Hola!!! Sé que he tardado mucho, pero es que este capítulo es tremendamente
largo. El más largo de todos. Pero es que también es el último. Así que lo
de siempre, ¡que les guste y disfrútenlo!
CAPÍTULO 8: CUANDO LA AMISTAD TRIUNFA
El radio-despertador sonó a las nueve en punto, despertando a Ron y a Hermione. Ésta había conseguido que su novio durmiera quedándose con él hasta que lo consiguió. Ese día iba a jugarse el partido y no debía estar cansado.
Cuando abrió los ojos algo le revolvió el estómago. La próxima vez que durmiera ya sabría quién habría ganado. Esto le preocupaba demasiado, pocas veces había estado tan nervioso.
Se levantó y, mientras Hermione se duchaba, empezó a repasar lo que iba a hacer a partir de ese momento. A las dos de la tarde tenía que estar en el campo de los Chudley Cannons, para empezar a entrenar. No trabajarían demasiado duro, para poder estar frescos antes del partido.
Además, iban a tener una sesión de relajación antes del partido, para salir al campo mejor preparados.
El equipo de los Chudley Cannons había gastado mucho dinero en ello, ya que hacía innumerables años que no llegaban a la final. Sus fans estaban como locos, y el color naranja del equipo relucía por la calle. Y Ron se había convertido ya en un símbolo, a pesar de tan sólo llevar una temporada en el equipo.
Y, por fin, a las siete y media empezaría el partido. Iba a disputarse en un campo neutral, dónde se celebran todos los finales de liga. Se encontraba perdido en un bosque de Londres, al que no podían acceder los muggles por varios hechizos.
Se había pensado en que se disputase en El Campo Dorado, ya que el partido no sólo era importante por el quiddicht, sino también por los jugadores Harry Potter y Ronald Weasley. Pero se había decidido que tan sólo debía ser un partido de quiddicht, y no un acontecimiento rosa.
A las siete debían estar los dos equipos en los vestuarios para repasar las tácticas, y media hora después estarían saliendo al campo en sus escobas.
Las escobas que iba a utilizar el equipo de Ron también eran nuevas, y muy caras. Eran unas Caballo Loco, que habían salido a la venta hacía poco. Se decía que tenían una comodidad nunca vista antes. Y según el entrenador y la directiva del equipo, si los jugadores iban cómodos lo harían mejor.
Pero los Falmouth Flacons tampoco se quedaban atrás. Es cierto que para ellos era distinto, ya que no era la primera vez que llegaban a la final en poco tiempo. En los últimos diez años lo habían conseguido seis veces, de las cuales cuatro se llevaron el título.
Pero aún así querían ganar pasase lo que pasase por varias razones. Si perdían con los Chudley Cannons quedarían bastante mal, ya que éstos eran considerados muy inferiores. Además de esto, los compañeros de Harry se solidarizaban con él, que quería ganar a Ron a toda costa.
Harry, a diferencia de Ron, apenas estaba nervioso. Consideraba seguro que su equipo les ganaría, ya que pensaba que eran bastante superiores.
Aún así, un atisbo de desconfianza estaba en él, y le hacía pensar que era posible que perdieran.
La agenda de Harry era parecida a la de Ron, entrenaría, comería y volverían a entrenar. El entrenador de los Falmouth Falcons consideraba que la mejor manera de perder los nervios era jugando. Esa técnica le había servido los cuatro años que habían conseguido el título con él.
La diferencia es que el equipo de Harry tendría una sesión de tácticas. Siempre la hacían antes del partido, todos los jugadores juntos se sentaban en una mesa redonda y durante más de una hora y media discutían sobre cómo actuar. Lo hacían sin el entrenador, para luego, en la media hora antes del partido, contárselo. Hacían la reunión siempre el mismo día del partido, ya que sostenían que hasta el último momento se te pueden ocurrir buenas ideas.
Y después de la reunión de tácticas de los jugadores, éstos tendrían un rato libre para ir a hablar con familiares o amigos, jugar a algo, leer, o simplemente esperar a que llegara la hora. Luego a los vestuarios a repasar y por fin, a jugar.
Hermione terminó de ducharse y cuando salió rompió los pensamientos de Ron sobre el "plan" del día. Pensaban estar juntos hasta que Ron tuviera que irse a entrenar, entonces ella se iría con Ginny.
La verdad es que cuando a Hermione se le ocurrió que Harry y Ginny se encontraran de nuevo, tenía más de una cosa en la cabeza.
Es cierto que quería que se volvieran a ver, ya que sabía que alegraría a ambos. Pero también esperaba que el hecho de que Ginny fuera la hermana de Ron haría a Harry plantearse todo de nuevo.
Pero no parecía haber dado resultado. Cada vez que Ginny intentaba sacar el tema, Harry lo esquivaba, y con Hermione hacía lo mismo. Ambas sabían de sobra que intentar hacer razonar a Ron era más difícil, así que ni lo intentaban.
Además, las dos pensaban que era Ron quién tenía razón. Si es cierto que Ron había tenido envidia de Harry aquella tarde (y muchas más veces), provocando parte del problema, pero también es cierto que Harry le provocó. Éste se había comportado con bordería y prepotencia, y encima había hecho entender a Ron que era superior, aún sabiendo lo que Ron sentía respecto a la fama de su amigo. Ron sólo había reaccionado como lo haría cualquiera en su situación y con su forma de ser.
El caso es que Hermione se vería con Ginny. Querían discutir de lo que tantas veces hablaban, de cómo reconciliar a esos dos chicos. Pero esta vez era distinta. Ya casi habían perdido la esperanza. Era muy difícil que pudieran volver a ser amigos después del partido.
"¿Nos vamos?" ahora había sido Ron quién había sacado a Hermione de sus pensamientos. Iban a dar una vuelta hasta las dos, irían al parque y simplemente se sentarían juntos, olvidándose de todo un rato.
**********************
"No llego, no llego a tiempo" pensaba Draco Malfoy, mirando un reloj muggle de pulsera. Estaba caminando, casi corriendo, por unas calles de una ciudad muggle, dónde vivía su amiga Hermione. Nada más irse del colegio, hacía apenas un día, había llamado a los padres de la chica para preguntarle dónde se encontraba. Éstos le habían dado una dirección, a la que ahora corría como un loco.
Todavía faltaban unas horas para el partido, pero era poco tiempo para todo lo que quería hacer.
Primero hablaría con su vieja amiga para que esta le llevara a Harry. Tenía que hablar con él, y localizar su dirección no era tan fácil como la de Hermione.
Después de eso todavía tendría que ir con Harry a ver a Ron, pero no estaba muy convencido de que el moreno fuera a querer.
Pero si todo salía bien, al estar todos juntos, puede que algo les hiciera pensar. Si se reconciliaban antes del partido, habría esperanzas. Después ya sería imposible.
Por fin llegó a la puerta de la casa. Llamó un rato, hasta que alguien le abrió la puerta. Pero no era quién él esperaba. Una chica de pelo rubio largo, alborotado y con ojeras le miraba intentando saber quién era.
"Hola, ¿está Hermione por aquí?" preguntó Draco, nervioso por la hora y por ver a su amiga. "¿Hermione? Mucha fé tienes tú. Lleva días sin pasar por casa, ¿no serás tu el tal Ron con el que no para quieta?" la chica tenía una expresión cómica e intrigada, parecía con ganas de conocer al Weasley. "No, yo soy otro chico, ¿pero no me puede decir dónde puede estar?" "Ni idea" "¡¡¡Mierda, mierda, mierda!!!" Draco estaba lleno de ira, eso era lo peor que podía pasarle en estos momentos "Bueno, adiós" y con esto se alejó, dejando a la chica sin saber qué decir.
**********************
Eran ya las tres y media de la tarde. Harry se había despedido de Ginny a las tres, y ésta ahora esperaba para encontrarse con su amiga Hermione.
