Konnichi wa minna-san
Esta vez si me demoré mucho y quiero pedir disculpas a todos por mi demora. Es que vino la semana de pruebas( en la cual con las justas pude dormir) y luego un poco de descanso, después dos o tres semana de vacaciones(donde no estaba mi compu. Ni mi archivo que ya había avanzado). La verdad no hay una excusa suficientemente buena porque tal vez pude haberme dado un tiempito, pero bueno ya está aquí el capítulo.
No sé con certeza si les guste quise poner más cosas pero si lo hacia iba a quedar demasiado recargado y demasiado largo así que será para la próxima porque para esto hay todavía para rato jajaja.
Gracias por todos sus reviews y comentarios y a los que me regañaron para que siguiera con esto sino tal vez me demoraba un poco más. He leído todos sus mensajes pero hay algunos que no he podido responder por X motivos como a Isaan-chan porque el correo no me lo quiere mandar y lo rebota.
Gracias a Helen Yuy, Deathscythe, panchita o Sayo y todos los demás que me han estado dando sus opiniones y por fis si se animan tb a regañarme los que no me han dado sus opiniones jaja ...
SPIRIT OF WARRIOR
By Akari-chan
Capítulo 3: La Convención
Era la mañana del día siguiente ya Relena se había salido de su departamento y ahora estaba en su oficina, en el palacio de Cinq trabajando como siempre lo hacía.
Aunque ella algunas veces dormía en palacio debido a que su trabajo era absorbente e importante( y ella consideraba que habían asuntos que tenían que resolverse lo más pronto posible) tenía un departamento ya que pensó que al haber renunciado a su título como princesa en realidad no tenía derecho a quedarse a vivir en palacio a pesar que a la demás gente no parecía molestarle el hecho que viviera ahí.
- Señorita Relena – dijo una mujer al abrir la puerta de la oficina – he organizado los documentos que tenía pendientes el día de hoy ya que estará ocupada con la Convención – la muchacha sonrió – sólo tiene que firmarlos.
- Amelia, no hay nadie presente puedes dejar las formalidades – exclamó Relena – además, sabes que no me gustan en especial con la gente con quien trabajo – Amelia era la secretaria de Relena y por el mismo trabajo paraban mucho tiempo juntas así que se hicieron amigas y a ella le encantaba ayudar a Relena en cualquier cosa aunque sea en pequeñeces como ordenar los documentos según su prioridad.
- ¿Te falta mucho? – preguntó Amelia mientras se acercaba a Relena, quien tenía algunos papeles en las manos.
- La verdad, me has ayudado mucho y si no fuera por ti creo que no terminaría nunca – comentó la joven vice-ministra - si después de la convención vengo creo que terminaré de revisar todos los documentos.
- Has trabajado mucho – comentó Amelia – creo que mereces un descanso ¿ por qué no te tomas un tiempito de entretenimiento después de la convención? Yo me encargaré de los demás documentos. – sugirió la joven secretaria.
- Pero Amelia todavía hay que...
- No, no aceptaré un "no" por respuesta, estos últimos meses prácticamente no has salido de la oficina a no ser por unas cuantas reuniones en las colonias o la fiesta de ayer...además el trabajo en exceso es malo – Amelia miró a Relena de una forma en la que ella no podía negarse a hacer caso a los consejos de su amiga; es más, Relena estaba segura que no aceptaría una negativa y por otro lado no le parecía una mala idea el tomarse una noche libre después de tanto tiempo aunque no tuviese muy claro qué hacer.
- Está bien, me tomaré la noche libre.
- ¡Qué bien! – exclamó con alegría Amelia – ...tal vez cierta personita te invite a salir – murmuró Amelia en un tono un tanto misterioso.
- Amelia – dijo Relena como sospechando algo - ¿a qué te refieres?
- Querrás decir a quién – dijo suspicazmente – tal parece que algunas muchachas no estuvieron muy contentas con la fiesta de ayer porque cierta jovencita acaparaba la atención del príncipe Adrien – Relena ante ese comentario enrojeció de la vergüenza – pero no lo culpo porque creo que tiene buen gusto – dijo mirando a Relena de manera sugerente.
- Amelia...
- El príncipe Adrien Valdeaubeard...
