Konnichi wa Minna-san

Aquí está el siguiente capítulo quiero agradecer a todos los que me enviaron review pues me dieron ánimos a: Mourisan, Sarah, Dios y también a Helen Yuy y a otros más.

Muchas gracias y espero seguir recibiendo sus reviews y ya saben entre más review más rápido será la actualización.

Sayonara

CAP 2  El príncipe de Auza

- Gracias por decir eso, pero yo sola no hice esto posible sino que fue toda la gente que nos apoyó; además, pudimos contar con la ayuda de los pilotos de los gundams. – Adrien sonrió y le extendió la mano a Relena.

- Sus palabras son pertinentes, señorita Relena Peacecraft – comentó el joven

- Disculpa – pronunció la joven cortésmente – sé que mucha gente me conoce como Relena Peacecraft, pero prefiero no usar ese apellido ya que no es necesario debido a que vivimos en una época de paz – comentó la ex-Reina del Mundo -  por eso uso el apellido Darlian.

- De acuerdo – respondió el Adrien para luego hacer una pausa y cambiar de tema – Están tocando una pieza muy bonita ¿quisiera bailar conmigo? – preguntó el joven –  prometo no pisarle los pies – comentó bromeando y Relena sonrió.

- Me encantaría bailar – aceptó Relena – pero como me has pedido que te trate de tú yo también te pido que me trates así – sugirió la joven Ministra – dime sólo Relena – la joven estaba un poco desconcertada ya que usualmente no sentía tanta confianza y familiaridad por una persona que recién conocía y de la que apenas había oído hablar.

El joven príncipe asintió alegremente y extendió su brazo derecho invitando así a Relena a que lo acompañase. Ambos jóvenes entraron nuevamente al salón principal donde estaba tocando armoniosamente la gran orquesta entonces  numerosas miradas se posaron sobre ellos como si fueran la gran sorpresa de la noche y se empezaron a escuchar algunos  murmullos apenas comenzaron a bailar.

Pasaron unas cuantas horas y el baile seguía...

- Quatre, hace rato que damos vueltas – comentó Duo - ¿a quién buscas en particular?

- Al muchacho de la foto, el príncipe de Auza – respondió el joven rubio sin dejar de buscar con la mirada a dicho personaje. - ¿qué tan difícil puede ser encontrar a una persona? – murmuró un poco hastiado por la situación ya que desde hace rato habían estado buscando a dicha persona.

- No creo que mucho, mira – comentó Duo quien obviamente había alcanzado a oír las últimas palabras de Quatre.

Ambos pilotos miraban cómo bailaban despreocupadamente el susodicho príncipe con Relena mientras Adrien se veía realmente bien al lado de ella pues se le notaba entretenido...había quedado embelesado por ella.

- Bueno, al menos ella lo encontró antes que nosotros ¿verdad? – preguntó Duo de manera cínica.

- ...- el joven Quatre asintió.

- De vez en cuando conviene distraerse un poco – comentó un voz femenina – y más aún cuando se tiene el trabajo que tiene la señorita Relena.

- Tú eres...- pronunció Duo al voltear a ver a dicha persona.

- Dorothy Catalonia – terminó de decir un Quatre medio sorprendido.

- Tanto tiempo sin vernos, Quatre -  comentó la jovencita esta vez con un aire diferente.

- Es cierto ha pasado algo de tiempo – respondió Quatre esta vez con su habitual amabilidad.

- Supongo que están aquí por algo en especial  - pronunció Dorothy mirando a ambos jóvenes – quizás tenga que ver con el príncipe Adrien y el reino de Auza ¿verdad?

- "Esta jovencita hace muchas preguntas" pensó Duo refiriéndose por supuesto a la perspicacia de la jovencita.

Inesperadamente Dorothy prácticamente  arrastra a Quatre, como si fuera su pareja, a la pista donde el resto de personas bailaba al compás de la suave y armoniosa música entonada. Esto, por supuesto, sorprendiendo a Duo y al mismo Quatre, quien la verdad no sabía que hacer.