Cuando la vio se levantó del banco en el que estaba sentada y se acercó. Se saludaron con un movimiento de cabeza, ninguna de las dos estaba muy contenta con lo que iba a ocurrir.
Se dirigieron a dar una vuelta, y estuvieron charlando. El tema estaba hablado ya mucho, pero aún así, dadas las circunstancias, seguía siendo interesante.
"Pero después de todo, nos queda lo que hablamos el otro día. Si tu llegas a liarte con Harry, Ron tendría que aceptar verle a menudo, ¿no?" Hermione lo decía con poca convicción, mirando el reloj. Cada vez faltaba menos. "No Hermione, no. Él nunca ha sentido nada por mi, y eso no va a cambiar. Y aunque pudiera pasar algo, Harry es demasiado orgulloso. Estaríamos juntos, pero nunca serían amigos de nuevo. Incluso Ron se lo tomaría a peor y las cosas empeorarían" Ginny terminó la frase mirando al suelo, pero había algo que todavía no había preguntado y necesitaba saber.
"Hermione, una cosa, respecto al otro tema, ¿te has decidido ya?" su amiga la miró entendiendo perfectamente lo que la preguntaban. "Si, ya he tomado una decisión, aunque se que será duro, es lo mejor que puedo hacer" Ginny la miró y sonrió. Se alegraba por su amiga, y al menos pasaba algo bueno ese día.
**********************
"¡¡¡Magos y Brujas, por fin ha llegado el final de temporada, y con él el partido más esperado!!!"
La voz ampliada mágicamente del comentarista del partido empezaba a oírse en el campo. Eran las siete y veinticinco, en unos minutos se disputaría la gran final. Dos chicas, una pelirroja y otra castaña estaban sentadas juntas, nerviosas, sin tener muy claro lo que iba a pasar.
Por otro lado, un chico de pelo alborotado terminaba de calentar y repasar en los vestuarios. En su cabeza sólo aparecían imágenes del colegio, de cuando ganaba junto a su amigo Ron, al que tendría que enfrentarse ahora. Estaba seguro de ganar, y eso le hacía sentirse muy bien, pero al mismo tiempo egoísta y, sobre todo, mal amigo.
Y en el otro lado del campo, también en unos vestuarios, un chaval de pelo rojo miraba su estupenda escoba, esperando que le fuera a ayudar a no quedar como un estúpido en el campo. En cierto modo le importaba más no quedar por debajo de Harry que ganar la liga.
Mientras, no muy lejos de allí, otro chico, esta vez rubio, corría tanto como podía. Estaba agotado, llevaba caminando y corriendo todo el día. Había buscado a sus amigos por todos los lugares dónde creía que podían estar, había ido a casa de Ron, de los tíos de Harry, de los padres de Hermione y a la Madriguera. Además de haber pasado por la tienda de bromas de Fred y George y haberse recorrido el callejón Diagón y un par de pueblos brujos de arriba abajo. Y por fin se encontraba en el bosque dónde estaba el campo de los finales de liga.
Draco Malfoy miró su reloj. Ya estaba al lado del campo, pero ya era tarde. El partido estaba empezando.
"¡Los jugadores de los Chudley Cannons ya salen al campo! ¡¡¡Medelson, Carter, Parkinson, Err, Skar, Johan y la estrella del equipo...Weasley!!!" con cada nombre, los jugadores salían al campo en sus escobas.
Ron estaba realmente emocionado y nervioso. Eso de "la estrella del equipo" le había puesto aún más nervioso. ¿Y si perdían porque él lo hacía mal? Sabía que los fans de su equipo le querían, pero también podrían odiarle por perder, por crearles ilusiones falsas. A esto había que sumarle que era la primera vez que disputaba un final de liga, y que quería ganar a Harry. Estas tres cosas sumadas le hacían estar como un flan.
Ron se paró junto a su equipo, esperando a que salieran los rivales.
"¡¡¡Y aquí están los jugadores de los Falmouth Falcons: Johansosn, Smith, Potter, Kae, Folly, Ojers y Xun!!!" Los vítores de los fans de este equipo no tenían nada que envidiar a los de los Chudley Canons.
Se alinearon frente a los del equipo de Ron. La gente les gritaba como locos, esperando que el partido empezase. El árbitro subió con su escoba hacía donde se encontraban los jugadores y lanzó las pelotas, dando inicio al partido.
"¡Y comienza el partido!" las palabras del comentarista hicieron a todos los jugadores moverse. Pero un segundo antes de que se moviera ninguno, dos jugadores, uno pelirrojo y otro moreno se miraron. En sus miradas había una mezcla de odio y competitividad, pero también de perdón. Sin darse cuenta también se pedían perdón uno a otro por haber llegado hasta ese punto.
"¡¡Folly coge la pelota, se la pasa a Ojers... pero éste recibe una bludger de Medelson y... no se cae!! ¡¡¡pero la pelota queda en manos de Johan, la acerca a los aros y... se la pasa a Weasley, que anota el primer tanto del partido!!!" (n/a: imagínense a un comentarista de futbol emocionado)
Las voces que produjo ese primer tanto de Ron, fueron estrepitosas, aunque no menos que las que produjeron los siguientes tantos de Ojers, Xun, Folly, Johan, Skar y del propio Ron. A los diez minutos del comienzo los marcadores enseñaban 150-120, a favor de los Chudley Cannons.
Mientras, Draco había llegado a tiempo para ver el tanto número 13 de los Falmouth Falcons. Había tenido problemas para entrar al campo, ya que no tenía entrada. Sintiéndolo, había tenido que dormir al guarda con un hechizo, y luego bloquear los sistemas de acceso.
Y ya, por fin, se encontraba en las gradas viendo como se disputaba el partido que nunca debía de haber empezado. Intentó encontrar con la mirada a alguien conocido, pero había demasiada gente, era casi imposible.
"¡¡¡Err no atrapa la quaffle mandada por Xun, y otro punto para los Falcons!!! Ya son 220 los puntos de este equipo, frente a los 200 del contrario. Este marcador no hace más que cambiar"
"¡Mierda!" exclamó Hermione con el último tanto. "Tranquila, todavía no hay nada dicho" "Ya lo sé Gin, pero..." Hermione no pudo terminar la frase, ya que el comentarista acababa de gritar el nuevo punto de los Chudley Cannons, marcado por Ron.
"Tengo que hacer algo para parar el partido, joder" susurraba Draco, todavía de pie, mientras pensaba qué tenía que hacer. Necesitaba hablar con Harry o con Ron para hacerles entrar en razón. Y tenía que ser antes de que nadie atrapara la snitch.
"¡¡Esa bludger va como loca, pero Johan la esquiva y anota otro tanto!! ... ¡¡ahora la tiene Ojers, que se la pasa a Folly, este intenta marcar y... Err la para, se la pasa a Weasley, y... otra quaffle dentro para los Chudley Cannons!! ¡Ya son 330 para este equipo!"
"El equipo de Harry lleva 290" recordó Ginny a Hermione "Ya, pero tampoco me alegra. No estoy segura de que quiera que ganen ninguno de los dos"
"¡¡Y no nos olvidemos de los Buscadores!!" gritó el comentarista "¡¡Parece que Potter y Parkinson están teniendo problemas para encontrar la pequeña pelotita dorada!! ¡¡Esperemos que todavía tarden mucho más y podamos seguir viendo un partido de tanta calidad!!"
"Esperemos" pensó Draco. Ya llevaban más de una hora de partido, y sabía que en cualquier momento o Parkinson o Harry podrían atrapar la snitch. Tenía que actuar rápido. Y lo único que se le ocurría era ilegal y peligroso, pero no había otra alternativa.