- Disculpa...¿cómo dices que se llama? – preguntó Relena
- Adrien – repitió la joven – así se llama el heredero de la familia Valdeaubeard ¿no? – Relena entendió que era esa persona a la que se había referido su hermano el día anterior...sin duda no se había dado cuenta que en realidad no sabía su apellido – él es un joven inteligente, apuesto, caballeroso, rico y de muy buena familia – exclamó Amelia enumerando sus cualidades – se puede decir que es un muchacho modelo y que es envidiado por los varones y codiciado por las jovencitas.
- Amelia, nosotros sólo conversábamos.
- ...pero y ¿dónde queda Heero en todo esto? – preguntó con cierta inocencia, obviamente Amelia se había dado cuenta, en las visitas que había hecho Heero a Relena, que había una peculiar relación entre ambos...muy peculiar digamos, empezando que este la amenazó de muerte cuando se conocieron.
- Adrien y yo sólo conversábamos anoche y con respecto a Heero...yo no puedo obligarlo a que me quiera, simplemente es algo que no va a pasar porque las cosas no se dieron así...sólo lo voy a olvidar.
- Pero Relena...
- Amelia – dijo Relena mirando su reloj de pulsera – se nos hace tarde así que es mejor que continuemos trabajando hasta que sea la hora en que comience la Convención. – Amelia entendió que Relena no quería hablar del tema así que hizo caso a su pedido y regresó a revisar otros documentos.
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En una lujosa suite del Dolphin Hotel dos jóvenes conversaban mientras un criado arreglaba los últimos detalles de la vestimenta del futuro soberano de Auza
- Toda la mañana has estado hablando de ella – comentó Henry con una sonrisa pícara – en verdad has quedado fascinado por ella...no creo que sea un problema para ti acercarte a Relena Darlian – dijo mientras su primo estaba frente a un largo espejo preparándose para la Convención que sería dentro de una hora más o menos.
- No, te equivocas – exclamó Adrien volteando un poco la mirada hacia su primo– ella no es como las demás chicas que he conocido, que sólo se acercan porque tengo un título y quieren favores o cosas por el estilo.
- ¿No crees que le importe que seas el heredero de una nación? – preguntó algo perplejo.
- No sé si le importe o no, pero puedo asegurar que ella no basa sus relaciones por lazos de conveniencias...no es de esas personas. – aseveró el joven de cabello castaño.
- Bueno primo - pronunció Henry levantándose de la silla en que estaba sentado – si tú lo dices, esperemos que sea así después de todo siempre has tenido buena intuición con las personas.
- Alteza – murmuró el criado – está listo – culminó de decir refiriéndose al traje del príncipe. Adrien hizo un gesto con la mano para que el sirviente se retirara y luego que este saliera de la habitación ambos jóvenes siguieron conversando
- Dentro de poco empezará el principal evento por el que vinimos
- Sí, tenemos que tratar de calmar los rumores de alzamiento y sostener que nuestra nación no apoya dichos movimientos. – afirmó Adrien.
´ No sé cómo se me hizo tarde ´ pensaba Relena mientras corría hacia el auditorio donde se realizaría la reunión ´Nunca antes había llegado tarde a un evento importante...que descuidada soy... si Amelia no me avisa yo seguiría aún revisando esos papeles ´. Relena corría rápidamente hacia el auditorio y al llegar se dio cuenta que el evento aún no había comenzado aunque ya había mucha gente en aquél lugar al igual que un montón de periodistas que empezaban a sacar entrevistas.
Relena hábilmente los evito para poder entrar al auditorio sin ningún problema; es cierto, había mucha gente que le saludaba y la felicitaba por su trabajo realizado y los planes para el proyecto Terra, aunque este no sería el tema de la Convención.
El auditorio era grande y con numerosos asientos, algunos de los cuales ya estaban reservados para ciertas personalidades y expositores. Relena vio que alguien la llamaba desde los asientos de la parte superior para que se acercara, era Dorothy.
- Buenos días, señorita Relena – saludó con su inconfundible sonrisa.
- Buenos, días, Dorothy – respondió la joven mientras se acercaba a ella.
- Tal parece que me sentaré a su lado – comentó señalando el asiento asignado a la vice-ministra – después de todo este es un lugar respetable para quien fue la Reina del Mundo – Relena asintió con una casi imperceptible sonrisa, para luego sentarse lo cual también hizo Dorothy. "La fiesta que se organizó en el palacio de Cinq fue un éxito, ¿no cree usted? – exclamó con entusiasmo recibiendo de Relena una seña de afirmación.