- Dorothy ¿qué haces? – preguntó Quatre un poco perturbado – no he venido a bailar o divertirme.

- Eso ya lo sé – contestó ella con una sonrisa mientras sus brazos abrazaban el cuello del muchacho – ¿no crees acaso que puedes estar más cerca de Adrien aprovechando que él también está en la pista de baile? - Quatre aún seguía desconcertado "O sea que... ¿ esto lo hace Dorothy por ayudarme?" se preguntó a sí mismo; no podía negarse que estar en la pista de baile era una buena forma de seguir de cerca los pasos a Adrien y, aunque le causaba cierto bochorno bailar en público, le siguió la corriente a la jovencita rubia.

 Quatre colocó una mano en la cintura de ella mientras que con la otra sostenía la otra mano de la muchacha, quien posó su palma en el hombro del muchacho y así empezaron a bailar como cualquiera de las otra parejas del salón...por supuesto no olvidemos a Duo, él estaba tan sorprendido que casi  no atinaba a decir una sola palabra "Quatre está loco encima que me deja sólo vigilando se va a divertir...además ¿cómo puede bailar de lo más normal con una chica que casi lo mata?"

Un joven como de unos 17 años caminaba por algunos pasillos de las afueras del palacio, los cuales daban directamente a los jardines.

Ese muchacho era Heero, que al parecer estaba un poco distraído algo inquieto desde hace unas horas, en especial desde que había visto de casualidad a Relena entrar al edificio, pero eso no evitaba que siguiera recorriendo esos pasillos o vigilando las entradas o los jardines aunque claro parecía hacerlo mecánicamente porque su mente estaba en otro lugar.

- ¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué me pongo así por verla? Me siento mal... siento calor, como si fuera una fastidiosa fiebre, me siento nervioso no puedo pensar en otra cosa...pero ¿qué me pasa? Desde hace algún tiempo me siento así, no puedo concentrarme en lo que hago, por ella. Al principio esto lo podía controlar pero se ha vuelto insoportable me siento enfermo, nervioso y es que quiero estar a su lado respirar su aroma verle esos ojos azules quiero estar con ella...pero qué pienso ¿acaso todo esto es solamente porque quiero pasar una noche con ella o realmente siento algo por ella? No lo sé y eso es lo que me fastidia, el no saber, pues tal vez estoy obsesionado con aquel espíritu que tiene, esa fuerza, esa convicción que me hace detener o tal vez realmente me gusta – el joven resopló toscamente debido a su confusión – ¡demonios, si sigo así creo que me volveré loco!...debo encontrar una cura para esta enfermedad, pero la verdad no creo que exista una cura para lo que siento o  al menos no existe una pastilla o jarabe que me alivie...a menos que esa pastilla o jarabe sea ella – Heero sonrió levemente pensando que la  solución irónicamente tal vez era el mismo "problema".  

Habían transcurrido unas cuantas horas ya  y mientras  algunas parejas todavía bailaban o conversaban otras ya se estaban retirando.

- ...Adrien se está hospedando en el Dolphin Hotel.. – informó una muchacha de ojos celestes  -  ...entiendo que estén interesados en él por los rumores de revuelta en su nación, pero no creo que él esté detrás de todo ello – opinó la jovencita

- Dorothy, disculpa la pregunta pero ¿puedo saber porqué estás interesada en ayudarme?

- Vaya – habló la jovencita – ya estaba esperando esa pregunta – dijo con una sonrisa – la verdad, no estoy muy segura pero creo que es una forma de...- explicó esta vez con cierta vacilación – resarcir lo que te hice; tú hiciste que mi forma de pensar cambiara y yo nunca te pedí disculpas por...

- No, Dorothy – interrumpió Quatre – tú no tienes que pedirme disculpas. Yo también sé lo que es estar confundido y actuar de una manera equivocada, créeme lo sé muy bien y sé que es doloroso – dijo recordándose a él mismo en el Wing Zero apunto de destruir una colonia – pero  lo bueno es que lo hayas comprendido.