"¡¡Johan lleva la quaffle, va a marcar y...!! ¿Qué narices es eso? ¡¡Alguien de las gradas le ha mandado un Mersus, el hechizo mareante!! ¡¡Johan empieza a tambalearse, parece que se va a caer!!"
Draco salió corriendo hacía la zona de las gradas más cercana a dónde estaban los jugadores, mientras guardaba su varita. No tenía mucho tiempo, sabía que lo iban a ir a detener en pocos minutos.
Dos guardias volaron en sus escobas hasta donde se encontraba Johan y le recogieron antes de que se cayera.
"¡¡Parece que no se ha caído, pero el partido se parará hasta que se recupere!!"
"¡¡¡Harry!!! ¡¡¡Harry!!!" Harry escuchó que lo llamaban, se dio la vuelta y vio a un chico rubio agitando la mano en las gradas. Lo reconoció, era Draco Malfoy, su viejo enemigo-amigo.
"¿Qué haces aquí?" preguntó Harry al acercarse. Debía tener cuidado, los fans allí presentes intentaban acercarse al jugador y tocarle.
"¡Harry, escúchame, ¿no has pensado en que...?!" "¡No te oigo Draco, habla más alto!" Había demasiada gente allí gritando como para oírse. "¡¡¿Que si no has pensado en que...?!!" "¡Espera!" gritó Harry acercándose e indicándole a Draco que se subiera a la escoba. Se subió y Harry empezó a descender, hasta llegar al suelo. Él no podía bajarse, así que dejó a Draco en el suelo y el se quedó montado a baja altura para poder hablar.
"No me lo puedo creer" pensaba Ron observando la escena desde lejos.
"¿Qué pasa Draco?" preguntó Harry. "Tenía que hablar contigo, por eso he parado el partido" "¡¿Qué tu qué?!" gritó Harry totalmente extrañado de lo que oía "Sé que está mal, pero tenía que preguntarte una cosa" "No creo que sea tan importante como para dejar así a un jugador" "Sí lo es. ¿Es que no se te ha ocurrido pensar que una vez disputado este partido, no podrás volver a ser amigo de Ron?" por fin pudo preguntar Draco.
Harry bajó la cabeza, claro que lo había pensado.
"Si, ya lo sé, pero ya no hay nada qué hacer" dijo Harry sin levantar la cabeza. "Siempre se puede hacer algo. Piensa qué es más importante para ti, si otro título, o una buena amistad"
Cuando terminó la frase se dio cuenta de que se oían pasos detrás de él. Antes de que pudiera mirar, alguien le agarró por la espalda. Los guardias ya le habían cogido, no se resistiría. Sabía que no le pasaría nada malo, tenía demasiadas buenas referencias. Lo peor que le podía pasar era que le echaran de Hogwarts, daría mala fama al colegio un profesor que usa hechizos de ese tipo en un partido de quidditch. Pero prefería no pensar en ello ahora. Prefería pensar en si habría conseguido algo.
"Ahora que ya han atrapado a la persona que lanzó el Mersus, todos nos preguntamos qué hacía Potter hablando con él"
"Era Malfoy, ¿no?" preguntó Ginny. "Sí, era Malfoy, pero es muy raro que haya venido aquí en medio del partido" las dos habían estado mirando la escena extrañadas, sin decir nada, intentando saber quién era el chico misterioso. Y ambas lo habían reconocido a la primera.
"¡¡Me informan de que Johan ya está bien, así que el partido continuará ahora mismo!!" La gente estalló en voces de alegría al saber que podrían seguir viendo el partido esa misma tarde.
"¡¡Y el partido comienza de nuevo donde se quedó antes!! ¡¡La quaffle la lleva Johan, se la pasa a Weasley y éste a Skar, que intenta marcar... pero Kae detiene la quaffle!!"
Mientras seguían marcando tantos, Harry no paraba de pensar en lo que había hablado con Draco. Según él, siempre se podía hacer algo. ¿Pero qué iba a hacer? Ya estaba todo perdido, no había vuelta atrás.
Justo es ese momento, algo pasó volando a gran velocidad delante de él. Había visto la snitch en el momento que estaba menos concentrado.
Inconscientemente, Harry salió a toda velocidad detrás de ella.
"¡¡¡Atención todos y todas: parece que Potter ha visto la snitch!!! ¡¡Este puede ser el final del partido!!"
Para cuando el comentarista había dicho esto, Parkinson ya iba detrás de Harry todo lo rápido que podía. Pero Harry era más rápido, atraparía la pelotita dorada en pocos segundos.
"Vamos a ganar el partido... y voy a perder a Ron para siempre" pensaba Harry. Entonces lo entendió. Entendió lo que quería decir Draco, qué era lo que debía hacer. Sin pensarlo, se paró en seco y descendió un poco, dejándole a Parkinson el camino libre para atrapar la snitch.
"¡¡¿Pero qué hace Potter?!! ¡¡Se ha parado!! ¡¡Tal vez sea una nueva jugada, parecida al Amago de Wronski!! ¡¡Pero... sí!! ¡¡¡Brujos y Brujas, el partido ha acabado!!! ¡¡¡Parkinson ha atrapado la snitch!!! ¡¡El resultado es de 340-510 a favor de los Chudley Cannons!! ¡¡¡Los Chudley Cannons ganan la liga, después de tanto tiempo!!!""
La gente tardó en reaccionar. No sabían qué había pasado. Pero en unos segundos, los fans de los Chudley Cannons estallaron en vítores. Y los de los Falmouth Falcons empezaron a gritar que algo le había pasado a Harry, y que había que reanudar el partido desde el momento en que vio la snitch.
Pero a Harry no le había pasado nada. Al menos nada malo. A tan sólo un segundo de atrapar la pelota alada se había dado cuenta de que prefería perder un partido antes que su amigo. Su mejor amigo.
Ron, por su parte, estaba todavía en el aire, mirando a Harry. Sabía lo que había pasado. Pero aún así no era capaz de reaccionar. No sabía qué tenía qué hacer a continuación. Sólo sabía que antes de festejar el título tendría a Harry de nuevo como amigo.
Así, descendió al suelo, donde Harry estaba siendo interrogado por sus compañeros de equipo. Éstos le estaban pidiendo explicaciones a su actuación. Harry se limitaba a decir que lo sentía, con la cabeza baja. Por eso, cuando llegó Ron, no le vio.
"No tenías que haber hecho eso" se limitó a decir el pelirrojo, con lo que Harry levantó la mirada. "¿Tenía otra opción? Yo lo estropeé y yo lo he arreglado" dijo Harry con una media sonrisa.
"¿Así que lo has hecho aposta?" gritó Johanson, poniéndose rojo de furia, al igual que sus compañeros.
"Pues..." empezó a decir Harry, pero no pudo terminar porque Johanson y Folly se habían tirado sobre él y estaban descargando su furia a base de puñetazos.
"¡¡Eh, no le hagas eso a mi amigo!!" gritó Ron, tirándose él también a defender a Harry.
"¿Piensas lo mismo que yo?" preguntó en las gradas Hermione a Ginny. Ésta la miró y asintió.
En un segundo se habían aparecido abajo. Las dos chicas, Harry, Ron y Draco (que había tomado ejemplo de Ginny y Hermione) estaban pegándose con seis jugadores de quiddicht muy enfadados. Todos los espectadores observaban la situación atónitos. Esa escena era poco corriente en un campo de quiddicht.
Se estaba disputando una pelea campal que sería recodada durante mucho tiempo. Harry, Ginny, Hermione, Ron y Draco debían estar pasándolo mal por los golpes recibidos. Pero eso no importaba.
Todos sabían que cuando acabara esa disputa, todos podrían volver a casa como amigos. Como buenos amigos.
