mentira, volaban rápido y hacían piruetas que habrían resultado imposibles para Ron.
Pudieron divisar a Harry y se quedaron bastante sorprendidos. Había mejorado mucho y era realmente bueno. Hermione además se sorprendió de cómo había cambiado. Ella hacía mucho que no le veía y la verdad es que estaba bastante guapo, aunque no tanto como Ron, pensó Hermione.
Los primeros diez minutos fueron sorprendentes. Los únicos que ya habían anotado puntos eran los japoneses, aunque el juego estaba siendo realmente emocionante.
Era muy difícil que Harry llegara a verlos, ya que no paraba quieto ni un momento. Se moví por todo el campo y a la única persona que prestaba atención era al buscador japonés, un chico joven con pelo largo que se movía tan rápido que era difícil seguirle diez segundos seguidos.
Pasaron otros diez minutos y los japoneses seguían manejando la quaffle más y metiendo más tantos. Los Falmouth Falcons apenas habían anotado dos veces.
La diferencia de marcadores estaba empezando a ser peligrosa, Harry y su equipo estaban de bastante mal humor, se les notaba en las caras.
Ron y Hermione estaban preocupados, pero al mismo tiempo se lo estaban pasando genial. Sobre todo ella, que hacía años que no veía un partido de quiddich. Además este tenía mucha categoría.
Cuando pasó, nadie lo vio. Estaban ya en el minuto cuarenta y dos y los japoneses seguían ganando por mucho. En tan sólo diez segundos, una bludger estuvo a punto de dar a un jugador inglés, los Falmouth Falcons metieron un tanto, y Sath, el buscador japonés, atrapó la snicht.
Por los altavoces se empezó a pregonar, en inglés y japonés, que el equipo visitante era el ganador. Y no sólo había ganado, sino que también había humillado a los ingleses. El equipo de Harry bajaba con caras de pocos amigos, sabiendo que al día siguiente aparecería su derrota en todos los periódicos y revistas.
Ron y Hermione se miraron preocupados, tal vez Harry no estuviera ahora para hablar con ellos.
Los jugadores empezaron a entrar en los vestuarios, unos más alegres que otros. Ron y Hermione esperarían a Harry en una sala interior, que también era parte del campo. Allí habría muchos periodistas, por lo que intentarían salir e irse a otro lugar.
Estuvieron esperando una media hora, comentando el partido, cuando por fin el moreno apareció en la sala. Reporteros de todo tipo se lanzaron sobre él, lo que no le gustó nada.
Ron fue a ayudarlo y se metió entre todos los periodistas, intentando llegar a su viejo amigo.
Harry estaba muy agobiado, no estaba como para responder preguntas. Había hecho un ridículo que se tardaría en olvidar. Lo único que quería era llegar a su casa, darse una ducha y dormir catorce horas seguidas.
Estaba intentando apartar a los reporteros con la mano, cuando sonó un "au!" de dolor. Había dado a alguien. Miró para ver de qué reportero se trataba. Pero no vio a ningún periodista, sino a un chico pelirrojo con ojos azules al que conocía muy bien.
Todos los reporteros se les quedaron mirando. Ver a Harry Potter y a Ronald Weasley juntos era mejor reportaje que el partido que se acababa de vivir.
"Ven, estoy ahí con hermione" dijo Ron a Harry, con toda la naturalidad del mundo, como si todavía estuvieran en el colegio.
Harry siguió a Ron hasta donde Hermione les aguardaba. Esta se tiró en sus brazos. Ninguno de los tres dijo nada, sólo se miraron, hasta que Ron empezó a reir tontamente y sus dos amigos se unieron.
Los fotógrafos estaban gastando carretes con la escena. Hermione se dio cuenta y cogió a cada uno de una manga y tiró hacía la puerta.
Salieron corriendo antes de que ningún periodista ansioso les alcanzara. Los tres corrían sin parar, riéndose todavía de todo. Hermione, que iba la primera, se dirigía a la salida del pueblo, que daba a un bosque pequeño. En ese bosque había una salida a otro pueblo.
Llegaron al bosque, y como ya no les seguía nadie, se pararon a descansar. Los tres estaban en forma, ellos por el quidditch y ella porque hacía deporte muggle a diario.
Una vez recuperaron la respiración a ritmo normal se miraron. No sabían que tenían que decir.
"Bueno, bueno, bueno" empezó Hermione, con una sonrisa.
"Malo, malo, malo" dijo Harry, con lo que los tres se empezaron a reír de nuevo.
"Oye Harry, todo lo que ha pasado..." dijo Ron, pero Harry no le dejó terminar "Lo que ha pasado es la tontería más grande del mundo. Perdone Ron, aquella tarde me pasé, no sé..."
"Te perdono" dijo Ron y tras una mirada se abrazaron los tres dando por reanudada su amistad.
"Bueno, yo también te perdono a ti" dijo Harry
"Y yo os perdono que seais tan estúpidos los dos" dijo Hermione.
"Y yo te perdono el que el otro día no vinieras a hablar conmigo" dijo Ron. Lo dijo en el mismo tono de broma que estaban utilizando todos, pero no sentó así a Harry.
"Pero si fuiste tú el que no fue a hablar conmigo" dijo Harry
"Eras tú el que me tenía que pedir perdón a mi" Ron estaba empezando a molestarse de nuevo
"Los dos nos teníamos que pedir perdón, no sólo yo"
"Pero si yo no hice nada aquella tarde" Hermione no decía nada, pero no iba a dejar que se enfadaran de nuevo
"Bueno, no ireis a caer en el mismo error, ¿no?"
"No Hermione, es él el que está equivocado, no los dos" dijo Ron muy convencido "Al fin y al cabo fue su culpa que nos separáramos" Harry miró a Ron con furia
"Si es eso lo que piensas, será mejor que me vaya, no necesito más amigos" Harry se dio la vuelta y empezó a andar.
"¡¿Es que sois imbéciles?! No os dais cuenta de que esto no tiene sentido, de que no podemos volver a enfadarnos
Pero ninguno le hizo caso. Ambos se fueron en direcciones opuestas y Hermione se quedó un poco allí, mientras una lagrima caía por su mejilla. Esa noche se iría sóla, no tenái ganas de hablar con Ron.
¿Y bien? Sé que es difícil pensar que después de reconciliarse vuelvan a enfadarse, pero bueno. Al fin y al cabo, no podían volver a ser amigos sin más, sin que pase algo interesante. En fin, les espero en el próximo capítulo (espero no tardar tanto) Y una cosa más...-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW-REVIEW REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW-REVIEW REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW-REVIEW REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW-REVIEW- REVIEW- REVIEW!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