Pasaron unos cuantos minutos y mientras la Convención se organizaba para dar inicio hizo su entrada Adrien, quien vestía elegantemente, desde lejos se podía ver y distinguir las maneras aristócratas en las que había sido criado y luego de saludar a unos cuantos conocidos intercambio un par de miradas con Relena para después dirigirse hacia su asiento y saludarla.
Por supuesto fue grande la sorpresa de ambos al saber que el sitio asignado al joven príncipe era al costado de la ex –Reina del Mundo. Adrien quiso entablar una conversación más amistosa con Relena pero sus planes se vieron frustrados por el comienzo de esta reunión de personalidades. El presidente de la reunión invitó a Relena a dar su discurso, ella miró un rato hacia Adrien quien le sonrió sutilmente, en un afán de apoyarla, ella asintió para luego dirigirse al pódium.
- Durante mucho tiempo las relaciones entre las colonias y la Tierra se han visto enturbiadas por las continuas guerras que hemos sufrido – comenzó a decir Relena sin titubear – sin embargo, luego de muchos esfuerzos de jóvenes valerosos hemos logrado la paz y nuestro deber como representantes de los ciudadanos de ambas partes es velar por ella y mejorar sus condiciones de vida – la joven hizo una pausa - durante este tiempo que he ejercido el cargo de vice-ministra de Relaciones Exteriores he quedado complacida y completamente segura que el afán de tanto la gente del espacio como de la Tierra es vivir en paz y progresar juntas . Por eso, desearía que ustedes como representantes de todas estas personas nos apoyaran para construir un mejor futuro pues sólo ayudándonos mutuamente conseguiremos una verdadera paz y un desarrollo sostenible – Relena que no había dejado de ver ni por un segundo a su audiencia escuchó enseguida el eco de los aplausos que invadían todo el auditorio, respondiendo así su propuesta.
Ella miró hacia un hombre de cabellos negors que al parecer no estaba de acuerdo con su propuesta ya que no mostró complacencia alguna, Relena no le dio mucha importancia y sin saber porqué ella sintió el impulso de ver hacia arriba, donde había un balcón, y su mirada se cruzó con la de Heero, quien estaba cruzado de brazos y con casi la misma mirada de siempre salvo por un brillo especial que tenían sus oscuros ojos azules . Al parecer, él había estado escuchando todo su discurso desde el comienzo y estaba conforme con lo que había logrado Relena durante todo este tiempo .
- Con esa palabras estoy seguro que todos los presentes están de acuerdo con usted... – dijo el presidente mientras se acercaba y felicitaba a Relena. Luego, él la invitó a que tomara asiento. Cuando Relena levantó otra vez la vista para poder ver a Heero, él ya se había marchado.
- Estuviste muy bien – dijo Adrien mientras se levantaba para acercarle el asiento a la joven.
- Gracias – respondió ella al mismo tiempo que se sentaba.
- Yo quería decirte que últimamente mi familia estaba intere...- murmuraba el joven para no interrumpir el transcurso de la reunión. Pero enseguida oyó su nombre y título, lo cual le indicaba que lo llamaban para que expusiera su discurso.
Relena le prestó particular atención al joven. Adrien habló con elocuencia y seguridad lo que sorprendió a muchos de los presentes ya que era muy joven y esta era su primera aparición en una reunión de tal envergadura. Él habló sobre la posición de su nación como parte de la nueva alianza de la esfera terrestre y dijo que su país no estaba de acuerdo y no apoyaba ningún tipo de manifestación en pro de la guerra, por supuesto, dijo esto haciendo referencia a los continuos rumores de algún tipo de movimiento de estos en su país. Después tocó otros temas que eran más que todo propuestas que no dejaban de ser interesantes.
El auditorio quedó complacido con su forma de exponer, su soltura y muchas de sus propuesta. La gente podía ver en él a un joven prometedor, a un buen líder para su nación. A Relena también le pareció un joven bien centrado que sabía lo que quería y decía las cosas con resolución, después de todo los rumores sobre él eran ciertos.
Después de unas horas la reunión finalmente culminó y varias personas se reunían para hablar entre ellas sobre los puntos tocados en esta reunión.
- ...y su discurso me pareció alentador – comentó un hombre mayor.
- Muchas gracias – contestó Relena, luego hizo un ademán – si me disculpa, debo retirarme.
- Oh, por supuesto – se despidió el hombre besándole la mano de manera respetuosa.
Adrien estaba viendo que Relena empezaba a salir del auditorio y antes que pudiera retirarse se dirigió rápidamente a ella para poder alcanzarla.