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"Pero, ¿está segura?" preguntaba Draco incrédulo, señalando el video de Hermione. "Que sí, no hay nada de magia, todo electricidad"
Se encontraban en la casa de Hermione todos juntos. Al día siguiente Draco tendría que volver a Hogwarts. Al final, y conociendo las razones, no le habían echado de su trabajo como profesor.
El incidente del partido había ocurrido dos días atrás. Había salido en todos los periódicos. Los titulares iban desde "El final de liga más espectacular nunca visto" a "Voldemort fue vencido por unos locos del quiddicht" o incluso "Potter majara"
La verdad es que no se habían molestado en leer ningún ejemplar. Todos decían lo mismo. Que Harry se había comportado locamente, que Ron había jugado con deportividad hasta que se puso a luchar contra el equipo contrario (a pesar de haber ganado), que Hermione era, además de gran bruja, gran luchadora, que el respetado profesor de Pociones de Hogwarts podría serlo también de duelo, y que la pequeña Weasley debía estar influenciada por esas especies que descubría tan salvajes.
Pero aún así, a pesar de todo lo que podían decir de ellos, siempre se les perdonaba. El mundo mágico jamás podría enfadarse con quién les libro del Señor Tenebroso.
Harry y Ron no habían hablado mucho del tema de la pelea después del partido. No valía la pena pedir perdón, los dos sabían que el otro sentía lo que hubiera hecho. Simplemente se habían abrazo y habían vuelto a ser los mejores amigos.
Ahora los dos estaban tumbados en el sofá, junto a Ginny, la cual no paraba de tontear con Harry.
Todos parecían estar bastante contentos, pero a Hermione algo le preocupaba. Todavía no le había dicho a Ron su decisión. Tenía miedo, aunque Ginny la había dicho que no pasaría nada, que se lo tomaría bien.
Lo tenía que decir ya, cogió a Ron de la mano, lo levantó del sofá y le dijo que se fuera a la cocina con ella. Ron se levantó y cogió a Hermione por la espalda. Ambos se encaminaron a la cocina.
"¡A ver que vais a hacer!" gritó Harry "¡Si, no hagan mucho ruido!" esta vez fue Draco
"Lo intentaremos" dijo con mofa el pelirrojo
"Ron, no se si esto te va hacer mucha gracia, pero ya es hora de que lo sepas" dijo Hermione ya en la cocina "¿Pasa algo malo?" "He decidido aceptar un trabajo en El Profeta y..." "¡Pero si eso es genial!" medio gritó Ron con una sonrisa en la cara.
Hermione le miró con mala cara, no la había dejado terminar, y eso no la gustaba.
"Perdón, sigue" dijo Ron "..Y también he aceptado otro trabajo" "Herm, todos te conocemos, pero...¿no será mucho dostrabajos?" "No, realmente en El Profeta sólo escribiré una columna diaria. Y de psicóloga tampoco se me irá todo el día"
La cara de Ron se tornó extraña, de sorpresa. Sin darse cuenta Hermione había desvelado su otro trabajo.
"Ron... Ron, yo... no te enfades por favor"
Pero en contra de todo lo que podía esperar, Ron sonrió igual que antes.
"¿Por qué iba a enfadarme? Hace mucho que entendí que esa profesión es tan respetable como una bruja. Además, si un día me vuelvo loco, tu me curarás, ¿no?"
Hermione sólo abrazó a Ron. Éste había dicho las palabras justas para quitarle todas las preocupaciones.
"¡He, venid!" era la voz de Harry desde el salón. Se separaron de su abrazo y se dirigieron dónde estaban los demás. Ginny y Draco acariciaban una lechuza, y Harry tenía una carta en la mano.
"Acaba de llegar y me ha dejado esto" dijo Harry zarandeando un sobre escrito con tinta naranja brillante.
"Yo conozco a esa lechuza, es la vieja Marti, la lechuza de mi equipo. Esperad" y con esto Ron se metió en la cocina saliendo después con un poco de jamón. "No se irá hasta que la demos un poco de comida"
Ron le dio el jamón, la lechuza Marti se lo comió y salió volando por la ventana.
"La primera vez que vino a mi casa estuvo dos horas, no sabía qué quería. Pero bueno, abre la carta"
Harry le obedeció, la abrió y la empezó a leer. La expresión de su rostro pasó de la sorpresa inicial a la alegría total.
"¿Qué pasa Harry?" preguntó Draco
"¡¡Quieren que me una al equipo!!"
"¿En serio? ¡¡¡Felicidades!!!" Ginny se tiró sobre él, acto que fue imitado por todos los demás.
Harry había sido expulsado de los Falmouth Falcons por lo que había hecho. Y después de eso, ningún equipo parecía quererlo. Todos temían que en un partido contra los Chudley Cannons hiciera de nuevo algo para favorecerles. No entendían que lo de aquella tarde había sido una excepción justificada.
Pero había un equipo que no podía tener ningún miedo. En los Chudley Cannons estaría con su amigo Ron y nadie dudaba que eso sería muy difícil de vencer.
Esa noche durmieron todos en el salón de Hermione, unos encima de otros. Todos abrazados a todos. La próxima vez que estuvieran así, todos juntos, estaba lejos. Pero no iban a dejar que las distancias les separaran otra vez.
Y no les separaron.
Los siguientes años fueron geniales para todos.
Los Chudley Cannons vivieron su mejor época, ya no sólo por los jugadores. Gracias a Ron y Harry, el ambiente del equipo era estupendo. Todos eran grandes amigos, lo que ayudaba mucho más de lo que ciertos equipos podían imaginar.
Draco siguió dando clase en Hogwarts. Y es allí donde encontró el amor. Una profesora, descendiente de Dumbledores, y Griffindor de siempre, se enamoró del profesor de Pociones. Y él de ella. Tal vez esta unión hizo que las dos casas rivales, Slytherin y Griffindor, se empezaran a llevar mejor, aunque siempre habría competitividad entre ellos.
Ron y Hermione nunca llegaron a casarse. Ninguno lo necesitaba. Tuvieron dos hijos muy pelirrojos llamados Karen y Marc. Ambos fueron grandes jugadores de quiddicht en el colegio, pero nunca olvidaron sus raíces muggles. Con el tiempo Hermione también se hizo famosa en el mundo no mágico, por sus investigaciones sobre el comportamiento humano. Y también seguía siendo famosa en el mundo brujo, donde había publicado varios libros sobre distintos temas. Y Ron no se quedaba atrás. Las túnicas con su nombre abundaban en las calles. Era una figura internacional, y el icono de miles de adolescentes.
Y por último, Harry y Ginny también habían acabado juntos. Cuando lo anunciaron nadie se sorprendió, para todos era muy evidente, lo cual molestó un poco a la pareja. Ginny descubrió cientos de especies a lo largo de su vida. También escribió sobre muchas de ellas. Y aunque la población no la conociera mucho, entre los investigadores el apellido Weasley llevaba siempre delante el nombre de Ginny. Y sobre Harry, su vida fue parecida a la de Ron. Ambos siguieron en los Chudley Cannons hasta el día en que se jubilaron. La diferencia es que Harry había descubierto por fin lo que era tener una familia. Ya no solo Ginny y su hijo Jonh, sino también sus amigos.
Porque desde aquel partido habían estado siempre juntos, como una gran familia.
De nuevo juntos.
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¡Hola de nuevo! ¿o debería decir adiós? No, mejor que no, porque pienso volver a escribir más fics.
Bueno, ¿qué les pareció el final? Lo sé, todo acaba estupendo para todos. Pero no podía acabar de otra forma.
Y ahora que está completo, se lo dedico a todos los que lo han leído, les haya gustado o no, a los que me han dejado un review (¡gracias!), a todos los fans de HP, a J.K. Rowling, que por fin se decidió a terminar el quinto libro, y por supuesto, a toda la gente que quiero. A todos un beso.