- Pero yo casi te mat...- repuso tímidamente la joven.

- Bueno – dijo el muchacho sonriéndose – es cierto que no fue muy agradable esa estocada, pero sobreviví a ella – respondió aún sonriendo (narrador: "bien raro, no?") Dorothy se extrañó por esa respuesta, pero después de ver la sonrisa del muchacho ella también esbozó una.

Al mismo tiempo dos jóvenes estaban charlando animosamente cerca de una de las terrazas

- ¡qué gracioso! - exclamó una voz femenina entre risas – jajaja... es decir, que no se había dado cuenta que lo llevaba puesto.

- Sí, así es – respondió Adrien – había ofrecido una recompensa a quien lo encontrara así que todo el mundo buscaba su reloj como locos entonces  su hermana menor le pregunta inocentemente "¿pero hermano, no lo llevas puesto?" – Adrien contaba alegremente el relato.

- Tu primo si me permites decirlo... es muy gracioso – dijo Relena aún riendo. Durante toda esa noche ambos jóvenes habían dejado de usar los formalismos a los cuales sus puestos los subyugaban y parecía casi como si fueran amigos de años.

- Bueno así es él debo admitirlo – el joven hizo una pausa y miró fijamente al frente – mira, hablando del rey de Roma aquí viene.

- Adrien ¿dónde te habías met..? – el recién llegado detuvo su pregunta al percatarse de que su primo tenía compañía.

- Henry – pronunció Adrien – quiero que conozcas a Relena. – y mirando hacia Relena – Relena, él es mi primo Henry.

- Es un placer conocerlo – saludó la jovencita.

- Al contrario el placer es mío – contestó Henry de manera cortés mientras hacía una venia y luego  hizo un pequeño comentario a su primo – ahora sé porqué no te encontré – , a lo cual él sólo sonrió

- ¿Me buscabas para algo en especial? – preguntó Adrien.

- La verdad, lamento haber interrumpido – se disculpó el joven verdaderamente apenado – pero creí que sería bueno hacerte recordar que ya es algo tarde y mañana temprano tenemos muchos asuntos que exponer para la Convención.

- No me había percatado del tiempo – comentó Adrien mirando su reloj  – lamento si mi descuido te causa algún problema ya que tú también tienes que exponer un tema ¿verdad, Relena?

- Sí, es cierto – respondió – pero no tienes porqué disculparte, después de todo pasé una noche agradable y yo tampoco me di cuenta del tiempo. – Relena esbozó una sonrisa.

- Eh...bueno – interrumpió Henry – entonces voy a avisarle a Bruce que prepare el coche para marcharnos y llevarla a su casa...por supuesto si eso no le molesta. – dijo Henry a Relena, lo que ella amablemente rechazó aduciendo que tenía ya un coche que la estaba esperando cuando decidiera retirarse.

Unos momentos después la limusina de Adrien se encontraba frente a aquella terraza y él estaba a punto de entrar en ella pero no sin antes despedirse.

Desde aquellos  jardines, Adrien hacia un ademán con la mano en forma de despedida lo cual Relena imitó desde lo alto de aquel  balcón.

- Adrien ¿ ya nos vamos? – preguntó pícaramente su joven primo desde el interior del automóvil.

- Ya voy – contestó el joven aún con el gesto de la mano.

En ese momento Adrien desvió su mirada para darse cuenta que alguien lo veía desde las penumbras de algunos árboles. Quien lo veía era un joven, por lo que pudo percatar, de cabellos oscuros al parecer marrones o tal vez negros, Adrien no pudo distinguir muy bien y sólo escuchó una frase cuando otra persona se acercó a aquél muchacho "...Señor Heero, sus amigos lo están esperando..." y Adrien pudo ver que aquél muchacho de cabellos oscuros  lo miraba seriamente, era una mirada que pocas veces o nunca había visto era como una mirada de odio.

Y qué les pareció? Ya saben críticas, tortazos, opiniones etc mándenme review pero eso sí no me matennnnnnnnn, por fis.