- Relena – dijo el joven mientras caminaba hacia ella.
- ¿Adrien? – preguntó ella volteando a verlo.
- Estuviste muy bien en la reunión – comentó el joven de ojos verdes como para iniciar una conversación.
- Gracias – respondió – lo mismo digo de ti.
- Yo quería preguntarte si...¿te gustaría salir a cenar conmigo? – preguntó el joven con casi un imperceptible temor.
- Claro – respondió ella sin sobresaltarse - ¿de qué tema quieres que hablemos?...me pareció interesante tu propuesta de intercambio...
- No – contestó él sin ser descortés – yo me refería a salir, como en una cita.
- Ah – la joven se sorprendió ante la invitación, la verdad no había tomado muy en serio los comentarios que había hecho Amelia antes. Ella miró por un rato el balcón donde Heero la había estado viendo mientras daba su discurso y asintió con una mirada de resolución – claro, me encantaría. – respondió sonriendo.
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La tarde estaba terminando y el cielo estaba estampado con colores que iban desde el naranja hasta un tenue rosado mientras el sol se ocultaba en las aguas del mar.
Mientras tanto en las afueras de la ciudad un muchacho de cabellos marrones oscuros y oscuros ojos azules apoyaba su espalda contra el tronco de un árbol , su cabeza casi se escondía entre sus brazos, que estaban apoyados en sus rodillas. Parecía cavilar intensamente en algo en especial.
´ Se suponía que la razón por la que fui a la Convención fue para ver los movimientos del tal Adrien, pero apenas llegué y no me concentré en mi trabajo...Terminé viéndola a ella, esto no puede seguir así, ya no me concentro en lo que hago ni en lo que debería por ella tal vez sea momento de arreglar esta situación...Además no me agrada que ese sujeto esté tan cerca de ella.´
- Hola, camarada – saludó Duo – me pareció curioso verte en el auditorio, en especial cuando acordamos que sólo yo me encargaría de ese lugar. – dijo en un tono particular.
- Tenía que ver al tal Adrien – contestó – sólo lo he visto en persona una vez.
- ¿Qué acaso no confías completamente en mí para este trabajo? – hubo un breve silencio y Heero miró ligeramente a Duo – ahhhh – dijo con desgano - ¿ sabes que a veces puedes ser tan insoportable?
- Ese sujeto no me agrada mucho.
- Pues con esa mirada que tienes parece más bien que nadie te agrada.
- ¿averiguaste algo sobre él?.
- Luego que dijera todo eso que su país no estaba de acuerdo con ningún tipo de movimiento bélico pues... Ah, bueno – contestó como acordándose de algo – después que te fuiste y la Convención terminara escuché algunas conversaciones de la gente... – su voz cambió de tono a uno más serio y medio dubitativo, tal vez no convenía que Heero lo supiese.
- ¿y? – dijo sin prestarle una excesiva importancia.
- Tú sabes que ese sujeto tiene buena pinta es rico y todo eso ¿verdad? - ´ Después de todo tarde o temprano Heero se iba a enterar, lo mejor será decírselo ahora´
- ¿y qué tiene eso que ver? – preguntó aún indiferente.
- Tal parece que él invitó a Relena a salir – contestó de una forma que parecía restarle en cierto modo importancia. Heero volteó a verlo fijamente... Era obvio que esto lo había sorprendido – y ella aceptó, pero no hay nada de qué preocuparse es sólo una cita para salir a comer.
- ¿cita? – preguntó Heero a la vez que se preparaba para levantarse.
- Eh sí – contestó un turbado muchacho – pero vamos, hombre; no pongas esa cara que parece como si alguien se te hubiese muerto. – comentó golpeándole suavemente el hombreo – Te digo que sólo es una cita, no se van a casar.
- ¿Casar? – preguntó - ¿adónde salieron? – preguntó sujetándole de la camisa.
La verdad no sé muy bien...Escuché que era a un restaurante cerca al mar, pero no estoy segur... – el otro joven salió rápidamente de aquél lugar - ¡¡Oye!! ¿adonde vas? – Duo no obtuvo respuesta sólo vio la silueta de Heero mientras se alejaba.
Continuará...
Ustedes ya saben si no les gustó, sugerencias, comentarios, tortazos, quejas, etc. envíenme reviews. Y con esto será para el prox. Capítulo (que esta vez no demorará tanto).