Y ya saben, ahora que está acabado, podrían dejarme un review de lo que piensan de toda la historia. Anda porfa...
¡¡HASTA LUEGO!! Kaly
CAPÍTULO 8: CUANDO LA AMISTAD TRIUNFA
El radio-despertador sonó a las nueve en punto, despertando a Ron y a Hermione. Ésta había conseguido que su novio durmiera quedándose con él hasta que lo consiguió. Ese día iba a jugarse el partido y no debía estar cansado.
Cuando abrió los ojos algo le revolvió el estómago. La próxima vez que durmiera ya sabría quién habría ganado. Esto le preocupaba demasiado, pocas veces había estado tan nervioso.
Se levantó y, mientras Hermione se duchaba, empezó a repasar lo que iba a hacer a partir de ese momento. A las dos de la tarde tenía que estar en el campo de los Chudley Cannons, para empezar a entrenar. No trabajarían demasiado duro, para poder estar frescos antes del partido.
Además, iban a tener una sesión de relajación antes del partido, para salir al campo mejor preparados.
El equipo de los Chudley Cannons había gastado mucho dinero en ello, ya que hacía innumerables años que no llegaban a la final. Sus fans estaban como locos, y el color naranja del equipo relucía por la calle. Y Ron se había convertido ya en un símbolo, a pesar de tan sólo llevar una temporada en el equipo.
Y, por fin, a las siete y media empezaría el partido. Iba a disputarse en un campo neutral, dónde se celebran todos los finales de liga. Se encontraba perdido en un bosque de Londres, al que no podían acceder los muggles por varios hechizos.
Se había pensado en que se disputase en El Campo Dorado, ya que el partido no sólo era importante por el quiddicht, sino también por los jugadores Harry Potter y Ronald Weasley. Pero se había decidido que tan sólo debía ser un partido de quiddicht, y no un acontecimiento rosa.
A las siete debían estar los dos equipos en los vestuarios para repasar las tácticas, y media hora después estarían saliendo al campo en sus escobas.
Las escobas que iba a utilizar el equipo de Ron también eran nuevas, y muy caras. Eran unas Caballo Loco, que habían salido a la venta hacía poco. Se decía que tenían una comodidad nunca vista antes. Y según el entrenador y la directiva del equipo, si los jugadores iban cómodos lo harían mejor.
Pero los Falmouth Flacons tampoco se quedaban atrás. Es cierto que para ellos era distinto, ya que no era la primera vez que llegaban a la final en poco tiempo. En los últimos diez años lo habían conseguido seis veces, de las cuales cuatro se llevaron el título.
Pero aún así querían ganar pasase lo que pasase por varias razones. Si perdían con los Chudley Cannons quedarían bastante mal, ya que éstos eran considerados muy inferiores. Además de esto, los compañeros de Harry se solidarizaban con él, que quería ganar a Ron a toda costa.
Harry, a diferencia de Ron, apenas estaba nervioso. Consideraba seguro que su equipo les ganaría, ya que pensaba que eran bastante superiores.
Aún así, un atisbo de desconfianza estaba en él, y le hacía pensar que era posible que perdieran.
La agenda de Harry era parecida a la de Ron, entrenaría, comería y volverían a entrenar. El entrenador de los Falmouth Falcons consideraba que la mejor manera de perder los nervios era jugando. Esa técnica le había servido los cuatro años que habían conseguido el título con él.
La diferencia es que el equipo de Harry tendría una sesión de tácticas. Siempre la hacían antes del partido, todos los jugadores juntos se sentaban en una mesa redonda y durante más de una hora y media discutían sobre cómo actuar. Lo hacían sin el entrenador, para luego, en la media hora antes del partido, contárselo. Hacían la reunión siempre el mismo día del partido, ya que sostenían que hasta el último momento se te pueden ocurrir buenas ideas.
Y después de la reunión de tácticas de los jugadores, éstos tendrían un rato libre para ir a hablar con familiares o amigos, jugar a algo, leer, o simplemente esperar a que llegara la hora. Luego a los vestuarios a repasar y por fin, a jugar.
Hermione terminó de ducharse y cuando salió rompió los pensamientos de Ron sobre el "plan" del día. Pensaban estar juntos hasta que Ron tuviera que irse a entrenar, entonces ella se iría con Ginny.
La verdad es que cuando a Hermione se le ocurrió que Harry y Ginny se encontraran de nuevo, tenía más de una cosa en la cabeza.
Es cierto que quería que se volvieran a ver, ya que sabía que alegraría a ambos. Pero también esperaba que el hecho de que Ginny fuera la hermana de Ron haría a Harry plantearse todo de nuevo.
Pero no parecía haber dado resultado. Cada vez que Ginny intentaba sacar el tema, Harry lo esquivaba, y con Hermione hacía lo mismo. Ambas sabían de sobra que intentar hacer razonar a Ron era más difícil, así que ni lo intentaban.
Además, las dos pensaban que era Ron quién tenía razón. Si es cierto que Ron había tenido envidia de Harry aquella tarde (y muchas más veces), provocando parte del problema, pero también es cierto que Harry le provocó. Éste se había comportado con bordería y prepotencia, y encima había hecho entender a Ron que era superior, aún sabiendo lo que Ron sentía respecto a la fama de su amigo. Ron sólo había reaccionado como lo haría cualquiera en su situación y con su forma de ser.
El caso es que Hermione se vería con Ginny. Querían discutir de lo que tantas veces hablaban, de cómo reconciliar a esos dos chicos. Pero esta vez era distinta. Ya casi habían perdido la esperanza. Era muy difícil que pudieran volver a ser amigos después del partido.
"¿Nos vamos?" ahora había sido Ron quién había sacado a Hermione de sus pensamientos. Iban a dar una vuelta hasta las dos, irían al parque y simplemente se sentarían juntos, olvidándose de todo un rato.
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"No llego, no llego a tiempo" pensaba Draco Malfoy, mirando un reloj muggle de pulsera. Estaba caminando, casi corriendo, por unas calles de una ciudad muggle, dónde vivía su amiga Hermione. Nada más irse del colegio, hacía apenas un día, había llamado a los padres de la chica para preguntarle dónde se encontraba. Éstos le habían dado una dirección, a la que ahora corría como un loco.
Todavía faltaban unas horas para el partido, pero era poco tiempo para todo lo que quería hacer.
Primero hablaría con su vieja amiga para que esta le llevara a Harry. Tenía que hablar con él, y localizar su dirección no era tan fácil como la de Hermione.
Después de eso todavía tendría que ir con Harry a ver a Ron, pero no estaba muy convencido de que el moreno fuera a querer.
Pero si todo salía bien, al estar todos juntos, puede que algo les hiciera pensar. Si se reconciliaban antes del partido, habría esperanzas. Después ya sería imposible.
Por fin llegó a la puerta de la casa. Llamó un rato, hasta que alguien le abrió la puerta. Pero no era quién él esperaba. Una chica de pelo rubio largo, alborotado y con ojeras le miraba intentando saber quién era.
"Hola, ¿está Hermione por aquí?" preguntó Draco, nervioso por la hora y por ver a su amiga. "¿Hermione? Mucha fé tienes tú. Lleva días sin pasar por casa, ¿no serás tu el tal Ron con el que no para quieta?" la chica tenía una expresión cómica e intrigada, parecía con ganas de conocer al Weasley. "No, yo soy otro chico, ¿pero no me puede decir dónde puede estar?" "Ni idea" "¡¡¡Mierda, mierda, mierda!!!" Draco estaba lleno de ira, eso era lo peor que podía pasarle en estos momentos "Bueno, adiós" y con esto se alejó, dejando a la chica sin saber qué decir.
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Eran ya las tres y media de la tarde. Harry se había despedido de Ginny a las tres, y ésta ahora esperaba para encontrarse con su amiga Hermione.
Cuando la vio se levantó del banco en el que estaba sentada y se acercó. Se saludaron con un movimiento de cabeza, ninguna de las dos estaba muy contenta con lo que iba a ocurrir.
Se dirigieron a dar una vuelta, y estuvieron charlando. El tema estaba hablado ya mucho, pero aún así, dadas las circunstancias, seguía siendo interesante.
"Pero después de todo, nos queda lo que hablamos el otro día. Si tu llegas a liarte con Harry, Ron tendría que aceptar verle a menudo, ¿no?" Hermione lo decía con poca convicción, mirando el reloj. Cada vez faltaba menos. "No Hermione, no. Él nunca ha sentido nada por mi, y eso no va a cambiar. Y aunque pudiera pasar algo, Harry es demasiado orgulloso. Estaríamos juntos, pero nunca serían amigos de nuevo. Incluso Ron se lo tomaría a peor y las cosas empeorarían" Ginny terminó la frase mirando al suelo, pero había algo que todavía no había preguntado y necesitaba saber.
"Hermione, una cosa, respecto al otro tema, ¿te has decidido ya?" su amiga la miró entendiendo perfectamente lo que la preguntaban. "Si, ya he tomado una decisión, aunque se que será duro, es lo mejor que puedo hacer" Ginny la miró y sonrió. Se alegraba por su amiga, y al menos pasaba algo bueno ese día.
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"¡¡¡Magos y Brujas, por fin ha llegado el final de temporada, y con él el partido más esperado!!!"
La voz ampliada mágicamente del comentarista del partido empezaba a oírse en el campo. Eran las siete y veinticinco, en unos minutos se disputaría la gran final. Dos chicas, una pelirroja y otra castaña estaban sentadas juntas, nerviosas, sin tener muy claro lo que iba a pasar.
Por otro lado, un chico de pelo alborotado terminaba de calentar y repasar en los vestuarios. En su cabeza sólo aparecían imágenes del colegio, de cuando ganaba junto a su amigo Ron, al que tendría que enfrentarse ahora. Estaba seguro de ganar, y eso le hacía sentirse muy bien, pero al mismo tiempo egoísta y, sobre todo, mal amigo.
Y en el otro lado del campo, también en unos vestuarios, un chaval de pelo rojo miraba su estupenda escoba, esperando que le fuera a ayudar a no quedar como un estúpido en el campo. En cierto modo le importaba más no quedar por debajo de Harry que ganar la liga.
Mientras, no muy lejos de allí, otro chico, esta vez rubio, corría tanto como podía. Estaba agotado, llevaba caminando y corriendo todo el día. Había buscado a sus amigos por todos los lugares dónde creía que podían estar, había ido a casa de Ron, de los tíos de Harry, de los padres de Hermione y a la Madriguera. Además de haber pasado por la tienda de bromas de Fred y George y haberse recorrido el callejón Diagón y un par de pueblos brujos de arriba abajo. Y por fin se encontraba en el bosque dónde estaba el campo de los finales de liga.
Draco Malfoy miró su reloj. Ya estaba al lado del campo, pero ya era tarde. El partido estaba empezando.
"¡Los jugadores de los Chudley Cannons ya salen al campo! ¡¡¡Medelson, Carter, Parkinson, Err, Skar, Johan y la estrella del equipo...Weasley!!!" con cada nombre, los jugadores salían al campo en sus escobas.
Ron estaba realmente emocionado y nervioso. Eso de "la estrella del equipo" le había puesto aún más nervioso. ¿Y si perdían porque él lo hacía mal? Sabía que los fans de su equipo le querían, pero también podrían odiarle por perder, por crearles ilusiones falsas. A esto había que sumarle que era la primera vez que disputaba un final de liga, y que quería ganar a Harry. Estas tres cosas sumadas le hacían estar como un flan.
Ron se paró junto a su equipo, esperando a que salieran los rivales.
"¡¡¡Y aquí están los jugadores de los Falmouth Falcons: Johansosn, Smith, Potter, Kae, Folly, Ojers y Xun!!!" Los vítores de los fans de este equipo no tenían nada que envidiar a los de los Chudley Canons.
Se alinearon frente a los del equipo de Ron. La gente les gritaba como locos, esperando que el partido empezase. El árbitro subió con su escoba hacía donde se encontraban los jugadores y lanzó las pelotas, dando inicio al partido.
"¡Y comienza el partido!" las palabras del comentarista hicieron a todos los jugadores moverse. Pero un segundo antes de que se moviera ninguno, dos jugadores, uno pelirrojo y otro moreno se miraron. En sus miradas había una mezcla de odio y competitividad, pero también de perdón. Sin darse cuenta también se pedían perdón uno a otro por haber llegado hasta ese punto.
"¡¡Folly coge la pelota, se la pasa a Ojers... pero éste recibe una bludger de Medelson y... no se cae!! ¡¡¡pero la pelota queda en manos de Johan, la acerca a los aros y... se la pasa a Weasley, que anota el primer tanto del partido!!!" (n/a: imagínense a un comentarista de futbol emocionado)
Las voces que produjo ese primer tanto de Ron, fueron estrepitosas, aunque no menos que las que produjeron los siguientes tantos de Ojers, Xun, Folly, Johan, Skar y del propio Ron. A los diez minutos del comienzo los marcadores enseñaban 150-120, a favor de los Chudley Cannons.
Mientras, Draco había llegado a tiempo para ver el tanto número 13 de los Falmouth Falcons. Había tenido problemas para entrar al campo, ya que no tenía entrada. Sintiéndolo, había tenido que dormir al guarda con un hechizo, y luego bloquear los sistemas de acceso.
Y ya, por fin, se encontraba en las gradas viendo como se disputaba el partido que nunca debía de haber empezado. Intentó encontrar con la mirada a alguien conocido, pero había demasiada gente, era casi imposible.
"¡¡¡Err no atrapa la quaffle mandada por Xun, y otro punto para los Falcons!!! Ya son 220 los puntos de este equipo, frente a los 200 del contrario. Este marcador no hace más que cambiar"
"¡Mierda!" exclamó Hermione con el último tanto. "Tranquila, todavía no hay nada dicho" "Ya lo sé Gin, pero..." Hermione no pudo terminar la frase, ya que el comentarista acababa de gritar el nuevo punto de los Chudley Cannons, marcado por Ron.
"Tengo que hacer algo para parar el partido, joder" susurraba Draco, todavía de pie, mientras pensaba qué tenía que hacer. Necesitaba hablar con Harry o con Ron para hacerles entrar en razón. Y tenía que ser antes de que nadie atrapara la snitch.
"¡¡Esa bludger va como loca, pero Johan la esquiva y anota otro tanto!! ... ¡¡ahora la tiene Ojers, que se la pasa a Folly, este intenta marcar y... Err la para, se la pasa a Weasley, y... otra quaffle dentro para los Chudley Cannons!! ¡Ya son 330 para este equipo!"
"El equipo de Harry lleva 290" recordó Ginny a Hermione "Ya, pero tampoco me alegra. No estoy segura de que quiera que ganen ninguno de los dos"
"¡¡Y no nos olvidemos de los Buscadores!!" gritó el comentarista "¡¡Parece que Potter y Parkinson están teniendo problemas para encontrar la pequeña pelotita dorada!! ¡¡Esperemos que todavía tarden mucho más y podamos seguir viendo un partido de tanta calidad!!"
"Esperemos" pensó Draco. Ya llevaban más de una hora de partido, y sabía que en cualquier momento o Parkinson o Harry podrían atrapar la snitch. Tenía que actuar rápido. Y lo único que se le ocurría era ilegal y peligroso, pero no había otra alternativa.
"¡¡Johan lleva la quaffle, va a marcar y...!! ¿Qué narices es eso? ¡¡Alguien de las gradas le ha mandado un Mersus, el hechizo mareante!! ¡¡Johan empieza a tambalearse, parece que se va a caer!!"
Draco salió corriendo hacía la zona de las gradas más cercana a dónde estaban los jugadores, mientras guardaba su varita. No tenía mucho tiempo, sabía que lo iban a ir a detener en pocos minutos.
Dos guardias volaron en sus escobas hasta donde se encontraba Johan y le recogieron antes de que se cayera.
"¡¡Parece que no se ha caído, pero el partido se parará hasta que se recupere!!"
"¡¡¡Harry!!! ¡¡¡Harry!!!" Harry escuchó que lo llamaban, se dio la vuelta y vio a un chico rubio agitando la mano en las gradas. Lo reconoció, era Draco Malfoy, su viejo enemigo-amigo.
"¿Qué haces aquí?" preguntó Harry al acercarse. Debía tener cuidado, los fans allí presentes intentaban acercarse al jugador y tocarle.
"¡Harry, escúchame, ¿no has pensado en que...?!" "¡No te oigo Draco, habla más alto!" Había demasiada gente allí gritando como para oírse. "¡¡¿Que si no has pensado en que...?!!" "¡Espera!" gritó Harry acercándose e indicándole a Draco que se subiera a la escoba. Se subió y Harry empezó a descender, hasta llegar al suelo. Él no podía bajarse, así que dejó a Draco en el suelo y el se quedó montado a baja altura para poder hablar.
"No me lo puedo creer" pensaba Ron observando la escena desde lejos.
"¿Qué pasa Draco?" preguntó Harry. "Tenía que hablar contigo, por eso he parado el partido" "¡¿Qué tu qué?!" gritó Harry totalmente extrañado de lo que oía "Sé que está mal, pero tenía que preguntarte una cosa" "No creo que sea tan importante como para dejar así a un jugador" "Sí lo es. ¿Es que no se te ha ocurrido pensar que una vez disputado este partido, no podrás volver a ser amigo de Ron?" por fin pudo preguntar Draco.
Harry bajó la cabeza, claro que lo había pensado.
"Si, ya lo sé, pero ya no hay nada qué hacer" dijo Harry sin levantar la cabeza. "Siempre se puede hacer algo. Piensa qué es más importante para ti, si otro título, o una buena amistad"
Cuando terminó la frase se dio cuenta de que se oían pasos detrás de él. Antes de que pudiera mirar, alguien le agarró por la espalda. Los guardias ya le habían cogido, no se resistiría. Sabía que no le pasaría nada malo, tenía demasiadas buenas referencias. Lo peor que le podía pasar era que le echaran de Hogwarts, daría mala fama al colegio un profesor que usa hechizos de ese tipo en un partido de quidditch. Pero prefería no pensar en ello ahora. Prefería pensar en si habría conseguido algo.
"Ahora que ya han atrapado a la persona que lanzó el Mersus, todos nos preguntamos qué hacía Potter hablando con él"
"Era Malfoy, ¿no?" preguntó Ginny. "Sí, era Malfoy, pero es muy raro que haya venido aquí en medio del partido" las dos habían estado mirando la escena extrañadas, sin decir nada, intentando saber quién era el chico misterioso. Y ambas lo habían reconocido a la primera.
"¡¡Me informan de que Johan ya está bien, así que el partido continuará ahora mismo!!" La gente estalló en voces de alegría al saber que podrían seguir viendo el partido esa misma tarde.
"¡¡Y el partido comienza de nuevo donde se quedó antes!! ¡¡La quaffle la lleva Johan, se la pasa a Weasley y éste a Skar, que intenta marcar... pero Kae detiene la quaffle!!"
Mientras seguían marcando tantos, Harry no paraba de pensar en lo que había hablado con Draco. Según él, siempre se podía hacer algo. ¿Pero qué iba a hacer? Ya estaba todo perdido, no había vuelta atrás.
Justo es ese momento, algo pasó volando a gran velocidad delante de él. Había visto la snitch en el momento que estaba menos concentrado.
Inconscientemente, Harry salió a toda velocidad detrás de ella.
"¡¡¡Atención todos y todas: parece que Potter ha visto la snitch!!! ¡¡Este puede ser el final del partido!!"
Para cuando el comentarista había dicho esto, Parkinson ya iba detrás de Harry todo lo rápido que podía. Pero Harry era más rápido, atraparía la pelotita dorada en pocos segundos.
"Vamos a ganar el partido... y voy a perder a Ron para siempre" pensaba Harry. Entonces lo entendió. Entendió lo que quería decir Draco, qué era lo que debía hacer. Sin pensarlo, se paró en seco y descendió un poco, dejándole a Parkinson el camino libre para atrapar la snitch.
"¡¡¿Pero qué hace Potter?!! ¡¡Se ha parado!! ¡¡Tal vez sea una nueva jugada, parecida al Amago de Wronski!! ¡¡Pero... sí!! ¡¡¡Brujos y Brujas, el partido ha acabado!!! ¡¡¡Parkinson ha atrapado la snitch!!! ¡¡El resultado es de 340-510 a favor de los Chudley Cannons!! ¡¡¡Los Chudley Cannons ganan la liga, después de tanto tiempo!!!""
La gente tardó en reaccionar. No sabían qué había pasado. Pero en unos segundos, los fans de los Chudley Cannons estallaron en vítores. Y los de los Falmouth Falcons empezaron a gritar que algo le había pasado a Harry, y que había que reanudar el partido desde el momento en que vio la snitch.
Pero a Harry no le había pasado nada. Al menos nada malo. A tan sólo un segundo de atrapar la pelota alada se había dado cuenta de que prefería perder un partido antes que su amigo. Su mejor amigo.
Ron, por su parte, estaba todavía en el aire, mirando a Harry. Sabía lo que había pasado. Pero aún así no era capaz de reaccionar. No sabía qué tenía qué hacer a continuación. Sólo sabía que antes de festejar el título tendría a Harry de nuevo como amigo.
Así, descendió al suelo, donde Harry estaba siendo interrogado por sus compañeros de equipo. Éstos le estaban pidiendo explicaciones a su actuación. Harry se limitaba a decir que lo sentía, con la cabeza baja. Por eso, cuando llegó Ron, no le vio.
"No tenías que haber hecho eso" se limitó a decir el pelirrojo, con lo que Harry levantó la mirada. "¿Tenía otra opción? Yo lo estropeé y yo lo he arreglado" dijo Harry con una media sonrisa.
"¿Así que lo has hecho aposta?" gritó Johanson, poniéndose rojo de furia, al igual que sus compañeros.
"Pues..." empezó a decir Harry, pero no pudo terminar porque Johanson y Folly se habían tirado sobre él y estaban descargando su furia a base de puñetazos.
"¡¡Eh, no le hagas eso a mi amigo!!" gritó Ron, tirándose él también a defender a Harry.
"¿Piensas lo mismo que yo?" preguntó en las gradas Hermione a Ginny. Ésta la miró y asintió.
En un segundo se habían aparecido abajo. Las dos chicas, Harry, Ron y Draco (que había tomado ejemplo de Ginny y Hermione) estaban pegándose con seis jugadores de quiddicht muy enfadados. Todos los espectadores observaban la situación atónitos. Esa escena era poco corriente en un campo de quiddicht.
Se estaba disputando una pelea campal que sería recodada durante mucho tiempo. Harry, Ginny, Hermione, Ron y Draco debían estar pasándolo mal por los golpes recibidos. Pero eso no importaba.
Todos sabían que cuando acabara esa disputa, todos podrían volver a casa como amigos. Como buenos amigos.
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"Pero, ¿está segura?" preguntaba Draco incrédulo, señalando el video de Hermione. "Que sí, no hay nada de magia, todo electricidad"
Se encontraban en la casa de Hermione todos juntos. Al día siguiente Draco tendría que volver a Hogwarts. Al final, y conociendo las razones, no le habían echado de su trabajo como profesor.
El incidente del partido había ocurrido dos días atrás. Había salido en todos los periódicos. Los titulares iban desde "El final de liga más espectacular nunca visto" a "Voldemort fue vencido por unos locos del quiddicht" o incluso "Potter majara"
La verdad es que no se habían molestado en leer ningún ejemplar. Todos decían lo mismo. Que Harry se había comportado locamente, que Ron había jugado con deportividad hasta que se puso a luchar contra el equipo contrario (a pesar de haber ganado), que Hermione era, además de gran bruja, gran luchadora, que el respetado profesor de Pociones de Hogwarts podría serlo también de duelo, y que la pequeña Weasley debía estar influenciada por esas especies que descubría tan salvajes.
Pero aún así, a pesar de todo lo que podían decir de ellos, siempre se les perdonaba. El mundo mágico jamás podría enfadarse con quién les libro del Señor Tenebroso.
Harry y Ron no habían hablado mucho del tema de la pelea después del partido. No valía la pena pedir perdón, los dos sabían que el otro sentía lo que hubiera hecho. Simplemente se habían abrazo y habían vuelto a ser los mejores amigos.
Ahora los dos estaban tumbados en el sofá, junto a Ginny, la cual no paraba de tontear con Harry.
Todos parecían estar bastante contentos, pero a Hermione algo le preocupaba. Todavía no le había dicho a Ron su decisión. Tenía miedo, aunque Ginny la había dicho que no pasaría nada, que se lo tomaría bien.
Lo tenía que decir ya, cogió a Ron de la mano, lo levantó del sofá y le dijo que se fuera a la cocina con ella. Ron se levantó y cogió a Hermione por la espalda. Ambos se encaminaron a la cocina.
"¡A ver que vais a hacer!" gritó Harry "¡Si, no hagan mucho ruido!" esta vez fue Draco
"Lo intentaremos" dijo con mofa el pelirrojo
"Ron, no se si esto te va hacer mucha gracia, pero ya es hora de que lo sepas" dijo Hermione ya en la cocina "¿Pasa algo malo?" "He decidido aceptar un trabajo en El Profeta y..." "¡Pero si eso es genial!" medio gritó Ron con una sonrisa en la cara.
Hermione le miró con mala cara, no la había dejado terminar, y eso no la gustaba.
"Perdón, sigue" dijo Ron "..Y también he aceptado otro trabajo" "Herm, todos te conocemos, pero...¿no será mucho dostrabajos?" "No, realmente en El Profeta sólo escribiré una columna diaria. Y de psicóloga tampoco se me irá todo el día"
La cara de Ron se tornó extraña, de sorpresa. Sin darse cuenta Hermione había desvelado su otro trabajo.
"Ron... Ron, yo... no te enfades por favor"
Pero en contra de todo lo que podía esperar, Ron sonrió igual que antes.
"¿Por qué iba a enfadarme? Hace mucho que entendí que esa profesión es tan respetable como una bruja. Además, si un día me vuelvo loco, tu me curarás, ¿no?"
Hermione sólo abrazó a Ron. Éste había dicho las palabras justas para quitarle todas las preocupaciones.
"¡He, venid!" era la voz de Harry desde el salón. Se separaron de su abrazo y se dirigieron dónde estaban los demás. Ginny y Draco acariciaban una lechuza, y Harry tenía una carta en la mano.
"Acaba de llegar y me ha dejado esto" dijo Harry zarandeando un sobre escrito con tinta naranja brillante.
"Yo conozco a esa lechuza, es la vieja Marti, la lechuza de mi equipo. Esperad" y con esto Ron se metió en la cocina saliendo después con un poco de jamón. "No se irá hasta que la demos un poco de comida"
Ron le dio el jamón, la lechuza Marti se lo comió y salió volando por la ventana.
"La primera vez que vino a mi casa estuvo dos horas, no sabía qué quería. Pero bueno, abre la carta"
Harry le obedeció, la abrió y la empezó a leer. La expresión de su rostro pasó de la sorpresa inicial a la alegría total.
"¿Qué pasa Harry?" preguntó Draco
"¡¡Quieren que me una al equipo!!"
"¿En serio? ¡¡¡Felicidades!!!" Ginny se tiró sobre él, acto que fue imitado por todos los demás.
Harry había sido expulsado de los Falmouth Falcons por lo que había hecho. Y después de eso, ningún equipo parecía quererlo. Todos temían que en un partido contra los Chudley Cannons hiciera de nuevo algo para favorecerles. No entendían que lo de aquella tarde había sido una excepción justificada.
Pero había un equipo que no podía tener ningún miedo. En los Chudley Cannons estaría con su amigo Ron y nadie dudaba que eso sería muy difícil de vencer.
Esa noche durmieron todos en el salón de Hermione, unos encima de otros. Todos abrazados a todos. La próxima vez que estuvieran así, todos juntos, estaba lejos. Pero no iban a dejar que las distancias les separaran otra vez.
Y no les separaron.
Los siguientes años fueron geniales para todos.
Los Chudley Cannons vivieron su mejor época, ya no sólo por los jugadores. Gracias a Ron y Harry, el ambiente del equipo era estupendo. Todos eran grandes amigos, lo que ayudaba mucho más de lo que ciertos equipos podían imaginar.
Draco siguió dando clase en Hogwarts. Y es allí donde encontró el amor. Una profesora, descendiente de Dumbledores, y Griffindor de siempre, se enamoró del profesor de Pociones. Y él de ella. Tal vez esta unión hizo que las dos casas rivales, Slytherin y Griffindor, se empezaran a llevar mejor, aunque siempre habría competitividad entre ellos.
Ron y Hermione nunca llegaron a casarse. Ninguno lo necesitaba. Tuvieron dos hijos muy pelirrojos llamados Karen y Marc. Ambos fueron grandes jugadores de quiddicht en el colegio, pero nunca olvidaron sus raíces muggles. Con el tiempo Hermione también se hizo famosa en el mundo no mágico, por sus investigaciones sobre el comportamiento humano. Y también seguía siendo famosa en el mundo brujo, donde había publicado varios libros sobre distintos temas. Y Ron no se quedaba atrás. Las túnicas con su nombre abundaban en las calles. Era una figura internacional, y el icono de miles de adolescentes.
Y por último, Harry y Ginny también habían acabado juntos. Cuando lo anunciaron nadie se sorprendió, para todos era muy evidente, lo cual molestó un poco a la pareja. Ginny descubrió cientos de especies a lo largo de su vida. También escribió sobre muchas de ellas. Y aunque la población no la conociera mucho, entre los investigadores el apellido Weasley llevaba siempre delante el nombre de Ginny. Y sobre Harry, su vida fue parecida a la de Ron. Ambos siguieron en los Chudley Cannons hasta el día en que se jubilaron. La diferencia es que Harry había descubierto por fin lo que era tener una familia. Ya no solo Ginny y su hijo Jonh, sino también sus amigos.
Porque desde aquel partido habían estado siempre juntos, como una gran familia.
De nuevo juntos.
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¡Hola de nuevo! ¿o debería decir adiós? No, mejor que no, porque pienso volver a escribir más fics.
Bueno, ¿qué les pareció el final? Lo sé, todo acaba estupendo para todos. Pero no podía acabar de otra forma.
Y ahora que está completo, se lo dedico a todos los que lo han leído, les haya gustado o no, a los que me han dejado un review (¡gracias!), a todos los fans de HP, a J.K. Rowling, que por fin se decidió a terminar el quinto libro, y por supuesto, a toda la gente que quiero. A todos un beso.
Y ya saben, ahora que está acabado, podrían dejarme un review de lo que piensan de toda la historia. Anda porfa...
¡¡HASTA LUEGO!! Kaly
